Internacional

Contextualizando el discurso de David Cameron sobre la UE

29 Ene, 2013 - - @basiliomp

David Cameron dio su esperado discurso acerca de la posición que guarda sobre la relación entre la Unión Europea y el Reino Unido. Aunque pueda parecer que el RU acostumbra a jugar en el escenario europeo con posturas ambiguas o poco favorables a la integración, no se trata de una actitud monolítica, sino que ha evolucionado y tomado distintos matices a lo largo de los años. Ni siquiera podemos relacionar cada partido con una política concreta sobre la UE siendo rigurosos, a excepción del partido independentista de Nigel Farage; y esto puede ayudarnos a entender el contexto actual.

De hecho, en un inicio fue Winston Churchill quien en 1946 proponía la construcción de algo así como los Estados Unidos de Europa. Sin embargo, éste espíritu comunitario empezó a languidecer rápidamente. En el Congreso de la Haya de 1948 se dieron las primeras negociaciones  acerca de cómo materializar el proyecto europeo, y en él vemos un patrón que puede resultar familiar: Francia, Italia y Bélgica abogaban por una unión parlamentaria (federalista), mientras que la postura de los ingleses era más cercana a la colaboración intergubernamental. Finalmente fue esta segunda tesis la adoptada. La tendencia continuó con el rechazo al Plan Pleven de 1950 (mirando hacia la participación en la OTAN), su decisión de no formar parte de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) así como la de no firmar el tratado de Roma en 1957.

Mientras el proyecto europeo tomaba entidad, RU cambió su postura durante del también conservador Harold MacMillan y solicitó el ingreso en la Comunidad Europea en 1961… 1967 y 1973 (las dos últimas ocasiones bajo el gobierno de nuevos Primeros Ministros de los dos partidos mayoritarios). Tres solicitudes fueron necesarias, debido al veto del Presidente francés Charles de Gaulle en los dos primeros intentos. Casi inmediatamente después del acceso inglés a la Comunidad Económica Europea, hubo una renegociación de los términos en que RU participaba en ella, liderada por el laborista Harold Wilson. La idea de David Cameron no es tan original como a simple vista parece; ya se celebró un referéndum en 1975 sobre la pertenencia a la comunidad europea. Aquel fue aprobado con un 67,5% de síes, y una participación del 64%.

Margaret Thatcher continuó con la estrategia re-negociadora, consiguiendo en 1984 el conocido como cheque britanico («We are simply asking to have our money back») por el que se descuentan dos terceras partes de la cantidad en que los pagos del RU a la UE superan las transferencias de la UE al RU, en el cálculo de su aportación presupuestaria. John Major, su sucesor en el cargo, mantuvo una postura un poco más favorable ante Europa, ratificando el Tratado de Maastricht en 1992. Cabe destacar que la votación parlamentaria a tal adhesión no fue sencilla. El propio partido conservador quedó fracturado, y fue precisamente en este momento cuando Nigel Farage decidió emprender su propio camino político fundando el UK Independence Party (UKIP). Tal revuelo pudo marcar la decisión de que el mismo gobierno rehusara participar en la creación del área Schengen pocos años después.

El Primer Ministro Tony Blair fue uno de los más ‘europeístas’ dentro de este muestrario. Durante su mandato, con Gordon Brown como Ministro de Hacienda (Chancellor of the Exchequer) se llevaron a cabo los tests pertinentes para adoptar el euro en RU. Posteriormente, ya como Primer Ministro, ratificó el Tratado de Lisboa, aunque la votación parlamentaria no contó con el apoyo de los miembros conservadores del parlamento.

Con el actual gobierno de coalición entre consevadores y liberales (el anterior gobierno bicolor terminó en 1979), y la preocupante situación económica predominante en Europa, el euro-escepticismo gana terreno de nuevo en la política británica. Y aquí es donde se enmarca el discurso de David Cameron, que intenta poner algo de orden dentro del partido conservador, en el que desde hace varias semanas se oían declaraciones dispares acerca del grado de aceptación o rechazo que profesaban hacia la UE.

Cameron ha presentado en su discurso la propuesta de celebrar un referéndum acerca de la permanencia o no del RU en la unión. Lo más peculiar, es que sugiere como fecha tope para su celebración el año 2017.  Además, otra idea presente en el discurso es la de convertir la participación del RU en la UE en una «integración a la carta». Con la amenaza de la salida, Cameron pretende negociar la sujeción del país a las normas europeas (regulación laboral no, mercado único sí). A veces parece preocupante ver lo útil que resulta el enfoque de la teoría de juegos en las negociaciones europeas.

