Italia, Colombia, Venezuela y Bolivia son cuatro países cuyos sistemas de partidos parecían rocosos pero que súbitamente se vinieron abajo. ¿Es esto algo habitual? ¿Por qué ocurre en algunos países y no en otros? En un libro reciente, Jana Morgan apunta algunas de las causas detrás de este colapso. La autora compara diferentes sistemas políticos e identifica tres factores principales, no del todo separados entre sí, que se dieron antes de su descomposición.
Para seguir leyendo, en la Tribuna de El Mundo: Partidos en tiempo de descuento.
Yo no creo que vayamos hacia una contraposición entre dos polos tradicionales (izquierda y derecha) y un tercer polo que represente una opción contra el sistema. No lo creo porque la sociedad española es especialmente sensible a la confrontación abierta. Creo que la gente quiere discrepancia, pluralidad, múltiples opciones, pero no un enfrentamiento de enemigos entre lo viejo y lo nuevo. No creo que los viejos partidos quieran tener un porcentaje elevado de la población que se manifieste frecuentemente contra el sistema. Tampoco creo que los que apoyan a movimientos como Podemos quieran una lucha eterna por un cambio en el sistema; pienso que la mayoría de ellos quiere cambios reales, no luchas interminables. Creo que cada parte cederá un tanto y llegarán a acuerdos para mejorar el marco en algunos aspectos que se consideren convenientes y que el voto, tras el debate de la reforma institucional, se dividirá entre dos únicos polos (izquierda y derecha). Me parece más sencillo que lleguen a algunos acuerdos importantes, por ejemplo, Rajoy e Iglesias de lo que lo fue en su momento entre gente tan distante como Carrillo y Fraga.
Un cordial saludo.
Comparar el tándem Carrillo-Fraga con el tándem Naniano-Coletas equivale a comparar a Maquiavelo con Kissinger.
Sin acritud.
Creo que los grupos de partidos hegemónicos van a tener ciclos más cortos. En España hemos comprobado que las herramientas tecnológicas que abaratan enormemente el llegar a un público amplio en poco tiempo y poca inversión puede dar lugar a cambios de status quo que hasta hace pocos meses creíamos imposibles. Hace pocos meses el único cambio que se percibía como «revolucionario» en nuestro sistema de partidos era que un posible partido de ámbito nacional (pongamos UPyD) pudiese convertirse en un partido con 30-35 escaños y bisagra de los 2 grandes.
[…] Un libro reciente que ha publicado la politóloga Jana Morgan (y que ya ha mencionado Pablo Simón con anterioridad), investiga este fenómeno, con un énfasis especial en el caso de […]