Economía & Sociedad

¿Qué es la dualidad y por qué debería preocuparnos?

4 Oct, 2012 - - @kanciller

Desde el final de la II Guerra Mundial los partidos socialdemócratas se basaron en una alianza con los sindicatos y las clases trabajadoras para el desarrollo del Estado de Bienestar y la promoción del empleo. Sin embargo, desde la década de los setenta esta alianza ha tendido a resquebrajarse. En un contexto de globalización e internacionalización de la economía, de deslocalización industrial, de terciarización de la sociedad, de cambio tecnológico y de envejecimiento de la población se ha producido una erosión de la tradicional homogeneidad de los trabajadores. Hace 40 años el trabajador clásico en toda Europa Occidental era el del empleo seguro y para toda la vida en una empresa relativamente grande e industrial. Hoy, por el contrario, nos encontramos con cada vez más trabajadores con empleos temporales, regímenes laborables inestables o de autónomos en empresas medianas y subcontratas.

Hoy he publicado en “Agenda Pública”, blog asociado a El Diario.es, una entrada intentando explicar de manera sencilla qué es la dualidad y por qué debería preocuparnos (veréis que está jalonado de referencias y enlaces conocidos). Este artículo ha sido tan solo una presentación del tema en sociedad porque ahora estoy trabajando con otro colega académico en la siguiente etapa: intentar hacer una radiografía exacta que quienes son los outsiders, los perdedores del statu quo. El resto del artículo aquí


23 comentarios

  1. Shine dice:

    Vale, contrato único con indemnización de 100.000 euros por despido.

    • sergi0 dice:

      Vale. Ahora montate una empresa, o convence a otro para que la monte (o no se la lleve a otro lado.)

    • Demócrito dice:

      + dificultad para despedir = – adaptación a los cambios = – productividad, + destrucción de empresas = + paro y – sueldo.

      Deberes para mañana: escribir 5.000 veces «No se protege el puesto de trabajo, se protege al trabajador.»

      Deberes para pasado mañana: escribir 10.000 veces «Los sistemas de protección tardofranquistas son ineficientes, injustos y NO son de izquierdas»

      • Undry dice:

        Si yo estoy de acuerdo contigo, pero es que aquí estamos desprotegiendo tanto al trabajador como al puesto de trabajo.

        Lo del contrato único con una indemnización abonada mes a mes me parece una buena idea pero ¿por qué narices los partidarios de este modelo se echan atrás al llegar al gobierno? por ZP se echó para atrás y ministros del PP partidarios de esto en el pasado ahora miran a otro lado.

        • Demócrito dice:

          Porque no soluciona nada a corto plazo. La reforma cutre del PP está orientada exclusivamente a lograr una devaluación interna, que se supone sí tiene efecto más inmediato: abaratamiento del factor trabajo
          y aumento de la competitividad. Para aprobarla te enfrentas con tus enemigos habituales, pero a cambio tienes la palmadita en la espalda de los empresarios y de tus votantes fieles.

          En cambio una reforma completa te enfrenta no sólo a los sindicatos, sino a numerosos trabajadores no necesariamente de izquierdas y a otros sectores. Además, no se empezarían a notar sus efectos hasta pasados unos años. «Cuán largo me lo fiáis, Don Gonzalo», debió pensar el barbas, e hizo lo que mejor sabe hacer: dejarlo estar.

          Así que la desprotección YA se ha llevado a cabo: se ha bajado la indemnización de despido, se han flexibilizado causas, los EREs son juegos de niños. Hemos perdido. Pero ya que hemos perdido, al menos deberíamos luchar por poner las bases de un sistema mejor.

          De todas formas, todo esto ya se veía venir y aquí lo dijeron en voz alta: si el PSOE no hace una reforma completa y con un mínimo de sensibilidad social el PP hará la suya. Ya la han hecho. Espero que todos los sindicalistas e izquierdistas de pro que ayudaron a paralizar las escasas y cobardes reformas del gobierno Zapatero estén contentos.

          • Undry dice:

            Pues lo cierto es que tampoco veo tan complicado ni traumático de que todos los contratos nuevos sean del mismo tipo, único y con el modelo austriaco. Los que tienen el contrato antiguo, siguen así hasta su extinción, los demás, con el nuevo modelo.

            Con esta se ha jodido a todos y damos un nuevo paso hacia los siervos de la gleba (que viene de cuando los poderoso romanos se quejaban de lo caro que era contratar trabajadores libres y que las guerras ya no traían miles de esclavos baratos. Como consecuencia, se prohibió el libre movimiento de los ciudadanos)

      • Shine dice:

        Contesto bajo el último comentario que me replicó, pero vale para ambos. Mira que no esperaba yo tener demasiado éxito con este troleo tan barato, pero me equivocaba. ¿Para qué era esto? Pues para mostrar lo rápido que se olvida la dualidad cuando se os pone frente al espejo de vuestra verdadera intención: abaratar el despido al máximo. Eso ha sido tan sencillo como liquidar la «dualidad» sacrificándola con vuestro verdadero objetivo. ¿Alguien se pensaba que mi propuesta iba en serio? Así que muerta la dualidad, esa que machaconamente se reitera para justificar ciertas propuestas, entonces aparece por fin nuestro verdadero propósito. Porque si somos honestos y decimos que el objetivo es conseguir el despido a coste cero nadie nos hará ni puñetero caso. No pensaba que alguno picaría con algo tan burdo.

