Economía

Breve nota metodológica: los datos de la EPA sí son buenos

8 Feb, 2013 - - @jorgegalindo

El Presidente de la CEOE, Juan Rosell, lleva ya más de una declaración afirmando más o menos que la Encuesta de Población Activa (EPA) no sirve porque es eso: una encuesta. Y que las encuestas no son fiables, parece desprenderse. Si acaso, el llamado «paro registrado».

Creo que es útil explicar por qué Rosell está equivocado. Aunque la lógica parezca estar de su lado intuitivamente, no es así. Y no solo eso, sino que detrás de esta postura se esconde un desprecio de las técnicas cuantitativas en las Ciencias Sociales. Ya Nate Silver nos tendría que haber enseñado el poder de las encuestas, pero bueno, hagamos un esfuerzo más.

A la hora de conocer las características de una población determinada (en este caso, su situación en el mercado laboral) tenemos a nuestra disposición una serie de técnicas. Entre otras, podemos mantener un registro sistemático y al día, como lo es el del Ministerio. Podemos también desarrollar una encuesta. En una encuesta, todo comienza por elegir una muestra representativa de la población. Es «muestra» porque se refiere a una porción relativamente pequeña del total. Lo que asegura su representatividad es que es aleatoria. Lo fantástico de la aleatoriedad es que elimina sesgos de selección porque todos los individuos tienen la misma probabilidad de ser seleccionados. Por otro lado, si la población tiene rasgos distintivos que la subdividen en categorías, los aplicaremos al muestreo para asegurarnos de tener «submuestras» representativas para cada colectivo: jóvenes, mujeres, hombres, personas sin estudios, gente con el pelo naranja. Esto es lo que pasa con la EPA, y por eso podemos cruzar tantos datos y hacer tantos estudios con ella.

Un registro sistemático como el de paro , por contra, introduce un sesgo por definición. Lo que este registro recoge es quien se registra en una oficina pública de empleo. Citando a la propia Seguridad Social: «el conjunto de personas desocupadas que permanecen inscritas en las oficinas públicas de empleo en demanda de trabajo el último día del mes». El sesgo obvio es, por tanto, de autoselección: no todo el que busca trabajo se registra en una oficina pública de empleo. Y es que la clasificación de «desempleado» de la EPA no corresponde con «todo aquel que esté registrado», sino que comprende a toda persona en edad de trabajar que ha estado buscando activamente empleo. Por «activamente» se entiende tanto estar registrado en las oficinas públicas como en las privadas, enviar curriculums y aplicar directamente a candidaturas, revisar ofertas de empleo por cualquier medio, estar en proceso de selección o incluso de montar su propia empresa.

La EPA, y con ella la definición de persona desempleada, no es una encuesta que alguien se sacó de la manga el otro día tomando un café con unos amigos sociólogos. Sigue normas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo y sancionadas por la UE, lo cual implica un considerable nivel de estandarización. Además, la forma general de la EPA sigue las de otras muchas encuestas similares en otros países, lo cual asegura que buena parte de este esquema de trabajo ha sido puesto a prueba en otros lugares.

En resumen: una encuesta bien hecha evita sesgos (aunque una mal hecha también puede introducirlos, cierto) que tiene por definición un sistema de seguimiento por registro o un censo autoseleccionado no completo. Por no añadir que, gracias a la extensión del cuestionario y a la estratificación de la muestra, la EPA incluye una variedad de detalles que el paro registrado no puede alcanzar. Esto no quiere decir que el paro registrado sea una estadística inútil: puede arrojar luz sobre ciertos aspectos y nos ayuda a extender el marco temporal en nuestros análisis. Pero no tiene, a mi entender, ni punto de comparación con una investigación metodológicamente fiable que parte de una definición estandarizada de desempleo. Por todo ello, aunque parezca contraintuitivo a algunos, el señor Juan Rosell debería revisar, a mi entender, cuál es su fuente para entender el drama del paro en España.


14 comentarios

  1. Alex Lfg dice:

    Cuando has mencionado lo del «pelo naranja» me ha surgido una cuestión en cuanto a los procedimientos de muestreo. Son estos válidos para corroborar una hipótesis que concierne a una parte muy pequeña de la población?

    Me explico: Supongamos que buscamos, mediante encuesta y muestreo y en toda la población española, gente con una enfermedad rara, de la que se supone que habrán unos 100 casos. Con una muestra de 5000 individuos (que creo que es bastante grande) es enormemente probable que no demos con ninguna de esas personas. Nuestra conclusión seria que hay 0 personas en España con esa enfermedad. Qué métodos se usan sino?

    Me gustaba la estadística pero hace tiempo que no la toco.

