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La guerra que sí cambió todo

20 Feb, 2014 - - @egocrata

Hace 100 años las provincias ucranianas de Zakarpattia, Termopil, Lviv e Ivano-Frankivsk formaban parte del por aquel entonces llamado Reino de Galitzia y Lodomeria. Chernivtsi, la provincia inmediatamente al sur, era parte del Ducado de Bucovina. En aquellos tiempos, en febrero de 1914, Tanto Galitzia como Bucovina eran dos provincias fronterizas del Imperio Austro-Húngaro, ignoradas por casi todo el mundo fuera del estado mayor de los ejercitos de la Monarquía Dual y el Zar. Lviv, la vieja capital de la región, había permanecido bajo el dominio de los Habsburgo casi sin interrupción desde 1772. Durante muchos años el idioma más común en Galitzia era el polaco, conviviendo con alemán y ucraniano en relativa armonía. En los años anteriores a la Gran Guerra Lviv era más conocida por sus nacionalistas polacos que por otra cosa.

Ayer, mismo, entre las confusas noticias de la revolución en Ucrania (por llamarla de algún modo), algunos medios se hacían eco de la secesión de facto de Lviv del resto de Ucrania. El viejo reino de Galitzia volvía a mirar hacia el oeste, 75 años después. Las heridas de la Primera Guerra Mundial y sus caprichosos dibujos fronterizos posteriores siguen allí, apenas escondidas.

Es curioso que la Gran Guerra, de todos los conflictos bélicos recientes, sea el que se lleve más a menudo el calificativo de «guerra inútil». Supongo que los poetas de esos años (Owen, Brooke, Thomas, Housman…) y los expresionistas alemanes (Dix, Grosz, Kirchner)  algo tendrán que ver. Se habla de los campos de amapolas de Flandes, la generación perdida, Blackadder saltando fuera de la trinchera y perdiéndose entre la bruma; nueve millones de muertos que no cambiaron nada. Quizás eso sea cierto en el frente occidental para franceses e ingleses (al menos en apariencia; nunca nadie parece querer imaginar qué hubiera hecho una Alemania victoriosa). Desde luego no es así para los belgas, pero nunca nadie se acuerda de ellos.

Donde  la idea de guerra inútil es completa y totalmente errónea es en el frente oriental. De 1914 a 1918 la fuerza de las armas produjo la caída del régimen político alemán, la desintegración del Imperio Austríaco, un cambio radical en las fronteras de los Balcanes, una  expansión territorial italiana y la caída definitiva del viejo Imperio Otomano; y eso sin mirar cambios fuera de Europa. Polonia ni siquiera existía antes de la guerra; para los patriotas polacos de Lviv (o al menos, los patriotas más machacas) la Primera Guerra Mundial fue un conflicto que sirvió para algo, sin duda alguna.

Galitzia, en los últimos 100 años, ha sido Austríaca, Polaca, Soviética, Ucrania y Dios-sabe-qué es ahora. No parece que la caída de los viejos imperios haya hecho gran cosa para hacer la vida en esa región del mundo mucho más tranquila. No soy un experto en Ucrania; no me voy a meter a hablar sobre Yanukovich, Putin, la gloriosamente efectiva diplomacia europea o sobre dónde puede acabar este conflicto. No lo sé. Al leer las noticias sobre los disturbios estos días, sin embargo, y ver el nombre de Lviv aparecer en un rincón, no puede evitar recordar lo artificiosas que son las fronteras a veces, y lo increíblemente tozuda que llega a ser la historia.

El fantasma de la Gran Guerra sigue ahí, ciertamente. Cien años después.


21 comentarios

  1. aldelgadog dice:

    ¡Hoyga, harmonía! 😛

  2. Marc dice:

    (En el oeste Francia recupero Alsace-lorraine y obtuvo un cachito de Italia)

