Economía

Del valor de una moneda y el problema con bitcoin

7 Ene, 2014 - - @egocrata

Un comentario recurrente en internet es que las monedas modernas, el dinero fiduciario, no están respaldadas por nada real o sólido. Desde el final del patrón oro, el dólar y el resto de divisas occidentales no están ancladas a un bien tangible, y los gobiernos y bancos centrales no tienen ningún control externo sobre cómo estas son gestionadas. Si Bernanke o Draghi quieren imprimir trillones de eurodólares en efectivo, pueden hacerlo, y nadie puede impedirlo. El valor de la moneda, la capacidad de compra del dinero que tenemos en nuestros bolsillos, está a merced de los caprichos de los bancos centrales y los políticos. Y eso, se supone, es malo.

Nunca he acabado de entender por qué es preferible tener el valor de nuestra moneda y la cantidad de dinero en circulación controlado por la cantidad de metales preciosos extraídos de la corteza terrestre en un momento determinado, pero  esta  idea que las monedas modernas no tienen nada respaldándolas es errónea. Estos días uno ya no puede reclamar 7,3 gramos de oro por cada libra esterlina en el Banco de Inglaterra, pero su valor no viene de su capacidad de ser convertida en una piedrecita brillante. Lo que da valor a la libra, y a cualquier otra moneda moderna, es que es el único instrumento reconocido por el gobierno británico como método válido para pagar impuestos.

¿Por qué es un dólar una moneda valiosa, entonces? Como dicen los americanos, por que está respaldado with the full faith and credit of the United States (completa fe y crédito de Estados Unidos). Un dólar es una deuda del gobierno americano con aquel que lo posea; el gobierno federal promete dar por bueno ese dólar para cerrar las obligaciones fiscales de un individuo con el estado. Estados Unidos no aceptará vacas, gallinas, cacahuetes o diamantes en bruto como instrumento de pago cuando recaudan impuestos; sólo aceptará dólares. Cuando la Reserva Federal imprime billetes y el Departamento de Tesoro los utiliza para pagar salarios, comprar tanques y dar prestaciones de desempleo a sus ciudadanos, entre otras cosas simplemente está emitiendo deuda que se compromete a aceptar más adelante.

Una moneda moderna, entonces, tiene un respaldo mucho más sólido que cualquier pila de lingotes decimónica. El dólar es valioso no porque el gobierno federal americano me vaya a dar oro a cambio de esos papelitos verdes, sino porque me va a aceptar esos papelitos verdes como pago de impuestos. Nos fiamos del dólar no por el volumen de reservas de oro en Fort Knox, sino porque en última distancia cada uno de esos papelitos verdes puede ser utilizado por los contribuyentes del país más poderoso de la tierra para saldar cuentas con el IRS. Mientras el mundo sea de la opinión que los taxpayers americanos generan suficiente riqueza como para necesitar dólares para pagar impuestos, el dólar será una moneda valiosa. En última instancia, el valor del euro, la libra y el resto de divisas se basa en la capacidad de sus economías de generar riqueza, y la necesidad de sus gobiernos de recaudar impuestos. Un poseedor de euros sabe que, en última instancia, el gobierno francés, alemán o italiano los aceptaran como pago de impuestos. Cualquier estado moderno no gobernado por mandriles, por supuesto, evitará destruir el valor de su propia moneda para evitar recaudar impuestos con papelitos inútiles.

El gran problema de las monedas virtuales como bitcoin es que su valor depende de su aceptación. Si yo compro un saco de bitcoins (es un decir), ahora mismo puedo utilizarlo para pagar por bienes y servicios, pero nada me garantiza que pasado mañana alguien este dispuesto a aceptar mi bits como algo valioso. No hay un emisor específico detrás de la moneda que vaya a aceptarla siempre, y no hay un ente casi inmortal con un monopolio de la violencia que pueda prometer que esos bits serán útiles para alguien en el futuro. El valor de un bitcoin depende únicamente de la cantidad de gente ahí fuera dispuesta a aceptarla como instrumento de pago. Dado que esa cantidad varía día a día según los caprichos reguladores de los gobiernos, periódicas catástrofes en sitios de intercambio, la cantidad de especuladores metiéndose en el invento a ver si sube y demás cambios ciclotímicos más o menos aleatorios, su viabilidad como moneda es dudosa.

Los defensores de bitcoin insisten que el valor de la moneda se basa en que es un recurso limitado y predecible; es valioso de la misma manera que los dominios de internet o las direcciones IP son valiosas. Eso sería cierto si sólo pudiera existir una moneda virtual, pero ese no es el caso. Las barreras a la entrada son minúsculas, y basta con ver la proliferación de competidores para entender que la oferta de bits cuidadosamente encriptados  es infinita.

