Economía

Burbujas financieras y los peligros de la desigualdad

9 Oct, 2012 - - @egocrata

Hace una temporada hablaba (para consternación de Cives) sobre algunos estudios recientes un tanto preliminares sobre la relación entre desigualdad y burbujas financieras. Parece una historia bastante intuitiva (la concentración de la riqueza en pocas manos es algo malísimo, etcétera), pero lo que nos fallaba era el mecanismo causal, la correa de transmisión entre desigualdad y euforias especuladoras.

La idea inicial es bastante simple: la clase media tiene más propensión al consumo; los ricos tienen más propensión al ahorro/inversión (que es esencialmente lo mismo). En sociedades más igualitarias, el crecimiento económico se dirige a clase media comprando cachivaches, y si no hay acuerdos decentes de moderación salarial, un tasa de inflación ligeramente más alta. En sociedades con gran concentración de la riqueza tenemos un montón de dinero ocioso (uno sólo puede comprar un número limitado de Ferraris antes de hacerse repetitivo) buscando inversiones rentables y seguras. Como la oferta de estas es limitada, su rentabilidad acaba por caer, así que los ricos acaban por comprar activos cada vez más dudosillos o se dedican a inflar una burbuja. Tenemos sociedades con menos inflación en la economía «real», ya que las subidas de precios acaban por esconderse en productos financieros extraños.

Resulta que desde que escribí sobre ello hace un par de años los economistas no se han quedado quietos, y han empezado a explorar este tema un poco más en serio. Jonathan Rauch, en el National Journal, tiene un buen artículo explicando otros estudios recientes. Una de las explicaciones me ha recordado algo que comentaba hace años sobre los americanos y su afición al crédito: la clase media compensó el estancamiento de su poder adquistivo endeudándose, y el sistema financiero americano les correspondió canalizando todas esas toneladas de ahorros de millonarios (junto a esos ahorror alemanes y chinos salidos de sus balanzas comerciales) a alegres hipotecas subprime. 

Que siga el debate, sin embargo, no quiere decir que podamos decir que la desigualdad es la fuente de las burbujas financieras. De momento sólo Stiglitz (en su faceta de propagandista) se atreve a decir esto directamente; como teoría aún le falta mucho trabajo. Aun así, es un idea intrigante.

 


11 comentarios

  1. qwer dice:

    Siento disentir, pero en este aspecto en concreto me convence mucho mas la teoria del ciclo económico de los austríacos. Los bajos tipos de interes que los bancos centrales ponen al dínero mandan el mensaje equivocado a los bancos y por extensión a la ciudadanía de que hay mas ahorro del que realmente existe. Los créditos resultantes se invierten en proyectos a largo plazo y cuando te das cuenta tienes una burbuja de la que solamente se sale desapalancando…

  2. Pedro dice:

    Hola,

    La conclusión de Stiglitz no me parece aventurada en absoluto. Es cierto que hay sociedades desiguales en las que no hay burbujas, pero eso es porque son sociedades muy pobres de forma general. En este entorno económico y en esta época, el crecimiento de la desigualdad ha llevado al endeudamiento como hemos podido ver en muchos países.
    Además del aumento de la desigualdad y de la pauperización de las clases medias y populares, creo que la peor remuneración del factor trabajo también ayuda a la creación de burbujas (se intenta compensar que inversiones lo que se deja de ganar en trabajo, y estas inversiones generalmente van a lo que la filosofía popular dice que es rentable, creando burbujas).

    En cualquier caso creo que no debemos perder tampoco el factor regulatorio.

    Saludos,

  3. Pedro dice:

    Una puntualización al primer comentario. Si bien la tasa de interés de los bancos centrales es un factor que incrementa las burbujas, lo que realmente las crea es el aumento de circulante basado en las decisiones privadas de los agentes que prestan, por un lado, y en las regulaciones sobre los bancos de inversión (reserva de caja, etc.) por otro.
    De hecho, si pensamos en la burbuja española, ¿qué tasa de interés se debería haber tenido para frenar la burbuja inmobiliaria cuando la revalorización de los activos superaba el 20% anual? Cualquier tasa de interés así de elevada hubiese destruido la economía real a la vez que acabaría con la burbuja.

