Economía

Robots, abogados, ordenadores y salarios

17 Abr, 2015 - - @egocrata

Hace un par de semanas repasaba un artículo reciente sobre automatización industrial y sus efectos sobre productividad, crecimiento y empleo. Las conclusiones era que aunque el efecto económico era real y comparable a otras grandes innovaciones anteriores (ferrocarril, ordenadores), el relativamente pequeño papel de la industria en las economías modernas hacía que el efecto sobre la riqueza agregada de un país fuera relativamente limitado. Lo más interesante, sin embargo, y lo que generó más debate en los comentarios, fue su efecto en los salarios, relativamente pequeño. Los robots generaban crecimiento y aumentaban la productividad, pero no parecían expulsar trabajadores, y sólo bajaban los sueldos a obreros no cualificados.

Dado que la industria tiene un peso relativamente escaso, es hora de revisar el efecto de la automatización sobre el resto de la economía, y más específicamente, en el sector servicios. A diferencia de lo que sucede en una fábrica, una cantidad considerable de puestos de trabajo en este ámbito no requieren movimientos repetitivos en lugares cerrados con entornos fácilmente controlables. Un oficinista, contable, abogado médico o farmacéutico a menudo centra su trabajo en procesar información, organizarla, distribuirla y tomar decisiones sobre ella, no atornillar miles de tornillos 16 horas al día sin parar.

La cuestión es que en los últimos años las tareas de procesamiento de información han empezado a ser automatizables. Un robot industrial, aún con toda su complejidad tecnológica, requiere una capacidad de procesamiento relativamente limitada en sus versiones más básicas. Un robosoldador o roboplanchista será más o menos preciso y versátil, pero no necesita un cerebro mucho mayor que el de una calculadora  para saber cuándo debe mover sus extremidades mecanizadas y herramientas. Esto era posible con microprocesadores de los años ochenta, pero con el precio de la memoria aún en los cientos de dólares por megabyte el análisis de datos era demasiado caro.

El avance de la tecnología y el desarrollo de internet, sin embargo, han hecho que este cuello de botella empiece a desaparecer. Hace 30 años buscar algo en una hemeroteca requería alguien con mucha memoria, montones de paciencia y un archivo bien organizado. Ahora la misma búsqueda necesita cinco minutos de Google para cosas sencillas, LexisNexis si quieres un poco más de detalle. Hace un par de décadas un despacho de abogados de nivel tenía un pequeño ejército de letrados para buscar precedentes legales. Ahora dependen de bases de datos. Un agente inmobiliario necesitaba dedicar tiempo, esfuerzo y paciencia en tener listas de propiedades a mano; ahora todos tienen acceso en segundos a un base de datos centralizada. No quiero ni imaginarme lo mucho que les ha simplificado la vida los ordenadores a ingenieros, contables y analistas financieros, pero supongo que vais un patrón claro: la memoria es barata y los ordenadores son esencialmente imbatibles acumulando y procesando información y distribuyéndola.

La cuestión es, obviamente, ver si este avance de la automatización aplicada a cálculo y procesamiento de datos tiene un efecto aparente sobre la economía o no. Un artículo reciente de Paul Beaudry, David Green y Ben Sand (vía) parece acabar respondiendo precisamente esta pregunta.

El punto de partida es algo que lleva confundiendo a los economista desde hace cierto tiempo, la caída de la tasa de actividad en Estados Unidos, y el aparente estancamiento salarial acompañada de baja creación de empleo desde el año 2000. Se han dado muchas explicaciones a este fenómeno, desde la globalización al aumento de las desigualdades, pasando por el envejecimiento de la población, pero los autores creen que el cambio esta provocado por las nuevas tecnologías.

El argumento es el siguiente: a partir del año 2000, la demanda de mano de obra capaz de efectuar trabajos basados en el uso de habilidades cognitivas se reduce. Dicho en no-economista, hace 15 años las empresas empezaron a contratar a menos gente para trabajos no-manuales, es decir, empleados que se ganaban la vida procesando y manejando datos. Esta caída de la demanda se produce al mismo tiempo que los políticos de todo el mundo apuestan por las «sociedades del conocimiento» y deciden llenar el mundo de universitarios. El resultado es un sistema educativo que produce cada vez más abogados, contables, ingenieros y periodistas en un mundo donde un abogado con acceso a internet puede hacer el trabajo de investigación que antes hacían cuatro.

