Política

Un manual de agitación política

1 Mar, 2013 - - @egocrata

Los resultados electorales en Italia deberían servir de lección: es imposible aprobar reformas económicas e institucionales contundentes sin una mayoría social detrás. Cualquier cambio de calado necesita tener una coalición de intereses y votantes dispuesto a apoyarla; si no, las urnas no tardarán en interponerse entre el político y su agenda.

La pregunta, obviamente, es cómo; qué debe suceder para que esa mayoría social aparezca. Una de las cosas que nunca me canso de repetir por esta página es que cambiar opiniones políticas es increíblemente complicado; la mayoría de votantes no prestan puñetera atención a nada que no sea fútbol, y reaccionan con una justificada suspicacia a todo político que promete milagros, y más si no es uno de los suyos. Para construir una coalición de votantes dispuestos a apoyar reformas de calado un político debe superar primero la indiferencia, después el escepticismo y finalmente la ideología de gran parte del electorado. Un hipotético reformista lleno de altos ideales no tiene un trabajo sencillo si quiere llevarlas a cabo.

Todo empieza con una idea. Un académico en alguna alta torre de marfil, un intelectual con demasiado tiempo libre o un ciudadano indignado se encuentran con un problema social y tienen un plan sobre cómo solucionarlo. A veces la idea es un cosa aislada; alguien escribe sobre una tasa sobre transacciones financieras para suavizar los movimientos en el mercado de divisas. Otras veces varios tipos encuentran soluciones parecidas al mismo problema, y vemos tres o cuatro modelos de contrato único para combatir la dualidad en el mercado laboral.

Si queremos trasladar una de estas ideas a una reforma política concreta, sin embargo, no basta con publicar un glorioso artículo académico que convenza a todo el mundo. Es necesario llevarla a la arena pública, primero, y empezar a conseguir apoyos sociales para que empiece a ganar audiencia. Alguien tiene que coger la idea y empezar a trabajar con ella para meterla en la agenda política. En Estados Unidos este alguien es a menudo conocido como un policy entrepreneur (literalmente, un «emprendedor de políticas públicas»), y tiene varias estrategias para avanzar su causa.

Un modelo típico es el siguiente.  El primer paso es, casi siempre, «anunciar» tu idea a potenciales aliados. Si quieres vender una reforma del mercado hipotecario, por ejemplo, buscarás a asociaciones de consumidores, ex-clientes de Bankia e intelectuales de izquierda soliviantados. Si quieres un reforma educativa, hablarás con asociaciones de padres, educadores e intelectuales de izquierda soliviantados. Si quieres un impuesto verde hablarás con ecologistas, fabricantes de paneles solares e intelectuales de izquierda soliviantados. El modelo habitual es publicar un artículo, manifiesto o algo parecido, y crear una coalición, coordinadora o plataforma con varias organizaciones participantes, a menudo usando sofisticadas herramientas de participación como una lista de correo. La idea básica no es tanto crear una mayoría social a base de hablar con gente afín, sino por conseguir gente dispuesta a ayudar en esto de hacer ruido, empezar a construir una lista de portavoces más o menos creíble, y crear una estructura que mantenga el movimiento social fuera del alcance de los pesados captura asambleas de siempre.

Una vez tenemos una coalición, el siguiente paso es empezar a hablar actores políticos clave dando impresión de fuerza. Un modelo bastante clásico es organizar unas jornadas o conferencia e invitar a todos los miembros de la coalición para hacer bulto, y a unos cuantos periodistas, intelectuales de izquierda soliviantados (siempre aparecen) y políticos más o menos afines al sarao para que escuchen durante cuatro o seis horas un montón de oradores explicando lo maravillosa que es tu propuesta. La idea no es tanto convencer a gente que no está de acuerdo contigo, sino en hacer que la idea que defiendes empiece a sonar viable. Los políticos más o menos afines dejarán de esconderse cuando alguien menciona la dación en pago  o el contrato único. Los periodistas mencionarán la idea en tertulias para sonar originales. Los intelectuales de izquierda soliviantados se indignarán porque nadie habla de ello. No habrá nadie que realmente cambie de opinión aún, pero la propuesta estará en el ambiente.

