Economía & Política

Dos motores de desigualdad

30 Abr, 2014 - - @egocrata

El aumento de las desigualdades en los países desarrollados es un fenómeno que está atrayendo una cantidad de debate considerable estos últimos meses. Piketty con su libro algo habrá tenido que ver, aunque en Politkon llevábamos hablando sobre sus datos desde hacia bastante tiempo. La discusión, sin embargo, está siendo un poco confusa, en parte porque el aumento de las desigualdades no sigue el mismo patrón en todas partes o en todos los grupos, y es posible que las causas no sean las mismas en todos los casos.

En los últimos años hemos visto básicamente un aumento de la desigualdad fruto de cambios en la renta y riqueza de dos grupos distintos. A grandes rasgos, el 1% con más ingresos ha visto incrementos considerables en la cantidad de dinero que se llevan a casa después de impuestos, mientras que las rentas medias bajas y bajas han visto sus ingresos estancarse o incluso retroceder en los últimos años.

Lo que genera cierta confusión, sin embargo, y complica de forma considerable encontrar una buena explicación al problema, es que estas dos tendencias no son en absoluto uniformes. En algunos países los trabajadores menos cualificados y los outsiders han visto sus ingresos estancarse o caer espantosamente, mientras los ricos no se distanciaban demasiado del resto (Alemania, Francia, España, Irlanda) . Otros países han visto como el 1% con más renta veía un aumento descomunal de sus ingresos, con el resto de niveles de renta con crecimientos modestos per aún significativos (Reino Unido). Otros países han visto cambios modestos en ambas categorías (Suecia, Noruega, Finlandia, Holanda), con la desigualdad avanzando lentamente. Y por último tenemos Estados Unidos, país donde los pobres se han comido un marrón impresionante, la clase media apenas ha mejorado y los ricos se están poniendo las botas más que en ningún otro lugar.

De esta disparidad deberíamos extraer varias conclusiones. Primero, es muy posible que las causas que explican el aumento de las desigualdades en España no sean las mismas que en el Reino Unido, dado que las disparidades sociales están cambiando de forma distinta en ambos países. Es posible que haya mecanismos comunes que explican esta tendencia en todos los países, pero no podemos asumir que eso sea cierto. Piketty puede estar en lo cierto al hablar de los retornos crecientes del capital, o la hipótesis del surgimiento de los roboabogados puede ser cierta, pero como sus efectos se traducen a cada país no son necesariamente idénticos.

Segundo, que cada país puede ser distinto, los motivos para que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres no tiene por qué ser comunes. La decila inferior de renta en Estados Unidos puede ser víctima de la globalización, la decadencia de occidente, el avance tecnológico y la consecuente desaparición de trabajos bien pagados para mano de obra no demasiado cualificada, pero la explosión de ingresos del 1% con más renta puede venir servida por la financialización de la economía americana y el surgimiento de vampiros parasitarios en Wall Street, el auge de los accionistas exigiendo retornos, la hipótesis de la superestrella o la captura completa y absoluta del gobierno por parte de los más ricos y su conversión en una casta de élites extractivas despreciable. Podemos tener dos mecanismos causales actuando a la vez en la misma dirección, y la solución para uno u otro puede ser completamente distinta, o incluso contradictoria.

Tercero, tenemos pistas bastante claras que hay un actor económico que puede reducir estas desigualdades de forma considerable, el estado. Los números son bastante claros. Aun así, es posible que el sector público esté perdiendo capacidad para reducir estas desigualdades, o puede, según cuales sean las causas reales de esos cambios, que las estrategias empleadas para hacerlo tengan que cambiar radicalmente (pasando de la redistribución a la predistribución, por ejemplo). Tampoco podemos olvidar que en España somos patéticamente incapaces de redistribuir renta de forma efectiva, ya que nuestro estado de bienestar protege a los insiders de forma desproporcionada.

Cuarto, no podemos olvidar que las causas presentes del aumento de la desigualdad no tienen por qué durar eternamente. Si la globalización ha tenido un efecto negativo en la distribución de la renta en países desarrollados (algo probable), el aumento del nivel de renta en China e India acabará por frenar las externalizaciones hacia esos países. Si el desarrollo tecnológico ha hecho que los retornos del capital hayan crecido de forma desproporcionada, la creciente importancia del software (infinitamente replicable, coste marginal cero) sobre el hardware (cada vez más barato de fabricar) puede acabar por revertir en parte esta tendencia. Quizás en 20 años las impresoras 3D han hecho obsoletas la mayoría de fábricas, quien sabe, y el capital deja de ser una gran ventaja.

