Economía & Pollo Financiero Global

Reguladores, sistemas financieros y ofuscación entusiasta

30 Ene, 2012 - - @egocrata

Cives escribía ayer un artículo estupendo sobre los límites de la regulación financiera, y como intentar limitar la complejidad del sistema puede que sea contraproducente. Su idea principal es que mi idea que la regulación financiera tiene que ser simple y contundente (garrula, en términos más precisos) tiene mucho de quimera, ya que primero no tenemos bases empíricas suficientes como para decir si eso bastaría para limitar crisis, y segundo es muy probable que acabara por reducir el crecimiento económico.

No puedo decir que no tenga razón; es más, es probable que la tenga. Las crisis financieras monumentales son relativamente inusuales, así que atribuir el origen del jolgorio del 2008 a la complejidad excesiva del sistema puede que sea prematuro. Y es obvio (y es algo que siempre olvido) que sin un sistema financiero desarrollado no hay crecimiento económico. Mi preferencia por los sistemas regulatorios simples, sin embargo, no vienen tanto del lado de la eficiencia económica de estos, sino del hecho que son mucho más manejables para todos los implicados, especialmente los reguladores.

No nos engañemos: los políticos son gente bastante limitada. Son tipos que se pasan la vida a tortas con sus compañeros de partido, ganan elecciones después de años de luchas ideológicas, y cuando llegan al gobierno es bastante probable que no hayan abierto un libro de economía desde hace 20 años. Por mucho que les rodeemos de funcionarios competentes, un tipo que es nombrado consejero de la SEC, FIC o algún regulador de mercados europeo andará bastante perdido. Su agencia, además, será casi inevitablemente un cementerio de causas perdidas; todo funcionario medio brillante será reclutado con entusiasmo por todos los banqueros a los que está regulando, perdiendo el mejor personal. Por muy buenas intenciones que tenga, es muy complicado que realmente entienda qué está sucediendo en los mercados y qué están haciendo los bancos.

Las entidades financieras, por añadido, tienen todos los incentivos del mundo para parecer tan inofensivas como sea posible. Como señalaba Kantor en los comentarios, el principal objetivo de los banqueros, aparte de ganar cantidades obscenas de dinero, es convencer a los reguladores que nada puede salir mal. Todo es super seguro, AAA y maravillosamente bien controlado; el departamento de relaciones gubernamentales de un banco vive para hacer que la entidad parezca indestructible. Los banqueros quieren parecer tan aburridos como sea posible, y se meterán en cualquier rincón que la estructura regulatoria les deje para fingir estabilidad zen.

Al diseñar un sistema regulatorio para los mercados financieros no creo que debamos pensar (sólo) en eficiencia económica. Una parte importante de la legislación debe partir de la idea que estamos gobernados por inútiles congénitos, y que por tanto el sistema tiene que ser tan a prueba de reguladores oligofrénicos como sea posible. Kantor tiene toda la razón del mundo cuando dice que una de las fuentes de la crisis es que los bancos abusaron de los productos aburridos (sin riesgo). Más concretamente, abusaron de crear productos que parecían completamente inofensivos de cara a los reguladores, pero que a la práctica era increíblemente vulnerables.

Un legislación financiera garrula, por tanto, tiene que tener un cierto componente de evitar que los bancos hagan cosas increíblemente estúpidas (un CDO compuesto por CDS sobre CDOs de hipotecas basura. Genial), así como limitar la cantidad de burradas que pueden hacer con dinero ajeno. Pero por encima de esto, tiene que ser clara, forzando a todos los actores a hacer explícito el riesgo que están adoptando. Esto significa que si alguien vende derivadas, tiene que hacerlo en un mercado público, abierto y con precios comparables, no en una transacción individual.

El mercado de valores, la bolsa, es increíblemente volátil, pero muy, muy transparente. Tiene sus burbujas, sus caídas y sus excentricidades, pero tiene índices centralizados, millones de actores y una delimitación clara sobre qué está sucediendo en ella. La idea es hacer que el sistema financiero en general sea más parecido a la renta variable – riesgos explícitos, reglas claras, y nada de ofuscación trapera para ocultar que estás vendiendo basura.

