Economía & Política & Sociedad

Género, infancia y desigualdad: empezamos la serie

27 Oct, 2014 - - @politikon_es

De todos los cambios socioeconómicos que han tenido lugar en el último siglo, tal vez uno de los de mayor calado sea el que afecta al estatus sociodemográfico de la mujer y de los menores [Balbo, Bilari, Mills, EJoP 2013]. En la actualidad, nuestro régimen demográfico está regido por un menor número de hijos por mujer y mayor inversión individual en cada uno de ellos, y tanto la maternidad como el matrimonio han pasado a ser vistos principalmente como una elección que entra dentro del dominio de autonomía de la mujer.

Este cambio ha ido de la mano de una mutación en el modelo de familia, en la política y en el mundo del trabajo. Reflexionar apenas unos minutos sobre la comparación entre el mundo anterior a la Primera Guerra Mundial y el actual permite entender que hay pocos cambios sociológicos que caractericen a nuestro tiempo que no estén directa o indirectamente relacionados con éste.

Detrás de esta gran transformación se encuentran distintas fuerzas. El cambio tecnológico ha hecho posible una reconversión en el patrón de producción conjunta de la descendencia y el trabajo doméstico. Por un lado el acceso a métodos contraceptivos [Goldin Katz JPE 2002] ha hecho posible mantener el control sobre el número de hijos; por otro, la democratización de los electrodomésticos ha liberado masivamente mano de obra [Greenwood, Seshadri, Yorukoglu RES, 2005] de la economía doméstica hacia el mercado laboral. La economía moderna otorga un papel cada vez más central al capital humano, un activo intrínsecamente ligado al entorno familiar, de modo que su reparto afecta directamente a las desigualdades.

De la mano de este patrón de cambio han ido evoluciones institucionales y culturales. Las sociedades modernas se han destradicionalizado progresivamente y han evolucionado hacia valores llamados «postmaterialistas» (Inglehart WEP 2008) volviéndose más individualistas, más sensibles a la igualdad de oportunidades y al mérito individual. Las legislaciones han cambiado para acomodar estos cambios en la mentalidad legalizando el divorcio (Iversen, Rosenbluth Soskice 2005) y el aborto, prohibiendo la legislación por razón de sexo o raza y promoviendo cada vez más un modelo educativo igualitario que transmita estos valores.

El logro de la igualdad en perspectiva

Tal vez el resultado más visible de estos desarrollos sea el cambio de estatus de la mujer. En apenas cien años alrededor de la mitad de la población ha pasado de estar excluida o relegada a un segundo plano en casi todas las áreas, a postularse en todas esas áreas como digna del mismo reconocimiento que cualquier hombre.

De envergadura difícilmente minimizable como es este cambio, hoy persisten diferencias notables entre hombres y mujeres. Tanto en el hogar como en la vida laboral, como en la política, es común escuchar quejas de que las circunstancias a las que se enfrentan hombres y mujeres son distintas. Los datos (OCDE 2006, INE) reflejan que las mujeres, en media, están segmentadas en trabajos distintos, a menudo con menor proyección profesional o menor compensación. Aunque obtienen mejores resultados académicos, ello no parece redundar en una mejor proyección profesional; participan menos en el mercado de trabajo o en la política (Claveria WEP 2014) y siguen soportando una carga comparativamente mayor del trabajo doméstico que los hombres. En suma, vivimos en una sociedad en la que la identidad de género estructura asimétricamente una parte destacable de las interacciones sociales desde la edad más temprana, y acompaña a los individuos durante todo su ciclo vital.

Sin embargo, ¿son fiables estos datos? ¿Reflejan un problema o se pueden interpretar de forma benigna? ¿Cuál es el origen del problema? ¿Existe margen para combatirlo desde las políticas públicas? Todas estas son preguntas vinculadas entre sí que la investigación en ciencias sociales se ha esforzado por ayudar a responder.

El impacto socioeconómico de la igualdad

La percepción de la centralidad de las problemáticas de género no genera un consenso unánime hoy. Para muchos, el término «feminista» genera rechazo. Para otros, habríamos alcanzado ya un grado de igualdad suficiente, que habría hecho pasar este problema a un segundo plano. Sin embargo, es nuestro objetivo convencer al lector en los siguientes párrafos de que existen varias consecuencias ligadas al cambio de estatus de la mujer en la sociedad y en el patrón de fertilidad que hacen que vivamos una época en la que, como sugiere el sociólogo Gösta Esping-Andersen, «No podemos permitirnos no ser igualitarios» (Esping Andersen, Polity 2009).

La primera serie de consecuencias se proyecta, más allá del estatus de género, hacia la igualdad de oportunidades entendida de forma más amplia. La investigación reciente sugiere que la desigualdad tiene raíces profundas que están íntimamente ligadas a variaciones en el entorno familiar, y por ende afectadas por las mutaciones en el patrón de familia. La incorporación de la mujer al trabajo ha tenido como efecto incrementar la disparidad de renta familiar al incrementar la homogamia (Greenwood, Guner, Kocharkov Santos VOXEU 2014 y Bryning, Longhi, Martinez Pérez 2008). El aumento de madres solteras y de familias atípicas más generalmente (Ermisch, Pronzato The Economic Journal 2008) ha supuesto un aumento de riesgo de pobreza infantil al no poder suplir el Estado las estructuras familiares (Bradley, Corwyn ARPs 2002Suet-ling Pong et al, 2003) . La atención que los padres prestan a los hijos o las condiciones en las que estos crecen (Heckman: Science 2006) son igualmente importantes (Heckman 2013) y pueden tener un impacto duradero incluso sobre el desarrollo neurológico  (Hackman et al 2012). Muchas de estas consecuencias se enraízan en decisiones privadas -el barrio en el que se decide vivir, la decisión de con quién casarse, la estabilidad familiar- que están en buena medida más allá de la órbita de acción de las políticas redistributivas tradicionales. Asimismo, existe evidencia de que el grado de igualdad dentro del matrimonio puede afectar al estatus socioeconómico de los hijos (Li, Wu, JHR 2011, Rangel Economic Journal 2006Duflo 2003).

