Política

25N: Informe sobre el experimento demoscópico (1)

5 Dic, 2012 - - @kanciller

Presento la primera parte del informe sobre el experimento demoscópico conjunto que hemos hecho desde  Politikon y Cercle Gerrymandering.

1. ¿Quién ha respondido la porra?

La N final del experimento ha sido de 424 respuestas. Por género, apenas un 12% de la muestra son mujeres. Por edad, la porra ha sido respondida por gente con un promedio de 29.44 años (desviación típica de 8.4 años), siendo el de menor de edad un participante con 15 y el de mayor uno con 62 años. Respecto al nivel de estudios agrupado un 21.7% de los encuestados estaban cursando estudios obligatorios, bachillerato o grado; un 41.4% tiene una diplomatura, licenciatura o ingeniería y, finalmente, un 37.26% tiene un master o doctorado.

En los termómetros de 0 a 10 sobre el interés por la política en general y catalana en particular,  la media de interés genérico es de un 8.76 (desviación de 1.27) y la de interés por la catalana es de un 8.27 (desviación de 1.89). Como era de esperar, el interés por la política es muy alto (obviamente entrar en blogs de política genera sesgo de auto-selección) pero es algo menor para el caso catalán. Si miramos el nivel de seguimiento de la campaña electoral, apenas un 1.18% de los encuestados dijeron que no la siguieron, un 24.29% dijeron seguirla un poco, un 47.41% bastante y un 27.12% que la siguieron mucho.

Respecto a la ideología, en la clásica escala de 0 a 10 (donde 0 es extrema izquierda y 10 extrema derecha) la media de respuestas se ubica en el 3.8 (centro-izquierda) con una desviación de 1.93. Respecto a la organización territorial de Cataluña, un 11.56% prefiere que Cataluña tenga menos poderes que ahora, un 11.32% que tenga los mismos, un 32.08% que sea una entidad política con más poderes que en la actualidad y un 45.05% que sea un estado independiente. Finalmente, solo un 16.27% de los que respondieron a la encuesta dijeron militar en un partido político aunque un 56.37% dijo sentirse cercano a uno de ellos.

En resumen, la porra la ha respondido en promedio un varón con estudios de licenciatura/ ingeniería, alto interés por la política y un seguimiento moderado de la campaña, de ideología “rojo-separatista” y que, aunque no milita, se siente cercano a algún partido político.

2. Los fallos en la porra

Por supuesto, igual que las encuestas han fallado estrepitosamente, no ha sido muy diferente en el caso de los que han respondido a la encuesta. Primero desvelar la trampa. En la porra, de manera deliberada,  no se fijó una limitación en escaños de modo que siempre sumaran 135, número real de asientos en el Parlament. Con esto se prendía ver si hubo quien hizo la porra con calculadora o a ojo de buen cubero. Lo cierto es que en el 85% de los casos los encuestados consiguieron que sus apuestas sumaran 135, lo que demuestra que el que respondió la gente se tomó la molestia de abrir la calculadora del ordenador. Un 6% solo se desvió por un escaño arriba/abajo lo que apunta a que, en general, apenas hubo gente que picara.

Sin embargo, esto no libra de que el fallo en las estimaciones de los participantes haya sido importante. En promedio la desviación ha sido de 31.99 escaños respecto del resultado real en números absolutos (desviación típica 6.99). El que más cerca se ha quedado ha sido el que solo ha fallado por 20 y ha habido alguien que ha batido su marca equivocándose por 69 escaños. En el gráfico 1 os presento la distribución de los errores en escaños, la cual tiene una forma log-normal.

Para presentar una radiografía más ajustada de los errores he calculado la diferencia entre la estimación en escaños que daba el participante a cada partido y el resultado real del 20N. Cuando el número es positivo significa que el participante ha sobre-estimado los escaños que iba a obtener el partido mientras que cuando es negativo significa que se ha infra-estimado. Los resultados son bastante parejos con el fallo de las encuestas. En promedio se ha sobre-estimado el resultado de CiU en 14 escaños mientras que se ha infraestimado el de todos los demás partidos. En promedio, los participantes esperaban casi 5 escaños menos de ERC y 3.5 de Ciutadans. Para el PSC se esperaban también de media 2.3 escaños menos, 1.5 menos para el PP mientas que para la CUP e ICV apenas un escaño menos. En el gráfico siguiente presento las desviaciones por partido con la línea roja marcando el punto de acierto en el 0.

 

Por lo tanto se puede decir que los participantes han fallado en la línea con las encuestas. Nadie ha sido capaz de anticipar el resultado y, en general, todos han sobre-estimado el resultado de CiU e infraestimado el resultado del resto, especialmente los de ERC y Ciutadans.

