Sociedad

El capital erótico a debate

8 Mar, 2014 - - @politikon_es

Hoy es ocho de marzo y se celebra el día internacional de la mujer. Es fácil olvidarse del cambio que, en perspectiva histórica, supone el estatus que hoy ocupan las mujeres en las sociedades occidentales, tanto en la esfera política, en la familiar o en la económica.

En lugar de intentar hacer un (incompleto y mal llevado) recorrido por estos cambios, para celebrarlo, hoy vamos a hablar del trabajo sobre la atracción de una feminista “heterodoxa”, Catherine Hakim.

El capital erótico como mecanismo de influencia

El libro más reciente de Hakim -muy legible, académicamente informado pero dirigido a un público curioso y educado- trata sobre como la atracción impacta sobre las interacciones entre individuos de distintos sexos. Las dos contribuciones de Hakim son los conceptos de “déficit sexual masculino” y “capital erótico”. Empezaremos por el primero.

El punto de partida de Hakim es el trabajo del sociólogo francés Pierre Bourdieu  que destacó que existen tres tipos de capital que estructuran las relaciones de poder de la sociedad: el capital económico, el capital social y el capital cultural que corresponden respectivamente y simplificando mucho al dinero, las amistades y los contactos y la “cultura” que permite a uno identificarse y navegar dentro de un grupo o una clase social. Bourdieu planteó que, al igual que en la teoría marxista clásica, la distribución y transmisión de estas formas de capital podía explicar las relaciones de jerarquía y la reproducción social. Esta conceptualización, aunque originalmente marxista, se ha convertido hoy, hasta dónde alcanza mi conocimiento, en un concepto corriente en sociología.

En el año 1994 Hammermesh y Biddle publicaron en la AEA un artículo que documentaba que la “gente guapa” conseguía mejores resultados en el mercado laboral iniciando así una pequeña industria investigadora (aquí y aquí por ejemplo) sobre la relación entre el éxito económico y la belleza. Apoyándose en esta investigación y en otra del campo de la sociología, Hakim sugiere que la belleza es un activo como cualquier otro e intenta explicar como afecta a las interacciones sociales. Las personas atractivas obtienen más cosas de los demás, la gente es más amable con ellas o simplemente son capaces de tener una red de gente más amplia. Es importante destacar que Hakim entiende la atracción en un sentido bastante amplio y que va mucho más allá de lo físico, incluyendo la inteligencia, la personalidad, el carácter, el sentido del humor y en general cualquier rasgo que podamos pensar que influye en la atracción. En particular, y esto es importante para la tesis que sigue, sugiere que es un activo que está al alcance de cualquiera cultivar y en el que se puede “invertir” (cuidar la propia imagen, mantener una dieta sana, cultivar un carácter amable o seductor, etc).

El déficit sexual masculino

En principio, Hakim sugiere que el capital erótico es un aspecto que afecta tanto a los hombres como a las mujeres: las personas atractivas de ambos sexos tienen más éxito tanto entre los hombres como entre las mujeres. El capital erótico, como concepto, es por tanto solo un marco de análisis a priori neutro.

Pero aquí es dónde Hakim le da un giro feminista a su planteamiento con la idea del “déficit sexual masculino” (“male sex deficit”). Aunque en principio el capital erótico puede ser usado por hombres y por mujeres, Hakim observa que las mujeres están en condiciones de aprovecharse en mayor medida de él. Es posible que por razones evolutivas o debido a la socialización las mujeres tengan menos preferencia por el sexo o la seducción o simplemente que las normas sociales nos hagan actuar de esa forma; en cualquiera de los dos casos, da la sensación de que “el lado corto del mercado” es el femenino: las mujeres son menos sensibles al capital erótico masculino que los hombres al femenino. En este sentido, su posición para negociar es más fuerte que la de los hombres.

La tesis de Hakim adquiere aquí un tono algo más polémico. La autora británica observa que la sociedad ha fomentado la idea de que la belleza, la atracción o la capacidad de gustar son aspectos superficiales, por oposición a aspectos más profundos como la inteligencia. Posiblemente lo más negativo que se pueda decir de una mujer es que ha progresado en la vida personal y profesional gracias a su atractivo y no a sus méritos profesionales (¿alguien se acuerda de Erin Callan? ). Asimismo, el “mito romántico” sugiere que lo debe importar en los emparejamientos es el amor y que no es legítimo que el mercado matrimonial sirva como mecanismo de promoción social.