¿Es esto una defensa de lo obvio y la paz en el mundo? Sí, un poco. Pero a menudo los economistas se olvidan que los tipos que implementan las leyes ahí fuera son un tanto limitadillos, y que los banqueros que intentan esquivarlas a menudo tampoco saben demasiado qué están haciendo. Forzar a todo el mundo a hablar lo más claro posible, reduciendo las transacciones a lo básico, creo que es deseable.

Y sí, eso probablemente reducirá los ingresos de la banca y el sistema financiero. Razón de más.


15 comentarios

  1. Zhurrer dice:

    Hacía tiempo que no estaba tan en desacuerdo con un artículo tuyo Roger.

    Tu caracterización del funcionariado de alto nível como gente mediocre me parece bastante desacertada y falta de conocimiento de causa.

    Aquí me remito a lo que afirmó el propio JFV en NeG. La inmensa mayoría de los funcionarios de alto rango son bastante más brillantes y eficaces que sus homólogos en el sector privado.

    Sobre los políticos, otro tanto de lo mismo. No es lo mismo un ministerio de Interior que un ministerio Hacienda o Economía. Mientras que en los primeros se suelen emplazar a personajes con un fuerte perfil político, en los segundos vemos de forma mucho más frecuente a «tecnócratas».

    Si bajamos a las Secretarías de Estado, la cosa se acentúa. Vergara o Campa pueden ser cualquier cosa menos gente poco brillante.

  2. Kantor dice:

    » La inmensa mayoría de los funcionarios de alto rango son bastante más brillantes y eficaces que sus homólogos en el sector privado»

    En España. Y lo más divertido es que JFV lo contaba sin más! Como si no fuese un problema, y encima el reflejo de los demás problemas.

    Las instituciones públicas en general son organizaciones que acumulan una barbarídad de capital humano, sin un objetivo claro. Cuando el objetivo está claro (detener delincuentes, producir electricidad [como EDF]), la cosa más o menos funciona.

    Pero como no esté MUY claro el objetivo, las instituciones públicas son un pollo sin cabeza. ¿Tu crees que en el Ministerio de Economía o en el de Industria tienen una idea clara de cual es su trabajo? Yo creo que los que no se pasan en dia en el Corte Inglés, se pasan el dia perplejos.

    En un régimen de mercado las instituciones privadas si tienen sus objetivos más claros, pero incluso eso merece una fuerta cualificación: una compañia que produce lavadoras tiene formas sencillas de medir el éxito (Ingresos-Costes-Provisiones para lavadoras que se estropean en garantia).

    Un banco, que vende contratos a diez años, puede tirarse cinco sin saber lo que está haciendo.

  3. Kantor dice:

    «Pero por encima de esto, tiene que ser clara, forzando a todos los actores a hacer explícito el riesgo que están adoptando»

    Pufff. Si solo estuviese bien definido que es el riesgo, la tarea solo sería imposible, pero al menos estaría bien definida.

    ¿Que riesgo? Al final toda la crisis (y la ventaja es que lo sabemos porque en España se hacia banca muy aburrida, sin CDOs, pero con el mismo subyacente que los CDOs) se basó en hacer hipótesis empiricamente sólidas sobre el precio de la vivienda: que como llavaba una barbaridad de años subiendo, seguiría subiendo. Vamos, que la CAM era una rendida seguidora de la filosofia de Hume.

    «Esto significa que si alguien vende derivadas, tiene que hacerlo en un mercado público, abierto y con precios comparables, no en una transacción individual»

    Da lo mismo. El problema eran los precios «publicos, abiertos y comparables». Las tasadoras ahora se han llevado una pila de ostias, pero en buena parte tasaban a precio de mercado. ¿De que mercado? Del de la burbuja, claro, que es el que había.

    «La idea es hacer que el sistema financiero en general sea más parecido a la renta variable – riesgos explícitos, reglas claras, y nada de ofuscación trapera para ocultar que estás vendiendo basura»

    Eso si. Lo bueno de la renta variable es que el que pierde, pierde. Que nadie tiene pasivos garantizados sobre activos volátiles. Es cierto que la banca es pura ofuscación contable, pero no es porque falsee precios, sino porque buena parte de los instrumentos que forman su pasivo no reaccionan a lo que pasa en su activo, así que empiezan reflejando fielmente el mercado, pero cuando el mercado cambia…

    En general, necesitamos más contratos contingentes, lo que exige más atención del ahorrador y menos instituciones que ofusquen riesgos.

