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Evaluación a vuelapluma de la propuesta de reforma educativa

31 Ene, 2012 - - @jorgegalindo

Wert ha anunciado una reforma de la educación. De momento solo se conocen algunos ejes generales. La primera impresión es que resulta vaga y susceptible de ser de nuevo cambiada cuando haya relevo en el Gobierno (lo cual, ya lo sé, no pasará hasta dentro de muchos años). Vamos a intentar comentar los puntos más destacados a vuelapluma, a pesar de la generalidad del discurso de Wert, esperemos que nos permita marcar un poco las líneas de lo que el país podría necesitar.

1. Educación para la Ciudadanía se cambia por Educación Cívica y Constitucional

Se adivina ya solo por el nombre que es puro maquillaje. Lo más probable es que los contenidos en lo esencial cambien poco (actitudes democráticas, tolerancia, respeto a lo diferente, etcétera) en una asignatura que, de por sí, apenas tiene sentido. Intentar transmitir los valores fundamentales (que no el acervo de conocimientos más o menos validados científicamente) de manera compartimentada y reglada es como tratar de meter el mar en una cajita de cerillas: buena suerte con ello. En todo caso, es un asunto más bien irrelevante. Lo único que me preocupa ligeramente es eso de incluir «Constitucional» en el título: andar cambiando la Constitución cada dos por tres es tan malo como intentar autoconvencerse de que es bueno que ésta sea inmutable, como las Tablas Sagradas. Una Constitución es una forma básica de contrato social. Como tal, no es bueno que se sacralice: las sociedades cambian, y sus normas, si bien no flexibles, sí han de tener la capacidad de adaptación. Y los
ciudadanos saber que eso es bueno.

2. Bachillerato de tres años

La idea, ya adelantada en el programa del PP, vendría a ser la siguiente: pese a que la educación seguiría siendo obligatoria hasta los dieciséis años, un curso antes (en caso de no haber repetido, esto es, en tercero de la ESO) el alumno deberá elegir si desea continuar la ruta del Bachillerato, que esencialmente lleva casi siempre a la Universidad y en algunos casos a Ciclos Formativos superiores, o no. En el caso de «no», la verdad, la opción no está lo suficientemente explicada como para que pueda evaluarse seriamente. Una buena opción será establecer una doble vía para que desde más temprano el alumno pueda decidir si enfocarse hacia la carrera académica o hacia un perfil más técnico/profesional (Ciclos Formativos, primero Medio y después Superior), existiendo siempre puentes para poder pasar de uno a otro,  y a la vez garantizando que el alumno se queda en el sistema el mayor tiempo posible (
hasta los dieciocho al menos, con un Ciclo medio; es discutible el ampliar o no la edad obligatoria). Al final, lo que tenemos que hacer es atacar el abandono escolar y redirigir esta masa de capital humano desperdiciado hacia empleos técnicos profesionales mientras nos preocupamos de que las opciones queden abiertas para todos los alumnos, y que el decidir temprano garantice una formación más acorde con sus preferencias sin que suponga un condicionante que le lleve al fracaso laboral (los puentes y la garantía de que nadie se sale del sistema parecen, combinadas, las mejores opciones para evitar segregación).

3. Promesa de «educación bilingüe»

Bueno, cualquier cosa que vaya en esta dirección me va a parecer bien, más que nada porque es obvio que el capital humano patrio tiene un déficit grave en esta lengua. Pero esto es caro, bastante caro de hecho (nuevos profesores y/o formación y reciclaje de los actuales). Así que no sé cómo piensa financiarse. De hecho, el brindis al sol de «utilizaremos las nuevas tecnologías para el aprendizaje de inglés» que ha soltado el Ministro me suena más bien a «bueno, queremos educación bilingüe, pero tendremos humo de colores».

4. Estatuto Docente

Destinado a fijar la carrera profesional de los profesores. La verdad, intuyo que el mayor problema es que muchos de los que entran a dar clase (particularmente en Secundaria) no lo hacen como primera opción, ni por los incentivos económicos, sino más bien como segunda o tercera tras ser descartados (o autodescartarse) del resto de las salidas de la carrera estudiada. Wert no ha concretado en qué consistiría esta «carrera profesional», o si se va a incluir un «MIR para profesores» como se ha estado comentando últimamente. Pero hemos de tener claro que los objetivos de cualquier (re)profesionalización del sector han de incluir una mayor posibilidad de movilidad geográfica y combinar mejores incentivos con una selección más exigente del profesorado. En otras palabras: queremos que quienes enseñen a la siguiente generación sean los mejores, no aquellos que van a dar clase porque, por la razón que sea, en el resto de sus opciones no lograron triunfar (haciendo amigos, sí).

