Internacional

Primarias en Argentina: ¿el principio del fin del kirchnerismo?

16 Ago, 2013 -

Por Carlos Villodres.

Unas primarias que actúan como una gran encuesta. Unos resultados celebrados con cánticos al estilo Bombonera y candidatos bailando cumbia. Y unas cabinas de votación llamadas “cuarto oscuro” que incluso atraen el espíritu onanista de algún elector. Todo esto combinado sólo se puede encontrar en un lugar: Argentina.

El pasado domingo se celebraron las P.A.S.O. (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) para definir los candidatos y candidatas que concurrirán a las próximas elecciones legislativas. El 27 de Octubre se renovará en Argentina la mitad de los miembros de la Cámara de diputados (127 diputados) así como un tercio del Senado (24 senadores). Este tipo de elecciones, equivalentes a las “midterm” americanas, coinciden con el ecuador del mandato presidencial y son un buen termómetro del momento sociopolítico argentino. Por ejemplo, en 2001, meses antes de la caída de De la Rúa, el protagonista fue el “voto bronca” (con el voto en blanco+nulo como segunda fuerza política).

Y de momento, en las primarias, que podrían ser definidas como un termómetro del termómetro, las candidaturas del oficialismo kirchnerista han sufrido un duro castigo. Pero mejor, vamos por partes.

Las P.A.S.O.: ¿Elección primaria o encuesta?

Las conocidas como P.A.S.O son una innovación en el sistema político argentino instaurada en 2009 y suponen la celebración de una jornada electoral previa para definir las candidaturas de los propios partidos. Las primarias son abiertas, porque vota el conjunto de la ciudadanía, el voto es obligatorio en las mismas condiciones que las propias elecciones legislativas, y son simultáneas porque se celebran en una única jornada electoral organizada por el estado, y no por cada formación.

En la jornada del domingo cada elector podía apostar por una única lista por ámbito para elegir candidatos a senadores y ‘ordenar’ listas a diputados. La ley define que la lista más votada de cada partido para el Senado es proclamada la candidatura final, mientras que se da libertad a las formaciones para regular como se distribuyen los puestos de la lista a la Cámara de diputados según el peso de cada una de las listas presentadas. Las pre-candidaturas que se quedan por bajo del 1,5% son excluidas de la elección final.

El problema es que los partidos y las familias políticas no han hecho, hasta ahora, gran uso de esta herramienta para definir sus candidaturas. Así en las elecciones presidenciales de 2011 las diferentes familias de la oposición decidieron hacer frente a las primarias de manera separada y no quisieron usar este mecanismo para conformar un frente unitario. La única utilidad de las P.A.S.O. fue descartar candidaturas testimoniales y servir de gran ‘encuesta’ para el electorado de cara a las elecciones presidenciales.

De ejes y temas de campaña

Recientemente, hemos descubierto por aquí el surgimiento de un nuevo eje centrado, para decirlo de alguna manera, en la apuesta por el “regeneracionismo” y que complementa los ejes tradicionales de cariz ideológico o territorial. En Argentina nos llevan años de ventaja en este aspecto. Desde hace décadas cuentan con un eje de carácter sociocultural que vertebra su política: el peronismo vs el antiperonismo. Y no es un eje secundario, sino la clave para entender la política argentina. Mientras los peronistas apuestan por un discurso duro, un encuadre político localista –o nacionalista- y un proceso de toma de decisiones personalista, los no-peronistas se sienten atraídos por un discurso más refinado, un encuadre más ‘cosmopolita’ y un proceso de toma de decisión más institucional.

Estas elecciones primarias no han sido una excepción y el componente peronista-no peronista ha tenido su papel en la competición electoral, incluso explicando el voto de forma más clara que el eje izquierda-derecha.

En cuanto a los temas que han dominado la campaña hay que destacar que muchos de ellos se han dado a nivel de distrito (la inseguridad, a nivel de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo). En cambio, a nivel nacional algunos temas relacionados con el gobierno de Cristina (posibilidad de re-reelección o independencia de la justicia) también han sido tratados por las diferentes campañas.