Una vez la idea ha empezado a circular (con varios saraos si es preciso), el siguiente paso es empezar a darle una pátina de propuesta seria y viable. Es en este momento cuando la coalición por la defensa de la causa, con gesto de responsabilidad y visión de país, encarga un sesudo estudio a un grupo de expertos independientes sobre la materia, o (mejor aún) pide a los políticos la creación de una task force o comisión que evalúe el problema, obviamente con al autor original de tu idea (TM) como estrella principal. Es ahora también cuando (si tu idea es adecuadamente populista) podemos empezar a tener mini-movilizaciones de gente pidiendo reformas, y empezar a hacer ruido dirigido a los políticos directamente. Si tu trabajo preliminar de reclutamiento de periodistas e intelectuales de izquierda soliviantados ha sido adecuado, es ahora cuando tu propuesta empezará a ser visible entre la opinión pública. Aún no convencerás a nadie, pero al menos estarás en la agenda.

Cuando las conclusiones del estudio aparezcan (obviamente dándote la razón) es cuando empezarás a moverte en serio. La propuesta lleva flotando en el ambiente una temporada; hablar de ella no suena extraño, y no pilla a nadie por sorpresa. Hay intelectuales de izquierda soliviantados que dicen que es el futuro; los periodistas más cool saben qué es, y los votantes más informados han oído campanas. Hay incluso estudios sobre la idea. Es hora de conseguir que tu propuesta pase a la agenda de algún actor político relevante.

Este es el paso más complicado,  y que depende en gran medida de las semillas plantadas en etapas anteriores. Debemos tener una red informal de políticos afines que hagan que la idea parezca confortable al líder del partido; una coalición de grupos que den la apariencia de un apoyo social decente; una buena estrategia de comunicación que haga que todo suene razonable. Con suerte alguien con cierta capacidad de influencia dentro de un partido político (sea un notable o barón regional, un ministrable carismático o un partido minoritario que no produzca alergias al resto) hará suya la idea y empezará a promocionarla. Es entonces, y sólo entonces, cuando el mecanismo habitual de construcción de apoyo social entrará en funcionamiento: la idea empezará a estar asociada con una ideología («el contrato único es de izquierdas/centro reformista»), los votantes afines empezarán a asociar esa propuesta a sus propias posturas políticas («el buen progresista cree en la dación en pago») y las bases sociales empezarán a formarse desde allí.

Vale la pena señalar unas cuantas cosas. Primero, no hace falta que tu idea sea adoptada por uno de los dos grandes partidos para que gane tracción. En ocasiones, no hace falta ni que sea un partido quien coja la idea, de hecho. La dación en pago se mete en la agenda esencialmente vía Izquierda Unida; los sindicatos y la patronal pueden colocar temas en la agenda con cierta facilidad, y hay ciertos «superopinadores» que pueden construir coaliciones (léase: Grillo). El camino hacia la agenda política tampoco pasa necesariamente por convencer a un determinado grupo de élites a base de conferencias y peloteo; si uno tiene capacidad de organizar movilizaciones con cierta escala también puede «entrar» desde ahí. Las manifestaciones, por cierto, no son una muestra de apoyo ciudadano serio o nada por el estilo; uno puede sacar mucha gente a la calle con relativamente poco apoyo social (léase: anti-homosexuales, indignados de la AVT, comercio justo). Eso no quiere decir que no sea una forma efectiva de armar ruido. Y por supuesto, hay veces (muy pocas) en que uno puede armarla y conseguir amplio apoyo social sin pasar por el sistema político en absoluto; el problema, sin embargo, es cuando los organizadores se olvidan que sin mayorías legislativas uno no cambia leyes, y gana batallas pero pierde la guerra.

El principal elemento a recordar de toda esta explicación, sin embargo, es que estamos hablando de procesos lentos. La primera cosa que te dicen cuando empiezas a ejercer de policy entrepreneur en Estados Unidos (a eso me dedico) es que las ideas que lanzamos hoy están dirigidas a entrar en el ciclo legislativo el 2015-2016, y probablemente ser derrotadas repetidamente hasta el 2020-2022. Las (siempre escasas) victorias legislativas de estos últimos años vienen de semillas plantadas el 2004-2005, o incluso antes; y siempre han llegado tras años de preparación, estudios, cultivar relaciones y mucha suerte. Una reforma a nivel federal, no hace falta decirlo, requiere muchísimos más recursos y mucho más tiempo; basta ver lo que costó aprobar la reforma de la sanidad (casi setenta años) para hacerse una idea de lo complicado que es. Por supuesto, no siempre es tan lento; tras el desastre del 2008, cascarle regulaciones a los bancos fue (relativamente) fácil. Pero aún así construir coaliciones, hacer política, es un trabajo de años y años.

