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Primary Colors (XXXIX): balada triste de Carolina del Sur

22 Ene, 2012 - - @egocrata

Ayer en Estados Unidos dos grupos de gente muy distinta se llevaron una gran alegría. Por un lado, Newt Gingrich, flamante ganador de unas primarias que hace quince días parecían imposibles, disfrutaba de la victoria en Carolina del Sur. Unos cuantos cientos de kilómetros al norte, el equipo de campaña de Barack Obama celebraba con parecido entusiasmo la victoria del ex-líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, incrédulos ante su suerte.

Mientras tantos, no lejos de la Casa Blanca, los grandes popes del establishment republicano se daban de cabezazos contra la pared, desesperados que un tipo tan megalómano, inmoral y desagradable como Newt Gingrich se estaba cargando las primarias del partido.

Por partes, volvamos a Carolina del Sur y de dónde viene esta victoria electoral de Gingrich. Hace apenas unos días, Mitt Romney celebraba su victoria en New Hampshire. Llegaba de empatar ganar perder Iowa por un puñado de votos (algo que no sabíamos entonces – Santorum de hecho le ganó por 80 votos escasos), y parecía el candidato inevitable. Las encuestas le sonreían en Carolina del Sur, los sondeos a nivel nacional le daban un 40% o más del voto, era el único de los entonces seis candidatos supervivientes que parecía poder competir con Obama. Muchos expertos de estar por casa, servidor incluído (no doy para más), decían que iba a ganar Carolina del Sur y Florida, y que eso le bastaría para forzar la salida del resto de perdedores y ganar la nominación.

Bueno, no tan rápido. Los últimos días de campaña en New Hampshire, si recordáis, Newt Gingrich empezó a atacar a Romney con una estrategia bastante curiosa. En vez de las habituales insinuaciones que el ex-gobernador de Massachusetts es un cripto-moderado, lo que hizo Newt fue lanzarse contra él desde la izquierda, criticando furiosamente su pasado mega-capitalista come-empresas en Bain Capital. Las élites del partido (y Fox News en bloque) se horrorizaron ante la deriva hacia el socialismo de Gingrich. La cosa no pareció funcionar demasiado bien en Nueva Inglaterra, pero las encuestas dieron algunas señales curiosas. Para empezar, los números de simpatía hacia Romney se resintieron un poco; a los votantes republicanos no les hacía demasiado gracia que Mitt tuviera un pasado en Wall Street. Segundo, Romney parecía estar realmente incómodo cuando alguien le preguntaba sobre su fortuna, así que podía ser una potencial vía de ataque.

La campaña de Gingrich en Carolina del Sur fue, por una vez, un disciplinado ataque en tres frentes. Por un lado, la publicidad propia se centró en recordar a los votantes que Newt es un conservador sólido y ortodoxo (una mentira bastante escandalosa, por cierto – no lo es) mientras que Romney es un liberal de Nueva Inglaterra. Por otro, grupos «independientes» (esa ficción) se centraron en atizar a Mitt desde la izquierda, criticando por un lado sus años en Bain, e insistiendo por otro que debía hacer su declaración de renta pública, para mostrar de dónde venía su diner0. Para acabarlo de rematar, Gingrich fue a por él en los debates (con ayuda del tonto útil Rick Perry), insistiendo que debía aclarar de dónde venía su fortuna.

De forma completamente inexplicable, Romney se metió él solito en la trampa. El tipo se ha pasado toda la semana evitando contestar preguntas sobre lo que paga de impuestos, diciendo que lo hará público en abril cuando los haya acabado de preparar. Su defensa de su gestión en Bain ha sido dubitativa, muy torpe; la gente de Gingrich ha estado mezclando horribles exageraciones con medias verdades y problemas ciertos, y Romney parecía casi avergonzado de tener que contestar. Y para acabarlo de arreglar, los dos debates de esta semana fueron horribles, con una respuesta especialmente horrenda el jueves cuando le preguntaron sobre (como no) sus impuestos. Si a todo esto se le añade su admisión, casi a regañadientes, que sólo paga un 15% de sus ingresos en impuestos (esos trucos fiscales) y que fue capaz de soltar que «no ganaba demasiado» dando discursos y conferencias («no demasiado» resultó ser $360.000), el tipo tuvo una semana horripilante. Y eso, en primarias, normalmente acaba en derrota esa semana.