Más allá de las consecuencias para la igualdad, la mejora del estatus de la mujer ha resultado ser un motor en el desarrollo económico (Duflo JEL 2012): la mutación de la estructura familiar impacta directamente en la sostenibilidad fiscal a largo plazo de la mayor parte de los Estados. Las economías occidentales, y España en particular, se encuentra hoy inmersas en una combinación de baja natalidad, baja participación laboral, bajo crecimiento de la productividad y prolongación de la esperanza de vida que amenaza con ahogar las rentas salariales con impuestos sobre el trabajo y desestabilizar todo el sistema de solidaridad intergeneracional (Marí Klose 2012). Se argumenta así desde algunas instancias (Esping-Andersen 2011) que la inversión en políticas familiares podría cuadrar el círculo de aumentar la productividad del trabajo, permitir una mayor participación de la mujer en el mercado laboral y aumentar la natalidad. Si esta conjetura resultara ser cierta, la conclusión de que es urgente reformar la configuración del Estado de bienestar actual sería difícil de eludir.

Con independencia de la importancia intrínseca otorgada a los problemas de género, la comprensión de los orígenes, las causas y las consecuencias del cambio al que hacíamos referencia parece prioritario en la agenda pública. Reconciliar la igualdad de género, la mutación del modelo de familia y la de la natalidad es posiblemente uno de los grandes retos a los que se enfrentan las sociedades occidentales.

El ciclo sobre igualdad de género y políticas familiares

En Politikon iniciamos a partir de hoy una serie que intentará arrojar luz sobre estos problemas, alimentar el debate y dar visibilidad a estas cuestiones. Pensamos que se trata de asuntos complejos, de los que se habla poco y mal. Poco, porque la conexión entre las distintas cuestiones enumeradas se entiende mal, y su aparición en el debate público parece acotada demasiado a menudo a una concesión ideológica al feminismo cuando, en realidad, su órbita va mucho más allá. Mal, porque con demasiada frecuencia estos debates parecen abordarse en el eje estrictamente ideológico, prestando poca atención a los datos o a la investigación académica, lo que en la práctica cortocircuita cualquier debate fértil. Finalmente, se trata de problemas complicados, en los que pensamos que se puede ganar mucho abordándolos desde una perspectiva analítica, plural y serena -y ese es precisamente el tono con el que nos gustaría enfocar la serie.


70 comentarios

  1. Yann dice:

    Un par de detalles al respecto de la igualdad.

    – Las mujeres en política están infrarrepresentadas con respecto a la población, pero sobrerrepresentadas con respecto a la afiliación. Es decir: una mujer que se afilie a un partido político lo tiene más fácil para ascender en ese partido que un hombre. Aun así, se considera que son las mujeres las que están discriminadas.

    – Las mujeres tienen mayor presión social para desarrollar labores del hogar. Los hombres tienen mayor presión social para desarrollar labores que impliquen alta retribución económica independientemente de que resulten menos satisfactorios, tengan mayor dificultad, estrés o carga de trabajo (razón por la cual se encuentran mejor retribuidos). Ambos tienen presión social que les limita la libertad de elección, ambas cosas se señalan como discriminatorias, pero en ambos casos se señala a la mujer como la discriminada y al hombre como beneficiado.

    No hay un protocolo claro que permita definir quien está discriminado y cuales son los parámetros que lo determinan. En este momento, en cada situación se aplica un narrativa distinta, se valoran parámetros diferentes, y se llega siempre a la conclusión, que a menudo parece establecida de antemano, de que el hombre es el privilegiado y la mujer la discriminada.

    • dalek_fan dice:

      «Aun así, se considera que son las mujeres las que están discriminadas.»

      Posiblemente sea porque, de hecho, lo están. Dadas las estadísticas de su presencia en puestos de poder o responsabilidad.

      «Las mujeres tienen mayor presión social para desarrollar labores del hogar. Los hombres tienen mayor presión social para desarrollar labores que impliquen alta retribución económica independientemente de que resulten menos satisfactorios, tengan mayor dificultad, estrés o carga de trabajo (razón por la cual se encuentran mejor retribuidos).»

      Que el hombre padezca el otro lado del sexismo que todavía hoy reparte papeles sociales no significa que sea posible comparar la discriminación entre ambos géneros (ejem) de la misma forma.
      El hombre sufre una serie de presiones y condicionantes. Eso no significa que no siga siendo la parte privilegiada.

    • Moisés dice:

      «una mujer que se afilie a un partido político lo tiene más fácil para ascender en ese partido que un hombre»
      Es coña no?

  2. Julio dice:

    Las mujeres están infrarrepresentadísimas entre las personas que duermen en cajeros y en cárceles y no he visto a nadie clamando al cielo por eso.

    Un saludo

  3. Maese Alcofribas dice:

    Creo que Yann y Julio tienen una perspectiva equivocada, e intentaré poner mi grano de arena para que el debate no desvaríe por esos derroteros.

    El mundo humano no nació ayer. Tiene como 200.000 años de vida y 5000 de civilización. La naturaleza dio en general al macho mamífero mayor masa muscular y agresividad. La hembra sólo decide cuando se folla. En el mundo humano muchas veces ni eso, con ese invento llamado agresión sexual (sobre este punto en concreto, miremos las cifras en España y reflexionemos).

