Internacional

¿Por qué Hugo Chávez?

12 Mar, 2013 - - @kanciller

Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1999 trajo consigo el fin de todo un sistema político en Venezuela, un país con una larga tradición democrática. Para los que estudian la institucionalización de los sistemas de partidos este caso es relevante. Si no tenemos unos partidos institucionalizados (es decir, partidos que dentro de los parámetros de la incertidumbre sean previsibles), los votantes tienen más complicado participar en política y conseguir elecciones representativas, se vuelve más difícil el control electoral de los gobernantes y se abre la puerta a partidos anti-sistema. La victoria de Chávez, que entronca con esto último, supone la defunción de la vieja partitocracia que existió hasta la fecha en aquel país. Aunque en otro lado ya hemos intentado explicar por qué el líder bolivariano se consolidó en el poder, creo que puede ser interesante dar un paso atrás en el tiempo para intentar ver qué elementos hicieron saltar por los aires el sistema de partidos venezolano.

La manera general de enfocar el asunto se centra en el impacto que tuvieron las crisis económica y social de la décadas de los ochenta y los noventa para desintegrar a los partidos existentes. No hay duda que durante esos años el nivel de vida de los venezolanos cayó de manera importante y que hubo importantes casos de corrupción que salpicaron al gobierno. Los modelos estadísticos basados en el crecimiento económico, la inflación y el paro predicen relativamente bien el éxito electoral de Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) en aquel entonces. Sin embargo, la idea que sugieren los académicos expertos en el tema es que el impacto de la economía estuvo necesariamente mediado por otros factores. Es razonable pensar que la marcha de la economía podría favorecer la alternancia en el gobierno, pero no necesariamente la descomposición del sistema de partidos. Debe haber, por lo tanto, más elementos a considerar.

En ese sentido tanto Seawright como Morgan coinciden en que durante el periodo de 1973 a 1993 hubo un proceso de convergencia ideológica entre los dos grandes partidos que dio pie a un fallo de representación. Por lo que señalan los autores, la rigidez organizativa e ideológica de ambos partidos bloqueó su capacidad de adaptación programática: Hubo un importante segmento de electores de izquierda y centro-izquierda que se sintieron huérfanos. Aquí se abre el debate sobre en qué medida el contexto económico o el rol de instituciones internacionales impidieron aplicar políticas más populares (lo que  favoreció la percepción entre los votantes de que sus programas eran iguales). Sea por la razón que sea, este fallo en la oferta electoral habría favorecido el surgimiento de una alternativa que bebiera de la izquierda y que solo podía ser recogida por el movimiento chavista. Pero además la corrupción salpicó a COPEI y AD de manera transversal, lo que hizo caer de manera importante la identificación de los votantes con estos partidos. Erosionados los lazos afectivos de los votantes con estos partidos, esto les hizo más proclives a votar por un candidato antisistema.

Morgan añade otra derivada más de la que ya hemos hablado aquí, al menos implícitamente. Las transformaciones estructurales de la economía venezolana en los ochenta favorecieron el desarrollo de la economía sumergida, lo que minó la capacidad de los actores clásicos (sindicatos y partidos) para representar intereses. En cierta medida ello también erosionó las redes clientelares preexistentes, que se deterioraron con el empeoramiento de la crisis económica, y que favoreció que los votantes abandonaran AD y COPEI. De esta manera los autores ofrecen una serie de condiciones necesarias para el colapso de un sistema de partidos: una profunda crisis económica, escándalos de corrupción y una reducción de la identificación partidista de los votantes. Sin embargo, Scott Mainwaring considera que tampoco hay que dejar de lado el carácter contingente de la política. Según su opinión, en esos momentos críticos el rol que juegan los líderes es fundamental.

