Economía

Madrid y el urbanismo estúpido

24 Abr, 2015 - - @egocrata

La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid bloqueando (otra vez) la demolición del estadio Vicente Calderón para construir viviendas me ha recordado la existencia de una norma excepcionalmente estúpida en esta autonomía: la ley del suelo.

Las leyes de urbanismo son, de muy lejos, uno de los capítulos más incomprendidos de las políticas públicas de cualquier país. Las discusiones sobre el tema caen a menudo en debates bastante estériles sobre estética, preservación cultural, el modo de vida mediterráneo y otros imponderables parecidos, ignorando alegremente los efectos económicos de cualquier regulación. Cuando se habla de dinero en relación a estos temas, la discusión acaba degenerando en diatribas contra malvados especuladores que quieren construir en todos sitios y vender casas a los ricos, a pesar que esas dos afirmaciones son a menudo contradictorias.

La ley del suelo de Madrid contiene un ejemplo de libro de una regulación que parece inofensiva pero que tiene un coste económico y social enorme a largo plazo. Desde hace unos años, ningún desarrollo urbanístico nuevo en la Comunidad de Madrid podrá tener edificios de más de cuatro plantas, salvo que los ayuntamientos les otorguen una autorización especial expresa. Dejando de lado el hecho que ahora mismo construir el 99% de la almendra central de la ciudad de Madrid en su configuración actual sería completamente ilegal, esta clase de limitación estricta a la densidad de edificación es a la vez una política económica tremendamente dañina y regresiva.

Una de las grandes ventajas de las ciudades es precisamente su densidad. La aglomeración de recursos, infraestructuras, mano de obra y talento que tiene lugar en una zona urbana es, en si misma, una ventaja para generar riqueza. Si una empresa de diseño industrial se instala en Barcelona, por ejemplo, tiene la ventaja que en la ciudad hay una infraestructura de servicios, mano de obra, proveedores y clientes que ya están operando en la ciudad. El nuevo estudio de ingeniería no tiene que perder el tiempo buscando una gestoría que conozca el sector, intentando atraer licenciados de otras regiones o encontrando informáticos que entiendan qué clase de ordenadores necesitan para utilizar AutoCAD.

La mera presencia de un montón de seres humanos en una misma región produce economías de red que actúan de forma parecida a economías de escala, pero distribuidas en todo un sector económico. Las ciudades reducen los costes de transacción, aumentan la competencia y contribuyen a hacer las empresas que habitan en ella más eficientes. La densidad además abarata la prestación de servicios públicos, hace que las infraestructuras de transporte sean más eficientes, reduce el consumo de energía y generan más oportunidades de negocio. Los habitantes de las grandes ciudades son más productivos, gozan de mejor salud, ganan más dinero y tienen mayor esperanza de vida.  Como señala Edward Glaeser, las normas de urbanismo parecen aburridas, pero su efecto económico es considerable.

Desde el punto de vista distributivo, las limitaciones a la densidad urbana son increíblemente regresivas. Para empezar, restringir la cantidad de viviendas u oficinas que se pueden construir en una parcela esencialmente sube el precio de estas. Esta disminución de la oferta tiene un ganador claro (cualquiera que tenga suelo en propiedad en Madrid cerca del centro, ahora poseedor de un bien aún más precioso y escaso) y un montón de perdedores (el resto de la población, que no puede permitirse vivir en las zonas más ricas y productivas del país). Una parte considerable del aumento de las desigualdades de las últimas tres décadas proviene, precisamente, del aumento del coste del suelo en zonas urbanas derivado de estas restricciones a la densidad. Los elevados precios contribuyen a la segregación por nivel de renta, algo que afecta negativamente la movilidad social. La izquierda a menudo se queja de los especuladores que quieren llenar todo de rascacielos. En realidad, cualquiera que quiera aumentar la oferta de vivienda en zonas donde el suelo es caro y escaso ayuda a quienes menos tienen, no lo contrario.

Probablemente los políticos madrileños nunca se plantearon cuál era el efecto económico y social de estas dos líneas en la ley del suelo. Seguramente estaban pensando en barrios agradables de clase media, con pisitos, calles tranquilas y amable ambiente pequeñoburgués. La realidad es que capar la densidad de edificación en Madrid lo único que consigue es limitar el acceso a la región más productiva del país y reducir su potencial de crecimiento. Los efectos quizás no serán demasiado visibles, pero son mucho más importantes de lo que parecen.