    • Miguel dice:

      En respuesta a la pregunta, parece que la tasa hubiera tenido que ser del 15% para que la burbuja no se hinchara, pero hay que consider dos puntos

      -que la burbuja no se creo de la noche a la mañana, por tanto quizá cuando los pisos subian solo un 7%, subir los interes al 5% la hubiera parado.

      -que por ejemplo no es lo mismo 5% de diferencia entre tipos de interes y rentabilidad de activos cuando el tipo de interés es el 1% que cuando es el 15%. Obviamente si pides un préstamo al 15% vas a pedir mayor rentabilidad por que hay mas riesgo.

  4. Joshua dice:

    Pues yo no tengo tan claro como tú cuándo Stiglitz o cualquier otro está actuando como propagandista y cuándo está actuando como economista. En ocasiones, veo propagandistas escondidos detrás de cientos de ecuaciones, y no se puede decir que Stiglitz ande flojo en lo que se refiere a ecuaciones (vale, ahora lo ha dejado, pero no creo que nadie pueda marearlo con cuatro fintas teóricas). Si propagandista es aquel que trata de relacionar la investigación reciente con problemas reales (le pese a quién le pese) entonces bienvenidos sean los propagandistas. Y si para que seas considerado un economista serio tienes que decir que nada es verdad ni mentira sino que depende del color con el que se mira, quizá sobren «economistas serios».
    Hay un hilo de investigación que tiene que ver con lo que dices y que veo que aparece en el (excelente) resumen de Rauch que adjuntas: La llamada «tesis de Rajan», que ha desarrollado con bastante éxito Kumhof hace unos meses. A estas alturas Raghuram Rajan es un economista bastante influyente, entre otras cosas porque advirtió de lo que iba a pasar con la antelación suficiente (2005) como para no juntarse con el coro de los «esto-yo ya-lo-sabía» de 2009.
    Sin embargo, hay otros muchos economistas aparte de Stigliz que andan detrás de esta misma pista hace tiempo. Por ejemplo, Krugman (supongo que dirás también en el papel de propagandista) da conferencias por ahí sobre eso desde hace tiempo (tengo una de 2010 en el disco duro pero no guarde el link). Es curioso que en esto coinciden Krugman y Rajan, porque en el resto de cosas se llevan a matar. Los postkeynesianos hace tiempo que están detrás de eso ( y de la disfuncionalidad macro de la mala distribución de renta), aunque no tienen el tirón mediático de Krugman o Stiglitz y, last but not least, el bueno de Robert Reich defiende desde la arena política (aunque es macroeconomista en la intimidad) que la deuda de las familias norteamericanas es la hoja de parra que oculta una distribución de renta que amenaza con barrer la clase media de la faz de la tierra.
    Los datos para todas estas afirmaciones han sido recopilados por la conjunción (astral) de dos hechos:
    La existencia de series largas para la economía norteamericana.
    La suerte de que hay economistas por ahí que se han puesto las pilas para analizar esa ingente base de datos: Pickety y Saez por un lado, y Rancière por otro.
    Efectivamente, has puesto el dedo en una gran llaga que ya no vamos a poder ocultar por más tiempo, más que nada porque es ya demasiado grande como para poder taparla con nada.

