No nos engañemos: la reforma de la constitución debería ser votada en referéndum el 20-N. Es un cambio en la pieza clave del ordenamiento jurídico, es una reforma que suena importante (no lo es tanto como parece), y poder votarla, con la que ha caído, es un gesto simbólico importante y necesario. Si se vota, saldría aprobada con facilidad, no lo dudo; el apoyo de los dos partidos tiene mucho peso.
Dicho esto, el ataque de histeria de la izquierda verdadera y la nomenklatura indignada oficial me está poniendo de los nervios. No porque no tengan razón (tiene que votarse), sino porque es otro ejemplo de libro sobre por qué los votantes acaban por tomarse las propuestas económicas de la izquierda a cachondeo.
Poneros, por un momento, en la piel de un votante que no está prestando demasiada atención. La economía va fatal, España está endeudada hasta las trancas y el déficit está saliéndose de la escala. En un lado tenemos a un grupo de políticos diciendo que si queremos salir de esta, tenemos que comportarnos como adultos y tener un presupuesto equilibrado. En el otro lado, tenemos a sindicatos, indignados y demás con un cabreo monumental pidiendo poder votar algo que suena como sentido común, aterrados que los políticos no puedan gastar como cosacos cuando les apetece.
Lo sé, la verdadera izquierda no está diciendo esto, y la idea que el presupuesto de un estado moderno es como el de una familia o empresa («hay que apretarse el cinturón«) es una estupidez peligrosa. Pero de todas las leyes y reformas a las que oponerse, de todas las tonterías y medias tintas que ha soltado este gobierno, esta es de lejos la peor batalla en la que ir a morir. El fondo del tema es demasiado técnico, la petición de referéndum es demasiado burda, y decir que quieres votar en contra de los «presupuestos responsables» es proclamar a los cuatro vientos que lo tuyo es un mundo de fantasía.
Y no, no me importa que tengamos razón. Lo que realmente me pone nervioso de todo este sarao es que si la reforma constitucional fuera aprobada tal como es, sin pasar por las urnas, las cosas no cambiarían prácticamente nada. El límite de déficit ya está en vigor, bajo otro nombre, en los pactos de estabilidad de varios tratados europeos. Si se vota en referéndum y sale aprobada, el electorado sólo estará repitiendo lo que ya votó con la Constitución Europea no hace demasiado. Si se vota en referéndum y es rechazada, seguiremos bajo exactamente la misma camisa de fuerza, ya que los tratados europeos (que están por encima de las leyes españoles – son de hecho «constitucionales») ya nos obligan a hacer exactamente lo mismo. Estamos planteando una batalla épica por algo que ya está en vigor, pidiendo un voto irrelevante. Llamarlo quijotesco es poco.
Para los que se oponen al texto de la reforma en sí, un par notas adicionales. La idea es muy antigua, y es profundamente de izquierdas. Es tan de izquierdas, de hecho, que tiene su origen en el partido socialdemócrata sueco, que en los años treinta pusieron las bases de su hegemonía partiendo de la idea que todo el gasto público propuesto tiene que ser responsable, racional y adaptado al momento económico. El concepto de «déficit estructural» no es una conspiración neoliberal, es una figura contable inventada por Gunnar Myrdal, alguien que todo gafapasta progre de pro debería adorar como un santo. El modelo sueco ha sido seguido por otros partidos de izquierda en el mundo (notablemente, Chile) y no les ha ido mal. Hay motivos excelentes para tener una norma de este estilo en los libros (leed a Cives más abajo. Y a Kantor), y nada tienen que ver con conspiraciones bancarias.
Segundo, sobre el 135.3, la cláusula que prioritiza los pagos de la deuda. Dicho en breve: no la vamos a aplicar nunca, por el mero hecho que España no va a entrar en bancarrota. No lo hará porque no hay ningún político español tan imbécil como para hacer una bobada semejante, y si lo hiciera, el desastre económico sería tal que el estado no podría pagar pensiones, desempleo o cualquier otra cosa. España cubre sobre una cuarta parte de su gasto público ahora mismo emitiendo deuda. Si hubiera una suspensión de pagos, esa fuente de financiación desaparecería de inmediato, obligando al estado a recortar gasto a destajo por el mero hecho que no tendría dinero para pagarlo. Prometer constitucionalmente que no vamos a suicidarnos es un brindis al sol; otro más. Es irrelevante.
