Política

Ley electoral: la reforma municipal equivocada

21 Ago, 2014 - - @egocrata

Dos de los temas recurrentes en Politikon en general (y en «La Urna Rota» en particular) son los problemas de corrupción en los gobiernos municipales en España, y que las reformas electorales no son soluciones mágicas.

Los ayuntamientos en los años de la burbuja fueron una de las principales fuentes de casos de corrupción en nuestro país: los pelotazos urbanísticos, amiguismos y politización de muchas corporaciones locales se repitieron con deprimente frecuencia, señal de un diseño institucional deficiente. El gobierno de Rajoy, en un extraño ataque de reformismo democrático, ha decidido que era hora de mejorar la gobernanza del sistema municipal español, y ha decidido hacerlo con una reforma de la ley electoral. La idea, según ellos, es promover la rendición de cuentas democrática en los ayuntamientos haciendo que los ciudadanos escojan directamente a los alcaldes, haciendo el sistema más transparente y evitando el bochornoso espectáculo de coaliciones, transfuguismos y sonadas deserciones de concejales bajo la promesa de una recalificación o dos.

Me gustaría criticar la substancia de la ley, hablando sobre el mecanismo específico que nuestros líderes han decidido para introducir este cambio. De forma bastante lamentable esto no va a ser posible, ya que el PP es de la opinión que uno puede cambiar las reglas del juego en unos comicios democráticos meses antes de las elecciones sin hacer público el contenido de la reforma hasta el último momento. Están barajando una variedad de fórmulas de implementación, están dispuestas a enseñarlas al resto de grupos parlamentarios cuando hayan acabado por decidir algo, y están dispuestos a aprobarlo ellos solitos, sin el más mínimo debate, para que entre en vigor justo antes de las elecciones.

Si la idea es mejorar la calidad de gobierno de nuestros municipios haciendo que los votantes puedan tener un control más directo sobre quién es el alcalde, me temo que el PP anda bastante confundido. Como hemos comentado por aquí repetidamente (y discutimos en detalle en «La Urna Rota«) las leyes electorales son importantes, para muchas cosas, pero tienen una influencia muy limitada en la calidad de los gobiernos que salen de ellas. Las reglas con la que traducimos votos en representación política pueden afectar la competición electoral, la cantidad de partidos con representación o la organización interna de los partidos, pero tienen un peso muy limitado en qué hacen los políticos una vez llegan al poder.

El motivo es que los votantes, en general, son bastante torpes castigando a los políticos corruptos en las urnas, especialmente a nivel municipal.  La literatura es bastante clara en este aspecto (aquí tenéis un artículo de Jorge recogiendo multitud de estudios al respecto, que discutimos en detalle en nuestra tertulia), así que confiar en la rendición de cuentas tienen escasas posibilidades de solucionar el problema. Aunque el temor de los políticos a perder el cargo en las urnas es algo saludable, la calidad del gobierno, sobre todo a nivel municipal, depende mucho más de los incentivos a los que se enfrenta en político y a los corsés y límites institucionales que limitan su capacidad de maniobra.

En el caso español, nuestro gran problema es la enorme discrecionalidad que tiene un alcalde para tomar decisiones, y la extraordinaria politización del sistema de toma de decisiones. Hemos enlazado este artículo de Victor Lapuente unas doscientas veces, pero es más relevante que nunca en este debate. Si queremos que los ayuntamientos estén mejor gobernados, más que cambiar cómo escogemos en el alcalde, es profesionalizar la gestión municipal y quitarle de en medio para decisiones de carácter técnico. Cambiar la ley electoral para mejorar la calidad de los gobiernos locales es como utilizar un martillo para apagar un incendio: algo podrás hacer, pero no es la herramienta adecuada para arreglar el problema.

Por supuesto, todo esto sería concediendo el beneficio de la duda a Rajoy y creyendo que sus pretensiones reformistas son completamente sinceras. Como comentaba Pablo el otro día, es perfectamente aceptable querer echar adelante una reforma electoral. Hay otros países europeos que utilizan sistemas en teoría parecidos a la reforma que se supone quiere impulsar Rajoy, aunque no sean demasiado habituales. Como comentaba también Pablo, lo que es bastante más extraño y mucho menos aceptable es acometer un cambio tan fundamental de las reglas del juego con estas prisas e improvisación, y más impulsando una reforma que favorece al partido que está impulsándola de forma exagerada. La reforma se encamina a intentar dificultar un tipo de gobierno perfectamente democrático y funcional, las coaliciones, que son la base de la inmensa mayoría de sistemas parlamentarios con representación proporcional. Las prisas, secretismos y la voluntad de echar todo el proceso adelante sin ningún debate ni consenso debería dejar claro que la intención no es mejorar la gobernanza a nivel local, sino manipular las reglas descaradamente para autofavorecerse.

