Política

Desafección, interés y legitimidad

19 Jun, 2013 - - @kanciller

A poder ser, léanse seguidos (si no lo ha hecho ya).

Durante todos estos años los españoles se han quejado mucho de la política y de los políticos, al tiempo que desperdiciaban los mecanismos de participación a su alcance, presumían de su desinterés e indiferencia hacia la política y exhibían una información política tirando a muy baja.

Todos estos elementos constituyen para nosotros un cuadro clásico de desafección, y distinto de lo que entendemos por descontento. Este último supone la insatisfacción por los rendimientos negativos del régimen o de sus dirigentes ante su incapacidad para resolver problemas básicos. (…) El descontento no suele afectar a la legitimidad democrática, que sigue siendo alta incluso entre quienes están sufriendo en mayor medida las consecuencias de la crisis económica.

En contraste con las oscilaciones del descontento, la desafección tiende a ser estable y suele transmitirse por las vías de la socialización política. (…); a diferencia de los del descontento, ya existía con anterioridad a la crisis.

En España, sin embargo, las principales características de los desafectos han radicado en la desinformación, la pasividad y el rechazo indiscriminado de partidos y dirigentes políticos.

No es el descontento, es la desafección

José Ramón Montero y Mariano Torcal

¿Cuánto saben los ciudadanos de política? ¿Tienen un conocimiento enciclopédico o más bien saben lo justo para poder tomar una decisión en las urnas de higos a brevas? (…) Si comparamos entre países descubrimos que España está a la cola (junto con Rumanía).

(…) La conocida distinción entre países con democracias antiguas (países escandinavos y del centro de Europa) y países con democracias más jóvenes (como el sur y el este de Europa) no parece servir para explicar las diferencias en el nivel de conocimiento político entre países.

Quienes saben menos de política suelen ser aquellos que disponen de menos recursos socioeconómicos, reproduciendo así las desigualdades socioeconómicas en el terreno de lo público-político. Hasta aquí, nada nuevo: quienes menos tienen son quienes menos participan y menos saben del sistema político.

En definitiva, podemos caracterizar a España como un país con bajos niveles de conocimiento político y grandes desigualdades en la distribución de este recurso de la ciudadanía, sobre todo desigualdades de género.

¿Cuánto saben los ciudadanos de política? ¿Por qué los hombres saben más que las mujeres?

Marta Fraile

Entre otras cosas, esta desafección se manifiesta en unos niveles bajos de interés por la política. ¿Cómo de bajos? Según la Encuesta Social Europea (ESE), en 2010 España era tercera por la cola de entre los 28 países participantes con respecto a sus niveles de interés por la política. Sólo un 28% de españoles se declaraban muy o bastante interesados por la política, lejos del 44% de interesados en Francia, del 58% de Alemania o del 70% de Dinamarca.

Pese a esto, el interés por la política de los españoles ha variado en los últimos años. (…) Estos niveles cercanos al 30% se mantienen bastante estables durante la primera legislatura de Zapatero, hasta que a partir de 2008 entramos en la 5ª etapa, caracterizada por un aumento sostenido de la proporción de interesados. En 2012 alcanzamos un 35% que (no nos emocionemos) nos coloca al nivel de Lituania o Ucrania (ESE 2010).

La percepción de que la política tiene una gran influencia en la vida cotidiana pasa de 62% en 2007 al 78% en 2012. Esto es, muchos ciudadanos han entendido que la política no es un pasatiempo de las élites y que, por mucho que se la sacudan de encima, siempre  vuelve como un boomerang para noquearlos.

El interés por la política de los españoles

Carol Galais

Uno de los argumentos más recurrentes en la ciencia política clásica, y para la cual los estudiosos de la opinión pública han encontrado bastante evidencia a favor, es la idea de que el apoyo de los ciudadanos a la democracia como forma de gobierno no depende de qué opinión tienen del Gobierno de turno o de la situación económica del momento.

