Política

Entre la austeridad y el descontento

16 May, 2013 - - @kanciller

La escasez siempre ha generado descontento. Esto lo sabemos al menos desde el Antiguo Egipto, cuando los Faraones tenían la suerte de su reinado fiada a las crecidas del Nilo. Un ciclo de malas cosechas podía hacer que el pueblo considerase que su rey había perdido la conexión con los dioses y, en consecuencia, que había que dar un pequeño empujón al reemplazo generacional. El que fuera responsabilidad suya o no era lo de menos, lo importante es que si las cosas iban mal se cortaba una cabeza – rendición de cuentas en lenguaje más moderno. Yendo más allá del destino de un gobernante, también es conocido que la economía importa para la consolidación o el cambio de un régimen político. Por citar solo a dos tótems, lo dice Marx en toda su obra, lo dice Przeworski en “Democracia y Mercado”. Y si no que se lo digan a los Borbones franceses o a la República de Weimar.

La clave interesante por conocer es en qué medida existe una conexión entre cómo se gestiona la escasez y el propio descontento social. Ya tenemos algunas pistas. La llegada de la gran crisis europea ha hecho que el voto económico vuelva a entrar con fuerza en la agenda. La volatilidad electoral – los cambios de voto – ha tendido a aumentar desde 2008, así como la fragmentación de los parlamentos. Los partidos en el poder tienden a perder elecciones más fácilmente, y no solo en los países de la periferia europea. Sin embargo, la política institucional ofrece una vista incompleta del telar de efectos políticos de la crisis. Justo ayer que se cumplía el aniversario del 15m comentaba (de pasada) que estamos en un ciclo claramente alcista de la protesta, de movilización callejera. Y esto, sin lugar a dudas, está muy ligado con las medidas políticas que se están tomando durante la crisis.

¿Recordáis los sucesos de Londres y su “verano caliente” en 2011? El durante muchos años alcalde de esta ciudad, Ken Livingston, dijo a bocajarro que aquellos disturbios venían causados por los recortes sociales que estaba aplicando el gobierno Cameron. No olvidemos que por entonces unos estudiantes llegaron a atrincherarse en la sede del Partido Conservador protestando contra las tasas universitarias. Pues bien, el hecho es que hay una investigación académica de Poncitelli y Voth que avalan las palabras de Livingston. Contrastando una larguísima serie de eventos (desde 1919 hasta 2009) en Europa Occidental muestran que hay  una asociación clara entre el grado de los recortes presupuestarios y el incremento del descontento social. De hecho, en su artículo hasta distinguen entre manifestaciones, disturbios, asesinatos y huelgas generales (CHAOS es el agregado). Mirad la asociación entre la política fiscal y la magnitud de cada acción:

 grafico 1

Por supuesto, en su análisis también se encargan de descartar una posible causalidad invertida: mediante diferentes controles y bases de datos complementarias descartan que los disturbios sean los causantes de los recortes. Por otra parte, también encuentran otro hallazgo interesante: El nivel de expansión de los medios de comunicación modernos, que en teoría debería favorecer protestas o la generalización de un “clima de enfado”, no tiene efectos significativos. A mi no me resulta algo tan sorprendente. Al fin y al cabo, la expansión de la opinión pública(da) podría afectar a la reacción de los gobiernos frente a dicho clima pero en la movilización callejera son las organizaciones políticas clásicas las que llevan el peso. Unas organizaciones (sindicatos, partidos de masas, grupos anarquistas…) que ya eran potentes antes de que hubiera televisión en nuestras casas – al menos desde finales del XIX, con declive quizá desde los 70-80. Aquí se muestra la distribución temporal de los eventos:

