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Cuatro escándalos en la Casa Blanca

15 May, 2013 - - @egocrata

La semana ha empezado cargadita en la política americana, con cuatro (presuntos) escándalos apareciendo casi de la nada para darle un día horrible a la Casa Blanca. Como es costumbre la prensa española se ha hecho un lío tremebundo intentando explicar qué narices pasa, y cuando lo han hecho se han quedado a medias. De los cuatro escándalos, hay uno irrelevante, uno absurdo, y dos feos, así que vale la pena explicarlos. Aunque sea para comparar lo que en Estados Unidos se considera un escándalo y provoca polémica y que en España pasaría totalmente desapercibido. Iremos por partes.

1. Benghazi:

De todos los escándalos, este es el más irrelevante; los republicanos llevan ocho meses persiguiendo fantasmas sin llegar a ningún lado. Mitt Romney litigó la presunta conspiración de la Casa Blanca para negar que fuera un acto terrorista en los debates y salió escaldado, pero eso no ha frenado a los conservadores. La investigación se ha movido entre acusar a Obama de intentar encubrir que la CIA sabía que iban a ser atacados (falso) a acusarle de no enviar tropas / F16/ supermutantes a proteger el consulado a pesar que podía hacerlo (falso también), volviendo ahora a un posible complot para encubrir que Hillary Clinton era una inútil (también falso).

La prensa no-conservadora no le ha prestado demasiada atención, a pesar que en Fox llevan hablando sobre impeachment desde diciembre. Por mucho que algunos sigan insistiendo que hay algo terrible, terrible, terrible en esta historia, no hay nada relevante. La Cámara de Representantes (republicana) denegó un aumento del gasto de protección a diplomáticos meses antes de los ataques, por cierto, así que tiene algo de cortina de humo.

2. Recaudando dinero para Obamacare:

La Cámara de Representantes se ha negado a presupuestar dinero para varios aspectos cruciales de la reforma de la sanidad de Obama, así que la Secretaria de Sanidad, Katherine Sebelius, está recaudando fondos de aseguradoras privadas y hospitales que quieran colaborar en el esfuerzo. Los republicanos están haciendo ruido diciendo que eso es desleal, malvado y extorsión a empresas que reciben dinero público. Lo que no dicen es que es perfectamente legal y la administración anterior lo hizo durante la expansión de Medicare D, sin que nadie dijera ni pío. No es un escándalo serio, sólo ruido político común.

3. El registro de llamadas de la Associated Press:

Este es el primer escándalo feo, aunque es menos terrible de lo que aparenta. Hace una temporada la AP publicó una noticia sobre un complot terroristas que las autoridades americanas habían desmantelado en Yemen. La historia ponía a la administración por las nubes, pero también revelaba información secreta que la Casa Blanca estimó que podía poner en riesgo sus red de agentes en la zona. El Departamento de Justicia lanzó una investigación interna de inmediato para averiguar quién había pasado la información a la AP. Para ello pidieron el registro de todas las llamadas de un número indeterminado de periodistas (parece que unos veinte) durante dos meses, viendo con quién se habían comunicado.

Suena escandaloso, ciertamente, pero hay un pequeño detalle importante: es perfectamente legal. En Smith vs. Maryland, una sentencia del Tribunal Supremo de 1979, se establece que el registro de llamadas de un individuo u organización pertenece a la compañía telefónica, no a la persona que ha hecho o recibido la llamada. El Supremo entendió que en el momento en que alguien marca un número está haciendo pública esa información a la operadora, y por lo tanto no está cubierto bajo el derecho a la privacidad constitucional. Esta sentencia es la base de miles de investigaciones en todo el país, con la policía pidiendo registros de llamada de presuntos criminales a las compañías de teléfono (incluso datos de GPS de móviles, aunque eso está siendo litigado ahora mismo) sin tener que pasar por los juzgados. Si habéis visto The Wire, habéis visto esta práctica; es algo que se hace constantemente.

