Política

España contra sus jóvenes (I)

26 Jun, 2013 - - @kanciller

Desde que comenzó el ajuste presupuestario en España en 2010, los sucesivos gobiernos han optado por aplicar recortes a unos capítulos y no a otros. Ello ha llevado necesariamente a que el reparto de los costes no esté siendo equilibrado entre diferentes sectores sociales – y no solo me refiero a las rentas del capital. Desde que comenzó la crisis, y creo que es difícil negarlo, uno de los sectores sociales más damnificado ha sido el de los jóvenes. Por ejemplo, solo entre 2007 y 2009 la pobreza infantil creció un 45% en España mientras que los pensionistas mantuvieron (o hasta ganaron ligeramente) poder adquisitivo en el mismo periodo.

Hay que pensar que este hecho, que hace referencia a la justicia inter-generacional en los Estados de Bienestar, no es un tema nuevo. Ya desde los años ochenta se ha advertido en EEUU una tendencia similar a la que hemos visto en España, con un aumento alarmante de la pobreza infantil y juvenil. Sin embargo, la generalización de la pobreza entre menores de 25 años en la OCDE ha ido en paralelo a una disminución de la pobreza entre los ancianos. Mientras, el envejecimiento de la población ha llevado a que nuestro país sea uno en los que los jóvenes son dejados de lado en mayor medida pese a que numerosos académicos siguen insistiendo en que la inversión en juventud es tanto eficaz como equitativa.

Del mismo modo, que exista un sesgo en favor de los ancianos en el Estado de Bienestar se ha combinado con la dualidad del mercado de trabajo – que afecta mayoritariamente a los jóvenes. Esto, además de hacer a nuestro Estado de Bienestar poco redistributivo, ha tenido implicaciones sociales importantes como son la menor natalidad o tardía emancipación juvenil, haciendo así de España uno de los países más envejecidos de toda Europa. Ello ha hecho de las familias la red fundamental de seguridad, tanto para lo bueno – cierta solidaridad intergeneracional – como para lo malo – ascensor social averiado.

Pero ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Por qué unos sectores sociales sufren más el ajuste que otros? ¿Hay razones estructurales o políticas para que los jóvenes siempre sean los paganos, ya en bonanza o en crisis? Algunas de estas preguntas afronta Pau Mari-Klose en su artículo titulado “Prioridades poco prioritarias. Jóvenes en la agenda gubernamental en España 1982-1996”. Aunque por el ámbito temporal pueda parecer obsoleto, el artículo nos ofrece un marco interesante para el análisis porque intenta desentrañar las causas políticas del abandono a los jóvenes en la acción pública. Algo que puede viajar muy bien a nuestros días.

En el análisis de Mari-Klose hay dos partes diferenciadas. En la primera lo que se centra es en contrastar en qué medida los programas electorales del PSOE – entre 1982 y 1996 – mencionan a los jóvenes como fundamental en sus políticas. Sabemos bastante bien que los políticos cumplen (bastante) sus programas y que deciden sus políticas basándose en ellos. Aunque el análisis está pidiendo a gritos una extensión al periodo 2004-2011 y una base de datos más exhaustiva – tirando de Party Manifesto Project – en general el autor señala que mientras que en 1982 y en 1986 los jóvenes son mencionados como prioridad en 1982 y 1986, esto decae radicalmente en 1989. En este programa se introducen nuevos temas y los jóvenes son menos prioritarios, igual que en 1993. Solo en 1996 el PSOE hace propósito de enmienda en esa materia y reconoce que ha perdido la sintonía con los jóvenes, alegando que ha dejado de lado a toda una generación.

La segunda parte del análisis, Mari-Klose se centra en la centralidad de los jóvenes en la agenda, algo que analiza desde tres ángulos: el de la visión intelectual, el de los promotores políticos y el de los incentivos electorales. En esta entrada trataré solo los dos primeros y dejaré el último para otra entrada.

Las visiones intelectuales se refieren a los marcos mentales, los modelos, que tomó el PSOE para su acción de gobierno. Pese a que se argumentaba que la socialdemocracia nórdica eran las principales influencias del PSOE, no parece que haya referencias para que los socialistas españoles fueran más partidarios de políticas para la tercera edad que de cualquier otra. De hecho, hasta 1985 sus políticas tuvieron más que ver con la educación y la ocupación. Sin embargo, con la reforma de pensiones de ese año – que implicó una movilización sindical – empezó un giro. Hasta tal punto que el santo y seña del PSOE pasaron a ser las pensiones y la sanidad, y sobre eso no hace falta hacer mucha memoria (El “Os van a quitar las pensiones” de Alfonso Guerra, etc).

