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La imposible unidad de acción de la clase obrera

10 Ene, 2014 - - @egocrata

Toño Fraguas escribía ayer sobre el dilema del trabajador precario. ¿Qué es preferible en tiempos de crisis, aceptar un empleo con salarios bajos y malas condiciones laborales o rebelarse contra las malas ofertas y rechazarlo? Para Fraguas, la respuesta es cuestión de dignidad y solidaridad colectiva: no podemos aceptar trabajar en condiciones humillantes; es hora de la unidad de acción rechazando estas imposiciones.

Para evitar que un trabajador ceda al miedo o al chantaje y tome la decisión personal de reventar una huelga o de aceptar unas condiciones laborales peores (comportamientos ambos que tanto benefician a los explotadores y que, a la larga, acaban volviéndose contra todos los trabajadores, también contra los que ceden) es imprescindible un tejido ciudadano fuerte y cohesionado. Contrariamente a lo que creen la patronal y el PP, “cualquier fórmula” (de explotación laboral) no es mejor que el paro.

Existe una estrategia del sindicalismo clásico llamada caja de resistencia. Es una medida colectiva basada en la solidaridad y el apoyo mutuo: consiste simplemente en que los trabajadores ponen algo de dinero en un fondo común para ayudar a otros compañeros en dificultades por haber secundado una huelga o realizado cualquier otra acción sindical. Pero no se trata sólo de dinero, sino de cooperación y apoyo. De hecho necesitamos más que nunca una caja de resistencia ética, de valores: un fondo común de principios en los que todo trabajador pueda reconocerse. La unidad es, y siempre será, la clave de las conquistas sociales, por eso la unidad debería ser la prioridad de los partidos y movimientos de izquierda. Por eso la unidad es lo primero que atacan los explotadores, aplicando mediante amenazas, premios, sobornos o chantajes el famoso divide y vencerás. Y contra el tópico del divide y vencerás cabe anteponer otro igual de válido: la unidad hace la fuerza.

Con perdón, pero esta postura es errónea, tanto desde un punto de vista individual como colectivo.

Desde el punto de vista individual, es algo muy sencillo: a la hora de contratar nuevos empleados, las empresas prefieren a gente ya empleada o que lleva poco tiempo sin trabajo que a parados de larga duración. Preguntad en cualquier departamento de recursos humanos; no lo hacen por capricho. Cuando una persona no está trabajando sus habilidades y cualificaciones profesionales se deterioran. Uno se olvida de cómo hacer cosas extrañas con Excel, pierde práctica manejando un torno, es más torpe con las herramientas o sencillamente está menos cómodo recibiendo órdenes y trabajando en equipo. El paro de larga duración no es sólo una tragedia para aquellos que lo sufren, sino que es un problema para la economía al destruir capital humano. Para el trabajador medio, es infinitamente mejor estar en un trabajo de mierda que estar en el paro si quiere tener buenas expectativas laborales a largo plazo.

Desde el punto de vista colectivo, una rebelión contra el trabajo precario puede sonar como algo estupendo, pero no hará nada por incrementar el poder de negociación de los trabajadores. En una economía con una tasa de paro normal (6-7%), un empresario sabe que si pide sacrificios a sus trabajadores, estos pueden buscar otro trabajo e irse. Hay miles de empresas ahí fuera buscando mano de obra. En una situación así, con empleados seguros de poder encontrar otro trabajo si no están a gusto, es infinitamente más sencillo para estos reclamar mejores condiciones.

El mercado laboral español es la antítesis de esta capacidad de negociación. Por un lado tenemos los trabajadores con empleo fijo y contratos indefinidos, protegidos con indemnizaciones de despido. Por otro tenemos a parados y precarios, fuera de esta protección. En este mercado, los insiders pueden resistir cambios, escudados en sus protecciones legales.  Si una empresa no tiene recursos, sin embargo, el ajuste sigue siendo necesario. Dada la asimetría de poder negociador entre unos y otros, el hachazo va a caer íntegramente en los outsiders. 

La unidad de acción es muy bonita, pero sólo es factible bajo dos supuestos. El primero, la amenaza creíble de irse; sin pleno empleo, los trabajadores siempre parten en desventaja. El segundo, la unidad debe partir de la igualdad de condiciones de partida. En el contexto español, cuando se habla de resistir y no aceptar recortes, el resultado no es que los trabajadores recuperan la dignidad y mantienen el poder adquisitivo, sino que el coste de la crisis acaba recayendo en los de siempre. Este ajuste asimétrico, además, crea inevitablemente unas tasas de paro extravagantes que dan a los empresarios una capacidad de presión casi ilimitada entre los supervivientes; la probabilidad de encontrar otro trabajo en un mercado segmentado es infinitamente menor.

La historia de esta crisis en España ha sido a menudo una lucha por proteger sus puestos de trabajo a cambio de sacrificar a aquellos que no habían entrado en el mercado laboral protegido antes de la recesión. La retórica de ni un paso atrás, nada de ajustes y todos a una a costa de excluir sistemáticamente un tercio de la población activa.

Jorge Galindo hablaba en diciembre sobre la endémica división de la clase obrera en España. Toño Fraguas habla de la acción colectiva y la solidaridad entre trabajadores, y lo hace por buenos motivos. Queremos mejores condiciones y un mejor reparto de la riqueza. Antes de poder hablar de estas cosas, sin embargo, debemos eliminar las divisiones legales dentro de la clase obrera.

