historia

¿Por qué no hay un partido liberal en España?

8 Abr, 2013 - - @jorgesmiguel

El reciente estudio internacional de la Fundación BBVA sobre valores políticos y económicos ha vuelto a mostrar algunas tendencias que suelen repetirse en este tipo de encuestas en nuestro país. Los ciudadanos tienden a confiar desmedidamente en el papel del Estado no sólo como regulador sino como planificador y provisor, al tiempo que muestran una igualmente intensa desconfianza hacia la clase política. En España, las clases medias han sido tradicionalmente muy dependientes del Estado, y la política sigue copada en buena medida por funcionarios, lo que quizás contribuya a explicar en parte estas opiniones tan arraigadas. En relación con esto, una pregunta frecuente cuando consideramos nuestro sistema de partidos es el por qué de la inexistencia histórica de un partido liberal fuerte y representativo a lo largo del S. XX.

El viejo Partido Liberal de la Restauración era una criatura y una condición necesaria del «turno», y fue desinflándose tras la muerte del líder y el posterior asesinato de Canalejas a la misma velocidad o más que el régimen del que emanaba. Más importante que esto, en España no se produjo a lo largo del XIX el triunfo de un «orden liberal» en el mismo sentido que en el Reino Unido o Francia, y las interpretaciones tradicionales suelen aludir al atraso secular, la debilidad de la burguesía y otros tópicos. Aquí es donde quiero enlazar con un estudio de Gregory M. Luebbert para presentar brevemente su tesis sobre este fenómeno, que recoge en parte esos lugares comunes pero los engarza en un relato algo más sofisticado y dentro de un modelo continental.

En Liberalism, Fascism, or Social Democracy (1991), Luebbert ensayó una clasificación de los regímenes políticos europeos a partir de las alianzas de clase. Allí donde las clases medias se mantuvieron unidas alrededor de grandes consensos de centro-derecha, y donde la movilización obrera se canalizó a través de un sindicalismo que cooperaba con el orden liberal y no ponía en cuestión sus cimientos (Lib-labism), el liberalismo tuvo un papel hegemónico. Tal fue el caso, según Luebbert, del Reino Unido, Francia y Suiza, con Bélgica y Holanda como casos particulares. En otros países, las clases medias se fracturaron por diversas cuestiones o clivajes -religiosos, centro-periferia, etc-, y las alianzas alternativas a que dieron lugar esas fracturas determinaron regímenes no liberales durante el período de entreguerras: socialdemocracias donde los pequeños y medios propietarios rurales se aliaron con las clases trabajadoras; fascismos donde lo hicieron con las clases medias urbanas.

En las primeras (Noruega, Suecia, Dinamarca, Checoslovaquia) se mantuvo la competición electoral democrática, pero los mecanismos económicos se apartaron de la ortodoxia liberal -por ejemplo, en la concertación salarial- y concedieron en general un poder negociador fuerte a los sindicatos. Los fascismos (Alemania, Italia, España) también abandonaron la ortodoxia liberal en favor del corporativismo y las políticas de estímulo, pero por el camino se dejaron las instituciones democráticas y avanzaron de manera decidida hacia el autoritarismo -lo que motivó que los regímenes fascistas acabasen por «independizarse» un tanto de las alianzas de clase que los habían permitido.

¿Dónde encaja España en este modelo? Según Luebbert, el punto fundamental del fracaso del orden liberal en nuestro país fue, por un lado, el atraso general del país, que lo asimilaba en cierto sentido a los del Este de Europa; y muy particularmente las fracturas en torno a las cuestiones religiosa y territorial, unidas a la disociación entre poder político y económico: las regiones más industrializadas y pujantes no disfrutaban de equivalente influencia respecto a las más atrasadas, las elites agrarias y los sectores sociales menos incorporados a la modernidad. La reactivación desde el 98 de la fractura religiosa entre conservadores y liberales, arrastrada desde el XIX y sólo maquillada por el «turno», deterioró el régimen de la Restauración y dificultó o impidió consensos entre las elites centrales. Por otra parte, las clases medias se partieron también por el eje centro-periferia, haciendo imposibles  grandes alianzas nacionales. Por ejemplo, el floreciente nacionalismo catalán se nutrió tanto de las clases medias urbanas liberales como de la alta burguesía conservadora y clerical, y hasta de los resabios del carlismo rural. Por su parte, conservadores y liberales del centro tendieron a apoyarse cada vez más sobre las fuerzas armadas, prolongando la tradición de los pronunciamientos del S. XIX y anunciando el papel decisivo que el ejército tendría en la vida política del país en las seis décadas siguientes. Todo ello en un contexto de debilidad de instituciones y partidos. Para cuando se empiece a ensayar una verdadera movilización de masas, podemos anotar al margen, la posibilidad de consolidar no ya un orden, sino un gran partido liberal nacional, será un débil recuerdo frente a la fuerza del obrerismo y la división de las clases medias.

