Política

Tres opciones para el PSOE

27 Jul, 2014 - - @egocrata

Congreso en el PSOE, ahora ya con nuevo líder. En los medios, la polémica es como de costumbre posibles divisiones internas, quién está dentro, quién esta fuera, quién sube y quién baja. A los periodistas les gusta hablar de conflicto, no de de otra cosa, y andan buscándolo con todas sus fuerzas. Nombres, personajes y cuotas: la política como culebrón.

Estas peleas ahora mismo son secundarias. Pedro Sánchez y el PSOE ahora mismo tienen que decidir sobre algo bastante más importante que nombres. Los socialistas llevan varias derrotas electorales apocalípticas consecutivas, tienen un electorado natural cada vez más reducido y tienen cada vez más competidores en su espacio electoral. Si el partido quiere sobrevivir como una alternativa de gobierno viable (porque corren el riesgo de dejar de serlo) es ahora cuanto deben decidir cómo van a hacerlo, y qué estrategia quieren seguir.

El partido ahora mismo tiene tres opciones: continuidad, populismo o modernización. La continuidad es el PSOE de Rubalcaba y Valenciano, el programa de la conferencia política que llevó el partido al callejón sin salida de las europeas. Es el socialismo de defender a las clases medias con contrato indefinido y los pensionistas, los «ganadores» del tristemente poco redistributivo estado de bienestar español que han visto con temor cómo el temporal de la crisis se llevaba el resto del país por delante. Es la izquierda inmovilista, conservadora, que se opone a las reformas, prima los medios sobre los fines y habla como si siguiéramos viviendo en 1970.

El populismo es un PSOE que decida mirarse en el espejo de Podemos. No es un «giro a la izquierda», no es apostar por más redistribución. Es un partido que cree que buscar a los culpables de la crisis  y castigarlos es una forma de solucionar problemas. Abrazar la retórica de casta y el pueblo, buenos y malos, pretender que todo puede arreglarse a base de la voluntad inquebrantable de líderes honestos y unas cuantas soluciones mágicas (listas abiertas, transparencia, subir impuestos a los ricos) y hacer lo que dice el pueblo. Peronismo, en suma, aunque sea bajo un barniz de rebelión joven o de economistas outsider indignados con la ortodoxia de la troika. Es la izquierda que dice que la crisis nace porque gobiernan los malos, y esto se arregla haciendo que manden los buenos.

Modernización sería un PSOE que responde a su último desastre electoral reaccionando a una sociedad que ha cambiado bajo sus pies. Por un lado, el partido apuesta por buscar recuperar agresivamente a todos esos votantes que ha perdido por el camino, esos grupos que han quedado fuera de la vieja coalición continuista. Esto quiere decir apostar decididamente por recuperar el voto joven con propuestas más allá de la retórica progre de siempre («somos tolerantes, solidarios y nada rancios») con propuestas concretas, desde una inversión decidida en formación a medidas que faciliten compatibilizar trabajo y vida familiar. Segundo, e igual de importante, tomarse la redistribución en serio, más allá del eslogan fácil, y apuesta por una reforma decidida del estado de bienestar español que incluya educación infantil y guarderías públicas, ley de dependencia, un mercado laboral que no excluya sistemáticamente un tercio de la población y una apuesta por modernizar la economía acabando de una vez con el caos regulatorio y el capitalismo de BOE y privilegios que tanto daño han hecho al país. Tercero, hacer esto partiendo de la disciplina fiscal, reforma de la administración y buen gobierno, impulsando reformas institucionales decididas. Es la izquierda que abraza la socialdemocracia, combinando reformas, redistribución, invertir en capital social e  igualdad de oportunidades, economía abierta y disciplina fiscal.

De las tres opciones, la primera equivale a prolongar el largo declive del partido hacia la irrelevancia. La coalición electoral que ha sostenido al PSOE y PP todos estos años (la verdadera gran coalición que describía Jorge Galindo) no va a darle la Moncloa al PSOE después de los años de Zapatero, y desde luego no va a pedir las reformas que necesita el país. El populismo tiene los efectos terapéuticos de la indignación, pero no es un programa de gobierno, y el PSOE nunca podrá aspirar a ofrecer líderes enfurecidos más convincentes que Podemos o Izquierda Unida. Es competir en un territorio extraordinariamente poblado, y hacerlo sin ofrecer nada realmente sólido; ganar equivale a coalición de izquierdas y un montón de lágrimas o promesas incumplidas.

Queda la modernización. El PSOE, en vez de proteger a los que han salvado la crisis o jugar a revolucionarios de salón, puede ofrecer un programa político de izquierdas real, sólido y contrastado, que ofrezca modernidad, redistribución, igualdad de oportunidades, acabar con proteccionismos y privilegios y reformas institucionales responsables. Puede hacerlo explicando que el mundo ha cambiado, estamos en Europa para quedarnos y que si queremos una sociedad igualitaria, próspera, justa y abierta de la que podamos sentirnos orgullosos es hora de cambiar las cosas, y hacerlo a consciencia.