48 comentarios

  1. Teófilo Serrano dice:

    Estando totalmente de acuerdo con la tesis del artículo, siento discrepar en un punto. La limitación de edificabilidad en el centro , perjudica a los propietarios de solares en esa zona. La ley que promueve el «urban sprawl» supone el triunfo de los propietarios de suelo rústico en los municipios de la corona metropolitana, «gurtelandia», que ven transformados sus suelos en urbanizables

    • Roger Senserrich dice:

      Cierto, es otro de los efectos. Los propietarios de pisos en el centro si que se ponen las botas, eso sí.

  2. Chindasvinto dice:

    Supongo que para equilibrar los efectos positivos a nivel económico y social de «llenar todo de rascacielos» con la conservación del patrimonio cultural, en muchas ciudades las restricciones de este tipo se limitarán al centro histórico u otras zonas de interés arquitectónico.

    ¿No es el caso en Madrid?

  3. Cucus dice:

    Hay una cosa que has comentado muy de pasada:
    «…salvo que los ayuntamientos les otorguen una autorización especial expresa».

    Sera que tengo una mente malpensada o que llevamos muchos años viendo más de lo mismo, pero esta frase indica muy bien a que juegan los ayuntamientos. Quién no tenga buenos contactos, no tendrá buenos contratos.

  4. Mr. X dice:

    Me parece un artículo un tanto… parcial.

    Es imposible hablar de los problemas del urbanismo de Madrid sin referirse a las decenas de miles de viviendas vacías en la capital y localidades aledañas, las tremendas redes de corrupción instaladas en la capital ligadas al negocio del ladrillo y el poder -a nivel de cacique decimonónico- que tienen aquí algunos barones del ladrillo como el Sr. Florentino Pérez. Lo que indica de la ley del suelo es una pequeña fracción del problema, a lo sumo.

  5. Pepitox dice:

    La paradoja de este escrito es que es probable que el sr. Senserrich diga lo que dice mientras él vive en una cómoda vivienda unifamiliar en New Haven. Eso sí, para los pobres torres inmundas de pisos miniatura. ¿Por qué no menciona los mecanismos de valoración del suelo que aparecen en esa ley que garantizan la especulación?

    • Roger Senserrich dice:

      Vivo en un piso en un barrio relativamente denso (para ser Estados Unidos).

      Estoy seguro que los pobres que viven en pisos en Chelsea o Manhattan sufren mucho.

    • Pablo dice:

      Hola,

      Yo soy de los que vive en la bay area de California en uno de esos suburbios que Pepitox parece echar de menos. Mataria por poder vivir en la ciudad de San Francisco en un pisito con la mitad de superficie. Lamentablemente no soy el unico, y esa es la razon por la que los alquileres en San Francisco son entre 3-4 veces mas caros que en la bahia.

      San Francisco tiene mil limitaciones para evitar construir hacia arriba, que son rabiosamente defendidas por todo aquel que ya ha comprado una casa alli para mantener el valor de su inversion. Esa es la principal razon de la burbuja de vivienda en la que estamos ahora mismo aqui. Hace ya casi dos anyos que superamos el pico de 2007 y la vivienda esta entorno a un 40% mas cara que en aquel momento.

      Limitar la altura de los edificios es el mal.

  6. […] Madrid y el urbanismo estúpido […]

  7. Un tema muy interesante. Efectivamente existen economías de escala, de alcance, de red que llevan a pensar en las ventajas de la concentración de la población entorno a áreas concretas. Sin embargo, todo tiene sus equilibrios. Si la población se concentra mucho entorno a puntos concretos, el espacio intermedio puede despoblarse absolutamente. Ese espacio intermedio entre ciudades es el que debe garantizar que no se fracturen los mercados, que los agentes respondan a diferencias en los precios, tanto en la ciudad que está situada a un extremo como en la del otro extremo, es decir, que no haya dos mercados con precios y condiciones exageradamente diferentes en diferentes ciudades, que se puedan formar mercados grandes.

    Creo que se deben buscar ciudades compactas por todas las ventajas que señala Roger, pero también puntos de conexión entre ciudades que impidan la formación de ciudades aisladas.