La reforma de Rajoy sería, en este caso, no sólo inútil, sino casi irresponsable. El gobierno no sólo estaría apelando a un populismo mayoritarista como solución mágica (y completamente inútil) para males reales, sino que además lo hace para regalarse a sí mismo un buen puñado de alcaldías.

El procedimiento seguido por el PP para manipular el juego a su favor sería completamente legal, pero en esta clase de reformas la legalidad no es lo único que importa. Uno de los principios básicos de cualquier régimen democrático es que todo el mundo pueda participar bajo las mismas reglas y con la misma probabilidad de victoria. Cuando un partido intenta utilizar una mayoría puntual, una victoria electoral conseguida en un determinado momento para autootorgarse una ventaja legislativa a largo plazo lo que está haciendo es utilizar la voluntad de los votantes de ayer para restringir la capacidad de decisión de votantes futuros. Está rompiendo as reglas del juego.

Sea cual sea el contenido de la reforma, el PP no debería ni siquiera plantearse aprobarla en solitario, y desde luego, no debería entrar en vigor hasta pasadas estas elecciones municipales. Ahora mismo no podemos decir que sea un pucherazo, pero está peligrosamente cerca.


29 comentarios

  1. juan dice:

    Sí que puede decirse que es un pucherazo, a la par que una mentira semántica. Lo que quieren hacer no es «elegir directamente al alcalde» como repiten una y otra vez, sino que con un 40% pelado, tengan mayorías absolutas municipales.

    Elegir directamente al alcalde sería ir a 2 vueltas o un sistema de voto transferible pero es que ahí seguramente el PP perdería casi todas las alcaldías y por eso la reforma no va por ahí.

    ¿En el PSOE donde son incapaces de tirar de hemeroteca y recordar como el PP apoyó a una lista minoritaria en Madrid para echar al PSOE, o como Rita Barberá con 9 concejales fue elegida alcaldesa por 14 que tenía Clementina Ródenas del PSPV-PSOE?

  2. De los dos planteamientos principales del artículo coincido en que es necesaria mayor concreción en la proposición de reformas electorales, de hecho creo que la política española tiene mucho que mejorar en la concreción de las propuestas de los partidos políticos en todos los ámbitos.

    Disiento del otro planteamiento, el de que la principal herramienta para mejorar la gestión sea acotar el campo de lo político y dejar plenos poderes a los técnicos en lo técnico. Creo que un elemento fundamental para mejorar la gestión es la lucha contra la corrupción y creo que existe una lacra contra la que hay luchar más de lo que ya se está haciendo, la lacra de los corruptores. A menudo vemos que, en los casos de corrupción municipal, los corruptos son condenados, pero no vemos tanto a los corruptores condenados y, sobre todo, fuera del mercado. Pienso que colocar la presión de la corrupción sobre los técnicos sin antes realizar una lucha más decidida contra los corruptores sería contraproducente. Ya en la actualidad vemos como existen, por ejemplo, muchos secretarios o muchos interventores muy honrados que, después de largo tiempo de lucha, se han visto obligados a renunciar o a pedir el traslado al verse sobrepasados por la coacción constante de los corruptores, que tienen muchos más medios. Más aun, un técnico honrado puede contar con menos medios para luchar contra la corrupción que un político honrado. Por otro lado, no se nos olvide que también existen técnicos corruptos. A mi juicio, solamente una vez que tuviésemos mínimamente resuelto el problema de los corruptores, entonces sí tendría utilidad la separación del ámbito de lo técnico del ámbito de lo político.

    Un cordial saludo.

  3. minded dice:

    De modo que si quitamos al alcalde la potestad de tomar decisiones técnicas, y le dejamos sólo la potestad de nombrar al técnico que será quien tome las decisiones técnicas, así se reducirá la corrupción… Ya. En España… Ya.