El otro aspecto que mira Mari-Klose es el referente a la ausencia de auténticos promotores que pusieran las políticas juveniles en la agenda: La falta de emprendedores políticos. Un primer elemento que trata y que puede parecer trivial es la presencia de jóvenes en los partidos. Sin embargo, la representación sustantiva tiene un impacto en las políticas (por ejemplo, como hipótesis, creo que si el PP tiene hoy problemas con la ley del aborto es porque tiene muchas más mujeres en su partido que antes). ¿Qué ocurrió con los jóvenes políticos durante este periodo? Como Mari-Klose apunta, el PSOE se fue “encaneciendo” progresivamente hasta que en 1993 no tenía diputados de menos de 30 años y solo un 13% menor de cuarenta.

Por lo tanto, volvemos a entrar en el mecanismo de selección de elites como un componente fundamental. Aunque este análisis se restringe al grupo parlamentario, probablemente merecería la pena indagar más. En promedio nuestros presidentes del gobierno llegan al poder jóvenes. ¿Por qué no implementan políticas de juventud más agresivas? ¿Se trata de una cuestión de socialización organizativa/ trayectoria vital? Quedémonos de momento en el parlamento. Sabemos que hay tasas relativamente altas de mortalidad parlamentaria (en torno al 50% de reemplazo de diputados por legislatura) pero también que aquellos que tienen continuidad son justamente los de más edad y experiencia – que también acumulan más poder. Por lo tanto, podría ser que la juventud de nuestros diputados fuera una suerte de “enmascaramiento” cosmético de una gerontocracia. Algo parecido a los gobiernos de Zapatero.

Cuando Mari-Klose mira en qué medida había contestación interna en el PSOE, insiste en que esta vino esencialmente de su sindicato hermano, la UGT, actor con un sesgo parcial a favor de políticas pro-insider (sus propias bases son más envejecidas). Por el contrario, las Juventudes Socialistas, como rama juvenil del partido, ni mucho menos sirvieron como elemento de contestación o contrapeso. Más bien funcionaron como una correa de transmisión y justificación de las políticas de su partido, justo lo que menos interesa a los jóvenes. Al final, tan solo voces externas juveniles fueron organizaciones efectivas (como sindicatos estudiantiles) pero, por desgracia, tan solo movilizadas en determinas iniciativas y ámbitos sectoriales. Al fin y al cabo, las organizaciones juveniles nunca fueron un interlocutor preferente para el gobierno.

Este marco analítico es bastante potente para explicar por qué el ajuste de la crisis recae hoy sobre los jóvenes.  ¿En qué medida el PP ha incorporado políticas de juventud en su programa? En su acción ya hemos visto que poco; ha tenido que ser Europa quien nos ponga un plan por el empleo joven por delante para que el gobierno arranque. ¿Existen políticos jóvenes que puedan empatizar y pugnar por políticas pro outsider? De momento parece que el frame sigue siendo el de sus mayores. ¿Existen organizaciones juveniles con capacidad de hacer virar el debate? La protesta funciona en algunos campos, pero sigue faltando una correa de transmisión para presionar. Así, solo queda preguntarse ¿Hasta cuándo podrá resistir un país en el que se ha roto un pacto intergeneracional? Y más importante aún ¿Qué estamos dispuestos a hacer para recomponerlo?


31 comentarios

  1. Alcibiades dice:

    Ni una sola mencion a la labor que ha realizado el Consejo de la Juventud de España y el impacto del anuncio de sus cierres en la influencia e incidencia politica de este colectivo? #salvemoselCJE http://www.cje.org

    • Teo dice:

      Un impacto brutal ha tenido siempre, ya lo hemos visto.

    • bat dice:

      Yo no dudo de que la labor del Consejo de la Juventud haya estado llena de competencia y buenas intenciones.

      Pero yo y todos mis conocidos menores de 35 años nos enteramos la semana pasada de que existía.

    • naiara dice:

      Yo he venido aquí a hablar de mi libro.

    • Uno que pasa dice:

      Ah, sí, el CJE, sucesor de un organismo franquista.

      Pues vale, un impacto brutal. Sólo sirve para enchufar a estómagos agradecidos, de buena tinta lo sé.