        Así se muestra que la dualidad, la socialdemocracia, la mochila austríaca, los jóvenes, las mujeres, los negros y los minusválidos, los malvados sindicatos y empresarios, proteger a «nosequé trabajadores», diciendo que no se abarata el despido… ¡hasta decir qué es de izquierda y qué no lo es como la «Berdadera Hizkierda»! Todo no son más que excusas para intentar convencer a incautos de algo que no quieren. Si falla todo siempre nos quedará «Franco», que como versión doméstica de Stalin o Hitler siempre queda genial, aunque el tipo lleve casi 4 décadas muerto. Como soy flexible se me ocurre otra idea de reforma:

        Que no haya indemnización ninguna, menos si el despido es improcedente, que la dejamos como mucho en 12 meses de sueldo. ¿Ésta os gusta algo más?

  2. Rafael dice:

    Acabas de descubrir el informe Petras, de lo cual me alegro (sin ironía).

    http://www.cgt.info/nacarcgi/files/libros/informe-petras.pdf

    Y respaldo la solidaridad intergeneracional. Un saludo.

  3. Epicureo dice:

    Habría que complementar ese trabajo con otra radiografía exacta de quienes son los verdaderos insiders, los ganadores de la crisis y, en general, los ganadores de la revolución capitalista que se está produciendo desde 1980.

    Pista: NO son los trabajadores que, al cabo de los años y de mucho esforzarse y tragar, han conseguido un puesto de trabajo estable, ni los taxistas que han conseguido una licencia a precio de oro. Esos, como mucho, no han ido a peor y pueden seguir pagando la hipoteca. Pero nada más.

    No es nada de izquierdas recomendar un sistema laboral en la que las pérdidas se repartan más o menos equitativamente entre todos los trabajadores, mientras que las ganancias se las seguirían quedando… ¿quiénes? No los trabajadores chinos, esos se llevan una pequeñísima parte.

    Por supuesto que hay que tender a eliminar la dualidad del mercado laboral y tratar de copiar lo que funciona en otros países, aunque para ello algunos trabajadores pierdan privilegios. Pero eso, por sí solo, no va a acabar con la crisis ni va a resolver el problema de la creciente desigualdad de rentas. De hecho, una reforma demasiado «flexibilizadora» en plena depresión no hará sino agravarla.

    • Joshua dice:

      Totalmente de acuerdo con el fondo de lo que yo entiendo que dices. Pero mientras no haya una definición nueva y consistente de los términos «trabajador» e «izquierda» yo no los usaría. Porque si hubiese un reparto equitativo entre todos los «trabajadores» (entendido éste término como aquellos que cobran una nómina y/o trabajan para sí mismos) no sería un mal comienzo.
      Hay que tener en cuenta que esta revolución capitalista está dirigida, fomentada y, sobre todo, implementada, por «trabajadores», y de momento, tal como señalas, están ganando por goleada.

      • Epicureo dice:

        No es lo mismo trabajador que asalariado. Confundes dos cosas muy distintas. Siempre ha habido gerentes, capitostes y capataces que cobran un salario, y ningún marxista que se precie los habría considerado exactamente «trabajadores». Concedo que la definición es volátil, claro.

        Además, el grueso de los ingresos de los altos ejecutivos y similares (a los que supongo que te refieres) no es precisamente el salario, sino una parte de los beneficios en forma de incentivos, acciones, stock options o qué sé yo. Con la particularidad de que en muchos casos los cobran aunque la empresa no gane dinero.

      • Epicureo dice:

        Ah, y para mí la definición de «izquierda» es clarísima. Reducir la desigualdad entre ricos y pobres es de izquierdas. Aumentarla es de derechas.

        • Joshua dice:

          No si ya sé que los marxistas se aclaran muy bien, pero es que hoy en día la legión de gerentes, capitostes y capataces es tal (y está tan descentralizado) que uno no sabe ya cómo aplicar las viejas definiciones.
          Ocurre lo mismo que con las retribuciones: si eso que cobran los ejecutivos (cualquiera que sea el extraño nombre que elijan para denominarlo) no son salarios sino parte de los beneficios, y además es una parte que cobran al margen de que haya beneficios, ¿qué demonios es eso?. Estadísticamente figura como salarios, pero ya sé que tú vas más allá. Lo que me pregunto es: ¿son realmente beneficios las ganancias de valor de las acciones que se deben a la mera especulación o a la manipulación de la contabilidad para simular mayores beneficios? ¿no es en el fondo una retribución al «trabajo» o al capital humano de esos señores, independientemente de cómo se calcule y de lo absurda que sea su relación con la productividad real?

