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Notas sueltas sobre parcialidad y análisis

1 Nov, 2012 - - @egocrata

Una de las críticas recurrentes en los comentarios cuando hablo de política americana es que quiero que gane Obama. La gente que escribe eso lo utiliza casi siempre como evidencia para decir que cuando miro los números en las encuestas, describo cómo va la campaña o explico qué me ha parecido un debate estoy haciéndolo desde un punto de vista sesgado, y que por lo tanto mis análisis no son válidos.

Es una crítica que podría ser válida en ocasiones, pero creo que es errónea en muchos casos por dos motivos. El primero, más obvio, decir que prefiero un candidato sobre otro no o un determinado tipo de políticas públicas sobre otras no invalida el análisis sobre ese candidato o esas políticas públicas. Yo puedo preferir un país con una distribución de renta más igualitaria y decir que reducir desigualdades tiende a generar mayor crecimiento económico;  que diga lo primero no invalida la posibilidad que la relación causal no exista. Criticar las preferencias o ideología del escritor no equivale a criticar sus conclusiones.

Dejando de lado este problema general, creo que vale la pena recalcar una idea muy simple pero que se nos olvida a todos menudo al hablar de economía o política: todo el mundo tiene sesgos y preferencias ideológicas, y la única manera de analizar bien un problema es ser consciente que no somos imparciales. Y no sólo eso: es importante que nuestros sesgos sean explícitos cuando desarrollamos nuestro razonamiento.

Es obvio, por ejemplo, que prefiero que Obama gane las elecciones la semana que viene. Creo que a estas alturas no estoy descubriendo la mar océana a nadie cuando digo esto; creo que he sido bastante explícito. Cualquier lector medio avispado debería saber, ya de entrada, que mis análisis tienen una cierta dosis de admiración por el Presidente y un cierto escepticismo sobre Romney (aunque, recuerdo, he comentado más de una vez que dentro del GOP era de lejos el mejor candidato). Por mucho que intente ser imparcial, todo lo que diga debe ser visto desde la perspectiva que en cuando hable de un candidato veré el vaso medio lleno mucho más a menudo que cuando hable de otro. Así lo dije durante los debates, sin ir más lejos. Creo que siempre es mejor dar más información al lector, no menos, y dejar claro que tengo un punto de vista es dar mejor servicio que fingir que soy imparcial.

Más allá de la transparencia al presentar el análisis,  es importante partir siempre de la idea que nuestro cerebro es increíblemente bueno moldeando nuestras percepciones de la realidad para adaptarlas a nuestros prejuicios. Si tenemos la idea preestablecida que Obama es mejor que Romney, el estado mínimo es peor que el estado de bienestar o que el Real Madrid es un equipo malvado y despreciable, tenderemos a interpretar la evidencia en relación a esta teoría. Esto quiere decir, primero, que cuando digo en un artículo cualquiera de estas tres cosas más vale desconfiar, ya que estoy defendiendo ideas que son muy cercanas a mi ideología. De igual modo, cada vez que tengo la tentación de hablar sobre una de estas tres cosas, siempre intento tener la disciplina mental de recordarme que mis conclusiones son peligrosamente cercanas a mi punto de partida, y que debo asegurarme que no estoy dando nada por hecho.

¿A qué me refiero con esto? Cojamos, por ejemplo, este libro. Raghuram Rajan defiende que el aumento de las desigualdades en los últimos es la causa principal de la crisis financiera del 2007. El argumento creo que es convincente, pero siempre tengo ciertos reparos en defenderlo, ya que me parece demasiado bonito para ser verdad. Siempre he creído que la desigualdad y la falta de movilidad social (por cierto, hay motivos para pensar que la primera refuerza la segunda) son dos de los problemas más graves en Estados Unidos y España. Si encima resulta que son la causa principal de la gran depresión, todo cuadra demasiado bien. Es posible que el libro de Rajan esté en lo cierto (y tras leer más sobre el tema, creo no va desencaminado), pero sabiendo que me «da la razón», más vale leer la evidencia con cuidado. Uno siempre debe desconfiar de las ideas que suenan demasiado bonitas para ser verdad;  y para ello debe ser consciente de sus propios sesgos. Lo peor que puede pasar a un analista (o un votante informado) es cuando acaba leyendo sólo artículos que le dan la razón.

Entonces ¿Es posible ser partidista, tener preferencias fuertes a favor o en contra de una idea o candidato y poder analizar qué esta sucediendo de forma objetiva? Creo que sí, siempre que uno sea consciente de su parcialidad. Es lo que intento hacer cada día, al fin y al cabo. No sé si del todo bien.


17 comentarios

  1. Maria Rosa Sogues Edo dice:

    Un bon article.Bon dia Roger!

  2. B. Iana dice:

    ¿Es posible ser partidista, tener preferencias fuertes a favor o en contra de una idea o candidato y poder analizar qué esta sucediendo de forma objetiva?

    En tu caso no y has dado buenas muestras de ello a lo largo y ancho de tus intervenciones.