Provincia de Buenos Aires: al peronismo no le hacen falta primarias

Una gran ‘encuesta’ ha sido lo que se ha vivido en el principal distrito del país. La Provincia de Buenos Aires (no confundir con la Ciudad de Buenos Aires) representa un 38,1% del censo electoral (!!) y renueva 35 diputados. La población se concentra en la periferia de la Ciudad de Buenos Aires, conocida como “Conurbano”. En este territorio, que cuenta con grandes zonas donde predomina la población con ingresos bajos, los programas sociales del gobierno y el aparato organizativo del peronismo tienen una gran importancia. Aún así, no podemos caer en la simplificación absurda sobre la compra de votos o un clientelismo exacerbado. Existe, está claro, pero no deja de ser una expresión minoritaria de un electorado heterogéneo y complejo.

Un electorado “complejamente” peronista. Por ejemplo, en las primarias del domingo la gran batalla se dio entre las listas a la Cámara de los diputados encabezadas Sergio Massa y Martín Insaurralde, ambos provenientes del peronismo. Esta batalla se volverá a dar en octubre y de momento pinta mejor para el peronismo no kirchnerista, a través del Frente Renovador de Massa.

Diputados de la provincia de Buenos Aires

Sergio Massa es alcalde de la población de Tigre y apostó por el espacio del kirchnerismo hasta hace muy poco, llegando a ser ‘primer ministro’ del gabinete kirchnerista. Aun así, cuenta con un espacio propio que va más allá del carisma y victorias de Cristina o Néstor. Empezó la campaña con un discurso no oficialista, pero evitando la confrontación directa con el gobierno nacional. Hacia el final de la campaña de las primarias endureció su discurso contra la administración K buscando concentrar el voto opositor. Se espera un mayor endurecimiento del discurso con vistas a octubre, para convertirse en el ‘voto útil’ opositor al kirchnerismo

Martín Insaurralde es alcalde de Lomás de Zamora y representa al kirchnerismo (con su paraguas de Frente para la Victoria). Ha conseguido concentrar el voto que se siente más cercano a la gestión de Cristina Fernández gracias a las constantes apariciones junto a la Presidenta (incluso se lo llevó a saludar al Papa Francisco) pero no ha tenido suficiente como para ganar la primera posición.

Curioso es el papel que está jugando en esta batalla el gobernador de la provincia Daniel Scioli. Hace escasamente un año se encontraba alejado y enfrentado en el gobierno K, pero la situación ha cambiado de forma radical y ha puesto su buena imagen y su aparato provincial al servicio del candidato kirchnerista. Se habla mucho sobre el movimiento táctico que está realizando para eliminar a Sergio Massa como posible sucesor de Cristina en 2015 (puesto al que aspira él mismo). De momento, sin demasiado éxito.

Capital Federal / CABA: primarias en el centro-izquierda

Donde sí que hubo primarias, como tales, fue en el espacio del centro-izquierda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Capital Federal representa un 9% del censo electoral y en octubre elegirá 13 diputados y 3 senadores (2 para la lista más votada y 1 por la segunda, según marca el sistema electoral argentino). Se trata de un distrito donde predomina la clase media y que ha resultado tradicionalmente hostil al peronismo en general y al kirchnerismo en particular.

El espacio del centro-izquierda no peronista (incluyendo al tradicional radicalismo, cada vez más testimonial) se aglutina alrededor de las candidaturas UNEN que el domingo compitieron con cuatro listas para cada ámbito. La lista de senadores más votada (encabezada por el cineasta Pino Solanas) será la que represente a UNEN en octubre. En Diputados se repartirán los puestos de forma proporcional entre las dos listas que superaron el 22% de la suma del voto UNEN, utilizando la fórmula d’Hont. La encabezará la incombustible y resucitada Lilita Carrió, especializada en la denuncia de la corrupción de Menem, De la Rúa y Kirchner.