Es decir, ese viejo argumento de Krugman sobre la emergencia de los roboabogados y la substitución de trabajadores de cuello blanco por inteligencia artificial parece que está empezando a aparecer en los datos.  Lo que hemos descubierto, por decirlo de algún modo, es que la «inteligencia» de las máquinas no es (por ahora) la clase de cerebro capaz de darte conversación mientras te tomas un café, sino algo más parecido a un enciclopedista capaz de archivar y analizar toneladas de información a base de fuerza bruta. Esto no quiere decir que los resultados sean demasiado distintos: ordenadores que son mucho mejores que seres humanos jugando al ajedrez, seleccionando información relevante o buscando soluciones óptimas a base de simular trillones de combinaciones.

Para Beaudry, Green y Sand la presión competitiva de los contables, administrativos y secretarios de silicio ha acabado por forzar a muchos licenciados universitarios a buscar empleos a la baja aceptando trabajos que tradicionalmente no requerían un título universitario, a menudo aceptando salarios menores. Esto a su vez ha hecho que muchos trabajadores no cualificados tengan que aceptar trabajos aún peores o acaben abandonando el mercado completamente, explicando el hundimiento salarial en las decilas inferiores y la caída de la tasa de actividad.

¿Es una explicación lógica? En principio, así lo parece. Los calculistas, contables y archivistas tienen que haber ido a parar a algún sitio, al fin y al cabo; la productividad del sector servicios puede aumentar hacer que suban los salarios, pero hay un límite en la cantidad de edificios, demandas judiciales y demás que una sociedad va a necesitar. Los precios en muchos de estos sectores acabarán bajando (los abogados en Estados Unidos están sufriendo una auténtica crisis), y el ajuste en el mercado laboral presionará el resto de salarios a la baja.

Antes de estar seguro que esta es la explicación (o al menos un factor a tener en cuenta dentro de las probablemente múltiples causas de este problema), sin embargo, harán falta más datos. El artículo es un modelo formal ingenioso junto con una serie de cifras que parecen sugerir que la explicación es como mínimo plausible; falta por ver si un análisis empírico más general confirma el modelo. Aunque hay otros artículos que parecen sugerir que esto puede estar sucediendo en Estados Unidos, hace falta más.

Una nota final: si los robo-abogados, robo-doctores y robo-arquitectos acabarán por dominar sus industrias, ¿qué clase de puestos de trabajo bien pagados tienen futuro? Como explican en este artículo, dependen de lo fáciles que sean de «digitalizar», el nivel salarial y los estudios necesarios. Taxistas, camioneros, administrativos, y obreros industriales pueden irse despidiendo de sus puestos de trabajo. Los supervivientes serán, en gran medida, aquellos empleos que se basan en las relaciones interpersonales, creatividad e inteligencia social, y aquellos que hacen labores manuales que requieren robots demasiado complejos y caros de mantener como para ser fácilmente substituibles, como carpinteros, enfermeras, electricistas, etcétera. (Este artículo de Krugman sobre el tema es precioso).

Vamos, que finalmente nos podremos librar de los taxistas. El fontanero, sin embargo, seguirá siendo caro, llegando tarde y dejándote la casa perdida, incluso en el futuro. No se puede tener todo.


19 comentarios

  1. Una cuestión interesantísima. Me parece que hay que ser muy cuidadosos al analizar los datos, porque podemos estar ante cambios complejos con diversas fases, quizá pronto llegue una nueva fase que haga variar las cosas y la tecnología haga que se necesiten más trabajadores con alta formación. Es más, quizá ya se esté viviendo en muchos sectores.

