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A vueltas (otra vez) con el espemandering

30 Nov, 2011 -

Empieza a ser ya rutina que al mes o así de unas elecciones el PP madrileño se saque de la manga un proyecto de reforma electoral para la Asamblea de Madrid. Éste ansia por reformar la Asamblea tiene un doble propósito. El primero es claramente populista. En junio, cuando lo propusieron por última vez, el objetivo fue granjearse el apoyo de los concejales de UPyD en los municipios donde al PP le faltaba uno o dos concejales, iniciativa en la que tuvo notable éxito donde tuvo un éxito parcial: si no lograron la colaboración expresa, lograron la tácita. Ahora, la intención de los cardadistas es apuntarse al carro de una ciudadanía ansiosa por reforma electoral.

El problema, claro, es que todos los que claman por reforma electoral tienen en la Asamblea de Madrid un claro ejemplo de lo que sí desean. Tras las últimas elecciones, todo el mundo ha leído o pasado por Twitter ejemplos (como el de ésta casa) de cómo sería el Congreso de los Diputados si se distribuyera por proporcionalidad pura. Pues bien: no hay nada en España más parecido a éste sistema que la Asamblea de Madrid: los 129 diputados del Parlamento autonómico son elegidos por una lista única. El resultado es una excelente proporcionalidad entre votos y escaños, que de hecho beneficia a los minoritarios: IU tiene 13 escaños (10,07%) con el 9,61% de los votos, mientras que UPyD tiene 8 (6,2%) con el 6,32% de los votos.

Pero dado que el PP madrileño tiene una mayoría absoluta destroyer en la Asamblea, nadie aparte de los frikis del averno como un servidor se entera de la existencia de éste paraíso de la proporcionalidad pura. Y como siempre pasa, la maquinaria del bigotismo capitalino hace caer la idea de que sus constantes triunfos son culpa del sistema electoral, cuando en realidad es porque la oposición (PSM e IU-CM) es una sarta de gañanes tiene graves problemas internos y de mensaje.

Con lo que llegamos a la segunda intención: quizás usted se haya olvidado, señora, pero Esperanza Aguirre seguro que no se ha olvidado de mayo de 2003, cuando PSOE e IU sacaron más escaños en la Asamblea y estuvieron a punto de desmontarle el chiringo. Desde entonces, su obsesión ha sido evitar que se vuelva a repetir esa situación. (He twitteado al PP de Madrid preguntándoles ingenuamente como saldría el resultado en escaños de mayo de 2003, pero algo me dice que no me van a contestar) De ahí su intento de reformar el sistema electoral, con el fin de garantizar una mayoría para el partido del gobierno.

Ésta vez han elegido el sistema mixto a la alemana, que paradójicamente es mi sistema favorito.  Según la propuesta del PP, un tercio de la Asamblea se elegiría por el sistema mayoritario, dividido en 43 distritos que, pícaramente, han trazado ellos, “curiosamente” de forma que los distritos más conservadores estén sobrerrepresentados, y los más izquierdistas diluidos en otros más bigotistas. Tal y como está el mapa madrileño de partidos (porque, como ya he dicho en más de una ocasión, el sistema electoral hace el sistema de partidos, y no al revés) éste sistema garantizaría que un tercio de los escaños fueran para el PP o el PSOE: tal y como están dibujadas las circunscripciones, mayoritariamente al PP.

Los dos tercios restantes se seguirían eligiendo por el sistema proporcional, “restando” los escaños obtenidos por el sistema mayoritario a los que hubiesen obtenido por la lista proporcional.

El PP juega con una idea falsa: la idea de que los partidos políticos y las relaciones de fuerzas entre ellos son eternas y se perpetúan por los siglos de los siglos. Damos por sentado de que hay un bipartidismo y que lo habrá siempre, cuando cualquier partido que junte un 5% de los votos en Madrid puede romper la banca y empezar a jugar con 6 escaños. La intención del PP es perpetuar el bipartidismo, entregando directamente un tercio de la Asamblea a los dos partidos mayoritarios.

Y eso no es mal plan: insisto, es mi sistema favorito. Me gusta la idea de circunscripciones uninominales: cierto es que, por un lado, en España eso es garantía de crear circunscripciones seguras donde el cacique de turno – y su hijo, y su nieto… – son elegidos per secula seculorum. Pero como bien dice don Roger, también te da un sitio a donde llamar a gritarle a tu diputado si las cosas van mal – y más en una institución que tendría que ser tan cercana al ciudadano como el parlamento autonómico.

Pero lo que ha dejado claro el PP desde el principio es que el mapa de las circunscripciones lo dibujan ellos, o como mucho pactarlo con el resto de grupos parlamentarios (esto último cuando se hiele el infierno, o algo así).  Y eso sí que no. Como dice el refrán, quien parte y reparte se lleva la mejor parte y eso es lo que se dispone a hacer el bigotismo. Los distritos uninominales deben ser dibujados por gente aburrida (estadísticos, abogados) y su dibujo debe responder a un criterio doble: deben ser iguales en población y no deben beneficiar a ningún partido en concreto.