    El mundo siempre ha estado dominado por hombres y no conocemos el contrafactual (no me valen Isabel de Inglaterra, Thatcher ni las amazonas). Tanto que la mujer votó por primera vez en Suiza en los 70 si no me equivoco. Me decía un comentarista en nadadesgratis algo como «¿y todos los hombres muertos en las guerras?» … hombre (nunca mejor dicho), por dios… guerras montadas por hombres. Sí que hay gente que clama por los que duermen en cajeros y en cárceles, pero apropiadamente no lo llaman discriminación sexual, porque va de macho a macho. Si las mujeres llevaran siglos dominando el mundo, esos fenómenos sí serán justamente sospechosos de discriminación sexual. White and in bottle. Yo no digo que los hombres tengamos que flagelarnos todas las mañanas o llevar cilicio, sino que no tengamos la cara dura de negar que, a día de hoy, aunque la discriminación no sea tan directamente observable como cuando estaba plasmada en las leyes, la carga de la prueba la seguimos teniendo nosotros.

    Sólo como dato que aportar al debate: ser mujer es un predictor significativo de trastorno mental, clínico y subclínico ( la «ventaja» de los hombres en psicosis y abuso de sustancias se ve ampliamente compensada por los trastornos ansiosos y afectivos), y puntúan sistemáticamente más alto en dimensiones de personalidad relacionadas con las emociones negativas (neuroticismo, ansiedad-rasgo, etc). Igual es congénito (mujer tenía que ser), o será que vivir con hombres siendo mujer estresa mucho.

    • Julio dice:

      ¿Entonces la perspectiva no equivocada cuál es? ¿el sexismo que irradia tu comentario? no voy a pasar por ahí. Parece que justificas que los hombres hayan muerto en las guerras porque los han mandado allí hombres, entonces la única diferencia que encuentras en las personas es lo que tienen entre las piernas (otros, el color de la piel). Yo pienso que esa es la perspectiva equivocada ya que durante siglos varones del pueblo llano han derramado su sangre por reyes y obispos. Esa es mi interpretación de los hechos. Te vuelvo a decir que tu postura es sexista porque según parece la mayor diferencia entre las personas es su sexo (me niego a decir género) y al mismo tiempo me queda claro que no es así porque posiblemente tenga más cosas en común con muchas mujeres que contigo.
      Cara dura la tuya cuando dices que «la discriminación no sea tan directamente observable como cuando estaba plasmada en las leyes» mientras sabes de sobra que en la Unión Europea, y sobre todo en España hay leyes neutras y leyes que favorecen a las mujeres y ninguna que favorezca a los hombres.
      Otro dato que aportar al debate: En el 90% de las muertes violentas en España, la víctima es un hombre.

      • aviermen dice:

        Solo por matizar el último dato: ¿qué porcentaje de muertes violentas tiene por verdugo un hombre?

        • Julio dice:

          No lo sé. No me sorprendería que fuera el mismo o más. Es lógico, por lo general los hombres somos más proclives a la violencia física. Pero ¿y qué? estamos en lo mismo, ¿es menos grave una agresión si se produce entre personas del mismo sexo? es una pregunta retórica porque para ciertos supuestos el legislador ya ha dado su vomitiva respuesta.

      • Yann dice:

        Un par de detalles sobre el comentario.

        – «El hombre siempre ha estado dominado por hombres» no implica que los hombres hayan dominado el mundo. Lo han hecho una pequeño grupo de ellos. A este respecto, la diferencia entre hombre y mujeres es que si una mujer tenía probabilidad casi cero de pertenecer a ese grupo, un hombre tenía una probabilidad de uno entre mil. El 99.9% de los hombres a los largo de la historia han tenido poco o ningún poder.

        – Lo mismo ha ocurrido con el voto. Los hombres no han tenido derecho a voto durante siglos. Las mujeres no han tenido derecho a voto durante siglos más dos o tres décadas adicionales.

        – Es cierto. Las guerras han estado montadas por hombres. No sabriamos que habrían hecho las mujeres y no podemos decir que habrían hecho los mismo solo porque cuando ha habido alguna mujer en el poder ha hecho lo mismo, luego la culpa es exclusivamente nuestra. Pero siendo más específico, las guerras las han montado media docena de hombres, y en ellas han muerto millones. Es interesante como se le asigna al género masculino como tal la responsabilidad de las decisiones de un 0.001% de ellos.

        – Como dices: ser mujer puntua alto en trastorno mental, clínico, subclínico y emociones negativas: convivir con hombres debe ser estresante. El único problema es que los hombres también hemos vivido y trabajado rodeados de hombres y no parece que estemos tan afectados. Esto es otra muestra de esa capacidad de convertir cualquier dato en una discriminación hacia la mujer: si una mujer tiene emociones negativas, es que el hombre es culpable.

        • Maese Alcofribas dice:

          sobre los tres primeros puntos ya le he contestado a Julio. Sobre lo último no me hagas trampas, hablamos de vivir entre hombres SIENDO MUJER. No he dicho que sea por eso, sino que es una hipótesis razonable. Y cada vez me llama más la atención como reaccionan muchos hombres ante ella.

          • Yann dice:

            Es normal que los hombres tengan problemas con esse tipo de hipótesis ya que son imposibles de confirmar o rebatir. Afirmar que convivir con hombres siendo mujer es diferente y no comparable en manera alguna conduce a cualquier conclusión que deseemos sin miedo a que sea rebatible. ¿Las mujeres tienen mayor índice de trastornos mentales?. Es culpa de los hombres, porque es dificil convivir con nosotros. ¿Las mujeres tienen menor interés por la informática?. Es culpa de los hombres, que presionamos en contra. Y como solo las mujeres están en esa situación y la comprenden, debemos aceptar nuestra culpa obedientemente. Podíamos plantear cualquier otra cosa que queramos y podríamos asignar la culpa a los hombres de la misma manera. Es un tipo de razonamiento todo-terreno: vale para todo y se puede culpar a los hombres de lo que se desee.

            Lo que a mí me llama la atención es que te llame la atención como reaccionan los hombres ante esto.