  2. Alnair dice:

    Un factor clave creo que es la distribución de provincias (o distritos electorales) y la sobre representación de aquellas con menos población y mas envejecidas.

    En un país donde los jóvenes tienen que emigrar a las grandes capitales y los viejos retornan a los pueblos para pasar su jubilación acabamos teniendo unas provincias poco pobladas y sobre-representadas que otorgan mayor peso electoral a los mayores respecto a los jóvenes.

    • Si los jóvenes votáramos, compraba.

      • Josei dice:

        Es que yo ahí veo una de las enjudias de la cosa. Es que si los jóvenes «pasan» de votar, mientras que los jubilados votan en masa, pues que esperamos que suceda…

        Lo que a mi me gustaría saber es si fueron las políticas gerontocráticas las que provocaron la alta abstención de la juventud, o fué ésta última la que produció las medidas projubilados. ¿El huevo o la gallina?

      • Alnair dice:

        Todo suma, y si tienes pocas probabilidades de ganar o los partidos no se centran en lo que te interesa porque prefieren centrarse con las personas mayores que les suponen un mayor rédito electoral acabas favoreciendo la abstención de los jóvenes. Es in círculo que se retroalimenta.

      • Alnair dice:

        Ojo, que no digo que el cambio de distritos electorales a distrito único sea la solución, ni que no traiga mayores problemas de los que soluciona, pero en este caso bien puede ser uno de los inconvenientes de sistema que tenemos ahora.

  3. «y no solo me refiero a las rentas del capital».

    Por supuesto, Dios nos libre de dar prioridad a lo más… ¿esencial?

  4. Epicureo dice:

    Según Politikon, la culpa de todos los problemas es de los privilegiados, y todos nuestros problemas se solucionarán si les arrebatamos los privilegios. Que sufran como todos.

    Estas castas son:

    – Los puñeteros viejos, que comen la sopa boba y cada vez son más.

    – Los trabajadores veteranos que tienen contratos fijos y trabajos estables, que impiden a los jóvenes lograr lo mismo.

    – Los microempresarios que, a causa de leyes antiguas, disfrutan de trabajos seguros, como taxistas, farmacéuticos y estanqueros, que no dejan que funcione la libre competencia.

    Casualmente, esas tres castas son prácticamente lo que queda de lo que antiguamente fue la clase media trabajadora, esos que podían permitirse pagar hipotecas, coches y tal. Todas las reformas propuestas por Politikon van destinadas a integrar a esas clases en el cada vez más numeroso precariado.

    Realmente es una buena estrategia, si lo que queremos es realizar el plan conservador de volver al siglo XIX. Divide y vencerás.

    Lo que nunca veremos en Politikon es algún comentario desfavorable sobre el hecho de que los beneficios empresariales crezcan mientras los salarios se hunden. Ni sobre el aumento de la desigualdad económica. Todo eso parece que es normal y cualquier intento de atajarlo es «ineficiente».

    • Verlaine dice:

      Hola.

      ¿Cuál es tu plan para que «el cada vez más numeroso precariado» deje de serlo?

      Gracias de hantebraso.

    • Demócrito dice:

      Creo que en Politikon se ha hablado de que es necesaria una reforma fiscal que reduzca las deducciones y demás artificios que permiten a las grandes empresas pagar mucho menos de lo que deberían. También se ha hablado de que el mercado de bienes y servicios sufre de grandes imperfecciones en lo que respecta a la competencia, con oligopolios, colusiones y barreras de entrada variadas.

      Hay algo que creo aún no queréis aceptar: el paro, los sueldos bajos, la desigualdad, etc… no se solucionan a golpe de decreto, sino mejorando el funcionamiento del mercado. Y sí, eso supondría pisar los callos de mucha gente, no sólo los de los malvados empresarios con sombrero de copa y puro.

      Por cierto, quizá el hecho de que los empresarios no reinviertan esos beneficios que están logrando se deba a que se están desapalancando desesperadamente. Tenemos que asumir que en este país se ha invertido mucho, prestado y mal, y eso lo estamos pagando.

      Y entiéndaseme, soy el primero al que le gustaría ver a los responsables principales de todo este sarao emplumados y expulsados del pueblo, aunque sólo fuera «pour encourager les autres», pero eso no quita que las disfuncionalidades atañan a muchos más actores de los que nos gustaría.