Felipe tiene razón: los presupuestos que respetan la idea que no podemos gastar para siempre no es que sean de sentido común, sino de pura capacidad para poder tener un estado de bienestar viable. Aunque no sea prioritaria (la reforma laboral lo es mucho más), no es una reforma estúpida. Oponerse a ella por una cuestión de forma es una increíble pérdida de tiempo y energía.
Las formas en cierta medida son importantes, la manera en que se está haciendo parece una falta de respecto hacia la ciudadanía (con prisas, sin dar cabida al debate, con apariencia despótica, etc.).
Resulta que los ciudadanos son incapaces de votar una reforma así porque no tienen la preparación técnica para hacerlo (no lo niego), pero tampoco se lo explicamos con tiempo y tranquilidad.
Con todo esto, la sensación de que «nos toman por tontos» aumenta de forma considerable, creando suspicacia y un gran cabreo.
Alguien
Es que a lo mejor el BCE que es nuestro banquero hoy nos ha metido prisa.
Roger
Sí estamos de acuerdo en que todo el mundo debería ver como obvia, positiva y ya aplicada en la práctica está reforma. Y aún así mira como se ponen. Como para hacer una reforma laboral que fastidie a los jarrones chinos a cambio de sacar del paro a un insignificante 20%.
Ya me jode reconocerlo pero el único que puede sacar la reforma laboral precisa en España es el pp. Ahora que dudo que Mariano Rajoy se meta en eso o en nada.
«Si se vota, saldría aprobada con facilidad, no lo dudo; el apoyo de los dos partidos tiene mucho peso.»
Está claro que convocar un referendum sobre una cuestión que que está ganada de antemano es una manera relativamente barata de amansar a las masas. Otra cosa es que entendamos las consecuencias de lo que estamos votando. Si en vez de esta reforma nos presentasen otra que exigiese que todos los años un presupuesto equilibrado, yo creo que votaríamos igual a favor, a pesar de que sería un desastre.
Siento un aborrecimiento infinito por la instrumentalización de los referendos. Por aquellas consultas que se convocan cuando están ganadas de antemano, mientras se niegan las que son polémicas o impopulares. O por aquellas otras que se convocan, sale el no contra todo pronóstico, y al cabo de unos años se vuelven a convocar una segunda y tercera vez hasta que salga el sí. Estoy pensando en ciertas consultas sobre tratados europeos en otros países.
En otro foro ayer soltaba que no se pueden plantear propuestas ni alternativas sin tener en cuenta los últimos resultados electorales de mayo. Iba para los izquierdistas que hacían propuestas de máximos como si en este país solo hubiera votantes de IU dispuestos a darle la vuelta al Estado. De la misma manera pienso que las reformas hay que llevarlas adelante sin ignorar el conocimiento medio que la cudadanía tiene de la actividad política o económica. Señores, si se va a hacer algo de calado, expliquenlo, vayan al parlamento, cuenten de qué va, televisen la sesión o lo que coño sea, pero hagan que llegue al ciudadano. Explicar lo que van a hacer también es parte del trabajo de un político.
Nos ahorraría en gran medida ver como algunos se manifiestan para que no se implemente algo que, según el autor del post, ya está vigente. Y no estaría de más que ya que se dice tal cosa, se concretara qué es lo vigente y en qué se diferencia de lo que se quiere llevar a cabo. Porque si no he entendido mal no es más que una traslación a nuestra ley fundamental (la Consti) de una legislación europea bajo la cual ya estábamos, y que ya teníamos obigación de cumplir. Así puestos, yo tampoco entiendo mucho toda esta jarana y agradecería una explicación somera para negados en economía y legislación.
«no la vamos a aplicar nunca, por el mero hecho que España no va a entrar en bancarrota.»
Que más quisiéramos. España puede entrar en bancarrota como cualquier otro hijo de vecino. En caso de que España no pueda atender sus compromisos, cualquier político sabe que la sanidad, la educación o los salarios de los empleados públicos tienen prioridad respecto del pago del principal y los intereses de la deuda, diga lo que diga la Constitución.