            • Maese Alcofribas dice:

              No, Yann, no. Es obvio decir que los autores de esos estudios no son idiotas, y en sus cálculos ajustan por covariables mediadoras que puedan explicar el efecto. Claro que siempre me podrás decir que se les está escapando alguna. Por el contrario imagina ahora que sí, que a la investigación le cuesta encontrar confusores que expliquen el efecto, o que encuentra mediadores significativos que no tumban mi hipótesis (como un estudio australiano que ojeé hace un rato buscando por google que encuentra que parte del efecto se explica por una mayor pobreza de las mujeres muestreadas; ¿mal muestreo, o por qué son más pobres?). ¿Qué hipótesis tienes tú sobre el peor estado psicológico de las mujeres? ¿que es por la regla? ¿qué se te ocurre?

              • Maese Alcofribas dice:

                Aclaro (y acabo) que no me refiero a que las mujeres que están peor psicológicamente (pues hablábamos de un efecto promedio) lo estén por culpa de los hombres con los que se rodean. Faltaba más. Se trataría de un efecto promedio histórico-cultural, por así decirlo, que aun se arrastra.

              • Yann dice:

                ¿Que explicación se me ocurre?. La explicación más simple: las mujeres tienen mayor tendencia a los trastornos mentales que los hombres. Cualquier otra explicación, como que es culpa de los hombres, tendrá que basarse en algo más sólido que «es que mire usté, ser mujer en un mundo de hombres es mu dificil».

                • Maese Alcofribas dice:

                  Te pregunto que qué explicación se te ocurre para que las mujeres tengan mayor tendencia al trastorno mental y me respondes que la explicación es que tienen una mayor tendencia al trastorno mental. Entiendo que quieres decir «tendencia biológica», independiente de factores ambientales. Como la regla, vamos.

        • Moisés dice:

          La mujer puntúa alto también en cantidad de ellas que ganan menos que ganan menos que hombres teniendo ambos la misma calificación profesional: http://www.oecd.org/gender/data/genderwagegap.htm
          Entre muchas otras cosas en las que puntúa alto, claro. No veo que el artículo diga en ninguna parte que el hombre es culpable de todo lo que le pasa a la mujer. Pero seguimos viviendo en una sociedad mayormente gobernada por hombres (de manera global, me refiero). Y a las mujeres, en esa sociedad, les va peor que a los hombres. Eso no quita que, aun así, no les vaya mejor que nunca antes. Pero sin duda queda mucho por hacer. Sí que estoy de acuerdo en que existe feminismo y feminazismo. No son lo mismo y hay mucho radical que prefiere gritar propaganda en vez de trabajar objetivamente por promover cambios necesarios.

          • Yann dice:

            Es cierto, si comparamos a hombre y mujer en base a la calificación profesional, hay gender gap. Si lo hacemos considerando variables adicionales como formación adicional, experiencia laboral u horas trabajadas, resulta que el gender gap desaparece,

            http://www.consad.com/content/reports/Gender%20Wage%20Gap%20Final%20Report.pdf

            Este fue un estudio a fondo para el departamento de trabajo US de 2007. No salía lo que se esperaba, así que parece que hemos vuelto a olvidarnos de considerar otras variables en el gender gap, no sea que los datos no cuadren con la narrativa de discriminación.

            • Moisés dice:

              Yo no he dicho que el gender gap se deba exclusivamente a la discriminación. El cálculo del gender gap tiene una versión ajustada que incorpora factores como los que mencionas: http://epp.eurostat.ec.europa.eu/statistics_explained/index.php/Salary_calculator#The_adjusted_gender_pay_gap . Nadie se ha olvidado de eso. Otra cosa es que tú no supieras que también se estudiaba. O no quisieras mencionarlo. Efectivamente, al ajustarlo a esos factores, el gender gap disminuye en muchos sitios. Pero no desaparece.

              • Yann dice:

                Las conclusiones del estudio del departamento de trabajo US indican que el gender gap disminuye hasta tal punto que ni siquiera es posible asegurar su existencia.

                • Moisés dice:

                  No, lee lo que enlazas. Las conclusiones dicen que: «As a result, it is not possible now, and doubtless will never be possible, to determine reliably whether
                  any portion of the observed gender wage gap is not attributable to factors that compensate women and
                  men differently on socially acceptable bases, and hence can confidently be attributed to overt
                  discrimination against women. In addition, at a practical level, the complex combination of factors that
                  collectively determine the wages paid to different individuals makes the formulation of policy that will
                  reliably redress any overt discrimination that does exist a task that is, at least, daunting and, more
                  likely, unachievable. »
                  O sea, reconoce que existe, sí,discriminación y aclara que no es el único ni puede ser tomado como principal factor al no poder determinarse exactamente su peso como parte del total. Exactamente lo que te he dicho arriba. Simplemente opina que es un factor despreciable para tener en cuenta en la formulación de policies ya que no es «measurable».

                  • Yann dice:

                    Interesante.

                    Las conclusiones dicen «no es posible, y probablemente nunca lo sea, determinar de manera confiable si cualquier parte del gender gap no se pueda atribuir a factores que compensan hombres y mujeres distintos de los socialmente aceptables, y que por lo tanto se pueda atribuir a una discriminación contra la mujer».

                    Esa para ti significa que «las conclusiones dicen que sí existe discriminación». Creo que no hace falta decir más.

                    Como decía House, es inutil discutir con fanáticos. Si sirviera para algo, hace tiempo que habrían dejado de ser fanáticos.

                    • Moisés dice:

                      «overt discrimination that does exist»

                    • Moisés dice:

                      En algo estamos de acuerdo: discutir con fanáticos es imposible. Y en algo más: usa el espejo para las descalificaciones personales.