Hakim apunta aquí que esta convención no solo juega contra las mujeres –que son en general más sociables y “más atractivas” que los hombres- sino que además no está justificado. La socióloga carga así contra toda una línea de tradición feminista que ha destacado que el ideal de belleza femenino es una estructura de opresión que es parte de la idea de que la función de la mujer es ser atractiva, para encontrar un marido y tener hijos. De nuevo, esto choca con la línea de pensamiento de Hakim que ha defendido en otros trabajos  que esto responde a una masculinización de los modelos de éxito. Hoy día en las sociedades occidentales, siempre según Hakim, las mujeres tienen suficiente margen de maniobra para poder elegir el estilo de vida que más les conviene y para muchas resulta más conveniente la de tener una repartición del trabajo doméstico más tradicional (bien siendo amas de casa o bien siendo el “secondary earner” y dedicando más tiempo a sus hijos). Hakim destaca que esta es una avenida hacia el éxito social tan razonable como cualquier otra que no tiene por qué implicar una situación de desigualdad para las mujeres y que, efectivamente, en ellas el capital erótico juega un papel más importante.

La conclusión lógica es que las mujeres deben aprovechar su posición de superioridad y cultivar su capital erótico del mismo modo que invierten en otros activos y que esto llevará a ser un vector de emancipación.

¿Una ventaja para las mujeres?

El libro de Hakim plantea muchas ideas provocadoras y bastante interesantes que hacen reflexionar sobre lo razonable de muchos de nuestros puntos de vista. Esbozaremos aquí algunas líneas de tensión del argumento que aguanta esta conclusión.

En primer lugar está la idea de que las mujeres están en condiciones de dominación en el “mercado” dónde se intercambia el capital erótico. En primer lugar, es posible que esto sea algo que dependa de la etapa del ciclo vital: parece legítimo pensar que el capital erótico de las mujeres se deprecia mucho más rápido que el de los hombres, esto es: una mujer mayor es menos atractiva que uno hombre mayor. Además, como al propia Hakim ha destacado, las mujeres juegan contra el reloj biológico y su plazo para encontrar pareja en el mercado matrimonial es mucho más corto.

En segundo lugar Hakim sostiene que “regularizar” el uso del capital erótico es algo que “enriquecerá” a las mujeres. Esto es algo relativamente intuitivo: si yo tengo un kilo de manzanas que no voy a consumir, ser capaz de intercambiar esas manzanas por otras cosas útiles es algo que me va a enriquecer ¿o no?.

El hecho de prohibir el intercambio sinalagmático de algo tiene dos efectos. En primer lugar, un efecto de “empobrecer” a la persona que posee mucho de ese algo. Pero en el marco de una negociación bilateral, también va a permitir a esa persona fortalecer su situación de negociación al “comprometerse” de forma creíble a no ceder sobre ese punto. Esto –que lo beneficioso que es el resultado de una negociación para una persona es inversamente proporcional a lo que esa persona puede ganar con un acuerdo- es un resultado estándar de teoría de la negociación.

En la práctica, hay muchas cosas que no se pueden vender o intercambiar onerosamente –y tiene probablemente sentido que sea así. Aunque hay quien defiende que legalizar la hipoteca de riñones beneficiaría a la gente pobre, es algo que no parece demasiado convincente. Del mismo modo, el hecho de legitimar el uso activo del “capital erótico” podría tener un efecto opuesto al esperado. Podría convertirse en una expectativa. Veríamos en las ofertas de trabajo regularmente que se cuenta la atracción física como algo importante (una amiga mía lo decía de forma bastante elocuente “En breve veremos lo de ponerse tetas como un requisito, igual que los idiomas”) creando un efecto de “carrera de ratas”. Si se acepta la idea de que es legítimo aprovechar la belleza física o la capacidad de seducción como activo en la carrera profesional, ¿qué es lo que, en el argumento de Hakim, proscribe se priorice a una mujer que es “amable” sus jefes frente a quien rechaza serlo?

Las líneas de tensión que he apuntado son sin embargo solo eso, líneas de tensión. Es posible que tengan poca importancia en la práctica si alguien se esforzara en llevar este modelo a los datos o a la inversa. En cualquier caso, el interés del libro reside en aportar desde una perspectiva feminista un enfoque provocador sobre el problema de las relaciones de poder que se estructuran a través de la atracción.


27 comentarios

  1. Rubén dice:

    Al hilo de este asunto del déficit sexual masculino, estoy leyendo Sex at Dawn, de Christopher Ryan y Cacilda Jethá, que trata el sexo desde el punto de vista de la antropología y la evolución.

