Economía

El Plan de Empleo Juvenil no es una solución

12 Mar, 2013 - - @jorgegalindo

El Gobierno acaba de lanzar un Plan de Empleo Juvenil como respuesta a la (se me acaban los calificativos catastróficos) situación de los jóvenes en España con respecto al mercado de trabajo. Las cifras ya las conocemos, para qué ahondar en la herida. El Plan consiste, nos dicen, de 100 medidas y más de 3.000 millones de euros. Personalmente, la cantidad del estímulo me resulta de poca relevancia porque considero (junto a la práctica totalidad de la literatura y los analistas) que el problema de nuestro mercado laboral es más estructural que de falta puntual de demanda (si no, por qué tenemos en bonanza una tasa de paro que está por encima de la tasa de paro de otras economías europeas en recesión). Por tanto, me detendré a analizar las medidas. Sin embargo, de las 100 anunciadas, solo 15 son medidas reales y actuales. Las otras 85 son propuestas más desiderativas que específicas planteadas a medio plazo.

De las mentadas 15 medidas, solo algunas me parecen relativamente interesantes. La mayoría consisten en brindis al sol o en añadir aún más tipos de contrato a la actual maraña existente en la legislación laboral española. Pero comencemos por lo bueno. Hay una serie de medidas encaminadas a eliminar en la medida de lo posible los incentivos a que los jóvenes elijan quedarse con la prestación por desempleo en lugar de comenzar su propia actividad. Para ello, se permitirá la «reanudación del cobro de la prestación por desempleo tras realizar una actividad por cuenta propia» así como la «compatibilización durante nueve meses de la prestación por desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia.» Por último, se incluye la posibilidad de utilizar el 100% de la prestación por desempleo como aportación al capital social de una nueva empresa.

De esta manera asumo que lo que se pretende es que nadie deje de tomar una iniciativa de autoempleo por miedo a perder el subsidio. Y, lo que es mejor, lo hace sin reducir la cobertura del mismo. En cualquier caso, el alcance de este tipo de medidas es muy dudoso dado que las raíces del desempleo juvenil no son los incentivos perversos de la cobertura del Estado de Bienestar.

La ya famosa «tarifa plana» para jóvenes autónomos (cuota de 50 euros y otras reducciones) va en una dirección similar al intentar incentivar el autoempleo juvenil. Cualquier componente de devaluación interna me parece, en principio, una buena idea. El problema es que hay muchas empresas que están utilizando «falsos autónomos» para cubrir puestos que de hecho corresponden a contratos indefinidos. Y esto solo favorece este uso inadecuado de los modelos disponibles.

Otra parte del paquete está compuesta por medidas de corte fiscal encaminadas a estimular la actividad económica. Así, se proponen bonificaciones (de 800 a 1650 euros anuales) a empresas que contraten a jóvenes, bonificaciones que llegan hasta el 100% de la cuota de la Seguridad Social para micropymes y autónomos. Por último, las empresas que transformen un contrato temporal en indefinido «tendrán derecho a una bonificación en la cuota a la Seguridad Social de 500 euros al año durante tres años». Aparte de insistir en que fomentar el modelo PYME es una nefasta idea, cabe resaltar en la paradoja de medidas de estímulo a corto plazo cuando lo que se está enfrentando es un problema estructural. Estas medidas presuponen que hay puestos que son de facto indefinidos que están siendo cubiertos por contratos temporales. Si el problema es del modelo de contratación disponible, no se entiende la razón para atacarlo con meros estímulos fiscales.

Por último, entramos en el terreno de las «medidas brindis al sol». Algunas de las propuestas van encaminadas a resolver los problemas de matching inherentes a cualquier mercado de trabajo. Así, se pretende crear un «portal único de empleo» u «oficinas de empleo dedicadas al emprendimiento». Sin embargo, ningún país grande y heterogéneo ha resuelto sus problemas de desempleo mediante centralización de las búsquedas. Más aún: el problema del desempleo en España no es friccional. De hecho, existió un equilibrio bastante «bueno» (léase «perverso aunque funcionaba») entre la demanda laboral del sector empresarial y la oferta de los nuevos trabajadores durante la época de bonanza: las empresas demandaban trabajadores de baja cualificación para sectores de bajo valor añadido, y los jóvenes estaban dispuestos a ello. La precariedad no fue ni es un problema de búsqueda, en su esencia. Es un problema de estructura de contratación.

