Política

Cómo manipular el sistema electoral alemán en dos cómodos pasos

1 May, 2013 - - @kanciller

Hace algunos días me quejaba de que, aunque todos son fans del sistema electoral alemán, nadie dice ni pío sobre temas cruciales como el diseño de los distritos o la barrera electoral. Sin embargo, reconozco que predicaba en el desierto. El sistema mixto compensatorio, para los amigos «el sistema alemán”, sigue gozando de una notable popularidad. A todos los aficionados a esta materia les parece una estupenda combinación entre una proporcionalidad casi perfecta y gran cercanía de los diputados vía distritos uninominales. Además, se lo está considerando en serio como reemplazo en algunas comunidades autónomas (Madrid o Cataluña). Vista mi derrota, a continuación daré a los partidos un par de estrategias sobre cómo manipularlo para conseguir mayorías sobredimensionadas. Estoy convencido de que me agradecerán el favor. Las técnicas de manipulación las tomo exclusivamente de este artículo de Daniel Bochsler (muchas gracias a Eva Anduiza por hacérmelo llegar).

Antes de entrar en materia, recordad que los sistemas mixtos compensatorios generan resultados proporcionales porque los ciudadanos disponen de dos votos; Un voto a lista que asigna el porcentaje de escaños para cada partido y un voto a candidato en distrito uninominal que asigna a quien corresponde los escaños. Sin embargo, y esta es la asunción implícita que Bochsler hace explícita, este sistema solo puede operar para “hombres honestos”. ¿Qué quiere decir con esto? Que tan solo puede generar este resultado óptimo si tanto votantes como partidos se abstienen de realizar comportamientos estratégicos que jueguen con la opción de poder votar a un partido diferente en cada uno de los niveles (o split voting).

Primera estrategia: Usar partidos clon

Imaginemos que estamos en la Comunidad de Madrid y decide aplicarse un sistema mixto compensatorio. Ni siquiera ha habido gerrymandering, todo se ha hecho por una comisión de expertos. ¿Cómo podemos manipularlo? Pues bien, la primera estrategia es que los partidos compitieran en un nivel, pongamos el de los distritos uninominales, pero tuvieran un partido hermano fake creado para competir en las listas. Como nominalmente son diferentes partidos los escaños no se compensan mutuamente, luego el sistema genera desproporcionalidad. Por ejemplo, el Partido Popular compite para los distritos uninominales pero crea otro partido, Unión Popular, que compite en las listas. Esta entrada estratégica hace que los escaños del UP no se llenen con los de PP, aunque de facto con el mismo partido. El resultado es una sobre-representación de los populares por vías complementarias.

Esto puede parecer un supuesto teórico pero no lo es. En Italia en 2001 tenían una adaptación del sistema electoral mixto y ambas coaliciones emplearon esta técnica. La coalición de centro izquierda compitió en algunas regiones con el partido clon Abolizione scorporo y el centro derecha con el propio Paese Nuovo. Más casos. ¿Os acordáis que Venezuela tenía uno de los sistemas electorales más perfectos del mundo (sic)? Pues bien, el Movimiento por la 5ª República compitió en los distritos unininominales con un partido fantasma, la Unidad de Vencedores Electorales. Gracias a esta estrategia, y como la UVE ganó el 85.5% de los votos en los distritos, no se dedujeron de los escaños del porcentaje correspondiente para el Movimiento. De nuevo, resultados inflados para el partido mayoritario. Hasta en las elecciones de 2007 en Lesoto tenemos la misma lógica, con partidos clones de ambos partidos mayoritarios compitiendo en diferentes niveles.

Por lo tanto, aquí tenemos una primera técnica para manipular el sistema compensatorio: Presentar un clon en uno de los niveles para que no haya resultados proporcionales. Incluso cuando se pusiera una previsión legal de que los partidos compitan en ambos niveles: 1) Es muy complicado delimitar cuando tienes un partido testaferro y 2) No se puede controlar que, aunque se obligue a competir a las listas, los votantes tengan consigna de seguir votando al clon. Lo que me lleva al segundo tipo de manipulación de este sistema electoral.