    Los autores plantean la hipótesis de que las sociedades humanas previas a la agricultura se basaban en intercambios sexuales de «todos con todos», en que la mujer gozaba del mismo estátus social que el hombre -y por tanto no restringía el «mercado sexual», teniendo relaciones con todos los hombres que les apeteciera-, y lo respaldan en aspectos de la fisonomía del pene humano, de las relaciones que presentan los bonobos actuales, que son los primates evolutivamente más cercanos al humano actual, y de sociedades actuales de cazadores/recolectores que no viven de la agricultura o ganadería. Además, como el sexo no era moneda de cambio ni usado solo para la concepción, sino que se practicaba por iniciativa propia de hombres y mujeres, como vínculo afectivo y vehículo de placer, no estaban mal vistas prácticas sexuales que hoy no son estándar -homosexualidad, sexo en grupo, sexo entre adolescentes, etcétera-. Y tampoco tenía sentido quitarle el placer sexual a la mujer -vía ablación del clítoris- para que guardara fidelidad a su pareja, puesto que el concepto de paternidad se diluía y era compartida por todo el grupo social.

    Según plantean, hasta el paso a la agricultura no había déficit sexual en el humano macho; el paso a la agricultura supuso también el nacimiento del matrimonio como unión económica de bienes y tierras, y de la mujer como objeto sexual, puesto que hasta entonces era un sujeto tan activo como el hombre en la toma de decisión del intercambio sexual.

    No conozco el tema como para darles credibilidad completa, pero esta hipótesis podría explicar el fracaso de muchos matrimonios, al exigir una fidelidad sexual para la que evolutiva y fisiológicamente los humanos podríamos no estar preparados. Por otra parte, esto puede echar por tierra definitivamente la idea romántica del matrimonio «por amor», con fidelidad y para toda la vida, separado del contrato principalmente económico y de estabilidad para la descendencia que parece haber sido durante gran parte de la historia humana.

    Y desde luego que quitaría hierro al uso del atractivo sexual como herramienta para obtener rédito material. Si el sexo deja de ser difícil de conseguir, se reduce su valor como «moneda». No sé si es totalmente válido el análisis, pero no deja de parecerme que tiene sentido.

    • Aloe dice:

      Hay cientos o miles de monografías etnográficas que documentan sociedades sin agricultura (o con agricultura como forma de vida no dominante) que desmienten eso. Las reglas no tienen que ser (no son) las victorianas, pero reglas hay. Diversas formas de matrimonio, con exclusividad sexual más o menos estricta, también.

  2. Demangeon dice:

    Un tema interesante es saber si realmente las ideologías que desligitiman la belleza o el atractivo por ejemplo en el plano profesional realmente tienen una importancia práctica. Mi percepción es que no demasiada y que las mujeres (y en menor medida los hombres) ya utilizan en gran medida su capital «erótico» disponible. Si esto fuera así el consejo político del libro (aprovechar más ese tipo de capital) carecería de sentido.

    Un saludo

  3. Teresa Cabarrush dice:

    ¡Qué llamativo es este artículo!, siempre nos preguntamos por qué tanta banalización en todo…en TODO.

    https://www.youtube.com/watch?v=6uZtDm-XK-Q

    Saludos.

  4. Epicureo dice:

    Gran descubrimiento. Que las mujeres comercian con su atractivo sexual es lo más viejo del mundo, es proverbial. Tanto como el «déficit sexual masculino» (una manera muy elegante de decir que somos unos salidos y sólo pensamos en lo mismo).

    Sobre lo que cuentas de las conclusiones de Hakim, inmediatamente veo dos problemas:

    1) No ha tenido en cuenta que convertir un mercado «gris» y restringido en un mercado abierto y libre supone un descenso de los precios. Por lo tanto, el resultado no sería enriquecer a las mujeres, sino empobrecerlas. Por algo en los países donde las mujeres tienen mayor igualdad es donde más se persigue la prostitución. Y efectivamente el efecto «carrera de ratas», que ya existe (las cosas que hacen las mujeres…), sería exacerbado.

    2) Si las mujeres orientan sus expectativas de progreso social hacia la explotación de su atractivo, inevitablemente van a cerrarse o dificultarse otras vías. El tiempo, el esfuerzo y la atención son limitados, y lo que dediquen a estar guapas no lo dedicarán a trabajar. No es probable que las empresas promocionen a una persona que claramente preferiría casarse bien y dejar el trabajo. Por supuesto, todas esas ideas sobre paridad en las empresas y los gobiernos tendrían que ser abandonadas. Y pagarían «justas» por «pecadoras»: incluso las mujeres realmente dedicadas a su profesión estarían bajo sospecha. Todo eso ya ocurre de una forma velada, y es parte de la explicación del famoso «techo de cristal», pero si se aceptaran abiertamente las tesis de Hakin la discriminación estaría perfectamente justificada. Las mujeres no serían más libres, sino menos.