5. Autonomía y evaluación de los centros educativos

Wert también ha hablado de ofrecer una mayor autonomía a los centros educativos (algo que algunos han interpretado como una puerta de entrada al concierto educativo, aunque no tiene por qué ser así, y yo al menos espero que no sea así), así como de, a modo de contrapartida, establecer un sistema de evaluación externa de los resultados de los alumnos. Lo segundo me parece perfecto, poco que añadir, siempre y cuando tenga resultados reales: es una forma de accountability y de orientarse a resultados. Respecto a la mayor autonomía, la ventaja de este tipo de sistemas es que permite a los centros «experimentar» o diferenciarse, incluso en algunos casos especializarse (por ejemplo, algunos siendo particualrmente fuertes en artes, otros en Ciencias de la Salud… no es tan raro fuera de España, e incluso conozco algunos casos dentro). La contrapartida es la pérdida en la homogeneidad de los resultados. Pero precisamente para eso se establecen los sistemas de evaluación externa: para garantizar
que un mínimo acervo de conocimientos son transmitidos con la calidad necesaria.

6. Concluyendo: lo que falta

Esta lista incluye dos de los cuatro aspectos que me parecen fundamentales para reformar la educación en España: plantearse un sistema en el que atacar el fracaso escolar y garantizar que todos los alumnos acaben con una formación profesional adecuada, y definir un mejor sistema de selección del profesorado. Lo malo es que no se concreta lo suficiente, al menos de momento, cómo se desarrollarán. Además de esto, los otros dos temas básicos, a mi modo de ver, son la existencia de un sistema de educación infantil sólido y una reforma muy, muy (muy, pero muy) en profundidad de la Universidad española, que sí ha sido mencionada por el Ministro, pero nada más. En todo caso, me temo que eso queda para futuros (y pasados) artículos.


23 comentarios

  1. Basilio dice:

    La idea de establecer vías diferentes al final de la E.S.O. es la que más chirría. En mi instituto ya existía hace unos años un curso de cuarto de la E.S.O. de diversificación, precisamente con la idea de acoger a aquellos que no pensaban continuar con unos estudios de Bachillerato.
    Sin embargo, el problema lo veo más en la segregación y cómo diferenciar antes la educación puede hacer perdurar (o retroalimentar) problemas de desigualdad.

    Por otra parte, si tengo que ser positivo, me quedo con la idea de mayor autonomía para los centros y la evaluación de sus resultados. Incentivos y competencia entre centros para mejorar su actuación.

    A ver qué llega a mterializarse.

  2. Jorge Galindo dice:

    Basilio, chirría si el resto de sistema no acompaña. Por eso insisto tanto en que al final el objetivo de diversificar desde el principio es mantener al alumno lo máximo posible dentro del sistema, disminuyendo el fracaso escolar.

  3. Basilio dice:

    Mi pregunta es si una reducción del fracaso escolar conlleva la diversificación educativa con una vía seria y otra que sea «cascarón de huevo».
    Cada vez que he intentado aprender algo sobre políticas educativas siempre me he quedado en la primera lección: son muy complejas.

  4. Goseri dice:

    «En otras palabras: queremos que quienes enseñen a la siguiente generación sean los mejores, no aquellos que van a dar clase porque, por la razón que sea, en el resto de sus opciones no lograron triunfar (haciendo amigos, sí).»
    Respecto a esto estoy muy de acuerdo en que hay que intentar que los profesionales que se dedican a la enseñanza sean los mejores y que estén ahí por las motivaciones correctas. Pero no entiendo esa generalización de que acaban ahí algo así como los «losers» de otras opciones. ¿Qué datos manejas al respecto? En mi entorno, y tengo varios amigos/conocidos que se dedican a la enseñanza, se lanzaron a ello como primera opción, ya bien en la concertada o la pública. Ya fuese por vocación, oportunidad (típico de los concertados, donde si fuiste buen alumno o tienes un buen enchufe te llaman nada más acabar tu carrera para ser profesor en el mismo centro) o por la seguridad y en general buenas condiciones laborales que representa trabajar en la pública.