  4. Bidatzi dice:

    I love you Kantor. I just do 🙂

  5. Kantor dice:

    Yo en general tambien me quiero, pero solo en general. A veces acabo me resulto muy irritante.

    Demasiados problemas de atención, y en los dos sentidos: demasiada y demasiado poca.

  6. Dídac dice:

    No veo en los comentarios ninguna oposición a la idea de que mayor regulación – y por tanto mayor claridad e información – es deseable. Mayor regulación también contribuiría a controlar el apalancamiento. Al mismo tiempo facilitaría la valoración de riesgos. Y, quizás, un mercado más claro y abierto sería también más líquido.

    Es esto correcto? (Espero los cons)

  7. Kantor dice:

    «No veo en los comentarios ninguna oposición a la idea de que mayor regulación»

    «Mayor regulación» no significa nada, y por eso yo estoy en contra. ¿Que regulación? es la cuestión.

    El sector financiero es el más regulado de la economía, y está presidido por el monopolio del Banco Central.

    Para mi le sobra y le falta regulación. Y además no hay un neto, porque la regulación que le sobra y la que le falta son peras y manzanas y no se pueden sumar ni restar.

  8. Creu dice:

    Con el ultimo comentario has dado en el clavo, no se trata de que haya muchas leyes, si no de que estén diseñadas con un propósito claro y se ajusten a el. También tendríamos que definir el propósito…
    Por otro lado también es una cuestión de «jueces y policías», por que sin alguien que vigile los comportamientos y castigue a los que incumplan, mas ley es solo mas papel mojado.

  9. Dídac dice:

    Totalmente de acuerdo, me he explicado mal. Con más regulación me refería al concepto que defiende Roger de que toda transacción financiera debiera realizarse a través de un mercado centralizado y transparente. (En el cual se podría regular más facilmente).

  10. Kantor dice:

    «al concepto que defiende Roger de que toda transacción financiera debiera realizarse a través de un mercado centralizado y transparente»

    Pues que no se que sería de mi hipoteca en un mercado así. Uno no puede decir «toda transacción financiera debiera realizarse a través de un mercado centralizado y transparente» y pensar que es decir algo.

    Hay montones de operaciones minoristas que necesariamente deben intermediarse, y que son lo que más ha fallado en esta crisis y un sistema basado en mercados (que es precisamente el «originar para distribuir») no es mejor para esas operaciones (va contra las lecciones de los últimos años).

    Estas cosas son muy difíciles, con mucho lo más dificil de la economía, y solo decir cosas que de verdad tengan sentido y no las pueda arbitrar un trader de 22 años o se carguen la mitad de la intermediación financiera es muy dificil. Acertar es la hostia.

    Sin embargo es verdad que hay algunas cosas que pueden mejorar la situación. Entre ellas educar al público para pedir productios sencillos, y preguntarse siempre «de donde viene el flujo de caja» en vez de «cuanto valdrá esto la semana que viene».

    Pero convertir estos principios en reglas regulatorias… yo al menos aun no se.

  11. Dídac dice:

    Ok, acepto el rapapolvo. Obviamente no sé nada de economía, pero intento aprender con vosotros.

  12. Kantor dice:

    Para nada es un rapapolvo. La pregunta es legitima y bien planteada. Pero la respuesta, en mi opinión se esta construyendo.

  13. Zhurrer dice:

    @Kantor

    «En España. Y lo más divertido es que JFV lo contaba sin más! Como si no fuese un problema, y encima el reflejo de los demás problemas.»

    Y en Bruselas hombre, y en Bruselas. Gente excelentemente preparada y muy brillante. Y con las ideas muy claras de que hay que hacer y que no.

