Sistemas Electorales

El anti-modelo: La II República Española

6 Dic, 2011 - - @kanciller

Esta mañana, comentando con algunos tiri-twitteros mi entrada de estreno, terminó saliendo a la luz la petición expresa de que me metiera en el pantano del Sistema Electoral de la II República.  Con total dedicación a mis nuevos lectores  he desempolvado algunos libros de Linz y Sartori para buscar el modo de explicarlo lo más fácil posible. Como comentaba el otro día aquí, la II República fue el anti-modelo del actual sistema electoral español vistos los perniciosos efectos que tuvo. Sin lugar a duda, este sistema fue una de las causas endógenas al proceso político que nos hicieron pasar por una Guerra Civil y una larga dictadura. Lo que voy a hacer a continuación es un repaso muy breve por su funcionamiento  y me detendré un poco más en sus consecuencias.

El sistema electoral de la II República se introdujo en el decreto de mayo de 1931, reformado de nuevo en 1933, con el objetivo de erradicar el caciquismo del régimen anterior e intentar favorecer la creación de partidos políticos estables. El sistema electoral combinó diferentes elementos de una manera notablemente caótica. Por un lado el sistema estableció como distritos la provincia, con la excepción de Madrid y Barcelona, que se desgajaron en distritos independientes. El rango de escaños por distrito oscilaba entre 1 y 19.  Al mismo tiempo, se introdujo un sistema mayoritario con voto limitado. Esto es bastante similar a lo que tenemos en el Senado: ganan los candidatos que obtienen la mayoría simple de los votos pero los votantes pueden marcar menos opciones que los escaños en juego. En la II República se disponía de aproximadamente un 80% de “cruces” a marcar en cada papeleta sobre el total de escaños a elegir en el distrito. Por supuesto, las listas eran totalmente abiertas y podías votar a quien te placiera.

El recuento  de votos se hace a un doble nivel con diferentes implicaciones. Por un lado, el partido que sumara mayoría simple obtenía el 80% de los escaños de la circunscripción y el 20% restante quedaba para el segundo. Esto claramente fomentaba competir en amplias coaliciones, incluso entre partidos antagónicos, para repartirse las primas. Sin embargo, para ser elegido diputado se requería un 20% de los sufragios por candidato, elevado al 40% en la reforma de 1933. Si algún diputado no conseguía este mínimo, para complicar más las cosas, a las dos semanas se hacía una segunda vuelta manteniendo la distribución global de escaños pero repitiendo la elección para los que no habían llegado a ser elegidos. Por lo tanto el sistema favorecía la formación de bloques electorales para competir pero el sistema de candidatos no favorecía la fusión de partidos, reforzando el de las  figuras de “notables” y anticipando lo problemática que iba a ser la gobernabilidad.

Esta ley electoral fomentó claramente la fragmentación del sistema de partidos por más que fuera un sistema mayoritario. La razón es que al combinarse con distritos plurinominales, sobre-representaba a los partidos minoritarios debido a la utilidad marginal de sus votos para ganar el 20% de escaños por distrito. Pero; ¿De qué grado de fragmentación estamos hablando? Para que os hagáis a la idea, en 1931 el PSOE y el Partido Radical, los dos más votados de un Parlamento con 20 partidos, sumaban sólo el 43% de los escaños. En 1933, el PR y la CEDA sumaban el 46% en un Parlamento con 22 partidos y en 1936, PSOE y CEDA apenas llegan al 40%. De hecho, aunque había estrategias de coordinación en el distrito para ganar las primas, incluso con diferentes partidos coaligados según el lugar, en el Parlamento había claros incentivos para ser un diputado chantajista y condicionar a un gobierno que necesita macro-coaliciones para mantenerse en el poder. Cosa que tampoco es especialmente buena si la ley electoral  ayuda a meter a un buen puñado de anti-sistema dentro del Congreso. Y eso suponiendo que alguien estuviera a favor del sistema.