  3. Señor Senserrich:

    Es una larga discusión llegar a saber si un analista sobre una cuestión puede llegar a ser una tábula rasa. Parece difícil no partir de ninguna idea preconcebida ante el hecho de examinar un dato.

    Pero quienes le seguimos y apreciamos por la valía de sus análisis -al menos yo- percibimos un exceso de partidismo que, a ratos, es casi infantil en lo que se refiere a los candidatos. Si aprovechamos las bobadas que se publican sobre los republicanos, podríamos hacer de Fox News y escribir sobre las bobadas que se publican sobre los demócratas.

    La neurociencia tiene estudiado hace tiempo el sesgo de confirmación mediante el cual tendemos a creer todo aquello que nos confirma nuestras intuiciones: http://en.wikipedia.org/wiki/Confirmation_bias

    Y no andaría mal leer este estudio que concluyó diciendo que la gente más partidista vota con el corazón (amígdala) y no con el cerebro (córtex prefrontal) http://www.nytimes.com/2007/08/26/books/review/Brooks-t.html

    Un abrazo.

    Juan Pablo Arenas.

  4. José Manuel dice:

    Llama las cosas por su nombre: falacia ad hominem. Eso es lo que muchos de los que comentan hacen, y nada más. Y luego se quedan tan tranquilos.

  5. jasev dice:

    El comentario inmediatamente anterior prueba la futilidad de esta entrada. Los mismos que te han acusado siempre de parcialidad van a seguir aplicando el ad hominem… ad nauseam.

  6. Capitan Tostadilla dice:

    Es evidente todo lo que cuentas. Aún así, si llama tanto la atención es porque se nota mucho más que en todo el resto de los artículos.

    Vamos, que mientras que aquí en España son palos para todo el mundo, todas las narraciones al otro lado del charco las ostias se las suele llevar siempre el mismo bando.

    También quizá por que sobre lo que aquí ocurre escriben varias personas pero sobre EEUU solo escribes tú.

    Dicho desde el sentido de que me da igual ¿he? Los disfruto de todas todas.

  7. cives dice:

    We love you Roger and really appreciate.

    Déjame que te haga una autocrítica para añadir a la tuya poniendo un par de ejemplos

    Cuando Romney le da un baño a Obama tu titular es «Obama tiene una mala noche» http://politikon.es/2012/10/04/primer-debate-obama-tiene-una-mala-noche/ y el report una lista larga de por qué Obama es mejor, pero no se comunicaba demasiado bien.

    Cuando gana Obama http://politikon.es/2012/10/17/el-segundo-debate-obama-gana-creo/ «Creo que Obama ha ganado el debate, y lo ha hecho con claridad. El motivo no es que los (tres) indecisos aún con vida en el estado de Ohio hayan visto la luz y decidan apoyar al presidente tras escuchar el debate, sino por el hecho que cuando acabó, gente como yo, gafapastas socialistas irredentos (en Estados Unidos soy básicamente miembro del PCUS, me temo) estaba entusiasmado con el candidato. Recordad el primer debate. Obama estuvo mal, pero no catastróficamente mal; no tuvo ninguna pifia directa o patinazos graves, pero no estuvo inspirado. La reacción de los conservadores fue proclamar victoria, la de los liberales fue ahogarse en un mal de lágrimas.

    Y luego, algunos posts mas tarde… «Tras el segundo debate, mi sensación fue que Obama había ganado con claridad. Las encuestas post-debate, sin embargo, fueron bastante más equilibradas, con una victoria decente pero no apabullante del Presidente». <<< hombre, si tú mismo reconoces que esto te ocurre, entiende que los demás nos tomemos esto «with a grain of salt»

    • quevedin dice:

      Cives, no es para tanto, yo creo que podrías votar Green Party, e incluso al candidato (que no al partido) Libertarian Gary Johnson, que es relativamente razonable, mucho más que Romney, para ser business friendly (para empezar, no quiere matar a todo el mundo con barcos de la Armada y Drones, aunque en economía hay analistas que dicen que sus soluciones «razonables» empeorarían la economía). Yo me leí los pogramas cuando vinieron la chavalería a repartirla a la uni.

      Roger analiza razonablemente bien, muchos pundits de MSNBC o de (HODOR) Current dan mas miedin. Otra cosa es que los social scientist siempre estéis ahí con los numerines de cosas que son un poco fuzzy (índice de cepillosidad de la climnopedia), pero aquí es even worse than in Europe.

      Roger le puede tener un poco de manía a Romney en los tweets, pero no en los artículos. Otra cosa es que me parezca que no le ha metido a veces caña en cosas a Obama que me parecen deleznables (drones, Guantánamo), pero que a la mayoría de votantes demócratas no son «key issues», o lograr transmitir la carraspera que les produce aquí a muchos (republicanos o no) que General Motors siga siendo pública, que haga coches eléctricos (perdiendo pasta a espuertas) y que encima te desgrave (tipo plan PIVE). Eso es difícil de explicar y justificar, pero tampoco había mucho más que hacer. Si queréis leer críticas de esas, tenéis Democracy Now!, Mother Jones o The New Republic (desde la izquierda) o The American Conservative (desde la derecha).

