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El diálogo de besugos de la eurozona

18 Nov, 2011 - - @egocrata

La crisis de la eurozona no se ha distinguido precisamente por tener un hilo argumental claro, pero esta semana creo que podemos decir que se ha convertido en una versión billonaria de un diálogo de besugos. Tenemos un puñado de actores gritándose unos a otros pidiendo que muevan ficha, con todos ellos aterrados que no les hagan caso. Veamos:

España (e Italia):

Tanto el gobierno saliente como el entrante están diciendo, una y otra vez, que han hecho los deberes, el déficit se está reduciendo y que no sólo están dispuestos a hacer reformas, sino que se mueren de ganas de hacerlo. Según lo que dice Ignacio Torreblanca, de hecho, parece que el PP está dispuesto a entrar haciendo tanto ruido como sea posible, aprobando una cantidad abrumadora de reformas desde el mismo momento en que entren en Moncloa.

La idea básica es forzar a Alemania a hacer algo – léase, permitir que el BCE entre a saco estabilizando el mercado de la deuda. Si España está haciendo su trabajo y pasando reformas en masa, dice la teoría, ni Merkel podrá negarse a permitir una intervención decidida del banco central.

El Banco Central Europeo:

Ahora mismo el BCE tiene no uno, sino dos problemas de credibilidad. Por un lado, cuando se mete en el mercado para tratar de calmar el pánico en el mercado de la deuda nadie se los toma demasiado en serio. El BCE interviene siempre con nocturnidad, de escondidas, sin decir nunca explícitamente que está en ello. Los inversores creen, con razón, que el banco central no está dispuesto a ayudar los países en problemas, así que reaccionan huyendo despavoridos cada vez que alguien tose.  Hasta que digan claramente que van a imprimir moneda para evitar crisis de liquidez, todo el mundo va a desconfiar de ellos. Sus intervenciones no son creíbles.

Para el banco central, sin embargo, esto es sólo una parte del problema. El BCE teme que los países de la periferia europea, si ven que les echan un cable, decidan subirse a las barbas del Mario Draghi y aplacen las reformas para otro día (leáse: nunca). Cuando un banco central se pone a pagar deudas emitiendo moneda en un estado que no está haciendo el más mínimo esfuerzo para tener las cuentas en orden es cuando los alemanes se ponen realmente nerviosos.

Alemania:

Angela Merkel tiene un problema parecido al BCE, con la peculiaridad que los votantes alemanes no tienen la más mínima intención de poner un duro de su bolsillo para rescatar a nadie. Ellos ya se apretaron el cinturón a principios de década, pasando la clase de reformas que españoles, griegos, italianos y portugueses (y franceses) dejaron para otro día.

Es por este motivo, y no otro, que Merkel está tan pesadita diciendo que de intervenciones del BCE nada y que todo debe arreglarse con unión política y fiscal a largo plazo. Los alemanes sólo van a dejar que el dinero de sus impuestos vaya a ayudar a los botarates del sur si estos aceptan de antemano unas normas muy, muy estrictas sobre cómo ese dinero va a ser utilizado. La canciller no sólo tiene que creerse que los países en problemas están haciendo lo que deben antes de liberar al BCE de sus cadenas; también debe convencer a sus votantes que los tiene bien controlados.

Los mercados:

Los inversores ahí fuera saben varias cosas. Primero, Grecia es un caso perdido, y nunca van a recuperar el dinero que allí metieron. Portugal es otro posible caso perdido. Italia y España son probablemente solventes, pero no hay ningún mecanismo creíble que evite que un problema de liquidez puntual se convierta en la espiral negativa que estamos viendo esta semana. También sabén que los contribuyentes del nucleo duro del euro nunca van a poner suficiente dinero para evitar esta clase de problemas; sólo el BCE tiene capacidad de hacerlo. La promesa de intervención del banco central es suficiente para apaciguarlos, ciertamente… pero son conscientes de todos los problemas descritos arriba.

Es por este motivo que cada vez que algún país de la periferia europea da muestras de no querer apaciguar a Merkel suficiente los inversores salen por piernas. Todo el mundo sabe que el problema de la eurozona tiene una solución relativamente sencilla (BCE), pero también son conscientes que hay muchas piezas políticas no precisamente disciplinadas tienen que alinearse a la perfección para que eso suceda. Es por eso que Berlusconi sembraba el pánico, y es por eso que el PP está siendo tan increíblemente paranoico en no dar una gota de populismo económico en esta campaña.

