Economía

Una complicada historia alrededor de un error en Excel

21 Abr, 2013 - - @kikollan

Una de las noticias de esta semana ha sido el Excel de Rogoff y Reinhart. Lo cuentan bien Pablo Rodriguez Suanzes y Roger Senserrich, pero la historia se resume como sigue. En un artículo de 2010, dos economistas, Rogoff y Reinhart, muestran que cuando la deuda pública de un país es superior al 90% del PIB su crecimiento tiende a ser débil. Este estudio se usa luego como argumento para políticas de austeridad. Lo usan comentaristas, políticos e incluso la Comisión Europea. El problema surge ahora porque se ha publicado una revisión crítica del artículo que señala un error de cálculo, el famoso archivo Excel, y cuestiona dos decisiones metodológicas.

Todo esto ha provocado un comprensible debate en el mundo académico y los medios de comunicación. No obstante, me chirría un tanto la narración que hemos ido construyendo. Al final, casi hemos acabado afirmando que las políticas de austeridad se sostenían en un error de Excel. Esta narrativa exagerada tiene un gancho evidente, pero también problemas que la hacen imprecisa e incompleta.

El primer problema de la narrativa es que el error en Excel tiene en la realidad un papel secundario. La cifra de la disputa es un -0.1%, original de Rogoff y Reinhart, que pasa a un 2.2% con los cambios de sus críticos (trabajo original y gráfico revisado). Sin embargo, corregir el error en Excel solo lleva la cifra al 0.3%. El resto de la discrepancia se debe a las (más sutiles) críticas metodologicas. En otras palabras, el error en Excel —un elemento central de la anécdota— no altera las conclusiones de Rogoff y Reinhart.

Un segundo problema es que las cifras revisadas aún reflejan una caída del crecimiento del 1% cuando la deuda pública supera el 90%. Además, los datos que muestran la caída mediana en lugar de promedio, y que también se incluían en el artículo original, permanencen sin cambios (pdf, figura 2). Es decir, que aunque la evidencia es menos dramática una vez revisada, todavía va en el sentido del artículo original.

El tercer problema tiene que ver con el impacto del trabajo en Europa. Es verdad que el estudio ha sido influyente y que, como cuenta Miquel Roig, el trabajo de Rogoff y Reinhart ha sido citado repetidamente por la Comisión Europea. Sin embargo, no es el único trabajo que citan, lo hacen con cierta cautela y señalan su problema más grave. A continuación tenéis tres extractos de los informes de la Comisión Europea:

«Reinhard and Rogoff (2010) indentifican ese umbral en el 90% del PIB. Si la deuda pública supera ese umbral, el PIB es en media un 1% inferior» [Nótese que esta afirmación es cierta incluso con los datos corregidos].

«Un segundo análisis por Caner et al. (2010) situa el umbral en 77% del ratio deuda/PIB […] Interpolar los resultados de Caner sugeriría que el umbral para economías avanzadas podría estar bien por encima del 100% del PIB.»

«La interpretación causal de esta correlación ha sido cuestionada, y se argumenta que en parte refleja el hecho de que es más probable que los países con bajo crecimiento afronten problemas de deuda.» 

Finalmente, hay un último dato que demuestra que Rogoff y Reinhart no podían ser el único argumento detrás de las políticas de austeridad. Es el caso de nuestro país. En España el paper de Rogoff y Reinhart nunca pudo justificar la austeridad, sencillamente porque España nunca tuvo (todavía) una deuda superior al 90%

En resumen, esta historia merece atención —por muchas razones—, pero es más complicada de lo que parece a primera vista. De hecho, aún se complica más.

Se ha puesto el foco sobre este trabajo únicamente porque el error en Excel es llamativo, pero pero quizás la polémica debió surgir antes: ¿estaba dándose demasiado valor al trabajo de Rogoff y Reinhart como argumento a favor de la austeridad? Hay razones para pensar que sí, que nunca debió ser más que un primer indicio. Porque el trabajo tenía limitaciones evidentes. Como señala Krugman, Rogoff y Reinhart no hacen ningún esfuerzo por analizar causalidad. Observan que alta deuda y bajo crecimiento tienden a coincidir, pero no entran a analizar si media causalidad ni en que sentido opera ésta. Es decir, que aunque la relación exista —como parece que es así—, es posible argumentar que el bajo crecimiento es la causa de la elevada deuda y no al revés. De hecho, hay análisis que sugieren justo eso. Por si sola, esta limitación del trabajo ya convierte en injustificadas las declaraciones rotundas que lo usaban como argumentario.

Como decía, las cosas son complicadas. Pese a la narrativa que hemos construido estos días, el trabajo de Rogoff y Reinhart no ha sido refutado y no era el único argumento para las políticas de austeridad. Pero sí era citado en documentos oficiales, y no debió serlo con tanta rotundidad, no por sus errores hoy conocidos, sino por sus limitaciones originales. Además, hay un último elemento en toda esta historia: ¿y si el trabajo de Rogoff y Reinhart no impulsó realmente ninguna política? Porque puede argumentarse que este trabajo, como tantos otros trabajos académicos, no fue usado para traer luz sobre un asunto importante, sino que más bien sirvió como munición para aquellos con un curso de acción ya decidido.