Aquí es donde tenemos el problema: eliminar estas divisiones genera necesariamente ganadores y perdedores. El un mercado dual los costes de la crisis económica se ceban en los outsiders, el «precariado».  Queremos que todos los trabajadores negocien de forma unitaria, colocándoles en posición de fuerza. Para hacerlo posible, todos deben estar en las mismas condiciones de partida, y eso quiere decir que los insiders no podrán desviar el coste del ajuste a los precarios. Aunque la situación para los trabajadores en agregado vaya a mejorar a medio plazo tras eliminar la dualidad (la clase obrera estará menos divida), los insiders es posible que se queden igual o incluso pierdan un poco a corto plazo. Siendo como son mayoría en el electorado, convencerlos del cambio es como mínimo complicado.

La paradoja de la clase obrera en España parte de este problema: la dualidad del mercado laboral hace que la mayoría de los trabajadores sean increíblemente reacios a la unidad de acción. Si la izquierda se tomase en serio el poder de negociación de los asalariados, su primer objetivo debería ser romper un mercado laboral que da a los insiders todos los incentivos del mundo para dejar un tercio del país en la cuneta. Hasta que eso no suceda, en España tendremos una economía donde los trabajadores se enfrentan unos a otros, y los empresarios explotan estas peleas para ganar la guerra.


62 comentarios

  1. #ContratoUnico y tal. Como lleváis defendiendo algunos años. Como otros, gracias a vosotros, nos hicimos apóstoles de la medida. Y lo difícil que es para la izquierda llena de prejuicios que lo entiendan, aunque se lo expliques de forma muy sencilla…

  2. […] La dualidad laboral española hace que los trabajadores nunca puedan aspirar a una unidad de acción efectiva.  […]

  3. Josei dice:

    Bueno, el señor Fraguas pide sacrificios para el bien común. Pues eso, que los insiders hagan sacrificios, que los outsiders ya hacen el suyo siendo unos apestados. Ah no, espera, que el sacrificio lo tienen que hacer los empresarios haciendo a todo el mundo insider…

    • Eso es lo mismo que dicen casi todos los militantes del PSOE, que la solución es dar a todos una indemnización por despido de 45 días.

      • FE dice:

        Lo divertido es que fue el mismo PSOE, a principios de los años 80, el que eliminó esa igualdad con la introducción de los contratos temporales. Quizás deberían preguntar a sus mayores por qué tuvieron la necesidad de hacer aquello.

      • Shine dice:

        Y es aquí amigos donde termina la «igualdad», empezando el verdadero objetivos del #ContratoUnico y tal: #Despidomásbarato y tal.

    • Usuario dice:

      Si todo el mundo es «insider», ya no hay «insiders» y «outsiders». Fin de la segregación, solucionado.

      PD: Se debería dejar de usar esos términos tan espantosos para describir esto.

      • Shine dice:

        Pero ya no podrías hacer demagogia barata para que la mayoría de trabajadores acepten lo que no aceptarían en la vida.

  4. Opcional dice:

    Lúcido.

    Camino de cumplir los 29 cuando llegó la crisis la única experiencia laboral que tenía era en trabajos mal cualificados. Con dos carreras y un Máster, participante activo en protestas y manifestaciones, mientras defendía derechos y decía no a los recortes nadie se acordó de mí. Ahora el único futuro, que llevo dos años resistiéndome a aceptar, es irme de este país. Volver? Ni lo sueñen.

    Totalmente de acuerdos con el artículo. Pero qué difícil es hacer abandonar a la izquierda de su retórica clásica, aunque prácticamente nunca le haya funcionado.

  5. Epicureo dice:

    Cualquiera diría que son los sindicatos y los partidos de izquierda los únicos que se oponen al contrato único. Si fuera así, no habría ningún problema, porque resulta que el PP está gobernando con mayoría absoluta. Podrían implantar el contrato único mañana, sin más coste que alguna que otra huelga general, nada importante.

    Implantar el contrato único no tiene que perjudicar a ningún trabajador: basta con que no tenga efecto retroactivo y empiece a regir para los nuevos contratos que se celebren a partir de ahora. Sería lo lógico, además, porque en caso de hacerlo retroactivo no sólo se convertirían a contrato único los actuales contratos indefinidos; también habría que convertir todos los contratos temporales actualmente vigentes, imaginaos el resultado. La seguridad jurídica importa.

    Un contrato único no retroactivo que al cabo de unos 5 años tenga la misma protección que uno indefinido, y con doble escala para procedentes e improcedentes, es algo que debería defender la izquierda con uñas y dientes, y la derecha detestarlo en igual medida. Si no ocurre esto me temo que es por la probabilidad que con el nombre de «contrato único» se cuele algo bastante diferente (un contrato no tan único y con indemnizaciones muy reducidas para todos).

  6. Pau dice:

    «La historia de esta crisis en España ha sido a menudo una lucha por proteger sus puestos de trabajo a cambio de sacrificar a aquellos que no habían entrado en el mercado laboral protegido antes de la recesión.»

    En qué te basas para crear este relato de la crisis? Aceptando eso, lo que desarrollas luego puede tener sentido, pero hay que demostrarlo.