figura 1

Por lo tanto, hay cierto respaldo a la idea de que una mala situación económica tiende a hacer perder elecciones a los gobiernos y que si, además, la crisis se complementa con recortes presupuestarios, también incrementa la protesta y la inestabilidad en el país. Teti, primer faraón de la VI dinastía, otorgó por decreto tierras en Abidos a nuevos propietarios que le habían servido en sus campañas militares. Según señalan algunas inscripciones, tras una sucesión de malas cosechas, supo inteligentemente hacer una exención de impuestos en aquella provincia para evitar la rebelión. Una gestión prudente de la escasez que no le evitó acabar asesinado en una conjura palaciega. Sin embargo, esta lección puede ser valiosa para cualquier gobierno. No solo es importante que se interiorice el coste político de hacer recaer los ajustes sobre unos y no sobre otros, sino también que la austeridad tenderá a hacer más ingobernable a un país que, hoy por hoy, tiene nombre de marca.

 


20 comentarios

  1. Una pequeña correción: el alcalde de Londres en 2011 era Boris Johnson, que lo lleva siendo desde mayo de 2008 hasta ahora.

  2. carlos dice:

    ¿Y no puede ser simplemente que una mala situación económica es la causa de los recortes Y del descontento?

    Quiero decir, los recortes se hacen porque hay mala situación económica (ingresos que disminuyen y gastos que aumentan).

    Parece un poco utópico decir que lo que habría que haber hecho es no recortar nada. Es que precisamente ha sido necesario recortar porque la mala situación económica ha aumentado el déficit del Estado y nadie nos presta dinero para cubrirlo.

    Si ingresas menos que gastas tienes que recortar. Otra cosa es que se haya recortado por donde se ha recortado y que es posible que hubiera otras alternativas.

    Pero eso, que me parece que la mala situación económica es la causa de recortes Y descontento. Y que entonces decir eso es simplemente una perogrullada.

    • carlos dice:

      PD: y, obviamente, a peor situación económica peor es la magnitud de los recortes y el descontento lo que explica perfectamente los gráficos.

    • Pablo Simón dice:

      Las estimaciones en el artículo señalan un efecto independiente de los recortes, más allá de que pueda ser verosimil la relació entre ambos. Es decir, los recortes aumentan la protesta manteniendo el ciclo constante.

      Tampoco estoy entrando aquí en el hecho de que la coyuntura económica obligue a recortar, aunque sí es interesante que no haya un efecto semejante sobre este tipo de descontento en las subidas de impuestos. Es decir, que existen diferente vías para aumentar ingresos y el propio ajuste puede repartirse como se quiera. Queda para reflexión aunque no creo estar cualificado para opinar sobre la materia

      Finalmente, aquí solo señalo esta doble dimensión. La mala situación económica hace más probale perder las elecciones y los recortes aumentan la protesta. De este modo, los gobiernos deben «descontar» políticamente ambas variables, no solo una.

  3. heathcliff dice:

    Perdóname, Pablo, pero a mí todo esto que cuentas me suena a la lógica de los Corleone:

    Si me pagas, no te quemo la tienda. Pero si no me pagas, lo lógico es que te que te queme la tienda, viole a tus hijas y apalee a tus perros. Porque la idea central de todo es obtener dinero de ti, ¿no?

    Da la impresión de que en ciertos grupos se ha instalado la idea de que es necesario extraer rentas a cambio de ofrecer paz social, y que si esas rentas no se extraen, se acaba la tranquilidad.

    En casos así sugiero la contratación de algún Elliot Ness. Pero desde luego, nunca y bajo ningún concepto, seguir subvencionando a esos grupos especializados en vivir a costa del resto.

    • Pablo Simón dice:

      Nada más lejos de mi intención que simplificar tanto el argumento. Solo se señala, en todo caso, la asociación entre el grado del ajuste y la probabilidad de que haya descontento – con estas acciones. Por supuesto, es una asociación probabilística, no determinista. Después hay infinitos factores políticos y contextuales a considerar.

      • heathcliff dice:

        Separar lo probabilístico de lo determinista ya es hilar seda de Cachemira.

