La ciencia social ha dedicado muchos, muchísimos esfuerzos a estudiar por qué la gente se pone de acuerdo para conseguir una serie de objetivos comunes. ¿De dónde surgen los movimientos sociales? ¿Por qué tienen lugar las revoluciones? Al fin y al cabo, si una masa de gente está trabajando para conseguir algo que me va a beneficiar igualmente, ¿por qué voy a movilizarme yo también, si voy a salir ganando igual? Esto es, muy resumido, el famoso dilema del «gorrón», «polizón» o «free rider» (Wikipedia). Como decía, hay muchos esfuerzos puestos en dar respuesta a esto. Haciendo una mezcla rápida, estas respuestas pasan por no considerar a los individuos como seres de cálculo totalmente racional, sino también poseedores de otros intereses e influencias relacionados con la moral, la ética, la estética y la necesidad de pertenecer a un grupo con el que identificarse y en torno al cual construir una identidad. Disponer
de un némesis, de un enemigo al que enfrentarse, es muy importante para conseguir definir esta identidad, así como una serie de objetivos a conseguir.

Porque al mismo tiempo, la mayoría de literatura sobre movimientos sociales apunta a la necesidad de establecer objetivos (no tienen por qué ser específicos, pero sí han de ser claros y pocos, aunque sean claims generales como «más empleo» o «una política más justa») y disponer de recursos (monetarios, humanos y de conocimiento del sistema en el que se pretende influir), así como una estructura que sea capaz de movilizar dichos recursos para conseguir los objetivos. Normalmente, la historia nos dice que las estructuras más bien jerárquicas son más efectivas para esto. Aquellas con forma de red tienen sus ventajas, por supuesto, como que al no tener una cabeza visible son más difíciles de destruir. Sin embargo, hasta ahora los costes de coordinación que supone una estructura de red han sido muy superiores a sus beneficios, y se solapan con el propio dilema del «polizón» expuesto. Por último, el flujo de información es fundamental: los individuos potencialmente interesados en las reclamaciones de los
movilizados han de saber que éstos existen y están en ello, claro está.

Cualquier análisis con pretensiones de seriedad sobre el 15M como algo que existe de verdad ha de partir de estas premisas. Algo que ya pensaba en junio pero que cada vez veo más claro es que el 15M no existe. O, si lo prefieren, fue un instante, no una constante. En un momento dado, la sociedad española estaba muy cabreada. Este cabreo se identificó con una serie de objetivos difusos relacionados con «cambiar el sistema», y tuvieron su expresión en una manifestación que tuvo lugar el 15 de mayo y a la que fue no demasiada gente, pero tampoco poca. Durante la siguiente semana, se materializó el enemigo (la Junta Electoral Central y por extensión todo el sistema de partidos) y el flujo de información (la extraordinaria atención de los medios de comunicación). En base a esto se construyó la «comunión identitaria», ese momento en el cual todos los ciudadanos estaban de acuerdo hasta el punto de movilizarse también, y coger su periódico del sábado, su carrito de bebé e ir a «pasear» por la plaza. Se había
conseguido superar el problema del «polizón».

Pero duró poco. Todo comenzó a terminar con la definición de objetivos, por un lado, y la negación de la necesidad de una estructura, por otra. ¿Recuerdan la que se lió con el «consenso de mínimos»? Que si queríamos cambiar el capitalismo por un nuevo socialismo, que si nos bastaba con reformar un poquito el sistema electoral… Y todo ese debate se intentaba articular a través de un sistema asambleario pretendidamente horizontal. Esto, paradójicamente, impedía mantener los objetivos en pocos, claros y vagos (que puedan ser «de consenso»), y los complejizaba haciendo entrar en detalles. Sin una estructura estable, a medio plazo se vio que conseguir recursos de cualquier tipo y poder gestionarlos se hacía difícil. Como resultado, «15M» pasó a ser una etiqueta que los medios utilizaban para referirse a cualquier tipo de movilización que tuviese un cierto aroma de izquierda o alternativa al sistema, igual que «indignado» se convirtió en un sinónimo de «manifestante». Mientras, las personas aún movilizadas
utilizaban «15M» como forma de reafirmar su identidad, pero se puede apreciar cómo la marca ha ido perdiendo presencia y se ha erosionado, solo resurgiendo cuando el enemigo, normalmente personificado por acciones policiales, entraba en escena.