    • PaulJBis dice:

      Bueno, los de Politikon han sacado varias veces un gráfico que tienen hecho, en el que se muestra la destrucción de empleo entre temporales y fijos desde que comenzó la crisis.

      En ese gráfico (que creo que llegaba hasta 2011) se veía cómo, mientras la destrucción de empleo entre temporales era del 50%, entre los fijos apenas llegaba al 3%.

      Seguro que alguien con más tiempo que yo puede buscarlo y enlazarlo.

  7. Otori dice:

    En resumen, como hay dualidad lo mejor es igualar a los trabajadores… A la baja, of course. Así seguro que los trabajadores consiguen unidad social.

    Y se queda tan pancho. No me lo explico.

    • Roger Senserrich dice:

      El modelo actual obviamente está funcionando de miedo, claro.

      No estoy defendiendo eso. De hecho digo que los insiders quedarán igual o perderán un poco a corto plazo, pero no hablo de igualar a la baja en absoluto. Lo que queremos es un sistema más igualitario; lo de hacerlo a la baja es una lectura paranoica del texto.

      • Shine dice:

        Sí, es igualar a la baja. No se quedarían igual y perderían mucho a corto plazo. Por lo menos no tomen el pelo a la gente.

      • Dalek_fan dice:

        Entiendo las acusaciones a la izquierda de «utópica e inocente». Pero que quieres que te diga, tu mismo comentario (además de autocontradictorio) me suena igual de utópico e inocente.

    • FE dice:

      A los nuevos trabajadores ya se les está igualando. En la miseria: casi todos los contratos laborales que se firman son precarios.

      El contrato único propone igualar a los trabajadores en un término medio entre esa miseria y una forma de sobreprotección que es funesta para la economía y la creación de empleo.

      No es la panacea, sino una más de las muchas reformas que necesitaría este país para progresar realmente.

  8. […] La imposible unidad de acción de la clase obrera […]

  9. Maese Alcofribas dice:

    Insisto en que presentáis este problema de forma equivocada y un tanto falaz. Los insiders no son “increíblemente reacios a la unidad de acción”, son reacios a reducir sus indemnizaciones, y partidarios de una igualación al alta y no a la baja. Culpáis a los outsiders de la situación de los insiders, en una especie de chantaje emocional que se fundamenta en un supuesto tácito que no queréis discutir explícitamente con los outsiders, y este es el problema, porque estos nunca asumirán como cierto el “enfrentamiento” que postuláis, hasta que no se llegue con ellos a una solución sobre la cuestión nuclear: ¿una indemnización por despido de 45 días es asumible o no para la economía del país? ¿hasta cuánto estáis dispuestos a reducirla?. Mientras ellos crean que sí es asumible no valdrá de nada el chantaje emocional, e incluso puede ser contraproducente.

    Por tanto, en lugar de promover el frentismo, deberían tratarse ambos frentes por separado. Con el outsider hay que discutir lo dicho, pero sin implicar a los parados en el debate de ninguna manera. Y con el parado o trabajador precario hay que discutir las siguientes cuestiones, (sin intentar persuadirle de que la culpa de su situación es de los outsiders): ¿estás dispuesto a que te exploten con tal de trabajar? ¿no crees que si haces eso, la explotación no hará sino agudizarse? ¿qué modelo de indemnización por despido te parece adecuado/justo? ¿crees que es asumible para el país una indemnización de 45 días? En el caso de creer que no, ¿te basas en argumentos económicos o meramente en la desesperación de tu situación personal?

    • Epicureo dice:

      Tienes toda la razón, Alcofribas, aunque has confundido outsiders por insiders (malditos extranjerismos).

      La idea de que el enfrentamiento primordial es entre insiders y outsiders presupone que hay una «tarta» de dimensión definida (el total de indemnizaciones a pagar) y que hay que repartirla ceteris paribus entre todos los trabajadores. Pero claro, no es así.

      Para eliminar la dualidad puede optarse por un modelo de altas indemnizaciones para todos, o por uno de bajas indemnizaciones para todos. Habría que considerar las repercusiones en el mundo real (no en el ideal de la economía) de cada modelo, teniendo en cuenta que la «tarta» de la producción se reparte entre trabajadores, accionistas y Estado, y que ese reparto no tiene por qué ser fijo.

      • Shine dice:

        +100 para Maese Alcofribas y para tí. Si al final nos damos cuenta, no estamos discutiendo sobre dualidad, sino sobre costes de despido. Como dice Maese, se presenta la información de manera equivocada y falaz. Nadie está en contra del contrato único, está en contra de determinadas proposiciones.

  10. Maese Alcofribas dice:

    perdón, utilicé al revés los términos outsiders e insiders

  11. Holden dice:

    «…miedo, chantaje, reventar una huelga, explotadores, explotación…»(Toño Fraguas)
    Si para empezar a hablar de negociación laboral se emplean estos términos decimonónicos uno puede esperar lo que va a seguir. Y así es.
    En cuanto a la entrada de este blog estoy de acuerdo en su lógica. Aunque también usa conceptos en los que yo no creo y que me parecen discutibles: ¿Por qué la unidad de acción es muy bonita?¿Qué es un mejor reparto de la riqueza?

    (Saludos)

    • Dalek_fan dice:

      Terriblemente decimonónico, si. Hay que usar palabras mas modernas. Incluso aunque los procesos y consecuencias al final sigan siendo fundamentalmente los mismos, cambiando solo la ropa de fábrica por el traje barato y corbata.

