Ayer domingo la prensa y el social media se levantaron comparando a Chacón con Rubalcaba, y preguntándose qué va a ser del PSOE a partir de ahora. Más o menos, todos van a los mismos lugares comunes: Rubalcaba es más sólido, pero también es el pasado. Chacón es una apuesta más arriesgada y minoritaria, pero es el futuro. Los amantes de la estrategia entre bambalinas ven lo siguiente: a Rubalcaba como «el tipo responsable que va a amortiguar el golpe del PSOE en 2012», y a Chacón como «la apuesta real para recuperar el poder en 2016». De hecho, hay quien insinúa que la Ministra no quiere ganar ahora, solo quiere proyectarse como opción de futuro.

Todo ello es bastante plausible, pero también poco interesante. Por un lado, son temas y argumentos bastante manidos. Por otro, es realmente difícil que el PSOE gane en 2012. Vale, puede darse el milagro, pero creo que podría haber algo bastante más interesante en juego a partir de mayo.

Lamentablemente es bastante improbable que pase lo que debería pasar: un proceso de elecciones primarias abiertas a toda la ciudadanía. Mi compañero Cives ya ha hablado desde un punto de vista esencialmente coyuntural, explicando por qué es una buena idea electoralmente hablando, para el partido y para España. El artículo es imprescindible. Y yo vengo a completarlo con una idea más a largo plazo: la tan traída y llevada (al menos por Roger y por mí) «apertura de partidos políticos a la ciudadanía».

La idea es la siguiente: en España, los partidos son organizaciones tremendamente cerradas, jerárquicas y disciplinadas. Nuestro modelo político tiene mucho que ver con esto. En España, decía en aquel artículo, el votante suele penalizar la falta de unión y coherencia dentro de un partido porque los partidos funcionan como un grupo cohesionado con una imagen de marca muy potente. Sin embargo, a medida que el fenómeno de la desafección política crece, la figura de la persona que, dentro de la organización y las reglas democráticas, desafía al “aparato establecido” del Partido está ganando enteros.

Y también lo hace el partido que desafía las formas establecidas. Albert Medrán comentaba ayer muy acertadamente que el PSOE se está convirtiendo en «el partido de las Primarias». Esto tiene dos efectos, recopilando lo dicho: se le percibe como menos organizado y cohesionado que el PP, pero también como menos cerrado. No diremos aún «más abierto» porque, para que eso pasase, deberían atreverse a dejar votar a los no militantes. Según muestra Cives en el citado artículo, electoralmente les conviene. Según muestra el sentido común y las encuestas, están en una situación en la que no tienen nada, absolutamente nada que perder. Y según digo yo, es cada vez más un problema del tipo first mover: el primero que lo haga, si alguien lo hace, dejará como seguidistas no democráticos a todos los demás.

Y qué hay del trade off entre eficiencia y democracia, dirán muchos. Qué hay de la ley de hierro de la oligarquía. En realidad, la elección de candidato no es un golpe tan fuerte para este asunto. Si hablásemos de la elección de cada lista, de cada punto del programa, sí tendríamos un problema en este punto. Pero no es el caso, al menos por el momento. Aún así, la resistencia que de ella parte, de los pequeños intereses que cada uno atesora dentro de la organización, de los procedimientos burocráticos establecidos, hacen casi imposible que las Primarias se abran a la ciudadanía.

Ojalá nos equivoquemos. Sería una gran noticia no solo para el PSOE, sino también para toda España.


13 comentarios

  1. Eleder dice:

    No entiendo el concepto de las «primarias abiertas», la verdad. Si se trata de algo parecido a los «caucus», ¿habría que inscribirse como «elector socialista» para participar? Y si es totalmente abierto, ¿no existiría el peligro de que votantes de otros partidos afectaran a los resultados?

  2. Jorge Galindo dice:

    Me da igual que haya inscripción o no. Quiero que voten no militantes. Y no veo problema en que puedan afectar votantes de otros partidos.

  3. Boeder dice:

    Hombre, Jorge, no querrás ver el problema. Pero que vote gente de otros partidos pensando en perjuicio del partido que abre primarias lo parece.

  4. Jorge Galindo dice:

    El «menú» de candidatos no es abierto, lo daría el propio partido. Como es obvio, no vamos a dejar que se vote a Rajoy como candidato del PSOE.