Diputados en CF

Analizando los resultados de la Capital a nivel global, la gran sorpresa es que la suma de las cuatro listas del espacio de centro-izquierda UNEN superan al espacio de centro-derecha PRO, que dirige el alcalde de la Ciudad y ex-presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri. De esta forma se complican las aspiraciones presidenciales de Macri, que además, no cuenta con presencia en otros distritos clave. El kirchnerista Frente para Victoria ha obtenido el tercer lugar.

En conclusión

Nos dejamos fuera lo que sucedió en otros distritos importantes: el triunfo del radical y ex-kirchnerista Cobos en Mendoza, la gran fortaleza del socialismo en Santa Fe o la victoria del peronismo no kirchnerista en Córdoba. Habrá que esperar a octubre, pero en Argentina ya empieza a hablarse del post-kirchnerismo y los diferentes actores van tomando posiciones con la mirada puesta en las presidenciales de 2015. La pregunta es: en los dos años que restan para las elecciones, ¿Será Cristina una lame-duck president o conseguirá dirigir su propio relevo?

Carlos Villodres es politólogo y máster en marketing político, valenciano de ida y vuelta, y porteño de adopción.


2 comentarios

  1. Pedro dice:

    Hace un año estuve en Argentina y leyendo sobre Massa me ha venido a la cabeza el precioso Tigre y su delta, de lo más bonito que te puedes encontrar en el conourbano bonaerense.

    Una de mis conclusiones en Argentina fue que, efectivamente, el eje Peronisno-AntiPeronismo está absolutamente presente todavía, pero bien es cierto que estas fuerzas no son monolíticas y la historia de Argentina se explica por alianzas cambiantes entre Peronistas y Radicalistas y en posiciones «anti» respecto a los que gobiernan.
    Quedan 2 años para las proximas presidenciales y probablemente se organizará un frente anti K que contará con el apoyo de muchos peronistas y antiguos kirschneristas, como Massa o muchos de los radicales K.

    El Kirchnerismo está acabado en tanto en cuanto CFK muy probablemente no podrá presentarse en 2015, pero no tengo tan claro que esté acabado como ideología política (o lo que sea). CFK es popular, y por mucho que ELPAIS se pase todo el día hablando de las manifestaciones en La Recoleta y en Palermo sigue siendo una presidenta con apoyos.
    No obstante mi intuición me dice que a Argentina le toca ya cambio por sus dinámicas económicas e históricas. Cambio que no será hacia la derecha, sino hacia otro tipo de «izquierda», si es que estas etiquetas tienen algún sentido en Argentina.

    Saludos,

  2. juan dice:

    Es muy difícil situar los partidos en el eje izquierda-derecha, el peronismo de Ménem fue ultraliberal, privatizador-regalador y aumentó la desigualdad social. El radicalismo no ha tenido ni discurso ni líder desde hace mucho tiempo, y desde que el poco carismático y blando De la Rúa fue a quien le estalló en las manos el tema del corralito. Otras formaciones de izquierda-denuncia, como el Frepaso, o el de Carrió, aparecen y desaparecen, y luego hay personajes incombustibles que se reinventan a si mismos y siempre están como Patricia Bullrich. Es un panorama difícil de analizar. Al final la batalla siempre es más que entre partidos entre facciones del peronismo, que pueden ser o bien por diferencias ideológicas o bien por meros personalismos.
    Yo creo que la presidenta mantiene el apoyo, recordemos que ganó por 40 puntos de ventaja al segundo, Biner que además no provenía de un partido opositor tradicional sino el socialista. Macri, la opción de derecha conservadora no tiene valor para entrar en el cuerpo a cuerpo contra K.
    El problema es que Kirchner no puede ser reelegida si no se cambia la constitución, y para ello necesita una mayoría que igual no consigue en las elecciones parciales venideras. Sin Kirchner no parece que pueda haber un candidato peronismo-K carismático, de hecho a lo mejor el movimiento de Massa es justo impedir el cambio constitucional, para ganar él la Presidencia buscando a posteriori el voto K.

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