  5. STS9 dice:

    Para mi es básico lo de la educación bilingüe (o trilingüe en algunos casos). Cualquiera que haya estudiado/trabajado en el extranjero con un Erasmus o lo que sea habrá visto que el déficit en inglés que tenemos en España provoca que se formen guetos españoles nada deseables, sobretodo si se considera que las becas para estudiar en el extranjero deberían servir para beber cerveza rodeado de gente de todos los países en lugar de exclusivamente españoles.
    Yo sigo pensando que es muy complicado que se aprenda inglés sin hacer algo como lo que hay en los países nórdicos: poner películas y series en VOS. Probablemente generaría bastante rechazo al principio, sobretodo de gente mayor y ciertos medios clamando sobre la pérdida de la importancia del idioma español en el mundo, etc. Pero a mi me sigue asombrando preguntar por una calle en Suecia a una anciana de 80 años y que te responda en inglés. Aunque de hecho este tema daría para un post entero.

    Y siguiendo con los países nórdicos, recuerdo una conversación que tuve con un colega finlandés sobre su supestamente maravillo sistema educativo. Relacionado con lo del accountability mencionado en el punto 5, me comentó que allí era realmente complicado para un profesor el llegar a serlo, y que solamente los mejores lo conseguían después de una carrera bastante complicada y un periodo de pruebas evaluado al final por un tribunal de profesores experimentados. La verdad es que da que pensar.

  6. Pablo dice:

    Que se va a realizar una selección más exigente del profesorado, es posible. Ahora que, como esto no venga acompañado de una mejora sustancial en las retribuciones, me temo que va a conseguir exactamente lo contrario de lo que pretende. Es decir, ahuyentar a los candidatos más competentes por no ofertar una relación esfuerzo/resultado atractiva. Algo que, de hecho, se va a hacer extensible a todo el sector público desde ya mismo. Tiempo tendremos para arrepentirnos.

    Algunos colectivos, en España, están comenzando a perder la paciencia con quien constantemente les exige la mayor profesionalidad y cambio les recorta el sueldo y les elimina la posibilidad de desarrollar una carrera profesional digna de un país civilizado.

  7. Daniel S dice:

    A mi entender, una de las principales causas del fracaso del sistema escolar español es que la enseñanza secundaria se caracteriza por su carácter comprensivo, que considera una maldad intrínseca la separación de alumnos en este nivel. A tal fin se utiliza la palabra “segregar” para que se asocie esta idea poco menos que a situaciones de racismo social. Pero ésta es una visión, en mi opinión, profundamente equivocada: En Alemania, por ejemplo, hay tres tipos de centros diferentes para hacer secundaria, Hauptschule, Realschule y Gymnasium. (A tales mentes despistadas, recomiendo que consulten en Wikipedia el término Gymnasium para que constaten cómo los países europeos más avanzados tienen este sistema “segregador”.)
    Una paradoja: El estudiante de las clases sociales más bajas tenía su capacidad y su esfuerzo para promocionarse socialmente. En el sistema actual, ese estudiante ve cómo su capacidad queda sumergida en el escaso avance de conocimientos a través de la etapa y ve también cómo su esfuerzo vale poco más que el no-esfuerzo de otros. ¿No es una manera de castigar, desde la escuela pública, a las clases más bajas de nuestra sociedad?

  8. José Manuel dice:

    A mi juicio un problema capital (desde luego no el único) de la educación en España es el déficit pedagógico en el colectivo de los profesores de secundaria y de formación profesional, y también en la universidad. En el caso de la educación pública la única evaluación que se les hace a estos profesores es la oposición que les da acceso a la carrera docente. Una vez dentro, de ahí a la jubilación. Sería imprescindible valorar en que medida la (in)competencia de los docentes afecta a los resultados escolares de los alumnos y en definitiva a los datos de fracaso escolar. La evaluación de los centros educativos deberia empezar por la evaluación de la competencia de sus profesores. Habrá que esperar a las primeras promociones del Máster Universitario en Formación de Profesorado para ver si la superación del surrealista CAP está siendo efectiva.

    Coincido en que la Universidad requiere una profundíasima reforma que empieza a ser inaplazable y que sin embargo sigue siendo, al parecer, de lo que menos se habla cuando se trata el tema de la reforma educativa en España. El sistema de universidades en todas las provincias con cuantas más titulaciones mejor ha demostrado ser tan caro como ineficaz. Mencionas la posibilidad de que los centros de secundaria se especilicen y creo que esta especialización es más necesaria en la universidad: centros de referencia, innovadores y con un profesorado de alto nivel y garantías. Eso sí, con un sistema de becas eficaz para evitar que la lejanía de ese posible centro del lugar de residencia sea la razón de no poder cursar los estudios deseados.