Es posible que los efectos de red hagan que bitcoin o una moneda virtual específica sea dominante, pero entonces nos enfrentamos a depender de una divisa increíblemente deflacionaria que será pasto de ciclos especulativos constantes y volatilidad extrema. Como más gente utilice bitcoins, más subirá el precio; esto atraerá especuladores, invirtiendo para aprovechar esa subida; el precio se dispara, todo el mundo empezará a acumular sin utilizar bitcoins para nada («el bitcoin siempre sube») hasta que revienta la burbuja, el precio se desploma, y retomamos el ciclo. Los efectos de red, en este caso, refuerzan los defectos de una moneda virtual con oferta fija y finita.

Si bitcoin tiene alguna virtud, siendo generosos, es como un instrumento de pago alternativo, evitando las comisiones y semimonopolios de Visa y el resto de intermediarios en el sistema financiero. Es un sector de la economía que a menudo actúa como una élite extractiva, y no le iría mal tener cierta competencia. Un instrumento de pago, sin embargo, necesita reducir los costes de transacción para para ser eficaz, y bitcoin fracasa en este aspecto. Primero, sigue siendo complicado de utilizar. Segundo, cuando el valor de la «moneda» oscila salvajemente cada hora es muy complicado hacer transacciones con criterio. Tercero, los intermediarios financieros cumplen a menudo un papel de resolución de conflictos que bitcoin no es capaz de cumplir, dejando a las dos partes abiertas a fraude, impagos o transacciones disputadas.

Mal que nos pese, pero una moneda necesita del respaldo de un estado. Sin un «comprador de último recurso» que puede hacer un instrumento de pago abstracto útil y líquido, una moneda puede ser útil un rato, pero no es realmente estable. El hecho que incluso las divisas estatales, respaldadas por el esfuerzo de millones de personas y el poder coercitivo de una burocracia para poder extraer recursos de ellas, puedan a veces implosionar espectacularmente debería ser una pista sobre lo complicado que es mantener este invento. Si queréis un bien fijo, limitado, respaldado por algo inamovible y sólido dejad las bitcoins y el oro, y comprad un solar en el centro de Madrid. Sólo tenemos un planeta, al fin y al cabo.

Hasta que lleguemos a Marte, claro, y la oferta de terrenitos edificables vuelva a aumentar.


50 comentarios

  1. Josei dice:

    » […]sino porque en última distancia cada uno de esos papelitos verdes puede ser utilizado[…]»

    Será instancia, no distancia.

    Ya en el tema en sí, pues ciertamente, hace tiempo que se ve como la especulación «bursátil» (como metáfora) está haciendo estragos con el bitcoin. A ver cuándo tardan en salir los que llaman tontos a los que no han comprado bitcoins.

    • Josei dice:

      Perdón por el auto comentario, pero, habiendo sido quisquilloso con lo de «distancia», no me puedo perdonar que en mi última frase no salga «cuánto» en vez de «cuándo».

      Muchas gracias.

  2. carlos dice:

    Genial artículo. El pequeño detalle de que el dinero fiat es el único que te acepta un gobierno parece que se los olvida a muchos pro-oro y pro-bitcoin. Como si fuera un detalle menor.

    Con el tiempo veo cada vez más absurdas las alternativas al dinero fiat:

    -oro: nos gastamos una cantidad ridículamente elevada de energía y recursos en minería del oro, dejando por el camino un reguero de problemas medioambientales y de todo tipo. Todo ello para sacar de la tierra un oro que … volveremos a meter bajo la tierra en el sótano de un banco. Absurdo.

    -bitcoin: nos gastamos una cantidad ridículamente elevada de energía y recursos (los montajes de PCs que están haciendo son simplemente surrealistas) para acabar obteniendo … nada tangible y que mañana puede que no tenga ningún valor.

    Etc. Si el dinero fiat es absurdo más absurdas son las alternativas.

    • Atlas dice:

      Se les olvida porque la mayoría de los que defienden bitcoin y demás criaturas son libertarios, minarquistas, anarcocapitalistas y demás fauna antigubernamental. Siguiendo su ideología, defender bitcoin les beneficia.

    • Pepe dice:

      Y no gastamos una cantidad elevada de energía en mantener sucursales, camaras acorazadas, furgones, cajeros, tpv, etc…. hacemos el calculo a ver donde se gasta más?

      Te recuerdo que el bce mantiene un backup de todas las cuantas europeas y en lo que ocupa una canción de mp3 de 5 min está guardado todo el dinero de europa, es segun tu no es virtual?

      El dinero fiat es IMPUESTO, y el artículo lo pone como una virtud. El bitcoin es VOLUNTARIO, y nadie se cambiaría si no fuera mucho, pero mucho mejor que lo que tenemos ahora.

      Si vivieras en Argentina con una inflación del 20% anual tb dirias que lo genial es que puedes pagar impuestos? aquí como solo es del 2% no nos damos cuenta.

