Política

La resistencia del progreso

23 Sep, 2014 - - @jorgegalindo

Conforme escribo estas líneas Alberto Ruiz-Gallardón está ofreciendo explicaciones ante la prensa: acaba de dimitir como Ministro de Justicia debido al fracaso de la reforma de la Ley del Aborto. Este hecho subraya lo difícil que es deshacer cambios anteriores que han ampliado ciertos derechos, particularmente en la esfera social. Hay varias razones para ello, pero tres nos parecen particularmente destacables:

1. Las reformas pro-derechos generan constituencies. Al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, o facilitar el acceso al aborto en caso de necesidad a las mujeres, o intentar garantizar la inclusión social de minorías desfavorecidas, el legislador está generando nuevos grupos de interés que tendrán mucho más que perder ante una contrarreforma, y por tanto más razones para organizarse y defender con voz y votos lo ganado en caso de posible ataque. En un país que no brilla precisamente por la agilidad de los colectivos que forman la sociedad civil para responder a los retos planteados desde las instituciones, la reacción ante el anteproyecto de nueva Ley del Aborto fue significativa.

2. Tras la reforma progresista hay una ‘nueva normalidad’. Cuando la sociedad se debate entre si ampliar ciertos derechos o no, quienes están en contra citarán posibles consecuencias indeseables de los mismos, en un orden más moderado o más extremo, pero siempre destinadas a mostrar que el mundo será peor tras el cambio. Si con ello no consiguen atraer a su causa a un número lo suficientemente nutrido de conservadores o escépticos, la reforma se aprobará entre la alegría de los interesados y la indiferencia de la mayoría. Esta mayoría observará con el paso del tiempo que las consecuencias indeseables son escasas o inexistentes, y adaptará sus preferencias con respecto a la nueva situación. Creo que el caso del matrimonio entre personas del mismo sexo es el paradigma de este fenómeno. Es posible incluso que los más moderados entre los conservadores, dado que son sobre todo aversos al riesgo y a la incertidumbre, pasen también a adaptar sus preferencias y a tener un sesgo por el nuevo statu quo. Obviamente, esto no comprende a todos —no a los más militantes—, pero parece un mecanismo de perpetuación razonable.

3. Los miembros del nuevo grupo pasan a tener un mayor acceso a puestos de poder. Muchas veces, la mayor aceptación social y libertad de movimientos que implican ciertas reformas sociales acarrean un nivel más alto de implicación y participación política. Aquí es difícil separar causa y efecto: es posible argumentar al mismo tiempo que las leyes contra el divorcio se relajaron en muchos países conforme las mujeres accedieron al poder, y que el hecho de que el divorcio fuese accesible facilitó (e incentivó, para defensa y ampliación del derecho adquirido) que muchas más que antes pudiesen entrar en política. Lo más probable es que ambas cosas sean ciertas y haya un efecto de retroalimentación que, al fin, nos deja con ‘guardianes del progreso’ dentro de las instituciones.

Todas estas razones, y algunas más, deberían estar en la cabeza de cualquier político conservador que se sienta tentado de ganar votos, de cerrar filas o de dividir a enemigos utilizando derechos sociales adquiridos. Porque puede acabar quemándose ante la resistencia, activa o pasiva, como acabamos de ver en vivo y en directo.


30 comentarios

  1. dalek_fan dice:

    Es de recalcar la expresión «ciertos derechos». Porque con los laborales ciertamente no sucede lo mismo.

    • Jorge Galindo dice:

      Creo que la regulación laboral pertenece a una categoría distinta, sí.

      • juan dice:

        No es igual derechos que tienen poco coste económico garantizarlos (aborto) o bien incluso generan economía (matrimonios del mismo sexo son más matrimonios, ágapes, etc) a los laborales donde cuestan dinero, y ojo que cuando no hay para todo han entrado en fase de «desmantelamiento o por lo menos atenuación».

    • Carlos Jerez dice:

      Es que la regulación laboral ni la puedo ver como un derecho civil. Cada regulación laboral te da algo para quitarte por otra parte. Por ejemplo, cuando se pone un derecho a la indemnización por despido X, ese «derecho» supone un coste que el trabajador recoge, ya que el mercado facilita que el empleador traspase el coste al trabajador.

      Tengo que avisar de que no soy objetivo, odio el marco laboral que hemos tenido en España en las últimas décadas, lo que algunos llaman derechos, me ha empujado a irme a trabajar al extranjero gracias a que vivimos en un país que ha mantenido un desempleo natural del más del doble que la OCDE en las últimas 3 décadas y que protege a los que llevan tiempo en el mercado, pero da pocas oportunidades a los que quieran entrar.

      Hemos «arreglado» el tema de los convenios salariales, pero nos queda mucho que hacer en políticas de empleo y lo más importante, contratos laborales (donde lo veo muy negro).