      • Pescador dice:

        Ya, pero hay que entender , tambien, que el orden de los factores siempre es el mismo..y que cuando toca llegar a ciertos factores,- esos de capital, impuestos, regulación…- cae una espesa niebla, un estúpido velo o te dicen a la cara que «ahora no toca»…

        • Demócrito dice:

          Es que, por desgracia, a los empresarios y gestores no los puedes hacer buenos y listos por decreto. De hecho, en general, son bastante torpes y no pocas veces unos hijos de puta. Lo único que puede hacer un gobierno (si tiene los medios y la voluntad, esa es otra) es imponer unas reglas del juego que les obliguen a pelear en un medio competitivo para que sólo vayan quedando los más competentes. Las estrategias para conseguirlo pasarían por una reforma fiscal, una reforma del mercado de bienes y servicios, aumentar la eficacia (a menudo a través de otorgarles más autonomía) de agencias como la Comisión Nacional de la Competencia así como de los diversos organismos de inspección, etc. Y sí, también una reforma laboral que premie a las empresas que inviertan en recursos humanos y sean capaces de responder a los shocks negativos sin necesidad de echar a la calle a los temporales de turno.

          Por cierto, el tema que aborda Pablo no es tanto sobre malvados empresarios y banqueros comeniños, sino sobre un hecho muy elemental: la redistribución a corto plazo son habas contadas: si hay para uno no hay para otro. El peso demográfico y electoral de la tercera edad ha ido haciendo gravitar las prioridades de los partidos políticos, y con ello el dinero a distribuir, hacia ellos. El problema es que esto no es una mera cuestión de preferencias, de que a los politikones les mole más gastar en becas que en jubilaciones porque los jovencitos gafosos son más sexys, sino que nuestro bajo e ineficiente gasto en educación preescolar y primaria, por ejemplo, causa serios problemas demográficos, de inclusión social, de capital humano, de igualdad y de otras zarandajas. Y eso supone más costos y menos dinero a redistribuir. Y otra vuelca más de tuerca.

          • Epicureo dice:

            La redistribución a corto plazo no es sólo entre jóvenes y viejos. También es entre empresarios y trabajadores, y entre ricos y pobres. Estamos viviendo una sangrienta batalla de la lucha de clases. Pero esto parece que aquí no quieren verlo.

            La creencia religiosa en los mercados perfectos no lleva a ninguna parte. Está bien que haya competencia, pero eso tiene límites; no es posible obligar a los empresarios a competir libremente, siempre harán lo que puedan para evitarlo.

            En todo caso el mercado, por perfecto que sea, no soluciona ni el paro, ni los sueldos bajos, ni la desigualdad. Al contrario: todo eso son consecuencias necesarias del capitalismo de mercado. La única forma de paliarlas es mediante la intervención estatal masiva, «a golpe de decreto» si quieres, pero es que es la única manera que ha dado resultado históricamente.

            Además todo se queda en la teoría. No se ha realizado ni propuesto en serio ninguna de esas medidas de competencia, ni una reforma fiscal que reparta equitativamente las cargas de la crisis, y mucho menos algo que fomente realmente la creación de empleo estable.

            Lo que realmente se propone: abaratar el despido, bajar los salarios y bajar las pensiones. Y lo que se ahorre con eso, gastarlo a manos llenas en rescatar a los banqueros (y a las concesionarias de autopistas, y…).

            Todas esas malísimas inversiones que se realizaron en los años del auge habrá que pagarlas, sí. Pero se quiere que las paguen exclusivamente los más pobres y los más débiles, que no son precisamente los que se forraron con esas inversiones. Y se está consiguiendo.

            • Demócrito dice:

              Creo que no estamos utilizando el mismo concepto. Redistribución, creo que utilizo el término estándar, no es lo mismo que asignación. La lucha de clases no tiene mucho que ver, pues, con las políticas redistributivas. Si de éstas últimas hablamos, la administración necesariamente ha de elegir quién es el beneficiario. No existe un mecanismo de asignación que lo haga, en parte o en todo, por ella. Lo que Pablo señala, y yo creo que tiene razón, es que el segmento de la tercera edad ha incrementado su peso relativo en las prioridades políticas de los partidos, y por tanto están resultando sistemáticamente beneficiados a la hora del reparto. Esto, además, está teniendo consecuencias que seguramente reduzcan aún más los fondos a repartir, lo que incrementará las tensiones en la próxima negociación.