Lo que debería quedar claro, sin embargo, es que si queremos arreglar el problema de la desigualdad económica creciente en España debemos hacerlo entendiendo qué aspecto tiene la desigualdad creciente en nuestro país, y cuáles son las causas detrás de que esto suceda. Repetir de forma irreflexiva las propuestas dirigidas a Estados Unidos es una mala idea, sin ir más lejos; el 1% no es ni de lejos nuestro principal problema. Un buen primer paso sería, en nuestro caso, un reforma en profundidad de nuestro mercado laboral, la principal causa de la poca capacidad redistributiva de nuestro estado de bienestar.

Sí, la dualidad es nuestro principal problema. Otra vez. Creo que lo hemos mencionado alguna vez.


14 comentarios

  1. aldelgadog dice:

    Quizás voy a decir una barbaridad, pero ¿es realmente la desigualdad un problema?
    Quiero decir: que la economía produzca resultados desiguales es algo natural en un sistema capitalista, y el objetivo de la política no debería ser alterar eso porque sí, sino crear las condiciones en que exista igualdad de oportunidades para competir en el sistema capitalista, y por tanto el problema no es tanto la desigualdad como que haya personas lo bastante pobres como para partir de una situación de manifiesta desigualdad.
    Es decir, no debemos tener problemas en la existencia de Bill Gates si el sistema corrige que haya Lutes.

    • Joshua dice:

      Hace 20 años ese comentario habría sido normal y sensato, aunque ya había gente que tenía la mosca detrás de la oreja. A día de hoy ya se le han caído bastantes palos del sombrajo como para que éso esté fuera de toda duda que la desigualdad es un enrome problema. Pero no desde un punto de vista moral, sino desde un punto de vista estrictamente económico.
      La «igualdad de oportunidades» es el «diálogo de las civilizaciones» de la retórica sobre desigualdad o el «crecimiento sostenible» de las discusiones ambientales: una entelequia que no se sabe si ayuda o si confunde.

      • Joshua dice:

        Perdón por la sintaxis y las erratas del mensaje anterior escrito (literalmente) sobre la marcha.
        A mí la desigualdad tipo «Bill Gates» no me supone ningún problema (de hecho, puedo participar en este foro gracias a ella). El verdadero problema es que la desigualdad que no procede de ese origen se ha extendido de tal forma que esas vidas ejemplares podrían ser más la excepción que la regla. Y los medios redistributivos no pueden dar abasto con tanta predistribución perversa.

      • Maese Alcofribas dice:

        «La “igualdad de oportunidades” es el “diálogo de las civilizaciones” de la retórica sobre desigualdad o el “crecimiento sostenible” de las discusiones ambientales»

        juraría que no he leído una frase mejor sobre la igualdad de oportunidades

        saludos

    • Ullman dice:

      Como todo es una cuestión de grados y siguiendo el criterio de Rawls cierta desigualdad es tolerable si favorece el crecimiento y la mejora de todos. Ahora bien, en EE.UU. la desigualdad está alcanzando cotas tan altas que pueden poner en riesgo el orden social y democrático además de estar mucho más allá de lo que la sociedad considera tolerable. En España la desigualdad que es producto de la dualidad y el alto paro está poniendo a gran parte de la sociedad al borde de la exclusión social.

      Un saludo

    • Pau dice:

      El corregir Lutes tiene un coste que se extrae de todos y especialmente de los Bill Gates que «imponen» las condiciones laborales que generan situaciones de desigualdad.

      Las comillas indican que la capacidad de negociación de los trabajadores es despreciable en la ecuación.

  2. Pablo dice:

    Así obviando toda la ciencia:
    el mercado se globaliza, los trabajadores se globalizan, y… las clases se están globalizando. ¿Por qué iban a darse las mismas dinámicas en todos los países? Igual que los pobres, los ricos no son en todos sitios igual de «productivos».
    Igualar en oportunidades «globalmente» es no sanidad pública, no universidad pública. ¿Por qué los mercados iban a pagarnos servicios a nosotros que no pagan en EEUU?

  3. RubenBA dice:

    Creo que estaría bien recordar que se habla de desigualdad intrapaís. A nivel global, mundial, creo que la desigualdad incluso esta bajando (y muy rápido).

    Por otra parte, también fijarnos que hablamos de desigualdad, y se sobreentiende de renta o riqueza. Sinceramente, creo mas preocupante, desde un punto de vista ético, la desigualdad de oportunidades que la de renta-riqueza, pues una atenta contra la meritocracia y la otra puede que no.