Por otra parte, esta Ley Electoral hacía que los resultados fueran excepcionalmente sensibles a pequeños cambios en votos, con lo que generaba que hubiera mayorías muy pendulares. Por pocos sufragios de diferencia tu bloque se llevaba la prima del 80%, por lo que estas coaliciones electorales tendieron a estabilizarse. Así, mientras que dentro de los diferentes bloques ideológicos aumentaba la diversidad por las múltiples escisiones y comportamientos semi-leales de los partidos en el Congreso, la tendencia del sistema de partidos era  de una creciente polarización que se convirtió finalmente en una fuente de competición centrífuga. Los moderados, también por interés electoral, tendieron a desplazarse a los extremos o bien fueron barridos en las elecciones. Echadle un vistazo a este gráfico adaptado de Sartori que representa las ganancias de los partidos según bloque ideológico:

Como se ve, el sistema electoral tuvo la habilidad de polarizar de manera creciente el espectro político, incluso más que las repúblicas europeas que estaban también a punto de caer. Así, la competición fue en aumento entre extremos ideológicos cada vez más distantes, un hecho que abonó el terreno para lo que estaba por venir.

Así pues, este fue el antimodelo agitado como un fantasma, con razón, cuando se negoció el actual sistema electoral. Un sistema mayoritario con voto limitado, listas abiertas y circunscripciones  plurinominales. Sin lugar a dudas, una mala idea. Por supuesto, esto hace surgir muchos interrogantes. ¿Podría haberse evitado la Guerra Civil y la caída de la República con otro sistema electoral? Es una pregunta difícil de contestar aunque, de entrada, lo más posible es que no hubiera bastado por sí solo. Ahora bien, posiblemente hubiera ayudado diseñar unas reglas con algo más acierto. O quizá es muy aventurado. Quizá la propia inexperiencia democrática de las elites españolas impidió que pudieran anticipar los perversos efectos del sistema que acababan de aprobar. O quizá simplementa había un path-dependency del régimen anterior muy complicado de torcer en innovación institucional. Eso ya no podemos saberlo. Permitidme, para poner la guinda, que acabe con una cita de
Sartori:

Un sistema político que se caracterice por sus impulsos centrífugos, una oposición irresponsable y una competencia sucia difícilmente será viable (…) Las comunidades políticas polarizadas (no necesariamente) están condenadas a la autodestrucción. Pero sí que difícilmente pueden enfrentarse con crisis exógenas o explosivas.


42 comentarios

  1. Kanciller dice:

    Me han pasado una estupenda entrada de FEDEA sobre este mismo tema escrita por Fernández-Villaverde. Si os interesa meteros con más detalle en el sistema electoral de la II República aquí encontraréis información adicional: http://www.fedeablogs.net/economia/?p=1628

  2. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos El anti-modelo: La II República Española politikon.es/desdelakancilleria/2011/12/06/el-anti-modelo…  por Roerich hace […]

  3. XX dice:

    «Sin lugar a duda, este sistema fue una de las causas endógenas al proceso político que nos hicieron pasar por una Guerra Civil y una larga dictadura. »

    Pasamos una Guerra Civil porque fracaso un el Golpe de Estado del 18 de julio.

  4. Kanciller dice:

    Hay causas lejanas y próximas en los fenómenos sociales. Entiendo que la I Guerra Mundial estalló por alguna razón más que por el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria.

  5. Pablo dice:

    Obviamente no creo que el sistema electoral sea el «único» condicionante para todo lo que vino después. Pero que el ser polarizado fomentase «las dos Españas» y que al ser fragmentado era ingobernable es prácticamente innegable!

    @XX ¿Y el golpe por qué se dió?

    @Kanciller: «me gusta» el artículo, y el comentario #4.

    pd: deberíais poner un botón «+» y uno de «-» en cada comentario, sería gracioso, y curioso desde el punto de vista sociológico, para ver las ideas mayoritarias de los lectores, amén de hacer el blog más «interactivo».

  6. José Manuel dice:

    Excelente. Me parece una aproximación muy productiva el tomar en cuenta la ingobernabilidad como un factor desencadenante de la guerra.

    Suena a que este filibusterismo es algo parecido al GOP.

    Saludos.

  7. Kanciller dice:

    El profesor Ruben Ruiz-Rufino ha aportado algunos datos interesantes y cruciales que faltan en el artículo a través de twitter: Del 36 al 39 hubo 2 Presidentes de la República, 13 Presidentes del Gobierno y 26 equipos de gobierno. Los gobiernos duraron una media de 4,8 meses.

    Su hipótesis es que «Quizás tanta inestabilidad política hizo difícil implantar reformas y permitió excesiva polarización ideológica»

    Lo añado como elemento de reflexión.