Quedan tres cosas por discutir. Primero, el funcionamiento de los partidos en España, y la viabilidad o no de ocuparlos desde abajo. Segundo, la triste realidad que en España las reformas las necesitábamos hace tres años, y que la situación económica del país realmente no permite el lujo de tener paciencia. Tercero, si un hipotético reformista ilustrado llegara a Moncloa, qué puede hacer para formar mayorías sin que lo linchen. Los dos primeros puntos merecen discusión en otro artículo; del tercero hablamos cuando avistemos los primeros unicornios. Mañana más.


41 comentarios

  1. heathcliff dice:

    Muy interesante, Roger.

    Ahora te cuento una cosa que viví desde dentro:

    También existe la reacción política negativa por precedente o escarmiento. En un ayuntamiento pequeño, cosa de setecientos habitantes, hubo una propuesta local por parte de los izquierdistas soliviantados locales. A todos nos pareció bastante bien y contaba con la mayoría necesaria, y sin embargo se rechazó de plano «para que estos no se crezcan y vengan mañana con otra cosa».

    Con esto quiero incidir en que no todos los apoyos son buenos, y que a la hora de movilizar gente tienes que tener muy buen cuidado de que no aparezcan por tus actos una serie de colectivos con los que nadie quiere identificarse.

    Por ejemplo, a la dación en pago, como idea, le hace un daño terrible el apoyo del movimiento okupa. Y si mañana, por joder, le diera a la Falange por apoyar la idea, la dación quedaba enterrada para los restos. 🙂

    Algo similar sucedió en el 15M, desarticulado desde dentro por el entusiasmo antisistema de los izquierdistas soliviantados.

    ¿Y cómo impedir que los soliviantados no aburran y desanimen al resto? Ese es el gran reto, propongo.

  2. fr_carrillo dice:

    Roger, das por supuesto que para cambiar cosas hay que ser de izquierda.

    No tengo tan claro que en España sea fácil cambiar cosas desde la izquierda.

    • Roger Senserrich dice:

      No doy por supuesto eso, creo. El contrato único me dicen que es neoliberal todo el rato :-).

      Yo lo que no tengo claro es que en España sea fácil cambiar cosas desde ningún sitio…

  3. Alatriste dice:

    Esto me recuerda un libro que leí hace años sobre las revoluciones de 1848 (si a alguien le interesa puedo mirar el título y el autor, porque lo conservo). Ese libro mantenía que el peor error de los revolucionarios, que habían llegado al poder en París, Viena, etc., apoyados por coaliciones muy heterogéneas, fue empezar su labor de gobierno por las reformas más moderadas y menos audaces para tranquilizar a la sociedad y los gobiernos extranjeros.

    A primera vista eso puede parecer una táctica inteligente y tal vez lo fuera a corto plazo, pero el resultado final fue que los revolucionarios fueron perdiendo apoyo porque daban la impresión de que se estaban radicalizando, y fueron abandonados gradualmente por los sectores más moderados ya habían «resuelto lo suyo», especialmente los campesinos y los burgueses. Con ello llegaron a depender del apoyo de una minoría cada vez más pequeña, más urbana, más proletaria y más radical y… bueno, la historia en la mayoría de los sitios no acaba bien.

  4. Marc dice:

    Artículo muy interesante, permitidme añadir la nota pesimista.

    – Como bien dices Roger, las reformas de este tipo tardan mucho y España no está para cosas a largo plazo.

    – En EEUU hay bastante libertad dentro de los partidos. Seria alguien en el PP o el PSOE capaz de desafiar el status quo imperado por los lideres? Con la dación de pago tenemos a IU detrás puesto que es una idea que suena a «vamos a joder a los bancos» algo que a IU le pone cachondo. Que pasará con reformas a las que IU se quiera apuntar? Que pasará cuando forzosamente hará falta el apoyo de alguien del PP o PSOE? De aqui viene la primera pregunta de este punto.

    – Dudo que se salga de la crisis con estas iniciativas puesto que hay mucho que reformar y si los partidos se ven submergidos por propuestas (pensiones, contrato único, eliminaciones varias de privilegios, sanidad) no vamos a llegar a nada salvo a la conclusión que las necesidades de la ciudadania son totalmente desconocidas por parte de los políticos.