    Por ejemplo, pensemos en los médicos de la era anterior a los rayos X. Muchos enfermos, que iban de médico en médico sin saber lo que tenían, lo descubrían con una «simple» radiografía. Quizá en esos primeros tiempos, muchos médicos perdieron pacientes, se necesitaban menos médicos. Sin embargo, se estaban poniendo las primeras piedras para el nacimiento de la radiología moderna, uno de los elementos necesarios para la sanidad moderna. Sin ella, y sin otros avances semejantes, sería impensable que hoy existiesen tantos médicos y tantas especialidades médicas.

    Un cordial saludo.

  2. Epicureo dice:

    No veo yo tan en peligro el trabajo de los taxistas; el coche autónomo, en condiciones urbanas, no llegará enseguida.

    Lo que sí debería estar claro (no veo motivo para tanta precaución y «hacen falta más estudios») es que la automatización TAMBIÉN destruye los puestos de trabajo «creativos e intelectuales» que se suponían patrimonio del ser humano. Con un buen ordenador y un par de programas, un ingeniero o un diseñador gráfico hacen el trabajo que antes hacían 10 con lápiz y papel. Como mínimo. Y el hecho es que no se necesitan 10 veces más ingenieros y diseñadores. Por eso en estas profesiones los salarios han caído al nivel del mínimo, y en las más glamurosas esperan que trabajes gratis o hasta que pagues por que te dejen trabajar. Igualmente se han devaluado las profesiones artísticas (literatura y música), salvo para los pocos afortunados que gozan de fama mundial.

    Si han desaparecido el obrero industrial, el agricultor, el oficinista y el profesional ¿qué trabajos nos quedan? Pues lo dicho: enfermera, criada, fontanero y otro oficio muy antiguo que no voy a nombrar. Básicamente, aparte de los pocos que hacen falta para controlar a los robots, los demás tendrán que buscarse la vida cuidando y entreteniendo a los dueños de los robots, a cambio de comida y cama. Vuelta a la servidumbre y el Antiguo Régimen, solo que peor.

    • Jaime dice:

      Sí y no…

      Es cierto que el oficio de «perito» o «calculador» ha desaparecido, pero a la vez se ha multiplicado la demanda de trabajo más creativo. Antes tenías a un único ingeniero diseñando un puente y 100 personas haciendo los cálculos detrás (y tampoco tan bien pagados). Ahora se diseñan y construyen muchos más puentes y más baratos porque el nivel requerido para diseñar uno es mucho menor y se hace en mucho menos tiempo.

      El que podamos escribir con procesadores de texto no ha hecho que las secretarias se queden en paro, si no que ahora puedan dedicarse a tareas de más valor añadido, que muchas veces hacían antes, pero que estaban limitadas. Y el sueldo de secretaria no era jauja.

      La automatización también ha traído muchos trabajos nuevos (en 2010 se estimaban 50K desarrolladores de aplicaciones móviles, algo que solamente 3 años antes eran 0 patatero), que además son más fáciles de aprender en comparación con ser un artesano del siglo XVII.
      A día de hoy hay muchos, muchísimos más ingenieros o diseñadores que hace 30 años. Claro, no son tan excepcionales (ni están tan excepcionalmente pagados) como antes. Pero sigue siendo preferible que ser agricultor, que antes también había más…

      Cierto es que el global no es tan sencillo de ver, pero lo del Antiguo Régimen, francamente, no lo veo…

      • dalek_fan dice:

        Yo veo mas un régimen a la cyberpunk que otra cosa. Las corporaciones ya las tenemos, solo nos faltan los implantes.

      • Javier dice:

        No puedes decirle a cinco millones de albañiles en paro que se pongan a diseñar apps. Las pruebas están ahí. ¿Cuánto empleo generaba la industria del VHS o la del disco en 1990?

        El burro que fue sustituido por el tractor no pudo «reciclarse», se extingue. Y no somos el agricultor, somos el burro.

        Un régimen feudal no, pero ¿un colapso similar al de la economía esclavista? Quizá. Sin trabajadores, ¿quién consume? ¿Cómo se va a ofrecer todo gratis y financiado con publicidad, qué se va a publicitar si no hay consumidores que compren?

        Vamos a un escenario ciberpunk y la gente no se lo va a tomar bien, nadie va a aceptar pasar hambre porque un gurú les diga que las redes sociales son el futuro.