    Saludos

  8. alter_ego dice:

    Apunta al sistema electoral como uno de los causantes de la guerra civil es algo que no había oído hasta ahora. Lo que dice XX es cierto, la GC se produjo porque hubo un sector del ejército que apoyó un golpe de estado, y éste fracasó. Posiblemente España no estaba madura para una democracia liberal, pero los había más inmaduros que otros.

    Señalar ahora el sistema electoral, que probablemente estaba lejos de ser perfecto, parece enmarcado en la digamos obsesión de este blog por disparar contra los iconos de lo que denominan irónicamente como «verdadera izquierda» y que tango les gusta criticar.

    «Tiri-twiteros…» Definitivamente los neoprogs no caminan, levitan.

  9. Ferrim dice:

    ¿Qué partidos incluyes en el gráfico para «extrema izquierda» y «extrema derecha» en la II República?

  10. Epicureo dice:

    Desconocía totalmente este asunto y creo que explica bastantes cosas.

    Desde luego, tiene su mérito pergeñar un sistema que combine todos los inconvenientes del mayoritario y el proporcional sin ninguna de sus ventajas. El sistema de escrutinio es de lo más absurdo e incomprensible. ¿Dónde podría averiguar de dónde sacaron esa idea tan extraña?

    Por algo los diseñadores de la transición estaban tan obsesionados por la estabilidad y la gobernabilidad. Tanto, que se pasaron. Si entonces el sistema de partidos era horriblemente volátil, ahora tenemos uno tan cerrado a los outsiders que no hay manera de arreglar lo que no funciona.

  11. Kanciller dice:

    Permíteme algunas puntualizaciones. Que la Guerra Civil se produjo porque había una parte del ejército descontenta es evidente. Que España estuviera o no lista para una democracia liberal es algo que puede resultar discutible, porque aunque los extremos tiraban de ambos lados no me cabe duda de que un sector progresista-liberal fue el que arrancó con el proceso.

    Señalar este sistema electoral viene a colación de la entrada anterior sobre el modelo que se quería evitar en el nuevo post 1978, lo que no supone una justificación del actual. Solo de los fantasmas que se emplearon en la negociación.

    Ahora, si apuntas a las causas de la Guerra Civil yo siempre las he estudiado como la conjunción de causas estructurales (crisis económica, hambruna), shocks exógenos (presión de los fascismos internacionales), causas lejanas endógenas (reformas pendientes en materia agraria, militar, de administración, secular…en España) y causas cercanas políticas (polarización, des-lealtad de algunos partidos, fragmentación, inestabilidad gobuernamental y todas parcialmente llevadas por el sistema electoral). Como ves, solo me centro en una de las causas, pero la ciencia política ya la ha señalado antes. No me invento nada. Puedes consultar las referencias.

    Quizá lo más interesante sea el contra fáctico de si, con un sistema electoral que generase mayorías estables, no se hubiera podido reducir la polarización del sistema. Pero vamos, esto no tiene ganas de disparar a nadie. Yo soy nuevo aquí y estoy muy contento con todas las izquierda. La verdadera y la falsa.

  12. Kanciller dice:

    @Epicureo Para saber el origen tienes que remontarte a la Ley de la Cierva (de 1907, creo), que es la que regulaba el sistema de caciquismo en su versión post-canovista. Yo, sinceramente, creo que el error fue intentar quedarse en un mixto. Lo ideal hubiera sido o ir directamente a uno mayoritario uninominal o a uno proporcional con distritos amplios.

    Coincido al 100% con el punto que señalas. El actual sistema electoral es claramente obsoleto porque el anti-modelo en que se fija ya es imposible que vuelva. Se ha convertido es en una trampa perfecta de auto-reproducción de elites partidistas. Fortalecer a los partidos mediante el sistema electoral ya no tiene razón de ser.

  13. Información Bitacoras.com…

    Esta anotación ha sido propuesta por un usuario para ser votada en Bitacoras.com. Para que el proceso finalice, deberás registrar tu blog en el servicio….