    • Epicureo dice:

      Términos decimonónicos, realidades contemporáneas.

  12. asmodeus dice:

    Quizás es por un «sesgo de confirmación», pero de lo mejor que he leído últimamente por aquí.

  13. k reilly dice:

    Creo que el artículo tiene muchísima razón, eliminar diferencias entre la clase obrera socavando los derechos adquiridos, que al fin y al cabo no están más que para dar una sensación de falsa seguridad, e iniciar el camino imparable hacia la clase esclava conseguirá trabajo, comida y techo para todos.

    Que es lo que parece que importa.

  14. Someone dice:

    Solo se puede romper este equlibrio con una implementacion progresiva… y dejando en la cuneta a millones de desempleados de larga duracion.

  15. Maese Alcofribas dice:

    Continuando con lo que comento arriba, el insider que no se cree que la indemnización de 45 días no es asumible para el país, le dice al outsider que piensa lo contrario: “estás comulgando con una rueda de molino. ¿Desconfías de mis intereses, porque yo soy insider, y confías en los de la CEOE? ¿Why?”

    Y para responder a eso, volvemos a lo de siempre: ¿cuál es la realidad? ¿una indemnización alta afecta al desempleo? ¿qué cantidad de varianza explica? ¿cuál es la evidencia disponible? ¿realmente se trata de una rueda de molino? ¿es el insider un conspiranoico que piensa que todos los empresarios son unos explotadores? ¿no dice la teoría económica que si a alguien le sale rentable explotarme, lo más probable es que lo haga?

    Maldita inaccesibilidad de mundo nouménico…

    Y dado que la mayoría de trabajadores no sabemos de economía, sólo nos queda la fe en los expertos. Pero no ayuda nada al mantenimiento de la fe ver cómo bajan los sueldos y no lo hacen en la misma medida los márgenes empresariales ni los precios, y que enfrentados a este dato los economistas reconocen que para estos hechos no tienen una explicación ni de lejos tan contundente como la que ofrecen cuando proponen liberalizar el mercado de trabajo o rediseñar el sistema de pensiones, pues se trata de temas poco investigados. Tampoco ayuda, en esta búsqueda de señales para el mantenimiento de la fe, ver la propuesta inicial de la empresa de limpieza de Madrid y el acuerdo final al que se llegó, proceso del que puede concluirse que el término «farol» se queda corto. Hechos como estos minan la fe y fomentan la conspiranoia

  16. Javier dice:

    Dios, la voz de robot que habéis puesto para leer el artículo da mucho miedo.

  17. Frost dice:

    Buen artículo.

    En Uruguay la indemnización por despido es un año de salario. Sin importar la causa del despido, nhi tiempo trabajado.
    El paro es de un 4%.

    Algo que me planteo y que cabría analizar es: qué tienen que ganar la izquierda defendiendo el contrato único? Poco, porque buena parte de su electorado son trabajadores indefinidos. Los outsiders o no votan a la izquierda «tradicional» (entiéndase PSOE/IU) o no votan en absoluto. Así que la izquierda prefiere defender la dualidad para mantener sus votos.

    Es una mera hipótesis, pero creo que no voy muy errado.

    • Frost dice:

      Perdón por el doble post, pero quería añadir sobre Uruguay que además, tiene contrato único en la práctica. Hay contratos temporales, pero son causales (y hay una lista tasada de supuestos en los que un contrato puede ser temporal). De hecho, se necesita autorización del Estado para poder contratar de forma temporal.
      Así que la práctica totalidad de empresas no se molestan en hacer contratos temporales.

  18. Bowers dice:

    El artículo está muy bien. La verdad es que confiar en la inteligencia de la mayoría es algo absurdo desde el momento en el que compruebas que hay parados en contra de la reforma laboral del Gobierno (que se queda a medias, pero bueno). A partir de ahí, cualquier cosa se puede esperar.

    Recuerdo mi paso por un medio de comunicación como becario. Cobraba unos 150 euros al mes. Una buena parte de mi jornada laboral consistía en ayudar a una persona de unos cincuenta años que llevaba mucho tiempo en la empresa y que no se aclaraba con el ordenador que, en el siglo XXI, es como no aclararse con nada. Esa persona no tenía estudios aunque se suponía que desempeñaba el mismo trabajo que yo. Él ganaba unos 2.000 euros. Había más de un caso en la redacción. Eran como bultos sospechosos que sabían hacer tres o cuatro cosas y el resto tenían que hacérselo los becarios. ¿Por qué el medio no prescindía de ese señor y contrataba a uno de los becarios que sabían desarrollar su trabajo por sí mismo? Obviamente, porque el despido de una persona que lleva décadas en la empresa era muy costoso. Yo terminé mi tiempo como becario y volví al desempleo. El cincuentón siguió con su trabajo y ahora le estarán ayudando unos nuevos becarios que pronto serán nuevamente parados.
    Si esta situación, la deseada y defendida por partidos de izquierda y sindicatos es la deseable y la justa, adelante, sigamos así con enormes indemnizaciones por despido y convenios colectivos donde el más vago cobra como el más trabajador (lo que pronto lleva a que el más trabajador, desmotivado, acabe convertido en un vago más).

