Internacional

La convención republicana: resultados en las encuestas

4 Sep, 2012 - - @egocrata

Es un poco temprano aún para estimar el efecto real de la convención republicana en la intención de voto. Como comenté hace unos días, hasta mediados de septiembre no veremos encuestas «limpias» sin el ruido de los dos grandes eventos de inicio de campaña. Esto no quiere decir, sin embargo, que no hayan algunas señales indicando que la cosa no acabó de salir del todo bien.

Como de costumbre, me remitiré primero a Nate Silver. Según su estimación de las primeras encuestas, Romney sacó de la convención entre dos y tres puntos porcentuales, una cifra históricamente bastante discreta. Las cifras, sin embargo, invitan a la cautela, ya que son bastante incompletas. Podemos decir con relativa seguridad que los republicanos no se han disparado diez o doce puntos en los sondeos (el objetivo de la campaña de Romney de cara a la galería), pero también sabemos con bastante seguridad que no ha sido el pequeño desastre de John Kerry el 2004.

El dato más preocupante tras la convención, y menos sujeto a ruido estadístico, es el hecho que los votantes parecen haber reaccionado con bien poco entusiasmo a lo que vieron la semana pasada. Dejando de lado el épico, inigualable discurso de Clint Eastwood (lo único que todo el mundo recuerda de la convención) los americanos no acabaron demasiado impresionados. Como señalaba Kevin Drum ayer, las convenciones republicanas llevan unos cuantos ciclos generando bien poco entusiasmo. El GOP lleva repitiendo exactamente las mismas vacuidades de forma incesante desde hace diez años (¡libertad, impuestos, déficit, familia, Jesucristo, América!); lo raro sería que alguien escuchará a Mr. republicano genérico Romney el jueves y descubriera    algo que no supiera ya.

¿Significa esto que Romney está perdido, Obama lo tiene ganado, etcétera? No, insisto. Queda mucha campaña. De momento una de las oportunidades que tenía el candidato republicano de aquí a noviembre de coger el micrófono y presentarse al mundo como algo nuevo, excitante, fresco o interesante se ha quedado en nada. Una oportunidad perdida, pero no es la última. Los demócratas pueden pifiarla horriblemente en la convención de un modo u otro (superar a Clint Eastwood será difícil, eso sí), o decir alguna tontería épica de aquí a noviembre. Romney, no lo olvidemos, es muy, muy bueno debatiendo, igual que Paul Ryan. Los cuatro debates van a ser cruciales. Y por supuesto, la economía sigue renqueante, y Rajoy está ahí, al acecho, a dos bobadas de distancia del botón de autodestrucción del euro y la economía mundial. Israel puede atacar Irán. Algo puede explotar en algún sitio. Siria es un jaleo.

De momento, al principio de la segunda parte, Obama sigue ganando por la mínima. Pero queda mucho, mucho partido.


Comments are closed.