                    • Yann dice:

                      Si, claro. Dice «overt discrimination that does exist¨. Solo te olvidas de que esa frase empieza por «As a result, it is not possible now, and doubtless will never be possible, to determine reliably WHETHER…».

                      Argumentación fina fina, oiga. Vaya nivel, maribel.

      • Maese Alcofribas dice:

        Julio, yo me estaba centrando en la comparación hombre-mujer. No soy tan obtuso como para ignorar que a su vez entre los hombres hay diferencias de poder y dominio de los recursos y las interacciones sociales (que en un principio seguramente se basaron en la pura fuerza física y luego fueron entrando otras habilidades o rasgos adaptativos conforme evolucionaba la sociedad). Por eso hablamos de ricos y pobres, y no de ricos y pobras.

        si quieres comparamos las leyes de discriminación positiva de la UE con cualquier código legal desde 1945 hasta el principio de los tiempos.

        en nadaesgratis contaban un estudio italiano donde se observó que los catedráticos varones no eran más duros en promedio con sus examinadas que con sus examinados, sino que eran más duros con ellas cuando había una catedrática en el tribunal (interesante resultado que plantea nuevas hipótesis). Eso es (una gota de) discriminación sexual. Si es inconsciente (entiendo que lo más probable), posiblemente baste para revertirlo con informar de ello a dichos catedráticos. Si no el problema sería más complejo.

        Yo digo que sí, que hay un feminismo, o mejor dicho feministas, en las que por las circunstancias que sean predomina el odio, y se aprovechan de esa realidad histórica para volcarlo. Me las imagino corriendo enloquecidas con tijeras en las manos para hacernos a todos castrati y reproducirse por clonación (y no me refiero a FEMEN, que me molan un montón; lo de las bragas manchadas de rojo enredadas en el cuello de Rouco no tiene precio). Pero que me llames sexista… es como si un tejano me llamara racista por tener como hipótesis razonable que en EEUU sigue habiendo formas, sutiles o no, de discriminación racial.

        • Julio dice:

          Yo no te he llamado sexista, he dicho que tu postura es sexista. ¿que antiguamente se discriminara a la mujeres y hubiera una base legal y moral para ello? no te lo voy a negar. Igual que se discriminaba a los hombres en lo que ya hemos hablado de las levas para mandar a una gran cantidad de varones a morir por el capricho de unos pocos. El último ejemplo de eso en España lo tenemos en la Guerra Civil (buscad las levas del biberón, por ejemplo) Yo no hice la mili porque ya me no tocó, tengo 28 años pero mi padre la hizo, (por coj…) todavía durante el franquismo y obviamente mi madre no.
          Sobre el tema de los examinadores también hay un estudio que dice que las examinadoras son más duras con los estudiantes que con las estudiantes.

      • Moisés dice:

        «En el 90% de las muertes violentas en España, la víctima es un hombre.»
        A ver, por enésima vez: una fuente! Un enlace!!

        • Julio dice:

          Vi la noticia hace relativamente poco con datos del año pasado. Los números eran mas o menos 700 hombres muertos por 80 mujeres muertas. No la encuentro pero te pongo 2 enlaces que tocan el tema:
          http://www.datosmacro.com/demografia/homicidios
          http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/27/espana/1361964219.html

          • Sgt. Kabukiman dice:

            En el primer enlace la proporción es de 65-35% y no son 700 sino 365. Si añadimos los suicidios la proporción aumenta pero tampoco llega al 90%.
            No se quien les proporciona los datos pero usted y el otro harían bien en contrastar datos, aunque pudiera ser que chocara con sus prejuicios…..

            • Julio dice:

              Ya que no encuentro la fuente con los datos, cambiaré mi afirmación: En el 65% de las muertes violentas en España, la víctima es un hombre, porcentaje que aumenta si añadimos la tasa de suicidios. ¿Te parece que es aceptable, además teniendo en cuenta que uno de los memes de nuestros días es la «violencia contra las mujeres»?

          • Moisés dice:

            Si tú por fuente entiendes una noticia d El mundo, no hay mucho que hablar. Yo hablaba d fuente seria. Investigación. Datos.

            • Julio dice:

              Pues sí, concretamente la noticia que recogía los datos de los que hablaba y que no encuentro era de El Mundo. ¿cuáles son las fuentes que según tú son válidas o serias y cuáles no?

    • Maese Alcofribas dice:

      sobre los datos psicológicos que he dicho, hay otra interpretación y es que la presión social (como digo, de un mundo con dominio masculino) es más punitiva con los hombres a la hora de expresar (o incluso de reconocer ante sí mismos) sus emociones y «debilidades». No sé si acuden menos a atención psicológica, o si consumen menos psicofármacos o si se les prescriben menos. Qué pena no tener cien vidas para investigarlo todo.

  4. Epicureo dice:

    Que en nuestra sociedad hay discriminación por razón de sexo es un hecho, y también que en la gran mayoría de los casos es en perjuicio de la mujer (aunque en ocasiones también perjudica al hombre).

    También es un hecho que nuestra sociedad es la que más ha reducido esa desigualdad en la historia del mundo. La revolución feminista es posiblemente la que más éxito ha tenido en el siglo XX, un éxito espectacular.

    Pero no ha estado exenta de problemas. Uno de estos problemas es que ha reducido la natalidad a niveles peligrosamente bajos (pirámide de población invertida). Y otro, más controvertido, la carencia de atención que perjudica la educación de niños y jóvenes.

    El problema, a mi modo de ver, puede ser que la igualdad no se ha producido «promediando» las responsabilidades de hombres y mujeres. Los hombres siguen teniendo las mismas presiones laborales y sociales para «triunfar», los mismos horarios (si no peores), la misma necesidad de estar disponible. Para competir con los varones por los mejores puestos, las mujeres no tienen más remedio que someterse a la misma presión. Y como resultado, ninguno de los dos tiene tiempo o ganas para mucho más que trabajar y descansar.