8 comentarios

  1. Batistuta dice:

    Al fin un poco de sensatez sobre este tema! Hoy leí un titular en El País (con el titular me bastaba) que venía a sugerir que un error de Excel había causado la crisis económica… así nos va. Gracias, Kiko Llaneras, por un muy buen análisis de la situación

  2. heathcliff dice:

    Por mi parte le eché siempre la culpa a mi abuela, que me enseñó que endeudarme año tras año por encima de lo que podía pagar no podía traerme nada bueno.

    😀

  3. Epicureo dice:

    Una clarísima y breve explicación. Buen trabajo, Kiko.

    Lo del énfasis en el Excel huele bastante a esnobismo académico. Las críticas más acerbas que he visto han sido por no usar no sé qué programas de estadística mucho más profesionales o lo que sea.

    Pero mucho más grave es el asunto de la causalidad. Publicar un artículo académico en el que se muestra una correlación así como dejándolo caer, sin plantear una hipótesis de causalidad ni ponerla a prueba, no es propio de científicos ni de revistas serias (da igual que no fuera peer reviewed). Si no han llegado hasta ahí, que no publiquen. Es como si un físico hace un gráfico mostrando que los arcoiris suelen aparecer los días de lluvia y concluye que puede que los arcoiris hagan llover, o no. Irrisorio.

    Triste, pero esperable, es el sesgo de confirmación. Cuando un resultado confirma nuestros prejuicios, no solemos ser nada críticos. Nos pasa a todos. Lo que pasa es que en economía, a diferencia de otras ciencias, confirmar esos prejuicios, aunque sea por error u omisión, puede suponer la miseria para muchas personas. Sólo por eso debería ser la más rigurosa de las ciencias.

  4. Capitalismo y Globalización. dice:

    Lo que queda bastante claro es que, se tenga la opinión que se tenga sobre política económica, Rogoff no es un investigador serio.

  5. Pedro dice:

    Hola,

    Yo creo que este caso nos va a dar una valiosa lección que creo que algunos desconocen. Cuando este estudio quede parcialmente desacreditado (en sus conclusiones por lo menos) veremos como ni el ministro Scäuble ni la sra.Merkel van a cambiar absolutamente nada de sus política de austeridad.
    La conclusión que sacaremos será, pues, que la política económica es una cuestión absolutamente política y no técnica como algunos pretenden. Si en Europa hay austeridad y no expansión keynesiana es sencillamente porque esto cuadra mejor con las obsesiones alemanas y la política de su gobierno, no porque esté más sostenida por los estudios económicos, que no lo está.

    Saludos,

    • PaulJBis dice:

      Pero si eso estaba claro desde hace tiempo, ¿no? El problema fundamental de Europa no es ideológico, ni siquiera político en el sentido de lucha de clases: pasa simplemente que unos países no tienen dinero y otros sí, y los que sí tienen el dinero no quieren pagar. Todo lo demás son excusas.

      • Pedro dice:

        Bueno, yo lo he comentado porque mucha gente no lo tiene claro, hay quen cree que esto de la austeridad es lo técnicamente adecuado.

        De todos modos no creo que el problema de Europa sea exclusivamente de nacionalismo, que en parte lo es, creo que también tiene bastante que ver con una idea política de destrucción de la clase media y el estado del bienestar y de concentración de capital.
        Porque sí, a Alemania le interesa todo lo que está pasando porque recibe flujos de capital y recursos humanos y no se le impaga, pero al final el trabajador alemán no vive mejor que hace 10 años. Y a la vuelta de unos años, cuando en Portugal y en España estemos cobrando 600 euros al mes de salario, las mismas empresas alemanas que hoy son defendidas se vendrán a fabricar al sur de Europa y los alemanes de los minijobs se quedarán igual de jodidos que nosotros ahora.
        Ahora, por supuesto que es el nacionalismo lo que lleva a ciertas clases alemanas a defender una política que probablemente les perjudica a medio plazo. Pero ya se sabe, el nacionalismo es la herramienta de los poderosos para manipular a las masas.

        Saludos,

  6. juan dice:

    2 pájaros ex-FMI que quieren colar algo ad-hoc ponen unos datos ad-hoc en un excel para demostrar una pseudo-causalidad con su tesis, y su tesis sirve de paso para justificar políticas que condenan al hambre a mucha gente. Y lamentablemente usan en nombre de Harvard para darle pedigrí.

    Pero ojito, de Bélgica con su más del 100% de deuda no se habla, que allí no mola la austeridad y que los políticos y eurofuncionarios hiperpagados y con con muy pocos impuestos no gustan de ver gente durmiendo en la calle y rebuscando en los contenedores de basura. Y por supuesto nada de recortar en policía en Bélgica, no sea que los «all the charisma of a damp rag and the appearance of a low-grade bank clerk» necesitan sentirse seguros.

    En Bruselas que corra el dinerillo para que la exclusión no sea visible, el hambre para los demás. El permanente double standards o castizamente consejos vendo que para mí no tengo.

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