Economía

Recordatorio: redistribuímos poco y mal

28 Nov, 2013 - - @egocrata

Una de las cosas que un sector de la izquierda española parece no querer entender es que nuestro estado de bienestar merece ser reformado de arriba a abajo. Esto no es porque gastemos demasiado, los servicios sociales nos estén convirtiendo en una pila de vagos o porque sea hora de privatizarlo todo, sino por algo mucho más sencillo: a la hora de redistribuir renta, lo hacemos francamente mal.

Echad un vistazo a este gráfico (vía) detallando el porcentaje de reducción de la desigualdad en varios países de la OCDE tras impuestos y transferencias:

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De todos los países desarrollados el que menos redistribuye es, como era de esperar, Estados Unidos. Israel está cerca; Canadá y Australia un poco mejores, pero no por mucho, aunque ambos tienen un nivel de gasto público modesto. El siguiente país en la lista es España. Pre-impuestos y transferencias no somos un país mucho más desigual que la media; post transferencias sí lo somos, y eso que tenemos un sector público considerable. Nuestro nivel de gasto, obviamente, está lejos de Suecia, Noruega o Francia, pero está cerca de la media de la OCDE (en porcentaje del PIB, es parecido a Alemania). El dinero, sin embargo, no parece ir destinado a redistribuir renta, o no de forma eficaz. Uno de los principales motivos, por cierto, es la patética dualidad del mercado laboral español, que impide a muchos trabajadores cotizar de forma estable, dejándolos fuera del sistema, pero no se limita a este detalle.  Fijaos también, por cierto, que hablo de gastos, no impuestos; el sistema fiscal es un instrumento bastante torpe para redistribuir renta.

Si tenéis curiosidad por ver los niveles de desigualdad pre y post-transferencias, aquí tenéis el gráfico (vía). El artículo de John Cassidy donde apareció originalmente sobre la evolución de la desigualdad en Estados Unidos vale la pena leerlo.

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11 comentarios

  1. Juan de Juan dice:

    En mi opinión, se te ha olvidado citar un elemento que, en el caso de España, es de gran importancia: el hecho de que en nuestro sistema prime la redistribución implícita.

    Una características fundamental de las prestaciones de bienestar escandinavas es que son, en su mayor parte, sometidas a prueba de medios o means-tested. Es una forma de que las ayudas lleguen a quienes deben llegar, que son aquellas personas que:

    a) Están en una situación objetiva de necesidad.
    b) No pueden hacer nada por sí mismas para resolver ese problema.

    Frente a los sistemas means-tested, están los sistemas de redistribución oculta, que son los que les encantan a los políticos: tú dame a mí la pasta, que yo la redistribuyo. Estos sistemas generan lo que muchos consideran (consideramos) el moderno caciquismo. El cacique de principios del siglo XX torcía el brazo del bien común para favorecer a sus amigos; el cacique del siglo XXI hace eso mismo para favorecer a sus votantes. Ninguno de los dos sistemas es justo y, para más inri, el segundo es considerabilísimamente más caro.

    Mucha gente en España, sin ir más lejos, considera que el sistema de pensiones es redistributivo. Que es bueno que los high earners cobren pensiones más bajas para que los low earners cobren pensiones más elevadas. A ellos, y a los políticos que les alimentan dichas ideas, tal vez les sorprendería saber que, en el Sangri-la de la igualdad europea, Suecia, el sistema de pensiones se asienta en la equivalencia actuarial estricta: cada persona se lleva lo que puso. Lo que pasa es que Suecia, ADEMÁS, tiene una tupidísima red de transferencias sociales EXPLÍCITAS y, por supuesto, means-tested. De nuevo, para que te den una ayuda para pagar una vivienda tienes que demostrar que: a) no la puedes pagar; b) realmente no puedes hacer nada por ti mismo para resolver a).

    Cabe recordar, en este punto, que el sistema de pensiones español tiene ya ese fistro llamado regímenes especiales, que son mecanismos por los cuales agricultores, mineros, trabajadores del mar, toreros, y alguno más creo, cobran pensiones en ocasiones muy elevadas (la pensión media de la minería está bastante por encima de la del régimen general) que no han generado con sus cotizaciones, en un mecanismo opaco que se le escamotea al ciudadano que paga su cotización. Bueno, empecemos por decir que al ciudadano ya se le escamotea, de entrada, el pequeño dato de lo que cotiza por él su empresario, que es como tres veces lo que está cotizando él, con lo que se le le está hurtando, así, de salida, la información sobre lo que le cuesta comprar su pensión.