¿Qué parece estar haciendo Pedro Sánchez estos días? De momento, escoger una ejecutiva que tiene como responsable de empleo a alguien que parece estar convencida que el problema del mercado laboral español es que no tenemos suficientes inspecciones laborales (sobre lo de abaratar costes laborales, me remito de nuevo a Jorge Galindo) y tiene a gente como Pere Navarro y Tomás Gómez, conocidos por su talento para ganar elecciones, como vocales. Hay muchos políticos de carrera, gente que ha hecho vida de partido sin nunca hacer demasiado ruido u ofrecer alguna idea remotamente original. Es cierto que  también hay voces sensatas (Manuel de la Rocha tiene algún artículo estupendo sobre la crisis del Euro), y que según cuentan Sánchez es por temperamento un modernizador, pero de momento no parece haber dado señales de querer mover al partido en esa dirección.

Bueno, ahora es el momento. Pedro Sánchez debe escoger entre inmovilismo, populismo o renovación, y debe hacerlo ahora. El PSOE, desde Suresnes, ha sido un partido que ha abrazado el cambio, asumiendo ideas nuevas y descartando ideas caducas para servir mejor al país. Es hora de volver a ese camino.


48 comentarios

  1. Christian dice:

    Muy sensato todo lo escrito, hasta la última coma. Pero, si nunca han sido un partido político serio, si nunca han sido mínimamente coherentes, si son la otra mitad del mapa de corrupción, ¿por qué se tienen que regenerar? ¿Para qué? ¿Se piensa alguien que la gente cambia? La gente no cambia nunca. Los partidos jamás cambian. El PSOE estará toda la vida plagado de gente corrupta y será un partido conservador, ridículo y anodino, hasta el fin de sus días. Y que mis amigos socialistas esperen sentados al «nuevo» PSOE. Ya hemos vivido varios decenios de política hecha desde el departamento de marketing (y no desde la sana intención de ayudar a las personas), y no necesitamos más de eso.

  2. Joseba dice:

    La opción modernizadora tiene tres inconvenientes: es más fácil definirla que llevarla a la práctica; es impopular y con ella es difícil ganar elecciones; sin mayorias absolutas, ¿con quién pactar para aplicarla?

    • heathcliff dice:

      Lo que nos lleva al problema de fondo: lo que funciona, no lo quiera la gente. Lo que la gente quiere, no funciona.

      Sin la gente, pierdes.

      Haciendo lo que la gente te pide, vamos al desastre y luego no se culpan a sí mismos sino a ti.

      Mala cosa…

  3. Muy interesante el artículo. Ninguna de las tres opciones descritas creo que se pueda descartar en este momento. Me da la sensación personal de que la que finalmente se va a llevar a la práctica es una cuarta opción, una opción expectante. Por lo que llevamos viendo, creo que no se quiere romper tajantemente con ninguna de las posiciones del partido. Se buscará recuperar parte de los votantes admiradores de Rodríguez Zapatero que quedaron desencantados tras los recortes, incluso creo que se hará algún guiño a la generación de González. Supongo que se harán cambios, que creo que afectarán más a las formas que al contenido. Pero la receta para ganar las elecciones ya se conoce de los cuatro últimos presidentes. La receta es esperar, ir organizando el partido para adaptarlo a su líder, y cuando surja alguna crisis económica o política inesperada, algún hecho que cambie el rumbo del país por algún suceso inesperado, plantear una política alternativa a la del gobernante. Como dice Joseba, las reformas son impopulares, más si afectan a los grandes problemas del país, con lo que se pueden perder incluso los apoyos necesarios para liderar la oposición. Yo creo que la política del «día a día» se manifiesta en esos dos grandes puntos: ir acomodando lentamente el partido a su líder y esperar a que surja un momento crítico en el que plantear una alternativa a la que ofrezca el gobierno. Básicamente eso es lo que ha triunfado en las últimas 3 décadas con el PSOE y con el PP, porque creo que hay unos pocos hechos que son los que realmente pueden movilizar o desmovilizar a la gente.¿Cuántos votantes se leen los programas de los principales partidos que se presentan en su circunscripción antes de votar?

    Reciba un cordial saludo.

  4. Molari dice:

    Buen artículo, en mi opinión el PSOE seguirá dejándose llevar por la corriente, es decir continuismo. Solo tras la debacle que se ve venir podrá el PSOE deshacerse de los lastres.

    Podemos propone varias cosas muy necesarias :
    – Dado que no tienen amigos en el mundo de las corporaciones, les será mucho más fácil acabar con el capitalismo de amiguetes a partír de implantar transparencia a todos los niveles (como mínimo le dan al botón de reserva y al menos durará mientras haya ilusión en los nuevos ciudadanos que se acercan a los círculos ).
    – Como no tienen experiencia de gobierno, y por tanto no tienen corruptos en sus filas no tendrán tantos problemas en implantar medidas anticorrupcion.
    – Suponen aire fresco con muchísima voluntad de implementar medidas para mejorar las estructuras institucionales para conseguir separación de poderes, aumentar la representatividad de los legisladores y crear mecanismos de democracia participativa que vuelvan a conectar a los ciudadanos con las instituciones.