    Fuera de esto, pongamos la hipótesis de dos candidatos: Rubalcaba y Chacón. El PP piensa que Rubalcaba tiene más probabilidades de ganar, ergo llama masivamente al voto a Chacón. Realmente, la base movilizable de cada partido es muy pequeña en porcentaje de la población general, y no creo que consiguiesen absolutamente nada. Pero va, digamos que lo consiguen, que Chacón gana. ¿Resultado? La izquierda sabe de la estrategia del PP, y la penaliza votando a Chacón. No creo que el PP fuese tan estúpido de entrometerse, en otras palabras. La experiencia de primarias abiertas en otros lugares nos indica esto, a grandes rasgos.

    Y si deciden sin «estrategia», simplemente votando al candidato que les parece menos malo, me parecerá una estupenda noticia. En una situación de bipartidismo (imperfecto, vale) como la actual, me gustaría poder elegir los representantes específicos de cada lado. Al final, lo más probable es que los votantes de otros partidos que se tomen la molestia de votar en Primarias lo hagan por el «mal menor» según su sesgo ideológico. Por ejemplo, la gente de IU votaría en contra de Rubalcaba. Y no me parece mal. Al contrario.

    Si aún así piensas que puede haber perjuicio y mala fe, pues nada, pequeña barrera para el voto tipo registro, y minimizas el problema una barbaridad. Aunque también le quitas apertura a la elección.

  5. julian tierno dice:

    Sólo veo un problema que no se elige sólo a un futuro candidato si no que también al que será obligatoriamente el secretario general del partido.

  6. Jorge Galindo dice:

    Obviamente, ambas elecciones quedarían disociadas.

  7. Flashman dice:

    A mí me parece un dislate que no militantes voten en las primarias de un partido político. Es como permitir que los franceses voten en las elecciones españolas, o que los vecinos de Alcalá 59 puedan participar en la elección de presidente de la comunidad de Castellana 145. No le veo sentido.

  8. Peperufo dice:

    La propuesta es un dislate total como el hecho de encabezonarse en que el PSOE tiene perdidas las elecciones. No me parecen sesudos estos análisis. Son superficiales. Con todos mis respetos.

  9. admin dice:

    Peperufo, si tan seguro estás de tu opinión, ¿qué tal argumentarla un poco? Yo creo haber argumentado la mía.

    Por cierto, ¿te importa si te pregunto si eres militante del PSOE? 🙂

  10. Alatriste dice:

    Personalmente no me gusta nada la idea de las primarias abiertas porque es muy vulnerable a la manipulación exterior por parte de intereses y de minorías organizadas (o no tan organizadas)

    Para poner un ejemplo, si un presentador de TV pudo conseguir que mandáramos a Chiquilicuatre a Eurovision, un aullador radiofónico bien podría conseguir votos suficientes para inclinar una votación por uno u otro candidato. Y cuanto más pequeño el número de afiliados, mayor el peligro. Veo demasiado plausible que hubiera constructores manipulando agrupaciones locales, y también grupúsculos radicales manipulando las elecciones de partidos rivales.

    Y respecto a que el PSOE tiene perdidas las elecciones, me parece que subestimáis la capacidad de Rajoy y su equipo para no ilusionar a nadie y buscarse enemigos. De momento, su reacción ante las últimas noticias ha sido como para pensar que quieren perder…

    En más de un aspecto esto empieza a recordarme las elecciones de 1993.

    Y respecto a Chacón y Rubalcaba (suponiendo que no se presente nadie más, por ejemplo José Bono) mi opinión es que elegir a Chacón sería optar por el desastre glorioso y el «¡Espartanos, esta noche cenamos en el infierno!»

  11. Pablo dice:

    No entiendo porque necesariamente en esa elección tendría que elegirse al candidato y al secretario general. No todos los partidos funcionan así -coincidiendo el «director» del partido con el candidato-, ni siquiera en España.

  12. Alex dice:

    El pueblo ya tiene unas urnas para decidir a quién quiere de presidente, unas urnas previas a modo de «semifinales» crean muchos sesgos.

    Si hay mucha gente que va a votar a su presidente sin estar informada, no me quiero imaginar la poca seriedad con la que se tomarían muchos este voto. Dejemos que los interesados (y supuestamente los entendidos) elijan quiénes creen que debería ser presidente.

  13. Alex dice:

    Se me acaba de ocurrir una idea a favor de las primarias abiertas: el votante de centro que no tiene demasiado claro a qué partido votar, podría incrementar sus posibilidades de votar al partido X si el candidato es el que previamente votó en las primarias.

    Bien es cierto que si el candidato que ha salido no es el que votaste hay posibilidades de que te vayas a votar al partido rival. Pero como el candidato elegido es el que más votos tiene, se supone que al final saldría ganando.

    Habría que ver si estos votos «asegurados en las primarias» compensan todos los inconvenientes que presenta este sistema.

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