    Punto uno: el alcalde nombra como supertécnico a su cuñado, o a un íntimo amigo de su cuñado, con un CV mínimo para ocupar el cargo sin despeinarse, y la corrupción desaparecerá por arte de magia. Ya.

    Punto dos: tal vez así se reduzca la corrupción, pero aparecerá la frialdad robótica que a mí me gusta incluso menos. Porque tal vez ese supertécnico al que nadie puede toser decida, honradamente, que lo más conveniente es construir una carretera a costa de un bonito bosque en las afueras de la población. Y lo decida sin corruptelas ni ideologías, simplemente analizando de la manera más racional y lógica los pros y contras de su decisión. Y todo el mundo a tragar sin posibilidad de rechistar; ni siquiera el alcalde que lo nombró.

    Pues qué guay.

    Y no estoy hablando de ciencia ficción. Gran parte de los atentados contra el patrimonio natural o artístico que se han cometido, o han estado a punto de hacerlo, por obra de las carreteras y ferrocarriles, no han sido culpa de los políticos sino de los técnicos. Buscaron la ruta más rápida y barata para ahorrar tiempo y dinero al contribuyente, el político se fio de ellos, y luego todos pagamos el pato.

    • Roger Senserrich dice:

      Lee el enlace sobre modelos de gobierno municipal. Es perfectamente posible hacer que las decisiones las tomen los técnicos pero se tengan que votar en referéndum – en Connecticut, por ejemplo, se votan anualmente en muchos municipios.

      • minded dice:

        Pues si hace falta un referéndum para aprobar las decisiones, no sé para qué necesitamos a un intermediario como el supertécnico.

        Que decida el alcalde (que por algo ha sido elegido por el pueblo, no como el otro), y que luego sea refrendado o no en referéndum.

  4. Alberto dice:

    Respondo a los 10 errores -siendo bien intencionado- de este artículo:

    1. Frente a «los problemas de corrupción en los gobiernos municipales en España (…) las reformas electorales no son soluciones mágicas». Nadie -ni el PSOE en el pasado, ni el PP ahora, ni UPyD siempre- ha planteado la reforma electoral como solución a la corrupción.

    2. «El gobierno de Rajoy, en un extraño ataque de reformismo democrático, ha decidido que era hora de mejorar la gobernanza del sistema municipal español». Esta demanda es una constante creciente de modo exponencial en la sociedad española, como muestra el CIS. De ahí el éxito de partidos que lo defiende de modo desmedido, como el heredero del 15M, Podemos. Ya era hora de que lo hiciera el Gobierno.

    3. «Están dispuestos a aprobarlo ellos solitos, sin el más mínimo debate, para que entre en vigor justo antes de las elecciones». Cualquier modificación de una Ley Orgánica (en este caso, la de Régimen Electoral General) es debatida y aprobada por el Pleno.

    4. «Si la idea es (…) que los votantes puedan tener un control más directo sobre quién es el alcalde, me temo que el PP anda bastante confundido». Sospecho que es más fácil: el objetivo es que los votantes elegir quién es el alcalde. Que no lo elijan los concejales o los partidos, las negociaciones posteriores a las elecciones, los pactos con contraprestaciones secretas… porque la primera consecuencia es que no gobierna quien ha ganado y gobierna quien no ha ganado.

    5. “Las leyes electorales (…) tienen una influencia muy limitada en la calidad de los gobiernos que salen de ellas». Las leyes electorales son decisivas para determinar qué gobierno sale de ellas, en este caso, ¿el que gana o cualquier otro?

    6. «Si queremos que los ayuntamientos estén mejor gobernados, más que cambiar cómo escogemos en el alcalde, es profesionalizar la gestión municipal y quitarle de en medio para decisiones de carácter técnico». Al margen de ese nuevo debate que comparto, para mejorar la calidad democrática de nuestras instituciones -que no otra cosa- conviene fomentar que se vote libremente y gobierne quien gana.

    7. «Hay otros países europeos que utilizan sistemas en teoría parecidos a la reforma que se supone quiere impulsar Rajoy, aunque no sean demasiado habituales». No hay ningún país europeo con un sistema electoral municipal tan indefenso ante la fragmentación del voto como España. Ni siquiera Italia o Grecia, quienes más padecen resultados similares.