  3. Juan de Juan dice:

    Creo que manejas mal el concepto de inutilidad. A mí me parece que la primera guerra mundial, más que la vitola de guerra inútil, lo que tuvo en su momento, y ha permanecido, es la vitola de primera guerra moderna o lo que yo diría segundo salto cuántico de la violencia colectiva. El primero es, siempre a mi modo de ver, la invención de las eficientes armas artilleras y de infantería en el Renacimiento, que empezó a convertir las batallas en carnicerías (antes de ello, salvo que tuvieras la mala suerte de luchar en el bando francés en Agincourt o así, tus expectativas de sobrevivir a la batalla eran relativamente elevadas). El perfeccionamiento del fuego griego y las armas de ídem comenzó a cambiar eso (momento en el cual, diría un marxista sin que le falte parte de razón, la aristocracia fue y dijo eso de huy, esto de la guerra es como sucio, y se comenzó a inventar a los modernos ejércitos de gente común). En la primera guerra mundial se dio un nuevo salto en este tema, gas mostaza y bla, y los países que ganaban o perdían guerras comenzaron a petarse de mutilados y viudas.

    A tal efecto, te recomiendo las páginas que escribió sobre esta guerra Stefan Zweig en su libro «El mundo de ayer», que es un canto nostálgico al siglo XIX. Describe muy bien, ´él lo vivió, cómo las tropas marcharon en los trenes en medio de una fiesta, como entonces se iba a las guerras, para volver sin ojos, sin piernas, con secuelas de por vida, o no volver, a capazos de gente. Rápidamente se extendió la sensación de que todo eso se había hecho por los altos intereses de las cancillerías, que el personal no tocaba pito en aquel tema. Este tipo de sentimiento, por cierto, se adelantó unos años en España, en lo que denominamos Semana Trágica; que no es más que un conflicto en el que el gobierno no supo ver que la gente ya no percibía el tema de Marruecos como un problema suyo, y les pesaba morir por él.

    Yo no comparto la idea de que la primera guerra mundial «no sirvió para nada». Sirvió para mucho. Lo que ocurre es que aquello para lo que sirvió no fue muy bueno. Los políticos que crearon y gestionaron aquella guerra, y sus consecuencias, habían nacido, la mayor parte de ellas antes incluso de que muriese Metternich. Eran gentes educadas en un tipo de geopolítica que para mí refleja mejor que nada la conferencia de Berlín, apenas 30 años antes, la diferencia que hay entre hoy y el año 1984, en la que las potencias se repartieron África como quien está jugando al Stratego. Pensaron que podían hacer lo mismo con las posesiones otomanas y, sobre todo, con el imperio austrohúngaro. Redibujaron el mapa de Europa y del mundo, pero no buscando la racionalidad (o sea: sin aprender una mierda de las tensiones nacional-raciales que estaba registrando Viena ya de medio siglo atrás), sino en un tiki-taka de tuya, mía, muy propio de los tiempos coloniales. La idea, por ejemplo, de que Polonia es una entelequia en la que sólo creen unos polacos locos ya se la intercambiaban por carta Napoleón y el zar antes de invadir uno y ser invadido el otro.

    Hay dos grandes consecuencias que, a mi modo de ver, deja la primera guerra mundial. La primera es que las potencias coloniales cometieron el error de parar en la raya de Alemania e ir a una victoria a la antigua, que dejó todos los problemas sobre la mesa (este error pesaba tanto en las mentes de los ganadores de la segunda que ni se les ocurrió volver a cometerlo). La segunda es que, al romper el imperio austrohúngaro en pedacitos, no se dieron cuenta de que creaban un universo de naciones competitivas con poco espacio para competir. El germen del nazismo, de hecho, es la intensa competencia que les genera, en lo económico, la creación de Checoslovaquia, que acaba por crearles enormes problemas de empleo y competencia que alimentan la idea de que la culpa es del extranjero.

    Ojalá la primera guerra mundial hubiera sido inútil. Ojalá.

  4. MuGaR dice:

    Otro post parecido se puede escribir sobre las consecuencias de la caída del Imperio Otomano en el cercano oriente, también muy de moda.

  5. Isaac dice:

    Bueno la IGM hizo caer al Zar y después todo lo demás, si eso fue útil, inútil o no ya es cosa de cada cual, pero que la llegada de los bolcheviques al poder es el acontecimiento que vertebra el siglo XX me parece incuestionable.

    • Juan de Juan dice:

      Incuestionable, Isaac. De lo que al menos yo tengo mis dudas es de que la primera guerra mundial sea realmente relevante para el estallido de la revolución rusa. No hay que olvidar 1905.