Que sea perfectamente legal, no obstante, no quiere decir que no sea muy, muy feo. La Casa Blanca tenía alternativas menos cavernícolas para conseguir esa información, y más teniendo en cuenta que no hay ninguna ley a nivel federal para proteger fuentes periodísticas. El Departamento de Justicia tenía dos opciones, y escogió la más expeditiva e injusta. Aunque la AP se está haciendo la víctima como una señorita con desmayos de mala manera,  tienen razón de quejarse.

Tras toda esta indignación, sin embargo, espero que los republicanos y toda la clase periodística americana se indigne de igual manera cuando algún pobre diablo en Newhallville o un barrio chungo parecido acabe con sus huesos en la cárcel cuando la policía descubra en los registros decenas de llamadas de teléfono sospechosas sin autorización judicial. Aquí les espero.

4. La investigación del IRS:

El Internal Revenue Service, el equivalente americano a la Agencia Tributaria, tiene entre sus funciones determinar si las organizaciones sin ánimo de lucro se portan bien. Las ONG, al fin y al cabo, no pagan impuestos; para poder disfrutar de este privilegio tienen que presentar una cantidad considerable de papeleo al IRS justificando sus actividades.

Una de las categorías de ONG son las llamadas 501(c)(4), organizaciones dedicadas a hacer el bien y un poco de política de vez en cuando. Las 501(c)(4) tienen el privilegio de poder mantener sus donantes en secreto, pero deben vivir bajo la restricción de no poder gastar más de la mitad de su presupuesto en actividades de carácter político, y nunca dando dinero directamente a candidatos. No hace falta ser un genio para darse cuenta que lo de los donativos secretos es algo muy atractivo en un mundo donde las empresas y millonarios pueden gastar tanto como quieran en campañas políticas; el resultado es un número considerable de nuevas 5o1(c)(4) aparecidas de la nada en los últimos años, la mayoría de corte conservador. El IRS fue sepultado por una auténtica avalancha de solicitudes mientras se enfrentaba a recortes presupuestarios.

Es aquí donde empieza el escándalo: el viernes el IRS admitió que durante varios meses (desde mediados del 2010 a principios del 2012) la unidad de control para entidades sin ánimo de lucro se dedicó a poner pegas y pedir cantidades ingentes de papeleo a 501(c)4 que tuvieran términos como «tea party«, «9/12», «constitution» y «patriots» en su documentación. Es decir, organizaciones probablemente conservadoras. O sea, algo realmente bastante feo.

Feo, sí, pero no necesariamente malicioso. En un larguísimo y detallado informe del Inspector General del Departamento del Tesoro (un cargo estrictamente imparcial y apolítico – el informe es magnífico) la historia parece ser una mezcla de funcionarios demasiado entusiastas intentando buscar fraude de forma creativa (la inmensa mayoría de 501(c)(4) nuevas eran conservadoras, al fin y al cabo – gran parte del gasto de la campaña del 2012 se hizo a traves de estas organizaciones) y jefes de sección incapaces de controlar el tinglado. En verano del 2010 empezaron las investigaciones; en julio del 2011, cuando llegó a oídos del director del IRS, la práctica fue abolida y los criterios cambiados. En enero del 2012, sin embargo, los empleados volvieron a las andadas hasta que en mayo del 2012 el nuevo director del IRS ordenó cambios de nuevo.

El Inspector General  no ha encontrado evidencia de politización (el director del IRS fue nombrado por George W. Bush, con mandato de cinco años), pero si nutridas señales de incompetencia y desgobierno. Los trámites para recibir la aprobación como 501(c)(4) van con un retraso descomunal, con muchas organizaciones esperando más de un años para recibir los papeles. El IRS también pedía cantidad de material inútil, incluyendo cosas como listas de donantes. El informe incluye nueve recomendaciones de cambios reglamentarios en el IRS (ya han adoptado siete de ellos), pero no encuentra signos de interferencia política. Es un escándalo que nadie haya sido despedido por esta comedia, pero no parece que la Casa Blanca tuviera algo que ver. Si hay algo feo, en todo caso, es que el IRS negara al Congreso que hubiera una investigación sobre politización hace unos meses, pero poco más.