    • Joshua dice:

      Perdón por la extensión del comentario anterior, pero es que me has tocado «el tema». La relación causa-efecto que desarrollas: los ricos se dedican a hacer piruetas financieras con sus ingentes ahorros (y con los los ahorros de los chinos, alemanes, etc…, es decir, de los países exportadores). Si eso fuera así, bastaría con que esos ahorros disminuyesen para que el problema desaparezca (muerto el perro…). Pero la cosa puede verse de una manera bastante diferente. La existencia de un «exceso de ahorro» es condición necesaria pero no suficiente. Hace falta que exista un sector financiero que amplifique el efecto de forma exponencial, es decir, que construya una gigantesca burbuja de deuda por cada activo financiero basado en «ahorro real». El aire que contienen las burbujas es un orden de magnitud mayor que el mero «exceso de ahorro» de los que tienen mucho o el exceso de deuda de los que necesitan endeudarse para seguir con su tren de vida. Puede que la distribución de renta sea la mecha que ceba la bomba, pero la explosión es muy superior a lo que supondría una mera transferencia de rentas futuras al presente. Por eso es claramente insuficiente que ahora nos dediquemos a ahorrar: la mayor parte de la bola de nieve es eso, nieve, y no tiene nada que ver con el tamaño de la pequeña piedra que la generó.

  5. Manu Oquendo dice:

    Tenemos que dejar de analizar desde parámetros como izquierda o derecha que no son operativos ni reflejan la realidad más que para mentes escasamente reflexivas.

    El último libro de Stiglitz hace una pregunta relevante y que va dirigida a la raíz del problema.

    ¿Cómo es posible que el 99% se esté dejando manipular por el 1%?
    ¿Cómo es posible que prevalezcan sistemáticamente los intereses y la riqueza del 1% mientras se empobrece el 99%?

    La respuesta no está en la vieja y engañosa Yenka de izquierda/derecha ni en público o privado.

    Está en limitar el poder del estado sobre los ciudadanos y asegurar la igualdad no redistribuyendo (a fin de cuentas esto es bueno para el «redistribuidor» pero perpetúa el problema).
    Para asegurar la igualdad en libertad es necesario garantizar la igualdad de mercado. Esta es hoy inexistente.

    Eso es el motor de la desigualdad en Occidente. La desigualdad de mercado. Unos tienen todo el poder de mercado y otros nada.
    Si lo duda llame a un 902 público o privado.

    • Penny dice:

      Efectivamente, Manu, pensar en términos de izquierda-derecha y el modelo del votante mediano en este siglo no va a ser de mucha utilidad

      En política económica, hay una acusada diferencia entre los hechos y las preferencias del 99,9% de los votantes

      Para Estados Unidos, los análisis de Martin Gilens son muy reveladores de lo que está sucediendo

      http://themonkeycage.org/blog/2012/08/13/economic-inequality-and-political-power-part-1/

      Saludos

    • Epicureo dice:

      No entiendo dónde vais a parar.

      En lo que se solía llamar democracia hay un voto por persona (un hombre, un voto). En el mercado, votas cada vez que realizas una transacción (un euro, un voto). La desigualdad es inherente al mercado: si eres rico tienes muchísimo poder, si eres pobre no tienes casi nada. Y es evidente que cuanto más rico eres más posibilidades tienes de aumentar tu fortuna (no compites en igualdad de condiciones), por lo que la desigualdad es creciente.

      La democracia social del siglo XX se planteaba como un contrapeso al mercado; las mayorías de voto compensan (un poco) las mayorías de riqueza. Si los ricos tienen además influencia en el gobierno, la democracia y el papel del Estado pierden sentido. Es lo que yo creo entender del análisis de Gilens que enlaza Penny.

  6. Molari dice:

    Y la respuesta obvia: también se puede parar la burbuja fiscalmente de manera que no afecte a otras inversiones.

  7. Hari Seldon dice:

    Bueno pues ya hemos visto a donde nos ha llevado la democracia social del siglo XX con sus contrapesos al mercado.

    ¿Por que no probamos con un mercado de verdad sin contrapesos políticos en el que todos estemos en igualdad de condiciones y en el que no obtenga ventaja el que consiga influencia en el gobierno?

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