En primer lugar, Mainwaring dice que no es del todo cierto que los votantes de izquierda carecieran de alternativas electorales. En 1988 y 1993 ya existían el Movimiento al Socialismo (MAS) y La Causa Radical (La Causa R), partidos que obtenían representación. Del mismo modo Rafael Caldera (expresidente con COPEI) fundó su propio partido, Convergencia, que se situó a la izquierda de los otros dos partidos y ganó las elecciones de 1993. El mismo presidente, por cierto, que indultaría a Chávez dos años después de su intentona golpista. De nuevo, la mala situación económica hizo que Caldera tuviera que tomar decisiones impopulares y dado que el MAS lo había apoyado en el gobierno, en 1998 este partido giró totalmente para apoyar al líder bolivariano y poner tierra de por medio con su gestión. Del mismo modo, tras escindirse varias veces, La Causa R terminó apoyando a Chávez. Por último, ante la incapacidad de COPEI y AD para renovar sus candidatos y mitigar su erosión electoral, en realidad no quedaba nadie esperando para recoger los restos del naufragio que no fuera el propio Hugo Chávez.

Por lo tanto, esta última aproximación busca un equilibrio entre las causas estructurales necesarias para el colapso y los elementos contingentes de la acción política. Es obvio que la crisis económica y social o la corrupción ayudaron. Ahora bien, si Caldera no hubiera indultado a Chávez no sabemos qué hubiera pasado en Venezuela. Si el MAS o La Causa R se hubieran consolidado como alternativas políticas alejadas del chavismo quizá el viejo sistema no hubiera reventado sino que se hubiera “re-equilibrado”. Probablemente el que existan dos modelos de izquierdas en Latinoamérica, un modelo socialdemócrata (Lula o Bachelet) frente a uno populista (Chávez o Morales) se liga mucho con esta institucionalización política. En el primer caso, hubo alternancia dentro del sistema que supuso la inclusión de nuevos segmentos sociales en la vida pública. En el segundo, por el contrario, la alternativa viene de la destrucción de todo un sistema de partidos.

En mi opinión merece la pena poner este tema en la agenda. El caso italiano demuestra como estas dinámicas no son para nada exclusivas de los países latinoamericanos; la posibilidad de una implosión del sistema de partidos es bien cierta. Ahora bien, también sería deseable que en el debate público, en lugar de polarizarnos tanto sobre la figura de Chávez, nos centráramos más en saber las razones que hicieron surgir al lider populista. Solo entonces podremos pensar en maneras de evitar que nos ocurra lo mismo.


41 comentarios

  1. Pedro dice:

    Hola,

    Un comentarista venezolano de mi blog me dice continuamente que la Venezuela a finales de los 90 se parcía bastante a la España de hoy, con dos partidos principales que parecían iguales, desprestigiados, con servicios públicos funcionando cada vez peor, etc.
    Creo que tu artículo fortalece esta percepción. Ahora, nosotros no somos latinoamericanos, somos europeos y la respuesta que le vamos a dar a esto no va a ser un populismo como el chavista. Porque, aunque sea populista, Beppe Grillo poco tiene que ver con Chávez. Y nuestra salida se parecerá más a un Grillo que a un Chávez.

    Saludos,

    • Josei dice:

      Y España no tiene petróleo/gas/recurso natural para tirar del carro.

    • Daniel dice:

      Ojalá lleves razón, Pedro. Pero yo no sería tan optimista. Ya hoy en España gobiernan varias autonomías partidos y personajes tan nacionalistas como populistas como Chávez o más. Lo peor de todo es que, igual que en Venezuela de los años 90, los partidos democráticos tradicionales, carecen de un discurso alternativo y contundente a esos discursos populistas. Más aún, como en Venezuela, pactan con ellos.

      Saludos.

  2. heathcliff dice:

    Al final, lo que tenemos es que detrás de los populismos suele haber un cierto autoritarismo emboscado.

    En el caso italiano, estoy convencido de que Grillo, aunque no lo parezca, es lo más cercano que hemos visto a Mussolini en las últimas décadas, descontando todo lo que hay de diferencia social entre 1921 y 2013. El mundo ya no es militarista ni racista, pero la idea central consistente en dar amplios poderes al Estado para una supuesta limpieza o regeneración, con grandes espectáculos panycircenses creo que se mantiene.

    En España, esa opción pasaría por algún tipo de Jonsismo, una extraña mezcla a lo Manuel Pimentel, Esperanza Aguirre, Rosa Díaz y Nicolás Redondo Terreros, con Riocardo García Damborenea de ministro del Interior, para acabar de rematarlo.