    8. «La reforma se encamina a intentar dificultar un tipo de gobierno perfectamente democrático y funcional, las coaliciones, que son la base de la inmensa mayoría de sistemas parlamentarios con representación proporcional». Es evidente que si un partido con mayoría no siempre es prefectamente funcional, cuánto menos las coaliciones de dos, tres y hasta cuatro partidos con visiones -por volver a ser bien intencionado- distintas. Y las coaliciones fortalecen los sistemas parlamentarios, Legislativos, pero debilitan a los Ejecutivos, llegando a producirse situaciones de ingobernabilidad.

    9. «El gobierno no sólo estaría apelando a un populismo mayoritarista como solución mágica (y completamente inútil) para males reales, sino que además lo hace para regalarse a sí mismo un buen puñado de alcaldías». Pensé que el gobierno de quien gana era democracia y no populismo mayoristarista: se ve que democracia es un término que cada uno utiliza para justificar que debe gobernar él mismo. Esto sí lo hace muy bien este artículo, enhorabuena.

    10. «Lo que está haciendo es utilizar la voluntad de los votantes de ayer para restringir la capacidad de decisión de votantes futuros. Está rompiendo las reglas del juego». Hasta donde se conoce, está garantizando que gobierne quien gane. Quién ganará lo decidirán los ciudadanos, mientras este articulista no logre lo contrario. Quién gobernará lo pueden decidir nuestros legítimos representantes a despacho cerrado, o podemos obligarles a que sea quien gane las elecciones. ¿Qué prefieres?

    • navarta dice:

      Esto que dices, tendría sólo sentido si incluyeras un punto adicional a tu decálogo donde dejaras claro que apoyas un sistema de segunda vuelta con dos candidatos, de lo contrario lo único que está apoyando es bajar el porcentaje matemático que define la mayoría absoluta del 50% al 40%, algo que ni mejora la democracia ni la gobernabilidad, sólo baja el umbral de votos para alcanzar mayoría absoluta y santas pascuas, es decir, un parche oportunista para rebañar unas cuantas alcaldías importantes, vamos, lo que viene siendo una más de esas espléndidas reformas de vuelo gallináceo tan comunes a este gobierno «reformista».(Ejemplos: Transporte por carretera de viajeros, IVA de caja, amnistía fiscal, anteproyecto de colegios profesionales, etc…)

      • Joshua dice:

        Exacto. Muy claramente explicado. Toquitear las leyes buscando ¿qué-hay-de-lo-nuestro-a-corto-plazo? Y el que venga detrás… que lo haga si puede.

    • Roger Senserrich dice:

      A ver, por partes:

      1. Literal: «http://www.elboletin.com/nacional/102840/excusa-pp-reforma-electoral-corrupcion-.html»

      2. A nivel nacional, quizás. Nadie andaba manifestándose por una reforma electoral a nivel municipal. Aparte, el PP parece estar sólo por la labor de reformar democráticamente para favorecerse en las urnas.

      3. Si se hace con una tramitación exprés como pretenden, el debate será rápido e irrelevante, sin ninguna participación social. Uno no oculta una ley hasta que llega al Congreso si quiere debatirla bien.

      4. Gobierna la mayoría – y quien es capaz de formar una. Sacar una pluralidad de los votos cuando el resto de los partidos te detestan es habitual, y puede acabar con alcaldes que sólo una minoría de los votantes querían de entrada. Votamos a partidos con programas, no candidatos, y estos tienen que aliarse con otros con programas similares.

      5. Lee los enlaces. También puedes mirar la amplia literatura que intenta buscar una relación entre ley electoral y crecimiento económico. En este caso los sistemas proporcionales parecen generar mejores resultados que los mayoritarios: http://www.sv.uio.no/isv/forskning/publikasjoner/artikler/chknutsen_sciencedirect_2011.pdf . Es decir, en dirección contraria a lo que busca el PP.

      6. Tu definición de ganar equivale a tener gobiernos sin mayoría legislativa. Es decir, que no tienen el apoyo de los votantes.

      7. Lee el artículo de Pablo. No somos ninguna excepción.

      8. Los sistemas parlamentarios son más inclusivos, y dan mejores resultados a largo plazo. La gobernabilidad está sobrevalorada, la verdad.

