No estoy seguro de lo que he visto hoy. Creo que era un debate presidencial republicano, pero no estoy seguro. Lo digo porque el debate de hoy ha sido, ante todo, un grupo de gente gritándose unos a otros un buen rato, con alguna respuesta completamente enajenada de vez en cuando. Parafraseando, pero hoy hemos oído:

• – Irak tiene que pagarla factura de la invasión, y darnos gracias por ello (Bachmann)
• – No puedo contratar inmigrantes ilegales, hombre, que me presento a las elecciones (Romney)
• – La culpa de que los parados no tengan trabajo es de los parados y de nadie más (Herman Cain)
• – La movilidad social en Europa es mayor que en Estados Unidos (Santorum. Y totalmente cierto, cosa que lo hace aún mas extraño)
• – Ron Paul acusando a Cain de tener un plan fiscal regresivo (totalmente cierto)
• – La idea del mandato individual en la ley de sanidad de Obama viene de Newt Gingrich y Heritage (en boca de Romney. También totalmente cierto)

Hablar de ganadores y perdedores es un poco complicado, ya que la conversación, por así decirlo, ha sido un poco desordenada. Romney y Perry se han liado a gritos hablando de inmigración (no, no exagero), Rick Santorum ha tenido extraños momentos de lucidez, Gingrich ha sido el habitual cretino petulante y Michele Bachmann estaba a un moño de ir disfrazada de almirante Ackbar (de verdad). Romney, en contra de lo que es habitual, no ha «ganado» por goleada en todo este desorden, pero ha estado bien.

El gran perdedor, creo, ha sido Herman Cain. Su «defensa», por así decirlo, del horrendamente regresivo plan 9-9-9 ha sido lamentable, en gran medida porque no hay por dónde cogerlo. Como de costumbre se ha quedado callado al hablar de política exterior, y se ha escondido el resto del debate algo serio.

Lo más cargante, por descontado, ha sido de nuevo CNN. La realización del debate ha sido de nuevo espantosa, empezando de forma inexplicable con una presentación estilo reality show malo, el himno nacional y una cantidad ingente de preguntas estúpidas, irrelevantes o sobre temas completamente secundarios. Anderson Cooper, por añadido, ha sido incapaz de controlar el comportamiento infantil y los berridos de los candidatos, consiguiendo que eche de menos a Wolf Blitzer. Y ya es decir.

En fin. La verdad, no creo que afecte demasiado la campaña. Rick Perry subirá un poco, ya que no ha tenido (demasiadas) pájaras, y Cain seguramente perderá un poco. Romney sigue siendo favorito. Nada que añadir.