    Y una cuestión muy importante, y más en el caso madrileño, es el agua. Las urbanizaciones de adosados consumen grandes cantidades de agua, por eso no se puede construir a la americana en una ciudad que no tiene excedentes de agua. Todo crecimiento que se produzca en Madrid tendrá que ingeniárselas para gestionar el agua de forma más eficiente.

    Un cordial saludo.

  8. CO2 dice:

    Los políticos y técnicos madrileños sabían de sobra lo que significaba esa limitación. Pero … se trató de una imposición —porque ella lo vale— de Dña. E.A. En la Comunidad todos están contra esta regulación demencial, pero no se atreven a llevar la contraria a la lideresa.

  9. Pescador dice:

    El enesimo articulo de Roger donde se olvida de que hay una relación entre densidad de población y tamaño de las infraestructuras a partir de la cual la cosa se pone antieconómica. Si ahora mismo permitieramos acumular la población en la almendra esa, construyendo torres de 100 pisos de altura, las risas que nos echariamos para ver por donde pasar agua y saneamiento, como resolver los problemas de seguridad/incendios, el tamaño de las redes de comunicaciones y red electrica serían homéricas.
    Tan boutade pequeño burguesa es construir en viviendas de cuatro alturas – como me han dicho que se hace en los barrios residenciales de la atrasada Munich- como hacer una oda a Bahrein o Singapur en una ciudad como Madrid. Las cosas no son tan sencillas.

    • Mr. X dice:

      Totalmente de acuerdo.

    • Roger Senserrich dice:

      Madrid está lejísimos de ese límite. La densidad de Madrid capital es 5200 han/km2, la mitad que Nueva York y una cuarta parte de París capital. Manhattan anda sobre 26.000, y lo hace con tecnología de principios del s.XX.

      No es tan difícil.

      • AmalricNem dice:

        Pero muy lejos.

        Aqui tienes un enlace con datos de usuarios por kilometro de los principales metros del mundo. Madrid puede duplicar usuarios sin problema.

        https://pedestrianobservations.wordpress.com/2015/03/31/metro-systems-by-ridership-per-kilometer/

        Y la densidad media de nueva york, no es tan alta, la mayor parte son edificios de pocas alturas, aun asi la densidad de madrid es baja. https://andrewlainton.wordpress.com/2011/07/11/floorspace-area-ratio-making-it-work-better/ y se podrian meter mucha mas población en el nucleo urbano sin urbanizar el campo.

        • Pescador dice:

          He leido – en diagonal- el articulo que enlazas y me llamó la atención Sao Paulo, con su skyline de rascacielos y tal y… 18.000h/Km2.
          http://pt.wikipedia.org/wiki/Zona_Central_de_S%C3%A3o_Paulo

          En Madrid hay distritos muy poco poblados, mucho monte, y eso engaña, pero el Madrid de las copas, las tiendas , los negocios, ese pasa en todos sus distritos de los 10.000 h/Km2.

          Y, de todas formas, los atenienses – aka los arquitectos- son muy dados a imaginarse densidades, compacidades y volumenes, incluso haciendo bonitos dibujos, pero los cabrones de los espartanos – aka los ingenieros- tambien están ahí para algo y son muy conscientes de que la realidad no soporta todo lo que aguanta el papel – o, en este caso, los programas de realidad virtual 3D- al menos a un coste razonable y sin hipotecas ambientales o energéticas que puedan llegar a ser inasumibles.

          • Pescador dice:

            O siempre nos quedará El Cairo, con sus casi 39.000 h/Km2, pero no se si deberiamos englobarlo en un urbanismo sano…

      • Pescador dice:

        Roger, es un placer discutir contigo, pero si recurrimos a los datos:

        Chamberí 312 h/Ha 31200 h/Km2
        Centro 286 h/Ha 28600 h/Km2
        Tetuan 284 h/Ha 28400 h/Km2
        Salamanca 280 h/Ha 28000 h/Km2
        ¿Esto es la almendra? ¿Verdad?
        Y en Barcelona me temo que es algo mayor la densidad…
        Como dicen en mi tierra de pación, ni paren, ni preñan. Las tecnologías del siglo XXI todavía no han conseguido comprimir el agua, evitar el efecto joule en los cables, miniaturizar pasajeros y vehiculos o tuneles por donde los desechos circulen como el agua. He comprobado los datos de los distritos de Nueva York y Bronx/Brooklin andan por los 13.000, Manhattan por los 27.000 y Staten Island por los 8000, aún haciendome trampas, tengo algo de margen.
        Así que para ese sueño de una almendra llena de modernisimos rascacielos, tendrías primero que contratar un bombardeo de alfombra para luego rehacerlo todo – y cuando digo todo es todo, no va a servir nada- y obtener la misma o poca más densidad poblacional. Si quieres aumentarla un 20 o un 30%, Florentino te enviará bombones todos los años, pero los ingenieros de diseño de instalaciones no te van a mar, precisamente…

