Podría escribir un artículo largo, enorme, tremendo y lleno de teorías sobre la bajada de la bolsa ayer, pero siempre he creído que dar la crónica de un día es un poco inútil. Un sólo día no es significativo; es como intentar adivinar quién ganará la Liga viendo el Mallorca – Sevilla en la séptima jornada.
Para explicar lo que vemos, por tanto, uno tiene que echar un vistazo a lo que hemos visto en los últimos meses. Y lo que está sucediendo es bastante obvio:
El resultado ha sido la continuación de dos cosas que ya vimos la semana pasada. A saber, por un lado la bolsa está bajando, y por otro la deuda americana (así como otros refugios de valor, como el franco suizo) está subiendo. La rebaja de la deuda de S&P ha tenido un efecto cómicamente cómicamente nulo, con la deuda a 10 años pagándose a un 2,29% de interés ahora mismo. Mientras tanto, no hace falta ser un genio para ver, con los datos sobre la mesa, que la economía mundial no pinta bien, y que quizás es buena idea vender lo que uno tiene y largarse del casino. Como comentaba David Leonhart del NYT (vía Rubén), el S&P500 está, con la caída de hoy, en su media histórica (en ratio beneficio-precio) de los últimos cincuenta años, así que no parece mal momento para largarse.
Lo que queda por ver, sin embargo, es que todo esto sea realmente tan catastrófico como parece ahora. La bolsa probablemente seguirá bajando mañana, al menos hasta que hable el único adulto que queda ahí fuera, Ben Bernanke. Si el hombre del helicóptero dice que esto que los mercados quieran sólo efectivo es intolerable y amenaza con darle a la imprenta (QE3, ahí voy) es posible que este aire apocalíptico se disipe, al menos de momento.
El problema restante es, por supuesto, las otras cinco disfuncionalidades profundas en Europa y Estados Unidos, de las que al menos dos no tiene solución a corto plazo (la 2 y la 3, para ser más precisos). Si siguen pasando semanas y eso sigue sin arreglarse, veremos otra laaaaarga caída y mucha, mucha diversión.
Lo más patético, por cierto, es el hecho que los medios americanos no han parecido preocuparse una mierda del estancamiento de la economía hasta que no ha caído la bolsa. Todo era hablar de déficit, déficit, déficit, y el capricho nihilista del día de los tea parties. Ahora a lo mejor se despiertan y todo, y piden que Obama haga algo heroíco. Cosa que no puede hacer, ya que los republicanos preferirían el apocalipsis zombie a aprobar algo que pueda ayudar el presidente, claro. Pero esa es otra historia.
Resumiendo: es el crecimiento, estúpido. Y los políticos a ambos lados del Atlántico parecen estar obcecados en buscar excusas para no arreglar nada. Es realmente deprimente.
Me gustaría conocer la opinión de quienes saben mas que yo acerca de lo que opinan ciertos expertos (incluyendo a Krugman): que lo que está ocurriendo es que a uno o varios grandes hedge funds los han cogido con los pantalones bajados apostando masivamente a corto y se están viendo obligados a liquidar como locos para obtener liquidez.
Lo que no me ha quedado nada claro es si creen que estaban apostando a que no habría acuerdo para elevar el techo de deuda, o a que Trichet no se atrevería a sacar el helicóptero (o las dos cosas, que sería aún mas «divertido»)
Me gustaría tener una opinión :-).
Ojalá lo supiera. Es una explicación bastante lógica, pero no sé si es cierta o no. Mis contactos en las altas esferas de las finanzas se limitan a conocer un par de tipos que trabajan en CNBC….
[…] todo el mundo es perfectamente consciente sobre dónde están los problemas, la causa de todo este nerviosismo y cómo […]