  3. Elrohir dice:

    Obviamente no me veo mañana pagando el pan con bitcoin, pero me gustaría apuntar que casi todos los argumentos arriba se basan en la premisa de dejar que un tercero asuma riesgos por nosotros (El estado nos garantiza la compra de la moneda, el intermediario de pago nos ofrece garantias frente a fraude, etc…) Supongo que este es el motivo por que bitcoin triunfa en ciertos círculos donde normalmente hay suficiente riqueza para hacer apuestas arriesgadas y donde se suele ver a la seguridad del estado como algo negativo. En otras palabras, bitcoin más que una moneda es algún tipo de producto financiero complejo que puede ser útil o peligroso para un inversor experto, y como poco algo inútil para un abuelo de Ourense que quiere guardar su pensión en sitio seguro.

  4. Jesús dice:

    ¿Cómo tributa una transacción en bitcoins? Entiendo la posición de este artículo en el sentido de que el valor de una moneda está en el respaldo de un estado (fiable y suficientemente poderoso) y el el hecho de ser el medio de pago de impuestos. Pero me pregunto si podría existir un incentivo al uso de monedas no respaldadas por estados basado precisamente en evitar el pago de impuestos.

  5. José Luis Fernández dice:

    Yo lo que no entiendo es por qué suponer incluso que una moneda que represente cierta cantidad de un mineral tiene un valor más seguro. Yo no le doy ningún valor al oro: No me gustan las joyas ni utilizo el oro para nada, por lo tanto, para mí, usar el oro como referencia es indistinto a usar papel moneda.

    Vincular una moneda a un metal «precioso» es cambiar de sitio la ubicación subjetiva del valor: en lugar de dotar de valor por sí mismo al papel moneda se lo asignamos a un mineral que tiene un valor sólo porque se lo asignamos. Asignación que puede cambiar y, por tanto, el valor asignado es también volátil y subjetivo.

  6. dpcereza dice:

    Para abundar en la misma línea de análisis es una delicia leer a Graeber «Debt, the first 5000 years» y dejarse llevar por su torrente de intuiciones analíticas y comparaciones etnográficas. La base es la misma que la propuesta por Roger, que el dinero es un pagaré de deuda aceptado por los Estados, pero la usa de caleidoscopio para una exploración histórica de las bases de las sociedades modernas.
    La base del libro es que falacia de todas las introducciones a la economía, de que el dinero surgiría de los problemas prácticos del trueque, se deshace como un azucarillo, ya que nunca hubo una sociedad de intercambios generalizados sin Estado. La historia de la economía como espacio de intercambio sería algo muy distinto, mucho más dependiente de los Estados en la transición al neolítico. Los Estados son los que crean la moneda, monetarizan las economías al pedir los impuestos en moneda acuñada por ellos mismos, y crean un mundo nuevo, en el que el estado, la deuda y el pecado nacen entrelazados, combinando las condiciones para las grandes civilizaciones modernas…

  7. Francisco dice:

    El artículo es totalmente parcial, se crítica que el bitcoin es «divisa increíblemente deflacionaria», pero no hay ninguna referencia a la inflación a la que están sujetas las monedas fiat.

    • encovert dice:

      Este artículo es fantástico, pero no lo puede abarcar todo.
      Para lo de la inflación esta la Teoría Monetaria Moderna ( L. Randall Wray, Steve Keen, Stephanie Kelton) . Para ellos, aunque consideran que la inflación se origina en el sector real y no tiene un origen monetario, y proponen utilizar los impuestos para retirar el exceso de moneda si se piensa que produce inflación.

      Para entender la Teoría Monetaria Moderna con ejemplos prácticos y yendo al grano en un lenguaje accesible : http://t.co/dJHKnXgC9o Warren Mosler.The 7 Deadly Innocent Frauds of Economic Policy ( descarga gratuita desde la web del autor).

      Aquí una charla de Jorge Amar, economista de Attac y un texto resumen: http://t.co/3dK6N5J6MD

      Si se dispone de mas tiempo: Understanding Modern Money:The Key to Full Employment and Price Stability , de L. Randall Wray

      Y se se dispone de mucho tiempo, la monumental Debt, de David Graebber, que es el único libro que cito que está disponible en Español: «En deuda»

  8. Javi dice:

    Como explica Javi G. Jorrín en este artículo (http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/5387243/12/13/Bitcoin-una-revolucion-en-las-garras-de-los-especuladores.html) el bitcoin es una idea genial que ha caído en manos de los especuladores.

  9. PaulJBis dice:

    Sólo quería apuntar que lo que Roger considera como gran ventaja de las monedas fiat (que los Estados las aceptan para pagar impuestos) es algo irrelevante para los entusiastas del bitcoin, ya que la mayoría de ellos son minarquistas / anarcocapitalistas para los que los impuestos no deberían existir para empezar.

