Internacional

Maíz, drogas y violencia en México

25 Feb, 2014 - - @o_garcia_ponce

En temporada de lluvias las laderas y barrancas de la sierra de Guerrero, México, se cubren de rojo. En esta región florece aproximadamente 60% de la amapola o adormidera del país, según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Aunque el cultivo de maíz había sido históricamente la principal actividad económica en la sierra guerrerense, la extracción de goma de opio se ha convertido en la base del ingreso familiar en estos poblados. De cada hectárea de amapola se extraen alrededor de 11 kilos de goma de opio, que eventualmente se transforman en unas 7 mil dosis de heroína, valuadas en no menos de 70 mil dólares en las calles de Nueva York.

Como en Guerrero, el cultivo de drogas ilícitas se ha extendido profusamente por las cadenas montañosas del noroeste y sur de México. Los pequeños agricultores, que cosechan poco más de lo necesario para el autoconsumo, son particularmente vulnerables a los embates del mercado. Frente a las fluctuaciones de los precios del maíz, éstos han sido orillados a sustituir dicho grano por cultivos ilícitos mucho mejor cotizados, como la marihuana o la amapola. Así, México se ha posicionado como uno de los principales productores y distribuidores de drogas en el ámbito internacional; y el crimen organizado y la violencia han llegado hasta lo más profundo del campo mexicano.

La crisis del maíz

El maíz es símbolo de México. Fue elemento central en la cosmogonía de los pueblos prehispánicos, en la aculturación de indios y españoles, y en el desarrollo agrícola novohispano, como bien documentó Enrique Florescano en Precios del maíz y crisis agrícolas en México. Además, el maíz es la base de la alimentación de los mexicanos y, por mucho, el cultivo que más hectáreas ocupa en el país. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, casi un tercio de los agricultores se dedican a la producción de maíz.

Durante décadas, el producto agrícola básico de México estuvo protegido por aranceles que obstaculizaban la entrada de importaciones. Por ser considerado un producto sensible a la liberalización, el maíz tuvo trato preferencial en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá pactaron eliminar gradualmente las barreras a las importaciones de maíz mediante un sistema de arancel-cuota. En la práctica, sin embargo, la liberalización fue mucho más abrupta de lo planeado y México se inundó de maíz estadounidense desde los primeros años del tratado.

Tras la puesta en marcha del TLCAN, que entró en vigor el primero de enero de 1994, el precio interno del maíz se desplomó. De acuerdo con las cifras reportadas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, de un año al otro, el precio medio rural (PMR) — es decir el que reciben los productores — registró una caída de 20% en términos reales. Como se muestra en el gráfico de abajo, salvo un ligero repunte entre 1995 y 1996, y otro en 2003, el PMR continuó cayendo año tras año hasta 2005. Aunque la crisis alimentaria mundial de 2007 provocó un alza en los precios de varios cereales, el maíz en México siguió, y sigue, cotizando muy por debajo de los niveles alcanzados antes de la liberalización del sector agrícola. 

Evolución del precio del maíz

Drogas y violencia

El tráfico de drogas ha estado presente en México desde principios del siglo XX, pero aumentó considerablemente durante la década de 1960 para satisfacer la demanda de marihuana en Estados Unidos, y creció aún más en la década de 1980 con el auge de la cocaína. Los carteles de la droga en México fueron, tradicionalmente, distribuidores subcontratados por los carteles colombianos. Pero en años recientes, el crecimiento del narcotráfico mexicano se ha caracterizado no sólo por la distribución de drogas provenientes de Sudamérica, sino también por la producción y distribución de drogas de cosecha propia.

Según el International Narcotics Control Strategy Report, México es el principal productor de marihuana en el mundo y ocupa el tercer lugar en producción de goma de opio. Las zonas de producción están enclavadas en las principales cordilleras del país, donde los narcotraficantes aprovechan los caprichos de la geografía para esconder sus cultivos. El llamado “triángulo dorado” se encuentra donde convergen los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango. El cultivo de marihuana está disponible en la mayor parte del estado de Michoacán, mientras que la amapola se concentra en gran medida en las montañas de Guerrero.

La violencia asociada al narcotráfico ha escalado a niveles históricos en México. Ésta se agudizó particularmente durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón. De 2007 a 2011, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes pasó de 8 a 24. Si bien es cierto que la violencia se ha concentrado en zonas urbanas, donde los grupos del crimen organizado se disputan el control de las plazas de venta y las rutas de tráfico hacia Estados Unidos, las comunidades rurales también han sufrido los estragos de esta ola de violencia. En Guerrero, por ejemplo, se registró una tasa de 71 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2011. 