Por otro lado, dentro de la sección de unicornios, nos encontramos con la «mejora de la financiación para los autónomos y los emprendedores» cuyas medidas específicas no se especifican en ningún momento. Difícilmente puede hacerse tal cosa cuando el crédito sencillamente no fluye desde el sector privado, un problema que va más allá de la legislación laboral.

En definitiva: como toda buena colección de parches, la nueva Estrategia para el Empleo Juvenil lanzada por el Gobierno tiene algunos que pueden funcionar, otros muchos que no, y en general no arregla el problema de fondo. El problema es estructural.

Voy a decirlo de otra manera: la batalla del hoy está perdida. Ni un estímulo fiscal bestial (ya lo vimos con el Plan E) ni incentivos fiscales puntuales ni una mejora en los problemas friccionales del mercado o en los incentivos presuntamente perversos de la protección estatal nos van a sacar en tres días del hoyo en que nos encontramos. Lo que nos sacará de este hoyo es la reactivación económica. El cometido de cualquier reforma laboral ha de ser asegurarse de que en dicha reactivación no se repita la situación que nos llevaría, en una nueva fase descendiente del ciclo, a destruir empleo de manera descontrolada. Destrucción que se ceba en los jóvenes. La política laboral ha de construir los incentivos adecuados y evitar los incentivos perversos. Si la dualidad es el problema, la única solución posible pasa por acabar con ella.

 


10 comentarios

  1. MuGaR dice:

    También darán cuatro duros a los ayuntamientos para que malpaguen a unos cientos de chavales por estar toda la mañana sin hacer nada productivo.

    Y si sacan algo parecido al cheque del autónomo, conseguierán que algunos avispados compren coche y ordenadores con cargo a presupuestos.

    Los beneficios sobre el cobro del paro no se porqué no se amplían a cualquier persona, con independencia de la edad (si lo hacen, no lo se, pues fenomenal).

    Y ojo a las medidas tomadas en las dos últimas minireformas laborales (tochazo infumable):

    INCENTIVOS A LOS CONTRATOS EN PRÁCTICAS PARA EL PRIMER EMPLEO.

    La principal novedad operada en este tipo contractual la encontramos en la supresión de la limitación temporal, desde la adquisición del título, a la celebración del contrato ya que, establece el Real Decreto que sin perjuicio de lo establecido en el artículo 11 del E.T (relativo al contrato en practicas), podrán celebrarse contratos en practicas con jóvenes menores de 30 años, aunque hayan transcurrido cinco o más años desde la terminación de los correspondientes estudios.

    Las empresas y trabajadores autónomos tendrán derecho a una reducción del 50% de la cuota de contingencias comunes de la cuota empresarial por el tiempo que dure el contrato (máximo 2 años)

    INCENTIVOS A LA CONTRATACIÓN A TIEMPO PARCIAL CON VINCULACIÓN FORMATIVA.

    Se regula aquí que las empresas, incluidos trabajadores autónomos, que celebren contratos a tiempo parcial con vinculación formativa con jóvenes desempleados menores de 30 años, tendrán derecho a una reducción del 100% en la cuota empresarial a la Seguridad Social por contingencias comunes. El porcentaje se reduce al 75% para empresas de más de 205 trabajadores.

    Este incentivo tendrá una duración de 1 año, prorrogable otro año mas. El trabajador deberá compatibilizar su empleo con una formación (oficial) o haber cursado la misma en los 6 meses inmediatamente anteriores.
    El contrato podrá celebrarse por tiempo indefinido o por duración determinada.

    FORMACIÓN PROFESIONAL Y CONTRATOS PARA LA FORMACIÓN Y APRENDIZAJE:

    Por lo que respecta, en primer lugar, a la FORMACIÓN PROFESIONAL, la Reforma pretende la adaptación del trabajador a las modificaciones operadas en su puesto de trabajo, el reciclaje del mismo. Es decir, se establece el derecho “a la formación necesaria para su adaptación a las modificaciones operadas en el puesto de trabajo, así como el desarrollo de planes y acciones formativas tendentes a favorecer su mayor empleabilidad”. Esta modificación se conecta al despido por causas objetivas por falta de adaptación del trabajador.