    Vamos, que para ellos esta característica «no es un bug, es una feature», y va unida a toda la agenda política implícita en el diseño del bitcoin.

  10. horazal dice:

    No se olviden de que el dinero fiat es una invención del hombre al igual que lo es el bitcoin. Se inventa la moneda para que sirva de herramienta de intercambio de productos/servicios y sí, para pagar impuestos. Para pagar impuestos siempre que queramos vivir en un sociedad donde todos aporten parte de la riqueza para obtener beneficios comunes que difícilmente podríamos disfrutar costeandolos individualmente. Mi salario al menos no llega para pagar una autopista Madrid-Barcelona. Y si no te gusta esa sociedad no pagues impuestos, pero entonces acepta no recibir una pensión o paga por viajar por la autopista Madrid-Barcelona a la que no has contribuido.

    Creo en el bitcoin para liberarnos de ciertos costes que la oligarquía bancaria nos impone y aceptamos porque es lo único que conocemos. Creo en el bitcoin pero creo que para que llegue a realidad primero debería encontrarse una solución a la evasión de impuestos mediante moneda digital. El problema es que a muchos usuarios, lo que les atrae de esta moneda es precisamente la evasión de impuestos. Esas personas olvidan los servicios que disfrutan y que con nuestros impuestos se costean.

    • heathcliff dice:

      El oportunismo es tan viejo como el deseo de acostarse con la mujer de otro y que otro mantenga a tus hijos…

      La idea, por supuesto, es disfrutar esos servicios y que otros los paguen.

    • Hector dice:

      De lo que usted no se da cuenta es que con los impuestos no se pagan las autopistas (o el servicio que sea), sino que lo que se paga es el interes de la deuda que ha dejado el estado para hacer esa autopista mientras todo el mundo da palmas.

  11. Jorge dice:

    Bueno, realmente el dinero fiduciario no basa su valor en que es aceptado por los gobiernos, sino en que es aceptado como medio de intercambio por otros agentes economicos. El hecho de que el gobierno acepte la moneda solo significa que el agente economico por excelencia (40-60% de peso en la economia) lo acepta y eso inclina la balanza a su favor. En argentina pre-corralito (ahora la verdad no lo se) se usaba el dolar como moneda corriente y nadie pagaba impuestos en dolares.

    De ahi a asumir que el oro es una reliquia inutil (barbara) solo admirado por magufos o que el imprimir papelitos sin ton ni son no afecta a la economia en absoluto es ignorar 4000 años de historia economica y pensar, aqui tambien, que «esta vez es diferente».

    Y no, no tengo bitcoins, ni los tendré, pero es curioso que haya tanta gente que vea claro el estropicio que puede salir de ahi, pero piensen que los QEs son lo mas y que la bolsa esta en maximos porque la economia va muy bien.

  12. […] Del valor de una moneda y el problema con bitcoin […]

  13. mak dice:

    «No hay un emisor específico detrás de la moneda que vaya a aceptarla siempre, y no hay un ente casi inmortal con un monopolio de la violencia que pueda prometer que esos bits serán útiles para alguien en el futuro.»

    Eso es lo unico que da valor a la moneda del estado, que tiene el monopolio de la violencia y la ley de curso legal/curso forzoso. No es solo que el estado acepte el euro como pago de impuestos, sino que obliga a todo ciudadano tambien a aceptarlo como pago, y sino pues, el estado usara la violencia.

    «El gran problema de las monedas virtuales como bitcoin es que su valor depende de su aceptación.»

    piensa un momento detenidamente, el gran problema de bitcoin es la aceptación? Vemos que bitcoin no tiene un estado detrás que utilize la violencia para que se acepte su moneda. Entonces la gente que la acepta, la acepta LIBREMENTE. el estado en cambio tiene que OBLIGAR a los ciudadanos a usar su moneda, es que realmente si quitaran las leyes de curso legal y curso forzoso la gente dejaria de usar la moneda del estado. El problema real de aceptación lo tiene la moneda estatal que tiene que ir usando la violencia para que la gente use su dinero, y bitcoin no!
    Piensa un poco, ¿quien tiene problema de aceptacion? quien tiene que aceptarlo a punta de pistola o quien lo acepta libremente?

    vamos es otra forma de ver las cosas, ya se que la mayoria no entenderan y seguiran con lo suyo pero almenos lo he intentado.

    «Y si no te gusta esa sociedad no pagues impuestos, pero entonces acepta no recibir una pensión o paga por viajar por la autopista Madrid-Barcelona a la que no has contribuido.»

    Pues para mi seria una idea genial! no pagar impuestos y no recibir ninguna ayuda del gobierno, y poder contratar esos servicios que ofrece el gobierno a empresas privadas con lo que me ahorro en impuestos. seguro puedo pagar todos esos servicios por otros medios. Pero el estado no da esta opcion? porque será? igual es que en si mismo es un monopolio de la violencia y sus miembros sacan jugosos beneficios de este monopolio.