          • Epicureo dice:

            En la superficie, es una retribución al trabajo o al capital humano o a lo que sea. En el fondo, no lo es, es una forma de repartir los beneficios entre los que forman parte de la élite, por herencia, contactos, o por la buena fama que consiguieron en algún momento.

            Hay que tener en cuenta una cosa: a nadie le pagan exactamente lo que vale su trabajo. Si te pagan algo razonablemente parecido, como a la mayoría, puedes llamarlo salario. Si te pagan muchísimo más, eso no es un salario, es parte del botín logrado explotando a los que están abajo.

            Por supuesto, es imposible calcular lo que vale el trabajo de nadie, ya que vivimos en una sociedad compleja con división del trabajo. Pero se pueden hacer suposiciones razonables. Si piensas «lo que gana este es una barbaridad para lo que hace» seguramente tienes razón.

            Lo que no sirve es decir que el «mercado» siempre tiene razón, ya que el mercado laboral de los grandes ejecutivos es el más imperfecto del mundo. Generalmente los accionistas no tienen ni idea de lo que hace falta para ser un buen gestor (nadie la tiene hoy en día), y su único criterio es buscar a alguien que dirija una empresa de la competencia y aparentemente le vaya bien. Por supuesto, para que se cambie de compañía lo que hay que hacer es dejar que se ponga un sueldo aún mayor que el que tenía antes.

            Debido a esto, los «salarios» de los directivos han subido como un cohete mientras que los salarios de todos los demás han bajado (lógicamente, el pastel no ha crecido tanto), exceptuando los de esos pocos trabajadores «insiders» tan odiados por los politikones, que han conseguido más o menos seguir cobrando igual. Por el momento.

            Sobre las ganancias derivadas de la contabilidad creativa y la especulación financiera, evidentemente son beneficios, pero puesto que los que los consiguen no han producido nada, requieren que otros pierdan una cantidad equivalente. Generalmente, los trabajadores veteranos que han conseguido ahorrar algo («insiders» para Politikon) y lo han invertido torpemente sin saber mucho o fiándose del consejo del banco.

        • Joshua dice:

          Gracias por el link, me vienen de perillas los datos que aparecen, y la infografía es deliciosa.
          También me grabo el artículo que recomienda José Jarauta (más faena).

  4. Daniel dice:

    Gracias, Rafael, por el link al informe Petras. Lo ignoraba.

  5. José Jarauta dice:

    Veo una omisión importante, el empleo a tiempo parcial.

    «Part-time Britain hits record high as unemployment falls
    Record numbers of Britons are being forced to work part-time as they cannot find full-time jobs, while the number of women out of work has soared to a 25-year high, official statistics showed on Wednesday.»

    Dr John Philpott, economist at the Chartered Institute of Personnel and Development, said: «A properly recovering jobs market is not characterised by a growing army of underemployed part-timers and pay rises still falling well short of price inflation.»

    Telegraph. Louisa Peacock, Jobs editor, 18 Apr 2012

    • Epicureo dice:

      Esto no es empleo a tiempo parcial, es desempleo a tiempo parcial, cuya mayor ventaja es que no entra en las estadísticas del paro.

      El empleo a tiempo parcial, o es voluntario y en condiciones dignas, o no es más que una forma de repartir la miseria.

  6. José Jarauta dice:

    Recomiendo el siguiente artículo, iIlustrativo sobre la próxima frontera en la dualidad.

    Reports from the Economic Front

    by Martin Hart-Landsberg.

    «Germany: A False Model».

    • Epicureo dice:

      Gracias, José. Aquí tengo el enlace para los que no quieran molestarse en buscar: http://blogs.lclark.edu/hart-landsberg/2012/02/15/germany-a-false-model/

      No es de extrañar que en Alemania tengan sólo un 6 % de paro; es que además tienen un 20 % de mini-jobs con salarios de 400 €. Y esto les permite además mantener el desequilibrio comercial que impide cualquier posibilidad de recuperación para los países periféricos, por muy austeros que seamos. Sencillamente, no es posible que todos los países sean exportadores netos; mientras Aemania lo sea, nosotros no podremos serlo.

      Es impagable la conclusión del artículo:

      In short, if we are going to meaningfully address our economic problems we need to begin looking critically at how capitalist accumulation dynamics actually work. Trying to emulate so-called success stories is not the way to go.

      (En resumen, si vamos a tratar nuestros problemas económicos de manera significativa necesitamos empezar a considerar críticamente cómo funciona de verdad la dinámica de la acumulación capitalista. Intentar imitar las denominadas «historias de éxito» no es el camino.)

      Me encantaría que alguno de los politikones comentara «in extenso» ese artículo.

  7. […] lo primero y principal es identificar aquellas causas del problema sobre las cuales podemos actuar. La dualidad, la brecha entre insiders y outsiders, está a la cabeza de esta lista, por supuesto. Los partidos […]

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