    Respecto a que se sustituya la asignatura de Educación para la ciudadanía por considerarla «adoctrinadora» y que se mantenga la religión como asignatura evaluable, cuando la religíon es por definición doctrina, me parece simplemente de chiste.

    Y con lo de la educación bilingüe vamos a estar hasta el día del juicio final. Eso sí, la sentencia nos la tendrán que leer en español porque si no, no la entenderemos.

  9. Shine dice:

    Yo hablando de fracaso escolar siempre me he planteado hasta qué punto está influido por la estructura económica del país. Bien por abundancia de puestos o por condiciones económicas.

    Con una historia inventada: Pepe está en medio de sus estudios y tiene a su hermano Juan que tiene educación superior en una oficina ganando 1000 euros y frecuentemente está en paro. El tuercas, por llamarle algo, que abandonó el colegio y fue compañero de Pepe está ganando los 1000 euros en la obra, o en el bar y es el rey del mambo ¿Hasta que punto la visión hedonista de un adolescente le hace pensar que para ganar 1000 euros o similiar igual le conviene ahorrarse entre 5 y 10 años de estudio llevándose todo ese dinero al bolsillo? ¿Hasta qué punto estas situaciones provocan abandono escolar prematuro?

  10. Carlos dice:

    Una reforma educativa a aplicar en 7 meses. Y de calado. Aunque parezca pequeño (cambio de ESO/Bachiller) trae cola.

    Hay que cambiar una cantidad ingente de legislación. ¿Qué pasa con las asignaturas optativas?¿Cómo se va a modificar el plan de estudios?¿El plan de estudios de las diferentes vías del bachiller? La rotura de los ciclos provocará un cambio bestial en la estructura tanto de la ESO como de Bachiller.

    Eso sin contar con el auténtico desbarajuste de profesores que conlleva un cambio tan grande de asignaturas. Y ya qué decir si cambia los contenidos de las asignaturas, sin libros de texto para el siguiente curso.

    La LOGSE se aprobó en 1990, pero el cambio final no se produjo hasta varios años después (yo recuerdo como en el colegio, de un año a otro, los números de las filas cambiaron de 1-2-3-4-5-6-7-8 a 1-2-3-4-5-6-1-2, y nací en 1990). Con un proceso de aplicación paulatino. Además de su aplicación en centros concretos de carácter experimental para ver cómo funcionaba, una ampliación posterior y por fin la aplicación total.

    Pero ahora no, se pretende hacer en 7 meses. Como se nota que Wert no sabe de educación pero sí que es sociólogo y ha trabajado en el CIS. Sabe lo que le suena bien a los votantes, aunque destroce el sistema educativo en el proceso.

  11. Manuel dice:

    Esto suena a «chapuza del 15» y la de justicia (aborto incluido) igual…confiemos en la reforma laboral (que es la única que tengo esperanza que sirva para algo) …..

    «cuando haya relevo en el Gobierno (lo cual, ya lo sé, no pasará hasta dentro de muchos años). »

    Entre la recesión los impuestos y esta chapuza de reformas dudo que Rajoy acabe la legislatura, estamos en manos del peor gobierno de la historia de la democracia.

  12. Livia dice:

    Lo triste es que en el fondo todo es humo de colores.
    EpC totalmente de acuerdo, pura cosmética… ya lo era cuando protestaban.
    Bachillerato a tres años; el PSOE proponía algo similar sólo que sin cambiar la estructura; un 4º para ciencias, otro para letras, y otro para módulos (algo que en existía de facto, lo que no había, salvo para algunos alumnos, era un 4º de letras). No veo problema en que no coincida con la edad obligatoria porque el que llega con la edad a 1º de bachillerato/FP no va a dejar de estudiar entonces (sería rarísimo) y así quizá consigamos que titulen más e incluso que alguno llegue más lejos pero, por mi experiencia en las juntas de evaluación, 3º pasará a ser el año en el que más veces se diga “no le vamos a dejar sin título por tres, pobre” que ahora es 4º… pero en fin, si el objetivo es tener más títulos seguro que más salen, lo merezcan o no.
    Educación bilingüe; lo siento pero no me lo creo, aquí no se aprende inglés porque total “pa’qué si Botin no lo habla”; seguimos siendo tan borricos de considerarlo un plus en lugar de algo esencial. He trabajado en sitios donde los niños “salían” bilingües de verdad (sin hablar inglés más allá de esa materia) y la clave está en que se le dé la importancia que tiene. Suena a mágico mundo de colores, pero es una cuestión de “prestigio”
    Estatuto del profesor: podemos decir misa pero mientras se siga despidiendo profesores (nota autobiográfica: yo me caí en el recorte anterior) a la vez que se les llama vagos y, sobre todo, se siga considerando que las evaluaciones externas son para profesores pero no para alumnos no hay nada que hacer. Es un error garrafal que cuando se hace una externa se me juzgue a mí pero no a los alumnos, que cuando el alumno suspende la culpa sea mía, según sus padres, de sus padres, según los profesores, pero jamás del alumno… Y, lo siento en el alma, pero eso no lo ha hecho la LOGSE (que era un espanto sí). Y por otra parte el problema “salta” en secundaria, pero vienen mal de primaria; en materias como la mía (lengua) es (casi) subsanable pero en otras no (si vierais los programas de matemáticas de 1º y 2º alucinaríais pepinillos) y, aunque se nota cuando son adolescentes, el problema de fondo es lo poco que se les exigió de niños.
    Autonomía; miedo me da porque ya venían anunciando que le dan más potestad al director (a costa del claustro)… por motivos obvios eso va a dar muchos más problemas en la pública que en la privada/concertada