    Esta modalidad de contrato se podrá celebrar con trabajadores mayores de 16 y menores de 25, no obstante, hasta que la tasa de desempleo no baje del 15%, el límite máximo de edad se fija en 30 años.

    Otra novedad importante es el colectivo que puede acogerse a este tipo de contrato, ya que se amplía a los trabajadores que cursen formación profesional del sistema educativo.

    La duración del contrato tiene nuevos límites (mínima de 1 años y máxima de 3 años) que se fexibilizan en el sentido de que por Convenio Colectivo podrán fijarse distintas duraciones en función de las necesidades organizativas o productivas de las empresas, aunque sin que pueda establecerse una duración inferior a 6 meses ni superior a 3 años.

    Una vez finalizado el contrato el trabajador no podrá ser contratado bajo esta modalidad por la misma o distinta empresa, SALVO que la formación inherente al nuevo contrato tenga por objeto la obtención de distinta cualificación profesional. Tampoco podrá celebrarse este contrato cuando el puesto de trabajo correspondiente al contrato haya sido desempeñado con anterioridad por un trabajador en la misma empresa por tiempo superior a 12 meses.

    Los porcentajes máximos de tiempo de trabajo se graduan. El tiempo de trabajo efectivo no podrá ser superior al 75% durante el primer año, o al 85% durante el segundo y tercer año.

    Entre otras. Complicao es poco xd

  2. […] ¿Por qué el Plan de Empleo Juvenil propuesto por el gobierno no es una solución? […]

  3. Pontifex dice:

    ¿De verdad el paro juvenil es un problema o solo un síntoma? Los datos que aportan en este artículo parecen apuntar a lo segundo:

    http://www.eldiario.es/agendapublica/paro-juvenil-problema_6_101199882.html

    Desconozco si en alguno de los paises que aparecen en el gráfico 1 existe algo parecido a un contrato único, pero está claro que la regla de que «La tasa de paro juvenil es aproximadamente el doble de la tasa de paro del resto de la población» se cumple en mercados laborales muy diferentes.

    Así que el problema no es el 50% de paro juvenil el problema es el 25% del paro en general.

    • juan dice:

      Totalmente de acuerdo con esa apreciación. Hay una tendencia a sobrevalorar «la juventud» y sus problemas. El problema de la juventud actual (y ahora a ver lo que me llueve) es que se ha criado «blanda», sin mili, maletitas con ruedas, viajecitos con Ryanair que hacen que a los 25 hayan hecho más millas aéreas que millonarios de hace tan sólo 3 décadas. No culpo a estas generaciones, justo pasaban por aquí cuando el nivel de vida subía (unas décadas de forma natural, y la última «artificial y burbujeramente» y de repente todo se ha hundido fulminando expectativas.

      Al final el problema del trabajo se reduce a que alguien lo tiene que crear.
      No es hacer la oda al emprendedor, yo ahora mismo tengo una empresa, me he dejado los ahorros y gano menos de la mitad que en el trabajo que dejé hace 6 años, es decir, intentar algo por cuenta propia es jodido, 24/7, sin ningún glamour por mucho que algunos se empeñen, y sólo vale si te sale bien, y mientras tanto sólo oyes de amigos y familares «lo tonto que fuiste de dejar el trabajo» mientras tu peleas por mantener los que ahora dependen de ti.

      Por foros la gente comenta que no se puede ser un país de pymes, que hacen falta empresas grandes, vuelvo a preguntar, aparte de teorizar ¿quién las debe crear?, porque a su vez los mismos también se dice que el estado no debe ser empresario.

      • J.E dice:

        A la respuesta de «quien debe crearlas», la respuesta que suele darse por aquí es permitiendo que las empresas crezcan. Si tienes una empresa, te habrás dado cuenta (y si no, te darás cuenta) que hay determinados umbrales que son auténticos hachazos.
        Yo por mi experiencia personal (limitada y parcial, tengase en cuenta) si que he conocido PYMES que llegadas a un punto se estancan porque el reto de pegar el salto es fortísimo, y el Estado parece penalizar más que ayudar a ese salto.