En este resumen de un cuadro ya de por sí (necesariamente) esquemático se pierden sin duda muchos detalles y matices. Las relaciones políticas y económicas entre centro y periferia en España eran ya por entonces tortuosas, y Luebbert quizás enfrente el atraso del «centro» a la modernidad de las regiones industrializadas de manera en exceso automática. No obstante, y a pesar de que los modelos basados en clases y alianzas de clase quizás no estén muy de moda, el de Luebbert puede servirnos de punto de partida para reflexionar sobre algunas particularidades de nuestro sistema de partidos y de nuestra política en general. Tiene además la evidente ventaja de proponernos contemplar el caso español en un contexto europeo más amplio, lejos de las protestas de excepcionalidad (para bien y sobre todo para mal) y los argumentos culturalistas a los que tan aficionados somos.

PS – Mientras terminaba el post, he recordado el PRD, la «Operación Roca» de 1986. Aunque por entonces yo era muy pequeño, mi percepción del asunto es que el potencial del partido, si alguna vez tuvo alguno, se disolvió por las reticencias a que su líder y máximo valor fuese el catalán y catalanista Roca. ¿Hasta que punto pensáis que podríamos encajarlo en los esquemas descritos arriba?


38 comentarios

  1. Undry dice:

    ¿qué entendemos por Partido Liberal? Por que no es lo mismo hoy que hay cien años.

    Aparte de ello, curiosamente, todos los que se definen como liberales, o bien son funcionarios, o bien llevan años chupando de la teta pública de una forma u otra (cuando no son los casos a la vez)

  2. […] problema de definir liberal en España… con estos españoles, que no hay […]

  3. juan dice:

    Es una moda decir que uno es liberal, anarcocapitalista, randiano, católico y español (con poco conocimiento de las teorías de Ayn Rand y la equiparación que hacía de estado y las distintas religiones como algo inherentemente malo).

    Pero bajando a nivel calle, grandes predicadores de lo «austriaco» están todos en universidades públicas, muchos en puestos de profesor asociado a dedo traídos por los otros y el medio Libertad Digital revende una concesión administrativa de TDT (es decir, algo limitado y otrorgado como concesión se revende, vamos, ganar dinero con una decisión política). Y están los liberales de think-tank tipo FAES pagado con fondos públicos, aunque hay que decir que otros prefieren estar en centros sin ayudas públicas como el Instituto Juan de Mariana pero esto último es más la excepción que la norma.

    Habría un muy largo etcétera de ejemplos del liberalismo patrio de boquilla.

    El problema es que en el liberalismo de verdad no cree nadie, o al menos muchos de los que creen hacen sus excepciones para lo que le interesa. Yo no me creo que con una tan amplia mayoría de Esperanza Aguirre en Madrid, muchos médicos no la votaran, pero justo cuando ahora creen que pueden perder estatus o privilegios con privatizaciones, ahí ya no les gusta tanto. España es un país de liberales de salón ad hoc.

    A lo mejor algunos de los que si podrían ser liberales de verdad, algunos empresarios self-made patrios partiendo de la nada-nada (no de una herencia o apellidos ilustres) no lo son porque cuando han estado abajo o han contado o les hubiese gustado contar con alguna protección.

    • Vaca_mu dice:

      Realmente es que en España (y supongo que en todas partes) nadie conoce muy bien la ideología que está defendiendo, eso está claro. Pero eso pasa tanto con los conservadores de boquilla (que son muy católicos pero bien que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio), como a los socialistas de boquilla (que quieren justicia social sólo cuando ellos son los beneficiados)

      Eso no quita que sea una curiosidad histórica que aquí el liberalismo no tenga un partido que lo represente. Aunque sea como catalizador del descontento durante epocas malas estilo IU

      • juan dice:

        Es complicado cuando la corriente está liderada por alguien que ha sido toda la vida funcionaria y política, habla de mamandurrías pero justo a eso se dedican sus hijos y hermana, colocados en puestos de libre designación.

