Política

Deponiendo al Presidente

1 Feb, 2013 - - @kanciller

Hoy mismo Roger nos contaba que, si va a pasar alguna cosa en relación al caso de corrupción que salpica a la cúpula del PP, las reacciones vendrán de dentro. Da lo mismo lo que patalee la oposición pidiendo elecciones, que Rubalcaba ofrezca dos pactos dobles con queso sobre el tema o que nuestras cacerolas retumben día y noche. Casi con total seguridad lo único que puede hacer que Rajoy caiga es que los notables del partido popular afilen sus cuchillos y lo reemplacen, algo que será muy complicado de ver. Sin embargo, esta tendencia de liquidar a los primeros ministros mediante conspiraciones internas no es algo extraño. Como nos contaba Maravall en “La Confrontación Política”, casi la mitad de los Presidentes de Gobiernos o Primeros Ministros de democracias parlamentarias han caído mediante el proceso tradicional de apuñalamiento por parte de tus compañeros de partido o socios de coalición. Las elecciones, por lo tanto, son un medio más pero ni mucho menos el único para quitar de en medio a un presidente del gobierno.

En un repaso histórico podemos ver casos de todo pelaje ideológico, tanto a la derecha como a la izquierda. Por ejemplo, un caso mítico es el de Margaret Thatcher, derrocada en una conspiración de su propio partido. Pese a tener frente a sí una oposición laborista muy débil, el crecimiento económico de aquellos años era bastante pobre y la popularidad de la Dama de Hierro estaba cayendo en picado. Esto facilitó que sus ex ministros Haseltine y Howe movieran los hilos para conseguir la sustitución de Thatcher por John Major como candidato a las elecciones. Otro caso conocido es el de Willy Brandt, canciller socialdemócrata de la República Federal Alemana. El canciller fue apartado del poder en mayo de 1975 pese a haber ganado las elecciones apenas tres años antes. Su falta de autoridad para sofocar los enfrentamientos entre facciones rivales y el descubrimiento de que su jefe de gabinete era un espía de la RDA terminó por provocar su fin, siendo reemplazado como canciller por su compañero de filas Helmut Schmidt.

Por lo que toca a nuestro país solo ha habido un caso de Presidente del Gobierno que cayera antes de agotar su mandato: Adolfo Suárez. Como es bien conocido en 1979 la UCD volvió a ganar las elecciones y gobernaba de nuevo en minoría. Sin embargo, en 1980 la economía estaba completamente estancada y su partido estaba cada vez más dividido en diferentes facciones, aunque todas unidas por el odio común hacia su líder. Incluso ese mismo año 200 líderes ucedistas lanzaron un manifiesto crítico con el gobierno terminando de transmitir a la opinión pública que Suárez no controlaba su partido Acorralado, el Presidente del Gobierno dimitió de su cargo y su propio partido no tardaría mucho en saltar por los aires. Este episodio ha quedado para siempre en el imaginario de nuestra cultura política y partidista: La división se penaliza en las urnas. Un contexto muy particular pero del que algunos podrían extraer lecciones.

Sin embargo, entrando en harina con el caso popular, liquidar a Rajoy no sería ni mucho menos tan fácil. Siguiendo un poco la lógica de Roger voy a reproducir los cálculos de un notable del Partido Popular, aunque lo haré desde otra perspectiva. Supongamos que este dirigente popular está pensando en deponer a Rajoy alzando la voz, con alguna maniobra interna o con una combinación de ambas. A mi juicio el notable debería evaluar las siguientes cuestiones: (1) La probabilidad de que tenga éxito en el relevo y pueda ganar las elecciones posteriores (2) la probabilidad de tener éxito en el relevo pero perder las elecciones luego y (3) El fracaso en el relevo. Por supuesto, también puede apretar los dientes y no hacer nada. Como os imaginareis, las preferencias deseadas por este “intrigante” se pueden ordenar en el orden en las que he mencionado solo que invirtiendo las últimas dos: El líder preferirá quedarse quieto antes que fracasar en el intento.