Segunda estrategia: Consigna de voto estratégico

Supongamos que se aplica un sistema mixto compensatorio en Andalucía. De nuevo, los distritos los ha delimitado una comisión de expertos. Como ha habido el escándalo de Madrid, los partidos han decidido “jugar limpio” y presentarse en todos los niveles, sin formaciones clones. Sin embargo, las cúpulas de PSOE e IU han llegado a un acuerdo previo para re-editar un gobierno de coalición si suman en las siguientes elecciones. Siendo esto así, el PSOE ha dado una consigna a sus seguidores: Que voten masivamente con su voto de listas (proporcional) por IU mientras que lo hagan en el mayoritario por ellos. Esto es similar a lo que hacen en Alemania algunos votantes, que eligen CDU en su distrito y FDP en el proporcional. Gracias a esta estrategia, si es seguida de manera masiva, la coalición ganadora puede sobre-representarse mientras que otros pequeños (UPyD y Equo), que hubieran sido decisivos para formar gobierno gracias a la listas proporcionales o bien no lo son o bien se quedan sin representación.

De nuevo esto no es un supuesto inventado sino que fue lo que ocurrió en 2005 en las elecciones de Albania. Los partidos grandes (Partido Socialista y Partido Democrático) dieron la consigna de votar en la papeleta a lista proporcional a su pequeño socio preferente de coalición, incluso con mensajes en sus materiales de campaña y publicidad. Esta estrategia fue tan efectiva que, pese a que parezca muy sofisticada, el 79% de los votantes la siguieron – ¡masivo! -. Esto ayudó a los partidos grandes en dos sentidos. Primero, permitió la entrada de sus socios y que desplazaran a otros partidos minoritarios de ser pivotales en la coalición. Y segundo, permitió que los partidos grandes obtuvieran mayor número de “mandatos excedentes”, es decir, esos escaños uninominales que se asignan al partido que gana en más distritos que escaños en la lista (aumentando el tamaño de la asamblea).

De nuevo, la proporcionalidad es cortocircuitada con astucia para beneficio de los grandes partidos (y aliados), aunque esta vez por vía de los votantes. ¿Puede contravenirse esta estrategia? La verdad es que los “mandatos excedentes” no la impide. Los propios alemanes siguen teniendo una viva polémica al respecto. Es cierto que si el voto dividido se da a pequeña escala no hay demasiados problemas en este país pero… ¿Qué ocurriría si fuera masivo como en Albania? Habría sorpresas desagradables. Para solucionarlo – la idea es de Pepe – lo que se podría hacer es que solo se pudiera votar a una persona en el distrito y luego ese voto se compense en una lista nacional. Ahora bien, esto soluciona la proporcionalidad anulando la posibilidad de voto diferente en ambas listas pero parece que acaba con las ventajas del sistema, la de ese candidato cercano. Al final es casi como tener una lista con distrito único aunque cambie la cara en tu circunscripción.

En conclusión

En esta entrada quería hacer una humilde contribución para erosionar la popularidad del sistema electoral alemán. Como se ha visto, hay dos técnicas que no son demasiado complejas que permitirían manipular el resultado electoral final. No hacía falta que las avanzara yo, los partidos las habrían encontrado por sí mismos. Presentada la manipulación que se ha hecho en otros países es inevitable preguntarse… ¿Somos lo suficientemente «honestos» para poder tener este sistema operando sin un uso estratégico, ya sean partidos o votantes? Si lo aplicamos en España ¿Veremos algo más parecido a lo que pasa en Nueva Zelanda/ Alemania o lo que pasó en Italia/ Venezuela? Unas reflexiones añadidas a los problemas que comentaba el otro día y que deberían hacernos pensar muy en serio si este es el tipo de sistema hacia el que queremos ir. Aunque una reforma electoral tenga efectos limitados y las mejoras sólo puedan ser en el margen, al menos intentemos no acabar peor. Y sí, el sistema idealizado sistema alemán abre la puerta a muchos fantasmas.