    • Alatriste dice:

      Hombre, que digas eso justo después de que el PSC se rebele contra la dirección del PSOE y Chacón contra la directiva del PSC tiene bemoles… por no hablar de que Madrid lleva levantado en armas contra la dirección nacional del PP desde hace bastante. Tanto que el gobierno Rajoy ha tenido que llevar su euro sanitario ante el Constitucional porque la directiva madrileña no le hace ni p… puñetero caso.

  5. Jose dice:

    Te has olvidado de una cosa. De la única manera que se han producido en la historia cambios rápidos en las políticas de un país (algo que por lo visto necesita España ahora, de acuerdo con el artículo) ha sido con violencia. No estoy desde aquí diciendo que haya que salir a colgar políticos (aunque no vendría muy mal), pero veo total y absolutamente imposible hacer ninguna reforma de calado en España de otra manera, y más conociéndome el percal. Que alguien se dé un paseo por los locales de las juventudes políticas de España y que me diga si hay algo más ahí que simples y puros Believers. El déficit ha bajado, ha habido reformas laborales, sanitarias y de educación. Todo para nada, porque creo que ya ha quedado claro que aquí no va a cambiar nada de manera sustancial y que estamos abocados a ir a peor. De hecho, ya estamos yendo muy a peor. Atención a las sorpresas que vamos a llevarnos cuando vayamos al médico o tengamos un hijo en el colegio. No nos vamos a creer que hayan dejado todo tan mal.

    • Julià dice:

      En las juventudes de los partidos tambien hay jovenenes que no somos ‘simples y puros Believers’ creo que és una falta de respeto i de desinformación horrible. En PP y PSOE los habrà pero no hay que generalizar, estudio medicina y milito en las juventudes de IC-V, somos gente motivada y con ganas de canviar las cosas, que no veremos un puto duro en nuestra vida aunque dediquemos horas a raudales.

      • uno más uno son siete dice:

        Falta de desinformación? és? (hasta salta el corrector ortográfico en los comentarios, guau…) canviar? medicina?????

        • CL dice:

          Julià, bonica, casi quemas el corrector ortográfico de Politikon xD

          Yo creo que el análisis ha estado muy bien pero lo principal es el timing. Fijaros en la dacción en pago y en la renta básica. Son ideas que tienen coaliciones de inicio muy similares pero de la renta básica no ha acabado nunca de entrar en la agenda política.

  6. Epicureo dice:

    «Intelectuales de izquierda soliviantados», qué cachondo… Tres cosas que en España brillan más que nada por su ausencia.

    Echo en falta en el artículo la necesidad de explicar las pretendidas reformas de una forma clara, creíble y convincente. Una «historia» no muy larga que se pueda repetir muchas veces y vaya calando. Tiene que incluir: en qué consiste la reforma (no vale decir «reformas estructurales» sin más, como suele hacerse), por qué va a funcionar (sin ecuaciones) y qué beneficios va a traer para la mayoría (porque una reforma que sólo beneficia a unos pocos y perjudica a muchos es difícil que convenza).

    Lo del contrato único que proponéis podría tener éxito popular, siempre y cuando se explique claramente que será único de verdad (adiós a los temporales) y no será retroactivo (no se puede perjudicar a la mayoría). Pero no se me ocurre cómo la «voluntad popular» podría sobrepasar la previsible feroz oposición de los sindicatos (que sin jarrones chinos no tienen clientela) y la aún más feroz de la CEOE (a quien le encanta la actual dualidad), que son instituciones aún mucho más cerradas y antidemocráticas que los partidos, y no menos influyentes. ¿Podríais hablar alguna vez de estos, y no sólo de los partidos?

      • dalek_fan dice:

        O lo que es lo mismo, la CEOE NO quiere contrato único.

        O tenemos contrato único con ganancia de derechos según avanza el tiempo, o tenemos minijobs. Las dos cosas no pueden ser.

        Lo del contrato ese es una patata caliente, que hay que tener cuidado en como se implementa. Porque de otra forma en este país lo que consigues es la eterna rotación por puestos de trabajo de curritos que duran ni 4 meses.
        Vamos, lo que ya ocurre ahora.

    • Roger Senserrich dice:

      Lo de la narrativa es importante, pero no lo veo central. Mira las leyes sobre impuestos sobre herencias, sin ir más lejos: es algo que favorece descaradamente a los ricos y que encima no es demasiado popular en muchos sitios (España, con nuestra manía de los pistos, es una excepción), pero que es aprobada igual a base de trolleo efectivo.