    • Josei dice:

      Creo que no has entendido el concepto de garantía ni de seguro. El monopolio de la violencia solo es uno de tantos medios para garantizar y asegurar la validez de la moneda fiduciaria, no de coacción caciquista.

      Si ahora todo el mundo decidiera, por sí mismo, que nunca, jamás de los jamases, aceptaría bitcoins, ésta no valdría un pimiento y todo el que tuviera miles de bitcoins comprados por grandes sumas de dólares/euros/etc acabaría en la ruina. En cambio, la moneda del Estado siempre, repito, siempre será aceptada por éste, aunque nadie más en el mundo la acepte.

      Como dice Roger al final, puede que haya una inflación galopante que haga reducir el valor de la moneda estatal, o incluso una guerra civil donde de repente cambien de tipo, pero por lo menos esos son casos aislados o pasajeros. El bitcoin tiene oscilaciones de valor brutales que la hacen inviable para transacciones económicas duraderas en el tiempo.

      • mak dice:

        «Si ahora todo el mundo decidiera, por sí mismo, que nunca, jamás de los jamases, aceptaría bitcoins, ésta no valdría un pimiento y todo el que tuviera miles de bitcoins comprados por grandes sumas de dólares/euros/etc acabaría en la ruina.»

        Tu te das cuenta que ese argumento sirve para todo?, si mañana todos los funcionarios del gobierno y personas que pagan sus impuestos decidieran que el estado no sirve de nada y que no van a seguir siendo ni funcionarios ni pagar impuestos, pues el estado se derrumbaria y el dinero de curso legal no serviria para nada. O si mañana hay una invasion extraterrtre y destruyen los estados y crean un nuevo dinero, tambien podria pasar puestos al caso. Pero ahora enserio, cual es la probabilidad de que el dia de mañana ya nadie use bitcoins? y cual es la probabilidad de que el dia de mañana nadie quiera usar dinero del estado? seria un interesante estudio.

        «En cambio, la moneda del Estado siempre, repito, siempre será aceptada por éste, aunque nadie más en el mundo la acepte.»

        No sé si no lo entiendes o que pasa. No se trata de que el estado siempre va a aceptar la moneda estatal. Es que los ciudadanos tambien estan obligados a aceptarla. por lo tanto nunca se dara el caso de que «el estado aceptara la moneda aunque nadie mas en el mundo la acepte» porque obviamente habra gente dentro de ese estado y por las leyes de curso legal y curso forzoso también estan obligados a aceptarla como medio de pago. como se dice mas arriba «realmente el dinero fiduciario no basa su valor en que es aceptado por los gobiernos, sino en que es aceptado como medio de intercambio por otros agentes economicos. » Porque si el dinero del estado realmente solo valiera para pagar impuestos, te aseguro que los ciudadanos comprariamos/venderiamos y ahorrariamos en otra moneda y luego cambiariamos esta por la del estado para pagar impuestos, pero no es asi, y el truco esta en que el ciudadano tambien esta obligado a aceptarla como medio de pago.

        • Josei dice:

          Para la primera parte, pondría la mano en el fuego que la probabilidad de dejar de usar bitcoins es muy superior a la de que todos los funcionarios dejaran el trabajo a la vez o a un apocalipsis alienígena. Tan superior que lo segundo y tercero son un error estadístico en comparación a lo primero.

          Para la segunda parte, estamos de acuerdo en que el monopolio de la violencia es una forma de garantizar el uso de la moneda estatal (curso legal y curso forzoso están respaldados por el monopolio de la violencia), pero sólo es un medio y no la razón principal y única. El seguro está ahí, y el fraude en bitcoins no va a ser perseguido.

  14. tiotan dice:

    Los videoclubs también fueron un gran negocio hasta que apareció internet y sus descargas a alta velocidad… y la televisión a la carta ya está aquí…

    Las cosas cambian y los que se quedan mirando sin preveer movimientos igual son los más felices, pues no hay que olvidar que la felicidad la hace la sencillez, pero no hay que criticar tanto al que se arriesga en ello, pues el cambio SIEMPRE llega.

    No hay nada más que preguntar a los banqueros por bitcoin, nadie sabe nada, pero además de verdad, y ya se sabe quién es el último en enterarse de que le están empezando a poner cuernos…

    La gente está cansada de los bancos, de Visa, de la inflación, de las comisiones… y la gente es mucha gente, el planeta es muy grande, no olvidemos que esto afecta a nivel mundial… no es fácil pensar tan ampliamente ni preveer bien hacia donde va a ir tan diferentes sociedades, unas los prohibirán, otras las permitirán, otras les pondrán un iva para que se muera… pero la globalización cada vez es mayor y la confianza de la gente en las monedas virtuales cada vez va a ser mayor. Bitcoin igual tiene defectos pero se van a ir mejorando sin lugar a dudas.