Cuando el notable analice el primer escenario, se va a encontrar con la primera dificultad; el propio contexto electoral.  La economía está en caída libre y el desempleo no hace más que aumentar, un situación en el cual el castigo al gobierno se puede anticipar muy fácilmente (las encuestas ya lo apuntan). Creo que podemos discutir si hemos tocado fondo, cosa que dudo, pero al menos debería valorarse: el notable debe sopesar si es capaz de tener éxito en su conspiración y, además, dar la vuelta a la tortilla a la situación económica – o lograr menos “crecimiento negativo” – para poder ser reelegido. Es una situación bastante paradójica, porque como señalan Cheibub y Przeworski, cuando la economía crece se reduce el riesgo de que el partido gobernante sea castigado en las urnas pero aumenta las probabilidades de una conspiración interna.

¿Por qué se da este hecho tan particular? Simplemente porque los conspiradores de dentro del partido ven aumentadas sus probabilidades se sobrevivir en el gobierno tras liquidar al jefe. Simplificando infinito: Si un partido pierde, pongamos, un punto de apoyo por cada uno de paro y reemplazar al líder supone perder 5 – por el barullo interno y demás –, cuanto mejor esté la economía, más fácil sobrevivir al shock negativo del reemplazo. En todo caso sigue siendo un camino arriesgado porque, de acuerdo con la cuenta que echan estos autores, solo un 30% de los primeros ministros que liquidaron a su antecesor fueron revalidados en las urnas. Incluso si pones a un ministro popular de candidato (¿os acordáis del “Efecto Rubalcaba”?) la economía puede terminar arrastrando la valoración global de partido y aspirante.

La otra opción, menos preferida por el notable popular, es la de hacerse con la presidencia aunque se piense que hay muchas probabilidades de perder las elecciones. En este contexto resulta muy complicado que el conspirador logre tejer alianzas internas. El Partido Popular solo se desharía de su líder si pensase que es realmente un lastre para seguir en el poder más tiempo, y si en el PP estiman que hacer caer al presidente es un camino incierto a partir de 2015, es fácil suponer que los aspirantes serán adversos al riesgo. Como cuando se diseña un golpe de Estado, hace falta infiltrarse en el número necesario de fuerzas para tomar el poder pero desactivando sus resortes de defensa. En un partido esto no es posible sin sumar la fuerza de los líderes claves del aparato y en un sistema tan partitocrático (la lealtad a tus votantes del distrito importa nada) tienen una lealtad difícil de desactivar sin garantías muy sólidas. Y si encima los responsables de la cúpula serían los primeros que debería defenestrarse… Eso es más complicado aún.

En lo que toca a las otras opciones, por supuesto, el fracaso en cualquier deslealtad se paga con la muerte política, y ni siquiera hay garantía de que el destino no vaya a llegar igual. Eso sí, no todos son igual de liquidables. Un diputado raso afronta costes muy importantes mientras que un presidente autonómico es una pieza más complicada de cobrar. Es más, un movimiento en caliente (incluso público) es poco probable que se traduzca en una represalia inmediata: Hay demasiados ojos mirando. De todas formas, sigue siendo un camino mucho más arriesgado que el de formar en testudo y resistir lo mejor que se pueda. Esa ha sido la consigna de Rajoy desde que llegó a la dirección de su partido y es una estrategia muy representativa de cualquiera que haya hecho carrera política dentro de un partido mayoritario.

Creo que, expuestas estas posibilidades, no podemos ser muy optimistas. Estamos completamente en manos del Partido Popular pero, al mismo tiempo, hay pocos incentivos desde dentro para que ocurra una conspiración. No hay un sector crítico visible, apenas hay alternativas de liderazgo a Rajoy, el escándalo parece que afecta a toda la cúpula (luego bloquea a los gatekeepers cruciales) y las probabilidades de que un presidente alternativo a Rajoy sobreviviera son bajas. PERO eso no significa que no se puedan abaratar los costes de que haya un movimiento interno para deponer a Rajoy. Se me ocurren dos.

