Economía

EPA: una alegría y una inquietud

24 Jul, 2014 - - @jorgegalindo

La Encuesta de Población Activa desvelada hoy ha dejado, parece, un buen sabor de boca. Ha aumentado la ocupación, se ha reducido el paro, y todo ello confirma en cierta medida lo que ya venían anunciando los datos desde hace unos meses. Sin embargo, aún queda espacio para la duda. En nuestro mercado laboral, por desgracia, siempre queda dicho espacio. Creamos empleo, ¿pero qué empleo?

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En términos interanuales, el segundo trimestre de 2014 fue el primero en que se creó empleo desde 2008. Este dato forma parte, además, de una tendencia que viene de principios del año pasado. Este es el dato más importante de la EPA, a mi entender, y los titulares quedan (relativamente) justificados esta vez. Estamos mejorando, además, con un crecimiento del PIB bastante más escuálido que lo que solíamos necesitar para crear trabajo. Siempre teniendo en mente que seguimos con un 24.42% de desempleo, una cifra en todo punto inaceptable cuando nos comparamos con el entorno europeo. Es decir: mejor que ayer, pero aún mucho peor que los demás.

Cuando desagregamos la evolución de la ocupación por edad podemos observar que quienes más han sufrido la crisis en términos de destrucción de empleo, los jóvenes, también son ahora quienes se recuperan con más fuerza.

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Pero, y aquí entra la inquietud, esta creación de empleo está sesgada hacia el trabajo temporal y a tiempo parcial.

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La intensidad de creación de empleo indefinido a tiempo parcial y temporal a tiempo completo o parcial es mayor que la de empleos con contrato fijo y 40 horas semanales. Muchos argumentan que bueno, que esta es la manera de salir de la crisis, que mejor recuperarnos así que no hacerlo, o incluso que todos los países lo hacen. Por qué no nosotros. Es curioso que nadie parezca percatarse de que ya caímos antes en este error.

A principios de los ochenta España atravesaba una crisis de empleo cuyo final no se observaba en el horizonte. La decisión del Gobierno (primero UCD y luego el PSOE) fue flexibilizar el uso de los contratos temporales para facilitar la creación de puestos de trabajo. El resultado fue que subió, y mucho, la proporción de trabajos temporales sobre el total, sin cambiar sustancialmente la tasa de paro. Ahora sabemos gracias a una infinidad de estudios teóricos y empíricos que este tipo de reformas no tiene grandes efectos en la cantidad total de desempleados o empleados, pero lo que sí hace es cambiar su composición. Precisamente lo que sucedió en España, donde el paro no comenzó a remitir de verdad hasta que no tuvimos a nuestra disposición un río de crédito barato, pero mientras tanto la temporalidad no dejó de subir. Durante la actual crisis los primeros en irse a la calle fueron estos mismos trabajadores. Pero parece que volvemos a estar de vuelta en la fase contraria del ciclo.

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La pronunciada forma de espejo de este gráfico no es habitual en los países de nuestro entorno. Al contrario. España es el país de la UE en el que existe una mayor correlación negativa entre la tasa de paro y el porcentaje de temporales sobre el total de asalariados. Concentramos más que nadie la actividad de despido y contratación en esa franja del mercado laboral: recordemos que llevamos décadas con un constante 90% de nuevos contratados bajo régimen temporal mes a mes. En una tabla he reproducido el gráfico anterior para varios países, de manera que se observa lo particular de nuestro mercado laboral.

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Parece, por último, que a la temporalidad estamos sumando el trabajo a tiempo parcial. Es cierto que hay países europeos, como Holanda o Suecia, donde este tipo de contrato no es sinónimo de precariedad. Sin embargo, este no parece que vaya a ser el caso de España. Antes al contrario, un número creciente de trabajadores en nuestro país querrían trabajar más tiempo del que disponen en sus contratos actualmente.

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Esta es la inquietud, sencillamente. Que sigamos creando empleo que no está a la altura de nuestras expectativas. Con todos los problemas que ello conlleva en el largo plazo en términos de productividad, bienestar e igualdad de oportunidades. Una vez más.


11 comentarios

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  2. Vicente Espert dice:

    Jorge, echo de menos un análisis sobre el hecho de que el 57% de los empleos se crean en hostelería, donde no creo que se cobre más de 1000 € mensuales de media. Mientras eso ocurre, los profesionales cualificados siguen emigrando o trabajando de camareros. Debemos tener los camareros más cultos y formados del mundo.

  3. Por lo que hablo con la gente (y hablo con mucha gente) el hecho de trabajar muchas más horas de lo que indica el contrato es una práctica normal. Conozco muchos casos de contratos de 35 y 40 horas donde se exceden fácilmente las 45 horas reales trabajadas a la semana.

    La cuestión es que eso también pasa en los contratos a media jornada, donde se contra 4 horas pero se trabajan 6,7 y 8. No sé si esta realidad tan extendida podría ser la explicación de esta correlación negativa entre empleo a tiempo parcial y tasa de paro.

  4. heathcliff dice:

    A mí me gustaría que alguien sumase la masa salarial, por ejemplo, de 2012 frente a la de 2014. Es decir: el total de los salarios percibidos por el total de los trabajadores.

    Lo digo porque sospecho que estamos asistiendo a una sovietización encubierta de la economía: el mismo dinero, pero repartido entre más gente.

    Pagar a 6 trabajadores lo que antes pagabas a 5 no me parece mejorar.