43 comentarios

  1. Quevedin dice:

    Enlazo el pdf para los que no tenemos vpn en la uni o similar
    http://www.bochsler.eu/publi/bochsler_albania-ipsr2011.pdf

  2. juan dice:

    Todo lo que no sea una estricta proporcionalidad es distorsionar la voluntad popular en la asignación de representantes.

    • AlfonsoC dice:

      la proporcionalidad no es el único objetivo del sistema. No se vota por placer, se vota para tomar decisiones (directa o indirectamente) necesarias para sostener el contrato social y lograr maximizar el bienestar. El sistema debe favorecer la creación de gobiernos estables.

      Igualmente hay que procurar que todo ciudadano tenga su representante que defienda sus intereses para evitar que, por ejemplo, todo se lo lleven las grandes ciudades, y a Teruel (o a minorías pobres e indígenas) nadie le haga ni puto caso y no tengan voz en las instituciones nacionales.

      Si consigues un sistema con estricta proporcionalidad, que dé lugar a gobiernos estables y en el que todo el mundo esté correctamente representado, felicidades, porque hasta ahora nadie ha podido lograrlo.

      • juan dice:

        Ahora mismo no se cumple ni que todo el mundo esté correctamente representado ni ningún tipo de maximización del bienestar.

        Si en aras de la «presunta estabilidad» sacrificamos la democracia, pues nada, adoptamos el sistema vaticano o saudí que da lugar a gobiernos «estables».

        • M. Alonso Sierra dice:

          ¿Solo es democrático un sistema de proporcionalidad estricta?

          • juan dice:

            es lo que traslada de forma más directa las preferencias de la gente a número representantes.
            Mejorarlo sería que dentro de cada lista, se ordenasen los candidatos en el orden preferido.

            • Theodore dice:

              Esto es logicamente inconsistente y empiricamente falso.

              • juan dice:

                para saber la preferencia real habría que preguntar ¿qué partido me representa mejor? ante esa pregunta se saca «la foto» de las preferencias en un instante dado, y las preferencias deberían llevar al reparto en consecuencia.

                Plantear la democracia en términos «anti» es negativo. El sistema actual prima eso, es decir…para que no gobierne mucha gente tiende a votar a su segunda o tercera preferencia «para asegurar. Eso a su vez hace que «la foto condicionada por lo táctico» se asimile al sentimiento real del electorado, y obviamente el divorcio es claro.

          • juan dice:

            y otra opción sería separar el legislativo del ejecutivo, es decir las legislativas eligen diputados, y unas «ejecutivas» deciden el gobierno, para lo cual ya deberían presentarse en coaliciones hechas y programa conjunto, y el que más votos saque es la coalición de gobierno.
            Y estaría bien que a las ejecutivas se presentasen con una lista con los que fuesen a ser ministros/as de cada cosa.

        • AlfonsoC dice:

          Decir que los objetivos del sistema son tres: estabilidad, proporcionalidad y representatividad (y no solo proporcionalidad), y que es imposible conseguirlos a la vez no quiere decir que el sistema deseado sea una monarquía absolutista. Quiere decir que proporcionalidad estricta no tiene por qué ser lo deseable si sacrificamos los otros objetivos, y que tal vez haya que renunciar a algo de proporcionalidad para mejorar estabilidad y representatividad.

          De hecho, las experiencias históricas de proporcionalidad pura son muy malas. El problema en última instancia es lo que se comoce como «teorema de imposibilidad de Arrow», que te dice, básicamente, que es imposible tener un sistema perfecto.

          Muchos sistemas electorales de paises occidentales no son nada proporcionales. Por ejemplo, ¿el Reino Unido no es una democracia?