    Los mecanismos de igualdad opaca generan, por definición, igualdades imperfectas, porque permiten, como he descrito antes, que los gobernantes hagan bargaining con dichas ayudas, favoreciendo a los grupos que les interesa (Plan de Empleo Rural = vivero de votos, por ejemplo). Es decir, el problema es, de nuevo en mi opinión, bastante más profundo, y cualitativo, de lo que tú describes.

    • navarta dice:

      Me parece muy acertado tu razonamiento, nada de Plan de Empleo Rural, una renta básica y punto, según necesidades, y no otros criterios tan «progresistas» como el lugar donde teempadronas, ya sea cuenca minera, zona agrícola o territorio de ultramar.

    • Epicureo dice:

      No sé de dónde sacas eso, pero no es verdad. Una característica fundamental de los estados de bienestar escandinavos es precisamente que en su mayor parte las prestaciones NO son means-tested.

      Pero tampoco son de redistribución oculta: estás haciendo una falsa dicotomía. Los sistemas de prestación universal homogénea son lo menos opaco que hay.

      Países con sistemas means-tested son Estados Unidos y el Reino Unido, donde la redistribución es bastante o muy baja.

      En estos estudios suecos se ve que los programas means-tested no son los mejores para reducir la desigualdad:
      http://people.su.se/~kennethn/Mechanisms%20of%20Poverty%20Alleviation.pdf
      http://people.su.se/~kennethn/avhandling.pdf

      Los sistemas means-tested permiten bastante arbitrariedad e ineficiencia, ya que no está claro cómo debe uno «demostrar» que lo necesita; la carga burocrática es considerable y hay posibilidades de fraude. Además, al cubrir sólamente a una minoría de la población, generan la desafección de todos los demás, y consecuentemente se deterioran y reducen con el tiempo. No son mucho mejores en esto que los sistemas caciquiles que justamente criticas.

      El problema de España es que las principales prestaciones (pensiones, desempleo, bajas) son más o menos proporcionales a los ingresos previos, por lo que no redistribuyen. La única prestación homogénea es la sanidad, y lo demás (becas, ayudas, pensiones no contributivas, PERes) es prácticamente simbólico comparado con otros países.

      • Juan de Juan dice:

        Creo que tenemos un problema de principio tú y yo. Tú ves un problema en que las prestaciones no sean homogéneas. Yo, no.

        Los sistemas escandinavos de gasto social, eso es cierto y lo admito, son muy complejos, por lo que es muy difícil, tal es mi opinión, delimitar que son mayoritariamente de un tipo o de otro. Pero, aun siendo difícil esto, me gustan mucho más que lo que tengo en España porque allí, por lo menos de lo que yo sé, los gastos tienen nombres y apellidos. Aquí, son como una especie de potaje para todos. Lo repito: tú dame la pasta, que ya redistribuyo yo.

        Te decía que yo no veo problema en que el gasto social no sea homogéneo y me quedaba corto. Es que yo le exijo que sea heterogéneo. Porque el gasto social tiene que cubrir a unos, y a otros no; por eso se llama social, a mi modo de ver. En el momento en que admitimos (Ley de Dependencia) que tiene que cubrir a todos, lo que hacemos es darle a cada uno una pipa, en lugar de una bolsa de pipas al que necesita comer pipas y no tiene los euros o céntimos que cuesta una bolsa. Aunque depende bastante de cómo se arme administrativamente la cosa, y eso depende de la comunidad autónoma, la ley de Autonomía Personal permite, cuando menos teóricamente, que una familia que gana 60.000 euros al año y tiene en casa a una señora mayor que necesita que la bañen pero puede hacer el resto de las actividades de la vida diaria, reciba una ayuda económica. A mi modo de ver, un sistema que hace esto está trabajando contra la familia que gana 12.000 euros al año y tiene un hijo tetrapléjico. Cierto es, desde luego, que en un sistema basado en prueba de medios existe la posibilidad de que el último ejemplo sea una familia que gane tres ceros más (12 millones de euros al año) pero engañe al sistema diciendo que gana 12.000. Pero sobre eso volveré más abajo.

        Es problema que tú le ves al sistema español (todo es más o menos proporcional a los ingresos previos) es consecuencia de este café para todos, negro como la noche, opaco como un espejo de plomo, que, porque es la arquitectura default del gasto social español. En el pecado se lleva la penitencia.