      Sobre la resistencia de la OCDE y sindicatos, la cosa está cambiando. Mira el link de Marc. Y hay voces en los sindicatos hablando ya ahora de contrato único.

      • Alatriste dice:

        Supongo que donde pone OCDE debe decir CEOE…

      • Epicureo dice:

        Cuando se trata de algo tan simple como «quitar el impuesto de sucesiones» no hay mucho que narrar, es cierto.

        Pero cuando se trata de algo relativamente complejo, como el contrato único, si no se hace bien el riesgo es que, aunque la movilización parezca tener éxito, la expresión «contrato único» se convierta en un comodín carente de significado.

        En el enlace de Marc más arriba se ve que, por ejemplo, los empresarios tienen un extraño sentido de lo «único»: porque en el paquete están metiendo «miniempleos», «condiciones de salida pactadas» y «poner los convenios patas arriba», o sea, contratos a la carta y desaparición del derecho laboral. Si era eso lo que proponíais en Politikon…

  7. José Jarauta dice:

    Interesante:

    Grandes reformas de la historia:

    Rusia: de Nicolás II y la gran aristocracia rusa a Vladimir Putin y los grandes oligarcas pasando por Lenin y Stalin

    Alemania: del estado prusiano a la república federal con ocupación, reparto y democracia tutelada. Hoy luz, faro y árbitro de Europa (casero).

    Japón: reforma y transformación adobados con hongos atómicos. Hoy país envidiado y envidiable.

    Francia: de la revolución a la V República pasando por napoleones y demás. Un oasis de bienestar y efciencia.

    USA: del Mayflower a la ocupación y organización de una parcela de 7.500.000 Km2 mal gestionada por un puñado de tribus convenientemente aparcados en reservas (no sabían organizar ni el espacio ni el progreso). Hoy es luz y espejo de democracias funcionales.

    Afortunadamente hoy conocemos perfectamente el funcionamiento de incentivos y contrapesos, así como los mecanismos de optimización de recursos. Las crisis políticas económicas, demográficas y sociales tras este pequeño traspiés pasarán a ser cosa del pasado. Caminamos a hombros de gigantes y pronto se hará la luz.

    Vae victis.

    • Alatriste dice:

      ¿Y por qué te olvidas de Suecia y de tantos otros sitios donde el progreso no ha caminado dejando huellas de sangre?

      • José Jarauta dice:

        Ni me olvido ni soy determinista, pero es bueno recordar que ni son procesos fáciles ni nadie tiene el control exclusivo de su diseño, las singularidades son muy acusadas.

        La historia sueca desde comienzos del XVIII me parece bastante singular a su manera.

  8. Carlos Jerez dice:

    Che Roger, que rápido cambias de ideas según los acontecimientos. Hace no mucho siempre leía por aquí lo de «de perdidos al río» y en la última tertulia especial el gran acierto que había tenido cierto ministro chileno al mandar todos a la mierda y negarse a gastar los recursos venidos del cobre a pesar de la gran presión social.

    No se porque ahora te da por pensar que los italianos han votado así porque se pasaban reformas en «contra de su opinión» sino porque tienen una situación económica terrible. Dandote la razón en que un respaldo social siempre ayuda no creo que sea vital (por ejemplo, el estado federal imponiendo el fin de la segregación racial en los estados del sur). La cuestión que ha hundido a Italia en este momento es que la situación en la que viven es aún peor que antes, como pasa en España ahora mismo, y no podemos decir que el espíritu reformista de Rajoy sea muy grande (ya nos hemos reído bastante con lo de los taxistas) sino que más bien esta siendo un gobierno inepto y encima se están desvelando sus tramas corruptas del pasado. Como resultado en las últimas encuestas más que un bipartidismo parecía haber un cuarteto de partidos para gobernar.

    Volviendo a Italia, solo puedo alabar la estrategia política de Berlusconi (o suerte, lo de House of Cards es muy de película) aceptando largarse y mantener el gobierno un año más, para que las culpas se repartieran entre todos los partidos en vez de hundir el suyo como el PSOE hace poco más de un año. Además de adelantar elecciones en aquel momento poco podían hacer los italianos. Un Monti que no lo ha hecho mal, pero en su papel o lo hacías perfecto, consiguiendo que el parlamento no te deformara ninguna reforma y de la UE menos austeridad y más apoyo financiero, algo casi imposible, o en poco más de un año solo podías salir derrotado.