No que eso importe a los republicanos, claro está. Hoy el GOP en bloque y todos los medios asociados andaban invocando el fantasma de Richard Nixon y hablando de sectarismo totalitarista. El asunto entero es una especie de apelación a todas las paranoias y fantasías persecutorias de la derecha americana. Por mucho que Eric Holder haya dado órdenes al FBI para investigar si ha habido conductas criminales (improbable) y que Obama se muestre todo indignado, van a llorar sobre esto hasta el fin de los días. La historia va a durar lo indecible porque la verdad, se vende sola y tiene en origen un problema real y cierto, aunque vamos a tener meses de periodismo de investigación estilo Pedrojota («¿sabía Obama que el IRS pidió su DNI a una viejecita?»), pero no es gran cosa.

Por cierto, el IRS investigó activamente varios grupos progresistas durante la administración Bush. Y por supuesto, el sistema de financiación de campañas electorales en Estados Unidos, encarnado entre otras cosas en las 501(c)(4), es una vergüenza, pero ese es otro tema.

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Resumiendo: ¿os imagináis escándalos de corrupción así en España? Debate sobre una nota de prensa de Rajoy tras un atentado de ETA, preguntas sobre si es apropiado que Sanidad pida dinero a hospitales privados para dar un servicio, una discusión sobre secretos oficiales revelados a periodistas y otra sobre hacienda siendo demasiado entusiasta. La administración federal americana es, en líneas generales (nota: excluir el Congreso) eficaz y honesta, y los escándalos son, con excepciones, más bien poca cosa (el Watergate en España no haría dimitir a nadie). El ruido mediático, sin embargo, es sencillamente espectacular, con la prensa lanzándose como posesos ante la más mínima sospecha de desfalco o deshonestidad. Y la verdad, hacen bien.

La política americana a nivel estatal y municipal, eso sí, es otro cantar. No se puede tener todo.


7 comentarios

  1. Teresa Cabarrush dice:

    Gracias Señor Senserrich por el artículo, ayuda a comprender más a los EE.UU. Una sugerencia¿ podrías explicar la diferencia entre la sociedad americana y la española ?, su manera de proceder ante la política, creo entender que la sociedad americana es más comprometida con la sociedad que no la nuestra.

    Saludos.

  2. […] Cuatro escándalos en la Casa Blanca […]

  3. blp dice:

    Benghazi:

    Steve Pieczenik interpreta el ataque en Bengasi como el resultado de una pugna entre la CIA civil y elementos del Ejército de Estados Unidos, ambos involucrados en la entrega de armas a la oposición siria conformada por grupos radicales cercanos a Al Qaeda.

    http://verdadahora.cl/ex_funcionario_del_departamento_de_estado_obama_debe_ser_interpelado_por_el_caso_bengasi.html

  4. […] Senserrich explica que la petición a las compañías telefónicas de los registros de llamadas es una medida legal. Otra cosa es que sea políticamente presentable. El Tribunal Supremo dictaminó en su momento que […]

  5. Teresa Cabarrush dice:

    Señor Senserrich, le dejo este artículo sobre el desprecio nacional del talento, ¿podría explicarme por qué nuestro querido País, siempre desprecia a los talentos?, ¿recelos de la política, quizás ?

    No apoyar a las personas con talento es una falta de inteligencia por parte de una Nación.

    http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2013/05/15/desprecio-nacional-talento/0003_201305G15P15993.htm

    Gracias por si puede contestarme.

    Saludos.

    http://www.youtube.com/watch?v=_YCYK8KAFwA

  6. […] segundo editorial es una bobada irrelevante de alguien que no sabe de qué van los “escándalos” de Obama. No se puede tener […]

  7. […] importancia a los “escándalos” que parecen “asediar” la Casa Blanca. Como comentaba el otro día, ninguno de las acusaciones parece ser especialmente seria; los republicanos llevan […]

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