    Y lo peor es que ni siquiera bromeo.

    • Pedro dice:

      No creo en absoluto que detrás de Grillo haya autoritarismo alguno, más bien ganas de ser estrella mediática, pero eso no es autoritarismo. El M5S tiene poco de autoritario, no quiere «abusar» del estado ni se parece al chavismo en casi nada más allá de intentar buscar la mejora de las condiciones de vida de la población.

      Sobre lo del «jonismo» de Díez y UPyD la verdad es que ya me cansa un poco, porque no hay por donde sostenerlo. Y la mezcla con Aguirre, Pimentel, Damborenea y Nicolás Redondo ya parece el camarote de los hermanos Marx.

      • heathcliff dice:

        Aunque pueda parecer lo contrario, estamos de acuerdo, Pedro.

        Ese camarote de los hermanos Marx, por su heterogeneidad y su calificación circense, podría tener cierto futuro.

        Y hablo de jonsismo.

        De las JONS.

        Un movimiento a la vez autoritario y obrero…

  3. fr_carrillo dice:

    «evitar que nos ocurra lo mismo»

    Parece que directamente opinas que Chavez ha sido malo. ¿no?

    Yo, sin ser Chavista, creo que aunque Chavez ha sido mediocre y no es Lula ni ha conseguido lo que la izquierda chilena es infinitamente mejor que cualquier gobernante argentino e incluso de su propia periferia.

    Y en Argentina tienen un estupendo sistema de partidos.

    • Pablo Simón dice:

      Digamos que no es mi opción preferida

    • Alatriste dice:

      ¿En Argentina tienen un estupendo sistema de partidos? Qué cosas… Y yo que creía que lo ocurrido allí era practicamente calcado a lo de Venezuela, incluyendo el colapso de las dos opciones tradicionales, los radicales y los justicialistas/peronistas.

      • fr_carrillo dice:

        Digamos que era ligeramente irónico.

        Pero vamos, en Argentina hay partidos (el peronismo se le parece) donde se autosuceden quería decir.

        Es decir, que un partido que lleva 20 años por si solo tampoco es la panacea.

        • juan dice:

          El peronismo más que un partido ellos lo llaman un movimiento, y digamos entre sus extremos están todos los demás. Es decir, los radicales son como el centro entre el peronismo de izquierdas (lo que ahora es el Kirchnerismo) y el peronismo neocón de Menem y sus ex-acólitos. Por tanto sistema de partidos tienen, pero complicado.

  4. pau dice:

    Recuerdo que Lula también fue acusado de populista, igual que Correa. Y eso demuestra hasta qué punto es difícil opinar sobre eso. A mi modo de ver el populismo es algo de lo que no están exentos los partidos convencionales, el PP de Aznar, por ejemplo, era absolutamente populista. El populismo empieza cuando los gobernantes se permiten decir memeces públicamente y sin ningún freno, y siguen siendo elegidos.
    Yo, tanto aquí como en otros lugares, no dejo de recordar que cada país tiene el sistema que merece, por lo que el populismo parte de la misma ciudadanía.
    Me hace mucha gracia eso de acusar a Grillo de populista olvidando que Berlusconi convirtió la política italiana en un vodevil, con la inestimable ayuda de su población. En fin, dudo que Grillo sea más payaso que Berlusconi o que la misma Esperanza Aguirre.

    Por cierto, hablando de Grillo, recordemos que habla mucho, pero que deja la acción política a los afiliados de su partido, abogados, economistas, ingenieros, informáticos… de treinta a cuarenta años, mucho más preparados que las prostitutas que introdujo Berlusconi, que se rigen con un sistema de democracia participativa.
    ¿Eso es neofascismo para vosotros?