Esto nos deja con la tesis que defiendo en el título: el 15M no existe, si es que alguna vez existió. No es un movimiento organizado (ni siquiera en forma de red) con unos pocos objetivos y unos recursos de los que pueda disponer de una forma eficiente. Lo que sí existe es el cabreo en la sociedad española, otra miríada de estructuras y grupos más o menos organizados (Democracia Real Ya!, Izquierda Unida, C los sindicatos, whatever) y un, llamémoslo así, «residuo de red social» de las movilizaciones desde mayo, que no tardarán en activarse cuando los recortes del PP lleguen, y sabemos que llegarán. En resumen: que el 15M (ya) no exista no quiere decir que no vaya a existir en el futuro cercano.


26 comentarios

  1. Jorge Galindo dice:

    *Nota: huelga decir que la mayor causa de cabreo es el paro, seguida de la pérdida de conquistas sociales (no entraré en cuáles son derechos y cuáles privilegios, cuáles prescindibles y cuáles no).

  2. Nónimo dice:

    Lleváis proclamando la muerte del 15M desde el día 16. Y pasan las manis, y pasan las concentraciones, y os seguimos dando en los hocicos demostrando que seguimos vivos. Así que, de todo corazón, yo de vosotros no hablaría más, porque por la boca muere el pez, y si es reaccionario, muere otra vez.

  3. Jorge Galindo dice:

    Nónimo, tu comentario es un perfecto ejemplo de una cosa que digo en el post: la necesidad de crear un enemigo, un nosotros-vosotros. Me metes en un saco que no entiendo muy bien cuál es (reaccionario, me llamas, cuando basta con leerme de normal para ver que no lo soy) solo para facilitar tu reinforcement como miembro de un movimiento, el (llamado) 15M.

  4. Francisco dice:

    Nonimo

    Exactamente

    Dime las 5 primeras cosas que el 15M cambiará en el país el día 1 de su maligno imperio.

    Pero en detalle, o sea, cosas, no generalidades.

  5. ornitorrinco dice:

    Creo que precisamente el 15M huye de la definición académica de movimiento social como forma de reafirmarse en su posición. Renuncian a una estructura estable y jerárquica, admiten una multiplicidad de objetivos y utilizan mecanismos de participación «alternativos» para mantener su idea de movimiento social.

  6. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos El 15M no existe politikon.es/deloposible/2011/12/05/el-15m-no-existe/  por Hiawatha hace […]

  7. Lamidaeff dice:

    «La ciencia social »

    Cuando he visto que empezábamos con semejante muestra de prepotencia, he dejado de leer.

  8. Jorge Galindo dice:

    Lami, we missed you so much.

  9. Francisco,
    sin discutir gran cosa lo dicho en el artículo, tu comentario me ha hecho reír un poco …¿Concreción? Vamos a ser gobernados 4 o más años por un partido que no ha detallado sus planes con concreción ni en su programa… A ver si ahora tiene que ser concreto un movimiento caótico y no tiene que serlo el partido de la rectitud moral que dice ser el PP

  10. Eduardo Berrocal dice:

    Estoy de acuerdo. El problema del 15M (asi como de las protestas de EEUU) es que, a diferencia de las del mundo arabe, no han conseguido sumar a las clase trabajadoras. El nucleo se ha quedado en estudiantes, jovenes desempleados (o precarios) y demas. Sin la clase trabajadora no habra jamas un cambio significativo en politica.

    Si los anyos 30 llevaron cambios a EEUU (new Deal etc) era porque los sindicatos eran fuertes y porque la clase trabajadora esta conscienciada de su lucha. Huelgas generales, sentadas en las fabricas, etc. Hace cuanto no hay una huelga general en EEUU??.