    • Francisco dice:

      La masa salarial es la remuneración de asalariados de la contabilidad nacional del INE.
      El dato para el ultimo trimestre de 2102 es de 124.000 mill€ y el del ultimo trimestre de 2013 es de 125.500 mill€

  5. Interesante artículo. Creo que sí, efectivamente la creación de empleo es una buena noticia. Pero la renta de un país no solamente depende de que trabajen más personas, sino que también depende de lo productivas que sean. No parece que la temporalidad, en los niveles de temporalidad que tiene España, vaya a ayudar a aumentar la productividad. El trabajador estable es un trabajador que está más satisfecho y puede trabajar mejor. Además, ¿cómo va a afectar la temporalidad a las inversiones en capital humano promovidas por las empresas? Dudo que muchas empresas estén dispuestas a formar a los trabajadores que algún día cercano puedan trabajar para la competencia.

    Además, hay que tener en cuenta que el mismo protagonista principal de los crecimientos a largo plazo de la productividad aparente del trabajo, como es la productividad total de los factores, es uno de los principales motores de la demanda de trabajo, lo que nos debe incentivar aun más a volcarnos con medidas que permitan el crecimiento de la productividad total de los factores.

    Creo que debemos tener en cuenta que el empleo mejora cuando la situación económica mejora, y por esa vía ha venido una proporción importante de la creación de empleo, pero debemos tener en cuenta que una proporción importante del paro español es estructural. Debemos atacar con más fuerza a las causas del desempleo estructural.

    Reciba un cordial saludo.

    • Francisco dice:

      ¿Son los trabajadores indefinidos mas productivos que los temporales?
      Alguien conoce algún estudio que lo corrobore o es, uno mas, de los mitos aprioristicos que nos acechan.
      Ojo

      • Jorge Galindo dice:

        Tienes una cierta cantidad de discusión en la literatura al respecto. La pregunta puede enfocarse desde dos puntos de vista: (a) como tú haces, preguntándote si un contrato indefinido hace más o menos productivo a un trabajador determinado; (b) preguntándote qué tipo de regulación laboral mejora la productividad de los trabajadores en una economía. Respecto al primer punto tienes unos cuantos argumentos a favor del contrato indefinido que vienen sobre todo de la llamada ‘efficiency wage hypothesis’, según la cual pagaremos un poco más del salario de equilibrio a ciertos trabajadores a cambio de obtener su confianza cuando les proporcionemos autonomía y formación específica. Asumiendo un nivel de salarios idéntico para trabajadores independientemente de su tipo de contrato, un contrato permanente es una forma elaborada de ofrecer un salario por encima del equilibrio de mercado en el sentido de que ofrece una prima de seguridad. La seguridad, se supone, mejora su productividad al incrementar su compromiso y ofrecerle una perspectiva de largo plazo en el puesto de trabajo, permitirle invertir tiempo en aprender conocimientos valiosos para la empresa pero irrelevantes en un hipotético cambio, etcétera. También tienes, por descontado, argumentos en el otro sentido: un trabajador temporal puede tener más miedo a ser despedido, lo cual le hará ser más competitivo que un indefinido que lo tiene todo de su lado para que jamás le echen. A cambio, por supuesto, no tendrá tanto interés en invertir tiempo y esfuerzo en adquirir conocimientos y status solo relevantes para la empresa en que se encuentra.

        La discusión sobre regulación está íntimamente relacionada pero es (aún) más compleja. Imaginemos tres mundos posibles: el proteccionista, el liberal y el dual. En el proteccionista todos los trabajadores están muy protegidos y saben que es muy caro despedirles. Con una rotación baja podría suceder que el efecto de «echarse a dormir» sea mayor que el de comprometerse. Con una rotación muy alta, en un mundo liberal, podría suceder que el efecto de «no me preocupo por esta empresa» fuese mayor al del «soy productivo o me despiden». Con la rotación muy alta concentrada en una sola parte de la fuerza de trabajo, como sucede en el mundo dual (España en crisis, vamos), puedes encontrarte con lo peor de ambos mundos. En la literatura puedes encontrar evidencias en todos los sentidos que cambian dependiendo de otros factores contextuales. Pero el consenso suele tender a favor de un punto medio de protección contra el despido (ni Portugal, ni USA), lo más homogéneo posible entre temporales e indefinidos.

        Todo esto es solo una parte de los efectos posibles, por cierto. No olvidemos que el trabajo solo es un factor de producción como lo es el capital. Las empresas deciden un mix determinado a la hora de comenzar o continuar su actividad. Regular mucho un factor, o una parte del mismo, puede tener y de hecho tiene efectos sobre las decisiones de producción de las empresas. Abriendo un poco el foco, tener a un montón de chavales con formación escasa y una modalidad de contratación muy barata a tu alcance en un país donde estás recibiendo ríos de crédito barato, tienes suelo y mucho sol, no te lo deja muy difícil como inversor para decidir que, bueno, que vamos a hacer casas 😉

        • Muy buena explicación. Indudablemente la influencia de los salarios de eficiencia en la disciplina del trabajador depende del contexto. Yo añadiría la influencia que tiene una mayor estabilidad en el capital humano. Un trabajador más estable está sometido a menor desgaste emocional e incluso menor desgaste físico derivado del emocional, con lo que puede ser más productivo. También se favorece la formación en áreas más específicas de su empresa, al haber menos miedo de que esos conocimientos acaben en manos de otras empresas competidoras. Puede tener un cierto efecto perjudicial en la formación más general. Al tener menos miedo el trabajador a que le despidan,la formación general, que es más útil en caso de necesitar un reciclaje profesional, puede llegar a verse menos necesaria.
          Reciban un cordial saludo.

  6. Eduardo dice:

    El articulo muy interesante pero por favor, siempre que se hagan gráficas hay que etiquetarlas 🙂

  7. […] las exportaciones flojean. La EPA muestra un descenso del paro y un crecimiento del empleo, pero mejor no mirar los datos muy de cerca. En general, la economía parece ir mejor, aunque sea pronto para el Mission […]

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