Horarios

¿Por qué cambiamos la hora, por qué la cambiamos ahora y qué tiene que ver con los horarios de trabajo?

25 Oct, 2014 - - @MartinOlalla_JM

Termino una serie de artículos sobre los husos horarios y los horarios con esta entrada, en la que quiero hablarles del papel que desempeñan el cambio de hora de primavera y de otoño en la formación de estos horarios.

Antiguamente el ciclo económico y social estaba ligado al Sol porque no había luz artificial de suficiente calidad para hacerlo de otra forma. La diferencia de longitud de los días en las latitudes de Europa hacía que la organización de la actividad fuera diferente en invierno y en verano. Actualmente es razonable suponer que las personas realizan (y también prefieren) una actividad estable a lo largo del año. Cuando he analizado la distribución de horas de entrada al trabajo en las regiones que he podido analizar he supuesto que el resultado obtenido es un comportamiento promedio anual, válido y representativo de cualquier día del año.

Así esta figura muestra el porcentaje de personas que han entrado a trabajar a las 0912 de la hora civil en Italia en las regiones europeas analizadas. El color con el que se muestra el nombre de la región indica la banda del porcentaje de personas que han entrado a trabajar en ella —convencionalmente la cuenta empieza a las 0400 hora civil—.

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Proyección ortográfica de Europa occidental con percentiles de la hora de entrada al trabajo en las regiones analizadas. En azul las fronteras de los husos civiles vigentes.

Una interpretación posible de la figura es que Italia está más avanzada por estar más hacia el este; España está más avanzada por ester en el «huso incorrecto»; mientras que en las islas británicas la actividad es menor porque son las 0812 hora civil.

El inconveniente de esta interpretación es que se basa en los husos, que son convencionales. Si a esta figura le superponemos la línea del amanecer más tardío obtenemos esta imagen:

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Proyección ortográfica de Europa occidental con percentiles de la hora de entrada al trabajo en las regiones analizadas y el amanecer invernal. En azul las fronteras de los husos civiles vigentes. La línea del amanecer se representa en gris. La imagen de noche tiene un difuminado alrededor de 6° de la línea de amanecer para simular el crepúsculo civil.

que explica, probablemente de forma más correcta, que en España y en Italia siempre es de día a la hora de la imagen, mientras que en las islas británicas aún no ha amanecido si nos encontramos cerca del solsticio de invierno. En cierta forma la figura muestra la aversión de la población a entrar a trabajar antes del amanecer.

Entonces, los horarios laborales se ajustan aprovechando el sol invernal pero ¿qué ocurre el resto del año? Esta animación muestra una imagen desde el Polo Norte de la misma hora civil en diferentes meses del año y como a esa misma hora Europa está cada vez más alejada de la línea de salida del Sol, lo que implica que este está más alto sobre el horizonte.

En la animación se tiene en cuenta el efecto del cambio de hora de marzo y de otoño que, convencionalmente, se justifican como una medida de ahorro energético. Pero, ¿tiene una explicación en el contexto de esta discusión?

Sí. La primera pista la da el propio sentido del cambio: al adelantar la hora en marzo y atrasarla en otoño hacemos que la hora civil del amanecer varíe menos al alejarnos del Ecuador. La diferencia entre la hora civil del amanecer invernal y la hora civil del amanecer estival se reduce en una hora. En justo contraste, la hora de la puesta del Sol amplía en una hora su rango natural de variación. Obviamente la cuestión es que si retrasásemos el horario en marzo y lo adelantásemos en otoño conseguiríamos el mismo efecto pero al revés: estabilizar la hora de la puesta del Sol y hacer variar la hora del amanecer. A nadie parece interesarle este invento porque es la hora del amanecer la que desempeña un papel primordial en la actividad humana. Queremos que la actividad humana sea estable a lo largo del año y, por tanto, necesitamos que el amanecer sea estable a lo largo del año.