  2. […] Por qué es difícil deshacer cambios en derechos sociales […]

  3. Francisco dice:

    ¿Desde cuando es el aborto un derecho? Existe una despenalización, que es muy distinto.

    Por otro lado «el legislador está generando nuevos grupos de interés que tendrán mucho más que perder ante una contrarreforma», aquí el problema es que los seres humanos abortados no pueden votar.

  4. Gerion dice:

    En cualquier caso, me cuesta asumir que un cargo de tanta responsabilidad sea abandonado por un único error. O ha demostrado absoluta incompetencia reiteradamente, o es un irresponsable y un cobarde. En este segundo supuesto, los jefes que le permiten dimitir también lo son.

    • juan dice:

      Se han deshecho de él. A Gallardón le pusieron de ministro «de un gobierno que iba de eficaz» después de haber multiplicado en 1 legislatura la deuda de Madrid por 7. Indultó a un conductor kamikaze con una pena de 12 años de prisión confirmada por el T.Supremo, y todo daba igual.

      Le han empujado a que esto fuese personal suyo, se ha envalentonado, que si su padre siempre luchó contra el aborto, que si tal cual, etc…y ahora dicen que sin consenso imposible. Consenso ya sabían desde el día uno que no iban a tener.

      Lo han puesto al borde del acantilado y le han dado el empujoncito.

  5. JLPC dice:

    Estimado señor Galindo, no sé cómo son las cosas, pero sí sé que son un poco más complicadas de lo que usted expone. No por escribir «constituences» en un texto castellano aumentamos el poder explicativo de una teoría 🙂

    Considere el caso del animalismo, el toro de Vega, las corridas. Tarde o temprano serán prohibidas. ¿Quién verá ampliados sus derechos con esta prohibición? Nadie. ¿Y quién los verá limitados? Todo aquel que querría ir a tales espectáculos.

    Y ahora algunos honestos y bienpensantes lectores de este hipsterblog quizás me machacarán con displicentes o sarcásticos comentarios. ¿Qué tendrá que ver una cosa con otra? Pero si además pueden reflexionar un poquito sobre la cuestión que planteo, miel sobre hojuelas.

    • Kereck dice:

      “¿Quién verá ampliados sus derechos con esta prohibición?”

      Los animales, obviamente. De hecho ya existe legislación que prohíbe dañar y matar a animales por diversión, que se prohíban los toros es una consecuencia lógica que acabará ocurriendo.

      Conforme va avanzando la sociedad, los derechos se amplían, ya sea en cantidad de derechos, o en cantidad de sujetos que los obtienen. Antiguamente solo tenían derechos y el estado solo protegía a una pequeña parte de la sociedad. Poco a poco se fue ampliando hasta que todos los humanos tenemos (más o menos, otra cosa es que se hagan cumplir) los mismos derechos. El siguiente paso lógico es ir ampliando a los no-humanos, conforme la ética de la ciudadanía va concienciándose progresivamente de ello.

  6. Jorge San Miguel dice:

    «¿Quién verá ampliados sus derechos con esta prohibición?» Los ciudadanos que se oponen al Toro de la Vega. Que son los que importan en esto hasta que los toros voten, no lo consienta Dios.

  7. Vellana dice:

    Por ejemplo, si se prohíbe matar cualquier animal, ¿también amplían los derechos de los proselitistas vegetarianos que son los importantes en esto mientras los animales no puedan votar? ¿hemos perdido el norte?

  8. Fenix dice:

    Aunque en este caso suscribo el argumento, todo texto que trate sobre algo tan mal definido como «derechos» en el fondo dice bien poco.

    En este mismo ámbito ambas partes dicen defender «derechos»: «a la vida» unos, y al «aborto» otros. Unos ven la legislación que permite el aborto como una expansión de derechos y otros como una restricción.

    Por tanto el esfuerzo de generalización que contiene el texto no va muy allá. Más aun, la palabra «derechos» me parece básicamente una herramienta propagandística, de más interés para el estudioso de la comunicación que para el filósofo político.

    • Maese Alcofribas dice:

      de acuerdo con el problema de la definición de «derechos». En desacuerdo con que tal cuestión no sea de interés para el filósofo político. Si descartamos discutir con base en derechos, sólo podemos hacerlo a partir de «voluntades». Y entonces la democracia será estrictamente el gobierno de la voluntad mayoritaria, incluso si ésta aboga por aniquilar a determinada minoría, porque los derechos de ésta no serían más que una herramienta propagandística para conseguir sus objetivos.

      • Fenix dice:

        Quizá tenga usted razón, pero no puedo dársela si no entra en más detalles. No se si lo contrario de «derecho» es «voluntad», porque en general estos términos entre Hegelianos y jurídicos me son del todo incomprensibles.