La primera es la que ha sido, y está siendo, la más efectiva hasta ahora: la presión internacional. Sabemos que no hay cosa que más daño haga al gobierno que el no ser visto como serio y solvente en la UE. En vista de que los memorandums sobre planes de ajuste se presentan antes en el Bundestag que en el Congreso y que, esencialmente estamos en una suerte de rescate blando, la presión de los socios europeos tiene mucho que decir. Si los miembros del Partido Popular llegan al convencimiento de que con este presidente es imposible lograr que la economía remonte porque no tenemos el concurso de nuestros socios, entonces pueden empezar a cavilar más seriamente el asunto.

Y la segunda es que haya tantas manifestaciones (en sentido amplio) y tan transversales sobre la corrupción que el Partido Popular llegue al convencimiento de que puede perder la ventaja que le saca al PSOE en las encuestas. Que esta noticia la cubran El País y El Mundo hace pensar que no hay trincheras ideológicas en este tema; nos jugamos el destino del país. Siendo esto así, todo podría precipitarse porque se vería que Rajoy ya no es solo un lastre para el país, sino también para las expectativas electorales del partido. Que no haya elecciones este año hará que la estrategia de la cúpula sea intentar meter el asunto en el congelador, pero para un posible sector crítico es justo en este momento cuando debería organizarse porque es ahora cuando el PP tiene margen para reorganizar sus filas.

Por lo tanto, creo que es complicado que veamos un movimiento de filas en el Partido Popular y soy mucho menos optimista que Roger respecto a la posibilidad de que Rajoy termine cayendo por este escándalo. Ahora bien, creo que lo menos que podemos hacer es echarles una mano.

 

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Notas de las 15:30:

(1)   Fernando Gomá dice en los comentarios que no debería dejarse de lado el rol que puede jugar la propia Justicia como elemento que abarate los costes de esa posible conjura. Tiene razón. Ahora que vemos que la fiscalía podría actuar de oficio, incluso incorporando los sobresueldos al sumario de caso Gürtel, esto podría tener un papel de presión interesante.

(2)   Vemos que ha habido algunos casos de crítica del eurodiputado Vidal-Quadras – no es la primera vez –  y del Presidente de Castilla León. No me resulta sorprendente. El primero está en un cementerio de elefantes y tiene poco que perder. El segundo ya anunció que no concurriría en 2015, así que está en retirada. En que la gente de primera línea mueva pieza me lo tomaré más en serio.

(3)   Creo que se sobre-estima el rol que puede jugar Esperanza Aguirre en una posible conjura. Siempre ha sido un “verso libre” y es verdad que no sale en los papeles, pero no es diferente de otros posibles jugadores como Feijoo, Gallardon, De Guindos o Sáez de Santamaría. Merece la pena distinguir el PP madrileño del PP nacional.


24 comentarios

  1. Gagarin dice:

    Una crónica muy interesante. Sin embargo, discrepo en tu teoría de que no hay una alternativa interna que derroque a Rajoy. Hay una que se llama Esperanza Aguirre, la cual lleva meses allanando el camino con declaraciones semanales. Llegando al punto cumbre esta semana, cuando dijo que había que investigar a fondo: «Caiga quien caiga» – en clara referencia a Rajoy. Además, Esperanza (nos guste o no) es lo suficientemente carismática como para ganarse a todo el electorado de Rajoy en poco tiempo.
    Saludos.

    • carlos dice:

      Creo que algunos tenéis una visión demasiado «madricéntrica».

      Que sea popular en Madrid no implica que Aguirre fuera necesariamente popular en el resto de España.

      • Gagarin dice:

        ¿Alguien ha hablado de popularidad? He hablado de carisma y de que Aguirre lleva queriendo deponer a Mariano desde que éste la venció antes, incluso, de comenzar el Congreso de Valencia. Precisamente de lo que habla la crónica: si hay alguien de dentro capaz de «deshacerse» de Mariano sin una consecuencia traumática para el partido.
        Saludos.

        • carlos dice:

          Y lo que yo te quiero decir es que Aguirre no sería capaz de «ganarse a todo el electorado de Rajoy en poco tiempo». En mi opinión se dejaría a buena parte por el camino (fuera de Madrid) y sí habría consecuencia traumática.

          • Undry dice:

            Los votantes del PP han demostrado repetidamente que el candidato no importa, puede ser Rajoy, Esperanza Aguirre, el Dioni, la rana Gustavo o incluso Zapatero (en el PP claro) tiene nueve millones de votos asegurados.