    La maquina de propaganda ha hecho un trabajo suculento para adormecer y atontar a la clase trabajadora. Hacerles pensar que sus enemigos son los sindicatos llenos de vagos o los pobres que piden demasiado. Y asi nos va amigos. Solo hay que mirar las elecciones en EEUU del 2010 o las ultimas en Espanya (los obreros deciden votar a la derecha).

    Y bueno, no digamos de la cultura inducida del beber en la Universidad y de no enfocarse en los problemas de la sociedad. Estudia, aprueba rapido, vete de fiesta y olvidate de todo que si eres bueno tendras un trabajito… Como esa historieta ya no es cierta, muchos jovenes estan despertando. Los que leen. Los que les interesan los problemas y los estudian. Los demas jovenes siguen en el alcohol y las drogas (solo hace falta pasarse por un poligono discotequero de cualquier gran ciudad para darse cuenta).

    El futuro es negro e incierto. Ahora entiendo porque se ha descuidado tanto la educacion publica, ahora lo entiendo… (perdon por las faltas, teclado americano)

  11. Roger Senserrich dice:

    Cuando el PP anuncie la nacionalización de los medios de producción y la creación forzosa de granjas colectivas gestionadas por soviets estoy seguro que nos tomará a todos por sorpresa.

  12. Vellana dice:

    Es obvio que el 15M ha desaparecido por los anuncios de telefónica o movistar o como se llame. La gente ha visto lo patético que es el movimiento asambleario

    Un saludo.

  13. Vicente dice:

    A pesar de que no haya cuajado, creo que el balance del 15M ha sido algo muy positivo, sobre todo para la juventud, algunos parece que han despertado y sólo por eso creo que merece la pena.

    Me considero uno de esos «indignados» del principio del movimento. Me salí, o mejor dicho, empecé a pasar del tema por culpa de ese sistema de decisión horizontal, harto de que grupos de radicales tomaran el protagonismo sin que nadie dijera nada, harto de que las reivindicaciones importantes se diluyeran entre consignas populistas varias… Y al igual que yo, casi todo mi entorno hizo lo mismo.

    Pero repito, a pesar de todo esto, creo que ha sido tremendamente positivo.

  14. david.a dice:

    EL 15-M murió cuando se apoderaron de él los profesionales del asamblearismo de toda la vida y decidieron excluir a todo el que no perteneciera a la izquierda divagante.

  15. […] Afirma Jorge Galindo en su blog de Politikon.es que el 15-M “fue un instante”. En un momento dado, la sociedad española estaba muy cabreada. Este cabreo se identificó con una serie de objetivos difusos relacionados con “cambiar el sistema”, y tuvieron su expresión en una manifestación que tuvo lugar el 15 de mayo y a la que fue no demasiada gente, pero tampoco poca. Durante la siguiente semana, se materializó el enemigo (la Junta Electoral Central y por extensión todo el sistema de partidos) y el flujo de información (la extraordinaria atención de los medios de comunicación). En base a esto se construyó la “comunión identitaria”, ese momento en el cual todos los ciudadanos estaban de acuerdo hasta el punto de movilizarse también, y coger su periódico del sábado, su carrito de bebé e ir a “pasear” por la plaza. Sin una estructura estable, a medio plazo se vio que conseguir recursos de cualquier tipo y poder gestionarlos se hacía difícil. Como resultado, “15M”
    pasó a ser una etiqueta que los medios utilizaban para referirse a cualquier tipo de movilización que tuviese un cierto aroma de izquierda o alternativa al sistema, igual que “indignado” se convirtió en un sinónimo de “manifestante”. Mientras, las personas aún movilizadas utilizaban “15M” como forma de reafirmar su identidad, pero se puede apreciar cómo la marca ha ido perdiendo presencia y se ha erosionado, solo resurgiendo cuando el enemigo, normalmente personificado por acciones policiales, entraba en escena […]

  16. Maknovista dice:

    Lo dificil es determinar si algo existe cuando es tan dificil de definir. Porque dependiendo a quién preguntes, incluso dentro del ‘movimiento’, el 15M pueden ser Edance, los okupas del Albeniz, Anonymous, la marea verde y/o una señora que paseaba por Sol.