  3. Javier dice:

    Llevaba tiempo queriendo leer algo así. ¿Cómo es que nadie se da cuenta hasta ahora de que es la principal causa del desempleo? ¿Es que la industrialización del campo no hundió el sur de EEUU y fue una causa primaria en la crisis hipotecaria de los años 20?

    Y creo Roger que te dejas un elemento importante: no es sólo automatización, el trabajo gratis también es un fuerte impacto. Todos los trabajos creativos o intelectuales ahora se consideran DWYL y por tanto se hacen gratis. Fotógrafos, diseñadores, periodistas ahora regalan su trabajo en la red. Algunos porque «es su sueño» y otros porque están empezando y quieren «hacerse un nombre» (pero siempre hay alguien haciéndose un nombre a fuerza de trabajar gratis). Ver The Huffington Post, 99designs, 500px o Behance para encontrar buenos ejemplos de repositorios de trabajo creativo 100% gratuito. ¿Cómo voy a cobrar por un logo si en internet hay 100 tíos que lo hacen gratis?

    Y lo que me da más miedo es: ¿cómo va a ser la transición? Miles de personas se van a la calle y la solución que les dan es que se hagan un blog y un Twitter o que se hagan un videocurriculum viral. Muy bien. Un mundo sin trabajo, vale, ¿pero cómo llegamos de aquí a allí? Esos taxistas y transportistas se verán sin nada y se van a cabrear, y no creo que se conformen con que alguien les diga «no te preocupes, las redes sociales son el futuro, no has entendido nada».

  4. Javier dice:

    Por cierto (perdón el doble comentario) olvidad ya lo de «quedará tal trabajo». Eso creíamos en la España rural. ¿Cómo se va a automatizar la vendimia? Hacen falta manos, no valen las cuchillas de la segadora. Hasta que vimos la vendimiadora, que no tiene manos pero tiene látigos. O la vibradora, que lo mismo te recoge un olivo que un almendro o un cerezo. Adiós al trabajo estacional agrario. La mecanización no para.

    Yo he trabajado en carpintería y en diseño 3D y os aseguro que sólo hace falta una impresora 3D para sustituir a todos los trabajadores menos al montador, y si tienes un drone con los brazos adecuados al montador te lo pules también.

    ¿Y los super cualificados del MIT? ¿Recordáis que en Blade Runner los Nexus 6 eran «al menos iguales en inteligencia a los ingenieros que los crearon»? Pues eso están haciendo en Sylicon Valley, crear a sus propios sustitutos.

    Todos los trabajos van a desaparecer, la pregunta es cómo afrontarlo sin que sea un baño de sangre. Y nadie se lo está preguntando.

    • luis dice:

      renta básica

    • PaulJBis dice:

      Hombre, alguien tiene que diseñar y fabricar las segadoras, vendimiadoras, etc. Y supongo que su mantenimiento no se hará solo. Necesitarán mecánicos. Otra cosa es que eso compense los empleos que se pierden, que seguramente no.

  5. David dice:

    Tema muy interesante y del que vamos a oír hablar mucho en los próximos años, aunque asustado me dejan los comentarios: «Vuelta a la servidumbre y el Antiguo Régimen, solo que peor», «colapso similar al de la economía esclavista», «Todos los trabajos van a desaparecer», «baño de sangre»…

    No creo que lleguemos ni de lejos a nada tan dramático, pero sí que parece apuntar todo a que esta vez no ocurrirá como en revoluciones industriales o tecnológicas anteriores, en las que desaparecían profesiones pero eran sustituidas por otras nuevas. Creo que esta vez no va a ser el caso, al menos no lo suficiente para compensar. Sí, hay, por ejemplo, muchos desarrolladores de aplicaciones móviles que hace muy pocos años no existían, pero habría que hablar de cuántos diseñadores/maquetadores web (o gráficos) han desaparecido en esos mismos años. Y así en todos los sectores.

    Igual vamos a tener que ir pensando en cómo afrontar un contexto de paro estructural más alto de lo que estábamos acostumbrados hasta ahora, en todo occidente y en especial en España.