    En pocas palabras: la educación en este país se “arreglará” cuando cada uno se haga responsable de sus éxitos y fracasos tenga la edad que tenga; mientras la culpa sea de otro y se escuche a ciertos pedagogos que consideran que para enseñarles morfología tengo que entretenerlos no habrá nada que rascar

  13. Livia dice:

    Sabía que me dejaba algo en mi breve XD comentario. MIR o como se llame para profesores… la culpa es del profesor, que no está formado… en la privada/concertada (que generalmente tiene mejores resultados) me he cruzado con profesores que jamás entendí por qué se dedicaban a esto pero ¿en la pública? Aunque sólo sea porque para aprobar las oposiciones (y después para moverse a un sitio interesante) hay que llevar mil cursos, títulos de idiomas, dos licenciaturas a ser posible, et. al. decir que los profesores no están preparados (no digo que sea el caso del post, sino el mensaje que se lanza desde algunos sectores) demuestra un desconocimiento profundo de la educación ¿dos años de CAP lo van a arreglar? Ni de coña, los mejores se irán porque no compensa ni de lejos; el sueldo es una basura (al que no lo sepa, cobramos tan poco porque julio no se paga) y las vacaciones no compensan ni de lejos 9 meses con un mal grupo, aunque sólo sea uno (hasta la fecha sólo he tenido uno malo
    de verdad y sólo dos horas por semana, hace cinco años, y aún tengo pesadillas)

  14. polkillas dice:

    El señor Wert es un auténtico mago: pertenece a un partido que está denigrando sistemáticamente a los profesores de la escuela pública y a la vez pretende atraer a los mejores para ser profesores. No me salen las cuentas.
    Es cierto que el proceso de selección del profesorado público es mejorable, pero nunca se lee ninguna crítica al proceso de formación del profesorado de la concertada y privada, que es peor todavía. Cierto que el CAP era un chiste, pero a los funcionarios se nos exigía una oposición dura, mientras que en la privada no.
    Claro, que si lo que el ministro pretende es privatizar la enseñanza, va por el buen camino. Mi duda es si eso será bueno para el sistema educativo y, por extensión, para España. Bueno, no tengo dudas, sé que sería malo: cuando leo a Xavier Gisbert, director general del ministerio, hablar de marketing en la escuela pública, me pongo a temblar.

  15. José Luis dice:

    @Livia, ¿por qué asumes que tener dos licenciaturas garantiza que seas mejor profesor? Eso quizás sea ahora, que se valoran exclusivamente títulos y diplomas para obtener puntos a sumar a la oposición. Pero eso no significa ser mejor profesor en la realidad, tan sólo ser el mejor profesor según el criterio actual de acceso.

    Si se quiere hacer una reforma seria hay que cambiar el sistema de evaluación del profesorado desde el mismo momento del ingreso.

    ¿Acaso tener más títulos universitarios te garantiza tener capacidad didáctica? ¿Se valora la capacidad didáctica en algún momento?

    Un profesor es un canal de comunicación y, por disponer de más conocimientos no necesariamente se mejora el canal. Por poner un ejemplo, si hay que explicar cómo resolver sistemas de ecuaciones lineales y se tiene una titulación en matemáticas entonces seguramente tener una titulación adicional en -por ejemplo- filosofía no aporte ninguna ventaja respecto al objetivo concreto, que era que los alumnos comprendan qué es un sistema de ecuaciones y cómo se analiza y resuelve. En este escenario, un profesor con dos licenciaturas y un doctorado no es mejor profesor que otro con menos titulación pero que sí consigue que los alumnos aprendan.