      Igualmente, muchas respuestas de Romney han ido en la línea del «anti-federalismo», devolución, subsidiariedad o derechos de los estados (por ejemplo, lo de cargarse la FEMA y hacer que los estados se buscaran la vida) y eso es un ideal Republicano desde los 60 y el final de la segregración (Goldwater y similares), y aquí tiene mucho público.

  8. Vaca_mu dice:

    Como analista que eres de una página de opinión creo que está de más que tengas que dar estas explicaciones. Tus artículos siempre son interesantes, razonados y con referencias sólidas. Ahora bien, como por circunstancias eres el reportero dicharachero de Politikón en USA sí que se echa en falta, al menos yo como lector, algún artículo sacando a relucir las criticas que se le pueden a hacer a Obama sin disculparle a continuación. Vale que Romney sea una persona de cambiar de opinión como de chaqueta para llegar a la Casa Blanca pero imagino que alguna de sus propuestas es interesante y no todo lo que dice el GOP sobre el Presidente es infundado.

  9. Alatriste dice:

    Roger, empezando por decir que sin vivir en Estados Unidos, seguir las campañas electorales de primera mano desde las primarias, las campañas de anuncios en TV, los debates, etc, etc, no creo que sea posible juzgar sobre tu seguimiento de la misma, la imparcialidad ni creo que sea posible ni deseable tampoco. Si a uno le interesa realmente la política por fuerza tiene que tener ideas propias sobre los asuntos públicos; y si no le interesa, debería escribir sobre otra cosa.

    La objetividad es otro tema. Para empezar, yo te haría una pregunta ¿Como consideras tus artículos sobre la política americana, o en realidad todos en general, como análisis o simplemente como comentarios personales? Si son comentarios personales no tienen por qué ser objetivos; si nos estás contando tu punto de vista, es subjetivo por definición. A quien eso no le guste, que no los lea. Si en cambio los consideras como análisis si debes intentar ser lo más objetivo posible, aunque para alcanzar la objetividad absoluta haría falta un vulcaniano o un computador (y que no sea de la serie 9000).

    Pero los comentarios que haces en tus artículos muestran que intentas ser justo con los dos bandos y que te preocupa profundamente la posibilidad de no serlo. Para mí con eso basta.

    P.S. Cuanto tiempo sin verte, Bellana. El tiempo te trata bien, no has cambiado lo que se dice nada, puedes creerme. Y diría que es un inesperado placer si no fuera porque si que lo esperaba y porque, para ser sinceros, tampoco es lo que se dice placentero ver a un troll de vuelta…

  10. juan dice:

    A mi no me parece mal que se opine desde la parcialidad siempre que no se nos intente hacer creer que uno es imparcial….pero que tras un sesudo análisis no queda más remedio que apoyar al «suyo».

    La política no deja de ser como el futbol, muchos penalties o fueras de juego se ven o no se ven en función del equipo que uno apoya.

  11. Rod Valiant dice:

    Eres un crack y punto. Lo dice alguien a quien le indignó el primer artículo que te leyó.

    La parcialidad, ¿está en él que escribe, o en él que lee?

    PD: Cómo pierda Obama, se nos va a quedar cara de… :/

  12. In-a-Gadda dice:

    La sutil diferencia entre imparcialidad y equidistancia. Ser equidistante entre Romney y Obama es estar a favor de Romney.

    Tampoco es grave, teniendo en cuenta que en América hay quienes piden equidistancia en el debate evolución vs creacionismo. ¿No es este el mismo Romney que llamó parásitos a la mitad de sus electores?

    La distancia entre el candidato Romney y el gobernador Romney es similar a la que hay entre el Nuevo Testamento y el Antiguo. Eso sí, aquí la parte chunga y retrógrada es la última.

    PD: No sé por qué te expones a esto, Senserrich. Después te lamentarás cuando los comentaristas nos veamos obligados a recurrir a Hitler en nuestras argumentaciones.

  13. Spengleriano dice:

    Peores cosas se ha visto, recuerdo en vuestro anterior blog como el amigo citoyen escribió un post sobre la alegría que le produjo la primera victoria de zapatero.

  14. claudio dice:

    Déjeme que le cuente una anécdota, de cuando usted no había nacido.
    Los de mi quinta, en el bachillerato cursábamos una asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional. Habrá usted oído hablar de ella.
    En mi cole la impartían miembros de la Falange, que evidentemente era lo más apropiado.
    Un día, en clase, uno de los alumnos dió una definición de comunismo. Aunque no la recuerdo, sí que tengo grabada la respuesta del profe: ‘Si comunismo fuera lo que usted dice, sería una tontería. Y, desde el momento en que medio mundo es comunista, no lo es’.
    A menudo me he acordado de ello cuando leo sus artículos, en lo que da usted con demasiada frecuencia la impresión de no poder entender cómo los republicanos y sus votantes pueden ser tan tontos. Y es que igual no lo son.

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