        ¿Y de Ciudad de Méjico? Eso si que tiene que ser el horror…

        • Roger S. dice:

          Manhattan es bastante enorme, y tiene áreas de densidad muy baja (en Midtown y Wall St hay un vacio enorme). Si miras por barrios, el Upper East Side anda en 46.000, El Upper West Side (que tiene una amplia franja con densidades bajas) 42.000. Ambos barrios son bastante más grandes que Chamberí en población, y comparables al Eixample.

          Si quieres densidad de veras, Midtown tiene casi 400.000 habitantes – y eso es con zonas con poca altura, como Hell´s Kitchen o Murray Hill.

          Madrid tiene para añadir densidad de sobras.

          • Pescador dice:

            Como comentan abajo eso es planteable cuando inicias un desarrollo, como San Chinarro – y un riesgo, si luego no cumbres-, pero mis comentarios van contra una idea que, quizá equivocadamente, expones: la facilidad de aumentar la densidad, así en general. La idea de las cuatro alturas es estúpida, pero entre eso y duplicar densidades en zonas muy consolidadas, hay muchos tonos de gris…
            Saludos

          • Jorge dice:

            Es curioso que, hablando de la densidad de poblacion de Manhattan, obviemos Central Park, donde apenas viven unas pocas ardillas

      • Pescador dice:

        Como sospechaba, los distritos de Barcelona sobrepasan a Manhattan…
        Gracia, 29.600 h/Km2
        Ensanche, 35.600 h/Km2
        Ciutat Vella, 24.000 h/Km2

      • Javier dice:

        Roger, desde el cariño de un fan de Politikon:

        ¿Podrías indicar de dónde sacas esos datos de densidad de población en Madrid? Teniendo en cuanta que casi un tercio de la superficie de Madrid capital (entiendo que hablamos del término municipal de Madrid), son El Bosque de el Pardo y la Casa de Campo, el dato interesante sería el que hace referencia a la densidad en el suelo edificado, descontando la superficie de estas dos zonas verdes en las que no se puede construir… ¿o sugieres que también que se debería poder edificar en la Casa de Campo y en El Pardo?

        A parte de eso, el urbanismo, como cualquier otra disciplina con un elevado grado de complejidad, no se puede ventilar con dos frases en un blog. En tu entrada echo en falta el concepto de compacidad urbana, que debería acompañar al de densidad en cualquier análisis serio sobre el tema.

        Si de verdad te interesa el asunto, te recomiendo el siguiente blog de un excelente catedrático de urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid: http://elblogdefarina.blogspot.com.es/

        Saludos y enhorabuena por el blog.

        • Pescador dice:

          Un poco más arriba lo tienes desmenuzado por distritos. Los hay, por lo que tu comentas, con densidades de municipio rural extremeño, pero el Madriz-Madriz, tiene más de 10.000 h/Km2, hasta zonas con casi 30.000.

          San Chinarro me pareció algo descompensado, en cuanto a densidad y distribución, me gusta más Valdespartera ( Zaragoza), con edificios compactos de 8-10 plantas y calles no muy desmesuradas.

          • Pescador dice:

            Y hablando de Zaragoza – viví seis años allí- el centro 31.500 h/Km2 ( y con espacios vacios, zona monumental/histórica) y Delicias 35.000. Y Delicias rebosa de humanidad y calles estrechas…demasiada humanidad.
            Ahora en Valdespartera están en 45 viv/H, 4500 viv/Km2, entre 13 y 18.000 h/Km2, aunque la ley aragonesa permite hasta 7500 viv/Km2, unos 15.000-30.000 hab/Km2, con ratios españoles.
            Desde luego me parece una forma de limitación más sana que limitar la edificación por alturas y creo que se usa bastante más.

            • Javier dice:

              Evidentemente.

              El número de alturas es sólo un factor más entre todos los que hay que tener en cuenta para el planeamiento urbano, como también lo es el factor económico. Pero poner el foco únicamente en uno o en otro es una simplificación que no ayuda en nada para un análisis serio del asunto.