    Aconsejo mirarse la moneda de cambio «ripple» (xrp) en http://www.ripple.com, para conseguirlas hay que trabajar para la WCG, se gasta energía de tu PC pero va directamente a proyectos científicos (cancer, sida, eficiencia energética…)… no todo es gastar minando, hay formas inteligentes de mejorar, esto de las monedas virtuales es sólo la punta del iceberg.

    Humilde opinión

  15. Alekos dice:

    La argumentación se me queda a medias mientras no consiga convencerme de que es lícito que el poder adquisitivo de mi dinero dependa de la actuación de un comité central. Además abre la puerta a una política antidemocrática: el gobierno puede, en vez de aprobar los impuestos en el Parlamento, financiarse emitiendo moneda y por tanto devaluando la capacidad adquisitiva de mis unidades monetarias.

    • Alatriste dice:

      En primer lugar es una ilusión infantil pensar que el poder adquisitivo del dinero puede ser «fijado» de modo que permanezca inalterable durante un periodo prolongado, y no digamos si hablamos de fijarlo para siempre. No solo porque la cantidad de dinero existente cambia constantemente, tanto si usamos discos metálicos amarillos como si usamos papeles verdes impresos, sino también porque si no variase eso mismo haría que su valor cambiase.

      El bitcoin es el ejemplo perfecto: el rango disponible es fijo. Es imposible que su cantidad supere un cierto número (para ser exactos, 21.000.000 de ellos). Si usáramos bitcoins dos factores, uno que cada vez haría falta más esfuerzo, más energía y más recursos de computación para crear uno, y otro que el stock de riqueza mundial aumenta todos los días gracias al trabajo de todos, implicaría que serían cada vez más valiosos… provocando una deflación desastrosa, dicho sea de paso; pero ese es otro tema.

      En segundo lugar, y dejando de lado que usar el término «comité central» para referirse a los organismos que intentar controlar la inflación existente resulta hilarante (si en ciertos edificios de Frankfurt y Washington hay salas de reunión decoradas con banderas rojas, hoces y martillos las tienen pero que muy bien escondidas), el hecho es que organismos como el ECB y la Fed están manteniendo la inflación en niveles realmente bajos. Probablemente, demasiado bajos.

      Y en tercero, eso de que «puede, en vez de aprobar los impuestos en el Parlamento, financiarse emitiendo moneda» es justo lo que el gobierno _NO_ _PUEDE_ hacer. Los bancos centrales son organismos independientes precisamente para que eso sea imposible. Para fijarnos en el euro, solo Mario Draghi y sus colegas de la dirección del ECB pueden decidir cuántos euros emitir. Los gobiernos pueden intentar persuadirlos, pero la decisión es suya y en no pocas ocasiones hasta Alemania ha quedado bastante descontenta con sus decisiones.

      • PETER dice:

        Creo que no has acertado en ninguno de los tres puntos

        • Alatriste dice:

          Como dicen en las pelis «Este es un país libre».

          Es decir, eres libre para pensar lo que quieras. Pero si quieres convencerme a mí, o a los demás visitantes de Politikon, de que estoy errado… pues entonces vas a necesitar algo más que decirlo.

  16. Norberto dice:

    Un terrenito en el centro de Madrid?
    Eso será cuando vuelva la burbuja; así que siéntate a esperar. Por ahora son invendibles…al precio que esperas obtener, claro.
    Fuera del centro, valor=cero.

  17. Jorge dice:

    Estoy en acuerdo con el artículo, no obstante los bancos están muy preocupados porque saben que gigantes como Google o Amazon van a sacar sus propios medios de pago. Y esto amigos, independientemente de su cotización, si va a funcionar.

    Un saludo

    • Josei dice:

      ¿Pero hablas de métodos de transacción o de moneda (currency)? Si es lo segundo, puede ser interesante aunque tan efímero como el bitcoin.

  18. ignacio dice:

    Para mi gusto uno de los aspectos más revolucionarios de las monedas virtuales, es que proveen un sistema distribuido de contabilidad para evitar que se gaste la misma unidad dos veces, hasta ahora eso es un proceso complejo que llevan a cabo bancos y estados.
    Yo separaría los defectos del Bitcoin como moneda virtual específica de las ventajas que pueden aportar las monedas virtuales, de forma genérica. Por ejemplo, no veo a priori por qué un estado no podría usar una moneda virtual.

  19. Uno que pasa dice:

    Muchísima confianza.

    El Estado poseedor de tal moneda puede declararse en quiebra y mandar a tomar por culo su economía si así lo desea. Nada impide que mañana El Moreno diga que a tomar por culo (‘grosso modo’) el dólar y que a partir de mañana sólo se aceptarán NeoDólares para pagar el IRS.