        Es que es imposible encontrar a alguien que pueda dar el perfil

    • M. Alonso Sierra dice:

      Normalmente, esos liberales de los que hablas son más similares a lo que los anglosajones llaman «libertarian» que a los «liberals».

      Entiendo que el autor no se refiere a un partido anarco capitalista, sino a una vía intermedia entre la socialdemocracia y el conservadurismo, que defienda el papel del Estado en la provisión de servicios básicos (policía, justicia, defensa) y en la redistribución de la riqueza (sanidad y educación universales, por ejemplo), pero abogue también por un elevado grado de libertad económica. No estamos hablado, por tanto, de Ayn Rand ni de Von Mises, sino más bien de los LibDems británicos.

      • juan dice:

        Es que es un reto saber a cuál de las acepciones de liberal puede referirse cualquier post o artículo, el USA es la «izquierda», tú lo defines como una especie de centro político, para muchos los liberales son los neocons pero porque justamente los que en España defienden esas políticas se autodefinen como liberales.

        En todo caso, yo realmente practicante no conozco ninguno.

        • Perplejo dice:

          Juan,

          «Liberales», «socialistas», «católicos» o mediopensionistas comparten en España [y no solo en España] una ideología transversal: el marxismo.

          El marxismo grouchiano, claro. «Estos son mis principios; si no me convienen, puedo cambiarlos».

  4. Vaca_mu dice:

    En España no hay un partido liberal porque tras la muerte de Franco el Movimiento ya se había abierto a las políticas liberales (fundamentalmente económicas) y por tanto todo liberal convencido tenía un nicho electoral enorme si se aliaba con la derecha.

    Además esta alianza ya se estaba produciendo en occidente al apropiarse los partidos conservadores del liberalismo económico en el sentido de que aceptaron perder sus privilegios innatos a cambio de asumir un sistema legal igual para todos pero en el que ellos parten con ventaja.

    En definitiva en nuestro país se llegó al a democracia con muy poca tradición liberal en una época en la que además el liberalismo estaba de capa caída.

    • Julián dice:

      De poca tradición liberal nada, si hasta el término «liberal» es español. Pero claro, estamos hablando del liberalismo decimonónico y de principios del XX, porque después -aparte la crisis generalizada de los regímenes liberales en toda la Europa de entreguerras- Franco truncó todo eso y con la dictadura se interrumpe brutalmente la tradición liberal, al menos en sus apoyos sociales (tanto la liberal-conservadora, al ocupar todo el espacio de la derecha el reaccionarismo y el fascismo, como la liberal-progresista, que tiene que irse al exilio).

      En todo caso, en efecto no sabemos a qué tipo de partido liberal se refiere el autor del post ¿a uno tipo LibDem británico o FDP alemán?

      En mi opinión, no hace falta remitirse al período de entreguerras como hace el autor del post, ya que el libro de Luebbert es lo que analiza, las diferentes salidas políticas a la crisis de entreguerras. Como si no hubiera pasado nada después…

  5. juan dice:

    En todo caso, sí hubo un partido liberal (Segurado, Schwartz) que iba con API, que probó ir por libre una vez y se estampó y se acabó integrando en el PP

    http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Liberal_%28Espa%C3%B1a,_1976%29

  6. Castigador dice:

    Yo me conformaría con un partido en el que alguien hubiera leído algo sobre que es la democracia liberal y que es la economía de mercado. El problema gordo es que tu oyes a cualquier político, y parece un tuitero ignaro cualquiera y no por ser demagogos(está claro que siempre un político le gusta decir lo que la gente quiere oír), sino porque muchos piensan lo mismo que piensa el ignaro.

    Y no olvidemos que en España la conspiración judeomasónica, ha sido sustituida por un supuesto neoliberalismo que consiste en subir impuestos y su contrario.

  7. Alatriste dice:

    Respecto al tema del fracaso de Roca y el PRD, que me cogió con ventitantos añitos, yo diría que el problema no fue de base, sino de táctica. No es que no haya en España sitio para un partido liberal, es que se escogió un mal momento y un mal plan. Hasta el slogan escogido, «La otra forma de hacer España», tenía muy poca sutileza, de hecho mucha gente pensaba que resultaba ligeramente insultante, que sugería que los de CiU pensaban que tenían que venir a enseñarnos al resto cómo hacer las cosas bien.