La siguiente figura animada muestra la diferencia entre tener el horario de verano y no tenerlo a la misma hora civil en la que se muestran las imágenes anteriores:

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La diferencia entre tener y no tener horario de verano en el mes de junio a las 0912 hora civil en Italia. Si no hubiera horario de verano la distancia al amanecer y la altura del Sol sobre el horizonte serían mayores.

La tan cacareada medida de ahorro energético —uno tiende a imaginarse a un batallón de analistas calculando números, pros y contras— no es más que la tendencia natural a aprovechar la luz matinal. Si no existiera ese cambio los trabajadores tendrían un incentivo para, en los meses de verano, entrar a trabajar antes, y así poder descansar y ociar antes. El cambio de hora favorece así la estabilización de la jornada laboral a lo largo del año al estabilizar la hora del amanecer.

El último argumento es el análisis de cuándo realizamos los cambios de hora, tanto el de primavera como el de otoño. Es decir, ¿por qué ahora? En la siguiente figura animada se compara el amanecer de estos últimos días de octubre (20141024) con el amanecer del solsticio de invierno (20141221).

cambioOctubre

Animación mostrando la diferencia entre el amanecer más tardío en horario de verano (a final de octubre) y el amanecer invernal. Por debajo de 40° amanecer más tarde —expresado en hora civil— en octubre que en diciembre. Si el horario de verano se extendiera a noviembre esta frontera se desplazaría hacia el norte.

Las dos imágenes están tomadas a la misma hora civil 08:30 en la península y la línea del amanecer invernal (en gris) permanece fija en la animación. Se observa claramente que por debajo de 40° amanece más tarde ahora a final de octubre que en invierno —obsérvese el ejemplo de Málaga—. En torno a los 40° la situación es parecida ambos días —por ejemplo en Zaragoza—. Más al norte, el amanecer invernal es más tardío que el de final de octubre —por ejemplo, en París.

Si no se cambiara la hora en este fin de semana la anomalía indeseable que se observa en el sur de España afectaría cada día a personas que viven en latitudes progresivamente por encima de 40° haciendo que más y más gente entrara a trabajar antes del amanecer. Esto es lo que se evita con el cambio actual —debe señalarse que en Estados Unidos y Canadá aguantan aún una semana más con el horario de verano—. El que se haga en estas fechas indica, también, que el horario de verano se apura hasta las últimas fechas posibles —anteriormente en la Europa continental el horario de verano terminaba a finales de septiembre— antes de que el amanecer otoñal se más tardío que el invernal. Obviamente, en esta discusión el conjunto de personas que viven por debajo del paralelo 40° —Canarias, el sur de la península ibérica, el sur de la península itálica, y la parte más meridional de la península helénica y sus islas— no pesan mucho en el conjunto de la población europea.

Analógicamente cabe preguntarse cuándo puede implantarse el horario de verano de forma que el amanecer no sea más tardío que el de invierno. La siguiente animación muestra que eso ocurre, aproximadamente, en la segunda semana de marzo; justamente la fecha del cambio de hora en Estados Unidos. En Europa se espera dos semanas más.

cambioMarzo

Animación mostrando la diferencia entre el amanecer de diciembre y el amanecer de mediados de marzo una hora antes. Si el horario de verano se implementara el segundo fin de semana de marzo —como en Estados Unidos— el amanecer invernal seguiría siendo el más tardío en la mayor parte de Europa.

Realizando el mismo razonamiento se puede ver que es posible un doble horario de verano —adelantando los relojes otra vez alrededor de mayo y atrasándolos primero en julio— especialmente cuanto más al norte se esté. Y entrando en el terreno de la ficción científica cabría imaginar adelantos y retrasos de la hora acompasados con la evolución anual solar y produciéndose de poco en poco —unos pocos minutos— cada fin de semana para mantener relativamente estable la hora civil de la salida del Sol. Con la cantidad de instrumentos que controlan la hora y sus cambios por software —piensen en qué relojes tienen que cambiar manualmente este fin de semana y qué relojes se ajustan automáticamente— esa ficción podría ser realidad.