  6. antonio dice:

    Alguien sabe porque en la ‘Treintena Gloriosa’,1945-1975, en Occidente, la innovación (igual o superior proporcionalmente a la actúal, robótica incluida)NO AFECTO AL EMPLEO. Al revés, la mayoría de paises occidentales rozaban tasas de pleno empleo. Buena pregunta. Respuesta: la propiedad. Si hay mucha propiedad privada (tambien de la innovación), como ahora, hay y habrá mucho desempleo. La historia económica esta ahi para comprobarlo. Y si hay mucha propiedad pública, como en 1945-1975, cualquiera que sea la innovacion, cualquiera que sea, sus beneficios son tuyos, porque son de todos. Si no llegas a la cuestión de como se reparte la propiedad del capital ( capital innovador incluido), en economía no te enteras de nada. Lo que debe asustar no es el robot, ni la impresora 3d, ni cualquier otero artilugio, factores secundarios realmente, lo que si deberia asustar y mucho es… la propiedad. El post no habla nada de esto, por cierto.

  7. Ramón García dice:

    Lo que necesitamos discutir y combatir más, como fuente de desigualdades en ese mundo que presenta Roger es la propiedad intelectual. Si los diseños de esos robots se pudieran copiar libremente, la competencia haría caer su precio, y entonces la riqueza generada por la pérdida de mano de obra no se quedaría en manos de unos pocos, y la sociedad recibiría estupendos servicios por precios muy bajos.

    Al contrario, todo esto puede llevar a una desigualdad muy elevada si mediante patentes estos diseños están protegidos durante demasiado tiempo.

    La importancia de la propiedad intelectual como motor de desigualdad lleva demasiado tiempo subestimada.

  8. Alvar dice:

    Pero entonces ¿necesitaremos millones de inmigrantes en Europa por que nuestra baja natalidad pone en peligro las pensiones del futuro o no?

  9. Colomer dice:

    Como parece que nadie se atreve a decirlo, voy a ser yo quien lo diga. Esto se soluciona con una guerra mundial en condiciones.

    El escenario ciber-punk solo se dará en las naciones que pierdan la guerra, los que ganen tendran el dominio de la tecnología y medio planeta para reconstruir. Las tareas repetitivas son automatizables, pero reconstruir algo requiere muchisima mano de obra de todo tipo.

    Personalmente tengo la esperanza de que esto no sucediera sino

    • Colomer dice:

      Mi comentario anterior estaba incompleto. Estoy con el movil y se me fue el dedo.

      Como parece que nadie se atreve a decirlo, voy a ser yo quien lo diga. Esto se soluciona con una guerra mundial en condiciones.

      El escenario ciber-punk solo se dará en las naciones que pierdan la guerra, los que ganen tendran el dominio de la tecnología y medio planeta para reconstruir. Las tareas repetitivas son automatizables, pero reconstruir algo requiere muchisima mano de obra de todo tipo.

      Personalmente tengo la esperanza de que esto no suceda pero la tentación para los dirigentes será muy grande llegado el momento. Confio en que la transición de tecnologías energéticas basadas en combustibles fósiles a aquellas basadas en renovables nos de trabajo de renovación, dificilmente automatizable, durante una larga temporada.

  10. Ping dice:

    Cómo olvidar tu anterior artículo «robofregona über alles».

    Supongo que las profesiones del futuro serán aquellas que consistan en tratar con personas, con máquinas y con las relaciones que se dan entre estas.

    A medida que se reducen las redes familiares, es posible que el trato y el contacto humano se profesionalice. Lo cual, de hecho, ya ocurre. Ya que alguien trae a colación Blade Runner, recordemos que Pris era una roboprostituta y otra Nexus 6, que estaba en el guión pero cuyas escenas se eliminaron, estaba diseñada para el cuidado del hogar y los niños.

    El artículo de Krugman es una pasada (por cierto, que en una versión extendida del mismo artículo dice que en 2096 el sistema de transporte emplea a más de 4 millones de conductores, o sea que de enterrar a los taxistas, nada). Por favor, Roger, no dudes en compartir joyas como ésta o aquel artículo del NYT magazine de las empresas de recobro de deudas en USA.

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