  14. Manuel dice:

    Recopilando la información de este post y el anterior de Cives (y sin terminar de entenderlo todo) me arriesgo a decir que la conclusión es que si queremos el «sistema óptimo» implica riesgos y nadie se va a conformar con el «sistema seguro» porque es peor, con lo cual lo único que cabe esperar es que el ciudadano de «a pie» haya aprendido algo de todo esto y sepa medir su propio riesgo en las futuras crisis…

  15. Maese Alcofribas dice:

    He oído la última parte de la tertulia politikonera (es curioso, constato que lo atractiva que me resulta una personalidad correlaciona negativa e intensamente con lo atractiva que me resulta su voz), sobre la banca (de nuevo mi felicitación para Ramón por su claridad expositiva). Y estoy preocupado; resulta que cuando más aprendo sobre el tema, más me reafirmo en mi indignación perrofláutica. Por supuesto, cabe la posibilidad de que no aprenda, sino que crea aprender dirigido por mis dogmas que buscan, sin pausa ni tregua, confirmarse. También cabe la posibilidad de que no sea así.

    También es curioso que las tres veces que visto a Kantor, en principio ogro neoliberal devorador de izquierdosos auténticos, proponer cosas concretas (esta última por boca de Ramón en la tertulia), dichas propuestas me resultan (a falta de mayor profundización) enormemente razonables. Incluso Epicureo, que ha tenido muchas discrepancias con él, respondió a dos de ellas con la expresión “me encanta”. Algo no cuadra en la contraposición “ortodoxia racional – perroflautismo mágico”.

    La exposición de Ramón venía a explicar los diferentes mecanismos que se han puesto en práctica para recapitalizar la banca. Más allá de las diferencias en detalle entre ellos, para mí como ciudadano la categorización que me interesa es la que define quien se come el marrón: el sector publico (ya sea mediante banco malo, nacionalización, securitización, etc) o los propios bancos. En la tertulia, tras la intervención de Ramón, se expresó ese meme estrella de que “hay que hacer lo que sea bueno, no lo que sea populista”. Lo “bueno” es salvar al sector como sea, esto es, con dinero público. Lo “populista” es decir “es indignante tener que pagar con dinero público los desmanes y/o incompetencia de la banca”

    Quedo perplejo. Dejando a un lado el concepto “indignación”, me deja perplejo que personas que defienden modelos racionales basados en incentivos critiquen posturas
    que reclaman acabar con un sistema de incentivos radicalmente (de raíz) equivocado. Si esto se arregla con dinero público, se refuerza la conducta de los bancos quebrados. Así de sencillo. Ponerle parches a un sistema de incentivos podrido de raíz nos volverá a llevar al desastre más pronto que tarde. La “solución interna” ES la única salida acorde con un sistema de incentivos coherente y por tanto sólido. Y si aplicarlo ahora, en medio del caos, conlleva grandes peligros, pues habrá que tragar con lo que venga. Cualquier otra solución no acaba con la raíz podrida

    Estoy siendo extremista. Acepto que lo público cargue con el marrón, pero sólo a cambio de mano dura. La mano dura funciona, vaya que sí. Esa recapitalización record de los bancos USA en 2009, jaaaaaaarrrlll

    Quedo perplejo al ver que se defiende un sistema que se pasa años ocultando sus agujeros, mirando para otro lado a ver si escampa mientras tanto. Quedo perplejo al ver que un banco, cuatro años después, utilice dividendos para tapar agujeros. Un ignorante económico pero con sentido de la responsabilidad es lo primero que habría hecho. Y si eso le lleva a una situación peor, debido a la idiosincrasia del sistema, es que el sistema está podrido de base en el establecimiento de incentivos. El caerá ahora, los demás caerán después

    Y por último, no tanto una crítica sino una llamada de atención sobre esta frase de Kantor: “Entre ellas educar al público para pedir productos sencillos, y preguntarse siempre “de donde viene el flujo de caja” en vez de “cuanto valdrá esto la semana que viene”. Ya me he extendido demasiado, pero esta frase (cuyo razonamiento entiendo y comparto) es como el reconocimiento implícito de un fracaso. ¿Por qué no cambiar “público” por “banqueros” y “pedir” por “ofrecer”? ¿Por qué esa resistencia a cambiar un sistema de incentivos perverso?

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