    Si lo normal es que los mejores tengan empleo sobre los peores, cambiemos el sistema, reduzcamos el despido y demos a cada uno lo que merezca. España no es un país en el que guste hablar de si uno es mejor o peor, más preparado o menos, más inteligente o menos. Tendemos al acomodo de todos y a igualar, cómo no, por abajo. Llevo dos años sin empleo y es probable que nunca vuelva a conseguirlo, al menos en mi sector. El cincuentón acabará jubilándose con una pensión decente (que yo ni oleré) y no habrá sabido hacer la o con un canuto en su puta vida. Eso sí, que nadie le toque sus derechos.

    Es probable que la preparación media de los desempleados esté por encima que la de los empleados. No sé si será cierto o no, pero en un país como España resulta absolutamente indiferente, porque nadie va a poder valorarlo.

    • Epicureo dice:

      ¿Realmente crees que si pudieran echar gratis al cincuentón te pagarían a tí los 2000 euros? ¿Que si no hubiera convenios darían a cada uno «lo que se merece»? ¿No se limitarían a dar a cada uno lo mínimo posible, exactamente lo mismo que ya hacen con los nuevos, y si no te conformas ahí está la puerta?

      Me temo que los que se beneficiarían de eliminar los derechos laborales se aprovechan de esa mezcla de envidia e inocencia que manifiestas.

      • Daniel Díaz dice:

        No, déjalo. Que se le atragantó in libro de Ayn Rand. Pobre.

      • Bowers dice:

        Gracias por el comentario. No, envidia ninguna. Por suerte no es una cuestión económica, si no estaría ciertamente enfadado con el mundo 😀 Inocencia, puede ser.

        Yo no he dicho que a mí o a un becario vayan a pagarle 2.000 euros o no. Pero sí creo que en algunos lugares se valora a los profesionales por lo que hacen o son capaces de hacer y creo que existe el empresario que es capaz de pagar bien a un trabajador que le vale la pena tener. No digo que yo sea el caso o no, eso no es importante, insisto. Lo que hemos conseguido en España es que no se valore la preparación o las habilidades de gran parte de los trabajadores. El inmovilismo imperante de nuestro atascado mercado laboral, en el que un tipo entra en una empresa y no sale de allí en 30 años, independientemente de su aportación, es totalmente absurdo.
        Que las empresas intentarán dar a cada uno lo mínimo posible es normal cuando en cada oferta de trabajo hay mil candidatos por cada puesto ofertado. Pero también deberíamos asumir que el sistema favorece a los mayores en contra de los jóvenes y a los trabajadores en contra de los desempleados.
        ¿Qué sentido tiene prepararse más o menos si la masa laboral es inmóvil como un bloque de cemento por la sobreprotección de unos trabajadores de larga duración acomodados? ¿Cómo una empresa va a contratar a nadie si en unos años se va a convertir en un acomodado «indespedible»?

        • Epicureo dice:

          Lo que dices tiene sentido desde tu punto de vista. Pero el caso es que a mí no me gustaría vivir en un país donde fuera muy fácil despedir a un señor de 50 años con responsabilidades familiares para sustituirlo por un par de becarios. Y a tí seguramente tampoco, cuando seas mayor. A esa edad uno probablemente tiene muy dominado su puesto de trabajo, pero tendría muchas dificultades para adaptarse a otra cosa distinta, y más aún para cobrar menos trabajando más. Como sabes, en España a una persona de más de 45 años la mayoría de las ofertas de empleo ni la tienen en cuenta. Y me imagino que no defenderás la eutanasia a esas edades.

          El desempleo juvenil es una lacra tremenda, pero para solucionarlo lo que debe hacerse es crear empleo, no cambiar parados jóvenes por parados viejos. Lo de la competencia sin paliativos puede sonar muy bien cuando eres un joven con ganas de comerse el mundo, pero con el tiempo, salvo escasas excepciones, te das cuenta de que el mundo no es una dieta adecuada.

          La sociedad no puede estar hecha sólo para los jóvenes triunfadores y adictos al trabajo; los que prefieren conformarse con un trabajo estable, que les deje tiempo y tranquilidad para dedicarse a la familia y al ocio, también tienen derecho a la vida.

          Tampoco es que el sistema de seguridad actual sea perfecto; el contrato único que propone Politikon me parece mejor. Y si te fijas es un sistema que cuanto más veterano eres más te protege.

          • Bowers dice:

            Entiendo que tener hijos habrá que ponerlo en el CV a partir de ahora y que cuenta más que cualquier cualificación o cualquier tipo de habilidad. Entonces lo que hay que hacer no es estudiar y mejorar, sino reproducirse. Menos universidad y más follar. Cómica receta la tuya.

            Los jóvenes tienen derecho a pensar en que pueden comerse el mundo y acabar comiéndoselo. Para eso hay que premiar el talento y la preparación, obviamente. Criticas a los jóvenes por querer comerse el mundo al mismo tiempo que defiendes un mundo en el que nadie pueda comerse nada. Sospecho tus motivos. Y luego el envidioso era yo…

            Sí, aquellos que quieren hacer el vago en un trabajo estable tienen derecho a vivir, como tú dices, pero en peores condiciones económicas que los «jóvenes triunfadores adictos al trabajo», obviamente.
            Pero tú prefieres un mundo en el que, como decía al principio, el vago y torpe gane lo mismo que el brillante y trabajador. Deduzco en qué grupo te encuadras para defender tal cosa. En la URSS hubieras disfrutado la leche.