    Solo por esto merece la pena que ganen. Y sí, tienen también planteamientos populistas en economía que no está nada clara su viabilidad. Pero yo creo que los líderes parecen gente muy preparada y cuando la realidad de los límites del gobierno se presente pues tendrán que adaptar las políticas a lo posible. Pero nos habremos quitado de enmedio a la élite extractiva gobernante y la población general estará en la vía de la participación política que como mínimo genera mejores ciudadanos.

    A mí me gustaría que desde politikon se demostrara que no son un thinktank del PSOE y cuando se hable de Podemos se admitiera la posibilidad de que representan la regeneración del socialismo en España y se dieran consejos constructivos enfocados a reducir el populismo hacia medidas prácticas transformadoras (modernizadoras).

    • LuisL dice:

      Molari, entiendo lo que dices. De hecho, creo que Podemos, sin P.I. y cuatro más sería algo muy valioso. El problema es que, aunque ahora hablen del sistema educativo de Finlandia y el sistema energético de Francia, los señores que previsiblemente van a mandar en el partido, han hecho homenajes a Venezuela y han sido invitados por su TV. Nunca vi en La Tuerka, y la he visto mucho (porque considero que sacan debates jugosos que no sacan en otros sitios) un homenaje a Finlandia, Dinamarca o al sistema energético de Francia, pero sí a Venezuela.

      Y lo más importante de todo es que si ellos lo reconociesen, pues me serían de fiar: «Sí, reconozco que aposté por el sistema venezolano, y es un sistema que tiene sus defectos y sus virtudes… sin embargo, ahora en Podemos, decidiremos todos el modelo a seguir». Sin embargo, no reconocen los aplausos que dieron y eso no me parece de fiar. Al final es no asustar a la gente y aglutinarlas en torno a una emoción, sin debates innecesarios que rompan al electorado.

      Eso me suena, y es política vieja.

      Probablemente el sistema de Venezuela tenga cosas rescatables y P.I. sea mejor que el PP, pero hay cosas que me chirrían en los expertos en marketing y de eso, en Podemos, saben un huevo.

      Un abrazo.

      • Molari dice:

        Pablo no puede negar su apoyo al chavismo, y los programas de la tuerka y fort apache están ahí. La clave de todo esto es si Pablo es sincero cuando afirma que a pesar de su ideología de izquierdas su programa estará basado en aquello que la gran mayoría de la población ahora mismo apoya y en el resto se tratara de hacer debate y que se establezcan mecanismos participativos para decidirlos (ejemplo, podemos no se define como republicano sino como pro referéndum).

        Siguiendo esta lógica yo no me preocuparía de la hipotética implantación del modelo de Venezuela, pues la realidad allá es totalmente diferente a la española. Y lo que para un socialista puede que tenga sentido allí, aquí no lo tiene.

        Intentará acercarse a Venezuela o a Finlandia? yo creo que lo segundo, por razones de viabilidad práctica y política.

        Por eso me gustaría que se hablara en politikon como desde nuestra realidad española puede un partido populista enfrentado a los límites del gobierno en este mundo globalizado hacer medidas que nos acerquen a escandinava.

        • Carlos Jerez dice:

          El problema de tu teoria es que cuando Podemos ha escrito un programa ha sido un fiel reflejo del caso venezolano y bastante lejano al escandinavo.

          Volviendo al buen articulo de Roger, yo me quedo con la opcion continuista con ligeros toques reformistas. Zapatero en el 2003 sonaba reformista antiburbuja inmobiliaria y pro economia del conocimiento. Despues al llegar el gobierno en el 2004 su ministra de vivienda ataco a quien osara hablar de burbuja pero al menos aumento el gasto en innovacion y llevo a cabo algunas politicas de derechos civiles y sociales importantes.

          A su modo se puede hablar lo mismo de Rajoy. Su gobierno ha mezclado algun pequeño acierto en la linea reformista prometida con el monton de mierda que nos tiene acostumbrados el PP.

          De un gobierno de Sanchez no esperaria mucho mas.

          En los casos de Gonzalez y Aznar creo que se destacan por legislaturas muy diferentes, unas reformistas otras ideologicas.

          Saludos.

  5. pandas dice:

    Difícil que la opción modernizadora cuaje en un partido donde buena parte de sus bases utilizan la palabra socialdemócrata como un insulto.

  6. Javier P. dice:

    Buen artículo Roger, pero tengo una pregunta. Los que todavía confiamos en el PSOE, ¿como hacemos entender al partido nuestras demandas de modernización en la dirección que describes? Yo no se cuantos miembros del PSOE leen a Politikon ;).

    Una opción sería no votarles hasta que entren en razones :P. Pero eso es lo que ha ocurrido últimamente y el PSOE ha creído entender que no les votamos por no tener un logo nuevo, o por no ser suficientemente de izquierdas, o por no se cuantas tonterías más.

    Un saludo.