Parece plausible que Cameron plantea la estrategia del referéndum basándose antes en criterios electorales que en elementos de política internacional. En el acuerdo de gobierno adoptado por los dos partidos en la coalición se hablaba de mantener el statu quo y rechazar una mayor integración, en cualquier ámbito. Esa fue la postura expresada con el rechazo al Tratado de Estabilidad Fiscal en marzo del año pasado, por ejemplo. ¿Por qué abandonar esa posición para enfatizar el euro-escepticismo? Bueno, aquí tanto las últimas elecciones al Parlamento Europeo (mirad bien cuál fue el segundo partido en votos) como la intención de voto para el RU pueden arrojar algo de luz.

Intención de voto en Gran Bretaña desde el 13 de mayo de 2010 (últimas elecciones generales) hasta el 7 de enero de 2013. Click sobre la imagen para agrandar.

Los tories tienen al UKIP como una importante amenaza electoral. Es por eso que el plan a seguir parece ser el de competir con ellos en una dimensión europea o soberanista (continuum desde integración en un Estado federal hasta tener tanto que ver con Bruselas como Nueva Zelanda), aunque la distancia entre la postura de ambos partidos sigue siendo visible. Ésta táctica cuenta con otra potencial ventaja para el partido conservador: evitar que el tema principal para las elecciones de 2015 sea la situación económica. Probablemente sería muy ventajoso para ellos que esto ocurriera, pero las encuestas señalan que la UE no es uno de los temas que más preocupa a los británicos (y cada vez menos).

Por tanto, no nos encontramos ante un escenario político nuevo; más bien al contrario. La relación entre el RU y el proyecto europeo en sus diferentes etapas ha sido siempre inestable, y ya se ha pasado por la posibilidad de abandonar la comunidad o de someter la participación a referéndum. Queda por ver qué relevancia jugarán la situación económica y el UKIP para conocer el desenlace de la última apuesta política de Cameron.


14 comentarios

  1. Juan Tamaín dice:

    ¿Gibraltar qué papel juega en este escenario?

  2. Alatriste dice:

    Creo que olvidas otro punto importante, Basilio: el derrumbe de las perspectivas electorales de los liberales hace que Cameron ya no tenga por qué tener tan en cuenta su posición sobre ningún tema, y menos aún en el europeo ¿Acaso se suicidaría Nick Clegg forzando una crisis de gobierno por sus diferencias en europeísmo?

    • Basilio Moreno dice:

      Tienes razón, y en el gráfico queda reflejado cómo la intención de voto para Lib-Dems cae en 10 puntos en los primeros seis meses de gobierno. ¡Es prácticamente la mitad (52%)!
      Tal es el descenso que la intención de voto cae a niveles que no se veían desde la legislatura 1987-1992. No obstante, en los datos históricos vemos que se repite un patrón en la declaración de voto hacia Lib-Dems desde entonces, y es que suele ser menor que el porcentaje de votos que realmente recibe en las elecciones generales.
      En consecuencia, este desgaste en las encuestas deteriora el capital político de Nick Clegg.
      P.d.: Desde luego, a Cameron nunca le han faltado ganas de dejar a Nick Clegg en evidencia. Por eso no será http://www.telegraph.co.uk/news/newsvideo/uk-politics-video/7715464/David-Camerons-favourite-joke.html

  3. Juan de Juan dice:

    Te felicito por el artículo, muy bien expuesto, completo y bien estructurado.

    No obstante, tal vez habría merecido alguna cita el hecho de que en los últimos años sí que ha habido, en mi opinión, una novedad importante, que es la definitiva desafección de Irlanda, que ha dejado de formar parte del «área UK» para abrazar el euro e integrarse en la economía europea (lo cual le ha venido de coña para pagar la factura de sus bancos rotos). Creo que la constatación en Londres de que esa desafección no les ha dejado inválidos da cierta fuerza al euroescepticismo político.

    Mi parecer particular es que UK no tiene demasiado claro qué narices quiere decir eso de «más Europa» con que los políticos de Bruselas quieren contestar a la crisis. No hay que olvidar que dicha crisis ha sido fundamentalmente financiera, y que ese concepto de «más Europa», de consuno, viene a significar más control y supervisión financiera. Y aquí es donde UK tiene muchas plumas que dejarse, porque Londres como plaza financiera es uno de los cornerstones de su modelo económico. UK, pues, no se fía de una UE que tiene unos objetivos estratégicos poco claros y que, además, no lo está haciendo demasiado bien a la hora de delimitar de forma neta y clara la interacción entre sus tres fuentes de poder (Consejo, Comisión y Parlamento); escenario en el cual dotar a este esquema poco claro de mucho poder se parece bastante a regalarle un bazoka a un niño chico.