          Si estamos «correctamente» representados o no, depende de lo que consideres como «representación correcta». Yo no creo que el sistema electoral español haya tenido la culpa de la crisis actual, ni creo que cambiarlo vaya a hacer ningún milagro. Siendo, como casi todo, mejorable, es razonable al menos bajo mi punto de vista.

      • Ameraun dice:

        Artículo de interés, aunque como todo puede tener sus peros. Sólo por comentar las referencias por »provincias» me sorprende que se siga manteniendo esa referencia toda vez de existir un estado de las autonomías, que si se tomaran como referente y se hicieran dentro de ellas las correcciones territoriales y poblacionales, por ejemplo no se quedaría sin representación Teruel, pero respondería a su población, pero dentro de la autonomía de Aragón, que es la que debería de resolver la proporcionalidad y la territorialidad. Lo de las consignas para el desequilibrio por parte de los votantes lo veo bastante difícil de realizar y lo de los clones, deberían de ser factible la impresentabilidad de los mismos por las mismas normas de registro y ligazones manifiestas, algo que por lo que señala el artículo es visibilizado sin dificultad alguna. Un aspecto más para la reflexión.

    • FE dice:

      Eso nos lleva a tener un distrito único para todo el país. ¿Es más representativo lanzar tu voto hacia una lista única elaborada a cientos de kilómetros de distancia, o dárselo a un candidato, con nombre y apellidos, que se presenta por tu distrito (uninominal)?

      Aparte, que el primer objetivo de las elecciones es conseguir un buen gobierno, no reproducir exactamente las preferencias de los votantes.

      • juan dice:

        Para eso deberían de darse igualdad de oportunidades en comunicación a los candidatos en cada distrito para partir de 0, si no al final voto útil.
        O ir obligatoriamente a 2 vueltas.

        A ver, respecto a tu última frase que me asusta

        ¿y si los votantes en uso de su libertad de voto quieren «tener un mal gobierno»?
        ¿y quién determina lo que es «un buen gobierno»?

        • Roger S. dice:

          No ser Mariano Rajoy, para empezar. Pero ese es otro tema.

          ¿De verdad crees que la experiencia italiana de tener coaliciones de chorrocientos partidos y un gobierno nuevo cada 11 meses es una buena forma de llevar un país? ¿De qué vale mi voto si no tengo ningún control sobre quién está en la coalición o lo que piden los otros socios?

          • juan dice:

            Yo creo que debería de haber un legislativo de no más de 150, que propusiesen leyes, y la gente las votase directamente entre las redacciones de cada partido, si el partido en el poder comienza a perder sus leyes en un determinado % en un año, nuevas elecciones, de esta forma estarían obligados a gobernar según su programa y se conseguiría el «control» que pides.

            Una votación tipo quiniela trimestral bastaría.
            Se puede sortear algo entre los que voten

            • Harry dice:

              No creo que votación directa evite, de ninguna manera, comportamientos estratégicos. Tampoco creo que se pueda lograr recoger fielmente las preferencias de una sociedad. Así, a bote pronto se me ocurre:

              1. La votación directa puede dar lugar a inconsistencias graves (tipo «bajar impuestos a la mitad, doblar pensiones»)

              2. La fragmentación del voto y baja participación restaría legitimidad a cualquier propuesta (ejemplo: se proponen 10 redacciones diferentes por los partidos, y la más votada tiene un 20%, además con una participación del 40% ¿la adoptamos a pesar que la apoya solo el 8% del censo?).

              3. Muchos aspectos técnicos y sus consecuencias son casi imposibles de evaluar (y votar) por gente que no sea experta, y puede caerse muy fácilmente en la demagogia.

              4. La negociación y los pactos son esenciales para lograr amplio respaldo a leyes complejas, imposible en caso de votación directa.

              5. si hay muy baja participación (probable por los costes de informarse de multitud de propuestas y votarlas), los grupos de interés podrían «capturar» votaciones.