  7. Anouar dice:

    No sé muy bien de dónde sale la idea de que la socialdemocracia es Keynes y Rawls (que es lo que está detrás de la visión de Senserrich). La socialdemocracia es una línea revisionista del marxismo. En el fondo se trata de construir una alternativa al capitalismo pero a través de la vía reformista, el sindicalismo etc. No niego que ello tenga que ser revisado y actualizado (el actual ministro de economía francés Montebourg, tiene un panfleto antiglobalizador muy interesante), pero eso es bien diferente al liberalismo progresista keynesiano, que lo que busca es hacer el capitalismo más eficiente regulándolo e incorporando un cierto grado de protección social. Y la igualdad de oportunidades (en la que tanto se insiste), que es un concepto originariamente propio de la derecha (conservadores y liberales).

    • Alatriste dice:

      Eso de que «La socialdemocracia es una línea revisionista del marxismo» puede ser un definición perfecta para la socialdemocracia de 1900 pero ya resultaba casi cómica en 1945, y es una definición delirante para el año 2014. Vamos, si los socialdemócratas suecos (o los portugueses) son marxistas del tipo que sea, que venga Dios y lo vea.

      Y si nos ponemos así la igualdad de oportunidades es un concepto no ya cristiano sino pre-cristiano (por ejemplo los filósofos helenísticos, especialmente los estoicos y los cínicos, daban gran importancia a la igualdad de todos los hombres) y tiene bemoles hablar como si conservador y liberal fueran sinónimos; Riego y Torrijos se revolverían en sus tumbas si lo oyeran.

      • Anouar dice:

        1. Yo no he igualado a conservadores y liberales, tan solo he dicho que ambos utilizaban el concepto de igualdad de oportunidades. Aunque no está más decir que los liberales son una especie en peligro de extinción. Y remóntate al paleolítico si quieres, pero eso no cambia el hecho de que «igualdad de oportunidades» es un concepto fundamentalmente liberal, íntimamente emparentado con a meritocracia. Libertad de oportunidades es una carrera en la que todos salen del mismo sitio al mismo tiempo. Pero los hay rápidos y lentos. Frente a eso la izquierda ha reivindicado figuras como discriminación positiva,o más recientemente la paridad, que buscan la igualdad de resultados.

        2. Eso es discutible. Olof Palme tenía un discurso abiertamente anticapitalista y proponía medidas en ese sentido. Ya por aquel entonces hablaba de la necesidad de la regulación de las multinacionales, la planificación democrática de la economía, la participación cada vez mayor de los trabajadores en la gestión de las empresas etc. Es decir, era un programa fuertemente influenciado por las ideas de la socialdemocracia clásica.

      • Entiendo que si es una «definición delirante» para 2014, este mismo blog le parecerá «delirante» también, puesto que en otros artículos se citan como influencias los trabajos de Adam Preworski de cuando defendía la socialdemocracia desde presupuestos analíticos enraizados en la tradición marxista (http://politikon.es/2014/04/03/acemoglu-piketty-przeworski-poder-capital-distribucion-democracia/ donde se cita el «Capitalism and social democracy»). ¿No?

        • Alatriste dice:

          Amigo mío, si no ve una pequeña diferencia entre decir en pleno siglo XXI que los socialdemócratas son marxistas – aunque sean malvados revisionistas – y sostener, como hace Przeworski (con z entre la r y la e), que entre los años 1900 y 1945 los socialdemócratas renunciaron a muchos dogmas marxistas, hay alguien que tiene un problema pero creo que no soy yo.

          Y por cierto, Jorge Galindo en ese artículo lo que sostiene es más bien lo contrario, que la socialdemocracia nació de rechazar varios dogmas fundamentales del marxismo. Lo dice con todas las letras:

          «Así es como nació la socialdemocracia: de la convicción de que la expropiación mayoritaria no era ni posible ni beneficiosa para la clase obrera europea, pero un cambio era igualmente necesario. El pacto entre obreros y clases medias se hizo para frenar los pies a la acumulación de capital sin eliminar al mercado, con su mecanismo basado en precios y competencia, como el sistema primordial para asignar recursos.»

          • Anouar dice:

            Precisamente, renunciar a muchos «dogmas marxistas» es lo que se llama revisionismo, y para mí no es algo ni mucho menos negativo. Ahora bien, una cosa es revisar el marxismo y otra lo que hace Senserrich y lo que ha hecho la socialdemocracia. Si uno cree en la democracia liberal como mejor forma de gobierno y en el mercado como el mejor mecanismo de asignación de recursos, es un liberal. Otra cosa es que sea liberal progresista (Holanda es el único país que conozco en el que existe un partido liberal progresista y otro conservador, cosa muy sana intelectualmente.).