      9. De nuevo, tu definición de ganar es extraña: confundes pluralidad con mayoría.

      10. De nuevo, el principio básico de un sistema de representación proporcional es que escogemos programas, e intentamos buscar consensos. Lo que el PP pretende es que alguien (ellos) puedan gobernar incluso cuando el resto de partidos y votantes están en contra.

    • juan dice:

      Respecto al punto 4, lo que propone el PP no es elegir directamente al alcalde, bien a 2 vueltas o con un sistema de voto transferible (ordenar en la papeleta primera opción, segunda, tercera)….lo que propone el PP es que con un 40% de voto se saque mayoría absoluta aunque 2 partidos más próximos ideológicamente sumen un 60%..
      No confundamos.

    • Pedro dice:

      Democracia es gobierno de la mayoría, con respeto a las minorías. Lo que dices solo tiene sentido con doble vuelta, salvo que en la primera se llegue al 50%. Y esto supone votar, campaña, constituir mesas….dos veces, con lo que supone, es un cambio cultural importante. Y estas obligando a los ciudadanos a elegir msyoría

    • Pedro dice:

      Y estás obligando a los ciudadanos a elegir una mayoría absoluta, cuando a lo mejor no es esto lo que quieren, todos los municipios tendrán mayoría absoluta. No tengo claro que eso sea mejor que las relativas, la experiencia en este pais es mas bien que no. Y donde queda la libertad de los votantes de IU, UPyD, Vox. Libertad para tirar su voto a la basura, votar a un grande, o no participar en las elecciones ni en la gestión de su municipio.

      • juan dice:

        Hay un sistema que en única vuelta actuaría como 2 vueltas que es el STV (o VUT voto único transferible http://es.wikipedia.org/wiki/Voto_%C3%BAnico_transferible), y que podría presentar la ventaja de que los votantes con sus preferencias marcaran «la coalición de gobierno» a la que podrían verse abocados los concejales.

        Si se diesen a ordenar 3 opciones, la primera podría decidir los concejales, y si el partido principal no tiene el 50% del voto, se contarían las segundas preferencias a ver si alguna de las listas alcanza el 50,01% con las segundas preferencias sumadas. En ese caso, de ahí saldría el alcalde, y viendo las primeras preferencias de esas segundas preferencias, la coalición sería implícita.

    • Joshua dice:

      @juan: Tus diez mandamientos pueden resumirse en uno: «más vale minoría en mano que coalición volando». Si uno sale elegido por el 30% del 50% de la gente (50% de abstención) ¿está investido de más legitimidad que cualquier otra combinación?. Si no nos fiamos de las coaliciones que hagan los candidatos a puerta cerrada, el problema no es la Ley electoral, el problema es que se presenta gente de la que no nos fiamos.
      Y sobre el «populismo mayoristarista», pues eso, que las palabras populismo, demagogia y democracia son como contenedores de cualquier cosa. Están en todas partes pero es mejor no usarlas si quieres transmitir algo concreto.

      • Joshua dice:

        upsss: obviamente, quería decir @Alberto y su decálogo y darle a responder a su comentario; pero no sé que demonios he hecho. Perdón, «no volverá a ocurrir».

  5. Ernesto de la Serna dice:

    El PP lo que quiere es cerrar el paso a Podemos e impedir que pueda entrar en coaliciones de gobierno municipales. Lo disfraza bajo una supuesta intención de auspiciar una mejora democrática, pero en el fondo urden un pucherazo con todas las letras.

    • Estilpon dice:

      Peor.
      1) Obligar al PSOE a mezclarse con Podemos. La de IU está a la espera de puro tactismo.
      2) Decantar la oposición hacia la izquierda, de modo que ocupe más espacio de centro (absorbiendo de paso a UPD y cia).

  6. Moisés dice:

    Hombre, se le puede llamar pucherazo o cómo quieras, pero desde luego es modificar las reglas del juego con un ventajismo descarado e infame. Hay que estar muy adoctrinado o ser muy ciego para creer que lo que quiere el PP es mejorar la calidad del proceso democrático. Justo ahora, qué casualidad, que parece que los pueden dejar sin media alcaldía en toda España. No recuerdo una muestra mayor de caciquismo en la historia reciente de Europa.