              Precisamente porque no creo en los mercados perfectos, al igual que no creo en la normativa perfecta, considero que el estado ha de intervenir para paliar los fallos de los primeros. Eso no implica, desde luego, «intervención estatal masiva». En general, en economías capitalistas avanzadas (otro tema son países en desarrollo) ese tipo de intervenciones son contraproducentes. Ejemplos de uno y otro signo, tanto en democracias como en dictaduras, hay muchos: desde el franquismo autárquico a los primeros años de Miterrand en el poder. Los modelos con más éxito actualmente (Suecia, Dinamarca u Holanda, por ejemplo) combinan una baja (pero eficaz) intervención estatal en el mercado con políticas de gasto social que ofrecen buenos resultados en integración e igualdad.

              El paro o los sueldos bajos no son necesarias consecuencias de un sistema de mercado poco intervenido. Repito el ejemplo de los países arriba mencionados, con legislaciones laborales menos estrictas que la española y con niveles de paro muy inferiores y muy superiores sueldos. Otra cosa es la desigualdad de ingresos, que es donde el estado debe intervenir para lograr buenos resultados. En resumen: la intervención ha de estar bien diseñada e implementada, y ha de tener objetivos claramente finalistas. No sirve utilizar los mismos métodos de siempre por el mero hecho de que sean de izquierdas o de derechas, ni mucho menos la ideología o la moral como fundamento rector.

              Propuestas en serio, a nivel divulgativo pero solvente, en Politikon se han hecho muchas. Podrá estarse más o menos de acuerdo, pero de los temas que comentas se ha escrito repetidamente. Si hablas en cambio de que el anterior y el actual gobierno son especialmente ineptos y cobardes, no seré yo quien te quite la razón.

              Respecto a lo de abaratar el despido, no estoy de acuerdo. Un sistema de contrato único no implica necesariamente menor coste de despido. Otra cosa es que se discuta si es preferible mayor o menor coste de despido, si es preferible un sistema de mochila austríaca, si hay que compatibilizarlo con un mayor tiempo de preaviso, etc.

              Y sí, hay que bajar las pensiones, como ha habido que bajar prácticamente todas las partidas de gasto, sencillamente porque no ingresamos el dinero necesario. Y sí, ha habido que rescatar a la banca, seguramente porque las consecuencias de lo contrario habrían sido aún peores. Pero también es cierto que ha sido la banca pública la que se ha llevado con mucho la parte del león. Yo no tengo mucho que reprocharle al señor Botín, más allá de su acento cuando chapurrea inglés, pero a la señora Aguirre, a Rato, a Blesa y a otros muchos causantes del desastre Bankia me gustaría verlos colgando del palitroque ese horrible que abortó Calatrava en Plaza Castilla.

          • Epicureo dice:

            Además, si lo piensas, el peso demográfico es irrelevante en las políticas actuales.

            Los banqueros dan muy pocos votos, pero son intocables y los niños mimados de gobiernos, bancos centrales y quien realmente sea que gobierna. Mucho más que los jubilados.

            • Demócrito dice:

              Los partidos políticos responden esencialmente a dos variables, que son las que determinan su supervivencia: la financiación y los resultados electorales. No dudo que los bancos tengan peso en las decisiones de los partidos, y de hecho creo que es necesaria la reforma de la financiación de estos últimos. Tampoco dudo que sectores que supongan una parte importante de su electorado pesen igual o más, y que ese peso además incida en multitud de políticas, no sólo en las áreas más o menos limitadas que un lobby suele perseguir.

            • Teo dice:

              Se me ocurre que eso puede estar relacionado con que los intereses de los banqueros están ligados a los de mucha otra gente, como los depositantes y accionistas que sí son bastantes numéricamente.

              Por ejemplo, cuando se habla del efecto de dejar quebrar a los bancos creo que para hacerse a la idea de como sería uno puede tomar como modelo lo que ha ocurrido con las preferentes de Bankia: personas a las que les vendieron acciones como «seguras» pero que no sabían nada de inversiones, depositantes muy enfadados y empleados de oficina que alegan no estar al corriente de lo que vendían y, si la cosa fuera más allá, veríamos algo similar en Alemania. Toda esta gente estaría indignada (con razon?) y creo que tendrían bastante peso político electoral.