    Y para terminar, si el atractivo tuviera abiertamente un valor de mercado, los Estados tendrían que imponer un impuesto especial a las tías buenas. Sería lo justo.

    • GDDL dice:

      Yo siempre he dicho que el matrimonio es la mayor bolsa de economía sumergida del mundo.

      El mercado de la prostitución es la parte transparente del mercado sexual. Menos barreras geográficas, sociales y legales; ni monogamia ni oligogamia. Un mercado donde la competencia discurre sin trabas y donde una puta no te va a reducir su oferta porque ayer durmieras con otra.

      Por supuesto, como bien dices, todo ello conlleva una reducción drástica del precio. Los que dicen que las putas son caras me recuerdan a los que decían que vivir de alquiler es tirar el dinero. Cuando tienes 20 años y te gastas el dinero de la obra en prostitución y cocaína, el matrimonio puede parecer una buena idea. Te buscas un coche, una choni y gritas ¡por fin follo! Mentira.

      Acabas de adquirir un activo que se va a devaluar con el tiempo, cuyas reparaciones cada vez costarán más y que con el tiempo te puede dejar tirado a la primera de cambio. Y también has adquirido un coche, eso sí.

      La choni gana. El matrimonio es un mercado cautivo y monopolístico, donde la ausencia de competencia no provoca ya un precio desorbitado, sino más bien una inflación galopante de tu sueldo y renta.

      Todo ello contando con que eres listo e incluyes la esterilización forzosa en las capitulaciones matrimoniales. Que más de uno ha querido rescindir el contrato y ha terminado teniendo que ir a las vías del tren a solicitar concurso de acreedores.

      Basta ya. Pichabravas del mundo, uníos. Sueño con un lugar donde la CNMC actúe de oficio contra aquella fémina que exija fidelidad a su marido. Un mundo donde te puedas ir de putas, pedir factura y acumular puntos en algún programa de fidelización que te gratifique periódicamente con regalos estúpidos.

      Quiero formación y titulaciones oficiales en prostitución y guarreridas. Quiero módulos para tributar en función del lubricante. Quiero entregas de galardones y prensa especializada en el Follex-35. Quiero oír hablar de la burbuja del sado, y de cómo los bancos estafan a unas ancianas con la nueva Cuenta Misionero.

      Es eso o el caos.

      • peter dice:

        Hydolo!. Pongame a los pies de su señora (o lo que tenga usted arrendado)

      • uno que pasaba dice:

        Muy interesante que los moderadores del blog hayan permitido que se publique este comentario infame mientras no han dejado pasar comentarios que eran críticos con el artículo.

  5. Fenix dice:

    «Si el atractivo tuviera abiertamente un valor de mercado, los Estados tendrían que imponer un impuesto especial a las tías buenas»

    Si uno piensa que hay que poner impuestos varias veces sobre lo mismo si. Pero en realidad, ya tenemos un impuesto sobre la renta, que tasa la renta que presuntamente obtienen las tias buenas por serlo.

    Esto me recuerda la mania de intentar poner impuestos a la riqueza,¡¡¡ que no es sino la capacidad de generar renta!!!

    • Epicureo dice:

      Bueno, la renta que obtienen las tías buenas por serlo nunca se declara en el IRPF (no hace falta explicarlo). Si se declarara, el impuesto especial sería innecesario, porque efectivamente no hay por qué poner dos impuestos a lo mismo.

      Y la riqueza es algo más que la capacidad de generar renta. Es la capacidad de obtener rentas SIN TRABAJAR.

      • Josei dice:

        Porque todo el mundo sabe que si no te deslomas picando piedra o hectáreas de campo no trabajas, eres un vividor. Todo el sector terciario está compuesto exclusivamente por expertos del pelotazo.

  6. Teresa Cabarrush dice:

    ¿Y si hay personas que creen más en esto?

    https://www.youtube.com/watch?v=0eXxkAyN8M0

    • Epicureo dice:

      ♥ Por supuesto. Es mucho mejor que creer sólo en la economía, como parece que cree Cathernie Hakim (y las garrulerías que hemos comentado, siempre siguiendo su argumento, demuestran lo absurdo de esa creencia).

      • Teresa Cabarrush dice:

        Me alegro Señor Epicureo que le guste la magia, puede aparecer de forma inesperada. Sí es simpático leer los comentarios…mirar las pinceladas contrapuestas te hace sonreír.