¿Qué sucederá ahora? Para empezar, Romney va a hacer pública su declaración de la renta de una puñetera vez. Va a ser divertido ver esas cuentas en las Caimán que tiene, por cierto. Segundo, el GOP le acaba de dar una gran victoria electoral a un tipo que quizás es admirado entre las bases conservadoras, pero que es ampliamente detestado en el electorado en general: un 26% tiene una opinión favorable de Newt, comparado con un 58,6% que dice que no les gusta. Nominar a Gingrich sería darle la Casa Blanca a Obama con un lacito, un auténtico desastre electoral. Los votantes republicanos parecen estar convencidos que Gingrich, por mucho que sea un paria para el resto del país, es una especie de genio retórico que hundirá a Obama en los debates o algo parecido, mientras siguen viendo al siempre sólido y profesional Romney como alguien que no es de fiar.

Las siguientes primarias son en Florida. Es un estado grande, muy poblado y donde es muy caro hacer campañas. Es también un sitio donde mucha gente vota por correo (Estados Unidos es un país curioso), y donde un porcentaje no precisamente trivial del electorado ya ha enviado su voto.Romney tiene bastante más dinero y una campaña mejor organizada en el estado, así que en principio parte con cierta ventaja, pero con esta gente nunca se sabe.

Los expertos hablan ahora de una campaña larga. Gingrich es el elegido por el sector más conservador del partido; los evangélicos parecen haber ido hacia el candidato más «viable», no el que sus líderes prefieren (Ron Paul es una nota a pie de página). Por mucho que el establishment esté completamente horrizado que un cretino inaguantable pueda llegar a ser su abanderado en las generales, las bases del partido están cabreadas, y quieren alguien que sea capaz de articular esa indignación y griterio de forma convincente. Si conocieran a @masaenfurecida le darían el voto a ellos, pero se van a conformar con Newt.

La ironía, por descontado, es que Gingrich es probablemente el peor hombre del planeta para encabezar una campaña anti-élites, anti-establishment, anti-Washington. Estamos hablando de alguien que estuvo en la Cámara de Representantes durante décadas, que como Speaker fue tercero en la línea de la presidencia, que ha ganado millones de dólares trabajando como lobista («consultor» o «historiador» dice él) para cualquier empresa despreciable que se os pase por la cabeza, y que en su declaración de renta dice que ganó tres millones el año pasado. Newt es un egomaníaco megalómano que juega ser un outsider, pero es una criatura del sistema.

Las bases republicanas, sin embargo, ya no están para estos detalles. Lo único que aspiran es que alguien suelte bramidos y burradas semi-racistas con convicción suficiente, al menos por ahora. Romney tiene diez días (Florida vota el 31) para dejar de parecer asustado, empezar a defender su carrera profesional con fuerza, y recordar a todo el mundo que Gingrich es realmente una sentencia de muerte para el partido. Es poco tiempo, pero Newt le ha dado la vuelta a Carolina del Sur en once días escasos. Si Mitt no machaca en Florida, hay partido. Mucho partido. Veremos.


3 comentarios

  1. RRazo dice:

    «Si conocieran a @masaenfurecida le darían el voto a ellos, pero se van a conformar con Newt.»

    :aplausos:

  2. Miguel dice:

    Pues yo tengo miedo… teniendo en cuenta que La UE va a implosionar y llevarse la economía mundial por delante a más tardar en Marzo, y que Obama en esas condiciones no sale reelegido ni de coña, tendremos a Gringich en la Casa Blanca justo a tiempo para felicitar a la hija de Le Pen, que ahora no me acuerdo cómo se llama, por su victoria arrasadora…mientras Merkel, en plan Gorbachov, da un discurso televisado anunciando la liquidación de la URSS , digo, la UE… Y al fondo se ve al Reichstag con su cúpula de cristal en llamas…
    ¿Os he dicho que tengo un buen día?

  3. Moctezuma Mortera dice:

    ¿quienes son los grandes popes del establishment republicano?

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