    • Todo lo que no sean listas abiertas es distorsionar la voluntad popular en la asignación de representantes (sic) Ahora, eso sí, la proporcionalidad se va a tomar por culo

    • Epicureo dice:

      El problema de la proporcionalidad estricta es que obliga a formar coaliciones de gobierno, y muchas veces multicoaliciones. Es probable que el proceso negociador acabe con un gobierno muy distorsionado respecto a las preferencias de los votantes. Hay muchos ejemplos históricos al respecto.

      A mí personalmente me parece bien que se prime a la lista más votada, en aras de la gobernabilidad. Pero también pienso que todas las opciones con un mínimo número de votos deben estar representadas en el parlamento, que para eso está.

      Lo que me parece imperdonable en un sistema electoral es que discrimine a los electores. En España, según dónde vivas, un voto puede valer mucho, poco o no contar nada en absoluto. Es absurdo.

  3. Msetien dice:

    Um, esto es interesante, y preocupante: me consideraba partidario de ese sistema electoral y no conocia esos peligros. Parece que los males vienen del mecanismo de compensacion, pero quizas esa es la parte que mas me sobra del sistema aleman. ¿No podrian hacerse simplemente distritos unipersonales de unas 200 o 250.000 personas y poner el mismo numero de escaños en una circunscripcion nacional unica con una barrera del 3 o 5%? ¿Para que es necesario el mecanismo de compensacion?

    • Pablo Simón dice:

      En el momento en que no tenemos el mecanismo de compensación se pasa a un mixto «paralelo» o no compensatorio (Corea del Sur, Japón, Rusia hasta hace poco, Armenia). En estos países simplemente un voto va para el distrito y otro para la lista, que son independientes. El resultado es menos proporcional que en el anterior caso y viene llevado de manera crucial por cuantos escaños haya en cada nivel.

      Lo que planteas puede hacerse, por supuesto, pero pasamos a otra familia de mixtos. Mi intuición es que lo que dices no generaría resultados muy diferentes a los de ahora. PP, PSOE, CiU, PNV, Amaiur y CC ganarían en los uninominales y algunos pocos escaños del agregado por lista proporcional irían para IU, UPyD y otros posibles partidos pequeños.

      • Theodore dice:

        La representación puede ser similar con patrones de voto similares, pero no afectaría al comportamiento de los representantes al cortocircuitar parcialmente la dependencia del partido?

      • Theodore dice:

        Responde, canalla afeminado!!!

  4. Aloe dice:

    El sistema alemán no es el único tipo de sistema mixto.
    Puede evitarse lo que se explica en la entrada estableciendo diputados «de lista» y diutados «de distrito» diferentes, de forma que unos no llenan la lista de los otros. Así se hace (creo) en algunos aíses nórdicos, Suecia por ejemplo, si no estoy en un error.
    En ese caso, también habria dos votos, pero no se interfieren mutuamente.

    ¿Cuales serían las trampas de hacerlo así? Me imagino que una posible es incidir sobre la proporcion de diputados «de lista» sobre el total, o seguir con listas de ambito territorial pequeño, en lugar de una sola lista nacional (o del ámbito electoral que sea).
    En esos casos los diputados «de lista» o serían muy pocos o serían poco proporcionales, y como los de «distrito uninominal» tienden a primar a los partidos mayoritarios de por sí, seguiría habiendo sobrerrepresentación de los mayoritarios y barreras de entrada a los nuevos y/o minoritarios.
    Pero si se evita eso, no se me ocurre qué comportamiento estratégico podría usarse para manipularlo después.

    • Pablo Simón dice:

      Lo que planteas tiene pleno sentido. En todo caso, Suecia no es un sistema mixto sino que tiene una lista desbloqueada (con sistema preferencial). Solo incidir en que lo que estas planteando (el mixto paralelo) nos deja igual que ahora en términos de representación, aunque pueda servir el distrito uninominal para esa «cercanía» que se busca con el diputado. Quizá más sencillo recurrir a algún sistema de listas desbloqueadas para no tener que crear distritos uninominales nuevos.