3. Las hipótesis del experimento

En esta porra/ experimento mi principal interés es saber qué elementos pueden predecir el grado de acierto en el resultado final. Para ello quiero poner en relación dos argumentos: los niveles de información y el wishful thinking. A lo hora de estimar voto estratégico – votar a un opción menos preferida – se está empezando a explorar en qué medida uno y otro elemento pueden ser determinantes para generar expectativas electorales. El votante intenta anticipar las oportunidades relativas de cada partido y a raíz de ello se decide por un comportamiento u otro. Yo me quedo en este estadio previo al comportamiento, el de la formación de una expectativa ajustada a la realidad o, lo que es lo mismo, el de generarse una “porra mental” veraz.

Las hipótesis son relativamente sencillas. Por una parte, cuanta más información política tenga el votante más probable es que sepa si el partido realmente tiene oportunidades o no y, a raíz de ello, tienda a haber una desviación menor en sus expectativas y el resultado real. Variables como el interés por la política en Cataluña o el seguimiento de la campaña servirán para intentar estimar este efecto. Sin embargo, el wishful thinking  es algo que empuja en el sentido contrario. La ideología y las preferencias partidistas de los votantes deberían hacerles sobre-estimar las oportunidades de los suyos e infraestimar la de sus opciones menos preferidas. Por lo tanto, tanto la ideología izquierda-derecha como la preferencia territorial podrían explicar no tanto los fallos sino para qué partidos se dan en mayor medida.

Alguna evidencia preliminar para abrir boca. Como anticipo ni género, ni edad ni nivel de estudios tuvo ningún efecto estadísticamente significativo a la hora de acercarse al resultado final.  Sin embargo, parece que sí que importó el cuando se respondiera. Aquellos que respondieron más tarde a la encuesta (más cerca de las elecciones) tuvieron menos fallos que los que respondieron pronto. Aunque por desgracia no ha habido un flujo constante de respuestas, parece que este efecto se da si miráis el gráfico siguiente:

 

¿Tenían mejor información los que respondieron más tarde? ¿Se trató de un efecto de composición porque hubo determinado perfil que respondió más tarde a la encuesta? Eso es algo a lo que intentaré responder en la próxima entrada. Asumiendo, eso sí, que el ganador de nuestra porra lo es porque se desvió por la friolera de 20 escaños. Ahí es nada.


7 comentarios

  1. Rafael dice:

    ¿La distribución de las desviaciones no se aproxima más a una log-normal que a una normal?

    • Pablo Simón dice:

      Si quito los outliers es menos es casi normal pero no he mostrado esos gráficos. Enmiendo entonces. Gracias

  2. Penny dice:

    4 curiosidades, Pablo

    1. ¿Estás pensando en hacer un paper a partir del experimento?

    2. ¿Qué tal lo hacen los editores de politikon?

    3. ¿Influyen las encuestas públicas sobre los participantes en la porra?

    4. A ojo, el perfil de los participantes en la porra no es mut diferente al de los lectores de politikon (Mirad la pestaña Audience de
    http://www.alexa.com/siteinfo/politikon.es)
    ¿Tenéis información más fina sobre las características de vuestros lectores? Miro especialmente a Juan Font

    • Pablo Simón dice:

      1. Todavía no lo sé. Tengo que pensar si tiene solución el problema de multicolinealidad entre seguimiento de campaña, interés por las catalanas e independentismo. Además, tengo mucha auto-selección.

      2. Los editores (y no responden todos) se equivocan un poquito más que la media.

      3. Eso último es casi seguro. El patrón es bastante similar al fallo de las encuestas (sobre dimensión de CiU e infraestimación de Cs/ERC). No pusimos encuestas en esta porra para no condicionar resultados y generar una regresión al valor promedio.

      4. Coincido en lo del perfil, aunque estimaré cuanta gente nos ha podido venir por diferentes portales (CG, el pati descobert). Lo de sacar información más fina… Queda en manos de Juan 🙂

  3. Ferrim dice:

    Yo creo que el tema de contestar más tarde se explica porque, en general, cuanto más se acercaban las elecciones menos diputados le daban las encuestas a CiU, aun equivocándose muchísimo. Los que votaron primero tendrían en mente los 68-69 escaños que le llegó a dar La Vanguardia, o los 69-71 del CEO, en cambio los que votamos a última hora pensábamos en los 60 y algo que les daban las últimas encuestas. En mi caso estuve tentadísimo de darle menos de 60, siguiendo la tendencia descendente (tampoco mucho menos, 58 o así), pero no me atreví. No recuerdo los datos que puse, pero creo que fallé por menos de 30 diputados.

  4. Adrián dice:

    Supongo que uno de los objetivos de la encuesta es saber si algo como esto (Documental sobre matemáticas de la BBC, en inglés, minuto 44, segundo 45. http://www.youtube.com/watch?v=IhRCjK78qx0 ) es posible de hacer en el caso de una encuesta, donde la información es mucho más limitada. También deberíais tener en cuenta que hubo gente cuya opinión quedó «contamidada» por las encuestas y se limitó a mirarlas y subir o bajar un par de escaños. Además las espectativas de los resultados estaban claramente muy altas en cuanto a CIU, la prensa nos bombardeaba un poco (un poquito solo) con eso. El análisis de tantísimas variables debe de ser tremendamente complidado, suerte con eso si le vas a seguir sacando miga.

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