    • Alatriste dice:

      El mismo concepto de populista es… tremendamente útil, pero a pesar de ello sumamente dudoso. Porque se supone que la democracia no es un despotismo ilustrado sazonado con elecciones periódicas – previsibles y un puntito aburridas, como una fiesta en un ministerio suizo – sino el gobierno del pueblo, por y para el pueblo, pero si uno se esfuerza demasiado en complacer a los votantes a uno no le llaman demócrata sino populista, un concepto que parte de asumir implícitamente que el pueblo es más bien infantil y se le puede manejar como uno quiere con una sabia combinación de pan, fútbol, ocurrencias ingeniosas, amplias y pícaras sonrisas; un buen par de enemigos, a poder ser uno interno y otro externo; y el dominio de la TV.

      Suena insultante. Y sin embargo ¿No define a la perfección el fenómeno Berlusconi?

      • Joshua dice:

        Intentos de definición ex-post:
        Populista: lider que trata de satisfacer al populacho, que es una masa amorfa de gente infantil (y que viste con bastante mal gusto, aparte de que ya es muy fea de por sí). Son gente que solo piensa en el aquí y ahora, por lo que se les puede contentar con cualquier cosa.

        Demócrata: lider que trata de satisfacer a una masa «popular» responsable y pulcra, generalmente de piel blanca o por lo menos no muy oscura, que no se deja engañar con tonterías de «pan para hoy y hambre para mañana». Gente como tiene que ser, vaya.

        Como vemos, al populista lo hace su población, no sus actos.

        Otro día definimos demagogia…

    • Realice dice:

      ¿Quiénes se rigen con un sistema de democracia participativa, los abogados e ingenieros de Grillo o las prostitutas que introdujo Berlusconi? 😀

  5. José Jarauta dice:

    Ejercicio de prospectiva:

    Líder responsable:

    Tiene que prometer entre otras cosas peor sanidad, mejor educación para los menos (más elitista y selectiva), menores pensiones, deflación salarial menos para el «talento», atracción de inversiones con bajadas de pantalones (hay muchos competidores con mejores perspectivas) que aseguren saneados retornos.

    Resumiendo: tiene que prometer una economía low-cost (salarios incluídos) que a medio-largo plazo se convertirá en una economía del conocimiento con mejor calidad de vida e ingresos.

    Al mismo tiempo esas medidas se complementarán con otras que fortalecerán la democracia. Sus líderes serán más responsables y transparentes,sometidos a un mayor control por parte de la ciudadanía, que en esas condiciones se transformará en un cuerpo culto y responsable, con visión de futuro y dispuesta a los más grandes sacrificios para entrar en una nueva época.

    Todo ello permitirá salir de la recesión exportando al generar una economía avanzada que aprovechará la creación de nuevo talento y sus constructos, así como las ventajas competitivas conseguidas en el camino, siendo su recesión demográfica una anécdota que no impedirá su inevitable ascenso al podio de la competitividad,la excelencia y el valor añadido.

    El cuento de la lechera me parece más coherente.

    Seguramente hubiera votado a Chávez, y eso que no lo soporto.

  6. José Jarauta dice:

    El problema:

    «And whom did they line up behind? The one other candidate with a chance, another independent, Henrique Salas Römer, a former state governor whose main asset, apart from that—considerable—experience is the support of business and a glamorous horse. Venezuela’s traditional politics could hardly stand more severely condemned—as they are by both men, though, as Mr Salas puts it, “I see a problem with the parties, Chavez sees one with the system.”

    http://www.economist.com/node/178161

    Cuestión de «matices».

  7. Javier dice:

    El relato recuerda también a la caída del sagastacanovismo.

    Y si, a Lula fue tachado de populista. Pero lo fue mucho menos.

  8. Realice dice:

    Todo el inicio de tu análisis me recordaba a Uruguay, otro ‘país con una larga tradición democrática’: casi dos siglos de alternancia entre dos partidos que representaban uno a las clases medias urbanas montevideanas y otro a los propietarios ganaderos del interior y que, por tanto, conjuntamente excluían de la representación a más de la mitad del país. Un sistema de partidos institucionalizados de este tipo hace tan difícil ‘participar en política y conseguir elecciones representativas’ a una mayoría de la población que no veo a priori la deseabilidad de su perpetuación.