    – En primer lugar 1986 era muy mal año para intentar una operación semejante. Era de lejos demasiado tarde para que el PRD aprovechara el colapso de UCD, pero demasiado temprano para que los sectores reformistas y liberales que hubieran podido sentirse atraídos se hubieran desencantado de Felipe González.

    – En segundo lugar Miquel Roca, el líder del partido… no era el líder del partido. Ni siquiera militaba en él. Un periodista de entonces – ojalá me acordara de quién – publicó un artículo «post mortem» en el que sostenía que uno de los problemas había sido que el PRD proponía como número 1 de España al número 2 de CiU; y que el problema no era tanto que fuese un catalán / catalanista como que fuese un número 2. En otras palabras, Roca ni siquiera intentó separar su imagen de la de Jordi Pujol. Ese fue un error capital.

    – En tercer lugar – y aquí llueve sobre mojado – está el hecho de que el PRD no pudiera presentarse como un intento del centro derecha nacionalista de integrarse en una fuerza decidida a participar en el gobierno de España, porque el PNV se mantuvo al margen. Aunque no se hable mucho de ello, si hay una constante en la política española 1975-2013 es que los nacionalistas catalanes y los vascos son incompatibles hasta los extremos más alucinantes: siempre que uno se mueve en una dirección determinada, se puede apostar que el otro arrancará decididamente en la dirección contraria.

    – Y finalmente, está el hecho de que Adolfo Suárez siguiera en activo y su CDS no tomara parte tampoco en la operación. El 9,2% que consiguió el CDS salía directamente de los «caladeros» en los que el PRD echaba sus redes, y que no vieron razones para cambiar a Suárez por Roca. Las cosas podrían – podrían – haber sido distintas si la opción, caso de no votar PSOE, habiera sido Manuel Fraga o Miquel Roca.

  8. […] ¿Por qué no hay un partido liberal en España? […]

  9. Epicureo dice:

    ¿Cómo que no hay un partido liberal en España? Aquí está:

    http://www.p-lib.es/

    Es muy conocido en su casa a la hora de comer.

    La tesis de Luebbert, tal como la describes, parece un intento de reescribir la historia cercano a los «retoques fotográficos» del estalinismo. ¿Francia una hegemonía liberal? Si, claro, y el Papa es ateo. Aunque trataré de hacerme con el libro, a ver cómo lo justifica. Por lo menos, parece que habla de clases sociales, cuando tantos por aquí negais su existencia.

    En realidad, la irrelevancia de los partidos liberales en España no es tan excepcional. Es un caso más exagerado de lo que ha sido y es normal en Europa: que el liberal sea un partido minoritario cuya máxima aspiración es llegar a ser tercera o cuarta fuerza (y no siempre lo logra).

    De ahí que tanto en Europa como en los Estados Unidos (curiosamente) la implementación de políticas fuertemente liberales desde 1979 no se ha producido por el triunfo de ningún partido liberal, sino por el «abordaje ideológico» de partidos conservadores o, también, socialdemócratas.

    Por cierto, me entero ahora de que ha muerto Margaret Thatcher, esa gran liberal; descanse en paz.

    • Theodore dice:

      El nivel de los comentaristas de este blog es la monda. En apenas cuatro párrafos son capaces de desbaratar trabajos de investigación clásicos en ciencias políticas, aparentemente solo armados con su sentido común y sin usar ninguna fuente explícita. Para que luego digan que el sistema educativo español deja lagunas.

    • Jorge San Miguel dice:

      En el post está apuntado qué entiende Luebbert por un «orden liberal»: un sistema de competición democrática en el que las políticas económicas siguen a grandes rasgos la ortodoxia liberal de mercado y donde los sindicatos asumen en mayor o menor grado el orden dado y no cuestionan sus bases. Supongo que sabes quién fue Jaurès. En ese sentido lo aplica a Francia entre el último cuarto del S. XIX y el período de entreguerras. Aunque no lo creas, ha habido cuatro repúblicas francesas antes que la actual.

      ¿Sería muy difícil que te molestases en informarte un poco antes de entrar a comentar siempre con tanta imprudencia sobre libros que no has leído y temas que desconoces?

      • Epicureo dice:

        Perdón, pero es que tal como has escrito el artículo parece que la hegemonía liberal en Francia sigue vigente ahora, no hace ya un siglo. Puedes dar ese párrafo mío por no escrito. Procuraré ser más prudente en el futuro.