            También me hace gracia las frases de Senserrich en las que se maravilla de la capacidad del capitalismo y el libere mercado para «generar» riqueza, obviando la manera en la que se genera esa riqueza. Eric Eustace, ex-primer ministro de Trinidad y Tobago e historiador, demostró que gran parte de la revolución industrial en Europa se había pagado con las plusvalías obtenidas por la trata de esclavos. Lo que hace Senserrich es despreciar u obviar las teorías Norte-Sur y Centro-Periferia, que han sido la base de la crítica de izquierdas a la globalización. Uno no puede maravillarse de la capacidad del capitalismo para generar riqueza y obviar que lo hace a base de la explotación de los seres humanos de la generación de desigualdad y de la destrucción del medio ambiente. Es por eso que insito en que los politólogos socialdemocrátas actuales desprecian en gran parte la tradición intelectual marxista. Y no hablo de teóricos de hace tres siglos, si no de muy buenos politólogos actuales.

          • Me parece genial estar en desacuerdo con lo que digo, pero no acabo de entender la necesidad de utilizar el tono de que alguien «tiene un problema» por no compartir su postura, la verdad. Deben ser los nervios al escribir.

            Lo que usted decía era: «La socialdemocracia es una línea revisionista del marxismo” puede ser un definición perfecta para la socialdemocracia de 1900 pero ya resultaba casi cómica en 1945, y es una definición delirante para el año 2014».

            La tesis principal de Przeworski (con z entre la r y la e) es que la socialdemocracia supuso una maniobra estratégica para mejorar las condiciones de la clase trabajadora en contextos electorales en los cuales no constituían una mayoría de votantes. Lo cual no es incompatible con una perspectiva marxista: la socialdemocracia puede estar basada perfectamente en un análisis marxista de la coyuntura política.

            De hecho, como sabrá si ha leído «Capitalism and social democrcy» (la obra que citan en ese post y que usted esgrime como argumento), Przeworski se consideraba entonces un marxista no comunista. No entiendo que le parezca algo tan raro. Igual son los nervios.

  8. Stravrogin Iglesias dice:

    Anouar:
    Los conservadores nunca han abrazado la idea de igualdad de oportunidades y mucho menos su puesta en práctica. Los liberales sí, pero a día de hoy creo que hay una enorme confusión entre liberales (digamos, clásicos), neoliberales, conservadores y tradicionalistas. En España, el PP parece estar gobernado exclusivamente por estos últimos, aunque imagino que en sus bases hay de todo: desde tradicionalistas-carlistas-católicos hasta liberales más o menos estándar.
    En principio, la socialdemocracia debería aglutinar posturas sociales-liberales, pero no populismos ni extremismos. Entiendo, por lo que he podido leer, que la socialdemocracia está básicamente enfocada a una transformación viable (pragmática) de la realidad, no a una idealización teórica que bien puede tomar el color de una nacionalismo cutre (por ejemplo, Venezuela).
    Saludos.

    • Anouar dice:

      Hola Stravrogin,
      es cierto que la idea de «igualdad de oportunidades» es fundamentalmente liberal, pero algunos de los partidos conservadores de Europa la han utilizado, al menos a nivel discursivo. Luego toda la política es transformación de la realidad. El caso es qué transformación y cómo la hacemos. Y ese es el principal punto de disenso. Para mí, la socialdemocracia debe buscar un nuevo modelo económico, no aspirar a regular socialmente el existente. El pragmatismo es necesario pero no como ideología, sino como método.

      Un saludo.

  9. Alatriste dice:

    Para entendernos, se trata de escoger entre aspirar a ser Francia (continuismo), ser Argentina o Venezuela (populismo), y ser Suecia o Austria (modernización).

    Dicho así puede parecer que estoy jugando con cartas marcadas (¿Quién no escogería Suecia?) pero el caso es que convertirse en Suecia no sería ni rápido ni indoloro, exige tanto esfuerzo y sacrificio que merecería hablar de «blood, toil, tears and sweat» (y tal vez sea significativo que en español a la cita siempre se le caigan los trabajos). Ser Suecia exige pagar muchos más impuestos y un estado mucho más poderoso y suspicaz con sus ciudadanos que caiga sobre tí como una tonelada de ladrillos si has pagado al albañil sin IVA o tienes a tu asistenta en negro. De hecho, es tan sacrificado ese camino que ser Francia, es decir, hacer algunas reformas de las menos polémicas, usar un poco de oratoria populista, y esperar que el electorado esté harto por el lado derecho y asustado por el lado izquierdo, va a ser tentador para muchos.

    • Anouar dice:

      La trampa del capitalismo es hacernos creer que todos podemos ser ricos. La de la socialdemocracia, que todos podemos ser Suecia. En la corriente socio-liberal hay un error analítico evidente, resultado del desprecio condescendiente a la tradición intelectual marxista. La competencia a nivel global implica asimismo una especialización por áreas a nivel mundial. No todo el mundo puede dedicarse a sectores modernos e innovadores o a la alta tecnología. Esto es especialmente evidente en los países del Sur. Para que exista Apple tienen que existir minas de coltán en el Congo. Y lo cierto es que España, que acumula un importante retraso histórico y fuertes desequilibrios territoriales, apenas tiene ventajas comparativas en sectores innovadores. Las nuestras están en la agricultura y el turismo. Por supuesto hay sectores (como las renovables) en los que se puede y debe mejorar, pero de ahí a convertirnos en un gigante tecnológico hay un trecho.