        Dices que los sistemas basados en prueba de medios son complejos de gestionar y generan fraude. Lo primero lo admito; en realidad, no me sorprende porque, la verdad, lo bueno siempre sale caro; no quiero ponerme aquí a desarrollar la idea de que, quizá, uno de los grandes problemas de la Administración Pública española es que, tal vez en su obsesión por ser barata, ha olvidado históricamente tener verdaderas capacidades de inspección. Lo segundo sí que me alucina un poco. Lo que hay en un sistema basado en prueba de medios, en mi opinión, no es fraude posible, sino la posibilidad de localizar y cauterizar un fraude que SIEMPRE se va a producir en sistemas café para todos y bla. Recordando aquí el comentario de Navarta, ya me dirás tú si es más fácil y directo el fraude basado en demostrar que eres pobre cuando en realidad eres rico; que el fraude basado, simple y llanamente, en que el Ayuntamiento de Riosequillo de la Subvención te empadrone.

        Lo del riesgo de desafección por parte de los non-takers, la verdad, tampoco lo entiendo. Si financias las prestaciones desde el caudal impositivo general, ¿me podrías explicar por qué mecanismo, neto del fraude fiscal claro, puede alguien desafectarse de ello?

        • Epicureo dice:

          Efectivamente, tenemos un problema de principio que no vamos a resolver. Únicamente voy a puntualizar un par de puntos.

          Para mí, el gasto social tiene que cubrir a todos, no a unos sí y a otros no; por eso se llama social. Los ricos posiblemente no utilicen los servicios públicos y elegirán alternativas privadas más lujosas, para no mezclarse con la chusma. Pero creo que es más simple y más eficaz que todos tengan acceso a ello. Lo cual en ningún caso será fraude.

          En cuanto a lo de la desafección, en seguida se lo explico. Si la mayoría de la población no tiene acceso a las prestaciones del Estado, le importará un pimiento que esos servicios funcionen. Como consecuencia de ello, elegirán a gobernantes que dejen pudrirse esos servicios y a sus usuarios, porque preferirán gastar el dinero en cosas que sus votantes sí perciban. Creo que es un mecanismo bastante fácil de entender.

      • Juan de Juan dice:

        De todas formas, en la polémica (que ya he dicho que podría ser interminable) sobre la naturaleza del gasto social en Suecia, creo que no hay que olvidar la enorme importancia que en el gasto social sueco juegan los poderes locales. Los cuales, en varios de los ámbitos en los que actúan, introducen prueba de medios, y en otros lo hacen indirectamente: como ha ocurrido tras recibir la responsabilidad de los cuidados sociosanitarios (reforma Ädel) tras la cual, en mi opinión, están mutando un sistema, según tu terminología, homogéneo, en un sistema basado en medios y necesidades, al centrarse en los ancianos que son gravemente dependientes y exigir a algunas familias el pago parcial de algunos servicios.

        Es, ya lo he dicho antes, un sistema muy complejo.

    • Joshua dice:

      Hombre Juan de Juan, si «en el Sangri-la de la igualdad europea, Suecia, el sistema de pensiones se asienta en la equivalencia actuarial estricta: cada persona se lleva lo que puso», entonces la redistribución es cero. Creo que aquí te pasas de frenada. Es cierto que hay un tramo (que creo que anda por el 10-15 %, pero ahora no lo puedo comprobar) de aportaciones obligatorias en régimen de capitalización privada, pero el grueso de las pensiones sigue el principio de reparto.
      Respecto a la polémica means-tested o means-non-tested, es cierto que la Ley de Dependencia (o las matrículas de la Universidad) son dos buenos ejemplos en los que acaba sabiendo muy bien quién ayuda a quién y puede muy bien darse el caso de que la redistribución sea inversa. Pero eso es una cosa y otra muy distinta es restringir la redistribución a programas estrictamente de ayuda a situaciones concretas con un seguimiento total. Es muy fácil que ese tipo de enfoque termine desembocando en una beneficencia más o menos organizada.
      Ya sé que es un recurso muy fácil echar las culpas a «nuestra forma de ser» y no es lo que pretendo, pero creo que convendrás conmigo que el caciquismo es bastante anterior al Estado del Bienestar. Esta es una razón más para luchar contra el caciquismo, no una justificación para reducir los programas de redistribución.

  2. […] Recordatorio: redistribuímos poco y mal […]

  3. Usuario dice:

    En el segundo gráfico España redistribuye mejor que Estados Unidos y los países que más redistribuyen tras impuestos y transferencias son Polonia e Irlanda.
    ¿He entendido mal el gráfico?

  4. Usama dice:

    Creo que tu interpretacion de lo que el primer grafico representa es erronea. No representa el GINI despues de impuestos/transferencias, representa cuanto del GINI pre soluciona el gobierno a base deimpuestos transferencias. De ahi que sea un porcentaje.
    Y de ahi que Polandia este en el primer puesto ahi, porque si se mira el segundo grafico su GINI pre es enorme y en cambio el GINI post es bastante bajito.

    Sorprendente de todas formas el trabajo de Polonia e Irlanda. Especialmente no me esperaba este ultimo, a que se debe?

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