    Por cierto, felicidades por la última tertulia, todos estuvisteis muy bien. Para añadir algo, se os olvidó mencionar que estamos en una doble crisis, la financiera del momento, y la estructural que acarreamos más de 30 años. Lo de una tasa de desempleo natural por encima del 15% (como ha señalado Kiko), es algo viejo para los españoles y la burbuja simplemente disimuló la crisis de la que nunca hemos salido. Sin soluciones para eso solo podemos esperar más burbujas, cuando tengamos suerte de salir de esta gran recesión.

    • Roger Senserrich dice:

      Corcho, por una vez que alguien en internet reconoce que andaba parcialmente equivocado :-).

      Lo de aislarse de la presión social, sin embargo, es una historia distinta. Las instituciones independientes son una gran idea en casos como ese, cuando los votantes pueden tener miopía cortoplacista.

      Y sí, lo de Italia en parte es por la economía, pero no todo. Hay bastantes casos de gobiernos sobreviviendo a crisis económicas que no son culpa suya a base de explicarse bien. Léase Obama, 2012, sin ir más lejos.

  9. Tineo dice:

    Este artículo es una autocrítica?

    • Roger Senserrich dice:

      Tiene algo de ello, sí. Aunque la verdad, es algo que estamos haciendo, poco a poco.

  10. Basilio dice:

    He disfrutado mucho leyendo el artículo y los comentarios.

    El final me ha dejado preguntándome cómo se pueden «estandarizar» las condiciones que suponen una ventana de oportunidad (policy window) para poder definirlas sistemáticamente. Parece claro que el desastre financiero post 2007 consituye una ventana de oportunidad para aprobar legislación que regule el sector bancario. Pero para conocer el papel que juegan realmente estas situaciones, deberíamos poder comparar entre distintos escenarios y ver en que medida encontrarse con una policy window dinamiza el proceso. No sé cómo afronta esta medición la literatura académica —tampoco me he parado a buscarlo.

  11. gaznapiro dice:

    Tras leer el artículo me surge una duda: todo este largo proceso, los portales web, los saraos que hay que organizar, los sueldos de los «policy entrepeneurs»… ¿quién lo paga?

    Entiendo que una medida que beneficie a un sector empresarial, por ejemplo, puede obtener financiación de su correspondiente lobby, pero una más general o más propio de intelectuales de izquierda soliviantados, ¿qué grupo de interés pone dinero para una medida tan a largo plazo?

    Supongo que en USA esto está mucho más desarrollado, pero aquí en España lo dudo.

    • Epicureo dice:

      Si el «grupo de interés» es la mayoría de la población no debería ser difícil recaudar suficiente dinero.

      Ahora está muy de moda el «crowfunding»; hay bastante gente dispuesta a poner dinero para financiar chorradas que le hacen gracia, siempre que la cantidad a poner no sea muy grande. Si en vez de chorradas son cosas importantes, pues igual o mejor. Con Internet y Paypal todo es fácil.

      El problema, como siempre, es convencer a la gente (1) de que la medida propuesta le va a beneficiar y (2) de que no les estás tomando el pelo.

  12. Shine dice:

    ¿Fuero izquierdistas soliviantados a «Generaciones encontradas»?

  13. titus dice:

    Ahora que ya estábamos acostumbrándonos al término de lobbista se nos viene con un eufemismo con el que además se queire dar la impresión que se trata de un campo nuevo. El «policy entrepreneur» planteará campañas de «public advocacy» a largo plazo, necesitará establecer una alianza amplia y buscar una repercusión en la opinión pública, en función del tema, timing y posicionamiento de otros actores, pero ésta es una característica inherente del lobbismo. Quizá se podría decir que el «policy entrepreneur» es el subtipo más creativo de lobbista pero no por ello queda fuera de este grupo y hace años se practica incluso en España.

  14. Germán Cruz dice:

    Esto que pones:
    «El modelo habitual es publicar un artículo, manifiesto o algo parecido, y crear una coalición, coordinadora o plataforma con varias organizaciones participantes»

    Esto ya existe, se creó y está quedando entre los 10 más votados (Andalucía, Asturias, Lugo, Vizcaya): Hartos.org

    Ahora entre todos hay que ayudar a darla a conocer para que pase a ser de los 3 más votados!

  15. […] el mito quiere. La tarea del lobista, ya se aplique a intereses económicos, sociales -véase este reciente post de Roger, excelente y muy ameno- o de cualquier tipo, tiene más que ver con informarse y anticiparse, y […]

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