    El valor de una moneda lo establece el valor que sus usuarios (las personas) le dan. Si prefiero vender mi coche por 5 bitcoins que por USD 10.000, ¿qué?

    Las monedas virtuales son la versión moderna de un Estado limitado por la propia naturaleza. Vamos, lo que se cargó Nixon.

    • Epicureo dice:

      ¿El bitcoin es naturaleza? En todo caso, paranoia antiestatalista (o una broma de hackers, que todo puede ser).

      • Josei dice:

        Sería hilarante que al final todo fuera una conspiración judeo-masónica-hacker para dar por saco a la gente que ha comprado bitcoins.

  20. Frost dice:

    Buen artículo, Roger, pero por una vez no estamos de acuerdo. Te recomendaría (y se lo recomiendo a todos los lectores y/o comentaristas interesados en el tema) leer «The End of money», de David Wolman.
    http://www.david-wolman.com/p/books_16.html

    Hace tiempo reseñé este libro en mi blog. A pesar de que no pretendo colocar a Wolman como autoridad en política monetaria (no lo es, ni lo pretende); el libro sí ofrece una interesante perspectiva de cómo el papel del Estado como garante de la moneda, al menos en formato físico, es más complicado y costoso de lo que creemos. No en vano Suecia está estudiando eliminar la moneda física de circulación, ya que suponen menos del 3% de sus transacciones. La última vez que estuve en Estocolmo, ya ni siquiera el metro se pagaba con moneda física. Eso fue hace más de un año.

    Por su parte, es en los países emergentes, más que en las economías consolidadas de occidente, donde más interés existe en monedas virtuales como el bitcoin. La razón es simple: pongamos un Estado que suma las siguientes condiciones:
    -Baja seguridad a nivel de calle en cuanto a carteristas y robos de oportunidad.
    -Un Estado que actúa en la práctica como un paraíso fiscal ya que apenas un puñado de ciudadanos paga impuestos más allá que de forma simbólica (una persona con un salario medio unas cinco veces por encima del salario mínimo -de unos 300 euros- paga unos 6 euros al año en IRPF).
    -Un sector financiero bien desarrollado y regulado, aunque pone importantes barreras de entrada para la apertura de cuentas bancarias y el otorgamiento de tarjetas de débito, para evitar la entrada de dinero negro en el sistema.
    -Una población que acepta y usa de forma masiva la telefonía móvil.

    Ante esta situación, no te extrañe que más de uno y de dos habitantes de este país prefiera que le paguen en una moneda virtual (bitcoins, o una suerte de moneda virtual que recientemente ha aparecido), que permita realizar y trazar las transacciones de forma transparente simplemente con su conexión a Internet. En el libro se mencionan las iniciativas de Nigeria e India en este sentido, pero Latinoamérica parece que será el lugar donde las monedas virtuales alcancen auténtica fuerza.

    Estas monedas virtuales son iniciativa de empresas de telefonía, pero tienen una cantidad de usuarios y una aceptación similar a la de un Estado. Sí, les falta el monopolio de la violencia, pero no lo necesitan.

    La conclusión es que cuando un Estado no reclama una moneda como medio de pago para el pago de impuestos, porque tales impuestos no existen, la única fuerza de la moneda es como medio de pago. Y si una moneda virtual se vuelve más segura que la moneda física, por mucho que no la emita un Estado, no te quepa duda que terminará por imponerse. Puede que las economías occidentales se resistan porque no existen los mismo problemas que en el sur pobre, pero las economías en desarrollo representan a la mayor parte de la humanidad y si los Estados no satisfacen sus necesidades, alguien lo hará.

  21. davidm dice:

    «Cualquier estado moderno no gobernado por mandriles, por supuesto, evitará destruir el valor de su propia moneda para evitar recaudar impuestos con papelitos inútiles.»

    Me olvidaba de que en Politikon el Quantitative Easing de la Fed es un modelo de osadía exitosa para salir de la crisis, y no precisamente la destrucción del valor del dólar a manos de mandriles (efectiva en cuanto explote la burbuja bursátil que ha sido el único «beneficio» de tal QE).

  22. […] Del valor de una moneda y el problema con bitcoin, de Roger Senserrich […]

  23. Hmmmm dice:

    Muchos de los defectos que ves en el Bitcoin también los tiene el dinero «oficial», no lo llamo fiat por que al fin y al cabo tanto el dolar como el Bitcoin son dinero fiat. Las principales diferencias entre ambas son:

    La emisión el dinero oficial es creado por los bancos centrales y el Bitcoin es creado automáticamente por un algoritmo matemática.

    La masa monetaria total, la del dinero oficial es infinita y el Bitcoin finito, creo recordar que el tope ronda en los 21 millones y admite una fracción de 3 digitos.