    • vellana dice:

      Escasa memoria. Mira las reformas electorales de Mitterrand

      • Moisés dice:

        Se quedan pequeñas y no son tan recientes. Me refería a los últimos 20 años. Hubo mucho socialista que puso la boca en la trompeta y protestó en Francia (Michel Sapi?). No veo a un pepero salir a decir algo en contra de la obra de arte que están cocinando.

  7. Joshua dice:

    Gran entrada. Se agradece un texto tan preciso y claro.
    Y respecto al término pucherazo: se podrá discutir sobre la palabra, (si es más o menos apropiada). Pero lo que es claro como el agua es que lo que se está haciendo es exactamente el significado (la idea) que refleja ese término. No vaya a pasar como con la «recesión», el «rescate» o tantos ejemplos de hacer el tonto con las palabras.
    Ya solo falta que aprueben la ley el día de reflexión antes de las eleccciones (o ese mismo día antes de abrir los colegios). A veces es muy difícil no tener la sensación de que hay demasiados abogados y leguleyos al cargo: creen que todo se arregla aplicando tipex o añadiendo frases en los códigos legales. Y que no hay nada que no se pueda legitimar moralmente si tienes una impresora y el poder para darle al «print». Eso si que es una lacra.

  8. Fantástico artículo. Simplemente trataré de aportar una idea general ¿es gobernable un Ayuntamiento con un Pleno en contra?

    Los «malísimos» gobiernos de coalición se hacen para gobernar lo más plácidamente posible, pero como en este país la política se sigue vendiendo en términos de blanco y negro, rojo-azul, arriba-abajo, pues pasa lo que pasa.

    Los partidos que se presentan separados se unen con un proceso de negociación previo (recordar la negociación siempre es mala porque quebranta el B/N) para conformar un Gobierno que lleve propuestas a un Pleno y sean aprobadas.

    Evidentemente el Alcalde tiene una gran capacidad de toma de decisiones y gobierna mucho, pero no del todo y tiene que pasar muchas cosas por el Pleno (por ejemplo un PGOU o algo más vital si cabe como puede ser una ampliación de crédito). Por muy Alcalde de elección directa que sea si tiene un Pleno que le deniegue la propuesta no podrá gobernar. Leo y releo lo poco escrito de esta propuesta electoralista y nada dice de estas más que probables situaciones, claro que está que la modificación vaya más allá y los Plenos locales se conviertan en las Juntas de Distrito de grandes ciudades como Madrid.

    El PP ha optado por una propuesta que pase lo que pase le suma en su estrategia política y, sobre todo, fuerza al PSOE a radicalizarse a la izquierda (si es que esta medida es ideológica y no un puro pucherazo) lo que hace, aunque sea mínimamente parecer que tiene que resurgir el Frente Popular con los «bolcheviques» de IU y Podemos. Si sale la reforma le vendrá bien al PP, si no hace la reforma venderá en los medios que quienes no quieren reformar la democracia son los «trasnochados rojos». Juego positivo para el PP.

  9. Tito dice:

    Menuda tontería, Roger.

    Como en casi todos tus artículos, empiezas con un error del tamaño de la catedral de Burgos, que alegremente pretendes dar por hecho, y sobre el que se supone que debemos hacer un acto de fé para, a continuación, tragarnos toda esa papilla disfrazada de discurso coherente que construyes después.

    «Los ayuntamientos en los años de la burbuja fueron una de las principales fuentes de casos de corrupción en nuestro país»… Vamos, por favor… ¿Pero tú de dónde sales… y en qué año naciste?

    La corrución, señor Senserrich, es el sistema «político-económico» que viene definiendo a nuestro país, como mínimo desde el golpe militar fascista contra la última democracia legal en este país: La II República. Y es perfectamente sabido por todos que esta parodia que intentaba sustentarse en una ideología-chapuza donde se mezclaban delirantemente el fascismo y el catolicismo, no se sostenía por ninguna parte y nadie se creyó jamás: los franquistas, como el propio Francisco Franco, un garrulo militar sin otra preparación intelectual que para la guerra (los verdaderos ideólogos Mola y Sanjurjo ‘desaparecieron’), ivan y fueron a lo suyo: a robar y punto.

    Y así lo siguieron haciendo, no sólo durante los cuarenta años de la dictadura, sino que se dejó ‘atado y bien atado’ que el expolio impune y a placer de la élite militar, religiosa, política y económica sobre el resto del pais, se mantuviera perfectamente intacta y operativa.