Evidencia causal

En «From Maize to Haze: Agricultural Shocks and the Growth of the Mexican Drug Sector», un estudio en coautoría con Oeindrila Dube y Kevin Thom de la Universidad de Nueva York, nos preguntamos en qué medida las fluctuaciones en el precio del maíz han impactado la producción de drogas y las dinámicas del narcotráfico en los municipios mexicanos. En el estudio partimos de la hipótesis de que existe una relación negativa entre el precio del maíz y la producción de drogas. En otras palabras, cuando el precio del maíz cae, la producción de drogas aumenta.

Dado que las regiones maiceras son las más susceptibles a los vaivenes en el precio de dicho cereal, el primer paso en nuestra investigación fue construir una medida objetiva de la capacidad de producción de maíz para cada municipio. Para ello calculamos el potencial agroclimático de cada municipio para producir maíz, con base en datos de alta resolución disponibles en el portal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. El mapa de abajo muestra la distribución geográfica del potencial de producción de maíz.

Potencial de producción de maíz

El segundo paso fue estimar el impacto de las fluctuaciones en el precio del grano sobre el ingreso de los agricultores. Para ello usamos varias olas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), abarcando el periodo 1992-2010. Los resultados del análisis econométrico muestran que, como resultado de la caída de 59% en el precio del maíz entre 1990 y 2005, el ingreso promedio de los hogares rurales disminuyó 19% en los municipios climáticamente más aptos para cultivar dicho cereal (aquellos municipios por encima del percentil 90), en comparación con los municipios cuyo potencial de producción es casi nulo (aquellos por debajo del percentil 10).

Tras corroborar que las fluctuaciones en el precio del maíz afectan significativamente los ingresos de los agricultores, el siguiente paso en el análisis fue diseñar un modelo econométrico que nos permitiera aislar de manera confiable el efecto causal de los cambios en el precio del maíz sobre la producción de drogas (u otras variables asociadas al narcotráfico). Con base en el método de variables instrumentales, estimamos un modelo que predice los cambios anuales en el precio interno del maíz en función de factores climatológicos y cambios en las exportaciones de maíz de otros países. El precio estimado se usa a su vez para predecir los niveles de producción de drogas. El análisis incluye más de 2,200 municipios y abarca el periodo 1990-2010.

Desafortunadamente, no existen cifras sobre producción de drogas a nivel municipal. Como indicador de producción usamos datos sobre erradicación de marihuana y amapola. Éstos y otros datos sobre decomisos de drogas fueron obtenidos por medio de una solicitud de información enviada a la SEDENA. Los mapas de abajo muestran los niveles promedio de erradicación de drogas en cada municipio entre 1990 y 2010. Nótese que algunas de las regiones más adecuadas para el cultivo del maíz se traslapan con las zonas más importantes de producción de marihuana y amapola. 

Producción de marihuana y amapola

El modelo econométrico arrojó los resultados siguientes. Como consecuencia directa de la caída de 59% en el precio del maíz entre 1990 y 2005, la erradicación de marihuana y amapola aumentó 8% y 5%, respectivamente, en los municipios con mayor potencial para producir maíz. De igual forma, los decomisos de marihuana en greña (es decir aquella que aún no ha sido procesada) aumentaron 16.4%. Estos efectos son de mucho mayor magnitud en las zonas idóneas para el cultivo de estupefacientes. Por ejemplo, el efecto sobre la erradicación de marihuana es 20 puntos porcentuales mayor en zonas cuyas condiciones favorecen el cultivo de dicha droga. Finalmente, encontramos que la presencia de carteles operando en los municipios más aptos para la siembra del maíz aumentó 80% como resultado de la caída de 59% en el precio del maíz. Estos hallazgos son robustos a la inclusión de una gran variedad de controles, incluyendo características climatológicas, socioeconómicas y políticas de los municipios, entre otras. 

Epílogo

De 2007 a 2008 la tasa de homicidios en México pasó de 8 a 13 por cada 100 mil habitantes. En ese mismo periodo, el precio del maíz subió 8%. Los resultados de nuestro análisis econométrico sugieren que, durante el mismo periodo y como resultado del alza en el precio, las muertes asociadas al narcotráfico disminuyeron 7% en los municipios con alto potencial de producción maicera (en comparación con aquellos de bajo potencial). En conclusión, la evidencia empírica muestra que existe una relación estrecha entre la situación económica de las comunidades rurales y el desarrollo del narcotráfico. El empobrecimiento del campo abre las puertas a las organizaciones del crimen organizado.


6 comentarios

  1. Camerata Meiga dice:

    «Desafortunadamente, no existen cifras sobre producción de drogas a nivel municipal.»
    ¡Incomprensible! Habrá que contactar con las administraciones municipales mexicanas para que la normativa relativa a cultivos de estupefacientes obligue a declararlos anualmente.