      • Marc dice:

        Se que desvariamos pero sigo el filon. Lenin vivia en suiza y si llego a Rusia es porque los alemanes le dejaron (para que la armara gorda), no se si en caso de paz le hubiese sido tan facil llegar a Rusia i menos hacerse con el poder. Ademas, las naciones occidentales hubiesen gastado mas recursos en apoyar al las blancos. Pero esto ya es ficcion.

      • Verlaine dice:

        Es relevante a cualquier nivel. El gran descontento acumulado tanto del Ejército como de la población rusa con el Zar no venía tanto de sus dejes despóticos como de la continuación de una guerra que, si bien no les iba mal del todo, no se perdía gracias a la ingente pérdida de material y soldados. Los bolcheviques hacen del fin de la guerra su principal arma para oponerse al Zar y, de hecho, lo primero que hacen nada más llegar al poder es firmar unos tratados totalmente perjudiciales para sus intereses en aras de terminar con el conflicto. Posteriormente tuvieron suerte, Alemania perdió la guerra y recuperaron todo lo que habían firmado perder.

        Por supuesto, la guerra sólo es el colofón y el detonante de una serie de conflictos muy arraigados en la sociedad rusa al que los bolcheviques, mal que bien, aspiraban a poner solución. Pero es la Guerra la que aúna las condiciones necesarias, la que crea las condiciones objetivas, para que la revolución estalle. Sencillamente no se puede explicar la llegada del comunismo a Rusia sin hablar largo y tendido de lo que pasó durante la Primera Guerra Mundial. Guerra que, por cierto, se lleva por delante a tres dinastías que llevaban gobernando Europa del Este durante varios siglos. Tan irrelevante no sería.

        • Juan de Juan dice:

          Me refería al caso ruso, Verlaine. Y, sin negar lo que dices tú y lo que dice Marc, creo que en la «revolución chica» de 1905 hay episodios muy reveladores (el más conocido, el del Potemkin; pero es que hay que ver la que se montó en Odessa sin que los marineros del acorazado interviniesen casi) de que en aquel momento el proceso revolucionario (o sea, el cabreo general) estaba ya maduro; lo que pasa es que faltó estrategia (de hecho, volviendo al ejemplo, los amotinados del Potemkin y los revolucionarios de Odessa nunca llegaron a coordinarse realmente). Hay que tener en cuenta la guerra con Japón, evidentemente.

          Mi impresión particular es que Rusia, de no haber elevado al poder, mediante un milagro mariano, no más tarde de 1906, a un zar moderno, occidentalizado, dispuesto a democratizar al país a fondo, estaba abocada a la toma del palacio de invierno. Con guerra sí; y sin guerra, también.

          • Verlaine dice:

            Mi impresión es parecida, pero creo que con matices. Pese a la revolución de 1905, el régimen zarista seguía siendo al inicio de la Primera Guerra Mundial muy hermético e impermeable. Entre otros motivos porque Rusia era una sociedad eminentemente agraria donde la burguesía liberal era muy débil e incapaz de forzar a la aristocracia zarista reformar las instituciones que controlaba. Sólo un estado de caos total derivado de la Primera Guerra Mundial, un envite bélico que la maltrecha Rusia era sencillamente incapaz de llevar adelante —Marc Ferro explica en su obra al respecto cómo el Ejército ruso sencillamente se había quedado sin balas que disparar a año y medio de comenzar la contienda; por no hablar de los gravísimos problemas logísticos que el Ejército ruso, anticuado y poco desarrollado tecnológicamente, afrontaba en un territorio tan vasto—, permitió que la legitimidad + fuerza de la monarquía zarista se rompiera.

            Pese a todo, pese a que podamos aventurar cuál hubiera sido el futuro de la Rusia al margen de la IWW, la brecha surge cuando las instituciones zaristas simplemente pierden el control de la situación. Algo que sólo se da cuando Rusia se enfrenta al colapso y a dos enemigos, uno de ellos especialmente virulento, que terminaría ocupando media Ucrania.

            ¿Hubiera sido la Rusia zarista la misma Rusia del siglo XIX? Naturalmente que no. ¿El cambio lo habría impulsado un grupo revolucionario marxista, urbano y obrero que antes de la IWW contaba con escaso apoyo en el campo, incluido el campesinado medio-bajo al que el gran latifundista ruso arrendaba las tierras? A mí se me antoja complicado.