        No obstante, no me desdigo del resto del comentario. No es nada raro que en España no haya un partido (reconocidamente) liberal importante. En muchos otros sitios no los hay (Italia), y donde los hay no suelen llegar ni a segundones. No hacen falta complejas teorías históricas para explicarlo.

    • Quevedin dice:

      Epicúreo, es «infamous» porque es donde militó de joven la Lideresa Esperanza Aguirre. https://twitter.com/Tassoulis/status/287083239653380096/photo/1/large

  10. Infuriated economist dice:

    There’s a fair summary of the book here http://wikisum.com/w/Luebbert:_Social_foundations_of_political_order_in_interwar_Europe

    and an article written by Luebbert himself summarizing his main thesis

    http://www.rochelleterman.com/ComparativeExam/sites/default/files/Bibliography%20and%20Summaries/Luebbert%201987.pdf

    Maybe the author could attach a pair of links to these pieces in the article so that readers will be able to satiate their thirst of knowledge.

  11. JLPC dice:

    Estimado señor San Miguel (por cierto, Evaristo San Miguel fue un héroe liberal :-)), no sé casi nada de ciencia política, pero algo tengo leído sobre la Restauración; y, aunque a veces se olvida, en ese periodo _ambos_ partidos hegemónicos se llamaban liberales: Liberal Conservador el de Cánovas, Liberal Fusionista el de Sagasta.

    Aún más, Cánovas hizo firmar a Alfonso XII (cuando todavía era un simple pretendiente) aquello de

    «[…] ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.»

    Así que el liberalismo político decimonónico triunfó plenamente en España (en cuanto al liberalismo económico, dejo la cuestión a los más versados en la historia del arancel Figuerola).

    En cuanto a la situación actual del liberalismo, sea este lo que fuere éste en el siglo XXI, no creo que sea especial en España. ¿Hay en la Italia de hoy un Giolitti o, al menos, un PLI como el del pentapartito? ¿Hay en Francia un partido importante que se denomine «liberal»? E incluso en la patria de Gladstone, ¿qué papel juega el partido liberal?

    • Jorge San Miguel dice:

      El régimen de la Restauración tiene unas cuantas particularidades que, para Luebbert, hacen que no encaje exactamente en lo que considera un orden liberal -no las he explicado en la entrada para no alargarla demasiado ni desviarme mucho del tema. Es más, se podría incluso poner en cuestión que el «turno» se pueda definir honradamente como competición electoral por varias razones.

      Al margen de eso, el post se pregunta por la «inexistencia histórica de un partido liberal fuerte y representativo a lo largo del S. XX», lo que se aplica prácticamente desde la muerte de Canalejas incluso si descontamos las dictaduras. Más concretamente, si tenemos en cuenta que nuestro sistema de partidos es heredero a grandes rasgos de la estructura que se conforma hacia los años 30, la pregunta es por qué la opción liberal desaparece tan pronto en el siglo de la escena. Por tomar el ejemplo inglés que mencionas, el Partido Liberal ha sido una fuerza reconocible incluso en épocas de declive, y hoy, convertido en LibDems, es socio de gobierno.

  12. Eduardo dice:

    ¿Qué es esto de que los españoles confían «desmedidamente» en el estado? ¿Con respecto a qué medida? Estas cosas no se pueden cuantificar. Nadie sabe a ciencia cierta cual es el tamaño óptimo de un estado con independencia del contexto. Casi todo es opinión, doxa.

    Por otra parte sospecho que esta tendencia es europea, no sólo española, y que la explicación no es doméstica. Los liberales norteamericanos son libertarios básicamente porque se lo pueden permitir, dado que «construyeron» su estado o su federación de estados sin competencia creíble. En Europa en cambio siempre ha habido un difícil «equilibrio de poder», cuando no guerras directas entre estados o entre «reaccionarios» y «liberales» dentro de cada pais. Es bastante predecible que los europeos vean el estado a su modo y no es nada incongruente que las doctrinas libertarias sean vistas con más suspicacia aquí. No hay ninguna desmedida aquí, es mas bien prudencia histórica.

    • Jorge San Miguel dice:

      Bueno, es nada más una valoración, basada en comparar con las respuestas en el resto de países europeos. Por ejemplo, resulta llamativo que los españoles tiendan a otorgar al Estado un papel más central que los escandinavos. Tampoco entro a juzgar cuál es el tamaño óptimo del Estado porque no es el tema del post en absoluto y, como dices, eso no es en realidad una pregunta.