      • Aloe dice:

        No nos deja igual que ahora. Se alegaba, por ejemplo, en otra entrada, que solo el 40% de los escaños británicos no eran «seguros» para un partido y, por lo tanto, solo el 40% dependía en considerable medida de la persona concreta que se presentara.
        Pues bien, 40% es muchísimo más que 0%, que es lo que tenemos aquí.

        Además:
        – Incluso en los distritos «seguros» habrá que tener un poco de cuidado de a quien se presenta, no sea que dejen de serlo.
        – Las obligaciones o la responsabilidad (aunque sean limitados) de un diputado hacia «su» distrito influyen en su comportamiento, incluso si eso no es importante en muchas votaciones, sí lo puede ser en otras. Dar la cara personalmente y que sepan quien eres personalmente marca una diferencia, en política como en la venta de coches usados.
        – El comportamiento de los grupos parlamentarios en los países en los que los diputados se «ganan» su escaño, aunque lo ganen con apoyo del partido, parece ser menos subordinado y menos reverente hacia el aparato de ese partido. Aunque eso tenga otros inconvenientes (como la formación cambiante de alianzas raras o el peligro de captura de legisladores individuales por lobbies) parece mejor en conjunto que tener un Parlamento como el español, donde sería lo mismo que hubiera cinco o diez diputados en total, cada uno con un cartón que dijera «185 votos», «25 votos» etc., porque son completamente inanes.

        Por otra parte, que nos dejase igual que ahora o no, depende de la proporción de diputados de cada tipo. Una lista nacional que eligiera la mitad de los diputados, por ejemplo, dejaría maś sitio que ahora a los minoritarios: por un lado, porque competirian sin «premios» y «castigos» en esa lista, por otro porque aunque en menos distritos que los mayoritarios, también ellos pueden jugar a presentar (o apoyar) personas con tirón personal en distritos uninominales disputados.

        En cualquier caso, tan importante o más que el grado de proporcionalidad es que haya incentivos para que los partidos no presenten a los más imbéciles y obedientes y estos solo respondan ante su cúpula, y, por otro, para que los diputados tengan algo que ganar siendo buenos diputados, a diferencia de ahora, que solo tienen algo que perder.
        Aunque ahora tuviéramos un sistema más proporcional, con listas cerradas pero nacionales, la mayoría parlamentaria sería seguramente la misma que hay. Pero quizá incluso esa poca diferencia permitiría que el despego ciudadano y el descrédito de la política parlamentaria fueran menores, y la motivación (y los cauces disponibles) de mucha gente para participar e intentar que las cosas mejoren para la próxima, sería mayor.

        No sé si es impresión mía solo, pero parece que tenemos juntos los peores defectos de las listas cerradas, de los distritos pequeños, del manejo de los aparatos nacionales, del mangoneo de los caciques locales. Un sistema mayoritario en la práctica sin ninguna de sus virtudes, un sistema de listas cerradas (en teoría proporcional) sin ninguna de sus virtudes tampoco.

        • Aloe dice:

          «y la motivación (y los cauces disponibles) de mucha gente para participar e intentar que las cosas mejoren para la próxima, sería mayor.»

          Aclaro lo que quería decir con esto, que no lo he dicho: las barreras de entrada para partidos nuevos serían mucho más bajas, al no haber «voto útil» lo que sería un incentivo de mejor comportamiento de los instalados, y una posibilidad de relevo de partidos del sistema, a medio plazo, mucho mayor. O sea, más competencia.

  5. handmadefilms dice:

    Para solucionar el problema de la 2ª estrategia no se podría obligar a los votantes a su voto proporcional y su voto mayoritario pertenezcan al mismo partido?