    En resumen, creo que no se puede asumir que «un profesorado más preparado» sea lo mismo que «un profesorado con más títulos».

    Por otra parte, yo conozco mucha gente que estudió titulaciones con poca salida (por ejemplo biología) y que opositó para profesor de secundaria porque no encontraba otro trabajo. ¿Significa que estos profesores sean malos? No necesariamente, pero tampoco garantiza que sean buenos porque sean licenciados o doctores.

  16. Javier dice:

    Una reflexión que me despierta este apunte sobre el que creo que es el elemento más importante de la reforma: el Bach. de tres años.

    En principio valoras como algo positivo (a la espera de que se defina) el mantener el mayor tiempo posible «dentro del sistema» al alumno. Pero creo que esto puede ser negativo si le aplicamos la filosofía ESO (que creo que es lo que ocurrirá).

    Esto es, una persona de 15 años que no desea seguir estudiando no puede ponerse a trabajar porque no le dejan, así que decide hacerse un CFGM. En una España ideal terminaría su ciclo y saldría al mercado laboral perfectamente formado/a en poco tiempo, pero (dejando a un lado que en los CFGM la formación es pobre en el mejor de los casos y deficiente en la mayoría) lo más probable es que, puesto que realmente no tenía muy claro qué debía hacer y que sólo había decidido que estudiar no le gusta, el ciclo termine por convertirse en otra excusa más para seguir llevando la cómoda vida de estudiante a que estaba acostumbrado, y lo que es un breve e intensivo ciclo formativo termine por convertirse en un largo viacrucis, pasando de un ciclo a otro (previo suspenso) empezando muchos y no terminando ninguno hasta que, ya con 22 o 23 años, desembarce mal formado en el mercado laboral.

    Esto, que suena a paranoia, es algo que ya está ocurriendo (recomiendo informarse sobre el grado de éxito académico de cualquier EASD o instituto de FP) lo único que la obligatoriedad de la FP será hacer obligatoria esta situación.

    Antes quienes no querían estudiar, después de sufrir la obligatoriedad hasta los 16 años se ponían a trabajar. Sin graduado, sí, pero al menos en el mercado laboral. Ahora probablemente se motivará a los alumnos, obligándolos a entrar en el circuito FP (algo que hasta ahora era no obligatorio) a mantenerse más tiempo como «elementos perdidos» dentro del sistema en lugar de abandonarlo cuanto antes.

    Esto es, conseguimos que la gente se mantenga el mayor tiempo posible dentro del sistema, sí, pero como hasta ahora: encadenando suspensos y sin llegar a obtener ninguna titulación (en definitiva sin estudiar, que es de lo que va el sistema).

    En definitiva, no sólo no se toca la obligatoriedad sino que se amplía (de ESO a FP) lo cual es simplemente desastroso. Y una teoría no demostrada (una intuición que tengo): ¿está Rajoy allanando el camino para una futura extensión de la obligatoriedad hasta los 18, como ya ha «sugerido» el Europarl?

    Esto de que hablo quizá a mí me parezca demasiado evidente y no lo sea tanto para la mayoría, pero hay que intentar ver esta reforma con perspectiva ESO.

    A todo esto creo que os dejo una parrafada… so sorry.

    Un saludo.

  17. Frost dice:

    @Daniel S #7: No estoy de acuerdo con lo que dices. En la teoría, el sistema alemán está pensado para que cualquiera tenga posibilidades de llegar más tarde o más temprano a la educación superior, o a la formación profesional que desee. Hay múltiples circuitos intermedios que permiten pasar de un tipo de escuela a otra y de éstas hacia la formación profesional técnica y/o la educación superior. Todo fenomenal.

    No obstante, la práctica es otra. En Alemania se ha creado una «casta», a los cuales llaman «Lernbehinderte» (que se puede traducir por algo así como «discapacitados educativos»). Estos niños, que proceden de la Realschule, encuentran graves trabas sociales y para incorporarse al mercado laboral, incluso aunque posean educación superior. Tengo varios amigos en Alemania que me han constatado esto, y concretamente, puedo atestiguar el trauma de una amiga que, a pesar de poseer la carrera de Enfermería, no tuvo más remedio que buscar una formación profesional diferente para poder trabajar de administrativa (con un sueldo y condiciones muy inferiores) porque ningún hospital estaba dispuesto a contratar una enfermera que hubiera estudiado previamente en una Realschule.