      • Fulano dice:

        En tu mensaje no está claro qué efecto atribuyes a esa «blandura» de las generaciones más jóvenes. Supongo que no quieres decir que la mayor tasa de paro de los jóvenes es debida a ello. Eso sería fácilmente rebatible con los datos de hace 30 años en los que la tasa de paro juvenil también era mucho mayor que la general. O puede que los jóvenes de hace 30 años ya fueran unos blandos.

  4. Rafa Lodeiro dice:

    Y yo me pregunto. Me incorporé al mercado laboral en el 96, con 22 años, un contrato de aprendizaje del PSOE (el famoso contrato basura), que en teoría eran 6 horas al día de trabajo + 2 de formación, descuentos varios para la empresa en seguridad social, sin derecho a paro ni pensión, y por el que podía cobrar la mitad del SMI (en aquellos momentos, unos €300, o sea, que me pagaban €150/mes). Huelga decir que curraba más de 12 horas diarias de lunes a sábado, y algún domingo, por la grandiosa fortuna de 24.000 pelazas del ala, y mi «formación» fue un diploma fotocopiado que me dieron, sin haber tenido que estudiar nada. Por cierto, mi formación era en atención al cliente y trabajaba en un almacén bajo tierra donde no había ni teléfono. Estuve 3 años así. Dejé la empresa, no sin antes denunciarlos, pues no me querían pagar ni el finiquito (cuando pregunté por qué no lo había cobrado, el delegado provincial me llamó gilipollas y me echó del despacho), cogí una mochila y me marché al extranjero. Aquí sigo, 14 años después, en un país en el que vas por la calle, ves un un anuncio de una vacante en el escaparate de una tienda o un restaurante, entras, y empiezas a trabajar en el acto, donde te respetan el trabajo aunque seas el último mono, y te pagan y trabajas las horas que has acordado y nadie te intenta tangar. Creo que en los más de 7 trabajos diferentes que he tenido aquí nunca he firmado un contrato, todo ha sido verbal. Lo máximo que me han dado es un dossier con mis condiciones para que lo guarde en mi casa en una carpeta en caso de duda.

    Y mi pregunta es la siguiente: ¿A qué viene el gusto (o cuál es el incentivo) de los políticos españoles por parir reformas de 120 páginas con terminología pseudo-15M-era (para mí, emprendedor=unicornio empoderado ontológico) y por tanto contrato diferente, si está más que demostrado que nunca jamás han funcionado y lo único que han hecho es fomentar fraudes y complicar aún más las cosas?

  5. […] EL PLAN DE EMPLEO JUVENIL NO ES UNA SOLUCIÓN El problema de nuestro mercado laboral es más estructural que de falta puntual de demanda -si no, ¿por qué tenemos en bonanza una tasa de paro que está por encima de la tasa de paro de otras economías europeas en recesión?- (enlace) […]

  6. […] dejo aquí el enlace de una reflexión interesante en relación al plan del gobierno de Jorge […]

  7. Enrique dice:

    La tasa de universitarios españoles es superior a la media de la Unión Europea, pero el número de titulados en Formación Profesional apenas alcanza la mitad. Como consecuencia, casi un tercio de los españoles con trabajo lo están desempeñando en empleos para los que están sobrecualificados, es decir, que están por debajo de sus posibilidades académicas. A esto hay que añadir que tres de los cinco millones de parados apenas cuentan con el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria o con algún tipo de certificado profesional básico.

    Todas estas cifras y otras similares suelen manejarse en todos los discursos electoralistas que versan sobre educación, así como en las propuestas de leyes que se derivan de ellos, en los que la formación profesional ocupa un lugar central. Sin embargo, tanto los discursos como las leyes se contradicen con los hechos que después los acompañan, y todo se queda en palabras y letra muerta sobre un papel.

    Por ejemplo, después de intentar convencer a los alumnos y sus familias sobre las bondades y beneficios de la FP, resulta que 40000 alumnos se quedan sin plaza cada año para cursar un Ciclo Medio de Formación Profesional. Bien porque en el lugar donde viven no se ofertan las enseñanzas que demandan, bien porque el número de plazas ofertadas es menor que las requeridas; lo que determina, por ejemplo, que quien quería formarse como Técnico en Soldadura y Calderería se tenga que conformar con ser admitido en un Ciclo Formativo de Pastelería y Panadería.

    http://www.otraspoliticas.com/educacion/formacion-profesional

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