            • Epicureo dice:

              No sé si te has dado cuenta, pero si dejamos de reproducirnos para dedicarnos en exclusiva a estudiar y trabajar la humanidad no tiene mucho futuro.

              Por lo demás, ya que tan aficionado eres a estudiar y mejorar, necesitas un curso para aprender a leer. En ningún momento he defendido que todos ganen lo mismo ni que el talento no tenga que premiarse.

    • navarta dice:

      Ya que en tu entrada hablas de experiecias personales, me gustaria hacerte unas preguntas simples:

      – ¿Que nivel formativo tienen tus padres?. ¿Dónde trabajan?. ¿Que sueldo tienen?. ¿Cuanto tiempo llevan en la misma empresa?. ¿Qué nivel de capacidads crees que tienen ellos para desarrollar las funciones de su empleo?. ¿Quien y con qué ingresos ha pagado tu mágnifica formación?.

      Bueno, nada son solo cosillas que se me ocurren a raiz de tu comentario, minucias personales sin importancia que seguro no merecerán ni siquiera un arespuesta por tu parte.

  19. Maese Alcofribas dice:

    yo tengo otra anécdota personal, para complementar a la de Bowers, aunque no equivalente al tratarse de una empleada pública. Categoría laboral de bajo nivel, de cincuenta y pocos años, trasladada a un nuevo ambiente donde se le exigían habilidades informáticas mucho mayores de las que disponía. A pesar de la ayuda de los compañeros, mostraba muchas dificultades para aprender, se equivocaba continuamente. Una mujer honesta y trabajadora, buena persona y compañera. Tras un año y algo estaba tomando antidepresivos, con la autoestima totalmente destrozada. Como soy muy sensiblero se me quiere asomar una lagrimilla al recordarla. Finalmente logró un traslado, espero que consiguiese un sitio más adecuado a sus habilidades, si es que ese sitio existe en el mundo moderno supercompetitivo y tal.

    estoy harto del mantra de los vagos y maleantes

    como dice Epicureo «lo que debe hacerse es crear empleo, no cambiar parados jóvenes por parados viejos». Cierto, pero también es cierto que como nadie tiene ni puta idea de cómo hacer eso (espero que sólo sea eso, falta de ideas), pues en esas estamos. Si asumimos como dice Bowers que los jóvenes parados están en promedio mejor preparados que los insiders fósiles (aunque eso habría que verlo, que digo yo que la experiencia valdrá de algo, más allá de los vagos -que también habrá outsiders vagos, supongo-), esta segunda opción de cambiar unos parados por otros resultaría en mayor eficiencia y productividad para el país. Sin embargo, plantea un dilema ético importantísimo, pues estar en paro con 45 años es en general un drama mucho mayor que estarlo con 25 (ay, juventud, divino tesoro).

    muchas personas por lo que veo en estos últimos tiempos, tal vez atragantadas con lecturas randianas o simliares (LOL), responderían: ¿dilema ético? ¿drama? ¡¡¡vade retro, decimonónico!!!

    • PETER dice:

      En resumen, que a partir de los 45 te vuelves gilipollas y no eres capaz de aprender a usar un ordenador al nivel que te pueden exigir en un trabajo de la administración publica (que no es programar en c++ ni dominar matlab ni similares).

      Pero nos da mucha pena y hay que fomentarlo. Todos queremos sueldos de 2000 euros pero eso si, por aquí aun nadie se ha planteado algo que debe ser poco relevante: de donde coño sale el dinero para pagarlos.

      Al final va a ser que es mas indigesto Marx que Ayn Rand.

      • Maese Alcofribas dice:

        Muy mal resumen.

        Lo de esta mujer era solo una anécdota de la que no pueden extraerse conclusiones generales, lo mismo que de la anécdota que cuenta Bowers.

        Si tú quieres pensar que a los 45 años, con una cualificación baja o media-baja, uno puede hacerse ingeniero con ambición y esfuerzo, por favor, encárgame un unicornio de esos, que molan un montón. Busca los datos sobre las características y situación de los parados de más de 45 años y reflexiona.

        ¿Cobrar 2000 euros todo el mundo? Te has confundido de discusión

        Indigesto no sé, no lo pongo en duda. Pero en mediocridad intelectual, lo de Rand es difícil de superar. Si hubiese sido contemporánea de Nietzsche no le dura dos asaltos, literalmente. Se la come viva. El objetivismo viene a ser la versión mentirosa y patéticamente cobarde del porque-yo-lo-valgo. Quiere la selva, pero con jaguares sin colmillos y serpientes sin veneno.

        • Shine dice:

          El sábado estuve viendo como un niño de 4 años se bajaba, instalaba y utilizaba una aplicación en una tablet. Su padre a lo más que llega es a mandar cochinadas por el «guasa».

          Pues eso mismo.

        • PETER dice:

          Esto es, que hemos pasado de tener que aprender un poco de ofimatica en un año y medio a sacarse una ingenieria… ¿unicornios? ,¿nietzsche?; centrese maestro, centrese.