    • Basilio Moreno dice:

      Juan de Juan, estoy de acuerdo contigo en que el entramado institucional europeo no es tan efectivo en la toma de decisiones como podría desearse para que la unión operara de manera óptima. De eso se ha hablado en politikon en repetidas ocasiones.
      Sin embargo, tu tesis sobre el efecto de «aprendizaje» que puede jugar Irlanda para el RU (ver que Irlanda sí participó decididamente en la integración y ahora se arrepiente de haberlo hecho) no me termina de convencer. El eurobarómetro señala que la población irlandesa sigue entre las de mayor sentimiento de ciudadanía europea. Están por encima de la media y, sus resultados en este indicador poco tienen que ver con los del RU (Páginas 21 y 22 de http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/eb/eb77/eb77_citizen_en.pdf )

      • Juan de Juan dice:

        Creo que no me he explicado bien. Lo que yo quería decir es que, en los viejos tiempos del SME, si no recuerdo mal, Irlanda era un país que vivía de hacer que su libra no se alejase demasiado de la disciplina de la esterlina y, consecuentemente, venía a ser como una economía satélite de la británica, mucho más potente. Con la llegada del euro, Irlanda se apunta al bombardeo, y, por las peticiones que entonces leí de la clase patronal británica a sus políticos para que se pensasen lo de entrar en el euro, creo que hubo cierto miedo en UK a que la desafección de ese mercado, que salía de su círculo para mirar al continente, causase problemas.

        Pero años después (tal es como imagino yo el análisis British), la libra está bien y el euro muy mal de lo suyo, Irlanda no es precisamente un modelo de nada y UK no se ha empobrecido. Son los británicos, a mi modo de ver, los que pueden estar pensando que estar fuera del club tampoco es para tanto.

        • Uno que pasa dice:

          ¿La libra está bien?

          Por Dios, están pagando las deudas de hoy con impuestos de mañana. O eso, o una inflación del cojón.

          O ambas.

  4. David dice:

    La relación de UK con la UE ha nacido viciada. Puesto que es fruto de un fracaso en sus relaciones exteriores. Es fruto del fracaso de su proyecto particular, la EFTA, y por encima tras dos bofetadas de De Gaulle, vamos una historia de amor.

  5. Uno que pasa dice:

    Como nota importante, los Labour en los 70 se opusieron a la UE porque estaban dominados por unos locos que aspiraban al socialismo real y consideraban que la UE era poco menos que el diablo capitalista encarnado en la tierra. Desde que el LP volvió a la cordura han sido, junto con los LibDem, el partido más europeísta de Westminster.

    Por otra parte Cameron es parte de lo que se conoce como los One Nation Conservatives, y que también han sido tradicionalmente europeístas, frente a aquellos más cercanos a posturas del UKIP.

    Por último, los Liberales no gobernaron con Harold Wilson ni entraron a su gobierno, sino que lo mantuvieron en los meses que van de febrero a octubre de 1974.

    • Basilio Moreno dice:

      Muchísimas gracias por el apunte.

      Como apuntas, no es solo la postura oficial la que ha cambiado en todo este tiempo, sino la de los propios partidos, que cuesta identificar con un perfil definido sobre Europa en un periodo tan largo.

      Muchas gracias por el apunte sobre el gobierno de coalición en 1974. A ver si puedo enmendarlo.

  6. Francisco dice:

    Vivo en el Reino Unido y soy miembro del Partido Conservador, y puedo decir que aquí muchos estamos «calentitos» con el tema de Europa.

    Aunque las relaciones entre el RU y la UE siempre han sido turbulentas, creo que la aparición del UKIP marca un punto de inflexión. Mucha gente ya ha abandonado el Partido Conservador (yo, si no lo he hecho ya, es xq el UKIP me parece un partido muy irresponsable y fanático) y no me puedo imaginar que sucedería si en esta ocasión Cameron incumple su promesa. Cada vez hay más gente descontenta con las mentiras del Partido Conserador (y del Partido Laborista): Fool me once, shame on you; fool me twice, shame on me.

    Por otro lado, también soy de los que cree que Cameron ha hecho todas esas promesas a sabiendas de que no va a ganar las proximas elecciones generales.

  7. Particularmente pienso que al Reino Unido se le dejó formar parte del eurogrupo con la convicción de sería cuestión de tiempo que se integrase con todas las consecuencias como el resto de los miembros.
    Llegados a este punto habría que plantearles otra cuestión. O entran del todo o salen.
    Posiblemente, ante ese dilema decidieran salir, pero para fijar un rumbo hacia alguna parte, primero tenemos que saber donde estamos…

  8. Pepe Guiri dice:

    Cameron ha sacado este consejo de la chistera para hacer dos cosas: ir a unas elecciones para ganarlas y hacer un referendum para perderlo. Cada día me recuerda más a Mas. Y también vivo en UK.

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