amo al líder & Política

La corrupción no ayuda a nadie

22 Feb, 2012 - - @egocrata

Uno de los lugares comunes más extendidos en el análisis político es que los escándalos de corrupción perjudican al gobierno y ayudan a la oposición a ganar elecciones. Es algo que suena obvio: un ministro se pone las botas, los ciudadanos deciden que su partido no es digno de gobernar y buscan a la primera alternativa creíble que tengan a mano para echar a los ladrones del gobierno.

Bueno, pues resulta que como todos los tópicos, la historia no es tan simple. Según este estupendo paper del NBER (vía Wonkblog) los votantes penalizan al político que comete el crimen, pero no parece que esto se traduzca en un más votos para la oposición:

“We provide experimental evidence that information about copious corruption not only decreases incumbent support in local elections in Mexico, but also decreases voter turnout, challengers’ votes, and erodes voters’ identification with the party of the corrupt incumbent. Our results suggest that while flows of information are necessary, they may be insufficient to improve political accountability, since voters may respond to information by withdrawing from the political process. We conclude with a discussion of the institutional contexts that could allow increased access to information to promote government accountability…
If the exposure of rampant corruption leads voters to believe that voting will not benefit them (either because they lose trust in governments, or in their ability to respond to their constituents’ needs), then they will not bother to vote since the costs of casting a ballot would be bigger than the benefits.”

En otras palabras, cuando hay casos de corrupción los votantes no cambian su voto, sino que son más propensos a abstenerse.No sólamente eso:  el electorado de ambos partidos es más propenso de quedarse en casa, no sólo los que antes apoyaban el gobierno. Los votantes interpretan los caso de corrupción no como un problema del partido en el ejecutivo, sino como un problema de la clase política en general. La gente no se cabrea y actua, sino que se cabrea y envía el sistema en general a tomar viento.

La próxima vez que alguien se pregunte por qué el Partido Socialista pierde elecciones en Valencia una y otra vez sin que importe las burradas que haga el Partido Popular, aquí tenéis un buen motivo. La incapacidad total y absoluta del PSPV de presentar una alternativa creíble supongo que ayuda bastante, ciertamente, pero los casos de la corrupción parece que producen salida del sistema más que una reacción en contra de los gobernantes. Los votantes realmente no prestan demasiada atención a los políticos, y creen sinceramente que todos son iguales hasta que alguien no les demuestre lo contrario.


5 comentarios

  1. Undry dice:

    Pues en España a los votantes del PP la corrupción les gusta ya que en vez de perder votos, los ganan. Solo hay que ver Valencia o Castellón, por ejemplo, por no mencionar Galicia.

  2. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos La corrupción no ayuda a nadie politikon.es/materiasgrises/2012/02/22/la-corrupcion-no-a…  por Sigerico_Redivivo hace […]

  3. Ender dice:

    Antes de las pasadas elecciones autonómicas escribí una entrada al respecto, con enlace a un intento de explicación de la cosa del profersor Víctor Lapuente:

    http://www.comoquerais.blogspot.com/2011/05/votar-eficacia-y-votar-corrupcion.html

  4. Rorschach dice:

    Siempre Valencia y nada más que Valencia. Váyanse un poco más al sur, a la Región de Murcia. Comparen los resultados obtenidos en las tres últimas convocatorias autonómicas y se les irá su teoría por el desagüe. Hay que abrir un poco más el encuadre.

  5. Frost dice:

    El caso de Galicia es muy especial y desafía todos los estudios que he podido leer sobre el tema de la accountability. La corrupción está tan arraigada en la mentalidad gallega que incluso se muestra como un aval de la propia identidad. Recuerdo algunas elecciones locales hace ya cierto tiempo, en las que cierto candidato de mi ciudad (que ya había sido acusado, juzgado y condenado por apropiación indebida y tráfico de influencias) que presentaba como aval político «robar para el municipio, en lugar de robar para Madrid».
    Y ciertamente, los gallegos aprecian la proximidad de un político al que puedan contarle sus problemas y se los solucione rápidamente (aunque sea de forma ilegal), en vez de un apparatchik a las órdenes de Ferraz o de Génova.
    Por eso el PPG intenta mantener una identidad propia respecto del resto del PP, y fue la única nota de color en el último Congreso del PP. Supongo que con el tiempo se convertirán en una especie de CSU bávaro «a la española».

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