En Nada es gratis dicen
«Esto debe ser para que le quede claro a nuestros bonistas que pagaremos. Pero claro, si uno impaga la deuda ya esta rompiendo un contrato, así que ya puestos a ello, no me parece que esta clausula adicional importe mucho. Pero tampoco perjudica. La dejamos ahí y tan tranquila.»
Coincido contigo en que es irrelevante. Esa clausula adicional no importa nada porque no tiene credibilidad. Mejor hubiese sido quitarla y aligerar la Constitución de verborrea inútil.
Después de leer el comentario de «Alter Ego» he reducido algo el nivel de cinismo y subido el de idealismo.
Pensando en un mundo más angelical, y para subir el nivel de participación democrática y bajar la instrumentalización de las consultas, no estaría mal que 1) se consultasen en referendum todas las reformas constitucionales y no solo las que resulten políticamente rentables 2) Los artículos constitucionales fuesen lo más sencillos posibles en fondo y forma, para facilitar su digestión por parte de la ciudadanía y dejar cualquier parte técnica para las leyes 3) Que los políticos se esfuercen en hacer más pedagogía y menos propaganda.
Ya había dicho que es para un mundo angelical. Como todo ideal no es algo que vayamos a conseguir de hoy para mañana, pero al menos es un horizonte que se puede tener como referencia para caminar en esa dirección.
Las movilizaciones, las respuestas (incluso histéricas) creo que ya han influido en la redacción propuesta, con sus salvedades y aplazamientos.
Las formas importan y la prepotencia, el autoritarismo, el ocultismo y la demagogia de gobierno y oposición merecen algo más análisis sosegados y palabras bienintencionadas.
Si nada cambia con la reforma ¿por qué crees que se empeñan tanto y tan a prisa en ella y nos la imponen (con agostidad y alevosía)?
A los ignorantes de a pie, como yo, nos parece que esta reforma tan «insignificante» consagra y justifica todos los recortes sociales habidos y por haber.
Estoy de acuerdo básicamente contigo sobre que lo que parece el núcleo duro de la propuesta (la estabilidad fiscal a lo largo del ciclo) es una buena idea, no es particularmente neoliberal, ni nada parecido.
Pero creo que es exagerado decir que no cambia nada. Que yo sepa ni Maastricht ni el Tratado de Lisboa imponen el equilibrio fiscal a lo largo del ciclo, sino que sólo ponen un límite máximo al déficit.
Por otro lado, el art. 135.3, que comentas tan rápidamente, no forma parte de esa idea central, y no está, que yo sepa, en la Constitución alemana, en cuya reforma claramente se inspira la nuestra. Es un añadido local, con el elemento adicional de que no entra en vigor en 2018 o 2020, como la parte de la reforma sobre los equilibrios fiscales, sino que entra en vigor inmediatamente.
Tú la ventilas diciendo que no se va a aplicar nunca, porque la bancarrota o la suspensión de pagos sería un total desastre. Efectivamente, serían un desastre, al que nadie querría llegar, pero, visto como pueden cambiar las cosas en solo 3 ó 4 años (qué felices éramos en 2007, con superávit y una deuda muy reducida), y lo que ha pasado en Grecia, Irlanda, Portugal, no creo que se pueda afirmar tan contundemente que España no puede verse obligada en ningún momento a RENEGOCIAR o MODIFICAR las condiciones de las deudas ya emitidas, que, creo yo, no es lo mismo que desclararse en bancarrota o suspender pagos.
Pero esa cláusula del segundo párrafo del art. 135.3 prohibe hacerlo. Impone que en caso de problemas el estado no puede reducir ni un céntimo de los pagos de la deuda y todos los recortes han de ir en otras partidas. Hasta ahora es lo que hemos hecho, y en efecto, si uno quiere seguir teniendo crédito, renegociar con los acreedores es la última salida. Pero si las cosas empeorasen, y después de bajar salarios públicos, congelar pensiones, subir IVA, IRPF, y otras cosas, ya hechas o que se hagan, el crecimiento siguiera anémico, el crédito no fluyera, y la deuda fuera asfixiante ¿sería realmente sensato prohibir constitucionalmente cualquier tipo de modificación de los pagos de la deuda emitida, como una bajada de intereses o un alargamiento de los plazos?