    La excepcionalidad uruguaya es que, de algún modo (y ayudada sin duda por el inequívoco apoyo de los dos partidos ‘fiables’ a la única dictadura militar que el país ha sufrido), vinculó en una misma coalición a lo que tú llamarías ‘izquierda socialdemócrata’ (línea PSU-Astori) e ‘izquierda populista’ (línea MPP-Mujica). Supongo que la escala de las negociaciones y la necesidad de los consensos políticos es muy diferente en un país de tres millones de habitantes que en un país de treinta… pero el Frente Amplio sabe mejor que nadie los sudores que le cuesta mantener día a día el encaje de bolillos de sus equilibrios internos.

    ¿Y Argentina? Argentina tiene ese alucinante ‘invento’ del peronismo, auténtico contenedor proteico que revienta cada dos legislaturas el sistema de partidos sin necesidad de cambiarles el nombre… ¿Es eso un partido institucionalizado?

    Creo que lo que trato de decir con todo esto es que me cuesta mucho aceptar que se puedan aplicar al juego de los partidos políticos en Latinoamérica esquemas de análisis nacidos en otra parte, donde ‘institucionalizado’ significa otra cosa, incluso ‘partido’ significa otra cosa…

  9. juan dice:

    ¿por qué da el autor por sentado que todos «queremos evitar» que nos ocurra lo mismo como si fuese algo inherentemente malo?

    • Alatriste dice:

      A lo mejor porque desde 1920 (Mussolini) hasta como quien dice ayer (Viktor Orbán) pasando por Perón y Chaves y bastantes ejemplos más, la lección que se puede extraer es que los liderazgos populistas son, aparte de un peligro obvio para la democracia y las libertades, un desastre para la sociedad y la economía. Hasta Chaves, que podía contar con un constante río de dinero procedente del petróleo, ha dejado la economía venezolana cerca del colapso.

      He empezado a escribir en el buscador de Google «devaluación Venezuela» y en el desplegable me han salido sugeridos

      – Devaluación Venezuela 2010
      – Devaluación Venezuela 2011
      – Devaluación Venezuela 2012
      – Devaluación Venezuela 2013

      Deberían sobrar los comentarios.

      Pero para fijarnos en un ejemplo más cercano, más europeo, ahí tenemos el ejemplo italiano para que veamos de cerca que bien funciona la implosión del sistema de partidos establecido y la aparición de liderazgos personalistas. Y no, no me refiero a Grillo – porque él aún es una incógnita – sino a Berlusconi.

      • juan dice:

        Cualquier cosa es mejor que una dictadura de gente no directamente elegida como el Van Rompuy (sí, el del «charisma of a damp rag and the appearance of a low grade bank clerk»).

        Respecto a democracia, libertades, etc, viviendo en un país donde la constitución se cambia sin votar los cambios ( no como Venezuela) y se cierran impunemente medios como la TV3 en Valencia o el periódico Egunkaria (que el Tribunal Supremo consideró que no había hecho nada ilegal) creo que podemos dar pocas lecciones a otros.

        • Alatriste dice:

          Ya sabía yo que no adorar como es debido a Venezuela, su gloriosa revolución bolivariana y el recuerdo de su sin par líder iba a traer cola…

          Pues mira, no. En primer lugar hay bastantes cosas mucho peores que un líder como Van Rompuy, y en segundo prefiero una Constitución que se cumple, como la española, y cuyas reformas de entidad menor votan nuestro representantes electos (que para algo están), a la situación venezolana, donde la Constitución es papel mojado, como acaba de verse ahora mismo ¿O acaso no dice la constitución venezolana que el presidente provisional debía ser el presidente de la cámara, no el vicepresidente?

          Artículo 233. Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.

          Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.

          http://es.wikisource.org/wiki/Constituci%C3%B3n_venezolana_de_1999#Cap.C3.ADtulo_II._Del_Poder_Ejecutivo_Nacional

          • juan dice:

            Claro, aquí lo del derecho al trabajo y tal se cumple…6 millones de parados y va para largo. Lo veo más relevante que un tema de provisionalidad de 1 mes de presidencia interina.