        Saludos.

  7. Teresa Cabarrush dice:

    Debo reconocer que este blog tiene su magia entre la seriedad y la originalidad.

  8. Roberto Rodríguez dice:

    No entiendo vuestra política de moderación. Ayer quería plantear una duda porque me resulta difícil entender como este post puede considerarse una celebración del día de la mujer. Pero mis comentarios no los publicáis. En vista de lo que sí publicáis no creo que os ofendiera el tono, sino que debe ser simple censura a una preguna no conformista. Así que dejad que insista: ¿Podría el autor explicarme cuál es la conexión entre celebrar el día internacional de la mujer y su post?
    Estoy seguro de que esta vez publicaréis mi comentario.

  9. […] El capital erótico a debate […]

  10. Aloe dice:

    Una propuesta alternativa que no sé si ha planteado Hakim es que la parte de los compradores de ese mercado no acapare los medios de compra como hoy.

    O sea, que no sean hombres la mayoría de las personas que disponen de los puestos, deciden ascensos, negocian las compras, eligen a sus proveedores de servicios o examinan doctorandos.

    Como se enfatiza en la entrada, puesto que el otro lado del mercado no es simétrico, eso no implicaría que sucediese lo mismo pero al contrario.
    La autora parece dar por sentado que es estupendo que te califiquen con más benevolencia, te consideren más el curriculum o te den la razón en los tribunales gracias al atractivo físico. Yo creo en cambio que la bondad de eso es muy discutible y que, admitidas las premisas del artículo, menos proporción de hombres decidiendo esas cosas lo evitaría en buena parte. Con ventaja también para la mayoría de los hombres, si se admite su déficit general en esa clase de capital.

    Por supuesto que si el atractivo ayuda a vender teléfonos o aspiradoras, o a que vengan los clientes al restaurante, eso es otra cosa, para algunos puestos. Pero eso ya se tiene en cuenta sea quien sea quien califica a alguien como eficaz para un puesto.

  11. L dice:

    Leo que en Tarragona van a abrir restaurantes con chicas semi-desnudas. Imagino que a esto Hakim también le llamará utilizar el capital erótico (quizás hasta habrá chicos que se quejaran por no tener posibilidades laborales en tal negocio, y alguno hasta se atreverá a hablar de discriminación).

    Debería hacernos reflexionar mucho cuando un tipo de capital es utilizado por aquellos que están peor, para seguir estando peor. Cuando es un capital se utilitza por necesidad y no por posibilidad. Cuando es una arma de doble filo ya que contribuye a perpetuar la «dominación masculina» de la que nos habla Bourdieu.

    Feliz día de la mujer (que es cada día, sí) y a ver si el año que viene nos ofrecéis mejor material para celebrar el 8 de marzo

    • Olfesht dice:

      Creo que se puede defender la idea de que la sexualidad es una forma de opresión o de dominación más o menos elaborada. Pero dar esto por sentado sin más justificación es probablemente erróneo.

      Por poner un ejemplo, dentro del propio movimiento feminista, hay un debate bastante antiguo ( http://occupytampa.org/files/tristan/introfem/final/introfem%20final%20final/The_Feminist_Sexuality_Debates.pdf ) entre las «radicales-culturales» y las «radicales-libertarias» sobre el tema de la sexualidad y la andróginia que toca el tema de la pornografía y la prostitución y que trata precisamente de eso, de los grados de libertad que tienen las mujeres disponiendo de su propio cuerpo en una sociedad masculinizada.

      • L dice:

        hay mucha evidencia empírica a favor de la asunción de que hay dominación masculina y de que la sexualidad es un instrumento de dominación. no lo doy por sentado sin justificación. parece una broma tener que justificar según qué.

  12. Teresa Cabarrush dice:

    A veces ante las dificultades, mejor esto: ¿Es una solución, no?

    https://www.youtube.com/watch?v=3RFMx0xIdF8

    Saludos.

  13. Teresa Cabarrush dice:

    Y si la Vida puede definirse así también:

    https://www.youtube.com/watch?v=zWI4-uLCosU

    Decía Julio Cortázar: » Amor mío, no te quiero por vos ni por mi ni por los dos juntos (…), te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto»

    – » ME BASTA MIRARTE, PARA SABER QUE CON VOS ME VOY A EMPAPAR EL ALMA».

    Son otras posibilidades y caminos.

    Saludos.

  14. DELL 222 dice:

    En todo caso, el artículo es sorprendente, realmente, en este blog, pero noe s una crítica, en absoluto. Algun comentario sí me parece algo fuera de tono la verdad.

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