    Si al final habrá una estructura/corpus teórico que aglutine todo esto (o la mayor parte) está por ver. El post da muy buenos argumentos para el ‘no’, pero creo que aún es pronto para dar la respuesta definitiva.

  17. Realice dice:

    Sólo tres comentarios a bote pronto, Jorge:

    1. El Mayo del 68 tampoco existió, y sin embargo persiste en el imaginario colectivo como prototipo de revolución simbólica (o revolución de lo simbólico… francamente, no sabría con cuál de ambas formulaciones quedarme). Quiero decir: hace tiempo que, en esta sociedad de la comunicación, la ‘existencia’ o no de un movimiento social (y, por consiguiente, su repercusión práctica y tangible) no se mide tanto por sus efectos (o sus efectivos) materiales como por su repercusión simbólica. Llámala, si quieres, repercusión mediática… o simplemente marketing. Lo mismo me da.

    2. Hablando de marketing, los maestros del tema (los estadounidenses) pusieron en circulación ese eslogan tan espléndido como paradójico en el Occupy Wall Street: ‘We are the 99%’. Espléndido por lo expresivo y sucinto, paradójico porque lo es un movimiento minoritario que apela a la fuerza del número como argumento. El mensaje subyacente (o no tanto): ‘No hablamos de izquierdas y derechas, hablamos de arriba y abajo. Nuestro enemigo no es una ‘mayoría gris’ integrada en el sistema, nuestro ‘enemigo’ son unas minúsculas (en términos numéricos) élites políticas y financieras’. Ni más ni menos que una recategorización del campo social, pretendían los colegas… ¡toma revolución simbólica (o de lo simbólico :))! En ese sentido, no puedo dejar de pensar, por mal que me sepa, que la ‘apropiación’ que la izquierda tradicional ha hecho del 15-M ha minado su potencial simbólico (y, por consiguiente, combativo y práctico).

    3. Pese a todo, el 15-M ha conseguido visibilizar (o problematizar, o ambas cosas) con cierto éxito algunas cuestiones que hasta hace dos días sólo una minoría muy exigua percibía como problema y para las que hoy en día cualquier partido político tiene preparado un argumentario: la ley electoral, las hipotecas y la dación en pago, el sobredimensionamiento de la administración política, las connivencias político-financieras (reflejadas, por encima de todo, en la corrupción de las cajas de ahorros)… No es poco éxito, para un movimiento que no existe.

    Dicho esto… no digo que esté en desacuerdo contigo. Sólo creo (o quizá simplemente quiero creer) que el humo también tiene efectos. Efectos prácticos, tangibles, existentes.

  18. La verdad es que no quiero entrar de lleno en este debate… sólo aportar unos cuantos puntos:
    Los movimientos sociales no tienen porqué tener estructura, por eso se diferencian de las instituciones sociales.
    Hay gente que piensa que porque a los sindicatos se les llame «agentes sociales», son movimientos sociales… y no, para nada. El movimiento obrero del s. xix sí era un movimiento social, que se institucionalizó y se convirtió en una institución o agente social si se quiere.
    Los movs que tienen como nombre una fecha (que son muchos) suelen ser el reflejo de un evento, como las ondas expansivas de una gran acontecimiento social. Y nunca mejor dicho, porque la analogía mejor para representar los movs sociales es la de las ondas de la física… no son partículas, ni estructuras, sino ‘movimiento’.
    En este caso, no se puede negar que el 15M y las acampadas fueron un pedazo de evento social, con repercusiones nacionales e internacionales. Que entre otras cosas ha servido para revitalizar el movimiento asambleario (la tendencia de hacer asambleas, si quieres).
    ¿Que no existe? Lo que pasó en mayo-junio sí que existió y dejó una buena huella en la sociedad.
    Que no es un movimiento organizado (institucionalizado), estructurado y duradero… ok, pero eso no quiere decir que no exista! 😉

    PD: En lo de la construcción del otro, o del nosotros frente al otro enemigo… en eso tienes toda la razón, y es un rasgo muy infantil que se ve en bastante gente que participa de esa onda-movimiento social que empezó el 15 de mayo.