  14. dani dice:

    Te has lucido…, igual no tuvo nada que ver en la guerra civil, la acumulación de siglos de desastres, de gestores incompetentes de bipartidismo, totalmente dominado por la corrupción y hambre, desigualdad, grandes diferencias entre corruptos y el resto, y mucha hambre. Los extremismos no nacen del sistema político, los extremismos nacen del miedo, del hambre, de la falta de espectativas, los extremismos acaban siendo el refugio de la desesperación, son tan radicales que no dudan de nada, lo que da seguridad y la gente analfabeta y hambrienta es carne de fanatismo.
    Los extremismos se extendieron por toda Europa, independientemente del sistema electoral y la causa principal, siempre es el paso de vivir bien a la miseria, los motivos fueron la crisis y el hambre. En toda crisis, el voto a los extremos siempre se acentúa.
    No me gustan estos artículos que rozan la demagogia, es mucho más normal que se acabe en los extremismos, cuando hay un bipartidismo corrupto, cuando se pierde la confianza y el respeto en las Instituciones, cuando la gente se siente engañada, estafada,…..

  15. Epicureo dice:

    Gracias. Empiezo a entender un poco mejor la historia. Por cierto, muy bueno tu artículo anterior (http://politikon.es/desdelakancilleria/2011/12/01/hola-mundo/), me lo había perdido.

    Desde luego el sistema electoral fue una de las causas del mal funcionamiento de la República, claro que se combinó con otras. Una de ellas, el haberse dado en una época en la que existían muchas y fuertes ideologías, varias de ellas con programas revolucionarios (o reaccionarios).

    En eso también nos hemos pasado de frenada. Ahora no se oye a nadie proclamando una ideología, salvo algún que otro ultraliberal suelto. Entre los partidos con opciones a ser elegidos, lo habitual es un resignado posibilismo. Mejor que lo anterior sin duda, pero triste.

  16. Kanciller dice:

    @Epicureo Gracias por las buenas palabras. Tienes toda la razón al señalar que el sistema electoral se combinó con muchas otras causas. Ahora, sí es verdad que se echa de menos hoy en día que se hable de proyectos coherentes desde una perspectiva normativa e ideológica y no tanto de mera gestión. Pero ahí el sistema electoral tiene poco que hacer.

  17. Kanciller dice:

    @Ferrim. Me he limitado a graficar los datos provistos por Sartori en su libro. Ref; 1980 pp. 210.

  18. c.e.t.i.n.a dice:

    Que el aluvión de datos y los gráficos no nos impidan ver la realidad: los fascismos en Europa subvertieron por la fuerza los sistemas democráticos. Y por muy deficientes que fuesen esos sistemas a nadie se le ocurriría decir que a Hitler o a Musolini no les quedó más remedio que subvertirlos.

    Salu2

  19. Kanciller dice:

    El que diga semejante cosa no tiene cabida en este blog. Un saludo

  20. alf dice:

    La Guerra Civil no fue un efecto pernicioso del sistema electoral de la Segunda República.
    Fue la consecuencia de un levantamiento fascista fallido.

  21. […] » noticia original Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente. ← Merkel a Zapatero: "José Luis, lo que has hecho por España es heroico" La deforestación en el Amazonas cae al nivel más bajo en 23 años → […]

  22. Ignacio Paredero Huerta dice:

    Has citado a Sartori en una de sus mejores reflexiones. La fragmentación y las dinámicas de radicalización, provocan inestabilidad. Coincido 🙂

  23. coolwater1997 dice:

    Realmente me soprende que el asesinato libre durante la segunda republica no fuera la principal causa que generaria la guerra civil

    Aqui en este link pueden ver durante el primer ano de republica solamente la cantidad de muertos y heridos en esa maravillosa democracia.

    mercaba.org/FICHAS/Persecucion/REPUBLICA_1931.htm

    Mientras en medio mundo lo denominaron genocidio religioso aqui creemos qeu el problema fue el sistema electoral. Rogaria que analizaran si por algun casual los genicios llevan a guerras civiles.

  24. Alucinante dice:

    Yo no comprendo como se puede ser tan ignorante. La Guerra Civil vino porque Franco invadió España. Y Franco invadió España porque la Iglesia, la aristocracia y la burguesía más retrógrada y conservadora se lo pidió. Y se lo pidió porque la II República había realizado transformaciones progresistas en materia de educación y había promovido una reforma agraria que limitaba el poder de los terratenientes. El sistema electoral no tiene NADA, repito, NADA que ver con la guerra civil.

  25. La polarizacion fue letal dice:

    ¿y entonces porque se mataba la gente en la calle?¿tambien eran ordenes de la aristocracia?¿los pistoleros del PSOE y de la CEDA que iban por las calles dando cuenta de los contrarios lo hacian por leyes progresistas y reformas agraria o mas bien por imponerse mutuamente unos a otros?