    Por otro lado, interesante estudio, gracias por compartirlo.

  2. Laia Balcells dice:

    Muy interesante. Algunas preguntas/comentarios para los autores:

    1. Me parece que vuestra variable dependiente puede tener importantes problemas de medida: habrá más erradicación donde haya mayor presencia del estado. O, también, habrá más erradicación donde los actores locales cooperen más con el estado.

    2. Es el precio del maíz exógeno? Parece que, justamente, aumentó cuando creció el narcotráfico y la violencia. Podría ser que esto fuera a consecuencia de una mayor proporción de tierras dedicadas al cultivo de drogas en vez de maíz.

    3. En el «epílogo» estáis asumiendo que las muertes tienen lugar en los mismos sitios dónde hay presencia de las las organizaciones armadas. Esto es así? Tengo entendido que estas organizaciones tienen bastante movilidad. Además, como explica Melissa Dell, la violencia es muy a menudo la consecuencia de la competencia entre distintas organizaciones y no la consecuencia de la presencia de una sola organización.

    4. En el epílogo estáis asumiendo que, a nivel local, si aumenta el precio del maíz el narcotráfico desaparece. Es creíble esto? Una vez creadas estas organizaciones tienen mucha resiliencia.

    5. Me preocupa la ausencia de variables políticas en vuestro análisis (ver, de nuevo, Melissa Dell).

    • Omar dice:

      Hola Laia:

      Muchas gracias por tus comentarios. En el working paper tratamos varias de las preocupaciones que señalas. Aquí van algunas respuestas a tus preguntas:

      [1] Como bien señalas, nuestra variable dependiente podría capturar presencia del estado o aplicación de la ley, en lugar de producción. Siguiendo la lógica de nuestra estrategia de identificación, éste sería un problema si las fluctuaciones en el precio del maíz provocan que el estado erradique drogas de forma diferenciada por razones ajenas a los cambios en la producción de drogas. Asumiendo que ése sea el caso, en el paper mostramos que los resultados no se ven afectados si controlamos por proximidad a estaciones de policía o bases militares (como proxy de la presencia fuerzas armadas del estado), así como por el partido político del alcalde en turno (siguiendo, precisamente, el argumento de Dell [2012]).

      [2] Dado que el precio del maíz puede ser endógeno a los patrones de producción de drogas o a la violencia, usamos un modelo de variables instrumentales. En el primer paso de la regresión, instrumentamos los cambios en el precio interno del maíz con cambios en el volumen de exportación de los tres principales productores de maíz en el mundo (excluyendo a Estados Unidos, son Francia, China y Argentina) y cambios en la temperatura y precipitación pluvial de los principales estados maiceros estadounidenses. Ésta es una estrategia de identificación creíble si asumimos que las exportaciones de maíz de Francia, China y Argentina, así como la precipitación pluvial y la temperatura en ciertas regiones de Estados Unidos afectan nuestra variable dependiente sólo por medio de los cambios que inducen en el precio interno del maíz.

      [3] En el paper encontramos que el precio del maíz está asociado de forma negativa con la probabilidad de que un municipio tenga: cualquier tipo de cartel, un cartel primera vez, y múltiples carteles operando. En todos los casos puede desatarse la violencia, ya sea simplemente por ajustes de cuentas al interior de los carteles, o por disputas entre varios carteles por el control de la zonas de producción. Vale la pena decir que los efectos que encontramos para “múltiples carteles” son más grandes que los estimados para “un cartel por primera vez”.

      [4] Es verdad que la elasticidad de la producción de drogas con respecto al precio del maíz podría ser menor una vez que se es parte del crimen organizado, pero aún así, al margen, es sensato esperar que los agricultores tienen más opciones de salida cuando aumenta el precio del maíz. Algo que sería interesante es indagar más en la heterogeneidad de los efectos que encontramos en periodos específicos.

      [5] Además de controlar por el partido político del alcalde en turno, también controlamos por la presencia de tiendas de Diconsa (una empresa paraestatal que ha sido implorante en el abastecimiento de productos básicos en comunidades rurales).

      • Laia dice:

        Muchisimas gracias por tus detalladas respuestas, Omar. Cuando pueda, leere el working paper con atencion. Suerte! Saludo cordial,
        Laia

  3. Miguel Berber dice:

    Buena tarde Omar,

    Esa solicitud de información, sobre el proxy de producción de droga, ¿se puede consultar en el Infomex? Si sí, ¿podrías proporcionarme los datos para poder localizarla?

    Muchas gracias,

    Saludos

    • Omar dice:

      Hola Miguel,

      La información no está disponible en línea, pero vamos a compartir la base de datos tras la publicación del artículo.

      Saludos.

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