    Pero como la familia, la casa y los hijos requieren tiempo, quedan tres opciones: o renuncian a procrear (lleva a la extinción), o profesionalizan todas estas tareas y entregan a los hijos a personas ajenas casi desde que nacen (emocionalmente insatisfactoria), o uno de los dos deja de trabajar, o trabaja «a medio gas», para poder ocuparse de la familia. Y en este último caso ese «uno de los dos» tiene que ser la mujer, porque socialmente es inadmisible que el varón tenga muchos menos ingresos que la mujer.

    Este es el motivo de esa desigualdad que se resiste a desaparecer. Y que no va a cambiar a no ser que se apliquen medidas de ingeniería social profundas y muy intervencionistas, incompatibles con el paradigma del libre mercado.

  5. Javi dice:

    La verdad es que la situación de la mujer en la sociedad merece un debate riguroso.

    Espero que dediqueis tiempo al que creo que es el mayor problema al que se enfrenta el feminismo: la trata de blancas.

    Un saludo!

  6. Gerion dice:

    Hombres y mujeres somos biológicamente diferentes, y en 6000 años de civilización no hemos evolucionado hacia la igualdad biológica. Tenemos diferentes aptitudes y actitudes, y las leyes ya garantizan igualdad de oportunidades en Occidente y parte de Oriente. No comprendo que aquí se siga usando el término «discriminación» para referirse a las naturales diferencias en las capacidades, preferencias y desempeño en sociedad. Si se desea que la igualdad signifique 50-50, o recurrimos a la química, o nos reproducimos por gemación.

    • Hejo dice:

      Igualdad de derechos y de oportunidades. Que no es lo mismo que igualitarismo (no permitir diferencias).
      Ejemplos de sociedades con menores desigualdades de género como por ejemplo Suecia, podrían ser tomadas como ejemplo. Reducir estas desigualdades, que yo sepa, no ha significado discriminaciones para los varones.
      Por cierto, en Suecia se reproducen sexualmente, no por gemación, y su tasa de natalidad es mayor que la española. Si lo deseas busco enlaces.

      Un comentario para todos. Fijémonos en que cuando hablamos de igualdad de género, incluso los que niegan que exista desigualdad o que justifican por los motivos que sea que la desigualdad no es mala, siempre siempre hablan de «igualar» las mujeres a los hombres. A nadie se le ocurre hablar de mover los temas para que los hombres podamos ser iguales a las mujeres. ¿Por qué será? Si los hombres fuéramos los discriminados, debería ser una reivindicación justa y lógica reivindicar medidas para aumentar nuestra participación en trabajos y actividades mayoritariamente femeninos. Pero salvo en los permisos laborales por paternidad, pocos ejemplos veo de reivindicaciones de este tipo…

      • gerion dice:

        Si entiendo bien, igualitarismo sería forzar al colectivo de mujeres a ocupar los mismos puestos y en las mismas condiciones que el colectivo de hombres, o forzar al colectivo de empresarios a contratarlas en los mismos términos. Eso ya lo reflejan los convenios laborales.
        También entiendo que «desigualdades de género» es el término que emplea el colectivo de demagogos, amparados por algunas administraciones, para referiros a «discriminación sexual negativa». La Junta de Andalucía, por ejemplo, es especialmente igualitaria en lo referente al uso del lenguaje «sexista» – aquí no habla de lenguaje «generista», pero es lo que tiene legislar sin pies ni cabeza -.

        Una vez aclarados los términos, e insistís en que existe una «discriminación sexual negativa» – discriminación a secas – hacia el colectivo de mujeres por parte del colectivo de hombres, tendríamos que definir a qué ámbito nos estamos refiriendo. Los que defienden que existe discriminación, afirmáis que existe en el ámbito laboral, en el doméstico y en el educativo. Nadie parece aceptar que en el biológico existen diferencias que nos capacitan para diferentes tareas a hombres y a mujeres. Según vosotros, la mujer está discriminada en todos los ámbitos: en el trabajo, cobra menos u ocupa los de menor cualificación; en la casa, hace todas las faenas y/o es maltratada; en el colegio, saca las mejores notas, pero no obtiene réditos por ello; en el biológico, posee diferentes características físicas y psicológicas, pero este caso es políticamente incorrecto mencionarlo, porque se sobreentiende una inferioridad biológica cuando lo aplicamos al trabajo que realiza el colectivo de hombres. Pero no hablemos de mi incapacidad para tejer un jersey, porque desde la perspectiva de un demagogo se supone que, como hombre, me resultará igual de fácil que a mi mujer si llega el caso – en esto, los hombres os lo ponemos fácil a los demagogos, porque nuestro papel biológico nos impide aceptar que no servimos para algo -.

        En consecuencia, como sociedad justa y solidaria, se compensa la discriminación implantando beneficios para los colectivos marginados o en riesgo de. El colectivo demagogo decide que debe dar un paso más: no sólo otorgar los mismos derechos y oportunidades, sino FORZARLOS. No basta el derecho a opositar: hay que implantar el derecho a obtener la misma calificación para los colectivos débiles. No basta el derecho a trabajar: hay que implantar el derecho a hacerlo en lo que nos de la gana, cuando, donde y en los términos que nos den la gana.
        La misma sociedad me vende que tengo que hacerme valer como individuo, que tengo que prepararme y esforzarme para competir en un mundo de lobos, mientras la realidad me impone que, una vez conseguido el éxito – llamémoslo así cuando eres autosuficiente -, tengo que ver cómo ciertos colectivos que no lo consiguieron igual que yo, son favorecidos porque…y aquí pon cualquier razón que tire por tierra mi esfuerzo individual para tener más oportunidades que otro.
        Socialmente está justificado que los colectivos marginados sean beneficiados, porque es bueno para el statu quo y también contribuyen al desarrollo. Pero cualquier medida orientada a ese beneficio, lo hace en detrimento de los colectivos «fuertes», que vienen a ser los varones sanos con trabajo. Así que, si tengo que subir seis pisos corriendo con el equipo de bombero – por ejemplo -, y me pagas lo mismo que a mi compañera, lo normal es que suba al mismo ritmo. De la misma manera que, si cobro lo mismo que mi compañera que está de baja por maternidad, decida que voy a interrumpir mi trabajo para ir a cuidar de mis propios hijos. Ah no, que soy hombre. Me toca correr más y seguir trabajando. Eso es igualdad.