Yo no lo veo. No veo que lo tengan otros países. No lo han pedido Sarkozy y Merkel (al menos públicamente). Y me parece normal que la gente se mosquee con una cláusula así. Y que pida tiempo, y explicaciones. Y se sienta atropellada por el procedimiento, y pida participar, con un referéndum o (como decía yo en mi blog) dejando la reforma hasta después de las elecciones, que servirían de ratificación indirecta.
Irrelevancia, ¡Cuantos crimenes se han cometido en tu nombre!
Ya puesto en la onda de la mayoría d elos comentaristas, sustituiria, por irrelevantes, 200-250 escaños del Parlamento, porque ¿Alguien cree, de todo corazón, que entienden lo que votan?
Nada, al final, en vez de educar, vamos al gobierno de los sabios. Y la mayoría, sabios autodenominados.
¿Que la reforma es irrelevante porque ya estamos – y lo que nos queda y espera – sometidos a límites europeos? Si, tienes toda la razón
¿Que la reforma no es más que uan explicitación de buenas intenciones y una especie de «telojuroporsnoopy y que me muera ahora mismo» econonómico, que se puede saltar, torear, interpretar y modificar en el futuro? Si, teneis toda la razón.
Entonces, si quedamos en que es irrlevante, si quedamos en que es modificable, si quedamos en que nadie se va a suicidar ¿Que valor tiene? ¿Pensamos que los mercados y los gnomos de Zurich son tontos dle haba y se van a creer a pies juntillas lo que los meridionales pongan en un papel?
Decididamente, somos el pais de los brindis al sol y de los galgos y los podencos….menuda forma de perder tiempo – a menos que esto sea una cortina de humo – y energías, y de tratar a la gente como idiotas.
Malaprensa
Siempre puedes renegociar un contrato, como dicen Nada Es Gratis, en realidad cuando emites deuda ya has dicho que pagarías y cuanto. Cambiarlo ya es renegociar.
Por cierto, de terminología no se mucho, pero renegociar es un default, creo que lo dijo Moodys. Es no cumplir con la deuda emitida.
Yo tengo una duda, ¿soy el único que ve que la reforma estruja el poder de los barones autonómicos en la parte presupuestaria? A mi me parece cojonudo, y evidente, pero no se si es que me equivoco.
Rosa Díez debería dar palmas con las orejas con esa centralización de la norma presupuestaria, si fuera coherente y supiera de que le hablan, ambas cosas son erróneas, lo sé.
Malaprensa, ese tipo de cláusulas son una declaración de intenciones. ¿Hay algún caso histórico de un país que haya querido reestructurar su deuda pero que no haya podido por sus propias leyes? No se puede contener una realidad político-económica del tamaño de un default con una cláusula formal (sería divertido tratar de imaginar el escenario).
Si fuera cierto que esa cláusula garantizara la inexistencia del default/reestructuración/renegociación, entonces ahora mismo la deuda española sería tan demandada como la alemana. Obviamente, no lo es, lo que quiere decir que en el mundo económico nadie se cree lo que afirman los indignados sobre esa cláusula.
Kartoffel
Tu objeción me lleva a la que han hecho otros comentaristas a algunas observaciones de Roger: ¿si no es tan importante ni tiene verdaderos efectos por qué es tan necesario hacerlo a prisa y corriendo, no sólo sin referéndum, sino sin esperar siquiera a unas elecciones que se celebran en tres meses?
No sé si hay algún caso histórico de un país que no haya podido reestructurar su deuda por sus propias leyes. Tampoco sé si hay algún país que tenía esa prohibición expresa en la Constitución (que ahora ya vemos, por otra parte, que en caso de catástrofe, y con acuerdo de grandes partidos, se podría reformar en 20 días).
Ni estoy hablando de la reforma en general, que sí puede tener cierta relevancia práctica (sólo de la cláusula específica) ni del procedimiento de aprobación: mi observación se refería únicamente a la dichosa frase que para algunos parece ser el meollo de la reforma, cuando no veo cuál es el motivo para pensar que tiene algún tipo de consecuencia práctica.