              Puedo equivocarme, pero yo apostaría que esta gente que es rescatada es generalmente lo que llamamos de clase media. http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/Gran-Minoria-Silenciosa_6_52204794.html

              Otra cosa es la responsabilidad individual de los directivos (como el tema de alfredo saenz que es algo triste e indignante). Es gente que tiene influencia en las alyas esferas y que pr desgracia sí es intocable incluso en una sociedad democrática. Pero encabronante como es, hay reconocer que ahí el partido no se juega en la arena electoral y no hay realmente intereses confrontados, como si ocurre cuando hablamos de establecer prioridades políticas. Tú qué crees que le cuesta más votos al PP, bajar las pensiones o indultar a Alfredo Saenz? Es decir, indultar o no a Alfredo saenz es casi gratis electoral y economicamente, pero elegir entre gastar dinero en educación o en pensiones es una decisión de otro tipo.

            • Teo dice:

              Se me ocurre que eso puede estar relacionado con que los intereses de los banqueros están ligados a los de mucha otra gente, como los depositantes y accionistas que sí son bastantes numéricamente.

              Por ejemplo, cuando se habla del efecto de dejar quebrar a los bancos creo que para hacerse a la idea de como sería uno puede tomar como modelo lo que ha ocurrido con las preferentes de Bankia: personas a las que les vendieron acciones como «seguras» pero que no sabían nada de inversiones, depositantes muy enfadados y empleados de oficina que alegan no estar al corriente de lo que vendían y, si la cosa fuera más allá, veríamos algo similar en Alemania. Toda esta gente estaría indignada (con razon?) y creo que tendrían bastante peso político electoral.

              Puedo equivocarme, pero yo apostaría que esta gente que es rescatada es generalmente lo que llamamos de clase media. http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/Gran-Minoria-Silenciosa_6_52204794.html

              Otra cosa es la responsabilidad individual de los directivos (como el tema de alfredo saenz que es algo triste e indignante). Es gente que tiene influencia en las alyas esferas y que pr desgracia sí es intocable incluso en una sociedad democrática. Pero encabronante como es, hay reconocer que ahí el partido no se juega en la arena electoral y no hay realmente intereses confrontados, como si ocurre cuando hablamos de establecer prioridades políticas. Tú qué crees que le cuesta más votos al PP, bajar las pensiones o indultar a Alfredo Saenz? Es decir, indultar o no a Alfredo saenz es casi gratis electoral y economicamente, pero elegir entre gastar dinero en educación o en pensiones es una decisión de otro tipo.

  5. […] España contra sus jóvenes […]

  6. Moisés dice:

    Yo no puedo dejar de plantearme una duda muy elemental: si hay gente que opina que Politikón es totalmente previsible, parcializado y que nunca se verá aquí una opinión inteligente y que valga la pena…que rayos busca esa gente leyendo y comentando aquí 25 veces al día?! (y de paso tocando los cataplines a los que venimos a buscar un debate y no sarcasmo ni comentarios de «los buenos son muy buenos y los malos son muy malos»)

  7. […] Continuación de la entrada anterior “España contra sus jóvenes (I)” […]

  8. Mig31MN dice:

    Muy necesario y muy interesante.
    El ejemplo perfecto de una política enfocada a la juventud, boicoteada desde el principio por las CCAA de PP y ahora recortada hasta la eliminación es la Renta Básica de Emancipación pese a sus virtudes: fomento del alquiler, afloramiento del economía sumergida, equidad en el gasto por ser el principal baremo la renta…
    Por otra parte, como dijo un sociólogo -diputado por Málaga y cerebro del zapaterismo para más señas- refiriéndose a la sustitución de Pajín por Rubalcaba como portavoz del Gobierno: «no se puede poner a una joven a decirle por la tele a trabajadores mayores que se han quedado en paro que hay que apretarse el cinturón» a lo que yo dije que «si ponían a un político mayor a decírselo a jóvenes no se extrañasen de que después no les votasen». Y no les votaron.
    Offtopic: el Consejo de la Juventud de España es muy conocido por los jóvenes asociados y por eso es absolutamente desconocido por el 85% de los jóvenes.

  9. […] sobre por las que las políticas en España son tan severas con sus jóvenes es, justamente, el envejecimiento de sus gobernantes. Unos políticos que peinan cada vez más canas son menos capaces de empatizar con las […]

  10. […] de los temas de los que hablamos con frecuencia en Politikon, de manera explícita (como aquí y aquí) o implícita, es el conflicto generacional. Y algo que reaparece una y otra vez es la […]

  11. […] Politikon hablamos a menudo de conflicto generacional. Hemos mencionado, por ejemplo, la idea que las preferencias sobre […]

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