        En el mundo real, casi nada es determinista, salvo dos o tres cuestiones como la termodinámica, y ninguna en las ciencias sociales. Todo es probabilístico…

        Pero vale… 🙂

    • Pescador dice:

      ¿A quienes te refieres? ¿Te estás metiendo con los que meten los pisos invendibles en el Banco malo, con los constructores de autopistas de peaje, con los accionistas de las electricas, con los que reciben donativos de solares, con los que no pagan IBI..? ¿O con los que roban al «detall»?

      • heathcliff dice:

        Con todos.

        Desde el que se lleva cien millones de euros de una consejería al que se lleva a casa los folios de la oficina.

        Recuerda a Marx: ejercer la prostitución no es cuestión de tarifa. 🙂

        • Pescador dice:

          Tu recuerda tambien las teorías de la economía del esfuerzo: controlar al que roba – o se apaña para que le caigan- cien millones requiere más voluntad pero menos medios y esfuerzos que impedir que los oficinistas se lleven esos cien millones de euros en folios.
          Hay que priorizar lo objetivos, la ética ayuda, pero la polícia es imprescindible.
          Además, si te pillan con los folios en la oficina ó te comes un donuts si trabajas en un supermercado, te despiden. Si haces desaparecer cien millones, acabas de consultor , de tertuliano o de político. Una asimetría bastante contundente.
          Por eso a las prostitutas de 30 euros se las llama putas y a las de 3000 acompañantes

    • Corolario. dice:

      ¿Y por qué extraer rentas bajando salarios de los ya famélicos trabajadores si es un método legítimo de obtener dinero y armar bronca en la calle no?

      ¿Porque le interesa a los que son/sois ricos?

      • heathcliff dice:

        Por mi parte, preferiría disminuir gastos administrativos y aumentar ingresos del Impuesto de Sociedades. Pero esa es mi opción, y ahí ya entramos en otro tema.

  4. Josep dice:

    Cuando citas escasez, te refieres a barreras al acceso, no?.. porque escasez no hay: mira dinero en paraísos fiscales, pisos vacíos..

  5. Rosa dice:

    Leido Pablo,y algo he entendido.

  6. Roger dice:

    Buen artículo. Ojalá hubiera más historiadores como Voth. Por otro lado, Alesina et al. tienen un paper donde muestran que los gobiernos no son castigados por las políticas de austeridad. A pesar de que estos últimos resultados son discutibles y seguramente cambiaran al incluir en la muestra las elecciones hasta 2013, Guido Tabellini tiene un modelo muy interesante que intenta reconciliar ambos resultados (es decir, castigo en forma de protesta pero no electoral). (http://didattica.unibocconi.it/mypage/upload/48805_20130502_022422_EMOTIONS-UNREST_2MAY2013-1.PDF).

    Parafraseando a Tabellini:
    «Alesina et al. consider a sample of 19 OECD countries from 1975 to 2008, and show that governments that achieve large reductions in the budget deficit are not punished at the subsequent elections. But then, why do budgetary consolidations seem so difficult? A plausible conjecture is that governments struggle to overcome the opposition of vocal and politically active minorities. In other words, political unrest, rather than majority voting or lobbying behind closed doors, is the form of political participation that discourages fiscal retrenchments.» (page 8)

    • Pescador dice:

      Casualmente cortan antes de la Gran Depresión del s XXI ¿Que tal fue la austeridad con la GD del 29? ¿La olvidaron por Godwin?

  7. heathcliff dice:

    Godwin es eufemismo de censura por tema inconveniente, ¿no?

    🙂

    (A veces parecemos lelos)

    • Pescador dice:

      En este caso sería por un godwin directo: meter los ejemplos del 29 sería meter directamente al fascismo y al nazismo en la ecuación. Sería ya no terminar la discusión aludiendo a Hitler y los nazis, sino empezandolo con ellos.

      Define «tema inconveniente»….

Comments are closed.