  19. Jorge Galindo dice:

    Realice, tienes bastante razón. De hecho, aprovecharé algunas partes de tu comentario (muchas gracias) para un artículo subsiguiente, si me lo permites.

  20. parvulesco dice:

    Ya, así que el PP tampoco existe porque no tiene concreción.

    La cuestión en que el 15-M no puede tener reivindicaciones institucionales (como fue el sufragio universal, etc) porque el sistema ha sido estructuralmente capturado por la élite. Dación en pago significa default financiero. Sus reivindicaciones de reformas institucionales implican el colapso del sistema.

    La otra perspectiva es subvertir el sistema desde abajo con las mismas acciones de paralizar desahucios y okupar propiedad privada vacía. No sé cómo puedes tomar fotos y vídeos de algo que no existe.

    Además, has construido mal el dilema del polizón: desde un punto de vista económico, el 15-M se nutre de personas a las que pertenecer al sistema actual les supone un coste muy superior al de estar en el 15-M. Ejemplo: la okupación de la casa de hoy por parte de gente desahuciada. El 15-M les da vivienda, el sistema no. Más claro agua.

  21. Harkonnen dice:

    A mi lo que me llama la atención es que siempre que hay una manifestación siempre hay este tipo de comentarios que bajo mi punto de vista intentan rebajar la magnitud de lo que pasa (siempre hay alguien a quién incomodan las manifestaciones). Cuando hay una manifestación de estudiantes, pues ya están las televisiones buscando a un estudiante que no sepa muy bien porque se manifiestan. Cuando hay una movilización digital, pues es que claro, estar sentado y hacer click es muy sencillo pero eso nunca se trasladaría a la calle. Cuando se traslada a la calle, pues es que ….

    Así, decir que el 15M no existe, es cuanto menos un titular sensacionalista. Esta claro que no es un movimiento organizado y que nunca conseguirá organizarse para definir unos objetivos comunes. Pero, ¿que más da? Grecia está al borde del abismo y no se ha podido conseguir un ni atisbo de acuerdo entre los partidos políticos. ¿Por que hay que exigir que el 15M los tenga? ¿Porque hay que rebajar la movilización de la gente diciendo que son gente que no tiene otra cosa mejor que hacer (coger su periódico del sábado, su carrito de bebé e ir a “pasear” por la plaza)?

    El 15M es el descontento de la gente y está ahí (ya le hubiera gustado al PSOE que en realidad no existiera) y seguirá estando mientras continue esta crisis de recortes sociales, despempleo y ayudas públicas al sector financiero continue. El 15M nunca será un partido político, pero mientras la crisis continúe seguirá erosionando la credibilidad de los partidos políticos y el sistema.

  22. Realice dice:

    No sólo lo permito, sino que lo agradeceré. Hace tiempo que quisiera ser capaz de articular con más solidez o sistematicidad algunas reflexiones-intuiciones fragmentarias sobre el 15-M… pero me temo que necesito ayuda 🙂

  23. ¬a. dice:

    ok. el 15-m no existe. Pero, qué os dice el fantasma del 15M?

  24. Javier dice:

    Me alegro de saber que el 15M no existe. Ya puedo ignorar esos miles de mensajes de gente que actúa o se coordina a diario y que ocupan mi bandeja de entrada, desde mayo hasta hoy, a razón de muchos por día en varios idiomas.