    Otro dato de interés: un alumno que suspenda dos cursos seguidos en Alemania es calificado como «Lernbehinderte» y obligado a estudiar en una Realschule con «atención especializada». Con este criterio, en España, el 80% de los alumnos entrarían dentro de este saco…

    Yo no digo que el sistema alemán no sea bueno. Todo lo contrario: si se ha mantenido en pie durante los últimos treinta años, eso da prueba de su solidez. Y el planteamiento de la interconectividad entre diferentes tipos de escuelas favorece la salida en el mercado laboral… De no ser por las barreras de entrada subjetivas que se crean. No todo es maravilloso y multicolor en el país germano.

  18. Livia dice:

    @José Luis. No he dicho eso, hablaba de que hay que ponerle bastante más «interés» que en otros campos… tengas interés o no… de todas formas prolongar el CAP a dos años es mucho menos que sacarse una segunda licenciatura se mire por donde se mire (sea «útil» o no para lo que enseño… no te imaginas lo útil que es saber CUALQUIER cosa en un aula), por otra parte ¿cómo se mide la «capacidad didáctica»? ¿por el número de suspensos? vaya, soy estupenda pero tengo una panda de vagos delante… ¿por una prueba externa? vaya, están evaluando a mi profesor pero a mí esto no me sirve así que se va a a preparar el examen Rita… (esto se ve en las CDI todos los años)
    Si los títulos se usan así es porque es la única «prueba objetiva» de formación que tenemos, todo lo demás será subjetivo.

  19. JCAbal dice:

    @Livia,

    Desde mi punto de vista, tener una buena formación ayuda a ser un buen profesor, pero no es suficiente.
    Por otro lado, las oposiciones no deberían convertirse en una especie de «carta blanca». Es necesario que se evalue el rendimiento del profesor. Hay distintas formas de hacerlo (http://www.fedeablogs.net/economia/?p=18044).
    En el instituto tuve profesores muy buenos y otros a los que se les debería prohibir acercarse a un aula. La idea es evitar que estos últimos sigan «dando clase».

  20. José Luis dice:

    @Livia, efectivamente tienes razón cuando dices que <>.

    Eso es cierto, pero esos títulos sólo son una prueba objetiva de la formación, no de la calidad de la formación impartida por el profesor.

    Es difícil definir un conjunto de indicadores que permitan saber si un profesor es «bueno» porque el propio concepto de profesor «bueno» es difícil de definir. ¿Acaso un profesor que aprueba a todos los alumnos es bueno? ¿Y uno que suspende a todos es malo? ¿Y al revés?

    Lo que habría que hacer es definir un conjunto de indicadores para medir distintos aspectos que, todos agrupados, nos den una idea de la calidad de la formación impartida por el profesor.

    Tiene que ser un conjunto de indicadores porque limitarnos a uno, por ejemplo el número de aprobados, es sumamente injusto y alejado de la realidad. El profesor Juan Díez Medrano desarrolla esta idea mucho mejor que yo en el libro «Métodos de análisis causal».

    Se me ocurren ejemplos de indicadores -si bien esta labor requeriría un estudio muy detallado- como son:

    – Desviación del número de aprobados del profesor respecto a la media. Habría que definir periodo y ámbito de cálculo, por ejemplo dos años y comparar con los centros de enseñanza que estén en la misma provincia y en barrios con igual precio por metro cuadrado.

    – Valoración del profesor por parte de los padres. Habría que definir claramente qué y cómo se pregunta.

    – Valoración del profesor por parte de un comité evaluador ajeno al centro de enseñanza. Habría que definir claramente qué aspectos se valoran y cómo.

    Además se podría añadir a la media del profesor una parte proporcional de la medida que se realizase al centro de enseñanza como un todo, ya que del mismo modo que nos interesa saber cuáles son los profesores «buenos» también nos interesa saber cuáles son los centros de enseñanza «buenos».

    Recomiendo consultar los trabajos de Amando de Miguel y Juan Díez Medrano sobre cómo se realizan mediciones en las ciencias sociales. Sí, se pueden realizar mediciones en aspectos no relacionados con la fabricación industrial 😉

    Un artículo interesante es http://mail.udgvirtual.udg.mx/biblioteca/bitstream/123456789/2136/1/Construccion+de+Indicadores+sociales.pdf

  21. Javier dice:

    Es muy interesante el tema que habéis sacado de control al profesorado, sobre todo los indicadores que menciona José Luis, aunque yo propondría dos que no se han propuesto (no conozco ningún «agente educativo» que los defienda):

    – Examenes estandarizados:

    Debería haber dos procesos de evaluación (uno por cuatrimestre) para *todas* las asignaturas y que tuviesen el mismo formato en toda España (y ya flipándome, pediría que fuera en toda la UE). Los examenes serían firmados numéricamente, repartidos aleatoriamente por todos los centros de España (o la UE) y corregidos por departamento correspondiente. Así se separaría el proceso de enseñanza del de evaluación (a todas luces es un error que la misma persona se ocupe de ambos tramos). Esto es importante sobre todo para las enseñanzas post-obligatorias, que es donde el problema se hace más agudo.