        • Juan de Juan dice:

          Y que perdón, efectivamente, al casero de esta nave, por ocuparle centímetros con una discusión colateral.

  6. L dice:

    Keith Darden tiene un libro que va a salir pronto en CUP donde trata este tema con profundidad. Lo recomiendo.

  7. Ignacio dice:

    Una imagen vale más que mil palabras. En este caso, dos:

    Resultados de las elecciones presidenciales ucranianas superpuestas a las fronteras históricas en 1994 http://observationalism.com/wp-content/uploads/2014/01/Ukraine_historical_vs_electoral_19941.png y en 2010 http://observationalism.com/wp-content/uploads/2014/01/Ukraine_historical_vs_electoral_2010.png

    Se pueden encontrar mapas similares de resultados electorales en Polonia superpuestos a las fronteras históricas entre Alemania y Rusia. ¡Incluso si hablas de este tema en la ex-Yugoslavia habrá gente que te diga que sus conflictos se remontan a la frontera entre los imperios romanos de oriente y occidente! (dicha frontera partía en dos la actual Yugoslavia y aún hoy en día sigue marcando con bastante precisión la frontera entre estados católicos y estados ortodoxos).

  8. Javier dice:

    La verdad es que la primera GM es un conflicto olvidado pero sus consecuencias son a día de hoy perceptibles en la geopolítica europea y de oriente próximo. Agradecería si tenéis lecturas recomendadas sobre todo del origen del conflicto y de sus consecuencias posteriores (no me interesa tanto el transcurso del mismo). Este año con eso de que se cumple el centenario, uno nunca sabe si puede fiarse de los libros que han salido a la venta…

  9. Lluís dice:

    La parte occidental de Galitzia era polaca, pero la parte oriental era ucraniana, salvo su principal ciudad, Lviv, que era una isla polaca (donde la primera minoría eran los judios); herencia de los siglos que dicho terriotorio fue parte de la confederación polaco-lituana. De hecho, dentro del Imperio Austro-Húngaro, los polacos eran bastante leales al imperio por su catolicismo y porque les garantizaban el dominio sobre las partes ucranianas (salvo la Ucrania Transcarpática, en manos húngaras).

    http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Austria_hungary_1911.jpg (en el mapa aparace Lviv con su nombre en alemán, Lemberg).

  10. Manudo dice:

    ¿Que sucede con los belgas y la primera guerra mundial?

    No termino de comprender ese comentario.

    • Ignacio dice:

      Bélgica era la sexta economía mundial antes de la I Guerra Mundial. La Guerra destrozó totalmente su infraestructura industrial y nunca se recuperó del golpe.

      • Manudo dice:

        Gracias por solventarme la duda. Desconocía su dato económico antes de la I Guerra Mundial.

        Aunque bueno, sin ser comparable a día de hoy creo que Bélgica tiene la segunda tasa de ahorro más alta de Europa sólo por detrás de Suiza, lo cual tampoco le deja en mal lugar.

    • Asimon dice:

      Muy interesante este comentario. Es cierto que Bélgica en especial Wallonie erá una economía super indutrializada y avanzada en la época de finales del XIXs y principios del XX lo que atrajo una enorme immigración del sur de Europa hasta mediados del Siglo XX en especial de italianos que iban a trabajar a la indutria de Lieja. Conmemorando el centenario de la I guerra Mundial, los belgas siguen esperando las disculpas de Alemania por los destrozos producidos algo que aún no se ha producido.

  11. Roger S. dice:

    Y obviamente, Alemania los invadió – la IGM para los belgas fue sobre su supervivencia como estado independiente.

  12. Raul Míguez dice:

    El reino de Galitzia y Lodomeria fue, según tengo entendido, una creación artificial en la frontera oriental del Imperio Austrohungaro. Lviv, llamada Lemberg por los burócratas germano hablantes del Imperio, era la ciudad mas importante de aquel reino efímero… Comentabas en el post que Polonia no existía antes de la Guerra, entiendo que solo te refieres al periodo que va desde la restauración a 1914, porque Polonia y la antigua union existente Coello gran ducado de Lituania tienen mucha, mucha historia a sus espaldas…
    Por cierto Cracovia también formó parte del Reino de Galitzia durante una temporada.

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