              Y esto lo digo por el post de Roger, no por tus comentarios, con los que estoy muy de acuerdo, y eso que soy arquitecto… (será que no todos los arquitectos son como los pintan). En cualquier caso el urbanismo es una disciplina demasiado compleja como para que ataña solamente a arquitectos y/o a ingenieros. Afortunadamente la tendencia es a que participen múltiples disciplinas (sociólogos, economistas, abogados, etc.) y que los propios habitantes tengan voz y voto en las decisiones de planeamiento urbano de sus ciudades. Todo ello, y como muy bien apunta “grasas” un poco más abajo, desde la realidad de cada lugar y de cada momento, y no desde la abstracción teórica de un única disciplina.

              Un saludo.

              • Pescador dice:

                El mayor enemigo del urbanismo son los políticos. Hay una forma , más o menos lógica, con errores e imperfecciones, de diseñar un planeamiento urbanistico, pero la mayoría de las veces se topa con los intereses creados – esa personas, encantadas de vivir en el centro o tener propiedades con altos precios, son tambien alguno de los principales actores en estos temas- que condicionan tanto la apertura de nuevos desarrollos como la densidad de población en los mismos.
                Asi te encuentras con desarrollos para 10 que acaban albergando 15 ( y creando problemas de infraestructuras) y paralizaciones de desarrollos hasta que no se han completado otros, deforma que se asegure el negocio de particulares. Y todo precedido de toma de posiciones con años de anticipación.
                E o que hai

                • Javier dice:

                  Ah, los políticos! Esos extraterrestres venidos de más allá de las estrellas que nos martirizan y que nada tienen que ver con nosotros, los de aquí…

                  Pero sí, habrá que encontrar la forma de desligar la toma de decisiones de los intereses creados por una minoría que ya ostenta casi todos los privilegios… En eso soy muy de Roger: institucionalista.

                  Un saludo.

                  • Pescador dice:

                    Eso da para otra entrada, sobre la representatividad, la captura de las instituciones, la forma de financiación de los partidos y como tomamos las decisiones. Yo también soy insttucionalista, pero para eso tenemos que romper de alguna forma con nuestro lampedusianismo.
                    Saludos

    • david dice:

      Por no mencionar que una cosa es la regulación general, que efectivamente es una monstruosidad, y otra cosa es el caso particular, en este caso el del Calderón, en el que todo indica que dejarles hacer sin más sería otra monstruosidad.

      Más que nada porque ambas situaciones, la regulación y el proyecto del Calderón, vienen del mismo origen y por tanto es de suponer que sirven a los mismos intereses.

  10. Vellana dice:

    «Probablemente los políticos madrileños nunca se plantearon cuál era el efecto económico y social de estas dos líneas en la ley del suelo. Seguramente estaban pensando en barrios agradables de clase media, con pisitos, calles tranquilas y amable ambiente pequeñoburgués.»

    Pues sí, todo consistía en que a Aguirre no le gustan las moles de hormigón: http://www.elmundo.es/elmundo/2007/05/07/madrid/1178552542.html

    Un saludo.

  11. Pepitox dice:

    La mayor de las paradojas del artículo es que probablemente el sr. Senserrich está escribiendo desde una cómoda vivienda unifamiliar en la periferia suburbana de New Haven. Un poco de coherencia, por favor.

    • Vellana dice:

      El problema es que pedir ese tipo de coherencia es incoherente. Porque suponiendo que tuviera razón y pidiendo esa coherencia estúpida, Roger o bien se tiene que ir a escribir a la planta 23 de un edificio o bien debe cambiar de argumento. Pero si cambia de argumento, resulta que pasa a estar de acuerdo con Aguirre, con la que está en contra de forma casi visceral, y vuelve a caer en incoherencia. Y encima no se puede suicidar tirándose por la ventana de la vivienda unifamiliar.
      Un drama.
      En fin.

  12. grasas dice:

    El análisis meramente economicista del suelo y de su disponibilidad está genial… si esto fuese 1996. No solo está todo ya sabido y requetehablado, el problema es que se habla de un escenario en el que no estamos (ni Madrid ni casi ningún municipio de España). Tenemos un excedente de viviendas y un excedente de suelo urbanizado (y urbanizable) brutales. Como análisis teórico, fenomenol, pero ese no es el Madrid que existe ahora.