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La salida de la crisis, por tanto, es relativamente clara, aunque sigue siendo difícil: reformas creíbles a cambio de un rescate con el BCE. La mera existencia de la amenaza de intervención junto con la capacidad ilimitada de un banco central para soltar leña hará que  la intervención sea barata, pero esta sólo será políticamente sostenible si los políticos de la periferia dan motivos suficientes para que los alemanes crean lo que dicen. Y por descontado, los periféricos sólo empezarán a pasar reformas salvajes y extremadamente impopulares si creen que Frau Mermelada Merkel les recompesará el suicidio político con un rescate como Dios manda.

Todo esto lo podrían haber acordado hace dos años, hacer la lógica de este desastre explícita desde el primer día y empezar a trabajar entonces,  en vez de perder meses y meses haciendo posturistas y aplazando soluciones. Incluso ahora, cuando todo realmente puede irse a paseo, nadie parece estar dispuesto a hablar claro. Con el pelotón de autistas que anda por la eurozona no me extraña que estemos así.


8 comentarios

  1. Did dice:

    El hecho de que los «paises perifericos» paguen un tipo tan alto hace que Alemania consiga el dinero barato. ¿Que interes tendrían los Alemanes y por ende el BCE en cambiar esto?.
    Tal como se demuestra Ningún interes.
    ¿Es posible competir pagando 5 veces mas por lo mismo?
    ¿Alguien cree que España o Italia, tienen alguna posibilidad de pagar unos intereses al 6% y ademas crecer.?
    Pan para hoy hambre para mañana.

  2. Francisco dice:

    Did,

    Hombre, los alemanes (como les recordaron el otro día) venden sobre todo a los pobres de pedir de los alrededores.

    Dejarnos en la indigencia no es precisamente una gran idea. Salvo que seas corto de miras, cosa que no es de descartar (lo digo por el alemán de turno, no por ti).

    Además de eso, una implosión de la banca italiana y española (puede que la alemana) por un impago en cadena de todo el sur sería un terremoto del que no sale ni cristo.

  3. Zhurrer dice:

    Parece que el BCE ya ha empezado a mover ficha y se planea una intervención inmediata sobre la deuda de los paises periféricos.

    Tiene mucho sentido. En Grecia e Italia ya gobiernan miembros de «La Familia», por lo que las reformas y el seguidismo a lo que diga el BCE están garantizados. En Espana Rajoy promete off-the-record a todo aquel que le coje el teléfono que a los Espanoles les va a doler lo inimaginable sus tres primeros meses de gobierno. Es decir, parece que desde el BCE lo tienen todo ya atado y bien atado, ya no hay nadie que pueda amenazar con dejar los balances con un agujero negro en caso de intervención.

    Como lo van a hacer? Parece ser que a través del FMI. El BCE por el tratado de Lisboa no puede intervenir de forma directa en la capitalización de deuda, por lo que utilizará al FMI como intermediario.

    Sinceramente, me alegro. Ya aburre bastante abrir los periódicos y leer que Europa está a punto de implosionar cada día.

    A los alemanes, por cierto, por ahora les ha salido redonda la jugada. Se han financiado práctcamente gratis y se han convertido de facto en el único poder verdadero en la Eurozona. El eje París-Berín ha muerto.

  4. Eva dice:

    ¿Por qué los llaman «tecnócratas» si son los políticos que contribuyeron a gestar la crisis?

    http://www.elblogsalmon.com/economia/los-chicos-de-goldman-sachs-vuelven-a-la-escena-del-crimen

  5. Eva dice:

    ¿Puedo preguntar a los editores de Politikon qué piensan acerca de los llamados » tecnócratas » ? ¿Son técnicos o son políticos?

  6. Roger Senserrich dice:

    Son políticos – y es perfectamente normal ver algo así, incluso fuera de crisis:

    http://politikon.es/materiasgrises/2011/11/14/crisis-economica-y-caida-de-gobiernos/

  7. Eva dice:

    Gracias, Roger. Sí, estoy de acuerdo en las dos cosas. Lo que no es «perfectamente normal» es que los llamen tecnócratas, entonces. Supongo que harán el trabajo sucio y los medios de comunicación ya se encargarán después de sacar la pertinente conclusión: más democracia y menos dictadura de los mercados, que a la postre es la que ha colocado los tecnócratas. La verdad es que es tan fácil…

  8. […] Durante la campaña Mariano Rajoy dijo que él sabía quién iba a ser su ministro de economía, pero aún no le había dicho a él. En la tertulia este domingo (ya disponible para descargar, por cierto) dije que eso me parecía una tontería para crear misterio, no algo creíble. En una crisis económica como esta, era imposible que el futuro presidente del gobierno no tuviera todo el equipo económico decidido, avisado y preparando como locos una enorme, inmensa batería de medidas para entrar a saco desde el primer día. […]

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