    Con esto nos quitaríamos por ejemplo de docentes que no dan clase (tendrían que dar explicaciones cuando su departamento enviase a la Consejería decenas de suspensos una vez sí y otra también). Esto actualmente no se puede controlar porque el docente puede no estar preparado o directamente no dar clase, pero solucionando con un trabajo/examen de última hora que puntúe por todo el curso, poniendo las notas aleatoriamente, etc. (es decir, si las notas las pusiese otro docente que no conoce a los alumnos de nada, estas triquiñuelas desaparecerían del tablero).

    – Control *estricto* de asistencia y absentismo laboral.

    He estudiado en una EASD y uno de los principales (si no el principal) problema para los alumnos era el absentismo laboral del profesorado. Por no hablar de la injusticia laboral que supone para los profesionales que sí acuden a su puesto de trabajo puntualmente (o no lo abandonan constantemente para tomar café/echarse un pito/hacer recados) y cobran lo mismo que los absentistas.

    En todos los centros donde he estudiado (un IES y una EASD) el método de ficha era una hoja de papel y un boli bic. En mi opinión la instalación de un fichero electrónico y el control de horarios (y «ping» del personal docente a x horas fijadas en el horario escolar) y el control de estos datos por la Consejería de forma telemática permitiría sancionar (o directamente despedir) a los absentistas reincidentes que son un grave problema para el rendimiento educativo.

    Son dos graves problemas (absentismo y ausencia de evaluaciones externas) que preocupan mucho a los estudiantes, aunque casualmente nadie los ponga nunca sobre la mesa (si entrase en el tema desconexión sindicato-estudiantes ya sí que os dejaría un auténtico testamento).

    Perdón una vez más por la parrafada.

  22. Daniel S dice:

    @Frost. En la brevedad del marco de estos comentarios no se puede matizar de entrada. Estarás de acuerdo en que el sistema español necesita diferenciar entre las diversas actitudes de los alumnos y seguramente también (pero no lo primero) entre sus aptitudes. Tú que conoces bien el sistema alemán afirmas que “hay múltiples circuitos intermedios que permiten pasar de un tipo de escuela a otra y de éstas hacia la formación profesional técnica y/o la educación superior”. Es la prueba de que no establece una selección irreversible. El problema de tu amiga enfermera puede solventarse como se hace ya aquí: para extraer la media del expediente del expediente de Bachillerato sólo se tiene en cuenta la nota con la que aprobó la materia y no si lo hizo al segundo o al tercer intento.
    Insisto: Será difícil encontrar un sistema de enseñanza secundaria con aulas tan diversas de niveles y actitudes como el nuestro y, en consecuencia, tan dispersador del esfuerzo, tanto del alumno como del profesor. Lo que no implica que todos los otros sistemas no sean mejorables.
    Creo que estamos más de acuerdo de lo que parece.

  23. Livia dice:

    Estoy de acuerdo con Javier en lo de los exámenes externos como método de evaluación y por ahí iba: para evaluar el sistema no es a mí a quien se debe examinar sino a ellos (a mí se me examinaría de forma indirecta), pero no como ahora, sino de forma que les cuente para su expediente (no una vez por curso pero ¿por qué no una vez por ciclo o al final de cada etapa?) si mis alumnos cambian y la cagan reiteradamente curso tras curso la mirada debe dirigirse a mí, a mi departamento, a mi centro y a mi barrio para ver qué es lo que falla. No hay más que ver que es la selectividad lo que ha hecho que los 2º de bach sean el curso más homogéneo (sin serlo en exceso)
    ¿Se puede medir la labor docente? sí, pero no veo cómo hacerlo de forma directa sino a través de los resultados «reales» que tengan ellos, y sólo serán «reales» si se les tienen en cuenta.
    Lo triste de todo esto es que por el miedo a dejarnos media generación por el camino (el que no trabaja no pasa sería un cambio mucho más radical de lo que nadie imagina) nos estamos dejando generaciones enteras a medio camino…

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