    De lo de que la densificación de la ciudad tiene un punto óptimo de beneficio ya han hablado en los comentarios así que poco que añadir.

  13. Aloe dice:

    Estando en general de acuerdo con la tesis central, discrepo un poco.

    Los efectos vivificadores de la densidad urbana parecen ser compatibles en toda Europa con edificios de cuatro plantas. O menos.

    El precio de los solares es casi completamente dependiente de cuánto se puede construir en ellos: en épocas de tirón, el dueño del solar exprime la mayor parte del beneficio que se puede sacar vendiendo a precio de mercado el número de metros máximo que la ordenanza permite. Bajar ese número de metros disminuye proporcionalmente el precio del solar. Subir el número de metros lo aumenta. El comprador difícilmente va a encontrar diferencia. (Sí, el suelo disponible en las zonas consolidadas de la ciudad es limitado y siempre va a haber más demanda y por tanto precios más altos que en la periferia, pero va a seguir siendo así en cualquier caso y con cualquier número de plantas).

    La densidad tiene ventajas de muchos tipos, pero la aglomeración en cuchitriles sin sol al fondo de pozos de cien metros, la saturación del espacio y los servicios públicos y la conversión del tranporte en una pesadilla no son algunas de ellas. En algún punto medio habrá un óptimo.

  14. LiMA dice:

    muy de acuerdo con el post. Una cosa es que los excesos tipo Bahrein o Kuala Lumpur sean indeseables para el caso español, y otra cosa es que nuestras ciudades no se puedan densificar (mucho)más.

    Nadie está planteando construir rascacielos en el Madrid de los Austrias. Pero en toda la zona de expansión de Madrid, tanto tradicional (Hortaleza, San Blas, Vicálvaro, Ciudad Lineal) como nuevas (Sanchinarro, Monte Carmelo, Las Tablas) se habría podido perfectamente combinar áreas de crecimiento en altura (pongamos edificios de 20-30 pisos) con amplias zonas verdes.

    Así se conseguiría un uso más eficiente del suelo, «apilando» lo apilable (viviendas) para maximizar las zonas de disfrute común (especialmente zonas verdes). En lugar de eso, en Sanchinarro-Monte Carmelo-Las Tablas tenemos la barbaridad urbanística de ocupar el suelo haciendo edificios residenciales «chatos» de 4 a 6 pisos, ladrillo visto, forma de U, piscina y pádel; y rotondas, muchas rotondas (algunas con semáforos, en el colmo del disparate). Máxima monotonía, cero gracia, máxima ocupación del suelo con «cosas» que no aportan nada a la vida urbana.

    Pero ya sabemos que el «urban sprawl» es altamente rentable para algunos, como decía Teófilo Serrano. Por ahí vienen los problemas

    • Javier dice:

      «Urban sprawl» no es Sanchinarro ni Monteclarmelo ni Las Tablas, «urban saprawl», son, por ejemplo, los barrios de vivienda unifamiliar de Los Angeles, Miami, Atlanta y la mayoría de ciudades de USA, que es de donde viene el término (un vistazo a Google maps -vista satélite- de Los Angeles y lo verás claramente). En Madrid (comunidad autónoma, porque en Madrid municipio no lo hay, no cabe) se podría asimilar a los desarrollos de urbanizaciones de vivienda unifamiliar o de adosados de la zona noroeste, por ejemplo.

      Sanchinarro y demás son un ejemplo de urbanismo deleznable, pero su problema no es la altura de los edificios, son muchas otras cosas, entre las que destacan unas calles de anchura absolutamente desproporcionada (por innecesaria), sobre todo en Sanchinarro, y una insuficiente mezcla de usos.

      El tipo de ciudad de torres y zonas verdes se ha llevado a cabo compulsivamente desde los años 50 (uno de los «padres» de la idea fue Le Corbusier y su «Ville Radieuse», con el uso del coche como uno de sus ejes de desarrollo); no andemos descubriendo Mediterráneos a estas alturas de la película. Los resultados han sido en general decepcionantes y a la postre ampliamente rechazados por la mayoría de sus usuarios. En España se llama urbanismo de bloque abierto y hay elemplos a centenares, uno muy respresentativo es Móstoles. Si no lo conoces date una vuelta a ver si es la ciudad maravilla que te estás imaginando…

      Un saludo.