  25. Daniela dice:

    Hola, os sigo desde hace poco, enhorabuena por el blog, me interesa mucho pero como he sido, soy y supongo que siempre seré un poco perroflauta (qué le vamos a hacer…) me gustaría que además de pelearos con Navarro os metierais un poco también con Fernández-Villaverde cuando se pone estupendo (como aquí http://tinyurl.com/ce8kngj ), si no queda un poco raro…

    Comento este post porque es el único de los recientes en el que creo que puedo añadir algo. Si he entendido bien, el 15M no existe porque fracasó en dos cosas: en el “framing” (lo siento, me resisto a usar “enmarcado” o similares siempre que puedo) de la movilización y en la creación de una estructura jerárquica y eficiente. Respecto al framing, estoy de acuerdo en que las primeras semanas el 15M fracasó en los intentos de consensuar unas pocas reivindicaciones clave. Esto es pura especulación, pero creo que ese fracaso se debió en parte a que la comunidad on-line que convocó la mani del 15 de mayo y la off-line que llevó el peso de la acampada eran muy distintas. La off-line era la izquierda clásica y la on-line era una cosa extraña, que partía de la protesta contra la ley Sinde: era de esperar que la gente de nolesvotes.org no congeniara demasiado con la comunidad perroflauta.

    Pero me gustaría añadir dos cosas: primero, creo que es un mérito “estratégico” que durante los siguientes meses el framing convergiera trabajosamente hacia algo que -aunque al principio no parecía el núcleo de la reivindicación- al menos consiguió poner de acuerdo a un movimiento heterogéneo, y que parece que puede tener un impacto tangible (aunque no sé): las acciones reivindicando la dación en pago. Es decir, creo que “colectivamente” fue meritorio elegir y hacer énfasis ese aspecto, que era una oportunidad política porque es una de las injusticias más flagrantes de la situación española en particular. Segundo, las operaciones cognitivas (sorry for that) que exige la creación de un framing eficaz son muy complejas, y el problema en el que estamos inmersos es enormemente complicado (no?). Así que exigirle al 15M un framing perfecto y acabado desde el inicio creo que es definitivamente pedir mucho. Por otra parte, el framing es un proceso, no un evento, y puede evolucionar. Al Civil Rights Movement
    norteamericano (esta historia la cuenta Sidney Tarrow en “Power in Movement”, y aunque no tengo la referencia aquí creo que en síntesis es más o menos así) le costó 10 años encontrar el elemento clave del framing: la igualdad de oportunidades (además de la igualdad de derechos) que “resonara” adecuadamente con los valores de los demócratas blancos, el aliado clave para el éxito del movimiento.

    Respecto a la organización y la necesidad de estructuras jerárquicas, creo que esto todavía es materia de debate. Es cierto que algunos estudios (por ejemplo Gamson, The Strategy of Social Protest) muestran que las organizaciones más jerárquicas tienen más éxito a la hora de conseguir sus reivindicaciones. Pero otros (Elisabeth Clemens) afirman que la jerarquía repele de manera natural a los movimientos “grassroots”: una de la claves de la movilización es la participación, y una estructura jerárquica que excluya más o menos taxativamente la participación colectiva en la toma de decisiones perderá fuerza muy pronto. Es decir, el dilema organizativo jerarquía/red no es sólo del 15M, sino de cualquier movimiento social.

    Pero lo que creo que es realmente muy interesante y relevante es lo que comentas sobre “el residuo de red social”, porque puede ser el impacto más importante del 15M: la creación una red social que se active a lo largo de un “ciclo de protestas” que puede durar incluso décadas. Por ejemplo, Douglas McAdam ha mostrado que las redes sociales creadas en el Civil Rights Movement se activaron después en las protestas estudiantiles en Berkeley y en muchos otros movimientos de los años 60. Lo mismo pasó con los integrantes originales de Lotta Continua en Italia, que siguieron militando (sobre todo en el movimiento verde) durante los 80.

    Esto es pura experiencia personal, pero creo que el 15M ha creado nuevas redes sociales que, en amplitud y compromiso, no existían desde la transición. Probablemente, ha inaugurado un “ciclo de protestas” que, con la que va a caer, durará años. En plan hiper-micro, sería muy interesante investigar “cómo empezó todo” (http://tinyurl.com/bnj4p2k)

  26. Bidagoir dice:

    Hola, os sigo desde hace poco, enhorabuena por el blog, me interesa mucho pero como he sido, soy y supongo que siempre seré un poco perroflauta (qué le vamos a hacer…) me gustaría que además de pelearos con Navarro os metierais un poco también con Fernández-Villaverde cuando se pone estupendo (como aquí http://tinyurl.com/ce8kngj ), si no queda un poco raro…