Este hallazgo parece encajar perfectamente en la distinción clásica del politólogo David Easton entre apoyo “específico” y apoyo “difuso”. El apoyo específico se dirige a las decisiones, políticas y acciones percibidas, y al estilo de gobernar de las autoridades. El apoyo difuso representa un vínculo intrínseco con los objetos políticos que no desaparece con facilidad como consecuencia de lo que haga o deje de hacer el gobierno.

La efectividad gubernamental en las democracias sí parece estar sólidamente  correlacionada con el apoyo al régimen político democrático, contra lo que muchos pensaban.

(…) El mensaje es preocupante para los demócratas que han confiado en exceso en el argumento clásico de que la legitimidad democrática es insensible a los resultados políticos y económicos.

Las democracias no son inmunes a las consecuencias de la inefectividad gubernamental y a las malas políticas públicas. Las democracias que no son efectivas acaban teniendo ciudadanías que cuestionan su legitimidad.

¿Son las democracias inmunes a la inefectividad de las políticas?

Pedro Magalhães


4 comentarios

  1. Teresa Cabarrush dice:

    Interesante artículo. No sé si la politización en la sociedad civil ha sido positiva, demasiada política sobre las mesas de los españoles, no creo que haya sido bueno, cuestión distinta es si entienden o no las personas de política.

    http://www.youtube.com/watch?v=Ce-5OWBNGNw

    Saludos.

  2. Epicureo dice:

    La desafección no es sólo cosa del «pueblo».

    Cada vez veo más artículos obra de «sabios» que insinúan, con superioridad orteguiana, que el vulgo es ignorante, perezoso y caprichoso, fácil presa para el populismo (el nuevo fantasma que recorre Europa). Eso también es desafección.

    Luego se insinúa que lo mejor para el pueblo es una tecnocracia, en la que se les permita (dentro de un orden) elegir el gestor, pero no las políticas (salvo en detalles). Estas vienen dadas por instancias «independientes», no mancilladas por la necesidad de someterse a elecciones.

    Y a la hora de elegir, como escribe Magalhaes en el último artículo enlazado, «la efectividad del Gobierno debería medirse en términos de la calidad de la formulación de políticas y en su implementación, y no en sus resultados o en la percepción de estos resultados por partes de los ciudadanos». Claro, igual que en un partido de fútbol los puntos no se dan al que mete más goles, sino al equipo que juega con más elegancia. No hay nada más peligroso que perder el contacto con la realidad.

    Quizá convenga repasar la Historia. Esto ya lo hemos vivido. Hace un siglo y pico también había un pensamiento único, basado en que el «laissez faire» es lo óptimo, los mercados son perfectos y no se debe ayudar a los pobres porque se lo gastan en vino. También empezó a haber desafectos antisistema, y las consiguientes reacciones a estos desafectos. Como resultado, la democracia estuvo a punto de extinguirse, mientras los filósofos y científicos sociales se limitaban a llorar «no es esto, no es esto» (eso en el mejor de los casos, que muchos estaban encantados con su autocracia favorita). Para corregir la situación hicieron falta una guerra mundial, una guerra fría e intervenciones gubernamentales masivas.

    Antes de llegar ahí habría que recordar las palabras de Adam Smith, ese gran populista:

    «Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si la mayoría de sus miembros son pobres y desdichados».

    • juan dice:

      en eso está la Unión Europea, en establecer una dictadura enmascarada que ordena recortar salarios y pensiones porque lo dicen los ex-Goldman Sachs, pero no los suyos que los seguiremos pagando con los impuestos de la gente corriente a la que nos recortan.
      Cuanto antes Van Rompuy, Barroso, la Ahston comparezcan ante un nuevo Nurëmberg y sus condenas sean como las de Goering y compañía, antes el pueblo recuperará la esperanza.

  3. Teresa Cabarrush dice:

    ¡ Que alegría otro comentario a este fantástico artículo ! El pobre que poco concurrido.

    http://www.youtube.com/watch?v=qDMrQ93OoJQ

    Saludos Epicureo.

Comments are closed.