          • Maese Alcofribas dice:

            venga, Peter, yo me centro y tu te «descentras» del ejemplo que puse, que como dije era una anécdota complementaria a la de Bowers. Discutimos si favorecer el despido de los mayores de 45 años supone un dilema moral, dando por hecho que el concepto «dilema moral» tiene vigencia actualmente y no se trata de una reliquia conceptual decimonónica (hace poco Roger utilizó en un post la enigmática expresión «capricho moralista», me causa mucha curiosidad qué puede significar)

            http://www.fedeablogs.net/economia/?p=31563

            los parados mayores de 45 años lo tienen bastante crudo. Un 68% tiene la educación obligatoria o menos, y solo un 14% FP superior o estudios universitarios. Un 41 % lleva más de 2 años parado y un 59% más de un año. ¿Lo que quieres decir es que con un curso de ofimática se les abriran las puertas del empleo, por lo que no hay que preocuparse? en la realidad, no en el mundo de los unicornios, la mejora potencial en habilidades laborales de este grupo de bajo nivel educativo es muy reducida (lo que no quiere decir que no se deba intentar maximizarla)

            aclaro que yo no estoy en contra de disminuir la indemnización para los indefinidos, pero nunca retroactivamente, solo para los nuevos contratos

            • Shine dice:

              No querer favorecer el despido de mayores de 45 años y estar a favor de disminuir la indemnización para los indefinidos posiblemente sean términos contradictorios.

              • Maese Alcofribas dice:

                Hola, Shine

                bueno, no es exactamente lo mismo «no estar en contra» (radicalmente, debí añadir) que «estar a favor». Aunque pueda no parecerlo por mi estilo comunicativo aquí, soy de talante negociador y conciliador, y en una hipotética negociación para reducir la brecha precarios-indefinidos podría aceptar una bajada de la indemnización máxima (aunque reconozco que esto significa que puedo estar tragándome parte de la rueda de molino del «facilitar el despido mejorará el empleo»), pero siempre más cerca de los 45 que de los 20, y como digo no retroactivo. Aunque supongo que es muy posible que los partidarios del despido-cuanto-más-barato-mejor digan «bonito brindis al sol, la reducción que propones y no reducir nada es lo mismo, no tendrá efecto», y entonces se acabaría la negociación.

                supongo que esta postura igual te parece «blanda». Te aseguro que ante los partidarios de la flexiseguridad siempre me pongo alerta, porque creo que lo que les interesa es la flexi- (y proponen medidas claras e inmediatas para alcanzarla) y se la resbala la -seguridad (sobre la cual proponen cosas vagas y a futuro). Pero también pienso que no podemos estar toda la vida enfrentados, hay que discutir y negociar.

                un saludo

                • Shine dice:

                  Negociar y llegar a acuerdos suele ser lo razonable en la mayoría de los casos. En este asunto es posible que el punto intermedio acabe siendo el peor posible. El método para proteger al trabajador con mayor antigüedad frente a sus competidores suele ser la indemnización o el preaviso, debe ser porque hay evidencia de que son los primeros en desfilar por la puerta cuando hay problemas: son mayores, están peor formados, tienen sueldos más altos… A PETER y Bowers le dará un síncope, mientras que a otros les costará dilucidar dónde termina la competitividad y empieza el dumping.

                  Al final una indemnización por despido no deja de ser un «disuasor», que por suerte para unos y desgracia de otros funciona estupendamente. Es una multa y por lo tanto si no cumple su objetivo, deja de tener sentido. Es por ello que quizá los extremistas en este asunto sean los más acertados. Quizá la indemnización deba ser muy alta o no existir. Si se queda en medio puede acabar no cumpliendo su objetivo, no siendo más que un coste algo absurdo.

                  Luego cada uno comprará la opción que mejor le parezca, seguramente teniendo su parte de razón en el debate. Pero a mi gusto la peor opción es la del medio. Que si se elige es también respetable como será tu caso, pero con muchos promotores de los «contratos únicos» deja de serlo cuando existe hemeroteca que demuestra sus preferencias por los mercados laborales con indemnizaciones cero.

                  En resumen, si el modo de dificultar el despido de mayores de 45 es la indemnización por despido, si se reduce se está facilitando su despido… a no ser que mantengas la brecha. Y volvemos a la dualidad.

                  • Maese Alcofribas dice:

                    Pues probablemente tengas razón. Bueno, habría que ver si la cuantía de la indemnización se relaciona linealmente o no con la evitación de despidos, es decir, si la capacidad disuasoria disminuiría en el mismo grado que la indemnización o no. Pero sí, igual he pecado de «zapateril», pensando en una solución intermedia que no es posible o que resultaría contraproducente

                    saludos

  20. indignado dice:

    La cuestión de fondo de este artículo (y parece ser una cuestión recurrente del autor ), es la de la supuesta dualidad del mercado laboral. Según esta teoría el problema de fondo es la existencia de una diferenciación clara entre los trabajadores/as con contrato laboral fijo o indefinido ( insiders en su terminología) y los trabajadores/as con contrato laboral temporal, los cuales entran y salen continuamente del mercado laboral (outsiders dixit). Y yo me pregunto ¿de que supuesta dualidad se habla?. Con las reformas laborales culminadas con «exito» por el actual gobierno del PP, existe la posibilidad de despedir un trabajador con contrato indefinido, invocando, no ya perdidas por parte de una empresa, sino una simple previsión futura de disminución de ganancias en los proximos trimestres, reducciendo la indemnizacion a 20 dias de salario por año de servicio (y bajando…). Conclusión: ya no existe dualidad entre insiders y outsiders, ya somos todos outsiders, ergo…se acabó el problema.