        Ejemplo de «discriminación sexual negativa» para los varones: cualquier oposición a FAS o Cuerpos de Seguridad. Desde hace varios lustros. Los demagogos igualitarios prefieren llamarlo «compensación» e «igualdad de oportunidades»; en este caso, de oportunidad para aprobar, no de oportunidad para presentarse a los exámenes.

        Quizá no se trata de forzar la igualdad entre colectivos, sino de dejar que cada uno adopte el papel que la evolución le ha otorgado, y poner en valor ese papel. No obligar a nadie a ser directivo para considerarlo digno, sino dignificar todos los trabajos que hacen que una sociedad se desarrolle, y emplear al colectivo indicado para el trabajo adecuado. Porque hablamos de colectivos, no de individuos.

        • Julio dice:

          Exacto. Por ejemplo cuando hablan de igualdad en el ámbito laboral, no he visto a nadie pidiendo que las mujeres tengan el mismo número de accidentes de trabajo que los hombres. O al revés.

          http://www.empleo.gob.es/estadisticas/eat/eat13/A1/a21_top_EXCEL.htm

        • Sgt. Kabukiman dice:

          La quimioterapia o los trasplantes de órganos violan la biología a diario. A cambio no vemos aceptable la eugenesia o el infanticidio, tan biológicos ambos, aunque de todo habrá.

          El meollo de la cuestión, mas allá de dispersar datos que no se comprenden, no se han leído o no tienen soporte, es si es beneficioso para la sociedad que una mujer sea discriminada laboralmente frente a un hombre, o sea maltratada casi en exclusiva en el ámbito doméstico. Si deducimos que no lo es, y en esta página parecen creer eso, habrá que pensar en incentivos y/o penalizaciones que modifiquen esos comportamientos.

          Entiendo que en eso

          • Sgt. Kabukiman dice:

            …estamos aquí.

            • Julio dice:

              Yo creía que aquí estábamos para que cada uno dijera lo que opina del tema, no para que todos llegáramos a una misma conclusión ya establecida de antemano.
              A mi me la trae al fresco lo que pueda ser beneficioso para la sociedad, porque puede que a la sociedad le sea beneficioso marginar a un individuo o colectivo, o incluso exterminarlo (Alemania, 1933).

              Sobre el maltrato en el ámbito doméstico:
              http://www.escorrecto.org/

              • Sgt. Kabukiman dice:

                Gran aportación; para que hacer cosas si la podemos pifiar como los alemanes hace 80 años. Godwin extra de luxe para el caballero.

                Mas asombroso es que los propios alemanes hayan progresado tanto, de hecho que lo haya hecho cualquier país con lo fácil que parece poner de presidente al hitler de turno.

                No se estrese, el mundo avanza aunque el común de la humanidad ignore sus valiosísimas reflexiones.

                • Julio dice:

                  A ver si nos centramos.
                  Tu argumento es que como la sociedad quiere bla bla bla bla… si tu defensa de una idea se basa en que «somos muchos, o la mayoría los que pensamos así», tu argumento me la sigue trayendo al pairo.
                  http://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_populum

                  Porque entonces si antes según vosotros las mujeres estaban oprimidas, reprimidas, marginadas…, eso era lo que la sociedad quería, así que no vale quejarse. ¿Que teníamos un dictador que salía bajo palio en procesión? La sociedad lo quería. Encima estoy convencido que ése era el discurso del gobierno y la prensa durante el franquismo. Y de algunos (o muchos) en los bares, también. Cualquiera le lleva la contraria a la sociedad…
                  Poner a Hitler de presidente no se si es fácil o difícil, pero fue la borregada a la que apelas la que lo eligió por mayoría absoluta. La misma borregada que ha eligido a los que salen ahora esposados por la tele.
                  Y ahora que tú ya conoces mis valiosísimas reflexiones, espero que avances más y a mayor velocidad que el común de la humanidad.
                  De nada, troll. Que en el momento que a algunos se os lleva la contraria y no sabéis qué contestar, os ofuscáis y os ponéis faltones. Me despido de comentar aquí. Lo has conseguido, puedes tener la última palabra.

          • Gerion dice:

            No creo que exista discriminación hacia el colectivo femenino por parte del masculino. Si acaso, un individuo decide en función de sus preferencias, si quiere a otro para una tarea. Hay individuos más selectivos que otros.

  7. Maese Alcofribas dice:

    Gerion

    la única «aptitud» o » capacidad» diferente entre hombres y mujeres que podemos afirmar que existe sin género de dudas es la referida a la capacidad física. La ciencia no ha podido demostrar ninguna otra diferencia en capacidades entre sexos que sea relevante para desempeñar un trabajo (léete esta última frase cien veces, dado que percibo que tienes el dogma muy implantado). Por este lado, lo único que podrás discutir sin hacer el ridículo es el tema de las oposiciones a bombero y esas cosas. Yo recomiendo al aspirante masculino a bombero lo siguiente: que piense que sólo existen las plazas para hombres, y que se olvide de los cupos para mujeres. Si no logra una plaza, es porque ha sido inferior al resto de hombres (el mismo argumento que se utilizaría para una mujer si no hubiera cupos). De hecho, dentro de los hombres también hay «colectivos» fuertes y débiles, y estoy seguro de que al aspirante fuerte se la trae al pairo los cupos para mujeres. De eso sólo se quejan los débiles, para culpar a las mujeres de su incapacidad para superar a los hombres más capaces que ellos.