    • Jorge Galindo dice:

      Una encuesta no es un buen método para localizar fenómenos aislados. Aunque la hicieses de 65.000, como lo es la EPA, 100 de 47 millones es = 0.000000212% de la población. El hallazgo de 0% estaría extremadamente cerca de la realidad 😉

  2. sergio dice:

    Es cierto lo que dices, pero también es que en la EPA mucha gente pone que busca empleo cuando la realidad es que no. El caso más palpable es el de las amas de casa de entre 45-60 años que buscan trabajo cuando el marido está en paro pero que no tienen más opción que la economía informal de baja cualificación, normalmente en negro.

    En general, la gente es más proclive a poner que está buscando trabajo cuando le preguntan que en la realidad, por eso pienso que una medida realista es una media entre la SS y la EPA

    • Pescador dice:

      Por lo que pones, no desmiente a la EPA, si acaso sugieres que deberían ir en una encuesta aparte.
      Habria ocupados, parados e irrecuperables

  3. Estilpón dice:

    «…aplicar directamente a candidaturas,…» hmmm…

    Por lo demás, la encuesta es plenamente fiable. Estaría bueno que ahora la CEOE pensase que ya no refleja realidad..¿y en 2010, por ejemplo sí?

    • Jorge Galindo dice:

      http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/10/actualidad/1349893853_744008.html – Y aparte del «argumento RAE», personalmente no encuentro ninguna otra palabra que funcione mejor ahí (solo una palabra). Todos mis amigos (de España y de otros países hispanohablantes) la utilizan continuamente con ese significado. Me parece que ya nos toca incorporarla al lenguaje habitual 🙂

      • Pescador dice:

        ¿Optar no sería suficiente? Más que para usar un estaounidismo, si hablamos de optar a puestos de trabajo anunciados en agencias de empleo vía internet creo que se pueden usar apelativos más gráficos que travestir totalmente el uso del original castellano. Yo tambien pensaba que se había colado una errata
        Y no es que sea, precisamente, un purista del idioma…

  4. Penny dice:

    El Instituto Nacional de Estadística ha hecho público un comunicado sobre la última ocurrencia de J. Rosell

    http://www.ine.es/prensa/np766.pdf

    Por cierto, la CEOE tiene 2 representantes en el Consejo Superior de Estadística

  5. Shine dice:

    Simple y llanamente Rosell ha troleado, de manera chusca, consiguiendo el objetivo que pretendía. Él lo llama «abrir un debate». Cuando uno se sabe que está en situación de fuerza y superioridad se permite este tipo de actuaciones. Ni él se cree lo que ha dicho, pero cumple perfectamente su papel y nadie desde el Gobierno le pondrá en su sitio ni a él ni al tipo de empresario que representa.

    • Pescador dice:

      Si, troleo del tipo que justifica los asaltos porque se visten como….
      En unos días el ruido se habra apagado y ya tenemos dado un pasito más en el camino para hacernos un griego..
      Ahora falta «abrir el debate» para otra reformita express de la Constitución que premie con 50 escaños al más votado, no sea que peligre el bipartidismo

  6. Antonio Altamira de Asís dice:

    La metodología del INE, es científica. Pero los métodos cuantitativos de las ciencias sociales no son exactos: no producen resultados científicos incuestionables. Todo depende de cómo se definen los conceptos. Ejemplos:
    – La estudiante que trabaja algún fin de semana de gogó en una discoteca, ¿está en paro?.
    – El pensionista que ayuda en la tienda (que antes fue suya y que ahora es de su hijo), ¿está jubilado?.
    Así pues, tanto Rosell, como el autor de este artículo, tienen parte de razón.

  7. pau dice:

    Como análisis está muy bien, como respuesta a Rosell no tanto, ya que este señor habla en un contexto y bajo una influencia cultural y política muy determinadas. El contexto es la provocación por medio del chiste fácil y estúpido. La influencia cultural en la que se mueve todos la conocemos: la del pelotazo fácil basado en el robo (para eso solo hay que entender dónde está su ascendencia, a qué se dedicaba y la coincidencia del lenguaje empleado). En cuanto a la influencia política, pues es la del actual sistema que nos gobierna. Con eso creo que está todo dicho.

  8. Kids dice:

    Aparte creo que en la EPA tienes menis incentivos a mentir. Quiero decir, frente a las peguntas de «¿ usted está buscando trabajo activamente ? » que te pueden hacer dentro del propio servicio de empleo donde por miedo a represalias la gente hace todo lo habido por haber para demostrar que sí lo está buscando.

    Lo bueno del anonimato de la EPA creo que es también esa sinceridad ante el desconocido. ¿Cómo lo ves?

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