Tras una espera particularmente larga se ha despejado la incógnita: Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido elegido Secretario general del PSOE por apenas 22 votos de diferencia. Reconozco que el resultado final me ha sorprendido un poco: yo pensaba que Carme(n) Chacón era la mejor encarrilada para ganar el XXVIII Congreso. He perdido unas cuantas apuestas por su culpa pero creo que el PSOE ha elegido, vistas las alternativas, el menor de los males.

Sin embargo no me quiero meter ahora en esta zambra sino en un aspecto un poco más colateral. Mientras veía a un Rubalcaba dubitativo y a una Chacón estridente por el canal 24 horas (destruyan esa tertulia, por favor) me llamó la atención las menciones que hizo la candidata a cada una de las federaciones. A los socialistas valencianos, a las cuencas mineras astur-leonesas, a los delegados norte-africanos… En fin, a un montón de ramas regionales que podían ser decisivas a la hora de inclinar la balanza a su favor. Y que no lo hicieron.

Pues bien, como sabéis, el próximo 17 de este mes los populares tienen su propio Congreso Nacional, también en Sevilla. Es cierto que mi mucho menos va a estar tan entretenido como el del PSOE. Al fin y al cabo ni siquiera en 2008, en que casi descabalgan a Rajoy, logramos tener algo mínimamente competido. Sin embargo no he podido evitar pensar en los equilibrios organizativos- territoriales de ambos partidos. Si Esperanza Aguirre se hubiera atrevido a dar la batalla contra Rajoy ¿A quienes hubiera mencionado en su discurso? ¿Valencia? ¿Murcia? Vamos a verlo.

A continuación presento el porcentaje de delegados que escoge tanto PP como PSOE en cada una de las provincias para sus respectivos Congresos (excluyendo a Juventudes y demás asociados):

La mayoría de los delegados del Partido Popular se ubican, nada sorprendentemente, en sus principales feudos. Madrid, Alicante, Valencia y Murcia son las provincias más fuertes. A continuación llega la familia gallega; Pontevedra, A Coruña y Ourense. En el otro lado, las provincias que menos delegados envían son Vizcaya, Álava, Girona y Guipúzcoa. El PP vasco pesa poquito. Es más, Ceuta o Melilla mandan más representantes en términos relativos que cualquiera de las provincias vascas. (Nota: Navarra no envía porque antes allí estaba UPN. El PP Navarro este año enviará delegados)

En el caso del PSOE, la distribución de delegados por provincias no se solapa exactamente con  sus bastiones. La provincia que más delgados envía es Madrid, seguida de Barcelona, Sevilla, Valencia y Asturias. Como se ve, en algunas provincias gana y en otros ni de lejos. Los valores intermedios no siguen un patrón territorial demasiado claro. Entre las provincias que menos delegados envían están las ciudades autónomas y después las provincias de Ávila, Zamora, Segovia y Álava.

La mayor diferencia de delegados entre PP y PSOE está en sus feudos históricos, pero no exactamente en aquellas provincias donde el partido es más votado. Ourense, Alicante, Pontevedra, Murcia y A Coruña son las provincias que llevan más diferencia de delegados a favor del PP. La situación es la inversa en Barcelona, Sevilla, Asturias, Zaragoza y Badajoz, donde los socialistas envían mucho más delegados que los populares. Si se compara los ratios, la diferencia de delgados es mucho más acusada en el caso de los socialistas, como por ejemplo en Barcelona y Sevilla.

Pensad en todo caso que el número de delgados es una medida aproximada del peso de cada rama regional, cosa que puede ser decisiva a la hora de configurar los equilibrios internos de poder. También nos da una pista sobre la Ejecutiva del PSOE que está por presentarse. Y, por supuesto, esto  también nos sirve para entender el margen que tienen los partidos en el poder para llevar adelante sus políticas. Siempre hay equilibrios internos y favores debidos que uno tiene que mantener y que constriñen tu capacidad de acción. Y todos tenemos ejemplos en la cabeza.