    En cuanto a «actitudes» o «preferencias», si que hay datos que dicen que las mujeres prefieren ambientes menos competitivos y ese tipo de cosas. Aquí sí hay un debate interesante.

    • Julio dice:

      http://www.elrincondelpolicia.com/preparaci%C3%B3n-pruebas-fisicas-policia/pruebas-f%C3%ADsicas-polic%C3%ADa-nacional/

      http://www.policia.es/oposiciones/requisitos.html

      «Yo recomiendo al aspirante masculino a bombero lo siguiente: que piense que sólo existen las plazas para hombres, y que se olvide de los cupos para mujeres. Si no logra una plaza, es porque ha sido inferior al resto de hombres (el mismo argumento que se utilizaría para una mujer si no hubiera cupos)»

      Yo te recomiendo que aceptes que hay gente que piensa que las leyes deberían ser iguales para todos (yo personalmente pienso que no debería haber leyes, pero eso es otra historia).

      También te recomiendo que pienses que la Tierra era redonda mucho antes de que la ciencia lo demostrara, y que vuelvas a echar un pensamiento y veas que hay sectores como el sanitario en el que la mayoría son mujeres. No me hagáis buscar las estadísticas porque os considero lo suficientemente inteligentes como para haberos dado cuenta. En mi sector, el legal, en las últimas oposiciones a judicatura alrededor del 65% de las nuevas plazas fueron para las mujeres. Actualmente ya hay un 51% de juezas y al ritmo que vamos, de aquí a poco 2 de cada 3 jueces será una mujer. Te doy la razón en que la ciencia todavía no ha demostrado que las mujeres sean más estudiosas o más responsables. O nosotros más vagos. Pero los datos cantan. La ciencia sin embargo ya ha demostrado que tenemos menor aversión al riesgo y yo de ahi saco que por eso nosotros solemos ser más emprendedores y ellas van más para la función pública. Igual también por eso estamos más inclinados a cometer delitos; sin embargo se emplean fondos públicos y privados a fomentar el emprendimiento exclusivamente femenino y nada a fomentar que hombres exclusivamente se alejen de conductas delictivas (a no ser por la vía del castigo).

      «De eso sólo se quejan los débiles, para culpar a las mujeres de su incapacidad para superar a los hombres más capaces que ellos»

      Conozco a algún débil que te coge y te hace un Cristo, compañero.

      Yo creo que aquí no estamos para convencer ni recomendar nada a nadie, aunque cada uno haga lo que quiera. Pero a mi no me pontifiques.

    • Gerion dice:

      Maese Alcofribas

      Cuando empecé a cuestionarme los dogmas sociales, primero cayó mi fe religiosa, luego mi fe en la bondad del ser humano, y luego mi fe en la igualdad social. Y comencé a buscar mis propias conclusiones. Me insultas y no mereces mi respeto, acusándome de responder a un dogma.

  8. Sgt. Kabukiman dice:

    Es una faena, pero todo el mundo no está preparado para ser juez.

    • Julio dice:

      Ni todo el mundo está preparado para ser juez, ni en todo el mundo para ser juez te piden que te empolles tropecientos temas de memoria sin haber practicado el Derecho antes.

  9. Leoncio dice:

    Muy interesante el debate en los comentarios, más desprejuiciados y atrevidos que el artículo, entiendo el por qué. Cuando uno escribe un artículo en un medio de comunicación en España que trate sobre este asunto y no sea lo más ortodoxamente feminista posible, se enfrenta a un linchamiento público. Os recomiendo este artículo, que partiendo del caso de la denuncia falsa de Málaga, trata sobre en qué se ha convertido el feminismo actualmente en España:

    http://www.lapaginadefinitiva.com/2014/08/24/feminismo-y-posesion-infernal-el-tren-de-la-bruja-de-la-infamia/

  10. Gabi dice:

    Ejerciendo mi maternidad y mi oficio como ceramista, pienso, siento y creo que el sistema económico y este artículo se han olvidado que todos, hombres y mujeres hemos salido de un útero y que nuestra primera relación es con la madre, esta es una diferencia biológica que por más que queramos obviar a la hora de igualarnos con los hombres se agranda y vuelve inconsistente el discurso feminista. Esta primera relación, tan básica y obvia, se ve mermada con todas estas políticas respecto a la igualdad de género, creo que mas que igualarnos, debemos aprender con respeto y amor a la vida nuestras diferencias infranqueables y así traer mejores seres humanos al mundo. Es aquí donde la mujer tiene su voto más poderoso, y no en las urnas: decidiendo cómo y dónde parir, decidiendo si quiere o no tener hijos, etc. y educando con conciencia y amor. Aprender a construir redes que posibiliten una crianza óptima y al mismo tiempo se genere la posibilidad de trabajo. Pero por sobre todo no olvidemos que en esta relación madre – hija (o) es donde se modela la primera conciencia, y es allí donde la mujer tiene, potencialmente, todo el poder político.

  11. […] de ser “pro-machismo” son “pro-muchas-cosas” y dejarlas perder sin más causa problemas serios que hay que abordar proactivamente. Esto es actualmente el mayor problema del antirracismo y del feminismo: que muchas […]

  12. Gerion dice:

    Ciertamente, la Wiki no es una fuente fiable ni ofrece resultados concluyentes
    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Testosterona
    pero igual algo se puede intuir. De modo que el debate sería acerca de si resulta mejor adaptar la sociedad a la biología, o viceversa. Evidentemente, lo que atente contra nuestra evolución, requerirá mayor inversión energética y sacrificio, y tal vez el resultado no sea deseable.

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