Francisco, podías informarte un poco antes de criticar las posturas de otros. Rosa Díez dice:
» La diputada de UPyD, Rosa Díez, manifestó ayer su convicción de que las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden ser sometidos a la disciplina presupuestaria del Estado sin necesidad de reformar la Constitución, tal como demuestra una sentencia del TC difundida el pasado mes de julio. »
Así que es perfectamente comprensible que le parezca de cachondeo que el PP y el PSOE que llevan décadas negando una reforma de la Constitución puedan cambiarla ahora en dos días, para hacer algo que podrían hacer si quisieran ya mismo.
Dejo la respuesta completa al asunto de la reforma:
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«La diputada de UPyD, Rosa Díez, manifestó ayer su convicción de que las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden ser sometidos a la disciplina presupuestaria del Estado sin necesidad de reformar la Constitución, tal como demuestra una sentencia del TC difundida el pasado mes de julio.
«El principio de interés general permite establecer esta disciplina y sancionar a quienes no la cumplan. Esta reforma a mí me produce mayor incertidumbre y mayor inseguridad jurídica. Da la sensación de que tiene que haber una ley orgánica para meter a las entidades autonómicas en cintura y que hasta que no exista no se puede hacer nada», argumentó.
Díez aseguró que a ella le produce mucho más «miedo» saber que los dos grupos pueden cambiar la Constitución en 48 horas. «Si esto tiene como objetivo dar tranquilidad, yo estaría mucho más preocupada», insistió alegando además que desde este momento hasta 2020, «largo lo están fiando» PP y PSOE porque podrían «reformar 20 veces lo que ahora han aprobado».
La representante de UPyD añadió que para reiterar nuestro compromiso con los criterios europeos, está Maastrich «y no recuerdo que nos hayamos salido» y destacó que Alemania, para hacer lo mismo, «necesitó un debate de tres años largo, abierto y transparente»»
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Supongo que pedir que hagamos las cosas como se hacen en Alemania es tontería.
Y, como bien dice y por insistir; lo peor de todo es que esto ahora da la sensación de que la única forma de obligar a las autonomías a equilibrar el presupuesto fuera la reforma de la Constitución, que entra en vigor en 2020.
Oiga no, PP y PSOE han podido y han rechazado mil y una veces. Y ahora deciden abrir el melón de la reforma constitucional después de haber negado otras tropecientas reformas con más sustancia y con más urgencia.
Es evidente que la reforma no es mala, pero no sé qué clase de persona espera que todo ciudadano esté dando palmas con las orejas después de toda esta tomadura de pelo.
Carloss
http://www.levante-emv.com/economia/2011/08/23/rajoy-apoya-reforma/833960.html
«La portavoz de UPyD, Rosa Díez, dedicó gran parte de su intervención a valorar el «necesario» e «imprescindible» cambio constitucional anunciado por Zapatero. Sin embargo, alertó de que solo tendrá sentido si incluye límites de gasto para las comunidades autónomas y penalizaciones para las que no cumplan. «Si lo hacemos, hagámoslo bien, no solo para cumplir con el mandato del BCE».»
Yo puede que este equivocado si la fuente lo está, pero vamos…
Ahora creo que ha girado como la veleta con permanente que siempre ha sido.
Defender a ZP es jodido, pero desde luego lo vuestro tiene más mérito.
definitivamente, tenemos una clase politica miserable y unos medios aun peores totalmente sectarios.
La ciudadania esta harta y cabreada.
Necesitamos gente seria al mando que nos traten como adultos y con un plan a medio plazo ya
Por mi parte, y como lector contumaz de letra pequeña, lo que veo en esta ley es un modo de apretar salvajemente las clavijas a las comunidades autónomas que tendrán que empezar, de cero, a negociar y renegociar su techo de deuda con el Estado.
Lo que yo veo, y a ellos les cabrea, es que es un paso adelante en el centralismo, una pérdida de poder de los caciques locales y un aumento de poder del Gobierno central.
Esa es mi lectura.
Por si os interesa:
http://es.reuters.com/article/topNews/idESMAE77T11520110830
En Francia el 74% de los votantes de izquierda están de acuerdo con la «regla de oro», y el 80% de los votantes de derecha.
Lo extraño es que el partido socialista de allí está en contra de la reforma de la constitución (aunque si están de acuerdo en que el déficit debe bajar)
De todas maneras en su caso hablamos de un endeudamiento del 85% del PIB, mucho mayor que el nuestro.