      Competir, y más a nivel global, implica la posibilidad de perder. Si se quiere competencia globalizada se tiene que aceptar que a lo mejor no somos competitivos en sectores modernos e innovadores. El único socialdemócrata europeo al que le he escuchado hablar de ello es a Arnaud Montebourg y su programa de desglobalización parcial.

      • Alatriste dice:

        La trampa del capitalismo es hacernos creer que todos podemos ser ricos. Ya ¿Y la posición de la «tradición intelectual marxista» cual es, que siempre habrá ricos y pobres, o que podemos escapar de esa situación optando por ser todos pobres?

        Ah, y es muy posible que no todo el mundo pueda ser Suecia (aunque todos los estados podrían ser socialdemocracias de estilo sueco, que es algo totalmente distinto) pero aquí estamos hablando solo de las opciones de un partido político determinado llamado PSOE, y por lo tanto solo tratamos de un país determinado llamado España, no de todos los del mundo. Y resulta bastante evidente estudiando los casos de países como Cores del Sur o el mismo Japón que es perfectamente posible convertirse en un país exportador y poseedor de alta tecnología.

        Y por cierto, me cuesta muchísimo no llamar directamente un trolleo a decir que la agricultura ¡La agricultura! es un campo donde España tiene ventaja competitiva

        • Anouar dice:

          A los hechos me remito. Mira las exportaciones de España.Naranjas y aceite de oliva tienen un espacio importante. Evidentemente no la tendría si el sector de la agricultura estuviera liberalizado (no competiría con marruecos etc.) pero en el marco de la PAC España es un exportador relevante de productos agrícolas.

          Y es curiosa la comparación con Corea (muy recurrente por otra parte). Si quieres un régimen dictatorial y represión de sindicatos y explotación de los trabajadores para lograr desarrollo tecnológico pues no está mal. La CEOE estaría contentísima. Aún hoy en día es un país con jornadas de trabajo larguísimas, sólo 10 días de vacaciones al año etc.

          En los países que han conseguido integrarse con éxito y competir en el mercado global (la mayoría concentrados en el sureste asiático) se han dado dos hechos que difícilmente se darán en España.

          – El primero fue la transferencia de conocimiento y la inversión extranjera derivada de las deslocalizaciones de empresas gracias a los bajos salarios y escasos derechos laborales. No creo que haga falta explicar por qué este hecho no va a reproducirse en España.
          – El segundo fue la apertura gradual de dichas economías al mercado frente a la liberalización total del FMI, así como medidas de control cambiario (porque estos países tenian soberanía monetaria, no como España) etc. Además muchos de estos países, como Corea o Malasia eran autocracias o dictaduras, por lo que tenían gran capacidad de planificación, e intervención y represión de la disidencia, y actuaban sin miedo a perder elecciones (¡ojo! no estoy insinuando que esto sea bueno). No parece tampoco que España, en medio de las políticas liberalizadoras de la UE, pueda proteger sectores incipientes hasta que sean competitivos. De hecho ya ha sido sancionada por dar subvenciones ilegales a los astilleros para evitar que se hundieran.

          En definitiva, no parece que España cumpla ninguno de los requisitos que han llevado al sureste asiático a competir con éxito. Y eso por no hablar de factores propios de España como los desequilibrios territoriales, la escasa densidad de población y los accidentes geográficos (que dificultan y encarecen las comunicaciones y obligan a concentrar la inversión en determinados polos) el no control de la política monetaria en el contexto de una moneda fuerte (que impide gana competitividad vía devaluación) la escasa capacidad de inversión pública y privada en un país en el que la deuda (pública y privada) supone un 450% del PIB,y la deuda pública casi un 100% y subiendo, la financiación a tipos elevados a causa de la negativa del BCE a prestar a los estados… Y podría seguir un rato más.

          Disculpa por la extensión del comentario.

          • Alatriste dice:

            En mi opinión no tienes por qué disculparte por la extensión, hay temas que no se puede ni se debe discutir a base de slogans, que es todo lo que cabe en uno o dos renglones.

            Pero me temo que no puedo estar de acuerdo, es más, mi opinión es que lo que estás defendiendo sería volver al subdesarrollo más profundo, no al de 1960, al de 1860. Y no es una opinión sino un hecho que las naranjas y el aceite, lejos de ocupar un espacio importante en nuestras exportaciones, son absolutamente insignificantes

            http://atlas.media.mit.edu/explore/tree_map/hs/export/esp/all/show/2010/

            Empleando los datos de la clasificación Sitc (los Hs no incluyen el aceite): las naranjas son un 1,13% del valor de nuestras exportaciones, el aceite un 1,09%, el vino un 1,06%… solo nuestras exportaciones de agua de colonia valen tanto como cualquiera de ellas (un 1,04%) y los repuestos para automóviles por sí solos tienen bastante más valor que los cítricos, el aceite y el vino juntos (un 3,62%).