    • Shine dice:

      Bueno, entre 20 días por año y 8 días en el mejor caso sigue habiendo una diferencia. Probablemente lo más divertido de quienes evangelizan sobre cómo crear empleo es que su principal caballo de batalla consiste en… facilitar los despidos. Es genial.

  21. navarta dice:

    Veo perfecto lo que muchos defienden por aquí, hijos jóvenes trabajando mucho y bien y padres mayores de 45 años torpes y desempleados mejorando su formación a costa de esos exitosos y trabajadores hijos.

    Erasmus para mayores de 45 años, con visitas termales ofcourse, salidas nocturnas a discotecas de baile agarrao pagadas con el sueldo de los hijos, masters en el extranjero para reciclar a papá y que encuentre un empleo, etc…

    Gastos médicos no cubiertos por las Seguridad Social pagados por los hijos, el nuevo coche de papá a costa del hijo, el iphone versión viejos torpes, etc…

    La verdad es que me gusta esta alternativa, espero vivir lo suficiente para ver ese mundo maravilloso para nosotros, los mayores de 45 años.

    • Maese Alcofribas dice:

      «Erasmus para mayores de 45 años, con visitas termales ofcourse, salidas nocturnas a discotecas de baile agarrao…»

      LOL

      a mí no me queda mucho para llegar a esa edad y no tengo hijos… ¿alguien quiere adoptarme como padre en reciclaje? prometo que me esforzaré y evitaré las discotecas de baile agarrao
      🙂

      • Teresa Cabarrush dice:

        Je,jejeje ¡ que comentario más simpático, Señor Maese Alcofribas!, ¡ por dios, si es que hay blogs más serios, que no admiten ni una sonrisa!, a ciertos Administradores les da un patatús y todo cuando existe simpatía en algunos comentarios, no se entiende, porque el Humor es signo de inteligencia.

        Saludos.

        • Maese Alcofribas dice:

          Hola, Teresa 🙂

          sí, reirse es una de las mejores cosas que hay y yo afortunadamente tengo un sentido del humor muy facilón, no es difícil hacerme reir. Y en los foros de internet hay gente muy pero que muy ingeniosa

          aunque entiendo que en foros como este, donde se tratan temas tan serios para nuestro país, a veces se calienten los ánimos o se utilice una ironía algo corrosiva, yo incluido.

          un abrazo

          http://www.youtube.com/watch?v=3sW3zoANMp4

          • Teresa Cabarrush dice:

            ¡Vive Dios, Señor Maese Alcofribas! ¿ qué música tan extraña me ha puesto Usted?, yo le recomendaría una de George Moustaki titulada » Le Meteque» subtitulada a ser posible y ya verá lo que es música.

            Sí es verdad que los blogs son serios, pero no implica que el hacer uso del buen humor o la simpatía a veces, pierda calidad el blog o las conversaciones, por supuesto que he leído participantes que han demostrado una maestría tanto en el contenido de lo expuesto unido a un gran ingenio creativo de humor, de todas maneras, personas muy brillantes tiran del buen Humor, no les resta ni profesionalidad ni Conocimientos, muy al contrario les hace geniales, aunque hay blogs como este que permite la seriedad junto a la simpatía, otros son demasiado serios y pierden cercanía y entusiasmo.

            Un saludo Cordial.

            • Maese Alcofribas dice:

              “¿qué música tan extraña me ha puesto Usted?”

              jajaja

              estimada Teresa, tutéame, por favor

              siempre me ha fascinado el porqué de los diferentes gustos musicales. Por qué me apasiona la música que me apasiona, y no soporto la música que no soporto. En el caso de la música clásica, por mucho que me obligo a escucharla, salvo las sonatas a piano de Chopin y Beethoven (y creo que Schubert), lo demás no logra conmover mi rockero corazón. Sí me ha gustado la canción de Moustaki

              Así a vuelapluma, no se me ocurre otro invento/descubrimiento humano que pueda calificarse de divino. Sólo la música

              http://www.youtube.com/watch?v=IGWSy1YnhNI
              http://www.youtube.com/watch?v=fdGHCPtw_xY

              Te deseo un 2014 lleno de felicidad

              • Teresa Cabarrush dice:

                Bueno, mi música puede causar cierto patatús a cierto administrador, ¿ quien sabe ?, jejejeje, es broma, Maese Alcofribas.

                La música si es divina, así es, recuerde Usted que nos indica muchas cosas de los pensamientos sociales de cada época como la arquitectura.

                La última canción tiene una melodía preciosa, dicen los maestros de música, que la técnica se puede aprender ¿ pero como se aprende la melodía ? ¿ qué es la melodía ?…algo que va más allá.

                Debo de decir, Gracias a todos los Editores-Administradores de este Blog y otros que siempre han respetado mis links últimos de música, para endulzar la vida.

                https://www.youtube.com/watch?v=8cIAjEQRdno

                Saludos afectuosos a todos.

  22. […] sólo tiene sentido si todos los trabajadores tienen un poder de negociación parecido, algo que el mercado laboral español es incapaz de ofrecer. En ocasiones, este “cártel” obrero acaba por excluir del mercado a grupos de […]

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