  26. Carlos dice:

    Yo me hago la siguiente pregunta:

    ¿Fue la ley electoral lo que radicalizó la sociedad o fue una sociedad radicalizada la que hizo ineficiente dicha ley?

  27. […] republica, sistema electoral, españa, modelo » noticia original Esta entrada fue publicada en Noticias de España. Guarda el enlace permanente. ← EEUU no […]

  28. claudio dice:

    El sistema electoral, entre otras cosas, equilibra, amplifica o distorsiona a los partidos políticos. Y para casi todos los que había por entonces, Bildu sería un modelo de tolerancia y liberalismo. El casi va por los que apenas pintaban nada.
    Por mucho que el sistema electoral hubiera buscado equilibrio o estabilidad, los participantes entendían por estas ideas eliminar al enemigo (no había adversarios). Es curioso que los alumnos aplicados de Catecismo para la Ciudadanía (ejemplo, el que firma alucinante) sepan ver esto en el Iraq de hoy pero no en la España de 1931.

  29. BorjaHH dice:

    Para la izquierda, curiosamente, la Guerra Civil española es el único suceso histórico en el que no hay «root causes» que valgan: simplemente a Franco, que era muy tocapelotas, se le cruzaron los cables y le dio por sublevarse.

    Hala venga, a llorar al valle de los caídos.

  30. Epicureo dice:

    Qué pena que ya no se hable más de sistemas electorales. Lo siento, Kanciller.

    Muchos de los que están despotricando (más que comentando) están confundiendo «causa» y «responsabilidad». Tanto los de izquierdas como los de derechas parecen pensar que, si identificamos algún factor que favoreciera el desencadenamiento de la guerra civil, estamos disculpando a Franco.

    Pues no, señores de ambos lados. La guerra civil y la horrible represión durante y después de la misma no tuvo más responsables que Franco y sus compañeros de golpe. Militares endurecidos y amargados por el fracaso de la guerra de África, más interesados en el exterminio de los que consideraban enemigos que en el mismo poder.

    Pero claro, aparte de la existencia de militares con ganas de golpe tenían que darse algunas condiciones más, causas adicionales, para que el golpe prosperara, ganara apoyos y, aunque tarde y horriblemente mal, triunfara. Esas condiciones no se dieron en 1981, por suerte.

    Y entre ellas bien pueden estar el sistema de partidos disfuncional y el sistema electoral que lo fomentó.

  31. carlos dice:

    El post muy bueno, pena de algunos comentarios que parece que viven hace 3/4 de siglo para tomárselo todo tan a pecho y no poder entrar a analizar algo desde un mínimo de racionalidad.

  32. PNCad dice:

    ¿No es bueno que haya un bipartidismo muy fuerte, máxime cuando el resultante es de derecha y de izquierda? Sigo sin ver el problema en mantener gobiernos fuertes para que no caigan en la tentación de dar más a los partidos minoritarios con tal de que les apoyen.
    Daría algún ejemplo real pero alguno de los que han entrado a criticar se centraría en el dedo en vez de la luna. Pero es algo normal, y que al menos yo uso a veces en mi vida personal, que cuando te crees imprescindible para alguien intentas sacar más que si supieses que eres prescindible o reemplazable.

  33. Epicureo dice:

    PNCad, si tan bien te parecen los gobiernos fuertes, hay algo todavía mejor que el bipartidismo: el monopartidismo.

    Lo malo del bipartidismo es que da poco donde elegir. Puede estar bien si existe un cierto grado de democracia interna en los partidos (como en Estados Unidos), pero no cuando, como en España, todo se decide en una cúpula inamovible. Entonces sólo queda optar entre dos tiranos.

    El pluripartidismo funciona mal cuando para formar mayorías hay que recurrir a partidos antisistema, como ocurre en España con los nacionalistas.

    Paradójicamente, si el sistema electoral español fuese más proporcional, los gobiernos serían, si no más estables, sí al menos más racionales. Aparte de con los nacionalistas, con frecuencia habría opciones para gobernar con IU y/o UPyD, y el mayoritario podría optar por la opción menos exigente.