            Este es un país industrial desde hace décadas, es absurdo pretender que deje de serlo para volver a exportar naranjas como en el siglo XIX, más aún cuando es uno de los más montañosos y secos de toda Europa, sino el que más. Nuestro problema es que producimos muchas manufacturas «antiguas» como automóviles, relativamente pocas en sectores punteros, y que en general lo hacemos con investigación y desarrollo extranjeros.

            Y ahí volvemos al tema de Taiwan, Corea del Sur y Japón. Sus historias no son tan distintas de la nuestra (España no es lo que se dice una democracia con un pedigrí de 200 años ininterrumpidos de libertades) pero los tres países son democráticos desde hace décadas y demuestran muy claramente que es posible pasar de ser un país colonizado y subdesarrollado a potencia exportadora con investigación y desarrollo propios en un plazo asombrosamente breve. Y no precisamente a base de tiranía, ni de deslocalización de empresas occidentales (Acer, Asus, Samsung, Daewoo, Sony, Hitachi, Mitsubishi, etc, etc, etc) ni de trabajadores esclavizados.

            • Anouar dice:

              Por no extenderme demasiado he dado una impresión errónea.No estoy a favor de centrarnos en la exportación de productos agrícolas (que es una receta para el empobrecimiento y el subdesarrollo, estamos de acuerdo). Y también me gustaría centrarme en una industria moderna. Lo que yo digo es que eso no me parece posible en el contexto de una competición a escala global y en las dinámicas liberalizadoras de la UE y con la escasa capacidad de inversión de España en estos momentos. Es por eso que defiendo un proceso de desmundialización parcial, como el que propuso Montebourg.

              Un saludo.

  10. asmodeus dice:

    Continuidad, populismo o modernización.
    Pues escuchando vía canal 24h el discurso que Pedro Sánchez está dando ahora mismo, más bien parecería que se han decidido por una mezcla de las dos primeras, me temo que más cerca de la segunda.

  11. Es curioso, esta parte:
    «A los periodistas les gusta hablar de conflicto, no de de otra cosa, y andan buscándolo con todas sus fuerzas. Nombres, personajes y cuotas: la política como culebrón.

    Estas peleas ahora mismo son secundarias.»

    Me ha recordado a otra entrada suya, en concreto sobre Podemos y su proceso constituyente, en el que alaba como «un artículo estupendo» la noticia que da El País precisamente abundando en ese entender la política como un culebrón, viendo intrigas y enfrentamientos personales en una asamblea, nombres, personajes y cuotas (y por cierto, sin ni siquiera preguntar a ninguno de los asistentes a la misma su opinión):

    «No hemos tardado en ver esos dilemas y contradicciones negro sobre blanco: ayer El País describía esos mismos problemas en un artículo estupendo sobre las asambleas de la formación. Vale la pena repasarlo en detalle, porque el fondo de la historia es una especie de introducción a los partidos políticos de primero de carrera a plena luz del día.»
    (http://politikon.es/2014/06/10/descubriendo-la-agregacion-de-preferencias/)

    Me surge la duda ¿el artículo era estupendo o era política como culebrón?

    • Roger Senserrich dice:

      Ese artículo era magnífico, y no era sobre enfrentamientos personales. Era sobre institucionalización en un partido político.

      Y por cierto, en él alababa a Podemos por estar tomando las decisiones organizativas correctas.

      • Será «magnífico», no digo que no, pero comentaban el proceso constituyente de un partido sin entrevistar a ninguno de los que participan en el mismo, se centraba en la figura de Monedero, y hablbaa de valoraciones o percepciones desde dentro del partido (» todo ese malestar», «El malestar entre las asambleas de Madrid se fue fraguando», » el debate se fue enconando. Hubo incluso algún grito protestando por “la falta de democracia”», «La explicación causó estupor en la mayoría de los presentes», «Lo admitieron varios de los que intervinieron anoche a viva voz en sus turnos de palabra: “Me voy de esta reunión asustado”.») sin citar ninguna fuente para las mismas.
        Vamos, encaja bastante con eso de «la política como culebrón», o igual más como chafardeo o chisme: «pues se dice, se comenta…».

  12. dalek_fan dice:

    ¿Y cual es la política energética de este señor? Porque si se quiere uno acercar a esos paises nórdicos, habrá que empezar a hacer también algo con el coste de la energía en este país.

    He visto yo inquietísimos a los principales beneficiados del capitalismo de amiguetes con este señor, para esperar que sea ese gran reformista, si.

  13. paco dice:

    Molari, Me ha encantado tu comentario, sobre todo el sentir la necesidad de limpiar la corrupción y reformar las administraciones públicas.

  14. […] Tres opciones para el PSOE […]

  15. LiMA dice:

    el futuro del partido pasa indudablemente por la alternativa modernizadora. Pero desgraciadamente antes de llegar a aplicar esa alternativa desde el Gobierno es necesario ofrecer a los militantes las dosis necesarias de lugares comunes y discurso tradicional, y colocar una versión descafeinada de ese plan modernizador en el programa electoral.