    Esa memez con la que intentas sostener que ‘la corrupción es de ahora’, es absolutamente FALSA. Tenemos a toda la historia escrita para sustentarlo, y te reto a que demuestres lo contrario. Incluso el reciente caso Pujol, es paradigmático de una manera de organizar la política y la economía del país mediante el reparto institucionalizado de corrupción y evasión fiscal como moneda de cambio por debajo de la mesa.

    Otra cosa muy distinta, es que los tiempos hayan cambiado, la gente se informe, ya no se calle, y las cosas corran hoy como la pólvora gracias a la red. Por ello a los más jóvenes les pudiera parecer que hoy hay más corrupción que antes, pero somos los que tenemos una información más amplia los que debemos afirmar: la corrupción se ha mantenido en el ADN mismo de españa en el último siglo, desde el rey hasta el último concejal de urbanismo, y campa con una inusitada libertad e impunidad precisamente desde la dictadura fascista y la fantochada de democracia que esa misma dictadura estableció como su continuación política, ‘Transición Modélica’ mediante (Ja!!!).

    Y una prueba de ello es que podemos considerar idénticas maniobras de robo a manos de ladrones corruptos a la anulación del valor de la moneda republicana a manos de los golpistas vencedores, con lo que familias enteras quedaron literalmente ‘sin nada’ de un dia para otro, a la maniobra de las Preferentes, donde unos numeritos escritos en la pantalla del ordenador, de un dia para otro, ya no valen ‘absolutamente nada’. Es exactamente la misma maniobra, en momentos y con recursos distintos: quien manda, da o quita las cosas a placer.

    Ahora, a partir de este punto… si quieres, empieza a hablar de corrupción y de corruptos, y de cómo todos ellos (quiero decir absolutamente todos los partidos políticos de la última democracia) han evitado legislar un solo artículo en toda la historia reciente para que no fuera tremendamente fácil ejercer dicha corrupción con total impunidad.

  10. Manuel Marco dice:

    Supongo que quienes están interesados en este asunto conocen el dictamen del Consejo de Estado sobre la reforma del régimen electoral, de 24 de febrero de 2009. (Enlace al final)
    Como sostiene Popper , ( http://elpais.com/diario/1987/08/08/opinion/555372008_850215.html ) lo importante no es cómo se elige un Gobierno sino como podemos deshacernos de él. http://marcocamacho.wordpress.com/2014/08/16/la-democracia-es-una-forma-de-gobierno-en-la-que-es-posible-deshacerse-del-gobierno/
    De aplicarse la reforma y optar por sistemas mayoritarios o de bonus, tan corrientes en países vecinos, quedan muy devaluados los mecanismos de la Moción de Censura y Cuestión de confianza presentes en la legislación española de Regimen Local.
    Ese es el verdadero problema a resolver, hacer compatible un sistema que refuerce las mayorías y la decisión popular para la elección de un gobierno local de tipo presidencialista, con las garantías del modelo vigente,de gobierno local de corte parlamentario, acentuado en los municipios de gran población.
    Habría que introducir profundos cambios en el Regimen Local si se quiere modificar el sistema electoral. Lo contrario es equivocarse e improvisar.
    Como he leído en otros artículos de Roger, estas cosas son difíciles, pero qué le vamos a hacer.
    http://www.consejo-estado.es/pdf/REGIMEN-ELECTORAL.pdf

  11. […] Ley electoral: la reforma municipal equivocada […]

  12. Cruz Alarcia dice:

    Si es que se les ve el plumero por todas partes… Supongo que están atemorizados ante la avalancha de Podemos y este es su intento de quemar hasta el último cartucho.

    Me entristece, francamente, lo rápido que se ponen de acuerdo los políticos cuando de beneficiarse ellos se trata; y lo mucho que tardan cuando el asunto es ayudar al pueblo y hacer las cosas bien.

    A propósito del «truco de magia» del PP:

    http://codigonuevo.com/cambio-en-la-ley-electoral-o-el-nuevo-truco-de-magia-del-pp/

  13. […] a Podemos les van a salir también por un pico. Y por si fuera poco, el PP está amenazando con una reforma de la ley electoral en solitario, para hacerla aún menos […]

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