    Claro que ninguna reforma es posible gobernando el PP, el gran beneficiado del sistema actual (con los votos que han dado una amplia mayoría absoluta al PP, el PSOE apenas podría conseguir una minoría mayoritaria). Y tampoco si depende de una coalición PSOE-nacionalistas, también beneficiados. Pero si algún día el PSOE puede gobernar sólo con apoyo de IU y/o UPyD, eso sería diferente.

  34. PNCad dice:

    Tampoco me gustan tanto los gobiernos fuertes como para tener monopartidismo ya que al final son una dictadura.
    Sinceramente, no creo que en España no hay democracia interna y que sea una cúpula inamovible. Por ejemplo el PSOE ha tenido varias corrientes en los últimos años cada una diferente: la nacionalista catalana, la españolista de CM y Extremadura, la idea de negociar con ETA en el Pais Vasco, resistencia interna en Madrid a los designios de la cúpula (y «ganaron»). El PP no ha estado exento: excisión en Asturias, división en Cataluña, separación de UPN en Navarra, inmersión lingüistica en Galicia y Valencia mientras se critica con dureza en Cataluña y Baleares, pacto con IU en Extremadura…
    Creo que son bastantes ejemplos de que hay bastante movimiento dentro de cada partido.
    Aparte, si hay circunscripción única, ¿mantenemos el requisito del 3% de los votos? Los resultados son diferentes:
    http://www.libertaddigital.com/nacional/2011-11-21/que-pasaria-si-espana-fuera-una-circunscripcion-unica-1276441942/
    http://www.elplural.com/politica/el-resultado-de-una-circunscripcion-unica-un-pp-sin-mayoria-absoluta-y-una-izquierda-unida-como-tercera-fuerza-politica/

  35. […] Segunda República desde la perspectiva del derecho, que puede servir de complemento al excelente post de Kanciller sobre su sistema […]

  36. JPatache dice:

    -¿No sería mejor cambiar el “Un hombre, un voto” por “Un hombre, aproximadamente un voto”? Eso reflejaría de verdad la verdad de los cimientos del edificio.
    -¿Es posible tener “juego limpio” (político) con reglas del juego sucias?
    -¿Es razonable pensar que una sucesión ininterrumpida de gobiernos monocolor (alternantes) puede generar radicalización, dogmatismo y enfrentismo y que un escenario con gobiernos formados por coaliciones puede generar pragmatismo y tolerancia?

  37. […] Nada es Gratis, Politikon, Historiaelectoral.com, Wikipedia. << Sistemas electorales mayoritarios […]

  38. mcplatano dice:

    Ves la polarización del espectro político como consecuencia del sistema electoral, el cual explicas muy bien, pero no llego a ver que sea una causa principal.
    Probablemente se usó el sistema electoral para polarizar el espectro político, debido al interés electoralista de sacar votos en un ambiente ya de por sí crispado.

  39. Ferrim dice:

    #34: «Claro que ninguna reforma es posible gobernando el PP, el gran beneficiado del sistema actual (con los votos que han dado una amplia mayoría absoluta al PP, el PSOE apenas podría conseguir una minoría mayoritaria).»

    Cuidado, que esto hay que cogerlo con pinzas.

    La mayoría absoluta del PP vino tanto de su 44% como del hecho de que le saca 16 puntos al PSOE, lo que le favorece más que proporcionalmente. El PSOE también ha disfrutado de mayorías absolutas con porcentajes similares: 184 diputados con el 44,33% de los votos en 1986, y 175 (mayoría absoluta, en la práctica) en 1989 sin llegar siquiera al 40% de los sufragios. Y esto, porque en esas elecciones el voto conservador se repartía entre PP y CDS, lo mismo que ahora el de izquierdas lo ha hecho entre PSOE e IU en mayor medida que en anteriores elecciones.

    Es cierto que el PP es el mayor beneficiado por los sesgos del sistema, pero bastaría con abrirle una vía de agua (que bien podría ser UPyD) para que la situación se reequilibrase entre los dos grandes partidos.

  40. […] Merece la pena señalar que en todo este argumento sobre el impacto de los diseños institucionales subyace una evidente endogeneidad. Los propios jugadores son los que delimitan las reglas del juego, anticipando sus efectos y optando por uno u otro sistema. Es decir, podría darse la vuelta al argumento y plantear que los partidos fuertes primero deciden implantar sistemas mayoritarios y luego se ven beneficiados por estos, y no al revés. Pero como siempre, las élites pueden tener racionalidad limitada y no siempre anticipar bien sus efectos potencialmente negativos. […]

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