    Sobre la desigualdad de renta y riqueza, a ver si le dedicas un post 😉 porque creo que habría que hablar mucho en España, donde se tienen rentas relativamente bajas pero con diferencias significativas en el nivel de riqueza entre jóvenes y mayores por culpa de la vivienda en propiedad, algo que, parece, rara vez se tiene esto en cuenta a la hora de diseñar politicas públicas.

  4. Joshua dice:

    Desde luego que, parafraseando a Tolstoi, cada país es desigual a su manera, pero me da que los elementos comunes son más fuertes y presentes que los particulares.
    Si acaso, el factor más diferenciador de los niveles de desigualdad efectivos (después de la redistribución de rentas) tienen que ver con la situación del Estado del Bienestar.
    Sin negar el problema de la dualidad, ¿realmente es cierto eso de que en España no tenemos un problema con el 1%?
    Respecto al timming de la globalización, yo no confiaría mucho en que la marea de renta en China, India, etc. revierta la tendencia en un plazo razonable (ni ambiental no socialmente).

  5. Epicureo dice:

    Sobre «las causas presentes del aumento de la desigualdad no tienen por qué durar eternamente», según Piketty la causa se llama capitalismo; el funcionamiento «por defecto» del sistema capitalista tiende a una desigualdad muy alta, y para reducirla sensiblemente hace falta o bien un shock brutal o una intervención permanente (tanto redistributiva como predistributiva, no son excluyentes).

    El que la desigualdad haya evolucionado de forma diferente en los distintos países (pero casi siempre al alza) no implica que las causas sean diferentes. Sólo que los países son diferentes en cuanto a su estructura productiva, su legislación, sus creencias sociales y morales, etc., como es sabido. Y que la aplicación del programa político neoliberal no empezó en todas partes a la vez. Estados Unidos y el Reino Unido empezaron en 1980 y llevan la delantera; la Europa continental no lo hizo hasta los años 90.

    El punto clave, me temo, es la globalización de los movimientos de capital decidida en 1993 (sin que figurara en ningún programa electoral). Esa medida hizo inviable la fiscalidad progresiva, o de hecho cualquier impuesto significativo sobre los grandes capitales. Y ya sé que se dice que los impuestos progresivos no redistribuyen demasiado, pero lo que sí hacen es predistribuir: desincentivan los megasueldos y las megaherencias. No había superejecutivos hiperpagados en USA cuando el marginal del IRPF era mayor del 70 %, y esas fundaciones benéficas, culturales y educativas que envidiamos tanto a los estadounidenses no son producto sólo de la bondad de corazón de sus millonarios, sino también de un impuesto de sucesiones progresivo con marginal superior al 70 %. Esa época fue también, casualmente, la de mayor innovación tecnológica y empresarial de la historia del mundo.

  6. José Jarauta dice:

    Siempre he pensado que la filantropía y el afán misionero para rescatar al mundo, globalmente considerado, de sus problemas de desigualdad, requerían del «duro esfuerzo del hombre blanco» (figurado), o al menos de algunos de ellos. Pongamos el 10%.

    » Clearly, the EU occupied a very central place inChina’sforeign policy during the honeymoon period between 1995 and 2005. For a decade, the bilateral relations were progressing constantly, ast he EU adopted a more constructiveChinapolicy of engagement. From the Chinese perspective, the EU had become China’s largest
    trading partner and a key source of foreign investment and technology, and hence it was economically crucial for China’s development.Compared to the United States, the EU was more willing to develop a relationship based on mutual respect with China, especially after the EU stopped sponsoring or co-sponsoring any resolution in the UN Human Rights Commission condemning China’s human rights record in 1998, and also after its decision to develop a ‘comprehensive partnership ’with China and launch an annual EU-China summit in the same year. The EU also followed the ‘one-China policy’ more strictly,stopped the arms sales to Taiwan, and made itso that Taiwan would never again be a major thorny issue in the EU-China relations. The
    economic relations grew dramatically, and the two sides signed an agreement to
    facilitateChina’s accession to the WTO in 2000.»

    «Europe as a Global Player: A View from China.» Chen Zhimin.

  7. José Jarauta dice:

    Los problemas inducidos tenemos todo el «long run» para solucionarlos

  8. […] cierto que el aumento de las desigualdades no es sólo cosa de políticas públicas. Como insistía en un artículo el otro día, la aparición de estos supermillonarios es un fenómeno casi exclusivamente americano; en Europa, […]

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