Hace mes y medio Jorge Galindo lanzaba la idea que el PSOE debía tener unas primarias abiertas, permitiendo el voto tanto de militantes como de simpatizantes que se registraran para esta votación. Aunque sigo siendo bastante escéptico sobre la bondad de las primarias en general (soy un aguafiestas), creo que los socialistas tienen una oportunidad decente el mes que viene de empezar su larga travesía del desierto post-apocalipsis electoral con buen pie.

¿Los manifestantes piden una reforma de la democracia y más transparencia en los partidos? ¿Democracia de todos y no de unos pocos? Bueno, adelante. Abrimos las puertas y que entren en el juego. Que pregunten cosas a Rubalcaba, Chacón o quien sea que quiera presentarse (¿tiene el PSOE algún artista escondido? Es un buen día para ir a Puerta del Sol), hagan ruído, y decidan. El PSOE es tradicionalmente un lugar aburrido; si quieren animarlo, están más que invitados.

No hace falta decirlo, esto para el PSOE es un riesgo considerable. Soy el primero que tiembla ante la idea de una horda de perroflautas nominando a Willy Toledo como candidato a la presidencia del gobierno. Sin caer en esos extremos, el partido puede acabar con una lista de propuestas un poco excéntricas y aún más dividido, algo que le puede hacer daño electoralmente.

Pero vamos, ya están muertos. Peor no pueden ir, así que… ¿por qué no probar?