      • LiMA dice:

        Javier, urban sprawl significa dispersión urbana, el crecimiento a lo ancho. A eso me refiero. En EEUU se manifiesta en viviendas unifamiliares (relativamente) alejadas de la ciudad, en Madrid se manifiesta en edificación manifiestamente densificable en la periferia del término municipal. La entrada de wikipedia lo explica bien.

        No conozco los problemas de Móstoles, pero ya supongo que el urbanismo de edificios altos y zonas verdes se puede hacer bien y se puede hacer mal. Ese tipo de urbanismo tampoco requiere más uso de coche: al final la distancia de la casa de uno a los sitios donde puede querer ir es la misma, la única diferencia es atravesar hileras interminables de edificios residenciales o atravesar zonas verdes, y la verdad es que parece mejor la segunda. De hecho la densidad debería hacer más accesible el transporte público, al acercar las viviendas a las paradas de metro/ tranvía/ autobús.

        El principio básico es que el suelo en las ciudades es un bien muy escaso y que hay que dedicarlo en la mayor medida posible (siempre dentro de un orden) a cosas que beneficien al peatón/ ciudadano normal; restringir la altura de las viviendas y «desparramar» la ciudad hacia su entorno exterior es un disparate económico y medioambiental.

        • Pescador dice:

          «la única diferencia es atravesar hileras interminables de edificios residenciales o atravesar zonas verdes, y la verdad es que parece mejor la segunda.»

          Depende, depende…lo que tu llamas zonas verdes, puedes considerarlo un inmisericorde descampado cualquier noche de Enero o cualquier mediodía de Agosto, que esto no es Miami… no es lo mismo hacer un kilometro arrimado a una pared, protegido del viento, que hacer 500 metros campo a través.
          El urbanismo no es una ciencia exacta y todo tiene sus coste y su ambito cultural. Si las torres no triunfan no es solo por cuestiones de estética.
          Del mismo modo pienso que la edificación horizontal en extensión esta subvencionada por los que viven en zonas más compactas. Rutas de autobuses y recogida de basuras, mantenimiento de seguridad pública, alumbrado, señalización, saneamiento…y en zonas turisticas ya es de escandalo.

          • LiMA dice:

            nadie dice que esta solución (construcción en altura y zonas verdes) sea la panacea. Lo que sí es es infinitamente mejor que lo que tenemos ahora. El espacio en la ciudad vale dinero. El tema es si tenemos un urbanismo civilizado que canalice ese valor hacia el ciudadano medio (particularmente el peatón) a través de zonas comunes (sobre todo verdes) que hagan la vida urbana más agradable (efecto estético) y saludable (efecto pulmón); o si por el contrario establecemos absurdas restricciones a la construcción en altura que aseguren un máximo porcentaje de ocupación residencial del suelo (que no beneficia a nadie salvo a sus ocupantes) y mínimo de «cosas» que tengan valor para todos los habitantes de la ciudad.

            Definitivamente, si las torres no triunfan no es sólo por cuestión de estética. Es porque no hay suficiente conciencia urbanística y porque algunos se benefician notablemente de este disparatado «desparrame urbano»

            • Pescador dice:

              Sería mejor que pusieras un ejemplo concreto de lo que para tí lo más aproximado a la perfección, porque creo que te estás equivocando de objetivo.
              Entre el modelo de urbanización de adosados/San Chinarro de las Rotondas y el de torres de ¿n? alturas con amplias zonas verdes/descampados ( zonas verdes que necesitan mucha agua, mantenimiento y cuidados) y un paseito de 500 o 600 metros al arbitrio de los elemntos hasta una parada de metro hay una amplia variedad de matices de verde.

  15. jetkom dice:

    A favor de amontonar/densificar, pero con una condición: más zonas verdes. Muchas más zonas verdes, por favor. He pasado del Ensanche de Barcelona (35 000 hab/km2) a la parte de este de Kreuzberg en Berlín (14 000 hab/km2) y el aumento de calidad de vida que suponen las abundantens zonas verdes y la casi ausencia de tráfico no la cambio por nada. Pongo las densidades de población porque supongo que también tendrán algo que ver, aunque ojo: cuando vine el alquiler aquí estaba más barato (aunque esto no ha hecho más que cambiar).

  16. Isaac dice:

    Cómo han comentado en twitter ( https://twitter.com/GenistaS/status/592219906353045504 ), parece que en Alemania son perfectamente capaces de tener ciudades realmente poco densas pero bastante productivas.