Tal y como lo propone el PP capitalino, no obstante, no es otra cosa que el enésimo intento de espemandering. Y, miren, no.

Seguiremos informando.


9 comentarios

  1. malaprensa dice:

    Thiago,
    Es de comprender que con los antecedentes de todo tipo del PP (desde Fraga pidiendo sistema mayoritario a Rajoy con las propuestas para que sea alcalde «el más votado» aunque tenga menos concejales que los demás), más el recuerdo del 2003, estemos todos con la mosca detrás de la oreja ante la propuesta del PP.

    Pero, dicho eso, y analizada la propuesta concreta, creo que sí debe considerarse positivamente, sobre todo teniendo en cuenta que para aprobarla necesitan votos ajenos y por tanto, es de suponer que estén dispuestos a revisar algunas cosas, como el mapa propuesto de distritos.

    Incluso sin cambiarlo, creo francamente que las diferencias de población entre distritos no son demasiado importantes, ya que la posibilidad de que gracias a la victoria en los distritos un partido sacase más diputados de los que le corresponderían por el reparto proporcional es remota.

    Esto es así porque, dentro de los sistemas electorales de «tipo alemán» que conozco este sería el que eligiría por vía de distrito unipersonal la proporción más baja del total, solo un tercio. Tendrían que darse unas condiciones muy raras para que un partido, imaginemos, con un 25% del voto, gane casi todos los distritos uninominales, y se lleve un 30% de los diputados. Y aún si esto sucediera, entonces, en principio, no se llevaría nada del voto por listas, y no podría simplemente con eso ganar las elecciones.

    Por tanto, en principio, como digo, la irregularidad de los distritos me parece un problema menor.

    Lo que sí sería más importante, sin embargo, es establecer reglas para evitar trampas como la que hizo Berlusconi (y luego le siguió la izquierda) en Italia en 1994, que se cargaron el sistema electoral a la alemana que se había establecido, presentando en los distritos uninominales candidatos formalmente de partidos o coaliciones distintos a los de las listas, de forma que en el reparto proporcional no se restaron, de hecho, los electos afines, cambiando por esa vía el sistema electoral de hecho.

  2. Cruz dice:

    No conocía lo del gerrymandering, qué interesante. Gracias por el artículo. En Nada es Gratis también han tratado este tema (concretamente Jesús, un auténtico experto), supongo que lo sabe todo el mundo.

  3. carloss dice:

    Muy bien Thiago.
    Por estar al quite y volver a explicar bien detalladamente el espemandering porque a Roger lo he visto un poco inocente..

  4. Roger dice:

    Inocente? Si digo bien claro que no hay ley que sobreviva a los políticos españoles 🙂

  5. Manuel dice:

    ROGER está pasando lo que llevamos diciendo tú y yo (más yo que soy el que defendía que se tenía que hacer de una forma coordinada USA-EUR y así ha sido)
    LAS INYECCIONES DE LOS BANCOS CENTRALES.
    VIVAN LOS TROLLS!

  6. emigrante dice:

    Viendo como funciona el electorado español, lo más probable es que la cosa evolucione, no en la dirección de los anglosajones, sino que se favorecería el localismo. El españolito normal respira nacionalismo por todos sus poros y al abrigo de las nuevas circunscripciones empezaría ha aparecer formaciones como los Aranjuecistas, Vallekas Republicana, Colmenar Unido o la Liga de la Sierra Norte. Que me los conozco yo a estos.

  7. Carlos dice:

    La verdad es que yo no veo espemandering en esta distribución de escaños, ya que al ser solo un tercio de los diputados totales es muy improbable que al compensar con la urna provincial haya una descompensación en la que se saquen más diputados por los distritos (aunque en la reforma no han presentado que harían en caso de que esto ocurriera).

    Y eso sí me parece importante por lo que comenta emigrante. No sé cómo andará por Madrid, pero aquí en casi todos los pueblos tienes un partido independiente, si se ponen a hacer lo mismo en las circunscripciones uninominales para la Asamblea esto se va a convertir en un gallinero ingobernable.

  8. Raúl S. dice:

    «El españolito normal respira nacionalismo por todos sus poros y al abrigo de las nuevas circunscripciones empezaría ha aparecer formaciones como los Aranjuecistas, Vallekas Republicana, Colmenar Unido o la Liga de la Sierra Norte. Que me los conozco yo a estos.»

    Ya existen cosas exitosas así, como en Coslada. Este «maravilloso» sistema ayudaría a este bello espectáculo.

    En fin, más caciquismo, que no tenemos suficiente.

  9. […] En Politikon, de hecho, ya le hemos dedicado más de un artículo por cuenta de Roger, Jorge y Thiago, quien además hace notar que no es la primera vez que desde el PP madrileño se propone una […]

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