Final

Esto es todo lo que puedo decir por ahora. Otras obligaciones me hacen dejar el tema para, quizá, poder retomarlo el año que viene. Me gustaría completar el estudio analizando más regiones y, sobre todo, analizando el final de jornada. Este punto será, intuyo, más complicado. La luz artificial influencia de forma asimétrica la actividad humana. No hay mucha actividad de madrugada antes de la salida del Sol pero sí de anochecida. Y, como he señalado, la hora del atardecer varía es mucho menos estable a lo largo del año. Aún así, quizá quepa decir algo.

A modo de resumen y de estrambote final les dejo con esta animación (20MB, gif) que muestra dinámicamente cómo entramos a trabajar en Europa y en América del Norte.

Agradezco mucho los comentarios recibidos y la disponibilidad (y paciencia) de quienes administran esta web.


15 comentarios

  1. Epicureo dice:

    Un artículo excelente.

    Como complemento, este mapa de Wikipedia muestra el enorme desbarajuste que hay en el mundo con este horario. Aparentemente en Japón (misma latitud que Estados Unidos) no lo necesitan y en Brasil, pegadito al ecuador, sí.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Horario_de_verano#mediaviewer/File:DaylightSaving-World-Subdivisions.png

    • Martin Olalla, JM dice:

      En realidad no hay tanto desbarajuste; es algo que solo tiene sentido en las latitudes centroeuropeas y norteamericanas. Y casi solomse da en ellas. El resto es anecdótico.

      Japón lo podría tener perfectamente, a saber.

      En España y Estados Unidos es cruel para Canarias, Florida and the like. Pero no por hacerlo sino por las fechas de cambio. En Canarias amaneció hoy un cuarto de hora más tarde que en invierno. Debió cambiar como se hacía antes, a final de septiembre.

  2. aviermen dice:

    Felicidades por la serie de artículos.

    En cualquier caso, parece que la propuesta de que Galicia retrasase su huso horario no es de todo descabellada: amanece muy poco antes que en Londres (en invierno), y empiezan a trabajar a una hora oficial similar.

    • Martin-Olalla, Jose-Maria dice:

      Ni que lo adelantase, ni que tuviese el huso de Pekín. 🙂

      Una de las cosas que quiere mostrar el estudio es que los husos horarios (el uso que hacemos de los husos) hay que relacionarlos con el Sol.

      Es un hecho que Galicia está al noroeste de la península ibérica. Las cosas se hacen allí más tarde que en Baleares con independencia del huso que rija Baleares y del huso que rija en Galicia. El huso en sí no dice nada.

      Habiendo dicho esto, los datos muestran que Galicia ha hecho muy bien una cosa: retrasar sus horarios respecto del resto de la península. De esa forma en Galicia se entra a trabajar cerca del amanecer invernal. Más cerca que el País Vasco, por ejemplo, que está a su misma latitud. Puede verse de otra forma: se ponen a trabajar antes y no reparan en que sea «de noche».

      El valor mediano de Galicia es aproximadamente veinte minutos antes del amanecer invernal. No es la situación ideal y puede mejorarse aún. Pero tampoco es un drama ni una condena a galeras. Las mejoras pueden ir fundamentalmente por convenio colectivo: flexibilidad de entrada y salida al trabajo y ese tipo de cosas.

      Si cambiara al huso WET y se mantuviese el mismo valor mediano de entrada al trabajo, esta entrada sería cuarenta minutos después del amanecer invernal. Sería, con mucho, la comunidad española que más Sol «pierde» en la mañana. Sería manejable, pero tb tiene su coste.

      • aviermen dice:

        El inconveniente de la flexibilidad de entrada es que parece que hay cierta «resistencia» a entrar a trabajar más tarde de las 9:00am, hora oficial.

        Si Galicia pasase a WET, podrían entrar a las 8:20am oficiales, y no tener que hacerlo de noche (¡como en Baleares!).

        Y tal vez haya otros factores que desaconsejen que Galicia cambie de huso horario, no digo que no.