    Creo que es una equivocación pensar que el bitcoin llega para desplazar al «dinero oficial», cuando el mundo virtual a lo que ha venido es a completar al real y trae con ventajas y nuevos paradigmas Pero cuidado con valorar a la ligera este tipo de fenómenos como por ejemplo ha pasado con los productores de contenidos en medios físicos, que no supieron ver el alcance que tendría el web y el intercambio de ficheros y cuando se dieron cuenta ya tenían encima un problema enorme para sus intereses.

    En cuanto a la aceptación de monedas no es mejor el «dinero oficial» que el bitcoin porque sí ni al contrario, tiene bastate que ver con las circunstancias del momento ya pudimos comprobar el canje en bitcoins que hicieron los chipriotas en su corralito en 2013, a muchos en ese momento les pareció más ventajoso deshacerse de unos euros y cambiarlos por bitcoins.

    Por otro lado al igual que el «dinero oficial» garantizado por la posibilidad de violencia legal por parte del estado, el bitcoin tiene otro tipo de atractivos aunque no se garanticen de la misma forma, que es su capacidad para realizar transacciones sin dejar rastro, la evasión de impuestos…

    Criticando otros argumentos explicados en el artículo, no, el bitcoin no consume más energía que el proceso de acuñar monedas y emitir billetes desde que los materiales son extraidos de la tierra hasta que llegan a la calle, añadiendo a estos el transporte después de haber sido puestos en circulación, (no es muy raro ver blindados). Ambos tipos de dinero están sometidos a especulación, en España a nivel popular podemos recordar recientemente la contratación de hipotecas en yenes. El respaldo que le pueda dar el estado al dinero oficial puede ser como el que tiene ahora el dolar del gobierno americano o como el que tenía el marco después de la PGM.

    Defectos que tiene el bitcoin es la cuestión de la seguridad, en un futuro se podría romper la encriptación si se descubre alguna vulnerabilidad y llegar a no valer nada en poco tiempo. Y el hackeo a cuentas o casas de cambio como ya ha pasado, estos hechos en estos momentos repercuten en forma de fluctuaciones a la baja importantes.

    Pienso que la forma de enfocar la comparativo como el bitcoin vs «dinero oficial» es un error, ya que el bitcoin y las demás monedas virtuales que surjan vienen a llenar huecos en los que el «dinero oficial» no puede satisfacer. Pero si lo que se pretendía era generar polémica, pues me hubiera gustado que hubiera sido mas trabajado.

  24. Jaime dice:

    Es un error hacer cualquier valoración de Bitcoin basándose en que es una moneda especulativa o con alta volatilidad. Ambas cosas son circunstanciales y demuestra que no se conoce qué es Bitcoin. Fundamentalmente es una tecnología, la primara vez que podemos tener una base de datos distribuida con un contenido consensuado y seguro. Sólo eso ya es un avante tecnológico de conseceuncias todavía inimaginables. Todo lo que se especifica en el protocolo puede evolucionar con el consenso de la mayoría, por lo que además está preparado para evolucionar y sobrevivir a sus amenazas. El carácter deflacionario es otra cosa, se podrá preferir o no a un sistema inflacionista, para eso ya tenemos muchas teorías sobre qué es mejor o peor. Yo personalmente prefiero que mis ahorros no se devalúen a criterio de cualquier imbécil. En cuanto a su valor intrínseco, ya se ha hablado mucho, pero en definitiva dependerá de su aceptación, por cierto cada vez mayor y creciendo a un ritmo como nunca lo ha hecho antes ninguna otra tecnología. Simplemente estamos ante una tecnología que permite hacer cosas que antes no podíamos. Eso, nos guste más o menos, ya no tiene vuelta atrás. La pena es que también en esto vamos a ir retrasados en comparación con el resto por culpa de nuestras miserias políticas. Seguimos siendo un país de perros hambrientos… siempre pendientes de lo que dirá el amo.

    • Pepe dice:

      Es imposible que hagas ver a esta gente que es una tecnología. Tienen en su mente la divisa y el oro y de ahí no los saques.

      No se dan cuenta de que bitcoin es como internet, una red que está ahí funcionando y que cualquiera puede accedera a ella para transferir valor, de una manera muy sencilla. Bitcoin solo es la unidad de esa red.

      Solo se darán cuenta el día que uso sea tan grande que no tengan más remedio que aprenderlo. Luego dirán, quien lo hubiera sabido…

  25. Excelente post Roger. Enhorabuena. Para aquellos que quieran profundizar más en el concepto recomiendo el libro 7 deadly sins de Warren Mosler, y el blog New Economics Perspectives sobre teoría monetaria moderna.

  26. […] en la escasez y en la confianza, las monedas de curso legal son las únicas que se pueden usar para el pago de impuestos. Es decir, los Estados siguen teniendo un arma muy importante para la defensa de sus divisas. Aquí […]

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