            • Alatriste dice:

              Hombre, después de la exaltación revolucionaria ha llegado el momento del festival del humor y la constitución imaginaria…

              Pues mira, el caso es que me habéis cogido de mal humor. Lo bastante para decir con todas las letras que no tienes tú muy claro lo que es un derecho… porque tienes derecho a trabajar, lo cual no significa que nadie tenga el _DEBER_ de darte un empleo. Lo que significa es que si los empresarios se ponen de acuerdo para crear listas negras y negar empleos a los trabajadores «rebeldes», pueden ser demandados.

              Otros ejemplos

              – Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional.

              Lo cual no significa que nadie tenga que pagarte el billete. Ni que puedas elegir que tu residencia es el Hotel Palace.. no gratis, por lo menos.

              – Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad.

              Lo cual no significa que no puedas ser encarcelado si se te acusa de un crimen. Ni tampoco que no puedas sufrir un accidente, pese a que tengas derecho a la seguridad.

              – Todos tienen el derecho a la educación.

              Lo cual no significa que el estado tenga que pagarte tu master en Harvard. Ni siquiera el cursillo de inglés básico.

              Etc, etc, etc. Y ahora seguro que sale el memo de turno con lo del «derecho a la vivienda», no falla.

              • juan dice:

                El artículo pone lo que pone y es interpretable, es más fácil interpretar que se tiene derecho a poder tener un puesto de trabajo, que no que por educación se entienda un másteer en Harvard.

                En todo caso también habla de aconfesionalidad y el año judicial lo abren con una misa, los ministros tienen un crucifijo cuando juran o prometen el cargo crean o no crean etc. Para mi eso es más grave que quien es presidente 40 días en Venezuela.

                • Alatriste dice:

                  Es que ¡No dice eso tampoco! Si está claro que la mayoría de los problemas vienen de asumir una constitución imaginaria y no leer la auténtica…

                  Artículo 16.3

                  Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

                  España no es un estado laico (que yo también preferiría que lo fuese), incluso es dudoso que se pueda decir que es aconfesional… no tiene religión oficial, pero lo de «los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española… y mantendrán… relaciones de cooperación con la Iglesia Católica» deja margen para todas esas cosas que mencionas.

                  • juan dice:

                    Relaciones de cooperación no es meter los símbolos en cosas y nombramientos que afectan a todos.
                    Practicantes según el CIS hay un 10%, y uno ministro aunque no crea tiene que prometer delante de la biblia y crucifijo no lo veo.

                    Del ninguna confesión tendrá carácter estatal lo más lógico es entender que no podrá imponerse en actos del estado. La situación de la Iglesia en España es muy similar a la del Islam en Irán, mandan.

                    • Pablo Ortega dice:

                      Si vamos a aceptar que no se cumple la Constitución española, se habrá de aceptar que la venezolana mucho menos.

                      Baste ver el artículo 43 de la Constitución venezolana:

                      «Artículo 43. El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma.»

                      El año pasado, solamente, murieron más de 21.000 personas en Venezuela a manos del crimen. Con eso lo digo todo.

          • parvulesco dice:

            No iba a comentar nada pero eso de que «prefiero una Constitución que se cumple, como la española» es el chiste más grande que he leído en el último año. Los españoles tenemos una Constitución escrita y votada bajo tutela militar que además ni se cumple. No jodamos.

            • Alatriste dice:

              Tú dí que sí, hombre… tú dí la salvajada más grande que se te ocurra y sobre todo no digas qué es lo que no se cumple, no sea que podamos discutir con argumentos serios.

      • Joshua dice:

        Ojalá en el desplegable de Google te hubiese salido también una breve explicación del porqué de las devaluaciones. Un diferencial de inflación conduce necesariamente a una devaluación. La pérdida de valor de la moneda no es algo que necesariamente signifique el colapso de la economía, puede ser simplemente la corrección de la evolución distinta de los precios. Si en España hubiesemos tenido esa posibilidad con respecto a Alemania, ya habríamos devaluado una o dos veces desde 2002.
        De colapsos económicos no tenemos muchas lecciones que dar hoy en día a latinoamérica. Me temo que no van a llamar a muchos de nuestros dirigentes y/o técnicos a darles conferencias.
        Sobre comparar a Chavez con Mussolini, pues que quieres que te diga; a partir de ahí ya no podemos seguir razonando. Para tí la perra gorda.