            Habida cuenta que el siguiente partido no va a llegar a los seis (con mucha suerte) quien pille la cabeza del partido tiene la mayoría absoluta asegurada.

    • Pescador dice:

      «cuando dijo que había que investigar a fondo: “Caiga quien caiga” – en clara referencia a Rajoy. »

      Como se pongan a investigar «caiga quien caiga», y abran los aramrios para que corra el aire, Esperanza es la sartén y Rajoi el cazo..De Tamayo a las bolsas, pasando por los espias ¡¡Hagase la luz!!

  2. Y.G. dice:

    El link de Thatcher lleva a Willy Brandt

  3. Satsuma dice:

    Ajá, muy bien. Hasta que la Espe diga «esta boca es mía», y si no al tiempo…

  4. CusCus dice:

    No sé porque he pensado en Luis de Guindos al leer lo de presión internacional. Y es alguien, a priori, libre de sospecha al no ser ex-cúpula PP.

  5. Fernando Gomá dice:

    Pablo, no incluyes entre tus variables que pueden hacer caer a Rajoy la presión derivada de una investigación judicial. El Fiscal General del Estado actual está dando muestras de una independencia de criterio y una capacidad de actuar conforme lo que que se espera de un puesto tan alto, casi asombrosa en la política española, aunque no tanto para los que le conocemos de antes.

    • Pablo Simón dice:

      El problema es que de momento es una incógnita. Es verdad que el fiscal parece que se mueve pero algunos delitos podrían haber prescritos (no en el caso del cohecho impropio). Pero sí, tienes razón. La presión judicial es una tercera vía relevante.

  6. […] Deponiendo al presidente […]

  7. Jaume dice:

    Leyendo lo de Pío García Escudero, más que de Thatcher, me he acordado de Peter Mandelson que se compró una casa gracias a un préstamo sin interés de un compañero adinerado del Labour. Mandelson no solo dimitió (y luego volvió, y dimitió otra vez, y volvió otra vez) sino que vendió la casa para devolver el préstamo, sino recuerdo mal sus memorias. Pío ya ha devuelto el préstamo, pero, evidentemente, nada de dimisiones.

    Lo que me lleva a pensar en un trade off entre segundas oportunidades y rapidez en dimisiones. Blair, cada vez que echaba a Mandelson, le explicaba que si se lo curraba, podría volver. Este, entre dimitir con posibilidad de retorno o que lo echasen sin posibilidad de retorno, decidía dimitir. Por otro lado, en España nadie dimite, pero cuando dimiten suelen quedar olvidados para siempre. Claro que si alguien llega a dimitir, no es por un préstamo mal contabilizado…

  8. Nico dice:

    Buen analisis, Pablo.
    Sobre la nota 3 – Tengo la sensacion que:

    (1) Aguirre es diferente porque se ha desmarcado publicamente de Rajoy en muchas ocasiones, por lo que podria abanderar una renovacion mucho mas creible que los otros 4 dirigentes que mencionas (3 de ellos ministros nombrados por el propio Rajoy, y el cuarto un dirigente muy leal).

    (2) De los 5 dirigentes que mencionas, hay una (Saenz de Santamaria) que no podria nunca liderar esa supuesta renovacion, ya que su carrera ha estado siempre ligada a la de Rajoy. Todos sus nombramientos para cargos publicos (portavoz en el Congreso, vicepresidenta del Gobierno) fueron decisiones personales del propio Rajoy. Si cae Mariano, cae Soraya. Una vicepresidenta del gobierno dificilmente puede desmarcarse de su presidente y presentarse como alternativa (vease Rubalcaba).

  9. Iracundo dice:

    Insisto, hablar del caso de Thatcher como un caso en el que su propio partido la traicionó «sin más» es mentir. Thatcher cae porque los diputados conservadores le retiran su apoyo a raíz del impuesto de capitación. Ni más ni menos.

    • Alonso dice:

      Lo que es mentir es sugerir que el artículo que comentas afirme que a Thatcher su partido la traicionó «sin más», poniéndolo entre comillas para que parezca una cita.