    • Pablo Simón dice:

      Eso es exactamente lo que dice Pepe, pero entonces todos los votos van a la lista compensatoria nacional. A efectos practicos es un distrito unico

  6. Lord John Marbury dice:

    No entiendo por qué dices que no se pueden prohibir legalmente los partidos clon para evitar este tipo de manipulación, afirmas que «Es muy complicado delimitar cuando tienes un partido testaferro». ¿Si se enteran millones de votantes, no se van a enterar en la Junta Electoral Central, compuesta por magistrados del TS y catedráticos?

    P.D: Una pequeña errata en el artículo: en Italia, la lista Abolizione scorporo era de Berlusconi, no del centro izquierda.

    • juan dice:

      bueno, dado que los partidos en España incumplen lo que marca la Constitución sobre que su funcionamiento deberá ser democrático…y priman dedazos, sucesores señalados, «el que se mueva no sale en la foto», etc etc…como para hilar fino con listas afines.

  7. Roger S. dice:

    A mí, la verdad, me gusta cada vez más el sistema británico. Uninominal, first past the post, y santas pascuas. La proporcionalidad está sobrevalorada.

    • juan dice:

      Sólo con 2 vueltas puede ser justo. Bajo este sistema puedes tener el 50 % de diputados elegidos con menos de un 30% de votos en sus distritos si el electorado está fragmentado.

      • Epicureo dice:

        No, solo el voto preferencial es justo: cada elector da un número de orden a cada candidato por preferencia, y si ninguno saca mayoría absoluta en primera preferencia se cuentan los votos en segunda, tercera…

        Con el sistema a doble vuelta se obliga a demasiada gente a votar estratégicamente (o sea, no a su verdadero favorito). Y además sale el doble de caro.

        • juan dice:

          de acuerdo con eso

          • Harry dice:

            juan, no entiendo, creía que si un sistema no era proporcional estricto no te gustaba. los sistemas uninominales con voto transferible no son nada proporcionales. Con este sistema, los partidos con pocos votos en cada circunscripción no sacan ni un representante.

            A ver si va a resultar al final que la proporcionalidad estricta no es tan imperiosa…..

            • juan dice:

              Es un mal menor, mejor que lo que tenemos.
              Permiten generar proporcionalidad de bloque, y facilitar sorparsos en distritos en función de carisma y credibilidad del candidato.
              Ejemplo: con mayoría de voto de izquierda sería difícil una mayoría absoluta de la derecha y viceversa.
              Luego, en un distrito, si el candidato del partido mayoritario de un bloque es impresentable, podría ser que en primera opción muchos de sus votantes votasen al alternativo de su bloque para que pasase al otro, y que sumando a los «del voto útil», realmente ganase el bloque pero con el candidato «alternativo».

  8. Ramón García dice:

    Como Msetien, pienso que el problema viene de la compensación, que es la parte que sobra.

    Pablo Simón: que eso dé unos resultados similares a los actuales es un razonamiento equivocado. A mí me importa poco el resultado, sino que un país esté bien gobernado, por representantes cuyos intereses coincidan con el interés general. Te olvidas de los efectos dinámicos, tanto en el resultado electoral como en la forma de votar de los representantes. En el resultado, desparecería el voto útil en la parte proporcional, haciendo que en esta parte una opción que no sea mayoritaria pueda estar representada. Segundo, los diputados se deberían menos a la cúpula partido, tanto los de la parte proporcional (por la mayor competencia de otros partidos y así más miedo a perder votos frente a ellos) como por la parte mayoritaria. Dirás que en el Parlamento británico el 9x % de veces los diputados votan con su partido, pero, de nuevo, olvidas el efecto dinámico, el gobierno no va a enviar propuestas de ley al parlamento si sabe que los suyos van a votar en contra. Por ejemplo, con encuestas del 90 % en contra, ningún diputado del PP de distrito uninominal habría votado a favor de la guerra de Irak. Entonces, como eso daría un espectáculo de división interna, el gobierno habría preferido no participar en esa guerra.