    Lo que de manera realista se le puede pedir a Sánchez en este proceso es que al menos deje por el camino alguna pista de sus pretensiones modernizadoras, algún indicio de que los discursos y programas electorales «de siempre» no serán seguidos por las políticas «de siempre». Por ahora no se ven muchos.

  16. sergio dice:

    «…hacerlo a consciencia»?
    o hacerlo a conciencia?

  17. Alice Mason dice:

    Congreso altamente decepcionante. La Federación Andaluza tiene un peso desmesurado y no creo que Susana Díaz esté por la modernización. No hay más que ver los elementos que ha colado en la Ejecutiva. Que su máster en liderazgo le sea efectivo a Pedro Sánchez si es que alberga una estrategia modernizadora…

  18. luis pérez dice:

    La renovación que el PSOE necesita es mucho más profunda y requiere tocar más «palillos». No es solo cuestión de líderes, aunque también. En cuanto miras alguno de los grandes desafios que tiene este país y lo que propone el PSOE te das cuenta de que les falta un auténtico proyecto a largo plazo. Y eso toca también al modelo de partido que tienen. Recomiendo este artículo: http://www.otraspoliticas.com/politica/nuestros-dilemas-con-el-psoe

  19. Frost dice:

    Buen artículo, casi me devuelve la fe en el PSOE. No obstante, Rajoy ha creado un modelo de imitación tentadora y peligrosa: que se puede ganar las elecciones a base de perder las suficientes veces. Y eso es lo que me temo que espera el PSOE. Hacer unos cuantos cambios como maquillaje y esperar a que el PP pierda. Incluso si no ganan, van a tener que contar con ellos para una coalición.

  20. Ferrim dice:

    Por los primeros pasos de Castejón, parece que apuesta por la línea populista, que es la que a mi juicio tiene más posibilidades de destruir al PSOE. Et felicito fill!

  21. heathcliff dice:

    Una idea: ¿Y por qué no probar a ser Alemania?

    Ni el cutrerío de Venezuela, nji la simplonbería del socialismo francés, ni la «sangre, sudor y lágrimas de Suecia».

    ¿Y qué tal un tío como Schröder, que hace recortes impopulares, reformas malditas y pierde tranquilamente las siguientes elecciones, con la conciencia tranquila?

    ¿Cuándo tendremos aquí un socialista como ese?

    Creo que eso es lo que nos falta: el socialismo sin bobadas.

    En España, ¿qué sería del socialismo sin sus correspondientes bobadas?

    saludos

  22. Estilpon dice:

    Los partidos de izquierda, más asamblearios, siempre han sido dominados por un «secretario general», esto es, quién en origen controlaba la agenda, el orden de votación etc…
    Cada vez que leo algo de los benevolentes crédulos que apoyan a Podemos me acuerdo de la dominación de una organización por la burocracia interna. Ilusos si creen que Podemos va a hacer lo que la gente quiera. Va a hacer lo que los fontaneros de P.I. quieren, primero destruir el PSOE luego absorber IU, a la PSUV. Que para eso lo inventaron ellos.

    Y si no es así, ya han tenido la primera en la frente con la elección de la Ejecutiva o como se llame…

    En cuanto a Venezuela y todo eso, me sabe mal decirlo, pero artículos de Monedero loando a los círculos bolivarianos hay de 2013…

    • Alatriste dice:

      Tuve un profesor de Historia Antigua que se pasó una clase explicando cómo funcionaban las asambleas populares en Roma y qué poco tenían de democráticas a pesar de las apariencias debido al control de la agenda por la aristocracia senatorial. Terminó diciendo:

      – Un caso práctico ¿Quién está en contra de que el primer parcial sea el día 12?

      Aprobado por unanimidad.

    • Víctor GC dice:

      Bueno, eso ya lo veremos cuando gobernemos con PODEMOS. Primero probemos, que la CASTA ya sabemos lo que nos trae a los jóvenes, desgracia y pobreza.

      Luego hagamos una democracia a la ateniense con los medios del SXXI que se puede ya veremos lo que decide el pueblo. Luchemos por ello. PODEMOS es la oportunidad de lograr algo increíble.

  23. Víctor GC dice:

    Me parece que su artículo destila cierto resquemor hacia el éxito de PODEMOS tildándolo de «populismo» «peronismo» pero por dios.

    Hacer la voluntad del pueblo no es peronismo es Democracia. Esa palabra tiene un significado, «poder del pueblo» punto.

    Podemos nace con vocación de construir la primera democracia real en Europa en pleno SXXI incluso yendo más allá que la propia Suiza. ¿Qué es aquello que le da tanto miedo?

    En PODEMOS estamos los jóvenes, los científicos, los más listos de la clase, en el PPSOE quedan los ancianos, los analfabetos políticos, sí, los que han vivido de papá, los que van a defender sus prebendas y privilegios, sí la CASTA. las élites extractivas.

    Estamos en la era de los nuevos medios de información y comunicación y podemos construir de nuevo una democracia como hace 2000 años hicieran en Atenas. Y no me cuente cuentos de peronismos ni populismos ni demagogias. Eso no es más que la retorica antidemocratista de siempre.

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