        • Alatriste dice:

          Vuelvo a repetir que mi alma está ya perdida. Me declaro culpable, y orgulloso de ello, de no admirar comme il faut la gloriosa revolución volivariana, pero…

          Te aseguro que no me hace falta que Google me explique las causas de que Venezuela devalue todos los años. Eres tú, en cambio, quien debería explicar la razón de ese brutal diferencial de inflación, que _NO_ se debe al petróleo. Arabia Saudí no devalua todos los años, ni Noruega, ni Irán, ni Kuwait, ni Méjico… hasta donde yo sé Venezuela es un caso literalmente único entre los exportadores de petróleo.

          Y sí, no solo es que España hubiera devaluado si pudiera, es que lo hacía con notable regularidad cada cuatro o cinco años antes del euro (incluyendo los tiempos de Franco, que también devaluaba) ¿Y eso, tiene algo que ver con el notable desastre de que contando con enormes ingresos en dólares Venezuela se vea incapaz de mantener la cotización de su moneda ni siquiera durante doce meses?

          Ah, y me gustaría saber dónde he equiparado a Mussolini con Chávez. He dicho, y creo que es algo inatacable, que los dos eran líderes populistas. Nada más. Nada menos.

          • Alatriste dice:

            Mladición, eso de «volivariana» hace daño a los ojos. Lamento la errata, pero el tío que decidió poner la ‘b’ y la ‘v’ juntas en el teclado se merece un sitio de honor en el círculo del infierno dedicado a los chapuzas y los listillos.

  10. […] Además, por Pablo Simón encontramos una entrada sobre un acontecimiento de actualidad como el fallecimiento de Hugo Chávez o sobre noticias que a veces pasan desapercibidas como el Plan de Empleo Juvenil que escribe Jorge […]

  11. Alberto García Ortega dice:

    ¿Y Morgan no añade el Caracazo, y sus +300 muertos oficiales y con fosas comunes secretas incluidas? Yo le veo potencial para explicar el golpe de estado y lo de Chávez.
    Por cierto que a mi eso de ser Bolivariano me va poco, pero sus resultados, aparte de las cagadas por falta de profesionales que den la talla y el desbarajuste de la inflación son bastante buenos. El petróleo ayuda, y sobretodo no gastárselo en rascacielos y más en programas sociales.

    En fin, todos preferiríamos vivir en Noruega, pero ni los problemas de Venezuela vienen de Chávez ni lo ha hecho tan mal.

  12. Pablo Ortega dice:

    Soy venezolano, y como tal, me temo que hay un factor que el autor no toma en cuenta a la hora de juzgar el desplome de nuestro sistema de partidos: el pasado militarista de mi nación. En Venezuela tradicionalmente las Fuerzas Armadas han contado con un sólido prestigio que conservaron incluso durante la etapa democrática, al punto que eran un actor a tomar en cuenta a la hora de tomar decisiones en política exterior, y manteniéndose siempre el Ministerio de la Defensa en manos militares durante todos esos años. Varios estudios de la época señalaban como debilidad estructural de nuestra democracia la importancia más elevada de lo normal que tenían las Fuerzas Armadas en Venezuela.

    Ese militarismo jugó un papel clave a la hora de inclinar a la gente hacia la alternativa populista de Hugo Chávez en vez de una alternativa socialdemócrata, que era identificada también como parte del sistema por la ola anti-política de la época, que se deshacía en elogios hacia el último dictador militar de Venezuela -antes de Chávez, claro-, Marcos Pérez Jiménez.

    • Chacal dice:

      +1
      Y ese militarismo también explica en gran medida la diferencia entre Chávez y Lula: en gestión y en percepción.

  13. Capitalismo y Globalización dice:

    Si no quieren que en España surja un movimiento de izquierda radical lo que deben hacer los partidos «sistema» es conseguir que la gente lleve una vida materialmente digna, lo cual implicará hacer menos ricos a los ricos y así más ricos a los demás.

    Ah, que no pueden.

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