      Por otra parte, no solo cayó por el poll tax, sino que la política europea tuvo mucho que ver. De hecho, el momento catalizador fue la dimisión del Vice Primer Ministro Howe por una cuestión de política europea.

      O sea que menos pontificar y más humildad.

  10. Juan dice:

    Pues en mi caso, si que estoy convencido de que Aguirre puede ser quien lo intente. Por una razon muy simple: ya no tiene futuro politico. Si no da un golpe de mano, lo que le espera es un retiro mas o menos dorado. No tiene nada que perder, para ella el coste de intentarlo y fracasar es cero. Y sumemos a ello que incluso en el escenario de intentarlo, triunfar pero perder las elecciones, aun asi eso implicaria una ganancia: retirarse dejando el partido en manos de su gente.

  11. Pedro dice:

    En mi opinión hay varias razones por las que no es previsible una conspiración interna:

    – Los papeles de Bárcenas no afectan a Rajoy solamente, afectan a gran número de dirigentes y al partido entero, con sospechas evidentes sobre las propias medidas que ha podido tomar el gobierno y el PP durante los últimos años. Hacer dimitir a Rajoy no soluciona el problema.

    – Todos los casos de conspiraciones internas excepto el de Suárez son del extranjero, y el de Suárez viene de un momento anterior a la implantación de un fuerte bipartidismo en España. En España los partidos son verticales y muy presidencialistas y están acostumbrados a aquello que dijo Alfonso Guerra de que «quien se mueve no sale en la foto». Parece inverosímil que alguien pueda hacer dimitir a Rajoy desde dentro del partido.

    – El PP tiene probablemente perdidas las próximas elecciones haga lo que haga, y en cualquier caso quedaría lejísimos de la mayoría absoluta. No creo que nadie pueda plantear que el PP puede volver a gobernar en solitario, y posiblemente su única opción sería una gran coalición con el PSOE. Otra cosa es que el partido no se lo quiera creer. Hacer planteamientos para ganar las próximas elecciones me parecen objetivos demasiado irreales como para que se planteen ahora mismo.

    Saludos,

    • Carlos Jerez dice:

      Totalmente de acuerdo. Rajoy se va a mantener al frente del gobierno hasta el 2015 salvo como dicen anteriormente la justicia se ponga por medio.

      Hasta hace poco solo me podía imaginar con horror cualquier gobierno salido en 2015, dando por hecho que ni PP ni PSOE tendrán mayoría absoluta y que lo más probable fuera algún tipo de tripartito, mis esperanzas de que alguien reformara España como es debido eran muy bajas. Pero algo tan simple como un gobierno de «concentración nacional» o más bien PPSOE, a pesar de lo denostado del término, podría ser la solución para nuestros problemas económicos, territoriales e institucionales (si deciden estar a la altura de las circunstancias), como lo fue en 2005 para Alemania.

      Ahora a cruzar los dedos e ilusionarse poco.

      • Pescador dice:

        O sea, piensas que juntando dos medias manzanas podridas vamos a conseguir una manzana sana para arreglar el cotarro..
        La hada de la confianza ha hecho mucho daño, pero mucho…

    • Epicureo dice:

      Con la justicia no contéis. Para cuando haya sentencia firme el 2015 será historia. Y efectivamente, es casi imposible que una operación Aguirre pueda triunfar por todas las razones que dice Pedro.

      Aún así, como siga deteriorándose la economía y haya que hacer más recortes por exigencia de la UE, siga el acoso mediático y haya oleadas de disturbios (todo bastante probable), no me extrañaría que sustituyeran a Rajoy de una forma «no convencional» mucho antes de 2015. Preferiría equivocarme, pero…

  12. jorgescc dice:

    Bien, Rajoy es depuesto.
    ¿Y la oligarquía de la que forma parte, cuándo?
    En Italia hubo en medio siglo casi cuarenta cambios en la Jefatura de Gobierno. ¿Y? ¿Cambió algo?
    http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2013/01/la-oligarquia-es-eterna-i.html
    Michels nos enseña que «la oligarquía es eterna».

  13. […] leído interesantes entradas sobre cuáles son las circunstancias en las que Rajoy puede caer y creo que todo se resume a algo […]

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