Ahora

Es nennt sich Demokratie und es ist nicht

17 Nov, 2011 - - @jorgesmiguel

Me ha llamado la atención este post de Guerra Eterna -podría ser casi cualquiera de las últimas semanas, en realidad- porque ilustra algunas de las paradojas de esa modalidad ingenua y apresurada de democratismo plebiscitario que se ha puesto de moda últimamente. ¿Soy el único que detecta una ligera contradicción entre el rasero que Íñigo aplica a Alemania y la defensa a ultranza de la soberanía y la voluntad popular que emprende últimamente cada vez que habla de España? ¿Por qué, siguiendo esa misma lógica que Íñigo aplica a España, debería Merkel guiarse por otro criterio que la voluntad o los intereses de sus votantes?

De hecho, las encuestas han mostrado un sólido rechazo a los rescates y a los eurobonos entre la opinión pública alemana (y un tema para otro post es esta paradoja: por qué la mala prensa de los gobiernos que actúan al dictado de las encuestas si la voluntad popular tiende a considerarse la fuente última no sólo de legitimidad sino de de buen juicio político). Pero ahora, según Íñigo, Alemania debe honrar sus compromisos internacionales y, más allá de eso y de manera general, ser leal con sus socios por encima de las oscilaciones de la opinión pública y los intereses particulares. Estoy de acuerdo. Y si lo hace, será porque cuenta con instituciones -ostensiblemente imperfectas, pero igualmente imprescindibles- de continuidad, mediación y moderación de la cruda voluntad popular. Que es exactamente lo que algunos defendemos aquí.


Sin comentarios

  1. oalfonso dice:

    Sensacional entrada

  2. El mayor contraste no es ése, sino la solemnidad con la que los «intelectuales de todo a un leuro» hablan de lo divino y de lo humano chupando un dedo a ver por dónde sopla el viento, y los que entienden las chorradas que dicen y se desorinan de la risa.

    Últimamente no se oye otra cosa que nihilismo del tipo «todo a tomal pol culo», llamadas al Apocalipsis y resetear el sistema. Como se le ocurra hacer eso a los alemanes, estamos bien fotuts.

  3. Per[la|pau]* dice:

    Joder, como estamos hoy con las contradicciones!
    Que el gobierno alemán se deba a los alemanes es tan cierto como que las instituciones europeas NO se deben SOLO a los alemanes ni a su gobierno.
    ¿Verdad?

  4. Jorge San Miguel dice:

    Bien, entonces supongo que hay un paso sin explicar entre las decisiones que tomen Alemania o Espana por su cuenta y riesgo y lo que hagan las «instituciones europeas», que por lo visto no tiene nada que ver.

  5. cives dice:

    «Joder, como estamos hoy con las contradicciones!»

    Es que Jorge y yo tenemos una educación sentimental marxista-pesimista.

  6. Manuel dice:

    Evidentemente hay una contradicción enorme entre lo que opinan los votantes de cada país y las soluciones globales que hay que tomar ¿a lo mejor por eso no funciona Europa no?

    Claro vuestra solución es la más práctica, quitamos a los goberantes y ponemos economistas (pero de los buenos, de esos que piensan como yo)…O sea una integración a base de PRIMAZO DE RIESGO

    La solución de una democracia única no os mola tanto y a los gobernantes menos…

  7. Jorge San Miguel dice:

    No, se confunde ud., a mi idealmente no me molesta nada plantear una democracia unica, siempre que hablemos de democracia real y no metafisica y que no me quiera vender que los metodos asamblearios que no funcionan ni para una junta de vecinos van a funcionar para una union politica de 500 millones de ciudadanos, ni que los intereses de alemanes, espanoles, italianos o griegos se van a conciliar magicamente sin necesidad de renuncias una vez que eso suceda.

  8. cives dice:

    Monumental

  9. Francisco dice:

    Hombre,

    Los alemanes son tantos que igual no les afecta una democracia única, pero francamente, con la que estamos liando por tener la misma moneda no veo yo a Alemania admitiendo que los Postugueses, Italianos, Griegos y eSpañones les elijan presidente con lo bien que se nos da…

    De votarlo todo en referendum… pues ya no digo nada que me da la risa.

  10. Galois dice:

    José Antonio Griñán sustituyo a Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía sin que nadie lo votara y nadie puso el grito en el cielo entre la población.

    Esta susceptibilidad ante el cambio de gobierno en Italia o Grecia tiene más que ver con justificar el discurso victimista de «la dictadura de los mercados». Y este discurso tiene que ver a su vez con no afrontar responsabilidades y sacrificios.

  11. Josei dice:

    «Y este discurso tiene que ver a su vez con no afrontar responsabilidades y sacrificios.»

    Como ya dije en su día: madurad, niños, madurad.

  12. claudio dice:

    Aunque estoy de acuerdo con su crítica de la recinte ola de democratitis, parece que una consideración de la UE que pretenda entenderla criticamente debería ir más allá, en la dirección de considerar si tiene algo que podamos denominar ‘proyecto político’. Entiendo por tal un plateamiento que reflexione y contenga una más o menos clara propuesta para la relación hombre/sociedad.
    A estas alturas, a mi modo de ver, la UE carece de ella, y por ello oscila entre dos extremos.
    Uno sería el recurso, tan en boga hoy día, a una directa ligazón del hombre con la Humanidad, en la que los intermediarios serían únicamente la moral y la justicia (aquí aparecerían incluso los garzones), con la disolución de las naciones -estado. En esta opción la situación de la democracia (nacida y defendida hasta ahora en y por los Estados) quedaría en un impasse de difícil salida. No creo exagerado decir que, tal y como está planteado hasta ahora, el modelo europeo es calificable de anti-político, entendiendo política en el sentido clásico: hombre como animal político y otras características de ‘lo político’: el ‘poner obras y acciones en común’ de Aristóteles.
    O, segunda opción, la debilidad del modelo político refuerza, y más en momentos de crisis, por default al las naciones-estado preexistentes, poseedoras, ellas sí, de un modelo que, además, articula la democracia, que es lo que posiblemente esté pasando ahora.
    De este modo, la democracia o la falta de ella, aparte del valor que en sí misma posee, nos puede servir como indicativo de la seriedad política de un proyecto.
    Declararse europeísta, y pensando que también hay europeitis, a falta de tal modelo puede que no sea más que una huída hacia adelante, especialmente peligrosa en los tiempos de empobrecimiento y populismo que parece que nos esperan.

  13. […] de apoyos parlamentarios. O que ningún tribuno del pueblo 2.0 nos haya explicado aún por qué lo que vale para España no vale para Alemania -no pierdo la esperanza; mientras tanto, otro sondeo de ZDF. O que el apoyo al euro y al proyecto […]

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