        • Martin Olalla, JM dice:

          Es inconveniente de ese argumento es que también ocurre al revés. En España pensamos que las 07:30 es temprano para entrar a trabajar. En EE UU, no. Probablemente este pensamiento sea más fácil de cambiar que el contrario.

          En cualquier caso, la amplitud geográfica de España coincide aproximadamente con la de un huso horario se mida como se mida —por el mediodía, salvo en Canarias, o por el tiempo que tarda en amanecer en invierno, y en esto se incluye también Canarias—. Geográficamente no parece necesario.

          Los datos de las encuestas de tiempo muestran que Galicia no está especialmente penalizada.

          Los incovenientes son solo organizativos, incluyen la generación de errores de interpretación de las horas. Las ventajas incluyen también la «publicidad gratuita» del «una hora menos en Canarias y Galicia».

          • aviermen dice:

            Estoy de acuerdo en que, si se quiere mantener la misma hora en España, salvo Canarias, (que parece razonable), alguien se tiene que enfrentar a una disyuntiva:
            o bien en Galicia, Asturias y demás tienen que elegir entre empezar a trabajar de noche en invierno o hacerlo «muy tarde» en la hora oficial,
            o bien en Baleares, Valencia, etc., tienen que elegir entre empezar a trabajar mucho después de que salga el sol, incluso en invierno, o hacerlo «muy pronto» en la hora oficial.

            En mi comentario solo quería resaltar que no me parece tan raro que en Galicia, como «perdedores» con la situación actual, protesten un poco.

  3. jahdcx dice:

    El cambio al horario de invierno se pasó a octubre en 1996 a petición de eurodiputados escoceses. En principio se aprobó para dos años, pero parece que el resultado fue satisfactorio y se sigue haciendo igual. Ese mismo otros paises de la misma latitud que Europa (por ejemplo, México) también pasaron a octubre el cambio de horario.

    También tengo curiosidad por saber cómo puede afectar el cambio de actividad económica al ajuste de los horarios. En los años 40, en una España eminentemente agraria, no quedaba más remedio que empezar a trabajar al amanecer, y parar a comer cuando el Sol estaba en lo más alto y hacía demasiado calor. Pero hoy en día, trabajando en oficinas con luz artificial (cada vez más eficiente) y aires acondicionados la luz tendría menos relevancia. Entiendo que puede afectar a los desplazamientos en coche, porque conducir de noche, o peor, justo al amanecer, es un factor de riesgo añadido, pero donde prime el transporte público esto también tendría menos relevancia.

    Finalmente, supongo que por la buena climatología, en España «vivimos» mucho de noche. No son raras las zonas turísticas y comerciales con tiendas abiertas hasta las 22:00, o incluso hasta la medianoche.

    Por último, para los que dicen que deberiamos estar en el huso horario de Reino Unido, ignoran la inclinación del eje terrestre sobre el plano de la órbita, de ahí esa «línea del amanecer» que cruza los husos horarios.

    Muy, muy buena serie de artículos. El corolario sería que se puede cerrar la ARHOE, que a saber qué nos está costando.

    • Martin-Olalla, Jose-Maria dice:

      Creo que es algo más fisiológico o cultural o lo que sea: la gente rechaza empezar el «día» de noche.

      Un gran almacén no tiene problemas en cerrar a las 10 de la noche. A esa hora es de noche casi todo el año, a pesar del horario de verano.

      En cambio abre a una hora en la que es de día en cualquier época del año. No tolera abrir de noche.

      Son hechos: la luz artificial no se ha usado simetricamente antes de la salida del Sol y despues de la salida del Sol.

  4. Jesús dice:

    Queda claro que por cuestiones laborales no es tan mala idea. Ahora bien, desde el punto de vista de alguien que vive en centro-Europa (Holanda), el cambio de hora de otoño es una auténtica mierda: no hay manera de salir del trabajo de día 🙁 Prácticamente, eso significa que no ves la luz del sol en un día de diario durante todo el año, salvo por la ventana de tu oficina. Personalmente, prefiero sin duda entrar a trabajar antes del amanecer, y salir antes del atardecer. Para mí, es calidad de vida.

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