      El caso americano es distinto, sí, y en todo caso no hablo (ni Luebbert) de libertarianismo, ancapismo ni demás corrientes más o menos estrafalarias, sino del liberalismo europeo, que es una tradición política por derecho propio.

  13. Capitalismo y Globalización. Pero mejor Socialismo Real. dice:

    Debe ser porque con los partidos tan de izquierdas que tenemos con los amigos del mercado del PSOE y los super demócratas y revis de IU no queda mucho espacio en el espectro político de adoradores del dios Merkator.

    • Undry dice:

      Lo del mercado no está mal del todo … cuando se le deja operar de verdad.

      El problema es que esta sociedad no es de libre mercado puro, sino que está intervenida por quienes tienen la pasta y el poder (¡que novedad!) en el pasado era la nobleza, luego fueron las grandes fortunas y ahora son las corporaciones, que encima, no tienen un propietario concreto (que nadie me venga con los accionistas que ya sabemos que las juntas de accionistas son un paripé por lo general, eso cuando los «gestores» no limitan el voto a un % máximo)

      Vamos, que la competencia no es mala, si no todo lo contrario. Claro que ahora mismo, de nuestro escenario a uno de libre competencia hay un mundo.

  14. Quevedin dice:

    Yo, sin ser un experto, y sin haber leído los libros, pregunto si Melquíades Álvarez y su entorno (que era muy amplio e influyente) podría asumir ese papel en el período de entreguerras.

    • JLPC dice:

      ¡Ay, pobre don Melquiades! No me resisto a reproducir -si el señor San Miguel me da venia- un fragmento de las «Acotaciones de un oyente» del 10 de octubre de 1931:

      ¡Aquel reformismo…! Fue como el barco del holandés, como el buque fantasma. Paseaba por todos los mares republicanos y monárquicos, siempre en la borrasca de la oposición, condenado a no tocar nunca la tierra donde hallan tranquilo asiento las poltronas de los ministros. Los hombres de aquel tiempo lo veían pasar, dando bandazos, imponente y desdeñoso; en el puente, el capitán con su sonrisa de hiena; en el palo más alto, la lúgubre bandera -tibias y calaveras sobre fondo negro- de la secularización de los camposantos.

      Pero en 1936 se acabaron las bromas…

      • Quevedin dice:

        Es que en mi pueblo tenemos verdadera devoción a Don Melquíades. Y en Asturias en General. Algo de poso liberal quedó, como en el País Vasco: no fue tierra carlista. Pero luego te viene un Cascos y es un llorar y una angina del alma.

        • Quevedin dice:

          No quiero olvidar a otro gran diputado y ministro liberal asturiano, que fue fusilado junto a don Melquíades, Manuel Rico Avello. Este de casi al lado de mi casa.

  15. Lo hay, se llama PSOE.

  16. Hari Seldon dice:

    Curioso que en un país donde nunca ha habido, ni por supuesto ha gobernado un partido liberal, la culpa de la crisis actual sea, como defienden algunos, del exceso de liberalismo.

    Curioso, pero que muyyyy curioso.

    • Epicureo dice:

      Tampoco ha gobernado un partido liberal en el Reino Unido, ni en los Estados Unidos. En realidad, si no hay partidos liberales es porque no hacen falta: ya les hacen su política los partidos conservadores y los socialdemócratas.

      • Hari Seldon dice:

        ¿Estas diciendo que el PSOE y el PP son partidos liberales? JA, JA, JA, me pelo y me mondo.

        Esta claro que no existen límites a las tonterias que se pueden llegar a decir cuando no se tiene ningún argumento.

  17. infuriated economist dice:

    Dude, your mastery of the art of misunderstanding every single point, even wrong ones, is just amazing.

  18. Jorge dice:

    No hay un Partido Liberal en España porque no hay abono social para ese partido. No hay empresas como en los países anglosajones. El modelo actual es la concesión, como antes lo fue la encomienda. No hay élites dedicadas al comercio o a la industria, sino tomadores de rentas.

    http://www.jorgedioni.com/blog/?p=1556

  19. […] un post de hace algunos días Jorge San Miguel hablaba sobre cómo en España no fue posible hacer cuajar un partido liberal con opciones serias. Su […]

  20. YOP dice:

    Sí hay. Partido de la Libertad Individual. P-LIB

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