    Comento este post porque es el único de los recientes en el que creo que puedo añadir algo. Si he entendido bien, el 15M no existe porque fracasó en dos cosas: en el “framing” (lo siento, me resisto a usar “enmarcado” o similares siempre que puedo) del problema y en la creación de una estructura jerárquica y eficiente. Respecto al framing, estoy de acuerdo en que las primeras semanas el 15M fracasó en los intentos de consensuar unas pocas reivindicaciones clave. Esto es pura especulación, pero creo que ese fracaso se debió en parte a que la comunidad on-line que convocó la mani del 15 de mayo y la off-line que llevó el peso de la acampada eran muy distintas. La off-line era la izquierda clásica y la on-line era una cosa extraña, que partía de la protesta contra la ley Sinde: era de esperar que la gente de nolesvotes.org no congeniara demasiado con la comunidad perroflauta.

    Pero me gustaría añadir dos cosas: primero, creo que es un mérito “estratégico” que durante los siguientes meses el framing convergiera trabajosamente hacia algo que -aunque al principio no parecía el núcleo de la reivindicación- al menos consiguió poner de acuerdo a un movimiento heterogéneo, y que parece que puede tener un impacto tangible (aunque no sé): las acciones contra la dación en pago. Es decir, creo que “colectivamente” fue meritorio elegir y hacer énfasis ese aspecto, que era una oportunidad política porque es una de las injusticias más flagrantes de la situación española en particular. Segundo, las operaciones cognitivas (sorry for that) que exige la creación de un framing eficaz son muy complejas, y el problema en el que estamos inmersos es enormemente complicado (no?). Así que exigirle al 15M un framing perfecto y acabado desde el inicio creo que es definitivamente pedir mucho. Por otra parte, como tantas cosas, el framing es un proceso, no un evento, y puede evolucionar. Al Civil Rights
    Movement norteamericano (esta historia la cuenta Sidney Tarrow en “Power in Movement”, y aunque no tengo la referencia aquí creo que en síntesis es más o menos así) le costó 10 años encontrar el elemento clave del framing: la igualdad de oportunidades (además de la igualdad de derechos) que “resonara” adecuadamente con los valores de los demócratas blancos, el aliado clave para el éxito del movimiento.

    Respecto a la organización y la necesidad de estructuras jerárquicas, creo que esto todavía es materia de debate. Es cierto que algunos estudios (por ejemplo Gamson, The Strategy of Social Protest) muestran que las organizaciones más jerárquicas tienen más éxito a la hora de conseguir sus reivindicaciones. Pero otros (Elisabeth Clemens) proponen que la jerarquía repele de manera natural a los movimientos “grassroots”: una de la claves de la movilización es la participación, y una estructura jerárquica que excluya más o menos taxativamente la participación colectiva en la toma de decisiones perderá fuerza muy pronto. Es decir, el dilema organizativo jerarquía/red no es sólo del 15M, sino de cualquier movimiento social.
    Pero lo que creo que es realmente muy interesante y relevante es lo que comentas sobre “el residuo de red social”, porque puede ser el impacto más importante del 15M: la creación una red social que se active a lo largo de un “ciclo de protestas” que puede durar incluso décadas. Por ejemplo, Douglas McAdam ha mostrado que las redes sociales creadas en el Civil Rights Movement se activaron después en las protestas estudiantiles en Berkeley y en muchos otros movimientos de los años 60. Lo mismo pasó con los integrantes originales de Lotta Continua en Italia, que siguieron militando (sobre todo en el movimiento verde) durante los 80.

    Esto es pura experiencia personal, pero creo que el 15M ha creado nuevas redes sociales que, en amplitud y compromiso, no existían desde la transición. Probablemente, ha inaugurado un “ciclo de protestas” que, con la que va a caer, durará años. En plan hiper-micro, creo que sería muy interesante investigar “cómo empezó todo” (http://tinyurl.com/bnj4p2k)

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