    • juan dice:

      pse pse, porque al final para designarte como candidato en el distrio uninominal deberían de tragar con carros y carretas y luego rectificar o «arrepentirse» en campañs.

      A ver, que España no es UK, donde los conservadores hartos del chalaneo de su partido con la UE se piraron y formaron UKIP a pesar de lo duro que sabían que sería entrar en el parlamento.

  9. Carlos dice:

    No acabo de entender por qué el voto estratégico repartido entre dos partidos se ve como una vulnerabilidad en el sistema electoral alemán. A mi me parece una de sus fortalezas.

    De esa manera se explicita la coalición preferida por electores y partidos… No buscamos con los sistemas electorales (entre otras cosas) que sea posible identificar de la forma más clara posible diferentes opciones de gobierno?

  10. […] de España, por cierto – de hecho, es un problema recurrente en muchos lugares. Italia, como señalaba Pablo hace unos días, ha sido capaz de copiar casi punto por punto la ley electoral alemana, un […]

  11. Cachilipox dice:

    Una sola papeleta, un solo voto por elector.
    50 % de la cámara, distritos uninominales, a la británica, fist past the post.
    50 % de la cámara, distrito único nacional, alimentado con todos los votos, estrictamente proporcional.
    Lista electoral nacional, fija con los mismos candidatos que a distritos uninominales. El orden lo pre-establece el partido.
    Si resultan elegidos por su distrito uninominal, ganan escaño, y por tanto, saltan de la lista nacional, corriendo un puesto.
    Barrera electoral baja o inexistente.
    No hay votos perdidos, ni votos útiles.
    Los «partidos de gobierno», los que son capaces de presentar candidatos ganadores de distritos uninominales mayoritariamente, de facto tienen cómputo doble. Facilidad de mayorías de gobierno.
    Los «partidos de la oposición», los que representan a una significativa minoría, pero no lo bastante como para ganar distritos, obtienen siempre una representación acorde con su apoyo ciudadano, sin alteraciones por ineficiencias de circunscripción. Legitimidad por representatividad.

  12. Guerau dice:

    Hay que buscar un compromiso entre proporcionalidad, pluralidad, representatividad territorial, relación directa entre elector y elegido, y sencillez. Con la proporcionalidad y la pluralidad se evita el voto útil y la tendencia hacia un duopolio bipartidista. La representatividad territorial supone que los diversos territorios sean tenidos igualmente en cuenta a pesar de su distinto peso demográfico. La relación directa entre elector y elegido resta poder al aparato de los partidos en favor de aquellos a quienes de hecho representan: los electores. Por último con la sencillez se facilita que todos los electores con independencia de su formación académica o nivel intelectual puedan entender qué significa su voto y por tanto ejercerlo con plena conciencia. Partiendo de estos principios yo apuesto por un sistema con las siguientes características:

    1) Proporcionalidad: Aumento del número de diputados de la cámara a 400. Circunscripciones más grandes, sustituyendo las provincias por las comunidades autónomas. Aplicación de una regla de asignación de escaños más proporcional que la de D’Hondt.

    2) Pluralidad: Baja barrera electoral. Como máximo un 3% por circunscripción autonómica.

    3) Representatividad territorial a través de las circunscripciones autonómicas.

    4) Relación directa entre elector y elegido: Listas desbloqueadas en las cuales el elector pueda elegir el orden de los candidatos mediante la posibilidad de premiar determinados nombres e incluso de tachar aquellos que no desea que le representen.

    5) Sencillez: El elector debe elegir únicamente una lista y dentro de ella puede alterar el orden de los candidatos si así lo desea.

  13. Manuel dice:

    Hay dos tipos de democracia, en una los ciudadanos eligen a quien les gobierne, en la otra los ciudadanos eligen que se va hacer y de ahí sale gente dispuesta a llevarlo acabo.

Comments are closed.