    He hecho un mini-anàlisis de wikipedia:
    Essen: 2.744,17 hab/km²
    Düsseldorf: 2.681,37 hab/km²
    Dortmund: 2.097,15 hab/km²
    Berlin: 3.852,36 hab/km²
    Múnic: 4.205,53 hab/km²

    Barcelona: 16.055,6 hab/km²
    Madrid: 5.283,77 hab/km²

    Parece ser que en el Nordrhein-Westfalen, una de las zonas industrialmente más potentes de Alemania) ni llegan a 3000 hab/km².

    Más que querer poner esto cómo contraejemplo a todo el post, me gustaria plantear por qué zonas tan poco densas son tan productivas. Mis hipótesis serian.
    A) Las ciudades estan cerca las unas de las otras y bién comunicadas (Dortmund y Essen estan a 20′ en tren, y hasta Düsseldorf pasa poco de la hora).
    B) Las ciudades son poco densas per ENORMES en extensión.

    En fin, que me parece que más importante que cuanta gente puedas meter en un mismo espácio es cuanta gente puedes intercomunicar fácilmente.

    P.S.: Todo esto no invalida lo del precio de los pisos y la segregación social.

  17. PacoP dice:

    No se porque, pero sospecho que el autor de este articulo saliva (por no decir algo mas fuerte) al ver las maquetas del Plan Voisin del Corbu para «remodelar» Paris…

  18. Javier Zorzano dice:

    Brasil siempre sirve para ver lo que pasa cuando se aplican políticas populares.

    En Sao Paulo no parece que hubiera en su momento limitaciones a la edificabilidad de la zona centro. En algún momento se quiso construir mucho y así se hizo. Luego llegaron bajones de demanda. El resultado es que actualmente el centro de la ciudad más populosa de Sudamérica es poco menos que un slum vertical, con altisimos edificios dejados o abandonados, poca seguridad e higiene.

    La edificabilidad que se da a una ciudad impacta no en el siguiente año sino en varios decenios siguientes, quizás hasta un siglo. La edificabilidad que se ve necesaria en un boom puede ser espacio abandonado 30 años después.

    Me atrevería a matizar el artículo diciendo que hay que permitir la edificabilidad para cubrir, no la demanda actual, sino la demanda mínima que pueda haber en los próximos 50-60 años.

  19. emilio dice:

    Sobre la ciudad:
    Limitación de alturas es distinto a limitar la densidad.
    Hay consenso científico en el mundo del urbanismo (multidisciplinar) en que cierto rango de densidades es óptimo: cuando yo lo estudié creo que andaba entre 15000 y 22000 hab/km2
    También hay consenso en que el sprawl es un desastre económico, ecológico, social,… el paradigma del fracaso urbanístico
    Mayor densidad produce problemas de transporte, de tamaño de infraestructuras, insalubridad,…
    Con 4 alturas se puede conseguir sin apreturas la mayor de las densidades óptimas contando con estándares correctos de zonas verdes, espacios abiertos y dotaciones públicas.
    Pero…
    También hay consenso sobre que la ciudad sana es la ciudad variada, sin zonificación excesiva (sólo para actividades inevitablemente contaminantes-molestas), la ciudad que mezcla ocio, descanso y trabajo y también variada físicamente: con distintas alturas, dimensiones y tipologías de edificios, calles, espacios abiertos,…

    Que importantes políticos o personalidades sean tan miopes e ignorantes como para querer imponer su propio imaginario de lo que es bueno-bonito-amable, no es ninguna novedad (ahí están el príncipe Carlos pretendiendo un Londres únicamente neovictoriano, nuestra Espe con su visión de ciudad burguesa ideal, Rita y su complejo de falta de hito en Valencia,…)

    Me imagino una fiesta de esas en las que hay un mayordomo sosteniendo una pirámide de ferreros roche y señoras mayores con collares de perlas y Doña Espe de niña en un rincón jugando con una casita de muñecas y diciendo: «con lo bonita que es mi casita de muñecas ¿por qué no es toda la ciudad así?»

    Parecería que cuanto más acumulado esté el poder más fácil es que se impongan estas «visiones» garrulas. También es cierto que hay algunas de esas «visiones» que han dado buenos resultados aunque la grandilocuencia construida ha sido, históricamente, estúpida y perjudicial en el 95% de los casos.

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