        Si bien en epistemologia de las matemáticas puedo ser tan germanófilo como el que más, en filosofia moral y política, digamos que todo lo medianamente claro que se ha escrito viene de la línea Aristóteles, Hobbes, Locke, Bentham, Mill. Y esa gente razona en términos de bienestar individual, agregación y reglas de decisión. El vinculo más debil en esa filosofia política es la agregación de bienestar (debil, pero inteligible).

        En ese idioma me entiendo. En el de los «derechos» y la «voluntad», me pierdo. Sopecho que no estoy solo.

        • Maese Alcofribas dice:

          No soy filósofo ni pretendo dar lecciones, pero no compro esa defensa del utilitarismo por «inteligible». En el caso del aborto los pro- defenderán el «bienestar individual» de la madre y los anti- el del no-nacido, y estamos en las mismas. Lo «inteligible» del utilitarismo y la evitación del término «derechos» no soluciona nada.

          Y creo que el concepto «voluntad» es el menos equívoco de todos, supongo que puede intercambiarse por «preferencia». Lo que quiero decir es que si hay que desechar el término «derechos», se desecha totalmente, no vale decir «es que hay unos derechos fundamentales que sí son objetivables, y otros que no lo son pero que los utilizan los progres para salirse con la suya», porque el que dice esto es el que pretende imponer qué derecho es objetivable y así salirse con la suya. Si el término «derechos» se desecha, nuestra convivencia sólo puede regirse por la agregación de voluntades (o preferencias), sean estas «deseo que no se reduzca la indemnización por despido» o «deseo que se ahorque en plaza pública a los condenados por corrupción».

  9. aldelgadog dice:

    El PP ha usado a la AVT, al Foro de la Familia y a Hazte Oir para política destructiva, pero para construir no sirven.

    • Vellana dice:

      Creo ver contradicciones en su detallada exposición. Al menos concederá que el maldito aeropuerto de Castellón lo construyó el PP.
      Sectario, un saludo.

  10. Pedro dice:

    En la oposición el PP decía que la ley de matrimonio homosexual destruía la familia y la sociedad, que la ley del aborto era asesinar niños….ahora con mayoría absoluta no las cambian, evidentemente porque no creen que eso que decían fuera cierto, solo era para desgastar al anterior Gobierno. Me pregunto cuantas más de las cosas que decían respecto al anterior Gobierno y que la gente se tragó no eran igualmente ciertas…..sobre las políticas económicas, el paro, las subidas de impuestos, los recortes en sanidad, educación, dependencia o pensiones, o que Zapatero era el culpable de la crisis en todo el planeta….

  11. Vellana dice:

    «En la oposición el PP decía que la ley de matrimonio homosexual destruía la familia y la sociedad, que la ley del aborto era asesinar niños»

    No digo que no, pero ¿me podría aportar las citas?
    «ahora con mayoría absoluta no las cambian, »
    Según creo, están esperando a que el TC se pronuncie sobre ambas cosas para cambiarlas. Con la del aborto iban a cambiarla sin pronunciamiento, y, de hecho, Rajoy ha dicho que la va a cambiar antes del 15.
    «evidentemente porque no creen que eso que decían fuera cierto» Los motivos de la gente para hacer cosas son inescrutables; pueden seguir creyendo lo que usted dice que decían que creían, y no hacer nada por otros motivos (como pérdida de votos).

    «Me pregunto cuantas más de las cosas que decían… » Yo también me pregunto si las cosas que usted cree que decían las decían realmente. Tampoco las detalla mucho. Sólo que según dice usted, decían que ZP era el culpable de la crisis mundial. Cita, por favor.

    ¿Y sólo se pregunta eso? Le veo un poco escoradillo; y que nos cuenta un rollete de supuestas declaraciones que luego la realidad se encargaría de contradecir, lo cual daría pie a invalidar todo lo que cree que dijeron pero no detalla, para ocultar su verdadero y simple mensaje: PP malo y mentiroso.

    Un saludo.

  12. Vellana dice:

    Me aburro con tanto sectario.
    Ni una cosita que debatir.

  13. […] el aborto como derecho. Cuestión de una importancia extrema, si tenemos en cuenta algo que apuntaba Jorge Galindo en Politikon: las reformas que conceden derechos generan resistencias ante un eventual intento de […]

  14. […] resistencia del progreso, Jorge Galindo sobre por qué considera un error que PP planteara cambiar la ley del […]

  15. Gerion dice:

    Siendo eminentemente práctico desde un punto de vista biológico, a mi me interesa que mis genes se propaguen más que los del resto de los seres humanos. Por tanto, y contando con que seguirá habiendo diversidad suficiente para evitar los problemas derivados de la endogamia, biológicamente me conviene que el resto tengan menor éxito reproductivo que yo. Así que, desde esta perspectiva, bienvenido sea el aborto, a cualquier edad y por cualquier motivo. Pero yo lo evitaré en lo posible. Por puro egoísmo.

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